Etiqueta: cosecha

  • Colombia apunta a mantener la producción de café en 2021

    Reuters   (I)

    Relacionadas

    Colombia, el primer productor mundial de café arábigo lavado, buscará mantener sus niveles de producción y exportaciones en 2021 aprovechando el buen comportamiento de los precios internacionales, pero no proyecta incrementar su cosecha ni el área sembrada, dijo un influyente dirigente cafetero.

    El país terminará este año con una producción de alrededor de 14 millones de sacos de 60 kilos y exportaciones de entre 12,5 millones y 13 millones de sacos, sin mayores efectos por la pandemia del covid-19, que llevó a un aislamiento obligatorio de más de cinco meses, entre marzo y agosto.

    “Tenemos un parque cafetero montado, joven, tranquilo para producir entre 14 y 14,5 millones de sacos. Produciremos un poquito más o un poquito menos dependiendo de variables como el clima, la fertilización”, dijo el gerente de la Federación Nacional Cafeteros, Roberto Vélez.

    “El parque cafetero, como el que tenemos, no da para producir más de 14,5 millones de sacos. Tenemos que seguir con nuestro tema de aumentar la productividad, de aumentar las densidades, pero no hay mucho más”, explicó al asegurar que no hay planes del Gobierno ni del sector privado para subir la siembra de café, aumentar el aérea cultivada y la producción.

    Vélez anunció que la meta para el próximo año es elevar la productividad a 22 sacos de 60 kilos por hectárea, desde los 19,5 actuales. Colombia cerró 2019 con una producción de 14,8 millones de sacos, la mejor en los últimos 27 años, por un aumento de la productividad y el buen clima.

    Vélez destacó que el café colombiano se ha visto beneficiado de un mercado exigente que reconoce su calidad y que durante 2020 ha pagado una prima de 50 centavos de dólar por encima del precio de referencia de la Bolsa de Nueva York, lo que permitió a los productores pagar deudas y recuperar rentabilidad después de varios años en los que no cubrieron los costos de producción.

    “No hay bonanza cafetera, esto es una recuperación de la rentabilidad de la caficultura”, afirmó el gerente de la federación.

    El dirigente prevé que en 2021 la prima de calidad que le reconocen al café colombiano se debe mantener en niveles de 50 centavos por libra, lo que sumado a la estabilidad del dólar y de las cotizaciones en Nueva York le permitirán al sector mantenerse competitivo y avanzar en el proceso de renovación de cafetales para tenerlos con una edad promedio de 6,5 años, resistentes a la roya y a la broca.

    El país sudamericano -el tercer productor mundial de café después de Brasil y Vietnam- tiene cultivadas 880 000 hectáreas con cafetales y unas 560 000 familias dependen de esa actividad.

    Colombia, conocida por sus cafés suaves y de alta calidad, espera que el valor de su cosecha cierre en unos 9 billones de pesos (USD 2 505 millones), la más alta en la historia del país.

    Colombia cerró 2019 con una producción de 14,8 millones de sacos, la mejor en los últimos 27 años. El país tienen 880 000 ha de cafetales. Foto Reuters
    Colombia cerró 2019 con una producción de 14,8 millones de sacos, la mejor en los últimos 27 años. El país tienen 880 000 ha de cafetales. Foto Reuters
  • De hacienda familiar, a Empresa B

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Relacionadas

    Organic Life nació en la Hacienda Aispur, propiedad de la familia Ruales, ubicada en la parroquia rural de Amaguaña, cantón Mejía, en Pichincha.

    Hace unos 12 años, Magdalena Ruales comenzó a sembrar diferentes vegetales y frutas en la hacienda familiar. Para entonces era solo un pasatiempo. Lo que cosechaba era para consumo de la familia, pero con el incremento de la cosecha empezó a ofrecer parte de la producción a sus vecinos en Quito, mediante venta de garaje.

    Tras el crecimiento del pequeño negocio, en el 2014 Magdalena y sus hijas, Viviana y Melisa López, lo formalizaron como una empresa y abrieron una tienda online, con una inversión de USD 40 000.

    Viviana, gerenta General, se encontraba trabajando en Nestlé como gerenta de Marca. Pero en el 2015 renunció para dedicarse de lleno a la empresa familiar.

