Etiqueta: familiar

  • Pensando en términos porcentuales

    Wilson Araque (O)
    Especial para Revista LÍDERES

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    El pensar en términos relativos -por ejemplo, en porcentajes- ayuda a las personas a desarrollar un pensamiento con enfoque comparativo que, de forma directa, contribuye al fortalecimiento de la selección de aquellas alternativas que mejor convienen al bienestar personal y familiar.

    Para el caso del campo financiero es muy útil ya que, en términos de los efectos al presupuesto de las familias, el uso de cálculos porcentuales puede ayudar a evitar sorpresas cuando se logra cuantificar si los descuentos son reales o tramposos; también, puede servir para aprovechar oportunidades de compra de productos que, realmente, en términos de la relación precio-cantidad-calidad, son beneficiosos para la buena salud financiera familiar.

    En definitiva, cuando se piensa y actúa en términos de la expresión porcentual de los números, es decir, cuando a un número se lo relaciona con otro -expresión relativa que, para lo sugerido, es en relación a 100-, inmediatamente se generan dos impactos positivos en el comportamiento y actitud de las personas. Por un lado, la sensación de cambio -variación hacia adelante o hacia atrás de algo- y, por otro, la motivación para alcanzar de forma más rápida una meta planeada: disminuir gastos, aumentar ingresos, incrementar el monto del ahorro, acrecentar inversiones, entre otros.

    Como se puede ver, cuando las cuentas financieras se expresan porcentualmente -una de las formas de expresión relativa- ayudan a cuantificar el efecto real que puede significarle, a la situación de las finanzas personales y familiares, la adquisición de un determinado producto.

    Por ejemplo, si la compra de ese bien o servicio involucra el pago bajo el denominado mecanismo de “las cuotitas”, para palpar en el presupuesto familiar, de forma más visible, el efecto financiero de ese mecanismo de pago se podría relacionar la cuotita asumida con el ingreso total mensual esperado y, así, suponiendo que la cuota es USD 50 mensuales y el ingreso presupuestado es de 500, significa que el comprador deberá destinar, cada mes, el 10% de sus ingresos al pago de la obligación contraída. Ese 10%, desde el efecto psicológico de la magnitud del desembolso a realizar, es mucho más fuerte que si el valor a pagar se lo presenta, únicamente, en términos absolutos -en este caso sería un total de USD 50-.

    También, el pensamiento en porcentajes puede ser útil para, de forma rápida, tomar la decisión de escoger un producto que, de una misma marca y calidad, se presenta en las perchas de los puntos de venta bajo opciones de diferente peso o cantidad de contenido.

    En la mayoría de situaciones, se va a dar cuenta -eso sí, cuidando las fechas de caducidad- que es preferible la adquisición de productos que tienen contenido mayor ya que, a pesar del tamaño superior frente a los otros bienes -por citar un caso, un 33% más (1 litro versus 750 mililitros); resulta que el precio solo aumenta un 18,8% (USD 9,5 versus 8) -se está adquiriendo más cantidad con menos dinero desembolsado.

    Finalmente, si el pensar en porcentajes es muy útil a la hora de resolver problemas que se presentan en la vida -uno de ellos vinculado al campo de las finanzas familiares– resulta clave que, como parte de los contenidos de los programas de educación financiera, se incorporen espacios para el desarrollo integrado en las personas de habilidades numéricas básicas.

    100 partes iguales de una fracción representan el porcentaje o tanto por ciento

    Al usar esta metodología se puede determinar el impacto que representará un gasto en las finanzas. Imagen de la página Freepik.es
    Al usar esta metodología se puede determinar el impacto que representará un gasto en las finanzas. Imagen de la página Freepik.es
  • Publicidad engañosa vs. presupuesto familiar

    Por Wilson Araque J.  (O)
    Especial para Revista LÍDERES

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    Quizá, en los últimos tiempos, el presupuesto financiero de varias familias ha ido sufriendo fugas de dinero que, de forma individual -por el tamaño de la cuotita-, parecerían imperceptibles; pero que, al final del mes, sumadas, sí restan liquidez a la cobertura de todas las necesidades familiares. Estas fugas, desde la óptica de la priorización del gasto, podrían ser controladas, ya que varias de ellas, de forma inconsciente, por el efecto de la presión publicitaria -sobre todo de aquella considerada como engañosa- tienden a incitar a las personas a adquirir productos que, aparentemente, ofrecen resultados milagrosos inmediatos a la belleza, salud y/o al estado emocional positivo del ser humano.

    Esta oferta de bienestar personal -muchas veces sobredimensionada gracias al discurso, sonido e imágenes perfectas que tienden a acompañar a los mensajes-, con la pandemia se puede ver que se ha multiplicado –medicinas para mejorar el sistema inmunológico; productos para eliminar virus y bacterias; más una serie de aparatos electrónicos para facilitar la comunicación digital personal y/o laboral-.

