Etiqueta: certificación

  • De hacienda familiar, a Empresa B

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Organic Life nació en la Hacienda Aispur, propiedad de la familia Ruales, ubicada en la parroquia rural de Amaguaña, cantón Mejía, en Pichincha.

    Hace unos 12 años, Magdalena Ruales comenzó a sembrar diferentes vegetales y frutas en la hacienda familiar. Para entonces era solo un pasatiempo. Lo que cosechaba era para consumo de la familia, pero con el incremento de la cosecha empezó a ofrecer parte de la producción a sus vecinos en Quito, mediante venta de garaje.

    Tras el crecimiento del pequeño negocio, en el 2014 Magdalena y sus hijas, Viviana y Melisa López, lo formalizaron como una empresa y abrieron una tienda online, con una inversión de USD 40 000.

    Viviana, gerenta General, se encontraba trabajando en Nestlé como gerenta de Marca. Pero en el 2015 renunció para dedicarse de lleno a la empresa familiar.

    En la tienda se exhiben más de 100 productos. El plus de la marca es que son completamente orgánicos, al no tener químicos, pesticidas, fertilizantes ni aditivos sintéticos.

    El 2008 obtuvieron la Certificación Orgánica Ecuador, que otorga Agrocalidad, junto a QCS y la USDA Organic.

    Su producto estrella son los huevos, que desde hace un año están en Megamaxi y Supermaxi. Al mes venden cerca de 40 000 unidades. Se empacan en cubetas de cartón reciclado, cubiertas con una tapa de cartulina hecha con caña de azúcar, que elabora Impregpack. “Son buenos clientes, saben lo quieren, pero también se dejan asesorar”, comenta Marco Moreno, gerente de la firma proveedora.

    Entre la variedad de productos que oferta Organic Life destacan también frutillas, aguacates, espinaca, tomate riñón, remolacha, cebolla y kale (variedad de col); los cuales varían en el portal según la temporada de cosechas. Algunos los compran a terceros, como quinua, avena, mezcla de pancakes y ghee (mantequilla clarificada).

    Los productos se entregan en fundas de papel reciclado, que les provee la empresa Boga Fundas de Papel. Al principio les compraban unas 100 bolsas trimestrales, pero con el crecimiento de la producción, los pedidos subieron a 500 unidades, indica Doenitz Bosmediano, gerente de Boga.

    La empresa realiza envíos a domicilio en Quito y Guayaquil; en otras ciudades usan cooperativas de transporte.

    Los clientes también pueden adquirir sus productos en tiendas orgánicas de Quito, Guayaquil y Cumbayá. Una de ellas es Superfoods, un local que integra un restaurante vegetariano, la tienda y una escuela de cocina.

    Este negocio tiene dos sedes, una en el centro-norte de Quito y otra en Cumbayá. Desde que arrancaron, hace cuatro años, tienen entre sus proveedores a Organic Life. “Sus productos son de excelente calidad y me encanta la presentación”, comenta Gizella Greene, gerenta de Superfoods.

    Restaurante Urko, en el norte de Quito, también usa los productos de Organic Life para la elaboración de sus platos. El negocio elabora cocina local, con productos ecuatorianos. Su menú se basa en la cosmovisión andina y el calendario agrícola. “Para la creación del menú vamos hasta las fincas y en función de su producción, planificamos”, explica Daniel Maldonado, propietario, quien añade que con Organic Life mantienen una relación estrecha.

    Sury Serrano es una clienta que desde hace dos años adquiere verduras y frutas. “Usualmente les compro dos cajas, con ello preparo mis jugos verdes y ensaladas”, señala esta clienta.

    Para Viviana, uno de los principales desafíos es que los proveedores también cuenten con certificaciones orgánicas. Organic Life apoya a una familia de campesinos de Checa en el proceso de certificación, y ahora les proveen de cereales y granos para la alimentación de las gallinas.

    Gracias a su enfoque social y sustentable, Organic Life se certificó este año como Empresa B.

    Datos

    USD 40 000 fue la inversión inicial de la empresa.

    Más de 100 productos ofrece la empresa en la tienda online.

    USD 150 000 facturó la firma el pasado año, el doble que el 2018.  

    Los precios de sus productos están entre 15 y 20% por encima de los convencionales.

    Viviana López, gerenta de Organic Life, junto a algunos de los productos que ofrecen, como huevos y vegetales. La oficina de la empresa está en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Viviana López, gerenta de Organic Life, junto a algunos de los productos que ofrecen, como huevos y vegetales. La oficina de la empresa está en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • El sector palmicultor va por una certificación

    Bolívar Velasco

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    Los actores de la cadena de producción del aceite rojo de palma africana se trazan nuevos retos para posicionar el excedente de este producto ecuatoriano en los mercados internacionales.

