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  • El mobiliario de espacios exteriores es su especialidad

    Sebastián Angulo

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    ‘Más que exhibir productos transmite experiencias a los clientes”. Así define Patricia Bravo al ‘show room’ de Dream Home, tienda especializada en mobiliario para exteriores.

    En un local de 250 m² ubicado en Tumbaco (oriente de Quito) -en el que predomina el vidrio- sillas, mesas, sofás… recrean armoniosos y estéticos comedores salas y espacios comunales.

    Bravo, propietaria de Dream Home, cuenta que siempre ha mantenido una afición por el diseño y la decoración. Pero para esta cuencana, quien es ingeniera comercial de profesión, su inclinación se convirtió en su negocio y ocupación desde el 2012.

    La principal motivación, cuenta, fue que en el mercado nacional solo se ofertaban muebles para exteriores de gama alta -muy costosa- o, por el contrario, económica, pero de mala hechura. No había un punto medio en el que la calidad del producto y costos moderados converjan.

    Con una inversión de unos USD 40 000 -de sus ahorros- abrió las puertas en el 2012 el primer local de Dream Home, que también estaba ubicado en Tumbaco. Ese monto se destinó a la adecuación de la tienda y a la importación de un contenedor de muebles.

    Pese a impuestos y salvaguardias, la mayoría de sus muebles son importados de Italia y Asia. Para abaratar los costos, Bravo solo importa las estructuras de los muebles y los cojines los elaboraba localmente con insumos importados. Esta modalidad todavía se mantiene.

    En principio, el negocio trabajó bajo pedido y buscaba promocionarse en el mercado.
    Gracias a la creciente demanda, en el 2015, Bravo pensó en un nuevo local más amplio, también en Tumbaco, por lo que invirtió USD 70 000 para su adecuación.

    Con el nuevo local, Drem Home también comenzó a comercializar producto nacional. Ahora, la firma oferta mobiliario de madera manufacturado por productores quiteños.

    Actualmente, el 70% de su portafolio es importado y el 30% restante fabricado en el país.
    La empresa ha diversificado su portafolio y ahora oferta otros elementos decorativos, como macetas importadas de fibra o cemento. También, distribuye cerámica del artista cuencano Eduardo Vega y de otros artistas independientes locales. Actualmente tiene disponibles unos 200 ítems.

    Rafael Córdova, propietario de una empresa, es cliente de Dream Home desde hace tres años. Él comenta que ha adquirido salas, comedores, sillones, entre otros productos, para su casa en Cumbayá (nororiente de Quito). Su última adquisición, cuenta Córdova, fue un juego de té para un balcón de su departamento de Guayaquil. “La calidad, los colores, son muy buenos”, añade Córdova.

    Una de las formas de expandirse la marca han sido las redes sociales, como Facebook, pero también el “boca a boca”.

    Raúl Riquelme, abogado, cuenta que llegó a Dream Home gracias a la recomendación de una amiga y asegura que los muebles le encantaron. Ha comprado una sala y comedor de seike y madera para exteriores y destaca la calidad y durabilidad del producto.

    “Lo que me encanta es que cuando tengo visitas en mi casa a todo el mundo le llama la atención”, dice Riquelme.

    Entre los proyectos para Dream Home, asegura Bravo, está ampliar sus operaciones a Guayaquil. Para ello han hecho investigación de mercado y buscarán expandirse a esta ciudad en el futuro.

    La cuencana Patricia Bravo es la propietaria de Dream Home. Su nuevo ‘show room’, de más de 200 m² que abrió sus puertas en el 2015, está ubicado en Tumbaco, al oriente de Quito.Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    La cuencana Patricia Bravo es la propietaria de Dream Home. Su nuevo ‘show room’, de más de 200 m² que abrió sus puertas en el 2015, está ubicado en Tumbaco, al oriente de Quito.Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • La cerámica de autor es la especialidad

    Redacción Quito

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    Esculturas en forma de pavo, cerdo, gato… adornan el taller de Natalia Espinosa, ubicado en La Floresta (centro-norte de Quito). En el espacio de unos 25 metros cuadrados esta escultora y ceramista explora su creatividad y sus manos dan forma a tazas, platos, entre otros objetos.