    En la tienda se exhiben más de 100 productos. El plus de la marca es que son completamente orgánicos, al no tener químicos, pesticidas, fertilizantes ni aditivos sintéticos.

    El 2008 obtuvieron la Certificación Orgánica Ecuador, que otorga Agrocalidad, junto a QCS y la USDA Organic.

    Su producto estrella son los huevos, que desde hace un año están en Megamaxi y Supermaxi. Al mes venden cerca de 40 000 unidades. Se empacan en cubetas de cartón reciclado, cubiertas con una tapa de cartulina hecha con caña de azúcar, que elabora Impregpack. “Son buenos clientes, saben lo quieren, pero también se dejan asesorar”, comenta Marco Moreno, gerente de la firma proveedora.

    Entre la variedad de productos que oferta Organic Life destacan también frutillas, aguacates, espinaca, tomate riñón, remolacha, cebolla y kale (variedad de col); los cuales varían en el portal según la temporada de cosechas. Algunos los compran a terceros, como quinua, avena, mezcla de pancakes y ghee (mantequilla clarificada).

    Los productos se entregan en fundas de papel reciclado, que les provee la empresa Boga Fundas de Papel. Al principio les compraban unas 100 bolsas trimestrales, pero con el crecimiento de la producción, los pedidos subieron a 500 unidades, indica Doenitz Bosmediano, gerente de Boga.

    La empresa realiza envíos a domicilio en Quito y Guayaquil; en otras ciudades usan cooperativas de transporte.

    Los clientes también pueden adquirir sus productos en tiendas orgánicas de Quito, Guayaquil y Cumbayá. Una de ellas es Superfoods, un local que integra un restaurante vegetariano, la tienda y una escuela de cocina.

    Este negocio tiene dos sedes, una en el centro-norte de Quito y otra en Cumbayá. Desde que arrancaron, hace cuatro años, tienen entre sus proveedores a Organic Life. “Sus productos son de excelente calidad y me encanta la presentación”, comenta Gizella Greene, gerenta de Superfoods.

    Restaurante Urko, en el norte de Quito, también usa los productos de Organic Life para la elaboración de sus platos. El negocio elabora cocina local, con productos ecuatorianos. Su menú se basa en la cosmovisión andina y el calendario agrícola. “Para la creación del menú vamos hasta las fincas y en función de su producción, planificamos”, explica Daniel Maldonado, propietario, quien añade que con Organic Life mantienen una relación estrecha.

    Sury Serrano es una clienta que desde hace dos años adquiere verduras y frutas. “Usualmente les compro dos cajas, con ello preparo mis jugos verdes y ensaladas”, señala esta clienta.

    Para Viviana, uno de los principales desafíos es que los proveedores también cuenten con certificaciones orgánicas. Organic Life apoya a una familia de campesinos de Checa en el proceso de certificación, y ahora les proveen de cereales y granos para la alimentación de las gallinas.

    Gracias a su enfoque social y sustentable, Organic Life se certificó este año como Empresa B.

    Datos

    USD 40 000 fue la inversión inicial de la empresa.

    Más de 100 productos ofrece la empresa en la tienda online.

    USD 150 000 facturó la firma el pasado año, el doble que el 2018.  

    Los precios de sus productos están entre 15 y 20% por encima de los convencionales.

    Viviana López, gerenta de Organic Life, junto a algunos de los productos que ofrecen, como huevos y vegetales. La oficina de la empresa está en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Viviana López, gerenta de Organic Life, junto a algunos de los productos que ofrecen, como huevos y vegetales. La oficina de la empresa está en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • El mango del Chota se cosecha dos veces al año

    Redacción Sierra Norte (F)
    Contenido Intercultural

    Relacionadas

    La asociatividad es una de las estrategias que implementaron productores de mango en las provincias de Imbabura y Carchi.

    Unos 13 agricultores decidieron, en el 2013, integrar la Asociación de Productores del Valle del Chota (Asoprovalle), para comercializar directamente la fruta.

    Al inicio vendían las cosechas en los mercados de la región. La mayoría de comerciantes creía que la fruta provenía de la Costa.

    Las primeras plantas de la variedad Tommy Atkins fueron sembradas hace más de dos décadas. El cultivo se fue propagando paulatinamente en las parcelas de estos productores, entre mestizos y afrodescendientes.

