MEMO DE LA SEMANA Los emprendedores tienen un nuevo reto: convertir su negocio tradicional en uno digital. Esto ocurre en medio de la pandemia del covid-19 que está impactando en la manera de hacer negocios y de emprender.
Si antes las ideas y los planes se desarrollaban de manera casi 100% análoga, la epidemia ha obligado a pensar solo en digital. Esto implica un cambio de mentalidad de los emprendedores -a lo que ya están acostumbrados-, así como el uso de nuevas tecnologías. Allí están las redes sociales, los botones de pago, los ‘chatbots’ que simulan una conversación con los clientes, el uso de data, inteligencia artificial, entre otras herramientas.
Este cambio, sin embargo, no pasa únicamente por la tecnología. Uno de los puntos claves es mudar de actitud a la hora de hacer negocios y, sobre todo, la capacidad de entender las nuevas necesidades que tienen los consumidores. Allí están temas como la seguridad, una respuesta oportuna o la calidad del producto o servicio que se ofrece. Estamos en un escenario en el que la digitalización y la innovación son un imperativo para los emprendedores que quieren seguir creciendo.
Para Pierangela Sierra los negocios son parte de su día a día. Luego de una trayectoria en dos multinacionales, esta profesional ahora se mueve en el mundo de las ‘start ups’.
Es la cofundadora de Tipti, una empresa ecuatoriana de comercio electrónico. Al escucharla es fácil darse cuenta que es una persona entregada a su trabajo, que le gusta planificar, medir resultados y trazar nuevos proyectos.
En medio de la emergencia sanitaria que atraviesa el Ecuador ella no deja de trabajar y pensar en nuevas soluciones para los usuarios de la compañía que dirige con su esposo, Rafael Luque.
Los negocios
“Luego de varios años de trabajo he desarrollado competencias o características sobre cómo me gusta trabajar y proyectarme. Soy una persona bastante estructurada, me gusta tener un orden, objetivos, una visión.
Creo mucho en que las personas debemos pedir retroalimentación constante para crecer. Por lo tanto me gusta evaluar métricas, no solo en lo cuantitativo, sino a escala cualitativa y en distintas jerarquías. Me gusta tener distintos puntos de vista porque todos son valiosos y nos dan un ‘feedback’ interesante. Por eso me gusta escuchar a las personas.
Me he especializado en lo estratégico y me resulta fluido trabajar en planes de negocios. Esto me ha ayudado a estructurar objetivos en lo que hacemos en Tipti”.
La faceta emprendedora
“El mundo corporativo y la actividad emprendedora tienen algunas similitudes. Pero entre las diferencias están que el emprendedor puede darse ciertas licencias para equivocarse con mayor frecuencia, además se tiene más responsabilidad porque el emprendedor depende de sus decisiones; hay que hacer inversiones, pagar nómina, temas que tal vez no se los tiene tan presentes al ser parte de una gran empresa, que tiene una estructura sólida.
En un emprendimiento hay que empujar más y es muy enriquecedora la experiencia, al poder construir, conocer más gente, enterarse de otros procesos, innovar y permitir que los equipos sean libres y flexibles, con aprendizajes, caídas y levantadas. Todo eso enriquece y vuelve gratificante la experiencia de emprender.
Al comparar, me siento bien con ambas facetas, con la ejecutiva y con la emprendedora. Me fui haciendo emprendedora en el camino y hoy puedo tomar decisiones con seguridad por todo lo que aprendí en el mundo corporativo. Estoy contenta con la decisión de emprender. No se qué hubiera pasado hace 20 años, cuando tenía otras necesidades en lo profesional y en lo personal. Hoy me pongo nerviosa por muy pocas cosas y veo todo con más experiencia, con calma y eso me ayuda a avanzar y a tomar riesgos sin miedo”.
Mujeres y empresas
“El rol de las mujeres en las empresas siempre me ha llamado la atención. Como emprendedora he conocido a muchas mujeres en distintos ámbitos, de distintas edades que representan al género femenino con madurez, de manera consecuente, con propósitos claros, genuinos y transparentes.
Existen grupos de mujeres que buscan más mujeres para apoyar y estos espacios son acciones concretas en favor de una agenda de equilibrio y oportunidades. Veo muy buenas acciones en distintos foros, sin renegar del género masculino, sino integrando a toda la sociedad.
