La Cumbre de Inversiones del Caribe arrancó hoy en Miami (Florida, EE.UU.) con el objetivo central de atraer la inversión extranjera a la región, en momentos de desaceleración y estancamiento de la productividad.
Organizada por Caribbean Export y la Asociación Caribeña de Agencias para la Promoción de la Inversión (Caipa), la cita forma parte de la Iniciativa de Bienes Públicos Regionales, que cuenta con el respaldo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La Cumbre pondrá el foco de sus diversas sesiones a puerta cerrada en relanzar los sectores clave de la industria en la región, tales como el turismo, las energías renovables y la externalización del proceso de negocio (BPO).
Los diversos encuentros pautados con potenciales inversionistas quieren convertirse en la plataforma ideal para que las agencias de promoción de la inversión regional y funcionarios de alto rango de la región expongan las ventajas de invertir en este mercado de unos 36 millones de habitantes.
Los participantes en la cita abordarán y examinarán también las opciones y políticas adecuadas para maximizar el impacto de la inversión foránea en el desarrollo de la zona y la creación de empleo, en el contexto de la actual crisis económica.
Los Gobiernos de la región son conscientes de la importancia de revertir la actual fase de desaceleración y dinamizar el crecimiento en la coyuntura actual, que impone una serie de retos para sus economías.
Por ello, la cita se enmarca en la esencial apuesta por dinamizar la inversión e incrementar la productividad para retomar una senda de crecimiento sostenido y sustentable en el largo plazo.
El evento también busca aprovechar la proximidad de los Estados Unidos y sus inversores estratégicos, dentro del despliegue de la Estrategia Regional de Promoción de la Inversión recientemente desarrollado.
En esta edición, el evento concederá una serie de premios, entre otros el galardón al Inversor Regional del año.
Se calcula que unos 150 inversores extranjeros participarán en la cita y evaluarán las ofertas en materia de turismo, logística, energías renovables y sectores de subcontratación de servicios.
En abril pasado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revisó a la baja las proyecciones de crecimiento de la actividad económica de la región.
De hecho, se espera una contracción promedio de -0,6 % en América Latina y el Caribe para 2016.
Para el Caribe de habla inglesa u holandesa se estima un crecimiento en torno a 0,9 % este año.
Imagen Referencial. En la Cumbre se tratarán temas como el turismo en la región. Foto: Archivo / LÍDERES
Tres hombres de la aldea indonesia de Kalisari sudan la gota gorda delante de calderas que borbotean. Preparan tofu, cuyos residuos se usan para producir electricidad “verde”.
Los habitantes de esta aldea repiten los mismos gestos desde hace generaciones. Baten la leche de soja mezclada con coagulantes, escurren los residuos y cortan la pasta blanca en cuadrados. Así se fabrica el tofu, un alimento básico en la alimentación en Asia.
Desde hace unos años, esta práctica ancestral se ha enriquecido con una nueva etapa: ahora los residuos líquido ácidos no se tiran, se tratan para producir biogás barato que servirá para alumbrar y para cocinar. La aldea sueña con ser un día autosuficiente en electricidad.
Son ya 150 las pequeñas empresas de tofu, la mayoría de ellas en manos de familias, que se acogen a este plan innovador.
Siguen el siguiente proceso: una vez que se cuaja la leche (gracias al ácido acético) , se escurre el jugo. Este “ agua ” se evacua por canalizaciones conectadas a grandes cubas, en las que las materias orgánicas fermentarán gracias a la introducción de una bacteria. Así se fabrica el biogás. Hacen falta grandes cantidades de agua: unos 33 litros por kilo de queso de soja.
Entre los principales beneficiarios de esta pequeña revolución figuran los productores de tofu, otrora dependientes de los suministros esporádicos de gas natural o de madera para alimentar los hornos.
“Las ventajas son enormes” , se congratula Waroh, un productor de tofu de la aldea.
Reducir las emisiones
Para los lugareños, esta energía es tres veces más barata que el gas licuado del petróleo y además reduce las emisiones de dióxido de carbono. Indonesia es uno de los mayores contaminantes del mundo.