    La meta de este sector es conseguir una certificación internacional que le permita ampliar sus exportaciones, principalmente a Europa que ya anunció que a partir del 2020 solo piensa adquirir aceite certificado.

    El año pasado el país colocó el 10,76% de sus excedentes de este aceite en la Unión Europea, es decir 37 621 toneladas métricas (t), según cifras de la Fundación de Fomento de Exportaciones de Aceite de Palma (Fedapal).

    De esa forma, Europa se constituyó en el tercer mercado más importante para los palmicultores ecuatorianos.

    En primer lugar se ubicó Colombia (188 894 t) seguido de Venezuela (39 209 t).
    Para alcanzar mejores niveles de exportación, Ecuador firmó el 29 de marzo pasado un acta de compromiso que busca conseguir la Certificación Jurisdiccional de la Mesa Redonda para la Producción de Palma Sostenible, RSPO por sus siglas en inglés.
    Se trata de una normativa que tiene un alcance nacional, pero en lo posterior da lugar para obtener la que rige a escala mundial.

    Esta certificación exige a toda la cadena de actores de la palma cumplir estrictamente la normativa legal vigente en el ámbito ambiental, laboral, social, de transparencia de información…

    Los actores involucrados en buscar esta certificación jurisdiccional son los ministerios de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y de Ambiente.

    Además, la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Aceitera (Ancupa), Fedepal, Conservación Internacional, World Wild Fund for Nature – WWF, grupos productores y procesadores privados y organizaciones de la sociedad civil.

    El director Ejecutivo de Fedapal, César Loaiza, participó en la suscripción de este convenio. Él señala que actualmente en el país hay una fuerte convicción para conseguir la Certificación Jurisdiccional RSPO gracias al compromiso del Gobierno Nacional, la sociedad civil y los actores de la cadena productiva.

    Los involucrados mantienen diálogos permanentes con la idea de conformar un comité nacional para, en lo posible, lograr los compromisos que se tendrán que sellar con la firma de un Acuerdo Ministerial,

    La meta es que en el 2020 el 50% de la producción nacional cuente con esta certificación.
    En el 2016, Ecuador exportó

    349 569 toneladas de aceite rojo de palma a 24 mercados extranjeros.

    Eso significó que el 61,91% de la producción se colocó a escala internacional, mientras que el 38,09% restante fue para el consumo interno, asegura Fedapal.

    Según el Magap, la búsqueda de una certificación internacional “constituye una gran motivación para continuar con la transformación de la cadena de palma aceitera, de manera productivamente eficiente, ambientalmente sostenible y socialmente incluyente”

    Carol Chehab, subsecretaria de esta Cartera, recordó que en el 2014 se puso en vigencia el plan de mejora competitiva de la palma aceitera para el desarrollo agroindustrial del sector.

    Una muestra de esto es el compromiso para la búsqueda de la certificación RSPO, agrega.

    En gremios como Ancupa, también se trabaja en el tema. Sus directivos tienen en marcha un plan de mejora competitiva de la palma para duplicar la producción de aceite de palma, triplicar las exportaciones y aumentar plazas de empleo, según las metas de esta organización.

    El cultivo de la palma genera ingresos estables a partir del tercer año de sembrada.  En las fincas con producción se trata de combatir las plagas a partir de prácticas responsables. Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    El cultivo de la palma genera ingresos estables a partir del tercer año de sembrada. En las fincas con producción se trata de combatir las plagas a partir de prácticas responsables. Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Una certificación por la no violencia

    Redacción Líderes

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    A más del efecto psicológico, la violencia contra las mujeres tiene un costo económico en la sociedad. Según un estudio de la Universidad San Martín de Porres, de Perú; Cooperación Alemana, GIZ y CoMVol Mujer, entre 3 y 7 de cada 10 mujeres de la región andina y Paraguay sufren algún tipo de violencia.

    En el caso de las empresas, pequeñas, medianas y grandes, los costos de la violencia de género son significativos. En Perú, el ‘precio’ de este problema social asciende a los USD 6,7 millones al año. Esta cifra implica reducción de la productividad de las mujeres agredidas, así como de los agresores, costos para las empresas por el ausentismo, por el tiempo destinado para curar las heridas…

    “Es un impacto enorme”, dice Arístides Vara, director de Investigaciones, Ciencias Administrativas y Recursos Humanos en la Universidad San Martín de Porres. En Paraguay y Bolivia, añade Vara, la violencia de género afecta entre el 2,4 y el 5% del Producto Interno Bruto. “Pocas empresas sabían que sus empleadas mujeres son agredidas por sus parejas mientras trabajan”.

