Etiqueta: ciencia

  • Silvana Hidalgo: ‘Mi labor no es solo una pasión, sino un servicio para la gente’

    Evelyn Tapia

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Durante 20 años, Silvana Hidalgo, geóloga de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), ha vivido estudiando y fascinándose con el comportamiento de los volcanes del país. Desde niña, cuenta, sentía curiosidad por descubrir cómo sucedían los fenómenos dentro de estos montículos que se levantan sobre el territorio ecuatoriano.

    “Siempre me interesó entender cómo funcionaban. Así nació un interés científico que al principio, de niña, uno no se da cuenta que lo es, pero poco a poco entiendes, vas creciendo y te haces las preguntas adecuadas”, recuerda.

    Desde febrero pasado, Hidalgo, casada y madre de dos hijos, está al frente del Instituto Geofísico de la EPN, entidad en la que comenzó a aprender sobre vulcanología cuando fue pasante. Hidalgo es la segunda mujer en ocupar el puesto en el Instituto.

    En el 2017, esta investigadora que ha publicado alrededor de 35 artículos científicos, recibió el premio Matilde Hidalgo a la Educación Superior, Ciencia, Tecnología y Educación, que la reconoció como la científica del año. “Los reconocimientos científicos son para todas las personas que generan el conocimiento y en este caso, aunque el premio me lo dieron a mí, es algo que representa el trabajo de todo el Instituto. es un premio al equipo”, cuenta.

    Por las crisis sísmicas en el país, el equipo del Instituto creció de 20 personas a 80 en los últimos diez años, por eso, el reto más importante para esta investigadora es que ese crecimiento derive en más producción científica que ayude a la comunidad.

    Una labor de servicio

    “Estudié geología porque era una forma de llegar a los volcanes, mi pasión. Pero además, una vez que uno empieza a trabajar en esto entiende que es una necesidad social. En Ecuador tenemos más de 80 edificios volcánicos, muchos son activos y es evidente que necesitamos conocimiento amplio, para saber su potencial afectación y el tipo de actividad que han tenido.

    Investigar nos permite generar un cuadro total del volcán, de cómo funciona y cómo podemos, entre comillas, tratar con él. Por ejemplo, si es un volcán extinto nos preocupamos menos, si es potencialmente activo hay un poco más de preocupación, pero si es activo tenemos que dedicar mucha más atención. Espero que nuestros estudios tengan consecuencias sociales en el país y en las comunidades que conviven con los volcanes”.

    Vivir la aventura

    “En esta carrera uno tiene la posibilidad de conocer muchos sitios en el país a los que la gente no accede normalmente. Conocer a los volcanes implica ir a acampar, cargar una mochila pesada, tener días enteros de caminatas, pero la recompensa está en entender mejor el volcán. En el Tungurahua trabajé durante la actividad del volcán, que duró 17 años, haciendo turnos en el observatorio que había en una zona de Patate. Tener la oportunidad de ver el volcán en erupción, es verlo vivo, es fascinante”.

    Más mujeres interesadas

    “Cuando empecé a estudiar en el pre politécnico el curso era de unas 40 personas y éramos solo cuatro mujeres. Eso está cambiando y es positivo. Aunque la geología todavía es un área en la que no hay una gran cantidad de alumnos en relación a otras áreas. En mi promoción éramos siete estudiantes y dos éramos mujeres. Ahora en mis clases tengo alrededor de 25 alumnos y el 50% son mujeres.

    En cuanto al espacio en el área laboral, creo que la sociedad puede avanzar más para que las oportunidades sean iguales para hombres y mujeres. Pienso que esto es parte de una construcción social, y como tal, se debe empezar en nuestros hogares. Todo depende de cómo educamos a nuestros hijos en el respeto de las diferencias, porque hombres y mujeres somos distintos, pero eso no significa que uno merezca más y otros menos. En el mundo académico el respeto es una característica, y nunca me sentí discriminada ni vi una imposibilidad de hacer algo que me haya propuesto por ser mujer, me encantaría que sea así en todos los campos para todas las mujeres”.

    El equilibrio familiar

    “La parte familiar es una prioridad para mí, y tengo la suerte de haber logrado construir una familia en la que creo, hay un equilibrio en el tiempo compartido. Mi esposo ve las cosas de la misma manera que yo, hay respeto en las actividades que hacemos en conjunto y compartimos. El tiempo con los hijos es un reto en la familia actual, porque hoy la mujer y el hombre trabajan, pero es importante que el tiempo que se les da sea de calidad”.

    Datos

    Educación. Es geóloga de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) y tiene un Máster y un Doctorado en Ciencias de la Tierra por la Université Blaise Pascal de Francia.

    Docencia. Desde el 2007 es profesora en la EPN. Dicta clases de geoquímica y petrología ignea. Es directora del Instituto Geofísico de la EPN desde febrero del 2019.

    Premios. Recibió el premio Matilde Hidalgo a la Educación Superior, Ciencia, Tecnología y Educación.

    Visión. Ha investigado sobre la génesis de los magmas en Ecuador y cómo salen a la superficie en volcanes como el Illiniza y el Atacazo. Su labor es también un servicio social para el país, dice.

    Silvana Hidalgo es la directora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional. Es la segunda mujer en ocupar el cargo en La institución. Foto: Julio  Estrella / LÍDERES
    Silvana Hidalgo es la directora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional. Es la segunda mujer en ocupar el cargo en La institución. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Davinia Sánchez: ‘Las mujeres tenemos una participación importante en la ciencia’

    Cristina Marquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Siempre luce una sonrisa en su rostro. Sus estudiantes la recuerdan por su personalidad carismática y su profundo amor por la ciencia y la investigación. Davinia Sánchez, de 37 años, es una de las investigadoras más sobresalientes de la Universidad Nacional de Chimborazo (Unach) debido a sus aportes en la investigación de productos cárnicos y otros de origen animal.