Si la producción se extiende a todo el país, más de 56.000 toneladas de combustibles fósiles pueden sustituirse cada año por este biogás, estima la agencia pública de las tecnologías.
Un optimismo compartido por la oenegé holandesa Hivos, que instaló en Indonesia 20.000 digestores, unas cubas que producen biogás mediante un proceso de metanización de desechos orgánicos.
“Hay miles de productores de tofu en el país. Hay mucho potencial”, explica a la AFP Robert de Groot, que dirige el programa de desarrollo de Hivos.
A escala de Indonesia, país del sudeste asiático muy dependiente de las energías fósiles, el potencial de producción de electricidad con fuentes no convencionales como el tofu es inmenso, afirman los expertos.
Por el momento, las energías renovables sólo producen la ínfima parte de la electricidad de este archipiélago de 17.000 islas e islotes en el que viven 255 millones de habitantes. El gobierno quiere alcanzar el 25% del total antes de 2025.
Si bien la mayoría de los proyectos se centran en la energía solar y eólica, algunos indonesios la fabrican a partir del sorgo o de los excrementos de los cerdos.
La iniciativa de Kalisari es una de las más originales. En la aldea la producción de biogás contribuye a reducir los daños causados al medio ambiente por la producción de tofu. Antes miles de litros de aguas residuales acababan en los ríos y contaminaban los arrozales.
“El medio ambiente, aquí, estaba muy contaminado”, declara a la AFP el jefe de la administración local Aziz Masruri, mostrando un río al que arrojaban los residuos líquidos de tofu. “Afectaba a la agricultura y el agua apestaba”.
Desde que se recoge el líquido opaco y nauseabundo para el biogás, el río está más limpio.
Con los residuos líquido ácidos que s egeneran al producir tofu se trata de producir biogás. Foto: Archivo / LÍDERES
Los habitantes de la comunidad indígena Galte Laine, en la provincia de Chimborazo, desarrollaron un prototipo de un biodigestor para la producción de biol y biogás. Este proyecto se realizó con el apoyo de la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE) de Quito.
El proyecto nació de la necesidad de la comunidad indígena de Galte, de tener una opción al uso de gas doméstico y combustibles fósiles, aprovechando los recursos que posee la comunidad, para generar una fuente de energía barata y sostenible y también un abono natural para los cultivos.
El objetivo del plan es producir energía a bajo costo (biogás) y que los agricultores de la zona obtengan biol para la producción agrícola orgánica. En la construcción de este equipo participaron 100 habitantes de esta comunidad indígena localizada en el cantón Guamote, en Chimborazo.
A más de obtener gas pueden cosechar unos 100 litros semanales de biol. Este se produce por la descomposición de desecho de ganado que se almacena en el reactor, un recipiente plástico alargado, donde se descompone la materia orgánica y esta a su vez produce gas metano.
Rommel Valdez, diseñador del proyecto, explica que el experimento es parte del plan de vinculación de la universidad con la gente. El gas que se genera es usado en la Unidad Educativa Nación Puruhá para la preparación del desayuno escolar de 380 niños. “Es un plan piloto que puede ser replicado en cada una de las viviendas de la comunidad”.
Con 75 libras de abono de ganado y 80 litros de agua, podrían producir biogás para tres horas de uso diario y 100 litros semanales de biol. Con eso se ahorrarían recursos y además tendrían abono rico en minerales que ayudaría a soportar las heladas.
Uno de los beneficiados es Juan Guambo. Para el campesino es una alternativa para las comunidades indígenas contar con una nueva opción y fuente de calor. “Gracias al apoyo de la universidad podemos desarrollar tecnología en las comunidades. Ahora buscamos replicar estos conocimientos para que cada familia cuente con este sistema”.
Además, esta iniciativa que apoya a la comunidad indígena de Galte se adjudicó el Primer lugar de la III edición del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible 2015 (noviembre).
El nombre del proyecto que participó del concurso es Diseño, construcción e implementación de un biodigestor tubular anaerobio continuo, a escala industrial, para la obtención de biol y biogás, en la comunidad de Galte. El segundo lugar lo obtuvo la Universidad Católica Santiago de Guayaquil y el tercero se llevó la Universidad Central del Ecuador.