    Esta cruda realidad dio paso a una iniciativa que promueve una certificación para las empresas que promueven entre sus empleados la no violencia de género. La certificación ‘Empresa segura’ surgió en abril del año pasado como un programa de capacitación para empresas de la región de distintos tamaños que quieran impulsar un ambiente de trabajo seguro para la mujer.
    En Ecuador se cuentan cuatro empresas certificadas: la estatal CNT, HOV Hotelera Quito (Swissotel y Hotel Plaza Grande), Endesa-Botrosa y Verde Canandé.

    ‘Empresa segura’ es una certificación en línea o presencial, desarrollada por Induction One. Viviana Maldonado, vocera de GIZ, explica que con esta metodología los colaboradores de una empresa son consultados sobre comportamientos y actitudes. “Muchas veces se piensa que un determinado comportamiento con las mujeres es el normal, pero con esta medición la gente descubre que no es así. Esto es un problema cotidiano”. De esta manera, añade Maldonado, se sensibiliza el asunto de la violencia de género y se generan iniciativas al interior de las empresas.

    Uno de los indicadores que se analizan es el falso presentismo, en el que el agresor o la agredida están en sus puestos de trabajo, pero no rinden como deberían. “La persona está allí , pero su mente está ocupada en el problema que vivió con su pareja”.

    En CNT tomaron conciencia del tema y trabajan desde hace dos años en prevención de la violencia de género. La entidad estatal trabajó de la mano con GIZ en el diseño de talleres para hablar sobre el tema. Además, con una herramienta en línea se certificó a 6282 colaboradores, de los casi 7 000 que tiene.

    CNT también desarrolló la aplicación móvil Junt@s, que permite hablar del tema así como reportar situaciones de violencia, explica Fabiola Terán, analista de gestión de responsabilidad corporativa. La funcionaria añade que la entidad trabaja en la medición de los costos de la violencia de género.

    HOV Hotelera Quito además se animó en participar en la certificación, tras constatar violencia familiar y acoso. Martha Madrid, trabajadora social del Swissotel, cuenta que esas situaciones generaban ausentismo y afectaban las actividades de trabajo.

    La cadena decidió enfrentar la situación y se contactó con GIZ. Se armaron reuniones con todo el personal y con el apoyo de los directivos se despertó el interés entre los colaboradores. “Así ahora se puede advertir cualquier problema. Además, los casos de violencia han disminuido y se mantiene una campaña”.

    En el hotel se aplica un reglamento sobre el tema, con sanciones de por medio, y todo está consensuado con los empleados.

    Los empleados del Swissotel participan en campañas de sensibilización. La firma tiene un programa estructurado y posee el aval de sus directivos. Foto: cortesía Swissötel
    Los empleados del Swissotel participan en campañas de sensibilización. La firma tiene un programa estructurado y posee el aval de sus directivos. Foto: cortesía Swissötel
  • Organización ecuatoriana obtiene certificación de protección al cliente

    Agencia EFE

    Pichincha Microfinanzas, la unidad de negocios del Banco Pichincha que atiende a los microempresarios, recibió la certificación de Protección al Cliente, otorgada por ‘The Smart Campaign’, informó hoy (9 de agosto) la institución financiera ecuatoriana.

    Con el certificado, la unidad de negocios, con 16 años de trayectoria, se convierte en la primera entidad en obtener este aval en Ecuador y en una de las 55 instituciones certificadas a nivel mundial, indicó en un comunicado.

    Explicó que «The Smart Campaign» trabaja conjuntamente con los líderes en microfinanzas de todo el mundo y promueve un modelo de banca responsable entre las instituciones que manejan este segmento.

    La certificación implica la evaluación de políticas, procedimientos, capacitación, comercialización y operaciones en conjunto, las que son verificadas por certificadores externos.
    La certificación, que tiene una duración de dos años, amplifica la posibilidad de que Banco Pichincha pueda obtener líneas de crédito de organismos multilaterales internacionales, para fortalecer las microfinanzas en el país.

    Pichincha Microfinanzas mantiene como pilares de su gestión, una política de acompañamiento al cliente en todo el proceso y asesoría sobre nuevos créditos en función de la capacidad de pago de cada persona para promover su desarrollo económico de manera sostenible, según el comunicado.

    La unidad opera a través de la amplia red de agencias del Banco Pichincha.