    Dejó su ciudad natal Vecindario, en las Islas Canarias (España), hace ocho años para radicarse en Ecuador. Llegó al país para formar nuevas generaciones de investigadores en las universidades y compartir con otros docentes sus conocimientos sobre investigación en sanidad animal y biología.

    Ahora se desempeña como docente en la Unach. Allí ha realizado importantes aportes científicos que se han publicado en las revistas indexadas más importantes del mundo como Meet Science y Journal of Dairy Science.

    Además ha compartido sus hallazgos en congresos de ciencia internacionales en México, Brasil, Grecia, Italia y España.

    Su pasión por la ciencia 

    El amor por la biología y la ciencia surgió durante su infancia. Cuando cumplió siete años sus padres le obsequiaron por Navidad un juego de biología que le permitió hacer su propio insectario y experimentar con organismos vivos.

    Desde que recibió ese obsequio supo que dedicaría su vida al estudio de la vida. Cuando cumplió 18 años tuvo que movilizarse lejos de su familia a la Isla de Tenerife, para cursar la carrera de biología en la universidad de La Laguna.

    La carrera que amaba tenía poca proyección laboral en España y antes de ingresar al centro universitario le advirtieron que al menos un 60% de profesionales en esa área no tenían demanda laboral, sin embargo su pasión por la ciencia impulsó su decisión de continuar con sus planes académicos.

    Convivir con otros estudiantes de todo el mundo y esforzarse por contar con recursos propios la volvieron una mujer independiente, tolerante y segura de sí misma. Ella dice que esos atributos son vitales en su profesión.

    La formación adicional

    Mientras cursaba su carrera universitaria, Davinia notó que todos sus compañeros se graduarían con el mismo título y que para triunfar en su profesión requería conocimientos adicionales.

    A los 19 años aprendió a manufacturar joyería y accesorios que luego comercializaba en pequeñas tiendas y peluquerías aledañas a la universidad. Con el dinero que recaudó se inscribió en cursos de especialización disponibles para estudiantes de doctorado, lo hizo siendo aún una estudiante de pregrado.

    Eso le ayudó posteriormente a obtener una beca para estudiar su PhD y a participar en estudios sobre los quesos de cabra bajos en grasa que luego se publicaron en Meet Science, una de las revistas científicas más importantes del mundo.

    El trabajo en Ecuador

    Tras su llegada al país en el 2012, Davinia se enfocó en emprender nuevas investigaciones junto con sus estudiantes. Uno de los proyectos con mayor reconocimiento a escala mundial es su investigación sobre la carne de cuy.

    Ella trabajó durante al menos cinco años en la creación de un estándar de procedimiento para estudiar el cuy que ha sido citado al menos 10 veces por otros investigadores del mundo. Antes de que ella y su equipo investigaran sobre las propiedades de la carne de este roedor no había otros estudios similares en ningún otro país.

    Actualmente dirige una tesis doctoral sobre el efecto de la presencia de calostro en los productos lácteos. Junto a su equipo descubrió que, si el calostro es sometido a un adecuado proceso de pasteurización, los productos lácteos pueden durar más tiempo en las perchas debido a las propiedades naturales antibacterianas de esa sustancia.

    Las mujeres en la ciencia

    Davinia siente que el principal desafío para las mujeres que optan por la investigación científica como carrera es compartir su experiencia profesional con su rol como madres y esposas. Para ella la compresión de su familia y allegados es básica en la profesión debido a todas las horas de estudio que deben dedicarse a la ciencia.

    Según ella, ese es el motivo por el que muchas mujeres europeas han optado por retrasar la maternidad y la razón por la que hay menos presencia de mujeres en estudios científicos. Sin embargo, cree que la participación de las mujeres en la investigación es posible y necesaria, pero que en los centros de estudios se requieren políticas laborales más equitativas.

    HOJA DE VIDA

    Formación. Obtuvo su licenciatura en biología en la Universidad de La Laguna, Complementó sus estudios en universidades de EE.UU. e Italia. Es PhD y habla dos idiomas.

    Actividades
    . Como coordinadora de Relaciones Internacionales negocia convenios y colaboraciones con otros centros. Es miembro de la junta directiva de la Asociación Internacional Caprina y de la Asociación de Mujeres Científicas de Países en Vías de Desarrollo.

    Su visión 

    La formación de una nueva generación de investigadores, hombres y mujeres, que contribuyan a la solución de los problemas mundiales más coyunturales a través de la ciencia es una prioridad.

    Davinia Sánchez es coordinadora de Relaciones Nacionales e Internacionales de la Unach, docente e investigadora. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
    Davinia Sánchez es coordinadora de Relaciones Nacionales e Internacionales de la Unach, docente e investigadora. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
  • La pasión por la ciencia la cultiva desde niño

    Patricia González y Redacción Quito (I)  redaccion@revistalideres.ec

    Uno de los juegos de infancia de Luis Villamagua era romper televisores viejos, sacarles las piezas (cables, ventiladores, etc.) e intentar crear un robot. También le gustaba simular que creaba plantas de agua potable con latas de sardina y sorbetes.

    Villamagua es el menor de seis hermanos. Creció en un hogar humilde, a las afueras de Loja, donde el acceso a los servicios públicos era limitado, pero las bondades de la naturaleza eran el entorno idóneo para un niño.

    La secundaria la estudió en el colegio Bernardo Valdivieso. Su afición a los robots, la tecnología y, en general, a la ciencia, lo encaminó a estudiar Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones, en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), en la que hoy, con 33 años, es profesor de física.

    Su carrera científica la inició como estudiante. Desde el segundo semestre se integró al grupo de investigación de un profesor de física, oriundo de Letonia. Los estudios se centraban en la ciencia de materiales. Formó parte del grupo durante los tres primeros años de la carrera.

    Los últimos años, además de dedicarse a la tesis, trabajó como tutor en una academia de enseñanza de matemáticas, con lo que se ayudaba para el pago de sus estudios. Aunque, también recibió becas de la universidad por buenas notas o participación en actividades culturales como la danza.