Hay mujeres líderes ecuatorianas que son invitadas a citas internacionales y están haciendo un papel espectacular. Se ve que están a favor de una real equidad de género”.
El lado personal
“El equilibrio total es difícil lograrlo. Para destacar en lo profesional hay que sacrificar algo y cada mujer va decidiendo qué sacrificar. Es clave que toda mujer tenga personas en las que apoyarse, puede ser el esposo, los padres, para lograr un acuerdo.
Cuando se da ese consenso, quedan claros los apoyos que uno tiene. En mi caso, con mi esposo tenemos un acuerdo para no coincidir en viajes de trabajo fuera del país y así estar uno de los dos con nuestros tres hijos.
A veces me he sacrificado yo, a veces él. Es un tema de equidad al interior del hogar, siempre pensando en un crecimiento profesional y familiar.
El liderazgo es clave en este punto porque ayuda a entender dinámicas para manejar situaciones al interior de las oficinas, pero también en el hogar. Todo esto me ha permitido, por ejemplo, desarrollar equipos y desarrollar a la gente con la que uno se rodea”.
Pierangela Sierra es la cofundadora de Tipti reflexiona sobre su trayectoria profesional y el rol que tienen las mujeres en las empresas. Foto: Cortesía
Bajo el lema de “La solidaridad es más contagiosa que un virus”, emprendedores colombianos crearon una plataforma para ayudar a “sobrevivir” a establecimientos que han tenido que cerrar sus puertas por la emergencia provocada el covid-19.
La estrategia, liderada por cinco empresarios y que sus creadores denominaron “Proyecto Sunrise”, busca conectar a pequeños negocios con personas que quieran ayudarlos con un “aporte anticipado” que puede ser redimido en productos o servicios una vez la crisis esté superada o mantenerlo como una donación.
“Tu aporte ayudará a que la crisis de salud no desencadene una crisis económica más grande”, explican sus creadores en el sitio web, en el que detallan que con esta iniciativa evitarán que negocios cierren al ayudarlos a pagar arriendos y nómina, entre otras obligaciones.
Para la emprendedora Catalina Orozco, gerente de Ragazzi Pizzas y Pastas, esta plataforma permitirá que, por ejemplo, el sector gastronómico trabaje junto para “apalancarse” mientras el país supera esta contingencia y pueden tener “respuesta al público”.
“Es muy importante en este momento hacer trabajo colaborativo. Al unirnos por un propósito, creo que los proyectos y las estrategias tienen más visibilidad y mayor impacto”, dice Orozco, quien decidió unirse al “Proyecto Sunrise” hace dos semanas.
Su restaurante, que inició hace cuatro años en Medellín con apenas un empleado, cuenta en la actualidad con 40 colaboradores en sus cuatro sedes, y por la emergencia cerró sus puertas desde el 17 de marzo, unos días antes de empezar el aislamiento preventivo obligatorio para frenar el avance del coronavirus en el país.
Al no poder recibir a sus clientes, actualmente la empresa tiene habilitado el servicio de domicilios y además empezó a dictar clases y talleres virtuales de cocina a través de sus redes sociales para estar en contacto con el público y promocionar el negocio, reconocido en la ciudad por ganar el concurso “Pizza Máster” en 2018.
“Nos ha ido bien. Con las clases tenemos mayor alcance e interacción”, comenta Orozco. Tras inscribirse hace algunos días en el proyecto, que conoció a través de la Corporación Interactuar con la que cursa el programa de capacitación gerencial Método Base de Aceleración, la emprendedora espera tener mayor equilibrio financiero “con esos bonos que los clientes ya pueden adquirir”.
Según el reporte de sus creadores, la plataforma lleva trece días al aire, cuenta con 750 negocios inscritos y han conseguido recaudar más de 140 millones de pesos (USD 34 000) al lograr en este inicio unos 2 048 aportes anticipados en compra de bonos.
Para el coordinador de programas de Interactuar, Hárold Tavera, este tipo de plataformas serán fundamentales durante la contingencia para que emprendimientos como cafés, restaurantes y bares, entre otros, puedan mantener los empleos y contar con un flujo de ingresos. “Es muy importante que esta situación ha despertado la solidaridad y realmente la unión entre los empresarios”.