    La institución indicó en el comunicado que, entre los principios sobre los cuales se basa la Certificación de Protección al Cliente, figuran el diseño y distribución apropiada de productos, la prevención del sobreendeudamiento, la transparencia, precios responsables, trato justo y respetuoso de los clientes, privacidad de los datos de los clientes y mecanismos para resolución de quejas.

    Banco Pichincha C.A. es la mayor entidad financiera del Ecuador, con activos de 8.928 millones de dólares a diciembre de 2015 equivalentes al 28,9 % del sistema bancario, informó en el comunicado.

    Es la primera entidad financiera de América Latina que opera como banco comercial en España, opera en Perú a través del Banco Financiero del Perú; como Banco Pichincha S.A. en Colombia y Banco Pichincha Miami Agency, en Estados Unidos, añadió la información. 

    El Banco Pichincha señaló que trabaja en la búsqueda de la eficiencia, reduciendo gastos e incrementando sus ingresos. Foto: Archivo/ LÍDERES
    El Banco Pichincha señaló que trabaja en la búsqueda de la eficiencia, reduciendo gastos e incrementando sus ingresos. Foto: Archivo/ LÍDERES
  • En esta cancha se juega con césped certificado

    Redacción Quito  (I)   redaccion@revistalideres.ec

    Jugar fútbol por las noches se ha convertido en una de las mejores formas de entretenimiento para los quiteños. El uso de las canchas sintéticas ha crecido en los últimos años. Por ejemplo, el pasado 17 de julio, el Municipio de Quito entregó 15 canchas ubicadas en el parque La Carolina.

    Pero para competir estos negocios buscan un valor agregado. Por eso Planeta Fútbol cuenta con el césped sintético certificado por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA).

    Este complejo deportivo fue inaugurado el pasado 13 de julio en el barrio de San Bartolo, al sur de la capital. Raúl Cabezas, gerente de mercadeo del negocio, explica que la diferencia está en el recubrimiento. “El césped sintético normal tiene dos capas, este tiene tres y la superficie es más suave”.

    Una de las ventajas es que en un día soleado, el calor se queda bajo la tierra evitando posibles quemaduras en las plantas de los pies.

    Además, el sistema de desagüe también es distinto. El césped normal tiene 50 agujeros por metro cuadrado para evitar que el agua se empoce cuando llueve. Las canchas de Planeta Fútbol cuentan con 85 huecos para que el tiempo de desfogue del agua sea un 25% más rápido.

    Otro datos: la duración de estas canchas es de 12 años. Los establecimientos deportivos normales duran entre seis y ocho años.

    Obtener la certificación de la FIFA no fue un proceso sencillo. Las pruebas duran alrededor de cuatro meses, explica Cabezas. El césped pasa pruebas de fricción, de rebote, de desgaste y de humedad.

    Adrián Velasco es un usuario frecuente de las canchas. El jugador que actúa como arquero cuenta que ya no tiene que dirigirse hasta el norte para jugar fútbol. Ahora le resulta más cómodo por la cercanía y puede practicar más veces a la semana.

    Lorena Narváez, gerenta general de Planeta Fútbol, precisa que la idea nació en abril junto con su familia. La inversión de todo el emprendimiento fue de USD 80 000. El césped artificial fue adquirido a la empresa Chinese Artificial Grass a través de Césped Ecuador. La estrategia de mercado que están utilizando es formar alianzas con distintas empresas privadas. Martín Morales, trabajador de una compañía, comenta que practica deporte los días que no tiene mucho trabajo y recomienda que se realicen más campeonatos entre empresas.

    Las vallas publicitarias también son una fuente de ingreso. Narváez asegura que durante los campeonatos de modalidad abierta, las empresas pueden colocar propaganda en el interior del complejo deportivo.

    Las redes sociales han sido de gran ayuda para lograr promocionarse. Cabezas menciona que la mayoría de sus clientes ahora conoce Planeta Fútbol por sus promociones y descuentos en su página de Facebook.

    El emprendimiento un certificado ambiental de SGS. Cabezas explica que en el caso de que las canchas sintéticas se llegaran a deteriorar, el material de las canchas permite que la superficie se pueda volver a utilizar.

    Narváez señala que los horarios para hacer uso de las canchas son de 08:00 a 02:00. El costo de las reservas en la mañana y en la tarde es de USD 35. En la noche, el valor se incrementa a USD 45.