    Frank Maldonado, ex compañero de universidad y actualmente colaborador en investigaciones, lo describe como una persona perseverante, que no da por sentado las cosas y siempre trata de seguir avanzando.

    Con el deseo de continuar aprendiendo, Luis se postuló a varias becas antes de graduarse. Una vez que obtuvo su título se mudó al sur de Italia, para estudiar una maestría en Microelectrónica en la Universidad de Calabria.

    Al poco tiempo comenzó un doctorado en Ciencia y Tecnología de Sistemas Complejos, porque el centro educativo le permitía ingresar al Ph.D. si contaba con una publicación científica, había cursado mínimo seis meses de maestría y dominaba al menos dos idiomas. Villamagua tenía dos publicaciones, hablaba tres idiomas y había cumplido los seis meses de maestría.

    Durante el doctorado, de tres años, combinó la electrónica con la física, específicamente la ciencia de materiales, una rama en la que ya trabajaba con el grupo de investigación de la UTPL.

    Seis meses los cursó en la universidad de Tyndall (Irlanda), gracias a un intercambio estudiantil. Hasta entonces el doctorado había sido teórico, pero esta etapa fue experimental.

    En 2014 también tuvo la oportunidad de venir a Ecuador por cinco meses, con una beca de la UTPL, para trabajar en una investigación. En esa ocasión le ofrecieron dar clases en la universidad apenas culminara sus estudios.

    Una de las cosas que recuerda de Europa es su diversidad cultural. “Esto me hizo crecer, entender que no todos somos iguales”.

    Al retornar al país, en abril del 2016, comenzó a dar clases en la UTPL, inicialmente de cálculo y luego de física. “Como docente me siento renovado, con más humildad y ganas de aplicar nuevos métodos”. Además, es coordinador del grupo de investigación de Fisicoquímica de Materiales.

    Alex Aguirre, su alumno, destaca de él su puntualidad y conocimientos sobre los temas que imparte. “Le gustan las cosas correctas y es muy honesto”, añade. Luis Alberto Cuenca, colega, lo considera una persona dedicada, proactiva y persistente.

    Desde su época de estudiante de pregrado, Luis ha participado en conferencias sobre investigación científica. Este año, además, participó como invitado en la edición 69 de la Reunión de Premios Nobel en Lindau, Alemania.

    Luis se casó hace dos años con una francesa, Claire, y es padre de un varón, de cinco meses. Una de las actividades que más disfruta es cocinar. También, leer de ciencia ficción y montar bicicleta.

    Una cita para el intercambio científico

    Las Reuniones de Premios Nobel de Lindau fomentan el intercambio entre científicos de diferentes generaciones, culturas y disciplinas. Los encuentros se celebran cada año en Lindau, en el sur de Alemania. Fueron concebidas en 1951 como una iniciativa europea de reconciliación de la posguerra entre los científicos.

    Se centran, alternativamente, en fisiología y medicina, en física y en química; cada cinco años se celebra una reunión interdisciplinaria en torno a las tres ciencias naturales.

    La edición 69, que se celebró del 29 de junio al 7 de julio de este año, fue dedicada a la física. La cita reunió a 39 premios Nobel y 580 jóvenes científicos –entre estudiantes universitarios, estudiantes de doctorado e investigadores postdoctorales–, de 89 países.

    Uno de los invitados fue Luis Villamagua, docente y coordinador del grupo de investigación de Fisicoquímica de Materiales de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).

    Para postularse se requiere contar con un perfil académico-científico, tener publicaciones científicas, participar de intercambios de investigaciones, haber dictado conferencias, tener un nivel avanzado de inglés y estar en el top 10 de su promoción universitaria. Además, ser menor de 35 años.

    “Fue una experiencia única en la vida. Me gustó la humildad de los premios Nobel y el poder conocer cómo se estudia la física en diferentes regiones”, comenta Villamagua.

    El programa incluye conferencias, debates, clases magistrales y paneles de discusión. Todas las sesiones buscan generar el intercambio de conocimientos, ideas y experiencias entre los laureados y jóvenes científico.

  • Ecuador, retrasado en innovación científica

    Agencia EFE

    (I)

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    Expertos nacionales e internacionales en materia de invernaderos científicos debaten estos días en Quito sobre la necesidad de que Ecuador avance en materia de innovación tecnológica, sobre todo cuando se encuentra a 20 años de distancia de los países de su entorno.

    En esta idea coincidieron varios expertos durante la inauguración del simposio Parques científicos y desarrollo local, que tuvo lugar la semana pasada en la Escuela Politécnica Nacional (EPN), en donde también se ha destacado que el país tiene que desarrollarse en la construcción de sinergias y estrategias mancomunadas entre los distintos actores.

    Todo ello, como apuntó Adriana Arango, encargada del programa de Medicina de la Universidad Remington y profesora de la Universidad de Antioquia, bajo la premisa de que estos conocimientos deben tener en cuenta las necesidades de la población.

    “Hay que pensar en las personas, que son las que van a utilizar todo este conocimiento”, afirmó, para después añadir que es necesario conocer “mucho el medio” en el que se mueven las investigaciones y haberlo “vivido”.

    Ecuador, cuya Constitución del 2008 introdujo la necesidad de crear un sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación que fomente la investigación y el desarrollo tecnológico en articulación con el sector productivo, todavía no ha dado el “salto”, según los expertos, hacia la tercera fase del desarrollo científico-tecnológico.

    Esta es lograr que la investigación, que se genera en las universidades se convierta en transferencia de conocimiento, por lo que dé respuesta a problemas sociales con una mirada hacia la comunidad que demanda esos conocimientos.

    Según la coordinadora del Grupo de Investigación Multidisciplinar en Sistemas de Información, Gestión de la Tecnología e Innovación, Valentina Ramos, Ecuador ha llegado tarde a la definición de estrategias mancomunadas para el crecimiento regional.

    Es algo en lo que convinieron representantes de los tres actores del desarrollo científico: academia, Estado y sector productivo.