    El cultivo reemplazó a productos tradicionales de ciclo corto como el tomate riñón y fréjol, cuyos precios son muy fluctuantes.

    El cambio les permitió progresar, explica Marco León, gerente de la firma Asoprovalle.

    La planta es productiva tras un lustro de desarrollo. Arnulfo Armas, ingeniero agrónomo de profesión, está a punto de terminar su primera cosecha. Calcula que en total obtendrá 12 000 kilos.

    En su propiedad, situada en la zona baja de Pimampiro, sembró las matas del mango en 3 hectáreas. Optó por este cultivo porque asegura que en esta zona florece de mejor manera. Por eso, ahora prevé extender el cultivo en 5 hectáreas más.

    A diferencia del mango que se produce en el litoral y que genera una cosecha al año, en el caluroso valle norandino se recolecta el fruto en dos períodos. El primero va de diciembre a marzo y el otro de julio a septiembre. Se calcula que 300 hectáreas de esta variedad se sembraron en la zona.

    El agruparse les ha traído beneficios. Desde hace cuatro años provén de esta fruta, de pulpa naranja y piel roja, a la Corporación La Favorita. Cada semana cosechan unos 13 500 kilos.

    El mango Tommy Atkins del Chota también ha conquistado el mercado colombiano. En ese país le conocen como el mango Pastuso. En lo que va de este año han exportado 60 000 kilos.

    El último envío se hizo el lunes 23 de septiembre del 2019. Antes del embarque, técnicos de la Dirección Distrital de Agrocalidad Zona 1 hicieron una inspección sobre el estado fitosanitario de la fruta. No hubo ninguna novedad.

    La meta de Asoprovalle es posicionarse como una firma agroexportadora y ser parte de la transformación agrícola. Para ello, otro de los logros es la apertura de un centro de acopio, que está situado en el sector La Playa, de Ambuquí. Funciona desde mayo del 2018.

    La organización adquirió el terreno en USD 75 000. En la construcción de la infraestructura se invirtieron USD 114 000.

    El mayor monto es un aporte de los socios. Para ello, apelaron a un crédito en una entidad bancaria.

    En tanto, el Programa de Incentivos a las Iniciativas Productivas de la Prefectura de Imbabura les apoyó con USD 34 000.

    Por ahora, esperan que se haga realidad el ofrecimiento del Ministerio de Agricultura y Ganadería, para la instalación de un cuarto de refrigeración que facilitará y mejorará la cadena productiva. 

    Otros datos

    La organización alista el aumento de socios de 13 a 23. Se busca integrar los hijos de los miembros de Asoprovalle.

    La idea es que las nuevas generaciones tomen la posta en la producción y comercialización de la fruta.

    Cada caja tiene un peso de 27 kilogramos. Cada fruto puede pesar entre 400 y 600 gramos.

    El mango de la Sierra Norte también se envía a los mercados de la Costa.

    La fruta es la materia prima de emprendimientos que producen pulpa y jugos.

    Marco León, gerente de Asoprovalle, inspecciona un cargamento de mangos que tenía como destino los mercados de Colombia. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    Marco León, gerente de Asoprovalle, inspecciona un cargamento de mangos que tenía como destino los mercados de Colombia. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • La agricultura es el sustento del tsáchila

    María Victoria Espinosa

    Relacionadas

    La agricultura es la principal actividad económica de las siete comunas de la nacionalidad tsáchila. El 60% de la población, que corresponde a unos 2 000 tsáchilas, se dedican a la producción de plátano, yuca, orito, cacao, caña de azúcar y frutas tropicales.

    El agricultor Carlos Calazacón, de la comuna Chigüilpe, señala que hace 400 años la principal actividad de los tsáchilas era la pesca y la cacería. Pero esas fueron desapareciendo cuando se empezó a poblar Santo Domingo y se contaminaron los ríos y se talaron los bosques. “Al ver que los colonos tenían parcelas y que vendían esos frutos, los tsáchilas también quisieron incursionar en la agricultura hace 50 años”.