    De ahí, la necesidad que el consumidor “esté más alerta” a la hora de creer sin una investigación previa -en fuentes confiables- en esos mensajes publicitarios -muchos de ellos vía redes sociales virtuales- que, sin ese ejercicio informativo de “consumo crítico previo”, puede generarle sorpresas cuando al usar lo comprado resulta que lo ofrecido en la publicidad es mucho mayor a las bondades que, realmente, le da el producto adquirido. Esta mala experiencia es lo que se denomina “publicidad engañosa”, la cual, está tipificada, como mala práctica objeto de sanción, en varios artículos de la Ley Orgánica de Defensa del Consumidor (LODC) que, desde la óptica de la buena educación financiera, esa LODC debería ser un texto que todos los ciudadanos de un país la lean íntegramente para conocer y poner en acción los derechos que en ella se exponen y, así, sancionar a los malos productores y/o comercializadores que tratan de ganar dinero sin importar el camino tramposo escogido.

    En definitiva, pensando en el bienestar colectivo de una nación, la publicidad -para que esté al servicio de hacer el bien a los demás- no debe decir verdades a medias que, además, de afectar incluso a la salud humana -caso de alimentos y medicinas milagrosas- afecta, también, al bolsillo de las familias que, muchas veces, por lograr un supuesto bienestar inmediato terminan adquiriendo productos que no tienen las suficientes evidencias científicas sobre los beneficios promocionados. Aquí un trabajo clave -para beneficiar a toda la sociedad- de una triada de actores: por un lado, el propio consumidor reclamando y no quedándose callado, por otro, las autoridades implementado primero acciones preventivas y luego, sí, sancionadoras con la fuerza de la ley. Y, por supuesto, el tercer actor son las propias empresas que, poniendo en acción los principios de la tan discurseada ética organizacional, ofrecen y venden productos, como señala la LODC, mediante una publicidad basada en la “entrega de información adecuada, veraz, clara, oportuna y completa”. Eso, sobre las características del producto y las condiciones de comercialización utilizadas en el proceso de venta.

    3 actores son claves ante la publicidad engañosa: clientes, autoridades y empresas

    Armar un presupuesto y cumplirlo con disciplina será de ayuda. Foto: Ingimage
    Armar un presupuesto y cumplirlo con disciplina será de ayuda. Foto: Ingimage
  • El rol de las mujeres en la gestión financiera familiar

    Wilson Araque J, para LÍDERES

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    Una de las evidencias empíricas que Muhammad Yunus -Premio Nobel de la Paz, 2006- pudo palpar cuando impulsó el microcrédito, es que, las mujeres, son excelentes administradoras del dinero entregado en calidad de préstamo con fines productivos.

    Yunus evidenció que las mujeres lo tienden a devolver a tiempo y cumpliendo con todos los compromisos asumidos. lo cual es un ingrediente clave a la hora de fortalecer la variable “confianza” que es central dentro del funcionamiento de las microfinanzas.

    Un dato que muestra la confianza que Yunus tenía en las mujeres dice que el 95% de los créditos del banco Grameen -fundado por el Nobel de la Paz- fueron otorgados a mujeres.

    De ahí, la importancia de que las instituciones financieras generen más productos que, para facilitar el acceso a oportunidades y lograr una equidad relacional, tomen en cuentan realidades propias que están detrás del sexo de las personas. En el caso de las mujeres, por ejemplo, en muchas ocasiones, tienden a cumplir un triple rol: jefa de hogar, trabajadora o empresaria, y consumidora de bienes y/o servicios.

    Por esa razón, es importante -yendo al espacio de la educación financiera- que los programas que se ofrecen incluyan -sobre la base de la triada de roles señalados- líneas temáticas sobre habilidades para la buena gestión de finanzas familiares, como por ejemplo el manejo de ingresos y gastos. También es fundamental abordar la promoción de ahorro e inversión dirigidas, por ejemplo, para mujeres que, por situaciones imprevistas de divorcio, viudez o separación, tienen que asumir el rol de jefas únicas de hogar, en donde los ingresos autogenerados por el trabajo realizado o el emprendimiento desarrollado requieren ser administrados de forma creativa, eficaz y eficiente.

    Entre esas habilidades de las mujeres en temas de bolsillo está el desarrollo de capacidades para motivar en los demás miembros familiares hábitos positivos como la cultura del “ahorro continuo” y la toma de conciencia sobre el “valor del dinero” que llega a la familia como producto del esfuerzo y sacrificio de quien lo están generando.

    También, será importante, desde tempranas edades, ir fortaleciendo el espíritu emprendedor de los más pequeños de la casa, rompiendo, así, el viejo paradigma de que, la fuente única para la generación de ingresos familiares, es la búsqueda de un empleo permanente.

    Una buena forma de ir creando esa curiosidad positiva por el emprendimiento es cuando a las hijas e hijos pequeños, en este caso la jefa de hogar -para ir creando una actitud por asumir responsabilidades-, encarga la realización de tareas (limpieza de la casa, del jardín, pintura de la propia habitación, elaboración de algún alimento, cuidado de la mascota…) que pueden o no ser recompensadas de forma monetaria o no monetaria.