Los integrantes de la comunidad Galte Laine asistieron a una charla de explicación del proyecto. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
Desde agosto de este año, Gerardo Arteaga y Rolando Balseca desarrollarán un proyecto de tesis enfocado en medir el comportamiento energético y mecánico del auto eléctrico marca china Green Wheel que lo comercializa Ambacar.
El trabajo tomará cuatro meses. Para esto, la concesionaria entregó el 18 de agosto, a manera de préstamo, el prototipo de auto eléctrico importado desde China, al Centro de Transferencia Tecnológica para la capacitación e Investigación en Control de Emisiones Vehiculares (Ccicev) de la Escuela Politécnica Nacional.
Andrés Urbina, coordinador del Ccicev, explicó que el modelo de este auto eléctrico se desarrolló en base al recorridoen ciudades que cuentan con topografía plana. La hipótesis de esta investigación académica será conocer si el prototipo es apto para circular en Quito, ciudad que en su topografía cuenta con pendientes, en especial en el sector del Centro Histórico. Por eso se realizarán pruebas de arrancabilidad en pendientes, análisis de la durabilidad de la batería; también se tomará en cuenta el ahorro o gasto en consumo de energía.
Para Darío Bernal, encargado de homologación en Ambacar, dice que el acuerdo con la EPN para investigación académica, permitirá ver desde otra perspectiva las fortalezas y debilidades de este vehículo que en China se fabrica desde hace cinco años.
El costo en el mercado del auto marca Green Wheel (GW28-A07P22-01) oscila entre los USD 12 000 y los 14 000.
El prototipo entregado a la Escuela Politécnica Nacional (EPN), tiene espacio para cuatro personas. Usa baterías de plomo, y las recargas eléctricas de ocho horas pueden conectarse entre 110 y 220 voltios, al mismo tiempo debido a que en la parte de atrás del carro tiene un rectificador que reconoce los voltios de la descarga.
La caja de cambios y la suspensión son similares a la que usan vehículos que se fabrican en serie.
En cuanto al recorrido, el vehículo tiene un registro de 60 kilómetros por hora y con una sola carga puede recorrer hasta 100 kilómetros, según el concesionario Ambacar.
Rolando Balseca, ingeniero mecánico y maestrante de la EPN, comenta que destinan USD 2 500 para el desarrollo de la tesis que medirá la factibilidad energética y mecánica del vehículo. Con estos recursos, están importando desde Estados Unidos, equipos de medición para verificar la durabilidad de baterías en condiciones planas o pendientes.
Esta información se trasladará hacia una tabla de excel para analizar los resultados de factibilidad del auto eléctrico.
Balseca también comenta que previamente realizaron una investigación histórica sobre el rendimiento de las baterías en su máxima potencia. “La idea es observar si al subir las pendientes las baterías duran”.
Con estos resultados que emita la tesis de investigación que corresponde a la maestría en Sistemas Automotrices, la marca Green Wheel definirá si elabora en serie este prototipo.
Según Urbina, director del Ccicev, ciertas debilidades del automóvil eléctrico que será objeto de estudio están el uso de plomo en las baterías (lo que hace que duren de dos a tres años) mientras que en los vehículos de alta gama, las baterías duran alrededor de cinco años. Otra debilidad es el poco espacio para equipaje en la parte de atrás. Este análisis será parte de este tipo de investigaciones que se ejecutan por primera vez en la Politécnica Nacional.
Los beneficios en un futuro de usar autos eléctricos y la posibilidad de fabricarlos localmente, se concentran en las reducciones de CO2 en el ambiente, los bajos niveles de polución, el ahorro en combustible y en mantenimiento, debido a que estos automóviles no necesitan de cambios en aceite, filtros, bandas, bujías o inyectores.
Lo único que requieren constantemente es la revisión de luces, limpieza de frenos, puerto de carga y las bisagras de las puertas.