Proyecto Sunrise busca conectar a pequeños negocios con personas que quieran ayudarlos. Foto: Captura
Tras acumular pilas de basura de vasos rojos de plástico después de una fiesta, la mexicana Ana Cristina Dorantes ideó una alternativa comestible a los desechables con sus conocimientos adquiridos como diseñadora industrial.
Al enterarse de la idea, su hermana Carolina dejó su empleo en una multinacional para juntas fundar Food Lab, su propio negocio que ya tiene en el mercado los vasos Yummy Shots, hechos de gomita con grenetina, y que está por lanzar sorbetes de harina de trigo, conocidos en otros países como pajillas, popotes o pitillos.
“Nosotros damos una opción de algo que te puedes comer y en verdad se deshace donde lo tires. No necesita composta, no necesita nada más allá de que te lo comas. Y sirve hasta de alimento para animales, entonces nosotros queríamos dar como ese plus, más allá de ecológico, queremos crear nuevas experiencias”, expresa Carolina.
Seis años después de la idea, informa la emprendedora, Yummy Shots se consigue en 300 puntos de venta en México, en Texas y por Amazon en Estados Unidos, y está por llegar a España.
En estos años, de acuerdo con Greenpeace, 23 de los 32 estados del país han aprobado algún tipo de iniciativa para prohibir o regular los plásticos de un solo uso, en particular las bolsas, con el oriental estado de Veracruz como el primero de ellos.
Hay entidades que van más allá, como Baja California Sur, donde ya han prohibido bolsas y sorbetes de plástico, además de regular el poliestireno, un plástico espumado que en México se conoce como unicel y se usa para fabricar platos desechables.
Carolina afirma que esto ha aumentado el interés del consumidor por productos como el de ellas, lo que demuestra el auge de cubiertos y servilletas hechos con materiales como aguacate u otras plantas.
“Sí nos ayuda mucho en el aspecto de que nos pone en la mira, definitivamente. Nosotras queríamos hacer algo extra. O sea, nosotras no queríamos ser simplemente biodegradables o simplemente ecológicos, porque ya están saliendo muchísimos otros productos”, indica. En supermercados
En México, los productos de un solo uso representan cerca del 47% del volumen total de la industria de plástico, de acuerdo con la Asociación Nacional de Industrias del Plástico.
Ana Cristina percibe que su creación abona a crear conciencia entre los consumidores sobre la cantidad de basura que generan, pero reconoce la necesidad de avanzar hacia una economía circular. “Es un problema sistémico, porque ya eliminamos las bolsas, ya estamos eliminando los desechables. Pero creo que el siguiente paso va a ser eliminar el plástico de los productos empacados. Entonces a eso me estoy enfocando ahorita”.
Otro desafío con el que se han topado las emprendedoras es que las tiendas aún no saben en qué categoría ubicar al producto, si en alimentos, dulcería, platos desechables o vinos y licores.
“Nos ha tomado tiempo para que una cadena de supermercado nos dejara entrar. Y una vez que vieron que se estaba moviendo nuestro producto, salió la competencia y entró de inmediato. Al ser un producto diferente, no saben cuál será su respuesta».
Carolina y Ana Cristina Dorantes enseñan los vasos desechables comestibles que elaboran. Foto: EFE
Muchos de quienes promovemos el emprendimiento en la región solemos tener una visión “elitista” del emprendimiento. Buscamos que emerjan empresas tipo Google, Facebook, Twitter, etc. Es más, las usamos como ejemplos de lo que un emprendimiento debe ser o cómo debe crear valor.
Sin embargo, nuestros emprendedores tienen que sortear barreras o limitaciones que en Silicon Valley no existen. Obviamos en los análisis condiciones a las que deberíamos atender.
Por ejemplo, para que surja el emprendimiento de alta tecnología antes debe existir un ecosistema apto para ello. Un sólido matrimonio entre academia y empresa. Capitales de riesgo abundantes. Sistemas jurídicos que faciliten los negocios, etc. En nuestra región los emprendimientos se desarrollan en un ambiente de altísimo riesgo e incertidumbre.
Otro dato, nuestra región tiene áreas de enorme oportunidad. En la agricultura, silvicultura, energía, etc. la tecnología puede aportar a la mejora de la productividad. Apuntemos también al fomento de soluciones empresariales para realidades locales.