    Finalmente, cuando la mujer toma la decisión de impulsar negocios con el enfoque de “propiedad familiar”, siempre es bueno que, desde el inicio, se establezcan protocolos escritos y con el debido respaldo legal; de tal forma que, cuando se presente, alguna separación con el esposo, pareja u otro miembro de la familia, la participación financiera en el negocio, de cada una de las partes, esté muy bien explicado y acordado; evitando, así, largos conflictos -incluso judiciales- que, a la postre, terminan, principalmente, afectando a la paz y buena convivencia entre seres humanos cercanos al núcleo familiar. Todo esto deja ver la importancia de la mujer en la gestión financiera del hogar.

    95% de los créditos del Banco Grameen, fundado por Muhammad Yunus son a mujeres. Foto: Freepik.es
    95% de los créditos del Banco Grameen, fundado por Muhammad Yunus son a mujeres. Foto: Freepik.es
  • La moringa impulsó este negocio familiar

    Cristina Marquez

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    La moringa es una opción saludable para reducir la presión arterial, bajar de peso, incrementar el volumen de la leche materna, reducir la glucosa en sangre, entre otros beneficios, según los últimos estudios realizados por universidades y laboratorios en todo el mundo. La popularidad de esta planta motivó a la familia Ponce a invertir en un emprendimiento.

    Ellos siembran y procesan la planta, para luego comercializarla en todo el país. Disponen de siete puntos de distribución y también realizan envíos directos.

    La empresa, que se fundó en marzo del 2016, lleva el nombre de una leyenda indígena que habla sobre los beneficios de las plantas y el conocimiento de la naturaleza. Se llama Aywa y ofrece la hoja de la planta, deshidratada, en dos presentaciones.

    En polvo, ideal para adicionar a las comidas, jugos y batidos. “El sabor es casi imperceptible, pero los efectos pueden sentirse al poco tiempo de consumirla”, asegura Hernán Ponce.

    También se vende en hoja entera para la preparación de infusiones que pueden consumirse como refrescos o como después de cada comida. Las fundas cuestan entre USD 5 y 10.
    Ponce fue el primero en probar los beneficios de la planta. Él fue diagnosticado con un quiste que afectaba uno de sus testículos, por lo que decidió probar un tratamiento natural en base a esta planta en España, donde la moringa está en boga.

    “Me pareció una planta increíble. Empecé a investigar y descubrí que en Ecuador sólo había un par de productores y que el mercado estaba insatisfecho”, cuenta.

    Su yerno, Walter Aldaz y su hija Belén, también investigaron el mercado en Ecuador y decidieron iniciar una empresa. Ellos invirtieron unos USD 85 000.

    El dinero, que lo obtuvieron de sus ahorros familiares, lo utilizaron en la importación de la semilla desde la India y en la tecnificación del cultivo para que se adaptara al clima de Loreto, en Orellana.

    “Fue todo un desafío. Primero tuvimos que contactar a exportadores de semillas certificadas y pedir que nos enviaran muestras porque no sabíamos si la plantación iba a adaptarse a nuestras tierras”, cuenta Belén Ponce.

    La primera siembra fracasó debido a que la planta es oriunda de un clima cálido y seco. La cantidad de lluvias que usualmente hay en la Amazonía hizo que las plantas se marchitaran.
    Pero la familia no se desanimó. Contrataron especialistas y analizaron el suelo para determinar una técnica agrícola que permitiera que el cultivo prosperara. Así, la segunda siembra fue exitosa.

    La cosecha se sometió a exámenes de laboratorio para verificar que los beneficios de la planta se mantuvieran en sembríos ecuatorianos. Los resultados certificados, mostraron 18 aminoácidos, 46 antioxidantes y 90 nutrientes.

    Ahora los sembríos copan las 20 hectáreas de esa propiedad y producen hasta una tonelada mensual del producto. Tras la cosecha, las hojas de moringa se limpian, se deshidratan y se pulverizan o se empacan como hojas enteras.

    Para el proceso de producción también fue necesaria la adquisición de maquinarias que procesaran la hoja sin estropearla ni contaminarla. Cuentan con una máquina moledora, una tamizadora y una empacadora.

    “Hemos tenido muy buenos resultados en la venta de nuestras primeras cosechas, pero aún estamos en etapa de difusión y márketing”, dice Belén Ponce.

    Una estrategia que la empresa aplica para darse a conocer es participar en la mayor cantidad de ferias. Allí se exponen los beneficios del producto y se demuestran las formas de consumirlo.

    Isac Pérez conoció del producto en una de las ferias de emprendimientos de Riobamba. “Es un alimento maravilloso, había escuchado de esta planta pero era difícil conseguirla en Ecuador, la probé y mi salud ha mejorado muchísimo”, cuenta Pérez.

    La construcción de un laboratorio propio y una nueva planta es ahora la prioridad de la familia. En el futuro ellos esperan incrementar el menú de productos y agregar otros “súper alimentos”, como la quinua, por lo que trabajan en nuevas investigaciones.

    Hernán Ponce, su esposa Nuvia Franco y su hija Belén son socios. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Hernán Ponce, su esposa Nuvia Franco y su hija Belén son socios. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • ¿Qué hacer cuando su jefe es parte de la familia?

    Diana Serrano

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    Iniciar una empresa, consolidarla y trabajar en ella junto con su familia es el sueño de algunos emprendedores. Sin embargo, la relación laboral con la familia debe quedar bien establecida para lograr el éxito.