    Como indicó el director del Centro de Apoyo al Desenvolvimiento Científico y Tecnológico de la Pontificia Universidad Católica de Río Grande do Sul (Brasil), Eduardo Giugliani, es necesario articular “una estrategia de innovación en conjunto”, ya que es lo que buscan las propias empresas.

    “Las empresas buscan hoy tener conexiones en red. Para desarrollar el conocimiento de hoy, es necesario tener conexiones transversales”.

    Para el subdecano de la Facultad de Ciencias Administrativas de la EPN, Antonio Franco, Ecuador necesita cambiar “drásticamente” porque si no, un futuro “drástico, complejo y oscuro” podría darse. Tachó al país de ser “muy débil” en cuestiones políticas, económicas y sociales, por lo que problemas graves como la migración o el cambio climático no encontrarán una respuesta de Ecuador.

    La rectora de la EPN, Florinella Muñoz, inauguró el simposio Parques científicos y desarrollo local.
    La rectora de la EPN, Florinella Muñoz, inauguró el simposio Parques científicos y desarrollo local. Foto: Cortesía
  • María Fernanda Heredia: ‘La pasión por el trabajo es vital en las carreras científicas’

    Cristina Marquez

    Redactora (I)

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    María Fernanda Heredia es una experta en biofísica molecular, una carrera poco común en su natal Riobamba. Ella se convirtió en una de las científicas más respetadas de la ciudad tras descubrir mediante una novedosa técnica el biomarcador de la esclerosis múltiple.

    Ese hallazgo le permitirá a los médicos diagnosticar esa enfermedad incluso si los pacientes aún no demuestran síntomas. Su investigación también abrió el camino para que otros investigadores continúen y amplíen el estudio en la Universidad de La Calabria en Italia.

    De 29 años, se abre camino como docente de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, y se prepara para iniciar junto a sus estudiantes un estudio para caracterizar los tipos sanguíneos de la región andina. Este estudio le permitirá posteriormente iniciar nuevas investigaciones sobre enfermedades neuro degenerativas con alta incidencia en Ecuador. 
    Mujeres y ciencia. 

    “A pesar de que estamos en el siglo de la inclusión, la información y la tecnología, la presencia de las mujeres en carreras científicas como la biofísica no es muy frecuente, y cuando hay alguna la gente piensa que no logrará graduarse. Tuve la oportunidad de acceder a una beca para especializarme en biofísica molecular en la Universidad de La Calabria en Italia. En el grupo de 20 estudiantes oriundos de varios países del mundo sólo estábamos seis mujeres y algunos compañeros dudaban que concluiríamos la carrera, pero fuimos las primeras en graduarnos y con mayor puntaje.

    Las maestras del curso me inspiraron, son mujeres inteligentes y muy fuertes en su área. Nosotras tenemos cualidades que nos ayudan a sobresalir, somos perseverantes, responsables y comunicarnos con un equipo nos resulta más fácil”.

    El reto de estudiar lejos

    “Viajé a Italia sin conocer el idioma, pero con muchos deseos de progresar en mi carrera. En Ecuador aún no hay universidades que ofrezcan postgrados en física y hay muchas ramas de esa ciencia que están inexploradas, eso me motivó a viajar.

    La experiencia cultural fue muy enriquecedora, conviví en la residencia universitaria con amigas de varios países del mundo. Allí se hablaban seis idiomas distintos.

    Estar lejos de la familia y amigos es un reto que sólo puede superarse cuando se tiene en mente el objetivo. El mío era conseguir mi especialidad y dedicaba casi todas las horas del día a estudiar, no tuve tiempo para deprimirme”.

    La física y la medicina

    “La combinación de dos ciencias, la física y la medicina, es algo que me apasiona desde mi juventud. Mediante la física podemos entender lo que ocurre en el cuerpo humano y cómo actúan las enfermedades. Empecé a estudiar la esclerosis múltiple en el 2017, cuando me enteré que era una enfermedad degenerativa con alta incidencia en Europa.

    El estudio duró cerca de un año y me enfoqué en estudiar las proteínas de la sangre. El mayor logro fue encontrar en el plasma sanguíneo el biomarcador de la enfermedad.

    Durante meses comparé la cantidad de mida 1 y 2 (proteínas de la sangre), de pacientes con esclerosis y de personas que tienen la enfermedad. Logré determinar una diferencia mediante una técnica estadística y así identificamos el biomarcador, que podría utilizarse como un mecanismo para el diagnóstico temprano y tratamiento de la enfermedad.

    El estudio fue patrocinado por la universidad de La Calabria y se considera un avance muy significativo para la ciencia debido a que se considerará un estudio base para nuevas investigaciones que ayuden en el tratamiento de esa enfermedad neurodegenerativa.

    Las nuevas generaciones

    “La docencia es una experiencia nueva y emocionante. Ahora soy la mentora de una nueva generación de investigadores y científicos en la misma universidad en la que me eduqué en mi pregrado.

    Las nuevas generaciones heredan un desafío importante: explorar las ramas de la física de las que aún no se conoce mucho. Es vital que los jóvenes entiendan que para avanzar es vital la pasión y el amor por la profesión que han elegido, por eso siempre les recomiendo leer artículos científicos en inglés y estar informados de los avances que se logran en otras universidades del mundo.

    Ellos son quienes nos tomarán la posta en algún momento y por eso pieso que ser docente implica una gran responsabilidad. Mi objetivo es motivarlos a investigar y descubrir por su propia cuenta.

    El próximo año iniciaremos el proyecto de caracterización sanguínea, que consiste en identificar las características particulares de las personas de esta región. Este estudio será una punto de partida para nuevas investigaciones sobre enfermedades degenerativas”.

    Con sus estudios, esta investigadora riobambeña aporta al estudio dela esclerosis múltiple. Se especializó en Italia.
    Con sus estudios, esta investigadora riobambeña aporta al estudio dela esclerosis múltiple. Se especializó en Italia. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
  • ¿Carne de laboratorio o más sacrificio de animales?

