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  • El acuerdo con la Unión Europea es su prioridad

    Xavier Montero Redacción Guayaquil / LÍDERES

    Las salas de espera de los aeropuertos son sitios familiares para Francisco Rivadeneira Sarzosa. Desde niño, el actual Ministro de Comercio Exterior sabe lo que significa establecerse en otros países y relacionarse con otras culturas.

    Esto, porque sus padres -Rubén y Magdalena- ocuparon altos cargos de la Cancillería en los setenta. Ante ese ir y venir de su familia desarrolló su educación básica entre Quito, Moscú y Nueva York. Además, habla francés, inglés…

    Rivadeneira, quien es considerado por altos funcionarios estatales como un valuarte académico del Gabinete, cuenta con una licenciatura de Relaciones Internacionales de la Universidad de Ginebra (Suiza) y una maestría en Economía Internacional y en Ciencias Políticas del Instituto de Altos Estudios Internacionales y el Desarrollo (Iuheid, por sus siglas en francés), de Ginebra. También, una maestría en Relaciones Económicas Internacionales de la Universidad Andina Simón Bolívar (en Quito) y ha realizado especializaciones en la Universidad de Barcelona, la Escuela de Negocios de Harvard y en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

    El jurista Íñigo Salvador Crespo lo conoce desde los años universitarios de 1990, cuando estudiaban en Ginebra. Lo recuerda como un joven extremadamente caballero y cortés, que atendía la central telefónica y era recepcionista del Iuheid, para financiar sus estudios. Allí, Rivadeneira atendió al desaparecido líder sudafricano Nelson Mandela; al ex secretario general de la ONU, Kofi Annan; al ex presidente de la desaparecida Unión Soviética, Mijail Gorbachov y otros personajes mundiales que asistían a conferencias en ese centro de estudios suizo.

    Fabián Valdivieso, embajador de Ecuador en Polonia, lo conoce hace 25 años cuando la familia Rivadeneira-Sarzosa llegó a la Misión Permanente de Ecuador ante la ONU, en Ginebra. Considera que él está ocupando un cargo para el que llevaba preparándose décadas y admira su faceta de docente. En lo que Valdivieso difiere del actual Ministro -quien en su última declaración patrimonial indica la posesión de una vivienda en Lumbisí y un préstamo inmobiliario a cuestas-, es en su gusto por el basquetball, donde juega como armador.

    Rivadeneira recibió su primer salario formal en junio de 1996. Tras regresar de Europa a Quito; se enroló en Citibank, en donde se quedó tres años. Fue con Eduardo Sarzosa, miembro del Departamento de Financiamiento del BID en Washington, con quien compartió roles en aquella entidad. Sarzosa, su primo, lo recuerda como visionario y ahorrador.

    El Ministro, quien gusta leer a Paul Krugman, tuvo una faceta emprendedora. En 1998 creó la firma Prasc Trading Company. Con un grupo de socios buscó colocar productos ecuatorianos en Europa y en EE.UU. Pero, un año más tarde, en 1999, el ‘crack’ financiero ecuatoriano acabó con esa iniciativa.

    Después, fue parte del equipo negociador ecuatoriano que buscaba un TLC con EE.UU., proceso que se suspendió en el 2006, algo que ideológicamente no está en la agenda del actual Régimen.

    «No nos equivocamos al invitarlo a trabajar con nosotros», indica Eduardo Egas Peña, asesor presidencial y ex viceministro de Comercio. Para Egas, uno de los principales logros de Rivadeneira es su trayectoria en la Corpei entre el 2001 y 2010, en donde creó una «cultura exportadora» con inteligencia comercial.

    Ahora, toda su atención está en la Unión Europea (UE). Él es la cabeza oficial de la delegación ecuatoriana que negocia un acuerdo multipartes con ese bloque. Su intención y la del Gobierno es firmarlo hasta mediados de este año.

    Hoy, los gremios empresariales tienen una imagen positiva de él, aunque en junio del año pasado asimiló las críticas de los exportadores por la renuncia unilateral del Ecuador a las preferencias arancelarias Atpdea otorgadas por EE.UU.

    Henry Kronfle, del Comité Empresarial Ecuatoriano y uno de los principales detractores de los desaciertos en las políticas comerciales del Gobierno ha manifestado su apoyo y confianza al Ministro. Para Eduardo Peña, titular de la Cámara de Comercio de Guayaquil, él es el más apto para el cargo que ocupa.