    Al 2017, el 90,5% de las empresas registradas en la base de datos de la Superintendencia de Compañías se clasificó como familiar, según el ‘Primer Informe sobre el estudio de la Empresa Familiar en Ecuador’ de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo. Una empresa es considerada familiar si es de propiedad o es gerenciada por más de un miembro de la misma familia.

    Aunque en sus planes profesionales no estaba entrar a este tipo de compañía, María José Álvarez es ahora subgerente de Industrias Omega. Esta empresa del sector gráfico está liderada por su tío, Esteban Álvarez.

    Esta mujer ha sabido manejar de forma separada los temas laborales de los familiares. Ella comenta que una de sus estrategias es evitar hablar de trabajo en las reuniones con parientes.
    Otra táctica que aplica Alejandra Ponce, hija del gerente de la empresa Proquim y encargada del área comercial, es mantener su espacio fuera del mundo laboral. “Aunque salgamos a la misma hora con mi padre, cada uno va en su propio auto”.

    Daniel Dávalos, gerente de la consultora de recursos humanos Selecta, sugiere que los familiares hagan un acuerdo por escrito. En el documento debe plantearse un compromiso para que, si existe un bajo desempeño laboral, el contratado abandone la empresa sin perjuicio de la relación familiar.

    La presión a la que está sometido el empleado pariente es muy grande dentro de una compañía familiar. Según Dávalos, el desenvolvimiento de este tipo de trabajadores es juzgado de manera diferente, tanto por su familia como por los demás colaboradores.

    Se espera que el familiar sea un modelo a seguir y que tenga la capacidad para afrontar parámetros exigentes de evaluación.  Aunque el familiar no sea contratado para un alto cargo, Dávalos recomienda que los procesos de selección y de asignación de tareas sean siempre objetivos.

    Es por eso que el conocimiento y formación del pariente son claves para asumir un puesto y garantizar el crecimiento y productividad de la empresa.

    Bajo esa premisa se unieron Verónica Dahik, profesional en administración y comercio y su hermano, Álex Dahik, profesional en procesamiento de alimentos para crear Natluk. La primera ahora es Gerenta General de la empresa pesquera y el segundo es Gerente de Operaciones.

    Para estos jóvenes empresarios el manejo de la relación no ha sido tan fácil. “No es lo mismo llamar la atención a un familiar que a un trabajador”, dice la Gerente.  Para que la relación sea llevadera, se recomienda marcar las directrices del trabajo y establecer las funciones del equipo.

    También para que la actividad laboral prospere es importante que los familiares se pongan de acuerdo en la forma de dirigir la empresa, según la misión, visión y objetivos establecidos.
    Un aspecto primordial es fijar el proceso de toma de decisiones.

    Para Ponce de Proquim, muchas veces la emotividad y el cariño que los líderes tienen por la empresa hace que sea más difícil abrirse a nuevas propuestas. Ella ha tenido que ser constante en proponer sus ideas para que sean aceptadas.

    En el caso de Industrias Omega, Álvarez comenta que el gerente tiene una política de puertas abiertas con todos los empleados. “Yo propongo ideas, él las escucha y evalúa”, señala.

    Para Álvarez, la comunicación es importante dentro de las empresas familiares, ya que las nuevas generaciones tienen ideas innovadoras que pueden contribuir a mejorar la productividad.

    Como una forma de mantener la objetividad, la empresa Natluk cuenta con un directorio, donde participan accionistas familiares y dos personas ajenas a este círculo. “De esta manera nos ayudan a aterrizar las ideas”, dice Dahik.

    Si las reglas del juego no están claras desde que se inicia una relación laboral entre familiares, existe cabida a que se cometan errores dentro de la empresa. “Siempre se involucran emociones y, aunque se intenten resolver los problemas, siempre habrá secuelas”, dice Dávalos.

    La empresa familiar debe ser el lugar en el que los trabajadores, sean familiares o no, tengan la oportunidad de plantear ideas, crecer profesionalmente y contribuir a la sostenibilidad del negocio por muchas generaciones.

    Cifra

    5% de las empresas en el país es familiar. El 5% de ellas sobrevive a la cuarta generación.

    La innovación y la generación de conocimientos son claves para el crecimiento de una empresa familiar. La clave es contar con un acuerdo escrito. Ilustración: Ingimage
    La innovación y la generación de conocimientos son claves para el crecimiento de una empresa familiar. La clave es contar con un acuerdo escrito. Ilustración: Ingimage
  • Lidera una firma familiar que cree en el agro

    Redacción Quito

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    Una refrigeradora con 200 cocos que el propio Kevin Barcia peló fue el inicio de una empresa agroindustrial. Era el 6 de diciembre de 2004 y Quito celebraba otro aniversario de su fundación. Mientras la gente disfrutaba, Barcia volvía a emprender.

    Este manabita ya había saboreado el éxito, pero también el fracaso. A inicios del 2004 Barcia se radicó en Quito luego de una experiencia que marcó su vida como empresario. Un año antes tuvo su primer negocio formal junto con un socio de Costa Rica. Los dos habían terminado sus estudios en la Universidad Earth, en Costa Rica, y se convirtieron en proveedores de Whole Foods Market, una de las mayores cadenas de comida gourmet en EE.UU.