Ecuador continúa con la tasa de actividad emprendedora más alta de América Latina y el Caribe. Este indicador, conocido como TEA, por sus siglas en inglés, es el corazón del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), estudio que nació en 1989 con el respaldo de Babson College y London Business School.
El país se ubica por delante de Perú, Chile y Colombia. Según una encuesta realizada a 2 060 personas y 37 expertos nacionales, el 29,6% de la población ecuatoriana, con edades comprendidas entre 18 y 64 años, emprendió el año pasado o tenía un emprendimiento con menos de 42 meses de funcionamiento.
Así se lee en el estudio elaborado en el país por la Espae Graduate School of Management. Virginia Lasio, directora del GEM Ecuador, aclara que la ubicación de Ecuador no amerita necesariamente una celebración, por dos razones principales.
La primera se relaciona con el tipo de emprendimiento. Según el GEM, el 21,2% es de emprendimientos nacientes, es decir que recientemente se pusieron en marcha y aún no se concretan en negocio ni empresa. “Y en algunos casos fracasan, no se llega a constituir la compañía”, advierte.
El segundo factor habla de la motivación de los emprendedores. Nuevamente es más alta la necesidad, cuando la persona no tiene otra opción para generar recursos, con 42,3%; por encima de la motivación por oportunidad, relacionada con la idea de tener más ingresos o independizarse, que se ubicó en 36,7%.
En este indicador, Ecuador se diferencia de otros países de la región donde la motivación por oportunidad es más alta: como el caso de Chile (59,7%), Colombia (59,45) y Perú (62,3%). A juicio de la investigadora, emprender por necesidad hace más inestable un proyecto. “Si estoy desempleado, pongo un negocio de alimentos o venta de algo. Y si tengo la oportunidad de emplearme en buenas condiciones, ese emprendimiento en el que realmente no he hecho una mayor inversión lo dejo y me empleo, porque tengo más seguridad y estabilidad”, explica Lasio.
En el estudio también se evidencia una mayor presencia de la mujer (52,1%) que hombres (47,9%) en el sector. Según la directora del GEM en Ecuador, esto ocurre porque la mujer entra y sale del emprendimiento como una forma de ayudar económicamente en el hogar cuando el esposo, si es el sostén de la familia, queda desempleado. También dice que la participación de la mujer en un emprendimiento puede ser complementaria a un empleo.
De acuerdo con Lasio, el ecosistema para el emprendedor no ha cambiado mucho en la última década. La mayoría de los negocios se concentra en el sector de comercio, con baja competitividad, limitado en el uso de tecnología y con baja innovación.
Los negocios de escala o con perfil de exportación (llamados ‘born’ global) son contados. El GEM 2017 añade que continúan brechas por superar, como el caso de acceso a financiamiento y simplificación en los trámites para crear y cerrar empresas.
Con relación al perfil del emprendedor en Ecuador, este tiene en promedio 36 años, posee un negocio orientado al ámbito del comercio y 48,8% proviene de hogares con un ingreso mensual entre USD 375 y 750.
El estudio introdujo este año un nuevo indicador: el índice de espíritu emprendedor (GESI, por sus siglas en inglés), que recoge las variables culturales y personales como conciencia emprendedora, percepción de oportunidades y eficacia personal para emprender. En este indicador, Ecuador obtiene un puntaje positivo similar al de Chile, Panamá y Guatemala; Colombia y Perú tuvieron una mejor calificación en este punto.
“En Ecuador, el 70% de las personas siente que tienen conocimientos y habilidades para emprender. En términos de las aptitudes y percepciones estamos bien. Hay países donde a las personas no les interesa emprender”, comenta Lasio sobre el índice de espíritu emprendedor.
El ecosistema aún tiene que mejorar
El mapa de la actividad emprendedora en el país muestra que existen factores que fomentan y factores que restringen el emprendimiento. En el primer grupo se destacan la educación en el tema, la infraestructura comercial y profesional, así como la transferencia de investigaciones, entre otros puntos .
Eso se desprende del GEM Ecuador 2017, elaborado por la Espae Graduate School of Management.