    Agencia EFE

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    Unas pocas empresas están proyectando un futuro en el que la carne no provenga del sacrificio de animales sino de la multiplicación de células en el laboratorio, un plan lleno de obstáculos que hoy suena a ficción.

    Una demostración del poder de la ciencia en ese campo llegó el 2013, cuando el holandés Mark Post presentó la primera hamburguesa artificial a partir de células madre de vacuno.

    Ese experimento costó 250 000 euros, aportados por Sergey Brin, cofundador de Google, uno más entre quienes se oponen al impacto que tiene la ganadería sobre el bienestar animal y sobre el medioambiente (responsable de un 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero).

    Cinco años después, fuentes de Mosa Meat, la empresa impulsada por Post, afirman que el precio será de unos USD 10 por hamburguesa “cuando aumente la escala de la tecnología actual”.

    Ese proceso tomará su tiempo, señalan las fuentes, que calculan que habrá que esperar entre cinco y siete años para lograr un producto competitivo en el mercado y una década para que esté “ampliamente disponible”.

    Su propuesta consiste en tomar las células del músculo de una vaca, por ejemplo, mediante una biopsia con anestesia y hacer que proliferen en el laboratorio como si estuvieran dentro del animal, hasta lograr un nuevo tejido.

    Los científicos han logrado una alternativa al suero bovino y añadir grasa, importante para dar gusto y sensación en la boca, si bien necesitan optimizarlo, según Mosa Meat, que tiene previsto introducir esa carne a pequeña escala en el 2021.

    No es la única iniciativa que busca desarrollar un nuevo modelo de producción para saciar la creciente demanda de carne: la empresa SuperMeat está intentándolo en Israel y el proyecto Shojinmeat en Japón, entre otros.

    En EE.UU. se destaca Memphis Meats, que lanzó en el 2016 una albóndiga de “células cultivadas” y últimamente ha recibido financiación de los multimillonarios Bill Gates y Richard Branson, y las multinacionales del sector alimentario Cargill y Tyson.

    Hay quien ve en el negocio un peligro para la actividad ganadera, por lo que puede parecer paradójico que algunas empresas cárnicas hayan mostrado interés en esa nueva biotecnología si no es para abrirse a futuras tendencias.

    El pasado julio, Mosa Meat anunció haber recaudado 7,5 millones de euros de varios socios, incluido el mayor procesador de carne de Suiza, Bell Food Group.

    Su viabilidad no solo está ligada a la producción a gran escala, sino que antes debe recibir el visto bueno de las autoridades garantizando su inocuidad, aunque está por ver bajo qué regulación.

    Erin Kim, portavoz de New Harvest, instituto sin ánimo de lucro centrado en la investigación de la agricultura celular, expone sus reservas ya que, a pesar de los anuncios, todavía las compañías creadoras de prototipos no han puesto sus productos en el mercado.

    “La ciencia no ha avanzado tanto como muchos creen”, asegura Kim, que recuerda que ese tipo de tejidos animales para la alimentación son “completamente diferentes a las piezas que se puedan usar en medicina” y requieren conocimiento desde la ingeniería hasta la bioquímica o la biología.

    Frente al secretismo empresarial sobre los métodos empleados, Kim defiende “la transparencia, la apertura y el diálogo” para construir una base científica que sostenga el crecimiento de la industria y responda a las dudas de críticos, consumidores o re­guladores.

    Justus Wesseler, profesor de la Universidad holandesa de Wageningen, consideró en una charla en Roma que, en cuestión de biotecnología, compañías y universidades de países como China no dan información, ya sea por motivos de “competencia o por no querer desatar reacciones sociales adversas”. El debate sobre está innovación en la industria alimenticia recién empieza.

    Fotografía de una muestra de la carne obtenida con células de vacuno por la empresa holandesa Mosa Meat. Foto: EFE
    Fotografía de una muestra de la carne obtenida con células de vacuno por la empresa holandesa Mosa Meat. Foto: EFE
  • Ciencia y emprendimientos de jóvenes del centro del país

    Cristina Marquez

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    Alimentos sustentables, aplicaciones web, autos ecológicos y hasta complejos dispositivos diseñados para ayudar en los diagnósticos médicos se presentaron la semana pasada en el recinto ferial Macají, en Riobamba. El Municipio de esa urbe y la Escuela Politécnica del Chimborazo (Espoch) organizaron la cuarta edición de la Semana de la Ciencia, la Innovación y la Tecnología.

    El Cabildo organiza este encuentro desde el 2015 con el objetivo de convertirlo en una vitrina para que los jóvenes compartan sus ideas para solucionar problemas de la comunidad. Los proyectos más innovadores reciben incentivos económicos.

    Un jurado integrado por especialistas eligió el viernes pasado a los ganadores. El primer puesto recibirá USD 7 000, el segundo o USD 5 000, y el tercero USD 3 000.

    Los emprendedores deberán usar ese dinero para potenciar sus ideas y mejorarlas, o como un capital semilla para iniciar su negocio propio, en base a su proyecto. Los organizadores explicaron que entre las bases del concurso constaba que los proyectos sean aplicables a la realidad de Riobamba.

    Los ganadores de ferias pasadas utilizaron el dinero para mejorar sus prototipos, adquirir equipos o instalar laboratorios de última tecnología para el desarrollo de nuevos proyectos.
    La semana de la ciencia y el emprendimiento se inauguró el lunes pasado y se desarrolló hasta el viernes en el galpón de expositores de Macají. El sitio fue visitado por unos 10 000 espectadores.

    En el ingreso se ubicaron stands de emprendimientos privados, en los que se mostraron artesanías, alimentos, prendas de vestir, entre otros productos. Mientras que en la sala de exposiciones se ubicaron los estudiantes de institutos tecnológicos y universidades de siete ciudades del país.

    Los estudiantes de la Espoch llamaron la atención del público con sus aplicaciones y prototipos para diferentes áreas.