El experto de la EPN en referencia a las puertas de cargas, mencionó que el prototipo de Ambacar puede cargarse en el domicilio del usuarios. Esto ocurre porque recibe dos tipos de voltios para cargar las baterías.
Para el desarrollo de la tesis de Gerardo Arteaga y Rolando Balseca, la EPN no dispuso de recursos económicos, pero habilitó el laboratorio para las investigaciones académicas. Se espera que estas prácticas en alianza con la empresa privada y pública se sigan desarrollando para aportar a la educación universitaria.
En el Ecuador, desde el Gobierno Nacional se está liderando el proyecto para importación de este tipo de automóviles, para el sector público. Asimismo, concesionarios como Automotores y Anexos S.A. (Ayasa), representantes de Renault-Nissan, y otras como Toyota, Kya y Byd tienen modelos a modo de prueba para analizar sus funcionalidades en las diferentes topografías. Datos del proyecto La inversión para el proyecto de tesis es de USD 2 500.
La investigación dará información de factibilidad del prototipo en ciudades que cuentan con calles en pendientes, como Quito.
Green Wheel a través de Ambacar, prestó un prototipo de auto electrónico en la EPN.
El modelo recorre hasta 100 kilómetro por hora.
Los equipos para medir la factibilidad del automóvil, usarán máquinas para determinar la durabilidad de las baterías.
Los automóviles eléctricos permiten reducir la contaminación y el CO2
Andrés Urbina, de la Ccicev de la Escuela Politécnica Nacional, exhibe el motor eléctrico del auto marca Green Wheel, que servirá para investigación. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES.
Las infraestructuras y la energía son los sectores en los que buscan inversores 19 países latinoamericanos que participan este lunes (15 de junio de 2015) en el quinto foro de inversión organizado por la asociación Latia en Londres.
El encuentro entre representantes del sector público y privado de estos países latinoamericanos con inversores extranjeros tuvo lugar en el salón Guildhall, en plena City de Londres, el centro financiero de la capital británica.
Algunos de los proyectos destacados durante este día son la construcción de un canal interoceánico en Nicaragua, la recuperación del centro histórico de Asunción y la construcción de la autopista Americo Vespucio Oriente en Chile. El secretario de Estado británico de Asuntos Exteriores, Hugo Swire, abrió la jornada de presentaciones y encuentros comerciales y enfatizo que el Gobierno del Reino Unido continúa con «su compromiso y apoyo a América Latina en el largo plazo».
Swire afirmó que el Reino Unido continuará promoviendo valores como «la competitividad, la transparencia y el buen Gobierno» en América Latina. «Durante los próximos cinco años crearemos los lazos necesarios para seguir creciendo en acuerdos culturales, académicos y comerciales para la prosperidad de todos», agregó Swire antes de dar paso al resto de las ponencias.
La secretaria de Cultura de Paraguay, Mabel Causarano, destacó que uno de los principales objetivos de su Gobierno es recuperar el centro histórico de la capital del país, por lo que buscan inversión privada para desarrollar el proyecto.
Causarano describió que Paraguay centra sus esfuerzos en la búsqueda de inversiones extranjeras en diferentes proyectos de creación de infraestructuras en el país, pero sobre todo en el del centro histórico de Asunción.
«Paraguay es un lugar seguro para invertir ya que la política económica ha sido una de las más estables de la región», agregó Causarano y se refirió al crecimiento del PIB del país en 2014, que ascendió al 4,8%.
Por su parte, Paul Oquist, asesor presidencial de Políticas Públicas de la Presidencia nicaragüense, presentó ante los inversores británicos los detalles del proyecto de construcción de un canal interoceánico en su país con más capacidad que el de Panamá.
Oquist apeló a las bondades de este canal y a las posibilidades de inversión, ya que el proyecto pretende ofrecer una nueva ruta comercial marítima a un bajo coste. Otras de las apuestas de Nicaragua, según Oquist, son la promoción del turismo en el país y el desarrollo de una serie de proyectos en energías renovables.