    El objetivo de estos emprendedores es recuperar la inversión efectuada en un plazo de dos años. El negocio familiar espera contar con alrededor de diez canchas en los próximos 6 años.
    El sueño tanto de Cabezas como de su esposa Lorena es que en un período de diez años, su negocio se convierta en importadora directa y convertirse en distribuidores de césped artificial en Ecuador.

    Raúl Cabezas y Lorena Narváez administran el complejo Planeta Fútbol. Sus canchas están ubicadas en San Bartolo, en el sur de Quito. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Raúl Cabezas y Lorena Narváez administran el complejo Planeta Fútbol. Sus canchas están ubicadas en San Bartolo, en el sur de Quito. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • 54 empresas carroceras ya tienen su certificación

    Modesto Moreta (I)
    Redacción Sierra Centro  redaccion@revistalideres.ec

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    54 compañías dedicadas a la fabricación de carrocerías fueron homologadas por parte de la Agencia Nacional de Tránsito. Este sector productivo del país emplea a más de 15 000 personas, en forma directa e indirecta.

    El sector carrocero ecuatoriano tiene el desafío permanente de cumplir la normativa vigente en el país. Por ello, 54 de estas empresas, dedicadas a la fabricación de buses urbanos, interprovinciales y escolares, fueron homologadas o certificadas hasta junio del 2015 para la producción de las cabinas, según los datos de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) y de la Cámara Nacional de Fabricantes de Carrocerías (Canfac).

    Estas empresas, entre grandes, medianas y pequeñas funcionan en Chimborazo, Pichincha, Guayas, Manabí, Azuay, Santo Domingo de los Tsáchilas y Tungurahua. Emplean a 5 000 personas en forma directa y más de 10 000 indirectamente; estos últimos son autopartistas que entregan asientos, ventanas y otros accesorios indispensables para el ensamblaje de las carrocerías.

    En Tungurahua, se encuentran 26 empresas que generaron más de 2 800 puestos de empleo. En esta provincia se arma el 65% de la producción total.

    Para Luis Jácome, presidente de la Canfac en Tungurahua, el sector se posicionó en el mercado nacional gracias a la calidad, bajo precio, mejor tecnología, nuevos diseños y cumplimiento de los contratos. Además, porque en la provincia están instaladas las empresas más importantes.

    El año pasado y los primeros seis meses del 2015, el sector carrocero mantuvo su producción. Sin embargo, a inicios de julio se notó una leve recesión. “Es posible que los transportistas estén esperando los nuevos modelos de chasises para carrozarlos y esto mejore en los próximos meses”, describe Jácome.

    Las industrias homologadas cumplen con las normas de seguridad impuestas. Sin embargo, esta reglamentación se modifica cada dos años y en ocasiones se dificulta cumplir la nueva normativa. El representante gremial es partidario de que la ley se mantenga y los trámites para la revisión y la matriculación no demoren.

    Jácome indica que se requieren reglas claras de los organismos de control, para agilizar y mejorar los procedimientos de homologación de los buses. Actualmente, uno de los inconvenientes es la presentación de las certificaciones para el anclaje del asiento sobre la carrocería, que no se hace en el país sino en España.

    Eso costaría USD 120 000. Es un valor elevado y se debe hacer en cada modelo de bus. “Y si no se cumple con este reglamento tendremos que cerrar las puertas y no se podrá seguir produciendo. Buscamos otras normas en la región como Colombia, Perú Brasil o Chile que puedan aplicarse”.

    Una de las empresas homologadas es carrocerías Patricio Cepeda. Esta industria ambateña se fundó en 1987. Su propietario Patricio Cepeda viene de una familia dedicada por tres generaciones a este negocio. Su padre Manuel fue quien comenzó con la producción de las carrocerías de madera.

    En 1960 llegaron al país las firmas Thomas y Superior. Su hermano mayor Medardo trabajó en estas empresas. Luego instaló la industria IMCE. Allí, Patricio aprendió la rama de la metalmecánica. “Medardo fue el soporte y el puntal para despegar en el emprendimiento. Así incursioné en la fabricación de cabinas metálicas con un obrero”, dice Patricio.

    En la actualidad cuenta con 64 colaboradores entre técnicos, operarios y oficinistas. Fabrica entre 5 y 6 carrocerías mensuales, para diversas cooperativas de transporte del país. El año pasado facturó USD 3 millones. “La calidad del producto, el cumplimiento y la honestidad son la clave del éxito y el prestigio ganado de nuestra empresa”, indica Cepeda.

    Montó su industria con 7 millones de sucres, que los consiguió de un crédito en un banco. Lo gastó en la compra del terreno, el montaje del galpón, la maquinaria y las herramientas. La última inversión fue en la adquisición de un terreno de 55 000 metros cuadrados (m2), en el sector Alobamba, en el sur de Ambato. La inversión superó los USD 100 000. El objetivo es construir una nueva planta industrial para mudarse .