    Los integrantes del Grupo de Investigación de Biotecnología de la Facultad de Ingeniería de esta entidad de educación superior, por ejemplo, presentaron un traje sensorial y un exoesqueleto para rehabilitación física.

    Su invención permite que pacientes que fueron víctimas de traumas severos o que padecen paraplejia, reciban rehabilitación a través de una máquina que controla los movimientos de forma remota. Además, el traje sensorial registra en una computadora todos los movimientos realizados por una persona con mucho detalle, lo que permitiría que a través de una conexión web, un especialista diagnostique la lesión desde cualquier parte del mundo.

    “Es una solución médica para las personas que posiblemente no tengan acceso a un centro médico donde puedan ser tratados por especialistas”, dice Carlos Muñoz.

    Los estudiantes del Instituto Tecnológico Stanford también optaron por una solución médica para su proyecto. Ellos presentaron un dispositivo que permite medir todos los signos vitales de una persona simultáneamente y sólo en 45 segundos.

    La máquina parece una pesa convencional pero tiene adaptaciones electrónicas. Tiene la capacidad de medir el peso, talla, temperatura y presión arterial.

    “Los resultados son sumamente precisos, este producto podría ahorrar mucho tiempo a los médicos y también contribuir en la toma de signos de una gran cantidad de personas o para medir el índice de masa corporal de una población”, explica Betsy Quintanilla.

    Los estudiantes del Instituto Carlos Cisneros dirigieron su proyecto a las personas que padecen esclerosis. Los pacientes con esta enfermedad degenerativa no pueden mover sus extremidades debido a la rigidez, pero conservan intacta su capacidad intelectual.

    Cristofer Ameza y Cristian Hernández se inspiraron en la silla de ruedas mejorada que usaba Stephen Hawking, quien padecía la misma enfermedad. Pero lograron que su invento sea más económico y accesible. La silla de ruedas de este equipo se acciona con el movimiento pupilar capturado con una cámara web.

    Tiene un diseño ergonómico y una batería que se recarga con un panel solar o con electricidad.
    “Queremos ganar el premio para llevar nuestro producto al mercado y ayudar a las personas que padecen esta enfermedad y no cuentan con equipos adecuados”, manifiesta la estudiante Ameza, quien tiene 22 años.

    Un vehículo diseñado por estudiantes de ingeniería automotriz, puede recorrer hasta 150 kilómetros con un litro de gasolina. Fotos: Glenda Giacometti / Líderes
    Un vehículo diseñado por estudiantes de ingeniería automotriz, puede recorrer hasta 150 kilómetros con un litro de gasolina. Fotos: Glenda Giacometti / Líderes
  • Una idea suya está en camino hacia Marte

    Carolina Enriquez

    carolina enríquez (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    La investigación que desarrolló, junto a la de otros científicos, estará, próximamente, en suelo marciano. Así de lejos ha llegado la carrera del cuencano Álex Jerves.

    A este ecuatoriano, le ha gustado todo lo referente a la ciencia desde que tiene uso de razón. Su padre y su hermano, ambos ingenieros civiles y académicos, influyeron en su desarrollo profesional; él también optó por dicha carrera.

    Los primeros años académicos en la Universidad de Cuenca le gustaron mucho, debido a las matemáticas y la física. Pero cuando comenzaron a impartirle materias sobre construcción se dio cuenta de que no le gustaba. No era a lo que quería dedicarse toda la vida.

    Eso no le impidió graduarse en el 2006, aunque entró en una etapa de confusión profesional. La solución no fue hallar un trabajo sino continuar sus estudios de posgrado; arrancó una maestría de métodos numéricos de la Universidad Politécnica Salesiana en convenio con la de Universidad de Cataluña, con sede en España.

    Cuando uno de sus profesores leyó sus apuntes le propuso escribir un libro. La Politécnica Salesiana costeó la edición y, mientras Álex cursaba el segundo año de la maestría, escribió Elementos de Cálculo Numérico.

    Hobbies. Le gusta leer libros de autodesarrollo; principalmente autores como Deepak Chopra. Trata de hacer unos 20 minutos de ejercicio todos los días. Foto: Archivo Personal
    Hobbies. Le gusta leer libros de autodesarrollo; principalmente autores como Deepak Chopra. Trata de hacer unos 20 minutos de ejercicio todos los días. Foto: Archivo Personal


    El texto se publicó en el 2009, el mismo año en que terminó su maestría. El siguiente paso fue dar cátedra en su misma casa de estudios de pregrado y luego aprender, perfectamente el inglés,

    En Kaplan Academy no solo se capacitó en el idioma sino que obtuvo las herramientas necesarias para postular en diferentes universidades estadounidenses para estudiar una nueva maestría. A finales del 2010 su sueño académico se cumplió e ingresó al Instituto de Tecnología de California (Caltech, por sus siglas en inglés).

    Él describe ese lugar como algo “fuera de este mundo”. Además de su formación académica, en el sitio tuvo la oportunidad de conocer diferentes ganadores de premios Nobel como Stephen Hawking y de crear ciencia para que se aplique en proyectos reales.

    Allí sintió que estaba haciendo lo que le gusta, por lo que optó por estudiar un PhD en matemática computacional. Durante esos años supo que Caltech trabajaba muy de cerca con el laboratorio de propulsión jet de la NASA, la agencia espacial de EE.UU. Este laboratorio, junto al Instituto para estudios espaciales Keck, convocó a un concurso para presentar proyectos científicos destinados a crear herramientas y algoritmos para determinar las propiedades técnicas y científicas de cuerpos celestes. Junto a su consejero desarrolló un plan, sin esperar ganar.

    Pero lo hizo. Recibió fondos y, junto con personal que se contrató, creó un dispositivo para probar propiedades físicas y mecánicas del suelo de Marte. Su invento irá en un Mars Rovers, uno de los vehículos motorizados que se enviarán a fines de año a ese planeta.