El viceministro de Turismo de Ecuador, Dominic Hamilton, también hizo referencia al turismo, una de las principales apuestas de su país para el futuro. «Las islas Galápagos son uno de los principales atractivos de Ecuador, pero queremos aumentar la demanda turística en el resto del país y reforzar el sector con acuerdos con otros países como Perú», destacó.
Además, Hamilton se refirió al proyecto para conectar los Andes y la costa oeste de Ecuador por medio del ferrocarril y dijo que «ha levantado mucho interés en los inversores procedentes del Reino Unido».
Por su parte, el director ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), Fernando Ferreira, subrayó algunos de los retos que debe afrontar América Latina en materia de energía, tanto de fuentes renovables como de no renovables. Ferreira dijo que «sin energía no hay progreso» y puntualizó que el avance en este sector en América Latina revertirá en la disminución de la pobreza y en el control del cambio climático, y abrirá varias oportunidades para invertir en el mercado energético.
Uno de los retos que afronta América Latina, según Ferreira, es «reducir el número de personas que no tienen acceso a la energía en América Latina» y que se sitúa en los 30 millones de personas, lo que supone un 10% de la población total de la región.
La cita tuvo lugar en el salón Guildhall, en plena City de Londres, el centro financiero de la capital británica. Foto: Wikicommons
Ecuador y Colombia se han marcado como objetivo ampliar la interconexión energética que mantienen desde 2003 por la cordillera andina para integrar a Chile, Perú y Bolivia, un plan tan ambicioso como inevitable para el desarrollo, expuso el vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas.
«La integración energética ya no es una opción, es una obligación para los países», sentenció Glas en una entrevista en Bogotá, donde mantiene una serie de encuentros con su homólogo colombiano, Germán Vargas, centrados en compartir «experiencias e información» sobre proyectos de infraestructura vial y planes de vivienda.
Pero sin duda la energía ha sido el tema insignia de las reuniones, y con ella la expansión de un plan binacional que, según Glas, ha generado un éxito que debe ser ampliado. Ecuador no ve la energía como una «oportunidad comercial o de negocio» sino como una opción «de desarrollo» para la región, aunque los números son contundentes: desde 2003, indica Glas, su país ha comprado «más de USD 1 000 millones» en energía a Colombia, a la que a su vez también ha comenzado a vender recientemente.
«El gran desafío es que esta experiencia, que ya funciona de manera bilateral, podamos trasladarla a la región. Hemos planteado ya un equipo de trabajo entre Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia», subrayó.
Chile, que tiene «enormes necesidades energéticas», así como en menor medida Bolivia, según Glas, serían los más interesados en la propuesta, que no será «sencilla» de lograr por el compromiso internacional que requiere. «Hay que comprometer una decisión política de todos los gobiernos a desarrollar la infraestructura que se requiere para estos corredores de interconexión, que en el caso de Colombia ya están funcionando», precisó el vicepresidente.
Así las cosas, «el gran desafío viene hacia los países al sur de Ecuador, específicamente Perú y Chile». Glas sostiene que Colombia ya tiene «una gran infraestructura eléctrica» en tanto que en Ecuador actualmente se están construyendo de forma simultánea ocho hidroeléctricas y además se está desarrollando «una red de transmisión de 500 000 voltios», y las conexiones en la frontera están sobradamente preparadas.
De llevarse a cabo la hidroeléctricasintegración regional, el Vicepresidente no descarta que el proyecto se extienda hasta Panamá, un país al que Colombia siempre ha querido llevar energía. «Una vez definidas las rutas de Colombia para llegar a Panamá sería automática la conexión entre Ecuador, Colombia y Panamá, y a través de este último probablemente otros países centroamericanos que dependen mucho de hidrocarburos», comentó.
En cualquier caso, añadió Glas, el intercambio «se irá fortaleciendo a medida que las rutas de transporte de energía se vayan conectando no solamente en las zonas de frontera», sino también dentro de cada país.
Además de este proyecto, la delegación ecuatoriana abordó con Vargas y su equipo la construcción de carreteras y programas de vivienda social en Colombia, aspectos que tienen al Ejecutivo de Correa «entusiasmado».