    A finales del 2014, Espinosa, graduada de licenciada en artes plásticas con especialización en cerámica de la Gerrit Rietveld Academie (Holanda), decidió abrir su taller para tener más cercanía con el público y comercializar sus piezas.

    Invirtió cerca de USD 15 000 que los destinó a la compra de un torno para cerámica, un horno, materiales, rentar un local y adecuarlo. Así nació Perro de Loza, que ofrece cerámica de autor, cerámica decorativa para interior y exterior.

    Espinosa recuerda que una de las premisas que aprendió en sus estudios es que una ceramista debe tener una taza con su estilo y ahora una de sus principales creaciones es una taza en forma de cacao que actualmente se vende en tiendas como República del Cacao o Galería Ecuador. También, este artículo se ha exportado a países como Japón y EE.UU.

    “Es un producto que tiene un concepto y ha tenido buena acogida”, añade la artista.
    Actualmente, cuenta Espinosa, trabaja en la creación de vajilla para restaurantes ‘gourmet’ bajo pedidos de los chefs que buscan que sus platos tengan una presentación detallista para brindar una experiencia gastronómica completa a sus comensales.

    Para conseguirlo, Espinosa acude a las cocinas de los chefs y observa su preparación para entender el concepto del platillo y con base a ello elaborar la vajilla. Así ha moldeado platos con diversos compartimentos específico para servir el tiradito peruano, o un recipiente en forma de grano de cacao para un postre.

    Perro de Loza también ofrece piezas que van con la arquitectura, mosaicos, murales, lavabos y otras piezas bajo pedido.

    Las ventas mensuales de Perro de Loza, dice Espinosa, van desde los USD 300 hasta los 1 200; todo depende del número de proyectos y pedidos de los clientes. La producción mensual también es variable y depende de las entregas que debe hacer; este mes produjo 120 tazas, por ejemplo.

    Espinosa inicia su trabajo a las 10:00 y lo concluye a las 20:00. Actualmente, dos personas adicionales laboran en Perro de Loza.

    Además, este emprendimiento ofrece talleres abiertos de cerámica los fines de semana, para personas que estén interesadas en aprender esta actividad .

    Silvia Santos, de República del Cacao, comenta que las tasas de Perro de Loza tienen gran aceptación por parte del cliente, debido a su forma y acabado. Sobre todo, dice Santos, los extranjeros “quedan encantados” con los artículos y son los que más lo demandan.
    Al mes, en República del Cacao, se venden unas 30 tazas, en promedio. “Van muy bien con el concepto de la marca”, añade Santos.

    En Galería Ecuador se venden las tazas y otros artículos de Perro de Loza desde hace un año. Adriana Alomía, propietaria del negocio, cuenta que los productos tienen gran demanda de los clientes debido a su creatividad.

    Al mes, sostiene Alomía, Galería Ecuador comercializa unas 25 piezas, en promedio, del emprendimiento. “Son artículos para personas que aprecian el arte y los acabados rigurosos en este tipo de objetos”, dice la propietaria.

    Natalia Espinosa, propietaria de Perro de Loza, en su taller ubicado en La Floresta (centro-norte de Quito). Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Natalia Espinosa, propietaria de Perro de Loza, en su taller ubicado en La Floresta (centro-norte de Quito). Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Ropa de cama para el sector hotelero es la especialidad

    Sofía Ramirez

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    La confección de ropa de cama, como sábanas, edredones y cojines es una tradición familiar que dio paso a Manttra. Esta empresa lleva cuatro años, tiempo en el cual se ha enfocado en el sector hotelero del país.

    Leonardo Magno, gerente general del emprendimiento, cuenta que su mamá Fanny Altamirano y su hermano Nicolás Magno también están involucrados en el negocio. El equipo se encarga de llevar a otras provincias la calidad de sus productos, cuenta este quiteño de 28 años.