    Barcia y su socio entregaban a la firma tres productos: chifles, panela orgánica y salsas picantes. Su presencia en la cadena se dio por contactos que tenían en la universidad, especializada en estudios agrícolas. Barcia conseguía los chifles y la panela en Ecuador y su contraparte hacía lo mismo con las salsas en Costa Rica.

    Los primeros meses fueron un sueño, según dice este empresario. “Estábamos felices en un principio porque nuestros productos tenían una visibilidad mayor. Pero luego pasamos a ser un proveedor más, la posición de los productos ya no era la misma en los supermercados. Y el negocio cerró”. La sociedad terminó mal, cuenta el CEO de Ecopacific.

    Barcia quedó con una deuda de USD 35 000 y se había convertido en padre. “Fue un colapso empresarial que marcó mi vida. Quebré, pero aprendí. Estar en Whole Foods Market fue un sueño cumplido. Pero tenía que tomar decisiones: o me quedaba en el fracaso o continuaba”, dice lleno de ánimo este joven empresario que creció entre cultivos de plátano y limones en las afueras de Portoviejo.

    En esas circunstancias Barcia le apuntó a un nuevo emprendimiento. Él sabía que el quiteño era consumidor de jugo de coco, cuando visitaba las playas de Esmeraldas. Así que decidió ofrecer la bebida en la capital del Ecuador. En principio vendía la fruta pelada a marisquerías. Él mismo entregaba cocos en su vehículo. Así fue ganando clientes y sumando ingresos que le permitieron cubrir gastos y pagar deudas del pasado.

    Barcia, hoy esposo y padre de cuatro niños, decidió innovar y lanzó la bebida Coco Freeze, con la que entró a minimercados y cadenas de autoservicio. Ese fue uno de los primeros productos de lo que hoy es Ecopacific (ver nota inferior). En su crecimiento este practicante de crossfit, que se levanta todos los días a las 05:00, contó con el apoyo de su padre, Javier Barcia Mendoza, un agricultor y empresario manabita.

    Bárbara Purtschert, ejecutiva de una empresa del sector de alimentos, conoce al CEO de Ecopacific desde hace cinco años. Ella lo considera un empresario sencillo. “Es altamente motivado para concretar todo aquello que se propone. Es una persona que cuestiona mucho y no se conforma fácilmente, ya que para él siempre habrá algo en qué mejorar”.

    Purtschert añade que Barcia es persistente y que lleva en la sangre la innovación. “Busca siempre desarrollar productos novedosos, diferentes y originales, busca ofrecer experiencias nuevas a sus clientes”, cuenta la ejecutiva.

    En la empresa que dirige este manabita que gusta de pasar el fin de semana en familia, uno de sus colaboradores más cercanos es Jorge Vasco. Él lo describe como un empresario muy exitoso que se preocupa por su equipo de trabajo. “Siempre le dedica tiempo a sus liderados para que estén bien”.

    Según Vasco, una de las ventajas que tiene su jefe es que conoce muy bien el negocio. “Empezó desde abajo y eso ha hecho que sepa toda la cadena del negocio”. Vasco añade que Barcia analiza todo al detalle, que domina el tema de los números y se enfoca en la parte comercial de la empresa.

    La jornada de trabajo es bastante movida. Siempre está pendiente de cómo avanza el negocio, así como de nuevas tendencias alimenticias. Reconoce que ya no va al campo tanto como quisiera, pero se preocupa de la calidad y la innovación en sus productos. “Un innovador debe acostumbrarse a equivocarse, es parte de su día a día. Pero equivocarse pronto y con el menos gasto posible”, dice desde su escritorio en su oficina amplia y sencilla.

    Para Barcia, el Ecuador es un país de emprendedores. El problema, añade, es que muchas veces las iniciativas se quedan a la mitad del camino. “La clave para que un negocio sea sostenible en el tiempo es la perseverancia”.

    Ahora, este ejecutivo continúa con planes para la empresa que dirige. Las alianzas con otras compañías están entre los planes de este empresario.

    Una empresa familiar agroindustrial

    Ecopacific mantiene un crecimiento constante. Esto es posible según explica Kevin Barcia a tres factores: la innovación permanente, el trabajo en equipo y un protocolo familiar que establece responsabilidades.

    La empresa, bajo el nombre Ecopacific, arrancó en el 2008. Barcia, su padre y sus dos hermanos son los cuatro socios de esta compañía que evoluciona pendiente de las demandas del mercado. “El protocolo familiar permitió que todos pensemos como empresa y, como consecuencia, aumente el portafolio de productos”.

    La firma tiene tres líneas: los jugos; los hortilistos; y la fruta fresca empacada o a granel. La más dinámica es la primera explica Barcia. Además la empresa ha presentado hasta la fecha 182 productos y para el próximo año espera presentar 84 más.

    En el principio no todo funcionaba como ahora. Barcia explica que en el primer año, de cada 10 nuevos productos que presentaba la empresa, 1 o 2 funcionaban. “Hoy la efectividad de los procesos de innovación es del 75%, una cifra que nos llena de felicidad”.