    A Álex Jerves le gusta tocar guitarra. Hace deportes y busca motivar a los jóvenes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    A Álex Jerves le gusta tocar guitarra. Hace deportes y busca motivar a los jóvenes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

    Esto es solo una parte de sus investigaciones. El PhD Sergio Galindo, profesor sénior del departamento de ingeniería civil de la Universidad de Liverpool y colaborador en proyectos de Álex, destaca la solución que dio a un problema en la geo-mecánica. “De él admiro el hecho de regresar a Ecuador a construir academia. Está enfocado en exponer a sus estudiantes de pregrado a métodos científicos de alto nivel, algo que muchos investigadores prefieren hacer con estudiantes de doctorado”, manifiesta.

    En el 2016, una vez que obtuvo su grado doctoral, se dio cuenta de que en el país había mejores condiciones para hacer ciencia y vivir de ello. A mediados de ese año se unió a la Universidad San Francisco de Quito, donde impulsa el proyecto del Instituto de investigación científica pionera de Ecuador (Inspire).

    En el sitio conformó el grupo de investigación de mecánica teórica computacional junto con estudiantes. Con ellos realiza diferentes investigaciones y logró crear una red de científicos del país y del extranjero.

    A Álex Jerves le gusta tocar guitarra. Hace deportes y busca motivar a los jóvenes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    A Álex Jerves le gusta tocar guitarra. Hace deportes y busca motivar a los jóvenes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

    Andrea Landázuri es docente de la USFQ y participa en la red. Cuenta que conoció a Álex en una charla del grupo de ingeniería, ciencias aplicadas y simulaciones. “Muestra tenacidad, responsabilidad y pasión para alcanzar sus objetivos y los del grupo. Se interesa por transmitir el conocimiento y fomentar el trabajo multi, ínter y transdisciplinario”.

    Desde febrero el científico comenzó a trabajar con la Escuela Politécnica del Litoral y también busca incorporar a los jóvenes en la investigación. Maurizio Mulas, coordinador de Geología de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Tierra, colabora con Álex Jerves en un estudio de lahares y nuevos modelos para la simulación. De Jerves destaca la manera de motivar a los estudiantes.

    Datos

    Hobbies. Le gusta leer libros de autodesarrollo; principalmente autores como Deepak Chopra. Trata de hacer unos 20 minutos de ejercicio todos los días.

    Textos. Entre los ‘papers’ que ha escrito Álex está uno que se llama Algoritmo basado en geometría para clonar granos reales. Esto sirve para replicar experimentos que se hacen en la vida real, con modelos matemáticos, en la computadora.

    Un impulso a la investigación en el país

    Redacción Quito (I)

    El Instituto de investigación científica pionera de Ecuador (Inspire, por sus siglas en inglés) busca, como su nombre lo indica, impulsar la investigación científica en el país. Álex Jerves dice que se lo ha hecho, pero que falta mucho más porque hay ideas que han fracasado.

    El fin es impulsar la ciencia no solo desde el Gobierno, sino de las universidades, públicas y privadas. En el caso de este científico a través de la USFQ y de la Espol, en Quito y Guayaquil.

    “Con el grupo de muchachos de ambas universidades que están trabajando conmigo, y con la gente fuera de ellas, buscamos impulsar la cultura y la conciencia científica. Cómo la ciencia ayuda al cambio de la sociedad, al impacto productivo, etc”.

    Otro de los objetivos del Instituto es que se convierta en una opción laboral para las personas que estén avanzadas en su carrera científica o para aquellos recién graduados. La idea es hacer investigación científica y ganando un sueldo digno por hacer publicaciones, registro de patentes, entre otros.

    Quienes trabajen allí podrán ver si realmente les gustan esas actividades antes de seguir una maestría o un PhD.

    “Uno de los proyectos que realizamos está vinculado al hecho de que estamos en un lugar sísmico y con suelos propensos a deslaves, terremotos, erupciones, etc. Creamos una base de datos a escala nacional con las propiedades físicas, mecánicas, morfológicas, de mineralogía y químicas del suelo del Ecuador. Este rato están tomadas 23 capitales provinciales más puntos de interés entre los que están Manta, Pedernales, entre otros”.

    Álex Jerves hace su vida entre Quito y Guayaquil.  La investigación y las ciencias son sus pasiones.   Es músico y le gusta tocar guitarra. Hace deportes y busca motivar a los jóvenes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Álex Jerves hace su vida entre Quito y Guayaquil. La investigación y las ciencias son sus pasiones. Es músico y le gusta tocar guitarra. Hace deportes y busca motivar a los jóvenes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Túnel de la Ciencia, museo en Ecuador para atraer a los jóvenes

    Agencia EFE

    Ecuador acogerá desde este jueves 22 de junio,  el Túnel de la Ciencia, un museo itinerante que enfoca las megatendencias del siglo XXI, en el que el visitante puede ver sus propias entrañas, descubrir qué parte del cerebro se activa cuando usa sus sentidos y con el que se busca que mentes jóvenes se enamoren de la ciencia.

    Ver, oler, tocar, escuchar o saborear, algo tan natural en el ser humano toma otra dimensión en el túnel cuando al apretar botones con el nombre de cada sentido se encienden luces en siluetas de cabezas que indican qué parte del cerebro se activa al utilizarlos.

    Y si hay quien quiere «verse por dentro», basta con pararse frente a un «espejo mágico», levantar los brazos y ver cómo se proyectan en una pantalla, en tres dimensiones, sus intestinos, corazón o pulmones en uno de los aparatos interactivos más atractivos de una exposición que estará abierta hasta el 21 de agosto.

    Pasillos a media luz, paneles iluminados con estridentes colores, videos y fotografías decoran los caminos del Túnel de la Ciencia, una muestra interactiva creada por el Instituto alemán Max Planck que pasea a los visitantes por el universo, la nanotecnología, la sostenibilidad y la inteligencia artificial.

    Además, por el complejo mundo de la salud, la energía, los valores en la sociedad, el funcionamiento del cerebro… y aunque gran parte del túnel desarrolla los conceptos a través de textos y fotografías -más afines a público adulto-, también hay equipos interactivos que cautivarán a los más pequeños.