En específico, Ecuador espera aprender de los modelos de construcción de vías a través de alianzas público-privadas que podrían aplicar en su territorio para grandes proyectos en el sur del país, especialmente «superautopistas».
«Tenemos un proceso en marcha que implica una alianza público-privada, tenemos siete empresas interesadas. De hecho, vamos a recibir también información sobre cuáles son las empresas que más están invirtiendo en Colombia en este tipo de alianzas para hacer una presentación especial y poderlos invitar o entusiasmar para realizar este tipo de inversión en Ecuador también», declaró Glas.
Sobre la construcción de vivienda, aunque Ecuador ya tiene su propio plan, les llama la atención que el modelo colombiano ha sido «cimentado de una manera distinta y ha generado una respuesta distinta por parte de los promotores inmobiliarios».
Tras la visita de Glas, cuya agenda oficial concluye este viernes (29 de mayo), técnicos del Gobierno ecuatoriano viajarán a Colombia para «intercambiar experiencias con un poco más de profundidad».
La visita oficial a Colombia de Jorge Glas concluye este viernes (29 de mayo). Foto: EFE
El Gobierno de Emiratos Árabes Unidos lanzó este lunes (25 de mayo) en Colombia la octava edición del ‘Premio Zayed Energía del Futuro‘, un galardón que premia a empresas, estudiantes y organizaciones de todo el mundo que promueven el desarrollo y uso de energías renovables para combatir el cambio climático.
«El objetivo es premiar y reconocer ideas innovadoras sobre la energía renovable en todo el mundo (…) El impacto de las ideas que se generen en este premio va a ser grande en la sociedad», dijo a periodistas el director de Energía y Cambio Climático de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Thani Alzeyoudi.
EAU dispone de un fondo de USD 4 millones para apoyar a los ganadores en cuatro categorías: «Pequeña y mediana empresa» (pyme) y «Organización sin ánimo de lucro», cada una con 1,5 millones; «Logro de una vida», con USD 500 000, e «Instituciones globales de educación secundaria», con USD 100 000 para cada continente.
Según el funcionario, los interesados tienen plazo hasta el 22 de junio para inscribirse en la página web del premio. Cada categoría se valorará bajo criterios de innovación, impacto, liderazgo y visión a largo plazo, afirmó.
Los organizadores darán prioridad a los emprendimientos que combinen innovación y la eficiencia para ahorrar energía, así como que reduzcan emisiones de gases causantes del efecto invernadero y aumenten la producción de energía alternativa. Alzeyoudi sostuvo que la idea de su país es que este año las iniciativas latinoamericanas tengan mayor participación en la convocatoria.
«No queremos conocer solamente las ideas que se divulgan en los medios de comunicación, por eso estamos haciendo visitas especializadas para que personas con buenas ideas se enteren de la iniciativa», agregó. EAU, cuya economía se basa en el petróleo, inició en 2005 un plan para diversificar sus fuentes de energía, para lo que ha destinado USD 350 millones en inversión, capacitaciones, foros y educación en energías renovables.
«Nuestros líderes siempre están mirando hacia el frente. Sabemos que el petróleo y el gas son fuentes limitadas», acotó el funcionario. Para 2024 aspiran a que el 24% de su energía sea renovable, frente al 1% actual.
Las ideas presentadas en las siete ediciones pasadas de este galardón han generado 190 000 megavatios por hora de energía renovable, redujeron 800 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono y otorgaron energía solar a más de 57 millones de personas, explicó Alzeyoudi.
En la versión de 2014 hubo 1 111 presentaciones de 84 países y entre los premiados estuvo el exvicepresidente de Estados Unidos y ambientalista Al Gore.
Thani Alzeyoudi explicó que hasta la séptima edición del Premio se otorgó de energía solor a 57 millones de personas. Foto: Foto Wikicommons
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió el lunes (18 de mayo) sobre los subsidios a la energía en el mundo, señalando que alcanzarán los USD 5,3 billones este año, más que el monto del gasto público destinado a la salud.