    Otra de las empresas es Carrocerías Jácome. Arrancó hace 10 años y en la actualidad cuenta con 18 trabajadores. Su gerente Luis Jácome dice que fabrica carrocerías para 2 buses al mes y cumple las normas ISO:9001, entre otras.

    Un grupo de trabajadores de carrocerías Patricio Cepeda labora en la construcción de un bus, en sus instalaciones ubicadas en Huachi Chico, en el sur de Ambato (en la vía a Guaranda). Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Un grupo de trabajadores de carrocerías Patricio Cepeda labora en la construcción de un bus, en sus instalaciones ubicadas en Huachi Chico, en el sur de Ambato (en la vía a Guaranda). Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • GM OBB del Ecuador recibió certificación ‘Punto Verde’

    Redacción Negocios (I)

    Debido a las prácticas ambientales en el proceso de ensamblaje, la firma GM OBB del Ecuador fue reconocida con la certificación ambiental ‘Punto Verde’, otorgada por el Ministerio del Ambiente (MAE). El evento se realizó este jueves 14 de mayo del 2015, en la planta de la ensambladora ubicada en el norte de Quito.

    La certificación reconoce a GM OBB como una empresa ecoeficiente. A nivel nacional, compañías como Equisplast, Novacero (planta de Lasso-Latacunga), Nestlé (Ecuajugos), Cervecería Nacional, Acería del Ecuador, Corporación Favorita, entre otras, han recibido este reconocimiento por parte de la cartera de Estado.

    Juan Carlos Landázuri, director de Manufactura de GM OBB, explicó que desde hace 10 años la empresa implementó una política interna enfocada en proteger el ambiente a través de programas sobre reciclaje, el uso responsable del agua con una planta de tratamiento, y charlas sobre educación ambiental.

    A partir del 2013, la compañía desarrolló cuatro proyectos que fueron validados por el MAE para recibir la certificación ‘Punto Verde’.

    La primera propuesta, explicó Landázuri, trata sobre la reducción de desechos metálicos a través de la reutilización de cajas que transportan el material de ensamblaje para CDK (componentes del Grand Vitara SZ). Las mismas se desarman y son reenviadas a Japón para su uso. Con esta práctica la empresa logró hasta la fecha evitar la generación de 300 000 kilogramos de metal. 

    El segundo proyecto promueve la eficiencia energética con la reducción de combustibles para el área de pintura. En este proceso incluyeron sistemas de arranque y apagado eficiente de quemadores y ajustes, logrando disminuir 0,7 galones de diesel por vehículo fabricado.

    Además se invirtieron USD 20 000 para la compra de pistolas electrostáticas, como parte de la tercera propuesta ambiental de GM OBB. Estas herramientas reducen el consumo de pintura, logrando la disminución de 0,34 litros por unidad producida.

    Y el último proyecto se refiere a la instalación de un sistema de calentamiento de pintura, para lograr la reducción del consumo de acetato de butilo para solventación. Este proceso ayudó a la disminución del componente en un 42% de vehículo fabricado. GM OBB invirtió en estos objetivos alrededor de USD 170 000.

    Luis Enrique Landínez, presidente ejecutivo de GM OBB en el país, expresó que en el 2015 sumarán nuevas propuestas ambientales a los procesos de producción de la ensambladora, como la reutilización de agua a través de osmosis inversa, en la cual el líquido vital obtendrá propiedades parecidas al agua potable, y la implementación de red hídrica para canalizar el agua utilizada al área de pintura. La empresa invertirá alrededor de USD 350 000.

    Lorena Tapia, ministra del Ambiente, mencionó que las buenas prácticas ambientales permiten mejorar la calidad de vida. También, que la certificación de Ecoeficiencia otorgada a GM OBB del Ecuador, es el máximo reconocimiento para validar la producción sostenible en la industria ecuatoriana.

    En el marco del evento se celebró el primer aniversario de la iniciativa ‘Chevrolet Sail Carbono Neutro’, proyecto ejecutado junto a Socio Bosque del Ministerio del Ambiente.

    La propuesta busca la compensación de dos años de emisiones de CO2 (correspondientes a los primeros 400 000 km) de recorrido del automóvil modelo Chevrolet Sail, que tiene un valor promedio en el mercado desde USD 16 000.