    Según datos de la Gobernación Tsáchila, 7 000 hectáreas, ubicadas en las siete comunas, están dedicadas a la producción agrícola. Hasta hace dos años, el 40% de esas hectáreas de tierra había perdido los nutrientes por las malas prácticas de los agricultores.

    Para recuperarlas, técnicos del Ministerio de Agricultura realizaron talleres prácticos sobre la fertilización y el control de plagas en las parcelas. Desde entonces, la producción ha mejorado y eso permitió que los tsáchilas se asociaran con organizaciones productivas con centros de acopio y que comercialicen directamente el producto.

    La principal es la Corporación Productora y Comercializadora Unión Carchense, que exporta directamente a la Unión Europea 3 000 cajas de orito (baby banana) semanales. En esa asociación se han agrupado más de 50 productores. Ellos cosechan ese producto en 260 hectáreas distribuidas en varias zonas de la provincia, como la comuna Otongo Mapalí. Ahí los tsáchilas cosechan unas 30 hectáreas de orito.

    Miguel Aguavil, agricultor de Otongo Mapalí, señala que en esa comuna unas 30 personas se dedican a la producción de 500 cajas de orito semanales para exportación. Cada caja se vende entre USD 5 y USD 7.

    Los otros productos se cultivan para el consumo interno y también se comercializan a los centros de acopio provinciales o en los mercados de la ciudad.

    Según la Gobernación Tsáchila, la economía en las comunas se mueve a través de la agricultura, el turismo y el chamanismo. De acuerdo a un sondeo que realizó la Gobernación a los cabildos de cada comuna, por esas actividades ingresan alrededor de USD 8 000 mensuales a cada comuna. Pero esa cifra varía de acuerdo a los ciclos de cultivos y cosechas, feriados y vacaciones escolares.

    Agustín Calazacón vive en la comuna Chigüilpe. Él es productor de plátano y cacao, guía turístico y vegetalista. Foto: Juan Pérez / LÍDERES
    Agustín Calazacón vive en la comuna Chigüilpe. Él es productor de plátano y cacao, guía turístico y vegetalista. Foto: Juan Pérez / LÍDERES
  • Frutos orgánicos que se cosechan en una hacienda centenaria

    Pedro Maldonado

    Relacionadas

    A una hora de Loja, en una zona marcada por los microclimas se encuentra la Hacienda Gonzabal, un lugar con más de 400 años de historia y que desde el 2015 se convirtió en un emprendimiento que produce y oferta alimentos orgánicos.

    Su historia está marcada por haber sido una suerte de granero de la capital lojana, a inicios del siglo XX. La ganadería, así como la cosecha de trigo y cebada, de caña de azúcar y de cítricos, marcaron una etapa de este espacio que también se posiciona como un destino turístico para quienes desean estar, literalmente, desconectados del mundo. Esta iniciativa es parte de la familia Burneo.

    María del Carmen Burneo está al frente de esta iniciativa. Ella cuenta que en el 2015, tras la muerte de su padre, Ramón Burneo, heredó la hacienda. “Yo estaba familiarizada con el trabajo agrícola, pero otra cosa fue hacerse cargo y mantenerla productiva”.

    Esta mujer asumió el reto, investigó el mercado y concluyó que podía darle un giro a la propiedad de la familia mediante la producción orgánica. Para esto se apoyó en Seproyco, la consultora que dirige en Quito y que trabaja asesorando a pequeños productores.

    El trabajo en los sembríos arrancó con la contratación y capacitación a gente. Hoy la tarea la cumple un equipo de cinco personas que se reparten actividades como el cultivo hasta el despacho. Seproyco, por su parte, brinda servicios administrativos y logísticos.

    Uno de los desafíos, según cuenta Burneo, fue el cuidado de los cultivos, lo que dificultaba la productividad. Para lograrlo se estableció un protocolo; además se formaron lotes para un control más efectivo de lo que se sembraba y se cosechaba.

    Hoy en día Hacienda Gonzabal tiene dos hectáreas en las que se producen acelga, apio, fréjol, zuquini, zapallo, zambo, papa, camote, yuca y más alimentos. Todos estos productos agrícolas tienen certificación orgánica. La certificadora es Oko Kiwa.

    Gonzalo Montalvo, inspector, cuenta que Hacienda Gonzabal tiene el certificado y ahora está en proceso de renovación. “Es un sello para el mercado nacional”. La inspección para la renovación se realizó en los primeros días de mayo.