El informe, que toma en cuenta la opinión de expertos, asegura que existe una mayor orientación al emprendimiento en universidades, que cuentan con cursos y carreras en las que se aborda el tema. En cuanto a la infraestructura comercial y profesional, se destaca la disponibilidad de servicios tales como espacios de coworking e incubación.
Los consultados en el GEM destacan la vialidad y las telecomunicaciones. Añaden que la relación entre empresas y universidades es un proceso que debe fortalecerse, pero que las universidades y centros están diseñando políticas de transferencia de investigación e innovación a nuevos emprendedores o empresas que ya están constituidas.
La actividad emprendedora también está marcada por lo que algunos llaman trabas o dificultades. Allí se encuentran tres factores principales.
El primero tiene que ver con las políticas gubernamentales. “Los problemas identificados en 2017 no difieren mayormente de aquellos identificados en años anteriores: inseguridad jurídica, trámites pesados para creación y cierre de empresas, cambios constantes en asuntos tributarios, y, en general, la incertidumbre y desconfianza que la falta de seguridad e inestabilidad generan”, dice textualmente el GEM Ecuador 2017.
La segunda traba es el apoyo financiero. Los expertos mencionan como principales limitantes la falta de productos dedicados a emprendedores en la banca privada y pública. También lamentan la falta de legislación que no permite nuevas formas de financiamiento, así como el problema que representa para los inversores ángeles la responsabilidad ilimitada, la poca cultura de inversión ángel, el acceso limitado a capital de riesgo y la ausencia del mercado de valores en el ecosistema emprendedor.
Finalmente está lo que el estudio define como capacidad para emprender. Allí se encuentran críticas para los propios emprendedores con poca visión global, desconocimiento del mercado y de aspectos técnicos y legales y debilidades en la gestión de los nuevos negocios. Estos elementos “limitan el crecimiento y la sostenibilidad en el tiempo”.
Para Andrés Zurita, director ejecutivo de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación, existe un problema estructural en la actividad emprendedora ecuatoriana. El problema engloba temas como la dificultad para conseguir ciertos permisos de operación, falta de incentivos, dificultades para conseguir financiamiento, ausencia de leyes acordes con los tiempos.
Como ejemplo menciona el crowdfunding, como mecanismo para obtener recursos. Zurita indica que en Colombia ya existe una normativa al respecto, pero que en Ecuador no hay ninguna regulación para sistemas de financiamiento alternativos. “Este problema estructural es el mismo que nos tiene rezagados en los índices de innovación”.
Otra situación que existe en el país es el hecho de optar por negocios que no traen tanta complicación para los emprendedores. Así lo cree Nelson Baldeón co champion MIT Reap. Para este experto, montar un negocio tradicional es menos complicado que un emprendimiento tecnológico. Pero a una tienda o peluquería, por ejemplo, les aparece competencia rápidamente y se terminan “comiendo entre ellos”.
En cambio, dice Baldeón, una ‘start up’ o una ‘fintech’ tienen un camino más complicado, sin contar que ni siquiera existen leyes que las amparen. “Mientras no tengamos en Ecuador una ley más competitiva seguiremos emprendiendo por necesidad, tal como lo muestra el GEM de este año. Seguiremos eligiendo el camino fácil, pero de menor impacto”.
Durante la presentación de los resultados del estudio, la semana pasada en Guayaquil, se realizó un panel sobre el emprendimiento en el país, sus necesidades y dificultades. Foto: Cortesía Espae
Tu familia te hará reclamaciones, porque trabajas mucho, tienes poco dinero, nunca te ven…
Tus empleados te harán reclamaciones, porque sentirán que los estás explotando, sin entender que estás compartiendo el beneficio pero no el riesgo…
Tus acreedores te harán reclamaciones, porque sentirán que te estás haciendo rico a costa de ellos, sin darse cuenta que quizá llevas años sin comprarte calzones porque todo se lo reinviertes a tu proyecto…
Tu salud te hará reclamaciones, porque habrá días que no comas, que no duermas, que no hagas el suficiente ejercicio, que tu mente no descanse, por estar enfocado en sacar adelante tu proyecto…
Si las cosas salen bien, te tendrán envidia, hablarán de ti, dirán que tuviste suerte, que hiciste fraude, que te lo regalaron…
Si las cosas salen mal, dirán que eres un tonto, hablarán de cómo «se debería haber hecho» (aunque ellos nunca lo hayan hecho o intentado siquiera), te reclamarán, se indignarán.