«Estas estimaciones son chocantes», indicó el FMI en un informe, indicando que se trata de uno de los factores negativos más importantes para el crecimiento económico, ya que tiene efectos adversos sobre la eficiencia, el crecimiento y la desigualdad. Según el reporte, la suma representa el 6,5% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.
El FMI cuestiona desde hace tiempo este tipo de subsidios, definido como la diferencia entre los precios pagados por los consumidores por la energía y su costo «real», que pesaría en las finanzas públicas y aceleraría el calentamiento global.
Según el Fondo, China es de lejos el país que más dinero destina a subsidios energéticos, con USD 2,3 billones por año, seguido por Estados Unidos (USD 699 000 millones) y Rusia (USD 335 000 millones). Globalmente los subsidios se duplicaron desde 2011, indicó el FMI, que atribuyó gran parte de este incremento a que ahora integra en el cálculo las sumas invertidas para encarar los efectos dañinos del consumo de energía sobre la calidad del aire y la salud.
El Fondo recomendó a los países que aplican subsidios que incrementen los precios de la energía gradualmente para reflejar sus precios reales, una acción que estimó podría darle a los gobiernos espacio para reducir algunos impuestos, incrementar el gasto público en infraestructura, salud y educación y financiar las transferencias de dinero a los más pobres.
Recientemente, el FMI condicionó su ayuda a Ucrania a la realización de reformas en el sector energético, incluida una reducción de los subsidios.
Una descomunal planta solar que flota en el espacio y suministra energía a la tierra. Esta imagen, escenario de un relato de ciencia ficción de Isaac Asimov de 1941, es una realidad cada vez más cercana gracias al trabajo de un grupo de investigadores nipones.
La energía solar espacial es considerada una de las renovables más prometedoras desde que se planteó la idea hace medio siglo, aunque hasta ahora era inviable debido a una compleja cuestión: ¿Cómo trasladar hasta nuestro planeta la electricidad generada a 36 000 kilómetros de distancia?.
El pasado marzo, un equipo de investigadores de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) y varias empresas niponas, entre ellas Mitsubishi Electric, completó con éxito una prueba decisiva para responder a esta pregunta.
Los científicos lograron transformar 1,8 kilovatios de electricidad en ondas electromagnéticas, transmitirlas a continuación entre dos paneles-antena situados a 55 metros de distancia y finalmente convertirlas de nuevo en energía eléctrica.
«Es sólo un primer paso, pero es clave para la aplicación práctica de la energía solar espacial», dijo Daisuke Goto, uno de los científicos a cargo del proyecto SSPS (siglas en inglés de Sistemas de Energía Solar Espacial). A partir de este método de transmisión por microondas, se podría generar energía con paneles solares situados en órbita y enviarla hasta la tierra, explicó el investigador en una entrevista telefónica con Efe.
El sistema cuenta con grandes ventajas como aprovechar diez veces más radiación solar de la que llega a la tierra -debido a su «filtrado» por la atmósfera-, o el suministro constante de energía sin verse afectado por la rotación terrestre ni las condiciones meteorológicas.
El reto de los científicos nipones ahora es perfeccionar la tecnología inalámbrica para transmitir a través de 36 000 kilómetros, la distancia entre la órbita geoestacionaria donde se situaría la planta solar espacial y nuestro planeta. Para lograrlo contemplan construir paneles solares de hasta 2 kilómetros de diámetro y unas 10 000 toneladas, que serían lanzados al espacio por piezas a bordo de cohetes y luego ensamblados por sofisticados robots.
Cada panel solar tendría una capacidad de producción energética de un millón de kilovatios, equivalente a un reactor nuclear, y enviaría la electricidad hasta paneles receptores de un tamaño similar.
Pero antes de llegar a ese punto queda un largo camino por delante, repleto de desafíos técnicos y con un altísimo coste económico. «Nuestro objetivo es que la energía solar espacial tenga uso comercial para 2030 o 2040, aunque algunos expertos hablan de un plazo más largo», señaló Goto.