    «El Presidente Correa se dio cuenta que la parte de Comercio Exterior en la Cancillería no andaba bien. Luego, creó el Ministerio, lo puso en el cargo y dijo vamos a caminar con él». Según Peña, la actuación de Rivadeneira supera algunos intereses «miopes» de funcionarios que se han mostrado abiertamente esquivos a llegar a acuerdos comerciales externos.

    Uno de los anhelos de Rivadeneira es celebrar su cumpleaños 44 con su esposa María y su familia en marzo próximo, tal vez en su casa, algo que no ha ocurrido en los últimos años por sus funciones.

    UN VISTAZO A SU GESTIÓN

    Su aporte. Miembro de la mesa de negociación sobre Normas, reglas de origen y temas aduaneros en el TLC con EE.UU.

    La docencia. En la Univ. Andina, la PUCE y la USFQ.

    El aporte. Preparó el primer Examen de Políticas Comerciales del país ante la OMC.

  • ‘Israel sabe convertir las ideas en productos tangibles’

    César Augusto Sosa Redacción Quito / LÍDERES

    Entrevista / Jonathan Peled

    Israel tiene una vocación a la apertura y ha firmado acuerdos de libre comercio con México y el Mercosur. Recientemente lo hizo con Colombia y ha iniciado un acercamiento con el bloque de la Alianza del Pacífico. América Latina es una región que viene creciendo y que se vuelve cada vez más interesante para desarrollar nuevos negocios. El Director del Departamento de Economía de Israel para América Latina explica cómo mejorar las relaciones con Ecuador.

    Si la vocación de Israel es el libre comercio, ¿cómo afecta en las relaciones comerciales la ideología de gobiernos como el de Ecuador que no creen en los TLC?
    Nosotros trabajamos con cada país según sus características, aunque sí pertenecemos al grupo de países que cree que hay que tener una economía abierta. Somos un país muy pequeño de ocho millones de habitantes. Nuestro enfoque siempre ha sido a la exportación porque el mercado interno es muy pequeño. El 50% de nuestra producción se exporta. Por eso son de mucha ayuda los tratados de libre comercio, porque nos permite entrar a mercados nuevos sin pagar aranceles. Y como tenemos un PIB per cápita alto (USD 33 000), nuestro poder adquisitivo puede interesar a países como Ecuador, que quieran exportar sus productos.

    ¿Por qué el flujo comercial entre Ecuador e Israel se ha mantenido históricamente en niveles relativamente bajos?
    Por falta de conocimiento, de apertura y de empuje de nuestros gobiernos. Ese es justamente uno de los objetivos de mi visita: entender qué hay en Ecuador, sus posibilidades, necesidades y luego transmitirlo en Israel.

    ¿Qué puede ofrecer Israel a Ecuador?
    Podemos ofrecer tecnología para dar soluciones a ciertas necesidades en la agricultura, medicina, salud pública o educación. Y mi desafío es convencer al mundo empresarial israelí que hay oportunidades en Ecuador. Un gran aval para mejorar las relaciones será la visita del presidente Rafael Correa a Israel en este año, aunque falta definir la fecha. Nuestra esperanza es que junto a él venga una delegación empresarial y funcionarios de Senescyt (Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología) para que conozcan un poco más nuestro ecosistema, con el cual hemos podido, sin recursos naturales, desarrollar una economía de alta tecnología.

    ¿Cómo un país pequeño y sin recursos naturales ha alcanzado un alto nivel de industrialización y de desarrollo tecnológico?
    La clave está en el desarrollo humano. Tenemos un sistema educativo y tecnológico muy profundo, que existía antes de la creación del Estado de Israel. Y la otra clave es el enlace entre el mundo académico y el empresarial. Este es el secreto, más allá de los factores culturales como la mentalidad israelí, que es muy directa, informal y poco jerárquica. Parte de nuestra mentalidad de emprendimiento se refleja en proponer cosas, preguntar, querer saber más, probar cosas, etc.

    Y en ese proceso de emprendimiento, ¿qué participación ha tenido el Estado?
    Muy importante, porque al principio dio muchos incentivos, por ejemplo, a la entrada de capitales al país. Logró armar programas como las incubadoras, para que empresas nuevas tengan incentivos económicos, bajos impuestos, avales, etc. Distintas políticas del Gobierno han permitido crear las bases para que empiecen a levantarse los emprendimientos.

    ¿Con protección a sectores o empresas consideradas estratégicas?
    No hizo falta. Vivimos en un barrio donde no tenemos mucha cooperación con nuestros vecinos, lamentablemente. Entonces, nuestro enfoque está en Europa y Estados Unidos. Alrededor de nosotros no tenemos mayor competencia. Ojalá que más adelante tengamos un Estado palestino, que tendrá los mismos desafíos que nosotros: crear una economía de emprendimiento y de conocimiento.