Si hay ganancias, si hay fama, tendrás muchos, muchos, muchísimos mejores amigos, todos ellos falsos…
Si hay pérdidas, nadie te dirá: “¿Necesitas ayuda?, ¿Necesitas un préstamo? ¿Te ayudo a recomenzar?”
En general vecinos, familiares, clientes, proveedores, empleados, pareja, te criticarán, te culparán, te exigirán…
Por ello, ser emprendedor, ser empresario, es una de las labores más honrosas y dignas de admiración que existen.
Hay mucho en juego. Y casi nadie lo valorará nunca. Ni hoy ni después…
Y aún así, tienes fe, tienes esperanza, tienes anhelo, luchas por un sueño, y estás mejorando la vida no solo tuya, sino de todos los involucrados.
Otros se preocupan por llevar comida a su mesa…
Tu, emprendedor, empresario, te preocupas por llevar comida a varias mesas… varias, además de la tuya.
Por ello te felicito. Te admiro. Te aplaudo. Te respaldo. Te acompaño. Te escucho. Lloramos juntos.
Porque solo quien carga el saco, sabe lo que pesa.
Sigamos juntos. Como un equipo. Una familia. Emprendedores apoyando emprendedores.
No conformarse es la clave de su éxito. Ena Escobar Herrera, gerente de Galletti Coffee Roasters, aprendió desde pequeña que debía perseverar para conseguir sus objetivos. Entonces, su ideal era jugar en la calle como lo hacían los niños, que miraba desde su ventana. Pero su mamá, Aída Herrera, no le autorizaba. En los 70 se decía que las mujeres debían pasar en la casa.
Ese argumento no convenció a Escobar. Ella pensaba que tenía derecho a divertirse como los niños y siguió insistiendo hasta que a los ocho años lo logró. En el exterior descubrió un mundo nuevo.
Cuando parecía que iba a ganar un juego, los niños le halaban el cabello. Eso fue temporal. Para competir en las mismas condiciones, se cortó la cabellera y reemplazó las faldas por pantalones. “Quien ataja el río del Chota decía de mí, mi familia”.
El ímpetu que demostró en su niñez se mantuvo. Escobar luchaba para romper esquemas. Consideraba injusto que se califique de malo o bueno ciertos comportamientos. Por esto, emprendió nuevas conquistas.
Patty Ramón, amiga de Escobar desde hace 20 años, destaca que este espíritu se mantiene. “Ella es alegre, soñadora y positiva”.
Escobar logró que sus compañeras del Colegio Betlemitas de Ibarra usaran zapatos deportivos con falda o que la asistencia a misa antes de clases no sea obligatoria. De esta forma, esta mujer se forjó una imagen de defensora y líder.
Esos antecedentes influyeron en su decisión de estudiar leyes en la Universidad Católica del Ecuador. Inicialmente pensó que defendería las causas sin importar los ingresos hasta que su papá ‘Pepe’ Escobar le advirtió que tras terminar su carrera no recibiría más su apoyo económico.
Cuando llegó ese momento, en 1992 empezó a trabajar. En esa etapa sufrió acoso. Pero no se desmotivó. Viajó a Estados Unidos para perfeccionar su inglés y conseguir un mejor empleo.
A su retorno se vinculó a una compañía privada y luego ganó un concurso para traducir los contratos y convenios de la ampliación de la Refinería Esmeraldas, entre 1994 y 1995. Debido a que el socio del proyecto era el Eximbank de Japón, por el horario, trabajaba desde las 22:00 hasta las 04:00 para responder la correspondencia que llegaba vía fax. Y luego acudía a la otra compañía.
En 1996 nació su hijo Enrico. Su esposo Donald Galletti, mecánico nuclear, estuvo a cargo del niño hasta que por la falta de oportunidades abrió la primera cafetería Galletti, en 1997, en la avenida Colón y Santamaría, en Quito.
Vendíacafé italiano. Por sus características, el sitio salió en las guías Lonely Planet y South American Explorer. Esto impulsó el negocio. Luego se enfocaron en un café orgánico de Loja, que ya no solo servía para preparar bebidas, también se vendía molido en supermercados y hoteles.