    Bajo esa filosofía la empresa espera tener ingresos por USD 15 millones este año y así recuperarse del 2016, cuando las ventas bajaron a cerca de USD 14 millones.

    Ecopacific cuenta en la actualidad con 240 empleados y cerca de 150 proveedores repartidos en Manabí, Chimborazo, Imbabura, la Amazonía.

    La planta de producción ocupa cerca de 5 000 metros cuadrados de construcción y está ubicada en Amaguaña, al este de Quito .

    Este graduado de la Universidad Earth es el CEO de Ecopacific. Tiene 36 años y sabe que al éxito solo se llega luego de equivocarse y aprender. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Este graduado de la Universidad Earth es el CEO de Ecopacific. Tiene 36 años y sabe que al éxito solo se llega luego de equivocarse y aprender. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Encuentro busca impulsar agricultura familiar como motor de desarrollo

    Agencia EFE

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    Potenciar la agricultura familiar como motor de desarrollo económico, social e identitario en los países andinos es el objetivo de un encuentro que se celebra hoy, y mañana, en Quito con la participación de actores nacionales y extranjeros.

    Organizado por el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP) y la organización Oxfam, el evento se inició con la propuesta de generar mecanismos para convencer a los gobiernos y ongs de que la agricultura rural debe contar con mayor atención y mayores presupuestos.

    «Precisa el acompañamiento de políticas públicas que permitan no sólo sus supervivencia sino también su desarrollo», dijo el ecuatoriano Ney Barrionuevo, secretario técnico del llamado Grupo de Diálogo Andino en el RIMISP.

    El encuentro reúne a representantes de gobierno y de organizaciones internacionales con líderes de familias de agricultores, en un intento de dejar atrás lo que Barrionuevo denomina la «invisibilización» del sector.

    «La agricultura familiar es muy importante, desgraciadamente se los ha invisibilizado en las sociedades, pero el 60 por ciento de lo que comemos en la región andina proviene de pequeños agricultores familiares», afirmó en declaraciones a Efe.

    Son además, recordó, «un sector que genera muchísimo empleo en el medio rural y también en el urbano», y que «incluso genera divisa con la exportación» de sus productos.
    Representantes de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, tratarán así de encontrar los mecanismos que permitan que «la oferta diversa de la agricultura familiar se conecte con los mercados con un carácter inclusivo (..) como una forma sostenible para superar la pobreza en el medio rural».

    Barrionuevo destacó en ese sentido la necesidad de mayor asistencia técnica, financiación, asociatividad, y sobre todo «la articulación hacia los mercados, de forma que el trabajo abnegado y sacrificado de estos agricultores no se pierda en el momento de llegar» a la comercialización.

    Por su parte, el chileno Juan Fernández, investigador principal de RIMISP, expresó la necesidad de borrar «estereotipos» que la política pública tiene de la agricultura familiar.
    «En el contexto actual de globalización y cadenas globales de mercado, se suele hablar de la gran industria como aquel motor que permite el intercambio entre países y la seguridad alimentaria», explicó el investigador.

    Pero, dice, se trata de un error porque «entre el 60 y el 80 por ciento de las unidades que producen (alimentos) en América Latina y la región andina son pequeñas».

    Mas allá del factor económico, Fernández evoca el papel social, familiar, y hasta identitario, de este sector.

    La agricultura familiar en América Latina es «un espacio social, de confluencia de una cierta cultura, de relaciones familiares, e incluso de identidad», recuerda.

    En su defensa del sector, apela también a los beneficios medioambientales de la pequeña agricultura, mucho más «diversa» que la industrializada -que se dedica a uno o dos productos-, con el beneficio que ello tiene para la tierra y la alimentación.

    El foro de debate reunido en Quito fue creado hace ya cinco años, pero hasta ahora -reconoce el investigador– no ha conseguido pasar de la fase de definición.

    «La misión hoy aquí es que salgan unos consensos y unos acuerdos respecto a la generación de un programa piloto concreto, no solo declaraciones; queremos generar programas en cuatro países y potenciar esta mirada que le estamos dando a la agricultura familiar», concluyó.

    La inversión en agricultura requiere garantizar la nutrición de las personas. Foto: Archivo
    La inversión en agricultura requiere garantizar la nutrición de las personas. Foto: Archivo
  • Las esculturas religiosas son el talento familiar

    Cristina Marquez

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    Byron Robalino, de 45 años, se toma entre tres semanas y cuatro meses esculpiendo las imágenes religiosas que comercializa en un local del Centro Comercial La Condamine, en Riobamba.

    Los detalles delicados y prolijos en los rostros, cabello y cuerpo de sus creaciones lo volvieron un escultor reconocido. Él elabora representaciones del Niño Jesús en el pesebre, vírgenes, ángeles, santos y más imágenes religiosas.

    Además, es un restaurador experto. En todas las capillas católicas de Riobamba hay al menos un trabajo de su autoría o restaurado en su taller. Sus trabajos también son demandados en otras provincias de la Sierra y la Costa.

    “Por tradición, mi familia siempre estuvo vinculada a la madera. Pero fue mi padre quien se inició en la escultura y restauración. En esa época ese era un oficio nuevo en la ciudad”, cuenta Robalino.