    Burneo tiene una agenda apretada. Ella está radicada en Quito, pero viaja con mucha frecuencia hasta Loja para revisar el trabajo en el campo. Está contenta: “La idea fue generar una canasta de productos para una nutrición equilibrada”, dice en su oficina en el centro-norte de Quito.

    Los productos de esta iniciativa llegan a consumidores de Pichincha y Guayas. En esta última provincia uno de sus canales de venta es supermercados Del Portal, que pertenece a la empresa Liris.

    Allí se venden vegetales, café, manjar y productos envasados de Hacienda Gonzabal, según explica Luis Bonal. “Los productos son de alta calidad y la relación con el proveedor es excelente. Hemos crecido a la par”.

    Pero los retos siguen, dice Burneo. Ganar mercado, armonizar los volúmenes de producción y la demanda, y educar al consumidor son prioridad para la hacienda.

    Datos

    Las ventas anuales alcanzaron los USD 80 000 en el 2017. En ese año los ingresos se duplicaron en relación con el 2016.

    Los ingresos cubren los gastos y se reinvierten en nuevos procesos. La iniciativa ha invertido unos USD 40 000 en una serie de procesos productivos.

    En la actualidad, Hacienda Gonzabal tiene cerca de 25 clientes. De esa cifra unos 20 son supermercados que tienen vitrina para alimentos orgánicos. Los clientes son personas con conciencia ambiental. tiene cerca de 25 clientes. De esa cifra unos 20 son supermercados que tienen vitrina para alimentos orgánicos. Los clientes son personas con conciencia ambiental.

    María del Carmen Burneo dirige Hacienda Gonzabal. La iniciativa se encuentra en el noroccidente de la provincia de Loja. Foto: Cortesía
    María del Carmen Burneo dirige Hacienda Gonzabal. La iniciativa se encuentra en el noroccidente de la provincia de Loja. Foto: Cortesía
  • Cosecha de arroz, en apogeo en los sitios montuvios

    Bolívar Velasco

    Relacionadas

    La temporada de la cosecha de arroz activa la pericia del manabita en sus labores en el campo.

    Tras cuatro meses de espera los agricultores acuden a sus zonas plantadas para extraer la gramínea en sus extensos territorios. Este año la recolección del producto coincidió con el verano y es por eso que desde junio pasado las familias se organizan para ir por la cosecha. Para los agricultores que se identifican con el grupo étnico de los montuvios, esta es una tarea que forma parte de sus más antiguas tradiciones.

    Y que con los años ha sido arraigada como una forma de tener al agro como fuente de subsistencia y la base de su economía.

    La provincia de Manabí es la tercera a escala nacional con superficie sembrada de la gramínea. Según el censo agropecuario, su área arrocera ocupa 14 593 hectáreas y está por debajo de Guayas (185 429 ha) y Los Ríos (131 886 ha).

    El cantón Tosagua es una de las zonas manabitas con mayor producción de arroz. Desde el inicio de la cosecha en los sembríos del lugar hay mucho movimiento.

    La familia Delgado Zambrano apenas ha extraído 11 de las 21 hectáreas que debe cosechar en el sitio La Estancia.

    La jornada empieza a las 05:00 y se extiende hasta las 15:00.

    José Delgado utiliza una camisa con mangas largas, un machete y un sombrero para protegerse cuando salga el sol.

    Esta es la vestimenta típica del montuvio. Pero para Delgado además de un símbolo de identidad es una ayuda que le evita tener inconvenientes propios de una jornada, como la picadura de insectos y la fricción con el monte.

    En cada cuadra arrocera suelen estar entre tres y cinco jornaleros. María Zambrano ayuda a su esposo cuando debe cumplir con una entrega urgente del producto a las piladoras de Charapotó, en el cantón Rocafuerte, ubicado a media hora de Tosagua.

    En dos semanas de jornada se estima que se extraen unos 120 sacos de gramínea sin procesar.

    Los agricultores manabitas confían que con el proyecto de Multiplicadores de Semillas de Arroz, del Ministerio de Agricultura Acuacultura Ganadería y Pesca, podrán cumplir con sus expectativas de cosecha de este año.