Los principales obstáculos son lograr un mayor aprovechamiento de la energía generada (el sistema actual sólo permite enviar entre el 5 y el 10%) o conseguir que las transmisiones sean estables a tanta distancia, un proceso que los científicos comparan con «enhebrar un hilo en una aguja». Otros problemas son dónde ubicar los enormes paneles receptores en la superficie terrestre, o los posibles efectos sobre la salud humana de las microondas de alta frecuencia, algo que aún no está lo suficientemente estudiado, según el científico nipón.
Las pruebas se han realizado con ondas electromagnéticas de intensidad muy superior a las empleadas en los microondas domésticos, las comunicaciones por radar o el wi-fi, aunque los científicos también prevén testar la transmisión por láser.
Con vistas a que la energía solar espacial fuera rentable a nivel comercial, la construcción y puesta en órbita de cada uno de los paneles solares debería costar 1,24 billones de yenes (unos USD 10.116 millones), según el presupuesto que maneja SSPS.
Más allá del ámbito espacial, los científicos nipones creen que esta tecnología de transmisión podría emplearse para el suministro energético a zonas afectadas por catástrofes naturales, la recarga inalámbrica de automóviles eléctricos o el envío de energía desde centrales eólicas ubicadas en altamar.
Japón es, junto a China, el único país que invierte actualmente fondos estatales en la investigación y desarrollo de la energía solar espacial. El concepto fue acuñado en 1968 por el ingeniero aeroespacial estadounidense Peter Glaser, y aunque la NASA comenzó a estudiar su viabilidad, abandonó la idea una década después debido a su coste excesivo.
El proyecto nipón se puso en marcha en 1998, y ahora arroja un rayo de luz sobre el futuro energético del país ante su carencia de combustibles fósiles, el debate nuclear post-Fukushima y la dificultad de explotar otras energías renovables.
Bolivia busca mejorar su producción energética apostando por las fuentes alternativas, como la energía solar. Foto referencial: Archivo/EL COMERCIO
El Gobierno de Venezuela redujo hoy (martes 28 de abril) la jornada laboral ante la ola de calor que este mes registra picos de temperaturas de hasta los 45 grados, con una sensación térmica cercana a los 50 grados, lo que ha disparado el consumo eléctrico.
Jorge Arreaza, vicepresidente del Ejecutivo del presidente Nicolás Maduro, y el ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, manifestaron en una rueda de prensa conjunta que la jornada laboral en el sector público deberá ser continua y comenzará a las 07:30 hora local y acabará a las 13:00 horas.
Entre ayer y hoy, el consumo de energía eléctrica, principalmente con el uso generalizado de aparatos de aires acondicionado, ha sido «bastante significativo» y pasó de alrededor de 16 000 a 18 000 megavatios, informó Arreaza. Se trata de un salto de alrededor de 2 000 megavatios que, en el sector estatal, dará paso a «severas y rigurosas» inspecciones para obligar al ahorro, advirtió.
Los servidores públicos deben ser «mucho más comedidos y moderados» en el uso de la energía eléctrica, lo que también vale para los 30 millones de habitantes del país, exhortó el vicepresidente.
Chacón recordó a su vez que 2014 fue para Venezuela «el año más seco de los últimos 60 años» y que las secuelas de ello aún perduran. Ello mantiene los embalses generadores de energía hidroeléctrica en cotas bajas que no se compadecen con el pico de hasta 18 300 megavatios de consumo, advirtió.
La reducción de la jornada laboral en el sector público exceptúa a los sectores educativo, policial, de la salud, de la fabricación de alimentos, generación de agua potable, petróleo, gas, así como recolección de basura, transporte y banca, entre otros, detalló.
El ministro también dispuso que las industrias y otras empresas privadas «optimicen la autogeneración de energía» con equipos propios. Colombia tiene el doble de habitantes que Venezuela y su generación eléctrica es menor, de alrededor de 14 000 megavatios, pero «no tiene problemas», destacó Chacón.
Los habitantes de Colombia tienen «una cultura de consumo» mayor que los venezolanos que, entre otras cosas, agregó, gozan de la tarifa «más económica del mundo» y eso alienta la demanda.
El consumo de energía eléctrica pasó de 16 000 a 18 000 megavatios en un día en Venezuela. Foto: Pixabay