    Su padre, Alejandro Robalino, abrió un taller en 1987. El negocio se volvió tan popular que incluso en la actualidad ese sitio está lleno de negocios de restauración y venta imágenes. Byron buscaba destacarse, por lo que decidió prepararse académicamente.

    En 1990 abrió su local propio. En un inicio se instaló en una de las habitaciones de su casa, adquirió bloques de madera, pinceles y pinturas. Invirtió 120 000 sucres, que en la actualidad equivaldrían a cerca de USD 500.

    En un inicio Byron continuó trabajando como socio de su padre, él se encargaba de las obras más importantes y grandes que se recibían en el taller familiar. Pero en poco tiempo adquirió una fama propia y se convirtió en su competencia directa.

    Tres años después Byron estaba listo para iniciar el negocio en un local propio, que se ubicó en el Centro Comercial La Condamine, que en ese entonces era un mercado techado. Además, contrajo matrimonio con Irene Silva, quien también se sumó al negocio de lo que hoy es Esculturas Robalino.

    La pareja volvió a hacer una inversión de USD 2 500 en la adecuación del local, también compraron yeso, más pinceles, gubias, lijas y otros materiales. Aunque la mayor inversión tomó tiempo y talento. Actualmente el local funciona en el mismo lugar en el que se inició. Los clientes más asiduos como Emperatriz Pazmiño, cuentan que en el local ha cambiado todo, excepto la calidad.

    “Yo acudía con mi niñito Jesús, cada vez que se me lastimaba. Primero iba al taller de Don Alejandro, pero luego todos hablaban del talento de su hijo. Cuando quise comprar un niñito nuevo fui, y desde entonces soy una clienta fiel”, cuenta Pazmiño.

    A la empresa también se sumaron los hijos del matrimonio, Danilo, Ronny y Pamela. Ellos aprendieron a tallar desde su infancia.

    Ellos tallan los detalles grandes y preparan las esculturas para que su padre las termine con los acabados finales como los detalles de los rostros, manos y pies.

    Para la familia, la época más ocupada del año es entre agosto y septiembre. En esos meses se preparan las esculturas del Niño Jesús y otras figuras del pesebre que se comercializan en Navidad, la temporada más alta del año.

    Ellos ya no trabajan únicamente con madera, sino que también hacen esculturas de cerámica, resina, y otros materiales. Pero lo que los distingue de las imágenes religiosas que se elaboran industrialmente son los detalles y la calidad del trabajo manual.

    Una imagen puede costar entre USD 40 y 1 200. Independientemente del tamaño, el precio varía según a la calidad de los detalles.

    Byron Robalino y su familia se encargan de tallar figuras religiosas en Riobamba. Las imágenes pueden costar entre USD 40 y 1 200. Tiene clientes en la Sierra y en la Costa. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Byron Robalino y su familia se encargan de tallar figuras religiosas en Riobamba. Las imágenes pueden costar entre USD 40 y 1 200. Tiene clientes en la Sierra y en la Costa. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • El amaranto da vida al negocio familiar

    Redacción Quito

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    De una desgracia también puede surgir una oportunidad para emprender.  Esta lección la aprendió Nelly Moreno en el 2009. En ese año, la ingeniera en alimentos, que trabajaba en una multinacional en el área de alimentos y bebidas, sufrió meningitis. En el diagnóstico se detectó una inflamación en su cerebro y los médicos le ordenaron medicación constante y reposo absoluto durante seis meses.

    No obstante, las ansias por recuperar su vitalidad le motivaron a buscar una “cura natural” para su enfermedad. Y descubrió un elixir que prácticamente le “devolvió la vida”: el amaranto.
    Con este producto nació Gramolino. El negocio vende granos como el amaranto al granel.

    Y desde el año pasado, la firma incursionó en el segmento de bebidas en TetraPak con amaranto, maracuyá y uvilla con la marca Amati. Este último producto es el valor agregado del negocio, detalla Moreno. “Esta bebida no tiene químicos y es elaborada con productos orgánicos y de comercio justo”, dice la gerenta de la firma.

    El grano de amaranto -al igual que la quinua- es considerado un pseudocereal. Sus beneficios son múltiples: posee proteínas, minerales y vitaminas naturales, ácido fólico, calcio, hierro, fósforo.

    Este alimento contiene un aminoácido que produce la serotonina , antidepresivo natural.
    Moreno dice que cuando tenía meningitis, en su casa le preparaban sopas, jugos y hasta ensaladas con el grano. “Consumirlo de manera diaria mejoró mi salud”.

    Por eso, en marzo del 2010, la emprendedora vio una oportunidad de tener un negocio propio con Gramolino, en la que invirtió un capital de USD 30 000.

    En un inicio, la firma procesaba los granos en su planta en Tumbaco, en el suroriente de Quito, para venderlos al granel en empaques que por su color púrpura -similar a las hojas de la planta de amaranto- llamaron la atención a sus primeros clientes individuales.

    Luego asistió a ferias e ingresó a cadenas de supermercados a escala nacional con el amaranto al granel marca Gramolino.