    Esteban Acosta, director comercial de GM OBB, explicó que desde abril del 2014 hasta abril del 2015, se vendieron 10 950 unidades de Chevrolet Sail, con una inversión en conservación de USD 233 000 y la captación de más de 64 000 toneladas de CO2 compensado.

    Alrededor de 10 140 hectáreas de bosque y más de 2 millones de árboles son protegidos a través de la iniciativa. Esto influye en 3 065 comunidades del país ubicadas en zonas como Muisne (Esmeraldas), Montecristi (Manabí), comunidad Cofán y Santa Elena (Sucumbíos), Copataza (Pastaza), y Calacalí (Pichincha).

    Para Roberto Aguinda, presidente de la Asociación Cofán, el trabajo realizado por General Motors en Sucumbíos, permitió mantener un control y vigilancia sobre el cuidado del ambiente en la provincia de Sucumbíos.

    Asimismo, Ramiro Baños, adquirió hace un año un Chevrolet Sail. Afirmó que es importante que los ecuatorianos investiguen sobre los procesos de producción sostenible de los vehículos, con el fin de evitar la contaminación ambiental.

    La firma GM OBB del Ecuador  recibió la certificación 'Punto Verde', por parte de la ministra de Ambiente Lorena Tapia. Foto: Julio Estrella/El Comercio
    La firma GM OBB del Ecuador recibió la certificación ‘Punto Verde’, por parte de la ministra de Ambiente Lorena Tapia. Foto: Julio Estrella/El Comercio
  • Alianza para medir el manejo forestal

    El valor agregado que tiene un producto debe destacarse. Tetra Pak® lo sabe y por eso ha emprendido una cruzada para hacer que sus envases sean reconocidos no solo por sus características palpables, sino también por el componente medioambiental que tienen.

    Su materia prima proviene de los bosques que cuentan con una certificación especial que se conoce como FSC™. Esta se la obtiene cuando una empresa demuestra que desarrolla un manejo responsable de los recursos forestales en el mundo, bajo estrictos criterios técnicos y de control.

    A las empresas  que han logrado este reconocimiento les ha resultado difícil demostrar y cuantificar que los productos elaborados bajo este sello representan un avance en la gestión de bosques. Por eso, Tetra Pak® apoyará durante los próximos dos años un proceso para definir una metodología que permita medir el impacto y poder compartir con más de 20 certificaciones similares.

    El objetivo es demostrar el valor que representa para la industria tener esta certificación, respecto al cuidado de los bosques. Además de medir la importancia para las empresas de tener esta certificación y cómo esto se va alineando con el desarrollo de la imagen de las firmas y de sus negocios.

    Para eso se ha aliado con dos marcas internacionales: Kingfisher (mejoras para el hogar) e IKEA (fabricación de muebles y decoración). Dentro de dos años, cuando se tendría lista la metodología, se espera que pueda ser aplicada en cualquier industria que haya ganado el FSC.

    “En promedio, nuestros empaques contienen un 75% de papel proveniente de fibra de madera (recurso renovable)”, señaló Dennis Jönsson, presidente y CEO de Tetra Pak®. “La Certificación es importante para nosotros, porque nos da la oportunidad de estar seguros del manejo responsable de las fuentes de las cuales extraemos el material para nuestros productos: los bosques”.

    Y el objetivo es más ambicioso aún. Hasta el 2020, Tetra Pak® se ha fijado como meta que el 100% de sus envases sea hecho con material de fuentes renovables.

    Tetra Pak® se ha convertido en un referente en las soluciones de procesamiento y envasado de alimentos. Tiene presencia en 170 países, incluido Ecuador.

    La certificación

    El FSC™ (Consejo de Administración Forestal, por sus siglas en inglés). Es un organismo independiente que fue establecido en 1993, para adoptar políticas dirigidas al tratamiento del papel y la madera.

    Reconocimientos. En las dos últimas décadas, el FSC™ ha sido destacado por sus criterios para definir políticas sociales y medioambientales, para proteger bosques.

    La ubicación de la certificación en los envases. Allí se detalla el porcentaje de material usado y que provino de fuentes renovables. En la parte lateral se encuentra el sello FSC™ de la certificación de manejo forestal responsable.

  • Un gremio empresarial obtuvo el reconocimiento punto verde

    Redacción Quito

    El silencio que comúnmente impera en los patios interiores del Jardín Botánico de Quito, ubicado en el norte de la ciudad, fue reemplazado el pasado jueves por discursos sobre ahorro de recursos y empresas privadas.

    Ese día la Cámara de Industrias y Producción (CIP) recibió el Reconocimiento Ecuatoriano Ambiental Punto Verde. Fue la ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, quien felicitó el trabajo realizado por este gremio.