Cuando tenía dos hijos (Enrico y Angelina), en 2002, Escobar se unió al negocio. Carlos Gallegos, quien fue su jefe en un estudio jurídico, la recuerda como una mujer alegre, amable que se trazaba metas y las cumplía.
En el 2007 se cerró la cafetería para dedicarse al café de especialidad. El negocio empezó a exportar y a impulsar el desarrollo en las comunidades. Walter Villacís, caficultor, destaca que Escobar no solo se enfoca en la compra del producto, sino también se preocupa de impulsar proyectos para que la gente tenga oportunidades.
Hoja de vida Estudió Jurisprudencia en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Allí obtuvo un doctorado.
Ejerció como abogada desde 1992 hasta el 2005. Luego se vinculó a un emprendimiento familiar.
Obtuvo un diplomado en Planificación Estratégica de Negocios en el Instituto Tecnológico de Monterrey .
Le gusta recorrer el campo y saborear las frutas maduras de los árboles.
Ena Escobar junto a productores de la Amazonía en la planta (izq.). Recibiendo el premio FoCo (der.). En Imbabura junto a caficultores que son parte del proyecto café del Bosque Nublado. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
Las instalaciones de la firma Conexiones Coworking, en Ibarra, son como un gimnasio. Así las describe Juan Manuel Mantilla, mentalizador de esta iniciativa de negocios que reúne a diferentes emprendedores de la urbe.
Se refiere a que los ‘coworkers’, como denominan a los usuarios de este centro de negocios. Ellos pagan cuotas mensuales por las oficinas, como se hace en las salas de acondicionamiento físico.
La finalidad de esas personas es emprender, innovar y crear.
Esta iniciativa, que se inició en febrero del año pasado, busca impulsar la economía colaborativa y creativa, explica Mantilla.
En una vivienda, de propiedad de su familia, se adecuaron espacios para oficinas, salas de reuniones, sitios de estar, entre otros, que comparten los emprendedores para generar ideas y proyectos.
Fiel a su vocación ecologista, los tres niveles del inmueble fueron remodelados con madera, hierro y cartón de reciclaje. El rediseño duró cinco meses y en ello se invirtieron USD 15 000. La mayor parte provino de un crédito de una institución financiera.
Conexiones Coworking acoge a profesionales de diferentes disciplinas como diseño, arquitectura, informática, derecho, turismo…
Para Joselyn López, de Aleph Studio, una firma que se especializa en fotografía, video, diseño y sitios web, este espacio compartido les ha permitido conocer nuevos clientes y establecer un círculo colaborativo con los otros ocupantes del edificio.
De esta agencia de comunicación también es socio Miguel Avendaño. Los dos creativos han desarrollado ideas para firmas locales como Terminus Burger&Wings, Camino del Sol, Suiton Sushi Bar que, entre otras cosas, buscan posicionar su marca en las redes sociales.
Los esfuerzos empiezan a dar resultado. Edwin Brito considera a esta estructura como un sitio dinámico. Este arquitecto, que es especialista en restauración de inmuebles con valor histórico y patrimonial, se adaptó a este sistema alternativo de oficinas.
Él recuerda que cuando instaló su primera oficina, hace 38 años, tenía un espacio de 16 metros cuadrados (m²). Ahora su despacho no sobrepasa los 4 m².
Sin embargo, este profesional destaca que el sitio es acogedor y compacto, cuenta con todos los servicios y, como beneficio para los inquilinos, tienen servicio de Internet de alta velocidad. Conexiones Coworking, además de contar con los emprendedores fijos, busca ser una vitrina para quienes desean emprender y no cuentan con el suficiente capital. Por esta razón, regularmente, se ofrecen talleres de capacitación en diferentes áreas.
El 17 de marzo próximo se dictará, por ejemplo, un curso completo de Facebook ADS e Instagram ADS. El objetivo es conocer cómo realizar campañas efectivas para los negocios en las redes sociales.
El coworking también desarrolla ferias de productores y emprendedores. Una de ellas es Café Lunch, una iniciativa que congrega a caficultores.
El negocio Ingresos. Este emprendimiento genera USD 2 000, por concepto del pago de las membresías.
Alianza. El sitio trabaja con el coworking Impaqto, de Quito. Esto permite a los miembros de Conexiones usar esas instalaciones dos veces al mes.