    En el 2016 sembraron la semilla certificada por esa entidad y obtuvieron un mejor rendimiento en sus cultivos.

    De las 4,5 toneladas por hectáreas que se estimaban para ese año se extrajeron hasta 5.9, según los reportes entregados por los mismos agricultores.

    El productor de arroz José Delgado divide sus ventas entre las piladoras y la empresa pública de la Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA).

    En la primera recibe hasta USD 35 por un saco de 200 libras, mientras que en la UNA obtiene hasta USD 46 por la misma cantidad.

    Tito Cedeño, habitante del sitio La Madera, en Tosagua, sabe que la cosecha de la gramínea demanda de mucho esfuerzo manual.

    Las plantas deben ser erradicadas con las manos y de esa forma se aprovecha la mayor cantidad del diminuto grano.

    Aunque la tarea es agotadora, él reconoce que al final el esfuerzo le deja beneficios. Esto porque además vende a las piladoras privadas de la provincia.

    En la vía a los Paipai en Tosagua, Manabí,  las familias montuvias venden hasta USD 40 el quintal de arroz. Foto: Katherine Delgado/ para Líderes
    En la vía a los Paipai en Tosagua, Manabí, las familias montuvias venden hasta USD 40 el quintal de arroz. Foto: Katherine Delgado/ para Líderes
  • La innovación llega a los sistemas de cosecha de cacao

    Redacción Guayaquil

    La contracción económica que sufrió el sector importador del país, a causa de las salvaguardias, llevó a Diego González, presidente de Link World Ecuador, a darle un giro a su negocio.

    La empresa, dedicada desde el 2011 a la importación de productos y accesorios tecnológicos, decidió innovar e implementar una nueva estrategia. Desde marzo de este año, el emprendedor exporta la pasta de cacao o también conocida (sobre todo en países europeos) como licor de cacao; es decir, barras de cacao sin azúcar .

    Este producto se caracteriza y se diferencia de otros en que es 100% natural y proviene de la premacultura, “una filosofía de trabajar con la naturaleza y no en contra de ella”.
    Según González, la premacultura se caracteriza por tres principios básicos: cuidar la tierra de cultivo, cuidar a los trabajadores y ser justos con el productor en la distribución de los ingresos económicos.

    Los negocios mueven a este joven ecuatoriano de 30 años, que no le teme a los riesgos ni al desafío de abrirse a nuevos mercados.

    Esta iniciativa surgió luego de un encuentro en diciembre del año pasado en Estados Unidos con un empresario argentino radicado en Nueva York, quien le comentó que se dedicaba a la distribución de licor de cacao importado desde Guatemala. Entonces, González vio una oportunidad de negocio y promocionó, sin dudar, el producto ecuatoriano: el cacao fino de aroma.

    La tendencia en el mundo, explica, es comprar productos orgánicos. A esto se añade el hecho que existe una comunidad creciente de personas preocupadas por el cuidado ambiental, las buenas prácticas agrícolas y el cuidado de su salud. Hacia este nicho apunta su estrategia.

    Fue así que las negociaciones comenzaron enseguida. En febrero de este año el nuevo socio comercial llegó a Ecuador para realizar los estudios de campo en las zonas productoras. Las tres fincas que producen el cacao que Link World exporta a Estados Unidos están ubicadas en: Calceta (Manabí); Buena Fe (Los Ríos); y Riveras del Río Bulubulu (Guayas).

    Maquita Agro es la empresa que el exportador contactó para que sea la encargada de procesar el cacao y convertirlo en pasta.

    En dos meses, González ha vendido una tonelada y media de licor de cacao a su principal comprador. Sus objetivos a corto plazo, asegura, son: promocionar el consumo de este producto, “ya que las personas prefieren consumir chocolate (cacao con azúcar), pero desconocen las propiedades del cacao natural”.

    El segundo objetivo es buscar nuevos compradores extranjeros no solo para posicionar su producto sino la marca del cacao ecuatoriano como tal, cuyas características de calidad son reconocidas a escala internacional.

    En junio de este año el empresario tiene previsto realizar varios eventos en el exterior para darse a conocer . Ya cuenta con una agenda de visitas a Canadá (Toronto), Estados Unidos (Nueva York) y Portugal. En este último país será el representante de Ecuador en una feria internacional de negocios, en la cual promocionará exclusivamente su producto: el licor de cacao.