    Este galardón, que tiene vigencia hasta septiembre del 2014, reconoce las buenas prácticas ambientales de la Cámara. El gremio demoró dos años en obtener el Punto Verde.

    Ana María Noguera, directora de Ambiente y Seguridad Industrial de la CIP, explicó que la primera acción que tomaron en el 2010 fue crear una política ambiental. Esto les permitió establecer a la variable ambiental como un eje estratégico de su gestión empresarial. Se impusieron metas de ahorro en consumo de agua, de energía eléctrica…

    Entre las acciones que permitieron la calificación del Ministerio de Ambiente, se destacan las obras en el edificio matriz de la CIP, para derrocar paredes y ampliar ventanales que permitieron una mayor iluminación natural en interiores.

    Entre los resultados obtenidos por la CIP está un 26% de ahorro en consumo de electricidad. “Además, con la aplicación de una política ambiental ahorramos 282 000 litros anuales de agua”. El consumo del líquido vital se redujo 58%, señaló Noguera al explicar sobre las inversiones en la automatización de los sistemas inodoros, el manejo de desechos sólidos como papel, focos y baterías eléctricas.

    Otro indicador relevante fue que el personal de la CIP disminuyó su consumo de papel mensual de 0,62 a 0,52 kilos, por persona. En promedio, la CIP destinó USD 69 000 para los cambios que fueron reconocidos en este galardón.

    Nicolás Espinosa, presidente de la Junta Directiva de la CIP, recalcó los esfuerzos dados en la capacitación para sus más de 30 colaboradores. Aquello, en la concienciación sobre el manejo de recursos, la gestión de residuos, entre otros temas.

    Para Pablo Dávila, presidente ejecutivo de la CIP, y cuya tarjeta de presentación está impresa en papel reciclado, la búsqueda del reconocimiento (que espera transformarse en certificación a finales de año, según indicó la ministra Aguiñaga), tuvo por objetivo el establecimiento de este gremio como referente para sus afiliados. “El cambio de conducta de nuestros colaboradores se evidencia en réditos económicos”, señaló Dávila.

    El primer reconocimiento Punto Verde se entregó en el 2010 a la Sociedad Industrial Agrícola San Carlos. Otras firmas que ostentan este reconocimiento ministerial son Novacero, Italimentos, Marbelize, Codana, Holcim, entre otras.

    El reconocimiento

    • Hacia la certificación. La ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, señaló que este reconocimiento busca consolidarse como certificación internacional a fin de año.
    • Los puntos verdes. El reconocimiento tiene una vigencia de dos años y se vincula íntegramente a las buenas prácticas empresariales sobre el aporte ecológico.

  • Nestlé obtuvo una certificación ambiental en fábrica de Cayambe

    Redacción Quito

    La fábrica de Ecuajugos (grupo Nestlé y Fonterra), ubicada en el cantón Cayambe (provincia de Pichincha), recibió la certificación Punto Verde, por parte del Ministerio del Ambiente, en reconocimiento a sus buenas prácticas ambientales en la ejecución de sus procesos.

    La certificación Punto Verde se creó como un incentivo de la autoridad ambiental, para alentar al sector público y privado a emplear nuevas y mejores prácticas productivas y de servicios, que generen un menor impacto ambiental.

    Este reconocimiento se otorga después de un proceso de auditoría realizado por organismos evaluadores calificados ante el Organismo de Acreditación Ecuatoriano (OAE).

    En septiembre pasado, la evaluadora Ceres Ecuador realizó la auditoría a la planta de Ecuajugos y verificó el cumplimiento del 96% a la matriz de evaluación del sector productivo, para acceder a la certificación.

    Además, detectó diferentes acciones de la empresa en pro del medioambiente calificados como logros Punto Verde. Entre ellos, la reducción en la fábrica de Ecuajugos del 51,5% del consumo de agua, a través de torres de enfriamiento para pasteurizar leche mediante el proceso UHT y la fabricación de leche en polvo.

    También se registró la reducción del 24% del consumo de gas nitrógeno y la disminución del 9% en pérdida de materiales laminados, para la fabricación de leche en polvo.

    Adicionalmente, Ecuajugos inauguró la planta de tratamiento de aguas residuales -ubicada también en Cayambe-, para reducir la carga contaminante de agua industrial que utiliza en sus procesos de producción.

    Para la inauguración de la nueva planta y para la entrega del certificado Punto Verde estuvieron presentes la ministra del Ambiente (e), Lorena Tapia y el ministro Coordinador de la Producción, Santiago León.