    Los orígenes de Manttra -firma que antes tenía el nombre de Textiles Magno- datan de hace 16 años, cuando Altamirano elaboraba sábanas en su casa para ofrecerlos a clientes particulares.
    El emprendimiento servía para traer ingresos extras al hogar; Leonardo y Nicolás crecieron con este conocimiento al ver a su mamá diseñar y confeccionar estos accesorios del hogar.

    Ambos tuvieron interés en esta labor. No obstante, cuando los hermanos Magno terminaron la universidad; cada uno decidió adquirir experiencia en diferentes sectores.

    Leonardo Magno explica que en su caso le fue difícil conseguir trabajo en el área comercial a fines del 2011. Y cuando obtuvo un trabajo en el siguiente año, también tuvo la visión de tener su propio negocio, uno que se enfoque en la confección de textiles.

    Manttra en la actualidad ofrece dos líneas de negocio: la elaboración de ropa de hogar, en la que se cuentan almohadas, colchas, edredones, cobijas térmicas, sábanas, toallas… La segunda línea elabora colchas, faldón de cama, bajo los estándares de calidad que exigen los hoteles, dice Magno.

    Los hermanos decidieron formalizar el negocio y en junio del 2012 nació Manttra, pero bajo el nombre de Textiles Magno. La planta se instaló en la casa de la familia, en Conocoto, al suroriente de Quito. En el lugar se instalaron áreas para el corte, confección y lavado, por ejemplo. Y la inversión inicial sirvió para comprar la materia prima como telas, hilos, apliques y maquinaria.

    Las primeras producciones y ventas de Manttra fueron las más bajas al iniciar con la empresa, explica Leonardo Magno. Por eso manejaron una estrategia: concentrarse en el sector hotelero. El quiteño cuenta que con producto en mano, visitaron a cada hotel hasta conseguir clientes.

    Édgar Palacios, gerente de Operaciones de Termas de Papallacta, afirma que conocieron a Manttra en septiembre del 2012. Se enteraron del trabajo de la firma por recomendación, por lo que luego de reunirse y verificar la calidad del producto pactaron la negociación. Termas de Papallacta adquiere sábanas de la empresa ecuatoriana cada año, para así renovar la lencería de habitaciones. Palacios dice que la calidad de la confección es excelente.

    El Hotel Dann Carlton, en el norte de Quito, también es cliente de Manttra desde hace cuatro años. Alexandra Allan, jefa de Adquisiciones, dice que lo que más adquieren son sábanas.
    En la actualidad, la capacidad de producción en la planta de Manttra llega a 500 edrededones y 100 sábanas al mes, por citar dos productos. En la confección se utiliza materia prima importada y nacional.

    Para este año, Manttra además de posicionar su nuevo nombre en el mercado ecuatoriano fortalecerán sus redes sociales. La pequeña empresa también tiene la intención de abrir su primer punto de venta directo, en Quito.

    Nicolás Magno, su madre Fanny Altamirano y Leonardo Magno se encargan de Manttra. La  firma confecciona sábanas, edredones, cobijas, entre otros productos. Foto: Diego Pallero/ LÍDERES
    Nicolás Magno, su madre Fanny Altamirano y Leonardo Magno se encargan de Manttra. La firma confecciona sábanas, edredones, cobijas, entre otros productos. Foto: Diego Pallero/ LÍDERES
  • El útil escolar es su especialidad

    Redacción Guayaquil  (I) redaccion@revistalideres.ec

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    Plastiuniversal es la firma guayaquileña  que produce lápices, marcadores, carpetas, crayones, témperas, plastilinas, etc. Este año invertirá USD 1,5 millones en maquinaria, para duplicar su producción.

    En 1979, el italiano Roberto Auer llegó a Guayaquil con la idea de montar una fábrica de lápices y marcadores. El europeo conocía del negocio y sabía que en Ecuador existía un nicho no atendido en útiles escolares, para los estratos económicos medio y bajo.
    Han pasado 36 años y ahora Auer acostumbra dar paseos por la planta. Lo hace para mirar de cerca cómo funcionan las máquinas en las instalaciones de Plastiuniversal, la empresa que fundó el 9 de diciembre de 1982, en la que se fabrican los útiles escolares de la marca Carioca.