    Diego González, presidente de Link World Ecuador,  exporta desde marzo licor de cacao. Foto: Enrique Pesantes /  LÍDERES
    Diego González, presidente de Link World Ecuador, exporta desde marzo licor de cacao. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • El agua para el cultivo se cosecha con su producto

    Redacción Quito

    (I)
    La falta

    La falta de agua para sus cultivos de palma africana en Quinindé, Esmeraldas, se convirtió en una oportunidad de negocios para Miguel Cueva. Al no tener opciones de riego, él encontró una agrotecnología con origen en EE.UU. que no había sido introducida nunca en Ecuador y así nació Cosecha de Lluvia.

    Este emprendimiento comercializa un hidrorretenedor que almacena agua de tal manera que, cuando viene la lluvia o riego, el líquido queda en su interior. El producto es un poliacrilato de potasio que por cada gramo puede retener hasta medio litro de agua.

    “En contraste con una esponja, este producto retiene el líquido y solo cuando las raíces de la planta hacen contacto con el gel estas pueden absorber el agua y los nutrientes”, explica Cueva.

    Debido a que está conformado por potasio, la planta no se ve afectada ya que este es un nutriente importante. Incluso, cuando la partícula termina su vida útil a los cinco años, al ser insoluble no se absorbe por la planta.

    La tecnología fue creada en Japón a mediados del siglo XX. Sin embargo, no se utilizaba en Ecuador debido a que las estaciones, hace algunos años, eran más marcadas. “Ahora no se sabe con precisión cuándo va a llover, entonces este producto es una gran ayuda”, agrega Cueva.

    Sus operaciones se iniciaron en 2015 con una inversión de USD 10 000. La primera importación fue de una tonelada de producto y la estrategia de ventas era visitar a cada agricultor y hacer pruebas. Cueva recuerda que uno de los primeros problemas fue que había incredulidad en las personas.

    “No entendían cómo en un gramo podía retener tanta agua y estuvimos a punto de cerrar la por que no había ventas”, explica.

    Pero una vez que los usuarios empezaron a atestiguar sobre el producto, las ventas incrementaron. Hasta la fecha su facturación sobrepasa el 600% de la inicial con un monto promedio mensual de USD 4 000. El emprendimiento cuenta con distribuidores en todo el país excepto las provincias de Chimborazo, Tungurahua y de la región Amazónica.

    Al escuchar del producto, Salomón Gordillo, ganadero de Machachi, decidió probar en una hectárea en su hacienda. El objetivo era mejorar el crecimiento y calidad del pasto para alimentar a su ganado lechero.

    “Anteriormente debía regar una vez por semana por cinco horas pero ahora lo hago una vez al mes. El ahorro que he obtenido es sustancial, aproximadamente reduje el 75% del consumo de agua solo en esa hectárea”, asegura Gordillo. Debido a que el producto está fuera de stock, el ganadero no pudo comprar más pero espera ampliar el uso a dos hectáreas más, próximamente.

    La dosis depende de los litros de agua que el agricultor desee almacenar. Cueva explica que trabajando con plantas de cacao en El Empalme, en Guayas, utilizaron 10 gramos por planta bajo 40 grados de temperatura y 10 horas de luz diarias. El resultado fue 21 días sin tener que realizar riegos.

    En viveros o camas de cultivo más pequeños, un gramo se debe utilizar por kilo de suelo para lograr casi un mes de agua.

    La utilización depende de la estación y el objetivo esperado. En casos en los que el agua es escasa se debe sembrar la planta con más producto, lo cual asegurará que en las lluvias o riegos se maximice la retención. En casos en los que el agua es abundante, el uso puede reemplazar mano de obra o sistemas de riego más costosos.

    El producto se comercializa a través de visitas y asesoramiento personalizado a un precio de
    USD 30 por kilogramo.

