Patricia González y Redacción Quito (I) redaccion@revistalideres.ec
Uno de los juegos de infancia de Luis Villamagua era romper televisores viejos, sacarles las piezas (cables, ventiladores, etc.) e intentar crear un robot. También le gustaba simular que creaba plantas de agua potable con latas de sardina y sorbetes.
Villamagua es el menor de seis hermanos. Creció en un hogar humilde, a las afueras de Loja, donde el acceso a los servicios públicos era limitado, pero las bondades de la naturaleza eran el entorno idóneo para un niño.
La secundaria la estudió en el colegio Bernardo Valdivieso. Su afición a los robots, la tecnología y, en general, a la ciencia, lo encaminó a estudiar Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones, en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), en la que hoy, con 33 años, es profesor de física.
Su carrera científica la inició como estudiante. Desde el segundo semestre se integró al grupo de investigación de un profesor de física, oriundo de Letonia. Los estudios se centraban en la ciencia de materiales. Formó parte del grupo durante los tres primeros años de la carrera.
Los últimos años, además de dedicarse a la tesis, trabajó como tutor en una academia de enseñanza de matemáticas, con lo que se ayudaba para el pago de sus estudios. Aunque, también recibió becas de la universidad por buenas notas o participación en actividades culturales como la danza.
Frank Maldonado, ex compañero de universidad y actualmente colaborador en investigaciones, lo describe como una persona perseverante, que no da por sentado las cosas y siempre trata de seguir avanzando.
Con el deseo de continuar aprendiendo, Luis se postuló a varias becas antes de graduarse. Una vez que obtuvo su título se mudó al sur de Italia, para estudiar una maestría en Microelectrónica en la Universidad de Calabria.
Al poco tiempo comenzó un doctorado en Ciencia y Tecnología de Sistemas Complejos, porque el centro educativo le permitía ingresar al Ph.D. si contaba con una publicación científica, había cursado mínimo seis meses de maestría y dominaba al menos dos idiomas. Villamagua tenía dos publicaciones, hablaba tres idiomas y había cumplido los seis meses de maestría.
Durante el doctorado, de tres años, combinó la electrónica con la física, específicamente la ciencia de materiales, una rama en la que ya trabajaba con el grupo de investigación de la UTPL.
Seis meses los cursó en la universidad de Tyndall (Irlanda), gracias a un intercambio estudiantil. Hasta entonces el doctorado había sido teórico, pero esta etapa fue experimental.
En 2014 también tuvo la oportunidad de venir a Ecuador por cinco meses, con una beca de la UTPL, para trabajar en una investigación. En esa ocasión le ofrecieron dar clases en la universidad apenas culminara sus estudios.
Una de las cosas que recuerda de Europa es su diversidad cultural. “Esto me hizo crecer, entender que no todos somos iguales”.
Al retornar al país, en abril del 2016, comenzó a dar clases en la UTPL, inicialmente de cálculo y luego de física. “Como docente me siento renovado, con más humildad y ganas de aplicar nuevos métodos”. Además, es coordinador del grupo de investigación de Fisicoquímica de Materiales.
Alex Aguirre, su alumno, destaca de él su puntualidad y conocimientos sobre los temas que imparte. “Le gustan las cosas correctas y es muy honesto”, añade. Luis Alberto Cuenca, colega, lo considera una persona dedicada, proactiva y persistente.
Desde su época de estudiante de pregrado, Luis ha participado en conferencias sobre investigación científica. Este año, además, participó como invitado en la edición 69 de la Reunión de Premios Nobel en Lindau, Alemania.
Luis se casó hace dos años con una francesa, Claire, y es padre de un varón, de cinco meses. Una de las actividades que más disfruta es cocinar. También, leer de ciencia ficción y montar bicicleta.
Una cita para el intercambio científico
Las Reuniones de Premios Nobel de Lindau fomentan el intercambio entre científicos de diferentes generaciones, culturas y disciplinas. Los encuentros se celebran cada año en Lindau, en el sur de Alemania. Fueron concebidas en 1951 como una iniciativa europea de reconciliación de la posguerra entre los científicos.
Se centran, alternativamente, en fisiología y medicina, en física y en química; cada cinco años se celebra una reunión interdisciplinaria en torno a las tres ciencias naturales.
La edición 69, que se celebró del 29 de junio al 7 de julio de este año, fue dedicada a la física. La cita reunió a 39 premios Nobel y 580 jóvenes científicos –entre estudiantes universitarios, estudiantes de doctorado e investigadores postdoctorales–, de 89 países.
Uno de los invitados fue Luis Villamagua, docente y coordinador del grupo de investigación de Fisicoquímica de Materiales de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).
Para postularse se requiere contar con un perfil académico-científico, tener publicaciones científicas, participar de intercambios de investigaciones, haber dictado conferencias, tener un nivel avanzado de inglés y estar en el top 10 de su promoción universitaria. Además, ser menor de 35 años.
“Fue una experiencia única en la vida. Me gustó la humildad de los premios Nobel y el poder conocer cómo se estudia la física en diferentes regiones”, comenta Villamagua.
El programa incluye conferencias, debates, clases magistrales y paneles de discusión. Todas las sesiones buscan generar el intercambio de conocimientos, ideas y experiencias entre los laureados y jóvenes científico.
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