    Juan Carrera es agricultor y trabaja con amaranto y quinua desde su finca ubicada en el cantón Pedro Moncayo, de Pichincha. Desde que se inició Gramolino es su proveedor. Él explica que cada año le entrega entre 15 y 18 quintales de estos pseudocereales.

    En el 2015 y luego de ganar mercado, la firma empezó a trabajar en la bebida Amati, comenta Carla Novoa, hija de Nelly Moreno y encargada del área de Comunicación de la empresa.

    Para elaborar las bebidas la empresa se alió al Grupo Gloria (Leche Andina). Durante todo el 2015 realizaron pruebas del producto y en noviembre del 2016 arrancó la primera producción de esta bebida, que no tiene preservantes ni químicos. La planta se ubica en Sangolquí. Ahí se procesan 8 000 litros diarios de jugo.

    Amati también se vende en tiendas naturales y cadenas de supermercados. A la fecha también tienen 25 clientes corporativos.

    Moreno detalla que este año trabajarán en el rediseño de la marca y buscan concretar exportaciones. Pero también quieren fortalecer la parte de comunicación, con miras a posicionar al producto en el mercado local.

    Nelly Moreno y Carla Novoa, madre e hija, trabajan este año para posicionar su bebida de amaranto, Amati. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES
    Nelly Moreno y Carla Novoa, madre e hija, trabajan este año para posicionar su bebida de amaranto, Amati. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES
  • El calzado es el negocio familiar por más de 40 años

    redacción @revistalideres.ec

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    Abrir puntos de distribución del calzado Yovavel en todo el país es el objetivo de los propietarios de este emprendimiento familiar de Guayaquil.

    La marca es joven. Nació hace cuatro años de manos de la familia González-Ramírez pero ha ido ganando terreno en el mercado nacional. En la actualidad producen más de mil pares de zapatos mensuales y sus ventas superan los USD 60 000 al año.

    Andrés González, es el pilar de este emprendimiento, su experiencia en el mundo del calzado se remite hace 45 años, cuando aprendió el oficio de elaborar zapatos de la mano de su tío en su natal Babahoyo (Los Ríos).

    Tenía 12 años cuando se inició y luego emigró a Guayaquil donde trabajó en varias actividades hasta que decidió hacer lo que mejor sabía y montó un taller de confección de zapatos donde los vendía a diferentes empresas.

    Con las ganancias de su trabajo pudo mantener a su familia, pero Andrés tenía siempre en mente el sueño de tener su propia marca, objetivo que logró cristalizar en el 2012 con la ayuda de su esposa Virginia y de sus cuatro hijas.

    La denominación Yovavel es el resultado de mezclar las primeras letras de los nombres de su familia: Yoco (Geoconda), Virginia, Andrea, Verónica y Lola (Dolores). “Quería compartir el negocio con mi esposa y mis hijas por que ellas fueron el motor para ver cristalizado mi sueño”, contó.

    El emprendimiento inició con un préstamo que solicitó al Banco de Machala, con lo cual pudo adquirir maquinaria de trabajo y material para elaborar el calzado. La familia empezó produciendo 60 docenas de pares mensuales. Su producto estrella, en ese momento, eran las baletas (flats)para mujer, luego de lo cual lo diversificaron y crearon también calzado para hombres y niños.

    Al principio, las cuatro hijas eran las encargadas de ofrecer el producto de puerta en puerta. Luego cada uno se especializó en una actividad específica. Geoconda se encarga de la imagen y diseño de la marca, Andrea del ‘marketing’ del producto, Verónica de la contabilidad del negocio y Dolores de las ventas.

    La marca ha crecido tanto en ventas como en producción en un 100% en comparación ha cuando inició. Los principales negocios los realizan a través de las redes sociales como Facebook e Instagram, en donde reciben los pedidos de calzado y también a través de Whatsapp.

    Si el pedido es local lo envían personalmente, pero si es fuera de la ciudad lo realizan a través de empresas de mensajería o de transporte. Alicia Torres compra el calzado al por mayor para su boutique que tiene en Machala. Dice que le gustan los modelos y los diseños porque son para todas las edades. Mientras que Tania Terán, los compra en la ciudad, por unidad y se los recomienda a sus amigas por la comodidad.

    Geoconda sostiene que cada uno de los integrantes de la familia interviene en la elaboración del producto. “Estamos pendientes todos desde el material que se utiliza así como que los diseños estén a la moda”. En Yovavel se elaboran de seis a cinco docenas por cada modelo pero de diferentes colores. Cinco artesanos laboran en el taller, más dos familiares que se encargan ahora de las ventas.

    Entre las metas a corto plazo está exportar el calzado, uno de los primeros sitios sería Centroamérica. Andrés sostiene que existe el interés de varios empresarios de llevar su producto a este mercado.

    Andrés González y sus cuatro hijas son los creadores de la marca de calzado Yovavel, un emprendimiento que en cuatro años ha crecido en un 100 % tanto en ventas como en producción.  Fotos: Mario Faustos / LÍDERES
    Andrés González y sus cuatro hijas son los creadores de la marca de calzado Yovavel, un emprendimiento que en cuatro años ha crecido en un 100 % tanto en ventas como en producción. Fotos: Mario Faustos / LÍDERES