    Estos podrán, por ejemplo, hacerle muecas a una cámara, sonreírle o ponerle su cara más triste o su más temible expresión de malhumor, y la máquina les dirá su estado de ánimo con base en porcentajes que aparecen en barras rojas en una pantalla.

    También está la pantalla que proyecta la imagen infrarroja de quien se ponga enfrente o los relatos de expertos sobre los avances de la ciencia en los distintos andares del túnel, con lo que buscan que los temas que reinan en mentes elevadas aterricen en lo que se conoce como el «común de los mortales».

    La apertura del túnel ha llamado ya la atención de pequeños como Fernando, de 8 años, que nada más enterarse de su apertura reaccionó con un: «Yo me apunto a la parte de los planetas».

    Y es que eso es precisamente lo que buscan los creadores del túnel, que los más pequeños no repelan a la ciencia y se enganchen de ella, primero de una forma lúdica para que luego, con el tiempo, se conviertan ellos mismos en los científicos del futuro.

    «Normalmente cuando pensamos en física, biología, química, pensamos en los deberes del domingo por la noche que ya no quieres hacer, pero eso no debe ser así», dijo a Efe la coordinadora del proyecto, Caridad Pérez, al agregar que la ciencia, que para ella «también es arte», debe llegar «como algo cotidiano», no impuesto.

    El paseo por el túnel comienza con explicaciones sobre el cosmos, los planetas, la materia oscura y otros secretos del universo que no están del todo actualizados en el currículum escolar, y termina con asuntos relacionados con la globalización.

    El viaje de este proyecto comenzó en 2000 en Alemania con el objetivo de conectar a la sociedades para «reflexionar sobre el desarrollo sostenible del mundo y sobre la transmisión de conocimientos», dijo Pérez al indicar que Ecuador aportará una agenda académica paralela.
    Así, presentará un foro de nanotecnología y proyectos de inteligencia artificial y robots, entre otros para informar sobre lo que se hace en el país andino en materia científica.

    Para Carlos Castillo-Chávez el director de la Universidad ecuatoriana Yachay Tech, que apadrina el proyecto, el museo itinerante es un «túnel activo» para que, sobretodo la juventud, experimente los avances de la tecnología, desde medicina personalizada hasta entender el cambio climático y los avances de la robótica, entre otros.

    La exposición, que ha viajado por cuatro continentes y que ha aterrizado sobre 1 200 metros cuadrados en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, recuerda a Aristóteles con la frase: «El todo es más que la suma de las partes», y anota que «cuánto más conocemos el mundo que nos rodea, más preguntas sin resolver nos planteamos».

    Caridad Pérez, directora del museo de El Túnel de la Ciencia, un museo itinerante que enfoca las megatendencias del siglo XXI. Foto: EFE
    Caridad Pérez, directora del museo de El Túnel de la Ciencia, un museo itinerante que enfoca las megatendencias del siglo XXI. Foto: EFE
  • La ciencia y el juego son las claves de ‘Semilla’

    Redacción Quito

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    El amor a la ciencia desde la niñez y la creación de aparatos para mejorar la vida de las comunidades son los objetivos que persigue el programa Schlumberger Excellence in Education Development (SEED), que surgió en el 2001.

    El proyecto surge con la idea de que se eduque a los niños en materia de ciencia y tecnología, según explica Nelson Baldeón, quien es director de Comunicaciones de la empresa petrolera Schlumberger, firma francesa, que desarrolla campos petroleros en el Ecuador.

    Esta iniciativa busca que los estudiantes de educación básica se inmiscuyan por medio de laboratorios donde pueden vincularse con la ciencia. “Hay tarjetas con las que pueden hacer música. Se hace un piano de frutas y tocan lo que les guste”, dice Baldeón.

    Según él, este es un ejemplo práctico, que hace que se despierte la curiosidad en los menores de edad. “Ya le queda la inquietud y en este ejercicio hay electricidad, energía que provocan el sonido”.

    El proyecto busca además que se despierte el instinto de los estudiantes por materias como la Física, Química y demás materias que permiten a los niños crear e innovar. “A través de la ciencia podemos encontrar la verdad”.

    El juego, la curiosidad y el aprendizaje están estrechamente vinculados, opina Baldeón. “Si uno no es curioso se limita. Hay que cambiar modelos por medio de las tecnologías”.

    Baldeón señala que otro de los objetivos es agregar valor agregado a los productos que se preparen dentro de los laboratorios, que se armaron dentro de las 32 escuelas que están inmiscuidas en el proyecto, que traducido al español se llama semilla.

    Se han formado a 15 000 niños que se han beneficiado con esta iniciativa de la firma petrolera.

    Los laboratorios se instalaron en provincias como Orellana, donde trabaja la empresa en sus labores de extracción de petróleo. La compañía además levantó sus laboratorios en escuelas de la costa ecuatoriana. “No podemos limitar este tipo de conocimientos que son positivos para los niños”.

    La capacitación con los maestros de las escuelas es importante para desarrollar estos proyectos. “Se cambia la mentalidad de niños, y la de los maestros”.

    El próximo año, la empresa desarrollará nuevos proyectos pilotos para que la iniciativa principal se extienda a otros establecimientos educativos. Se busca firmar un contrato con entidades públicas para instalar los laboratorios en seis instituciones a escala nacional. “Estamos a las puertas de firmar un proyecto piloto”.

    Paola Vega, quien es madre de un niño de seis años, señaló que este tipo de proyectos es importante para el desarrollo de los niños. En su caso considera que se debería ampliar el proyecto en todas las instituciones educativas.

    Adicionalmente, este programa abarca a los universitarios y a personas con capacidades especiales, señala Baldeón.

    La empresa preparó una feria para mostrar las creaciones de los niños del programa SEED, en la Amazonía. Foto: Cortesía: Schlumberger
    La empresa preparó una feria para mostrar las creaciones de los niños del programa SEED, en la Amazonía. Foto: Cortesía: Schlumberger