    La empresa, ubicada en el kilómetro 10 de la vía a Daule (Guayas), tiene hoy 200 colaboradores. En los primeros años, las cuatro máquinas manuales para armar bolígrafos y marcadores que Auer importó de Italia eran operadas por cuatro empleados.  “Con la aceptación de los productos, en dos años trajeron cuatro inyectoras y cuatro ensambladoras al país, para producir más y hemos crecido paulatinamente”, cuenta María José Izquierdo, jefa de Marketing de la empresa.

    En 1984, Plastiuniversal comenzó a ampliar su portafolio de productos; a los lápices y marcadores se sumaron juegos geométricos de plástico, carpetas, crayones, separadores, témperas, plastilinas, entre otros artículos. En estas tres décadas, la oferta ha crecido a cerca de 200 ítems; casi el 90% corresponde a producción nacional.

    Esa diversidad de artículos es una de las fortalezas de la empresa, dice Lourdes Soto, propietaria de Imporsopapel. Este negocio distribuye los productos Carioca desde hace 20 años en papelerías de Azuay, en Loja, El Oro y en algunas localidades del Oriente.
    “Ellos tienen una oferta muy completa de útiles, de acuerdo con los requerimientos de las listas de los colegios. Además, los precios son bastante competitivos y accesibles”, afirma Soto.

    La visión de la empresa, dice Izquierdo, es atender la demanda de productos escolares para el segmento socioeconómico medio bajo. La estrategia ha sido importar aquellos productos que por precios no eran rentables de producirse en el país. Sin embargo, el plan es ir sustituyendo paulatinamente esas importaciones.

    Este año, por ejemplo, por la implementación de salvaguardias de 45% para útiles escolares importados como lápices, la empresa activó el área de lápices que había estado inhabilitada en la planta, lo que demandó, además, la contratación de 24 nuevos operarios.

    Izquierdo cuenta que este año se está concretando la compra de una máquina que produce lápices de plástico, que se elaboran mediante un proceso ecoamigable y toman menos tiempo en producirse. La inversión planeada alcanzaría los USD 1,5 millones, pero permitiría duplicar la producción de lápices para el 2016, que actualmente es de 40 millones de unidades por año.
    Esta no es la única inversión en el plan de crecimiento de Plastiuniversal. Los nuevos recursos para maquinaria también se han enfocado en el mejoramiento de la calidad del producto.

    Este año, con USD 50 000, se implementó un nuevo molde de marcadores permanentes, de tiza líquida y resaltadores, que le dan varias características al producto, entre estas, por ejemplo, que tengan una punta más fina.

    La calidad, además, se revisa de manera minuciosa en un departamento en el que se hacen pruebas de la durabilidad de los productos. En marcadores, que son el producto líder de la marca, por ejemplo, se realizan pruebas recurrentes, con una máquina especializada en medición de tinta. Libardo Villaquirán destaca que en las pruebas aleatorias hechas con marcadores, estos llegan a escribir hasta 3 000 metros.

    “Esto garantiza la calidad del marcador, incluso para exportación. Además, tenemos la norma INEN 713. A nivel de reglamento técnico, lo que hacemos es garantizar que el producto no es dañino para los niños”, explica.

    La empresa ha realizado exportaciones pequeñas hacia Colombia, pero por ahora el mercado externo no está entre sus prioridades. “Pero el hecho de haber entrado a Colombia habla de la calidad de nuestros productos, porque ese mercado es muy competitivo”, menciona Izquierdo.

    La meta que la empresa tiene este año, además de mejorar la capacidad productiva en la planta, es fortalecer la nueva imagen de la marca, que se comenzó a trabajar este año, con nuevos empaques.

    Las témperas están en el portafolio de los 200 productos que ofrece la empresa Plastiuniversal bajo la marca Carioca. La empresa se fundó en Guayaquil en 1982. Fotos: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Las témperas están en el portafolio de los 200 productos que ofrece la empresa Plastiuniversal bajo la marca Carioca. La empresa se fundó en Guayaquil en 1982. Fotos: Enrique Pesantes / LÍDERES