    En Ecuador hay un proyecto como Yachay, que también busca ser el puente entre la Academia y las empresas. ¿Cómo puede Israel aportar a este tipo de proyectos?
    Creo que podemos mostrar cómo hicimos el nexo entre el mundo académico y la comercialización de los inventos, las ideas y los experimentos. Contamos con ‘Tech Transfer’, unas compañías que pertenecen a las universidades. Tenemos cuatro de nivel mundial en distintas áreas, sobre todo tecnológicas, que saben enganchar las ideas y la propiedad intelectual con el mundo empresarial. No es suficiente tener una buena idea, hay que comercializarla. El secreto es convertir las ideas en algo tangible. Ahí es cuando el Estado, con sus incentivos, promueve a los jóvenes para que lancen sus ideas. Eso ha permitido que la mayoría de inventos en el mundo del internet hayan nacido en Israel.

    ¿Por ejemplo?
    Aplicaciones avanzadas en telefonía celular. Los microprocesadores Intel, por ejemplo, son hechos de principio a fin en Israel. Por eso la fábrica más grande que tiene Intel fuera de Estados Unidos está en Israel. Las aplicaciones para armar sitios web son de Israel. O la aplicación Waze, que fue vendida a Google por USD 1 300 millones. Todo el ‘FireWall’ que existe en las computadoras son inventos en Israel, a través de la empresa Check Point. Muchas de las compañías internacionales como Google, Microsoft, Facebook, etc. ponen sus centros de investigación y desarrollo en Israel, porque han reconocido que hay un talento muy grande y jóvenes que tienen hambre por desarrollar productos e inventos. Hay 260 empresas americanas e internacionales que tienen su sede de investigación y desarrollo en Israel.

    ¿Con quién se ha reunido en Ecuador?

    Con la Senacyt, cámaras de comercio, centros de investigación, el proyecto Yachay. En febrero viene una comisión del mundo académico para cooperar y asistir, que nos parece muy interesante.

    UN VISTAZO A SU HOJA DE VIDA

    La formación. Graduado de la Universidad de Tel Aviv (B.A.) en Ciencias Políticas y Economía.

    Su experiencia. Fue portavoz de la Embajada de Israel en Washington. Hoy es el Director del Departamento de Economía para Norteamérica, Latinoamérica y África.

  • El aprendizaje en comercio exterior se apoya con giras

    La UPEC está en permanente contacto con sus egresados. La Escuela de Comercio Exterior y Negociación Internacional, por ejemplo, no ha descuidado a sus exalumnos y hace un seguimiento una vez que se titulan como ingenieros. La mayoría de egresados decide establecerse en Tulcán, aprovechando el alto movimiento de comercio y transporte internacional que se registra en la zona binacional de Rumichaca.

    Esta Facultad relaciona y alterna la teoría con la práctica, a través de visitas, giras y prácticas preprofesionales que desarrollan los alumnos. Su decana, Liliana Montenegro, resalta los convenios alcanzados que permiten que los educandos participen en giras e intercambios en Ecuador, Colombia y Panamá.

    Los alumnos de la carrera de Comercio Exterior se han involucrado en los sistemas de comercio y transporte binacional, que se registra entre los fronterizos puertos secos de Tulcán (Ecuador) e Ipiales (Colombia). Algunos realizan sus prácticas en operadoras de comercio internacional, sistemas de transporte bilateral, Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador y entidades financieras.

    A partir del sexto semestre, los alumnos de esta Facultad realizan recorridos a puertos secos, marítimos y aéreos. El objetivo es relacionar la teoría con la práctica durante 40 horas, en una semana, cada seis meses. Los recorridos tienen el aval de un certificado de la universidad y visitan el puerto marítimo de Buenaventura en Colombia y el Canal de Panamá.

    Las giras son parte del valor agregado del currículo que oferta la UPEC y que posibilita a los futuros profesionales conocer los sistemas de transporte, cadenas logísticas y aduaneras, y procesos de importaciones y exportaciones.

    Los alumnos en los últimos semestres comparten experiencias y conocimientos con sus similares de las universidades del Valle en Cali y Nacional de Panamá.

    En los viajes realizan visitas a empresas, como la firma de cerveza Poker, de Colombia. Estas experiencias permiten ver más allá y evidenciar la realidad del comercio, comenta Henry Pólit, egresado de la UPEC. «Nuestro propósito es que la marca UPEC sea reconocida a escalas nacional e internacional, bajo estándares de creatividad, emprendimiento, creación de software y más herramientas», indica Liliana Montenegro.