Horario. La atención en Conexiones es de 08:00 a 21:00, lo que lleva a que exista un alto número de visitantes.
Juan Manuel Mantilla instaló en una casa de su familia el primer coworking de la capital de Imbabura. Foto: Francisco Espinosa para LÍDERES
Saborear un helado gigante con waffle de burbujas cubierto de bombones de chocolate Nutella, Ferrero y crema de chantillí, una hamburguesa o un sánduche gigante con pollo asado… ahora es posible. Todas estas delicias las ofrece Heladería Comma, en Ambato y en su sucursal, en Quito.
Esta firma ambateña ofrece en su carta más de 70 variedades de alimentos preparados, bebidas, cocteles, sánduches y la mayoría es la especialidad son de la casa. La historia se inició el 27 de enero del 2017, cuando los esposos Jorge Bedón y Pamela Acosta decidieron emprender en un negocio que ofrezca algo diferente y novedoso como los waffles de burbujas.
Con una inversión de USD 550 lograron acondicionar el local ubicado en las calles Sucre entre Montalvo y Castillo, en el centro de Ambato. Bedón dice que trajeron todos sus utensilios de su hogar como licuadora, horno, muebles, refrigeradora y abrieron el emprendimiento.
Actualmente su cartera de clientes está en crecimiento. Mensualmente la firma factura USD 14 000 incluido la sucursal de Quito, y tiene 10 colaboradores. Bedón recuerda antes de comenzar su proyecto trabajó en diferentes actividades como vendedor de empanadas, comerciante de ropa importada, jardinero y en la organización de grandes eventos con conferencistas de todo mundo.
Pero todo el capital logrado se perdió cuando se suspendió uno de los megaeventos preparados en Guayaquil. Eso hizo que perdiera dinero y quebrara en este emprendimiento. Esa fue una dura lección para la pareja que decidió reiniciar otro negocio. Con los USD 550 de capital abrieron Comma, en Ambato.
La idea fue ofrecer comida que a ellos les gustaba, con un buen servicio, una excelente atención y una variedad en dulces, coctelería y cafetería, explica este emprendedor.
La pareja buscó un nombre y lo bautizó como Comma ofreciendo sánduches de milanesa, de lomo y pollo asado, empanadas chilenas, horchata, los burritos gigantes, papas fritas al estilo pizza y más.
Esas recetas impactaron en los jóvenes niños y adultos. Las ventas de sus productos subieron. Otro producto que impactó en Comma fue el waffle de burbujas bañado de chocolate, helado, crema y frutas en un envase plástico.
En julio del año pasado los emprendedores se cambiaron a un local más amplio. La inversión para esta nueva etapa del negocio fue de USD 18 000 que sirvieron para el equipamiento y adecuación de este espacio. Las paredes de piedra tallada y la decoración hacen de este lugar un espacio elegante y diferente lo que atrajo a más clientes. Actualmente llegan más de 3 000 personas mensuales para saborear las golosinas.
Su nuevo proyecto es incrementar más platos como alitas y costillas asadas y ofertarán 13 variedades de cafés para sus clientes. La idea es incrementar la carta a 85 productos. Además, comenzarán a elaborar su propio helado para personas diabéticas, con colesterol alto y más. “Todas las recetas son elaborados y creadas por nosotros. Lo hacemos con calidad en todos nuestros productos”.
Hace dos meses Bedón decidió abrir una sucursal de Comma, en Quito. En la adecuación del local, decoración y el equipamiento con máquinas de café y waffles gastó USD 25 000. Está localizado en Quicentro en las calles Salvador y Portugal, en el norte. Allí ofrece productos similares a los de Ambato. Su idea es abrir más sucursales en otras ciudades como Guayaquil, Riobamba y Baños.
Uno de los clientes habituales es Carla Camino. Esta mujer cuenta que consume los productos de Comma desde que abrió el negocio. El ambiente alegre y novedoso, sumado a los buenos alimentos, bebidas y helados que ofrece hizo que no cambiara de lugar. Además, piensa que es el único sitio donde se venden los waffles deliciosos.
Los esposos Jorge Bedón y Pamela Acosta son quienes administran los locales en Ambato y Quito. Los clientes que visitan son de toda edad. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES