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  • Alejandro Minatta: ‘Hoy el emprendedor invierte para que otros sigan sus pasos’

    PEDRO MALDONADO O. (I) Twitter: @pedromal

    Las alianzas público-privadas son la clave para impulsar el emprendimiento. Así lo asegura Alejandro Minatta, un consultor uruguayo que desde el 2003 asesora a empresas privadas e instituciones públicas en temas de emprendimiento e innovación, y que ayudó en la construcción de la Estrategia Nacional para el Emprendimiento en Uruguay. Él estuvo en Ecuador para asesorar a la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI), que también trabaja en la Estrategia Nacional por el Emprendimiento y cree en el modelo de apoyo entre el sector público y el privado.

    ¿Cómo surgió en Uruguay la idea de una red público-privada que apoye al emprendimiento?

    Surgió por un tema de necesidad. Experiencias previas, unas relativamente buenas y otras no, demostraron la necesidad de que cada actor público o privado debía especializarse en una determinada actividad del emprendimiento, ofreciendo un servicio. Había instituciones que se integraban en el proceso, pero lo que hacían era diluir su impacto en el fomento del emprendimiento. Entonces, se vio la necesidad de trabajar de manera coordinada, con liderazgo de actores del sector privado de reconocida trayectoria y actores de política pública, también con trayectoria. Se vio la necesidad de un liderazgo de dos partes y eso fue fundamental para avanzar.

    ¿Cuándo empezó esto?

    A mediados de la década pasada, en el 2005. Había experiencias y organizaciones globales, instituciones educativas que habían organizado temas de emprendimiento e incubadoras. Pero sus resultados eran menguados, por lo dicho anteriormente.

    ¿Cuáles fueron las dificultades que se presentaron en el camino?

    En primer lugar estuvo el tema de comunicación. El diálogo, los intereses y los objetivos estaban bien intencionados, pero se manejaban en lenguajes o frecuencias diferentes. Cuando uno aborda estos temas es fundamental mantener un piso, una línea de base, en la cual se establezca qué entendemos por cada tema. Aunque no se pretenda armar un diccionario nuevo hay que tener claro lo que se entiende por emprendimiento, por innovación, por incubadoras… para nivelar las expectativas. Con el lenguaje claro se puede empezar a convivir. Y la confianza no se construye por un papel, por una firma, sino en el día a día, en las acciones. Nos pusimos metas puntuales y concretas, lo que permitió alcanzar resultados que por más que podían parecer insignificantes, eran construidos en conjunto. También pesa el apoyo económico, que no es el más importante, pero sí relevante para generar incentivos.

    ¿Cuánto tiempo tardaron en llegar los primeros resultados de la alianza?

    Alrededor de año y medio o dos años; es un proceso de mediano plazo. Es conocido que en América Latina el corto plazo es un mes, el mediano plazo son seis meses y el largo plazo es un año. Ayuda firmar acuerdos y comprometerse en un período de tiempo; saber en qué robustecerse y qué cosas nuevas se pueden hacer y corregir sobre la marcha. En términos relativos, en un año y medio surgen los primeros resultados. Eso sí, son clave los incentivos porque alinean a los actores y sus motivaciones. También es importante ser franco y decir lo que le interesa a cada actor, sea una universidad, un gremio, el Gobierno… Satisfacer completamente a todos los intereses es imposible, pero sí se puede hallar un equilibrio entre cada interés para generar confianza, robustecer resultados y generar surgimiento de nuevos recursos, de contactos…

    ¿Qué tipo de incentivos se necesitan? ¿Qué se puede entender como incentivos?

    Son las oportunidades para profesionales para volcar sus conocimientos, para instituciones que se especialicen en una propuesta de valor. También en el ámbito de oportunidad, para que el gobierno canalice los recursos, para que los emprendedores puedan entrar en el proceso. El emprendimiento no es de la universidad, no es del gobierno, no es de un inversor ángel… es del emprendedor que recibe distintos apoyos como capital semilla, capacitación, oportunidades de llegar al exterior.

    Una vez que la alianza pública privada camina, ¿cómo lograr que sea sostenible?

    Se mantiene básicamente porque las propias instituciones que invierten recursos ven que sus estudiantes, incubados o asistidos logran beneficios. Eso genera adhesión de nuevos estudiantes, permite que los consultores encuentren nuevas oportunidades. Es sostenible, cuando las instituciones logran sus objetivos y los gremios ven que los empresarios están satisfechos. Cuando hablo de sostenibilidad me refiero a que los inversores de antes eran empresarios con prestigio, capital y que conocían de negocios. Hoy, los inversores más activos son los emprendedores que hace cuatro años levantaron fondos, conocen las peripecias del emprendedor, generan empatía, tienen contactos y recursos. Así se logra sostenibilidad, con interés genuino de generar oportunidades para otros emprendedores.

    ¿Qué resultados concretos se han alcanzado en Uruguay con la alianza público-privada en la que usted participó?

    Se han generado más de 500 iniciativas, 80 emprendimientos de alto valor agregado, entre 80 y 120 tienen valor agregado; se han levantado fondos. El 60% de los emprendimientos beneficiados son del sector de las TIC, luego están turismo, nanotecnología… Esto genera un efecto cultural y surge la frase «si él pudo, yo también». Así se genera empleo y una tracción en la que otros se suman, los mismos emprendedores crecen, venden empresas, reinvierten, se da un ecosistema, una articulación supervaliosa y la sociedad se ve beneficiada.

    ¿Uruguay es un modelo a seguir?

    Manejamos pocos recursos y al ser un país chico se pueden hacer pruebas pilotos, hablando en términos de emprendedurismo. Podemos aprender en la marcha, corregir y con poco dinero, a diferencia de otros países con mejores recursos como Chile o Colombia. Llegan interesados del sector público impulsados por los fondos multilaterales. Han llegado interesados de Costa Rica, República Dominicana, Panamá y otros países que ven a Uruguay como un modelo replicable.

    EN EL MUNDO DE LA CONSULTORÍA

    Desde el 2003. Asesora a empresas privadas e instituciones públicas en temas de emprendimiento e innovación.

    Formación. Tiene un MBA en la Universidad de Montevideo.

    Especialidad. Maneja temas de estrategia, finanzas…

  • Gabriel Boero: ‘La universidad tiene que ser un sitio de apoyo al emprendedor’

    Redacción Quito

    Ecuador está en un proceso en el cual se quiere afianzar el ecosistema del emprendimiento, con la articulación de los sectores público, privado y, ante todo, de la Academia. Una de las experiencias de la gestión universitaria es la que comparte con LÍDERES, el argentino Gabriel Boero, quien participó en el X Foro Internacional del Emprendedor en Quito.

    En la Universidad de San Martín en Argentina, ¿cuál es esa práctica orientada al emprendimiento y a la consolidación del ecosistema?
    La universidad cuenta con 19 000 alumnos y unos 4 000 funcionarios, y tiene 20 años de antigüedad. En la Escuela de Economía y Negocios tenemos iniciativas diversas que están a cargo del Centro de Apoyo y Desarrollo Emprendedor. Este centro atiende a emprendedores individuales, empresarios o compradores de empresas.

    ¿Es una actividad similar a una incubadora?
    No necesariamente, porque si bien en la incubadora también se hace mentoría, nosotros hacemos reuniones de trabajo entre emprendedores para contar experiencias, se hacen otras actividades. El Centro también es una ventanilla de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Industria del Gobierno. Allí, un emprendedor puede acercarse a gestionar los mecanismos que el Gobierno tiene a disposición para financiamiento principalmente, vendría a ser como la CFN acá. La universidad en este centro de apoyo tiene una ventanilla para ofrecer estos beneficios y acompañar a los emprendedores en la presentación de sus proyectos.

    ¿En la etapa de mentoría: quien lo hace: docentes, empresarios, gente especializada?
    En general son docentes especializados en temas de emprendimiento, en planes de negocios y de marketing, en diversas áreas. Pero en este ciclo de charlas y conferencias se invita a participar al sector privado para que cuente los pros y los contras de este camino de emprender y también sus costos. La gente que está dentro de la universidad ‘full time’, no vive lo que vive el empresario día a día.

    ¿Cómo lograr esa empatía entre Academia y empresa privada? Ese es uno de los retos que aquí en el Ecuador aún no se logra consolidar.

    Tenemos un consejo asesor del decano, conformado por empresarios. Invitamos a los empresarios del territorio a conformar este consejo y ahora hay unos 20. Se intercambia información y se escucha mucho a los empresarios de cómo ellos quieren que la universidad les dé apoyo, les dé servicio. Hay un tema importante en la universidad pública, el Gobierno Nacional firmó un decreto que permite que la universidad pública brinde asistencia a los sectores privado y público. Pueden funcionar a modo de consultores o centros de asesoría si se quiere, esto al sector privado le viene bien por costos.

    ¿Con esa participación, el centro se convierte en una especie de clínica para el emprendedor?
    No lo llamaría clínica, porque la clínica está asociada a lo médico no a lo empresarial. Consultorios desde el lado de la consulta no médica sino de escuchar, porque la palabra consultor viene de la palabra escuchar los problemas que tienen los empresarios y buscar en conjunto las soluciones para apoyarlos y mejorar todo con un amplio sentido de lo local, territorial y que la universidad sea un actor principal en el desarrollo de la comunidad.

    ¿Qué tipo de emprendimientos o iniciativas de proyectos se apoyan desde la universidad?
    Se han dado dos cosas. La primera, emprendedores que lograron un ingreso que les servía para vivir y que les motivaba; ellos continuaron. Por otro lado, emprendedores que vieron que no ganaban mucho y en la primera oferta de trabajo cesaron el emprendimiento y se fueron a trabajar en relación de dependencia asegurándose el ingreso, con sueldos más altos y prestaciones sociales. Ha sido un 50 50, por el lado del emprendedor continuo.

    ¿Y los emprendedores tecnológicos?
    Por el lado de los emprendedores tecnológicos la tasa de es más alta, porque se les da más apoyo y nacen con un mercado casi cautivo. Nace una idea de una demanda puntual del empresariado. En comercio exterior, por ejemplo, un emprendedor se inventó una ‘nariz electrónica’. Ahora esa ‘nariz’ sirve para detectar cargamento de drogas ilícitas en container o para detectar problemas de alimentos en descomposición. Ingresan datos y parámetros por esa ‘nariz’ a una computadora y si encuentra algo distinto a esto es porque algo no está bien.

    ¿Hay otros ejemplos como el de la ‘nariz’?
    Se ha desarrollado software aplicado a temas de logística. En Buenos Aires hay caos vehicular (como en Quito) en donde no se ha podido resolver el tránsito de camiones de vehículos pesados, porque ingresaban al perímetro urbano y no hubo un ordenamiento territorial adecuado. La ciudad fue creciendo más rápido que lo que el cerebro de los gobernantes pudo planificar. Entonces este software hace ese ruteo inteligente para camiones, hace un análisis del tráfico por minuto utilizando las cámaras que tienen para seguridad los gobiernos municipales. A partir de eso le meten un logaritmo matemático y se saca una serie de datos del tráfico y eso les permite a las empresas que tiene distribución en zonas urbanas definir cómo optimizar el tiempo.

    ¿Cómo se relaciona la Responsabilidad Social con el emprendimiento?
    Al contextualizar no se puede dejar de tener en cuenta las problemáticas que tiene una sociedad. Por ejemplo, si nos quedamos en Quito, el tráfico es un problema. Entonces, cuando uno va a emprender debería ser responsable, debería pensar ideas que solucionen estos problemas de manera rentable.

    ¿Cómo se puede lograr ese objetivo?
    Ayudamos al emprendedor a que nazca pensando en una empresa con alto contenido de creación de valor compartido y que genere valor para la comunidad. Por ejemplo, hay una empresa en Argentina que se llama Mama Grande, que hace soluciones biotecnológicas para saneamiento, pozos de agua servidas a través de bacterias. Claramente ganan dinero con desarrollo biotecnológico y contribuyen a solucionar un problema en la sociedad.

    RESUMEN DE SU GESTIÓN

    La especialización. Candidato a máster en Desarrollo Local (Escuela de Política y Gobierno – Universidad Autónoma de Madrid).

    La trayectoria. Especialista en RSE (World Bank Institute); director del posgrado en RSE de la Unsam; capacitador del Pacto Global de las Naciones Unidas…

    La frase. «Hay que intercambiar información y escuchar mucho a los empresarios de cómo ellos quieren que la universidad les dé apoyo, les ofrezca un servicio».

  • El reto es innovar y emprender

    Entre el 18 y 19 de noviembre, la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), sede Ecuador, y el Observatorio de la Pyme desarrollaron el X Foro Internacional del Emprendedor.

    El objetivo de este encuentro es promover un espacio de reflexión sobre el emprendimiento, como un medio para el surgimiento de actividades productivas, basadas en criterios de responsabilidad social, trabajo articulado entre los actores, asesoramiento especializado, etc.

    Durante los dos días del foro, el Paraninfo de la UASB lució lleno, con la participación de emprendedores. Los asistentes participaron en cuatro mesas temáticas y escucharon cuatro conferencias magistrales de especialistas de Colombia, Perú, Argentina y España.

    En una de esas mesas, la de ‘Emprendimiento e innovación factor clave de la dinamización del ecosistema emprendedor’, sus panelistas analizaron la situación del país frente a retos como el proceso de cambio de la matriz productiva.

    Carlos Díaz, en representación del Ministerio de Industrias, por ejemplo, mencionó que existe un sistema industrial que hay que identificar; y también hay un subsistema en el que intervienen cuatro factores: innovación, talento empresarial, financiamiento y talento laboral. «Son cuatro elementos de convergencia».

    En cambio, César Rovalino (del Gobierno de Pichincha) se refirió a que «es el momento de promover un pacto por la productividad en el país». Desde su perspectiva, faltan estudios de competitividad territorial, así como de un inventario claro de los encadenamientos productivos, y así promover mayores oportunidades para los emprendedores.

    Andrés Zurita, de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), destacó el aporte que entrega esta organización para consolidar un ecosistema en el país; debido, principalmente, a que en esta instancia confluyen más de 30 entidades tanto del sector público, como del privado y de la Academia.

  • Una alianza para fomentar innovación y emprendimiento

    El Tiempo de Colombia (I) Grupo de Diarios América (GDA)

    Los cuatro socios de la Alianza del Pacífico esperan alcanzar un consenso en temas como financiamiento, cultura de la innovación y el emprendimiento, y transferencia tecnológica. Este compromiso surgió de un encuentro realizado hace un par de semanas en Cali.

    Sin duda, un aspecto relevante es el financiamiento, es decir, cómo generar fluidez en los mercados para que haya posibilidades de tener un fondo de inversión, que pueda invertir tanto en Chile como en Colombia, México y Perú. Con eso se generaría una masa crítica para tener capital a quienes les sea interesante invertir, no solo en un país sino en una plataforma regional de emprendimiento.

    Durante el LAB4+ realizado en Cali, las conclusiones fueron presentadas a las asociaciones de emprendedores de Chile, México, Perú y Colombia.

    Juan Pablo Swett, miembro del consejo empresarial de Alianza del Pacífico a cargo de estos temas, valoró el acuerdo. «Estamos todos en la misma sintonía, hay que trabajar en una agenda público-privada del emprendimiento. La colaboración en este ecosistema empieza a andar mejor si se trabaja en conjunto».

    Agrega que si lo que se quiere es que Latinoamérica y la Alianza sean países donde el emprendimiento y la innovación estén a niveles de EE.UU. o los países europeos, «tenemos que hacer que esto funcione y la Alianza del Pacífico es la plataforma perfecta para que todas las agencias públicas y asociaciones privadas se comprometan a replicar las mejores prácticas que existen en cada país».

    Algo con lo que coincide el presidente de los emprendedores de Perú, Emilio Rodríguez, quien destaca que en su Gobierno está la voluntad de disminuir las barreras contra los emprendedores. «Queremos que los cuatro países tengan las mismas igualdades y condiciones para facilitar la innovación y la empresa». Dice que la idea es avanzar lo más rápido posible, «porque nos interesa que cuando una persona emprenda piense inmediatamente en los cuatro mercados».

    El objetivo es tener un modelo de negocio que facilite la entrada, «y para eso hablamos de libre movilidad entre los países para emprender, una integración donde, por ejemplo, para Chile se pase de un mercado de 17 millones a uno de 240 millones», sostiene Swett.

  • Riks: una guía de restaurantes en Quito desde su celular

    Redacción Quito

    La idea surgió como un pretexto de emprendimiento antes de finalizar su carrera. Hace un año, Andrés Benítez y Jeison Sosa, ingenieros mecánicos, decidieron crear una aplicación para teléfonos inteligentes que sirviera de guía de restaurantes en Quito.

    Para ello fundaron previamente la empresa Intecuio, innovación y tecnología Quito. El objetivo de su producto era facilitar la búsqueda de restaurantes bajo distintas categorías a través del uso de teléfonos inteligentes.

    Tenían ya la necesidad qué satisfacer. Luego requerían la oferta. Durante cerca de 12 meses hicieron un levantamiento exhaustivo de los principales restaurantes de la ciudad, primordialmente de gama media y alta.

    Buscaron sus páginas web, hicieron visitas a sus locales, miraron precios y el tipo de comida que brindaban y así construyeron una base de datos de 450 restaurantes de la capital.

    Con ello crearon Riks, aplicación de guía de restaurantes que en apenas tres meses ya tiene cerca de 850 usuarios.

    El nombre Riks viene de una palabra alemana antigua que significa riqueza, grandeza y poder. La aplicación se puede descargar gratis de las tiendas Apple Store o del Google Play.

    Cuando el usuario ingresa por primera vez, automáticamente se despliega una lista con los restaurantes más cercanos a su ubicación que está determinada por GPS.

    En la lista se incluyen los logotipos, la dirección de los locales y la distancia en kilómetros. El usuario también puede elegir la opción del mapa: allí aparece su ubicación con un punto rojo y los restaurantes más cercanos en color vino.

    Andrés Benítez, uno de los creadores de la aplicación, indica que Riks tiene en total 15 categorías de búsqueda que además de la ubicación incluye el tipo de comida (italiana, japonesa, vegetariana, etc.), por rangos de precios (de USD 20 a USD 30) y si en el local se sirven desayunos, platos fuertes, postres o café.

    Jeison Sosa explica que la base actual es de 450 restaurantes, pero que se encuentra en etapa de comercialización del producto y afiliación de locales. Es decir que para permanecer en la aplicación, los restaurantes deben pagar un afiliación anual de USD 300, de lo contrario serán excluidos. Hasta el momento llevan 15 restaurantes afiliados entre los que están La Gloria de Quito, pizzería El Hornero, Rómulo & Remo, entre otros.

    Además de los datos básicos de localización y teléfonos, en los restaurantes se despliegan los horarios de atención y el precio promedio de una bebida y un plato fuerte. Pero además tienen un sistema de puntos para los usuarios que premian la fidelidad del cliente.

    Santiago Jarrín, representante del restaurante La Gloria de Quito, indica que utilizan el servicio porque es la nueva tendencia de publicitar su local; se utilizan las redes sociales y se recompensa el retorno de los clientes.

    Cifras. 850 clientes tiene la aplicación desarrollada por Intec Uio, hoy en día