    Miguel Cueva es el fundador de Cosecha de Lluvia. Su experiencia en la finca de la familia en Quinindé le dio la idea para iniciar su empresa. Foto: Foto: Vicente Costales/ LÍDERES
    Miguel Cueva es el fundador de Cosecha de Lluvia. Su experiencia en la finca de la familia en Quinindé le dio la idea para iniciar su empresa. Foto: Foto: Vicente Costales/ LÍDERES
  • Colombia cierra el 2015 con la mejor cosecha de café en 23 años

    Agencia EFE

    Relacionadas

    La cosecha de café en Colombia alcanzó en 2015 los 14,2 millones de sacos de 60 kilos, lo que supone el mejor resultado de los últimos 23 años, informó hoy 6 de enero del 2016 la Federación Nacional de Cafeteros.

    El incremento de la producción de café en Colombia ha sido sostenido en los últimos cuatro años, un período en el que creció un 83% al pasar de 7,7 millones de sacos en 2012 a 14,2 millones de sacos de 60 kilos en 2015.

    En el pasado diciembre la cosecha de café creció un 34% y se ubicó en 1,4 millones de sacos, el nivel más alto para este mes en 20 años, agregó la información.

    El gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, señaló que «estas son muy buenas noticias para los productores del país».

    Asimismo, manifestó que es fruto «del trabajo conjunto entre los cafeteros y el Gobierno, quienes lograron renovar la caficultura nacional y poner nuevamente a Colombia como un jugador importante en el mercado internacional».

    Las exportaciones de café colombiano también mantuvieron el ritmo de crecimiento y durante el 2015 superaron los 12,7 millones de sacos de 60 kilos, un 16% más en comparación con el año anterior.

    En diciembre, las exportaciones fueron de 1,2 millones de sacos, un 13% más que en el mismo mes del año pasado.

    La producción final mejoró ligeramente las expectativas del Gobierno, ya que el ministro de Agricultura de Colombia, Aurelio Iragorri, afirmó ayer que esperaban que la cosecha de 2015 de café cerrase alrededor de los 14 millones de sacos.

    La industria cafetera de Colombia registró un aumento en las exportaciones de 1,2 millones de sacos, en diciembre del 2015. Foto: Archivo/ LÍDERES
    La industria cafetera de Colombia registró un aumento en las exportaciones de 1,2 millones de sacos, en diciembre del 2015. Foto: Archivo/ LÍDERES
  • Colombia tendrá en 2015 la mayor cosecha de café en 22 años, 14 millones de sacos

    Agencia EFE

    Colombia producirá en 2015 alrededor de 14 millones de sacos de café, la cifra más alta en los últimos 22 años, según dijo ayer, 4 de diciembre, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, al intervenir en la clausura del octogésimo segundo Congreso Nacional de Cafeteros, realizado en Bogotá. «La cosecha del año calendario 2015 se espera que cierre alrededor de los 14 millones de sacos, la cifra más alta de los últimos 22 años», dijo el jefe de Estado.

    Asimismo, Santos indicó que el valor de la cosecha cafetera de Colombia será «el más alto de la historia», pues ascenderá a seis billones de pesos (unos 1 873 millones de dólares).
    Explicó que el resultado «es de una importancia crucial para el más de medio millón de familias cafeteras, que ven incrementados sus ingresos, pero también para toda la economía porque esos dineros llegan al comercio y generan empleo, entre otros aspectos.

    Santos recordó la crisis vivida por el sector hace algunos años, pero dijo: «hoy nos reunimos en un escenario muy diferente».

    El jefe de Estado también destacó la renovación cafetera, de la que aseguró, el 97 % está tecnificada, y subrayó que dos de cada tres cafetales sean de variedades resistentes a plagas y enfermedades.

    Señaló que esto ha derivado también en un aumento de la productividad porque se pasó de una producción de diez sacos por hectárea en 2009 a más de 16 sacos por hectárea actualmente.

    «Es un buen avance, pero hay que reconocer que nos falta mucho para alcanzar el nivel de otros competidores, como Brasil o Vietnam, que sacan entre 40 y 60 sacos por hectárea», advirtió.

    Añadió que a ese panorama favorable se suma el comportamiento actual de la tasa de cambio, que preocupó por años al sector exportador y que ha incrementado sustancialmente los ingresos por ventas al exterior.

    Por su lado, el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, consideró que la cosecha «es el resultado del apoyo del Gobierno a la caficultura en los últimos seis años».

    Café
    Foto: Archivo Líderes