    Darío Pozo, alumno de Comercio Exterior, hace dos años hizo las prácticas preprofesionales durante seis meses en la operadora de comercio internacional Integración Andina Servicios Asociados de Tulcán. Cuenta que esta experiencia le permitió fortalecer sus conocimientos.

    Galo Benavides, agente afianzado de Aduanas en Tulcán, explica que los estudiantes durante las prácticas preprofesionales enfrentan en territorio las dificultades que deberán sortear cuando logren profesionalizarse.

    El dato:

    1 200 alumnos tiene este centro de estudios en la provincia del Carchi.

  • Torres & Torres los procesos aduaneros se integran en cuatro firmas

    Redacción Guayaquil (I)

    La oficina matriz del grupo empresarial guayaquileño Torres & Torres funciona en las calles Rosendo Avilés y Antepara, en el sur de Guayaquil.

    Esa edificación fue el hogar en el que creció Pablo Torres y en donde comenzó su negocio aduanero, cuando tenía 23 años. En 25 años de trabajo, pasó de ser agente de aduanas a fundador de un grupo de cuatro firmas dedicadas a brindar un servicio logístico integral de comercio exterior, que en el primer semestre del 2014 facturó USD 9,2 millones Torres & Torres Agentes de Aduana; Ciateite, empresa especializada en transporte de carga; Tolepu, consolidadora de carga internacional; y Torrestibas, especializada en estiba de carga, son los negocios que este empresario dirige y que generan unos 500 empleos.

    La necesidad de costear sus estudios de ingeniero eléctrico lo obligó a buscar un empleo en 1988. Su padre, Eduardo Torres, que trabajaba en la Corporación Aduanera Ecuatoriana, ahora Servicio Nacional de Aduanas (Senae), lo ayudó a encontrar un trabajo como auxiliar de un agente aduanero y una vez que aprendió los procesos, se independizó.

    «En esa época, todo en el puerto (de Guayaquil) se hacía manualmente, no había sistemas tecnológicos, todo se anotaba en cuadernos y no había contenedores, entrábamos a las bodegas de los barcos a ver las cajas», recuerda Torres.

    Torres & Torres Agentes de Aduanas se constituyó como empresa en 1995 con unos 40 clientes; actualmente, el grupo tiene una cartera de 1 000 registrados, y alrededor del 50% son clientes fijos.

    El año pasado hizo una inversión de USD 2 millones en infraestructura de un nuevo edificio para Ciateite y este año invirtió alrededor de USD 6 millones en la implementación de 15 camiones para el transporte de la carga.

    La estrategia que le permitió crecer, dice Torres, fue apostarle a la tecnología y a los procesos de calidad, cuando nadie más lo hacía. Cuando comenzó como agente de aduanas independiente, implementó un sistema de computación en su oficina para tener los trámites de manera digital y dotó de radios a sus colaboradores, para que sus clientes estén al tanto de todo lo que pasaba con su carga. En el 2002, la empresa obtuvo la certificación de calidad ISO 9001.

    «En esa época nadie usaba tecnología en trámites de aduanas, eso me permitió ser más ágil en el manejo de procesos y evitar errores«, cuenta. Además, Torres destaca que lo que hace competitivo al grupo es que las cuatro empresas cubren todos los procesos que se requieren en la gestión de comercio exterior: desde la asesoría aduanera, los trámites, el transporte y la estibación de la mercadería.

    Basesur, que importa frutos secos, es una de las empresas que contrata el servicio completo. Hugo Rodríguez, jefe del departamento de Importaciones, comenta que prefieren a este grupo por la agilidad de los procesos. «Como tienen un servicio integral nos facilitan todo el proceso de comercio exterior, y tienen un sistema muy completo de actualización de status», indica el ejecutivo.

    La empresa además tiene un semillero, para capacitar a sus futuros colaboradores. «Aunque tenía un título universitario, el semillero es útil para estar actualizado», dice María Fernanda Sánchez, que entró al semillero en el 2012.

    La empresa en síntesis

    El semillero: En el 2002 la firma implementó un programa de capacitación para jóvenes que deseen entrar a trabajar a la empresa. En el semillero se dictan clases relacionadas con comercio exterior y aduanas, y se toman pruebas a los participantes. Quienes obtienen mejores notas entran a laborar en la empresa.

    La calidad: La firma cuenta con certificación de calidad ISO 9001 y la de seguridad BASC. Además, trabaja con aliados estratégicos en 88 países para consolidación de carga internacional.