Etiqueta: felicidad

  • Un ejecutivo para generar felicidad

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    ¿Sabía usted que diferentes empresas del mundo, preocupadas de la estabilidad emocional de sus trabajadores, están apostado por contratar a un generador de felicidad?

    Esta posición, que puede parecer curiosa, se trata de una persona responsable de crear un ambiente de felicidad en el lugar de trabajo. Parece algo loco, pero se trata de unas de las nuevas profesiones en las corporaciones.

    En países de América Latina, como México, ya se volvió norma el cuidar del ambiente psicosocial de una organización. La idea no solo es evitar que con trabajadores infelices caiga la producción, sino tener más personal mental y emocionalmente saludable.

    La Organización Panamericana de la Salud, con datos de un estudio de la Organización Internacional del Trabajo del 2016, indica que en la región más de un 10% de los trabajadores se ha sentido constantemente bajo estrés por preocupaciones laborales.

    En Ecuador, según Pablo Suasnavas, decano de la Facultad de Seguridad y Salud Ocupaciones de la Universidad Internacional SEK, al menos el 15% de las enfermedades laborales que se producen al año están vinculadas a temas psicológicos y emocionales.

    Como una vía para solucionar estos problemas, el generador de felicidad debe detectar todas las necesidades de los colaboradores (comodidad con el mobiliario, equipo de trabajo, herramientas digitales, etc.) e identificar cómo se sienten con el ambiente laboral y su situación personal.

    Las características de estos ejecutivos están relacionadas con su apertura hacia las nuevas tecnologías, ya que brindan la posibilidad a los colaboradores de trabajar en casa o contar con plataformas digitales que faciliten su día a día; también deben ser receptivos, motivadores, empáticos y capaces de mostrar a través de sus acciones que son testimonio vivo de la visión y misión de la empresa.

    Según Xavier Verdesoto, CEO de Nexos Talent EFH Ecuador, si bien no conoce en el país ejecutivos cuyo cargo sea generador de felicidad, sí hay los que se encargan del ‘engagement’. “Se dedican a diagnosticar y generar planes de acción para mejorar el nivel de satisfacción de los clientes internos, es decir los colaboradores. Buscan generar compromiso”.

    La idea es que los colaboradores adquieran experiencias laborales que impacten en su parte emotiva y rompan con esa visión de que cada uno de ellos es solo un número.

    Y esta felicidad está en cosas que van desde un trato cordial hasta programas estructurados de apoyo para la familia o el crecimiento profesional. No queda a un lado el pago de un sueldo justo, pero más allá del mismo está el reconocimiento permanente de cada uno de los profesionales.

    Una de las empresas que tiene programas de este tipo es Confiteca. El área encargada de generar beneficios de salario emocional es es el departamento de Comunicación y Desarrollo Organizacional. Sin embargo, todas las iniciativas las promueve la Gerencia General, indica la empresa, que tiene operaciones en Ecuador, Colombia y Perú.

    Entre las iniciativas que desarrollan están viernes cortos en diciembre y vacaciones escolares, proyectos de educación, sustentabilidad, salud y vinculación con la comunidad. “Las empresas deben ofrecer más que un lugar para trabajar a sus colaboradores. Es fundamental desarrollar experiencias positivas que generen compromiso y fidelización”.

    En Yanbal, por su parte, tienen, al menos, siete programas vinculados al bienestar de sus colaboradores; uno de ellos se refiere al horario flexible, con semanas cortas, días compensatorios, etc.

    María Sol Paladines, gerenta de Recursos Humanos de la firma, explica que su departamento está a cargo de estos procesos. “Un colaborador más feliz genera mejores resultados en su trabajo”.

    Para ciertos analistas, el dar felicidad en las empresas es un tema cuestionable. Mabel Ocampo, fundadora de la consultora de recursos humanos Ikigai, asegura que se está desvirtuando este tipo de cargos porque el que un trabajador se sienta bien no es una responsabilidad exclusiva de la empresa sino compartida.

    Una posición similar es la de Daniel Montalvo, director de la maestría de Talento de la Universidad de Las Américas. “No es necesario crear un puesto de trabajo con ese fin. Se está confundiendo los roles de gerenciar y de liderar una firma y un equipo. La responsabilidad de los ambientes de trabajo, de acuerdo con la visión del Harvard Business Review, está 70% en los jefes y el resto en otros elementos de la organización”.

    Cada jefe debe comprender qué es lo que le motiva a las personas y de esta manera hacer asignación de tareas y generar una estrategia.

    Según el Ministerio de Trabajo, el Estado garantiza el bienestar de los empleados. Entre las normas vigentes en el país está el acuerdo ministerial 82, del 2017, sobre erradicación de la discriminación en el ámbito laboral y la Ley para prevenir el acoso laboral.

    En el mundo existen compañías que han creado un nuevo cargo cuya principal responsabilidad es ofrecer un buen ambiente de trabajo para los colaboradores. Foto: Freepik
    En el mundo existen compañías que han creado un nuevo cargo cuya principal responsabilidad es ofrecer un buen ambiente de trabajo para los colaboradores. Foto: Freepik
  • Felicidad y mal humor se contagian en la oficina

    Diana Serrano

    Así como algunas enfermedades son contagiosas, el estrés y el malhumor en la oficina también lo son. La mejor forma de evitarlos es logrando equipos de trabajo organizados, motivados y enfocados en un objetivo.

    El estado de ánimo del equipo de trabajo influye en el desempeño de los colaboradores y se refleja en la productividad de la empresa. Este fenómeno ha sido estudiado por la Universidad de Harvard desde hace una década.

    Los resultados arrojan que si uno de los compañeros de trabajo es feliz, la probabilidad de que los demás lo sean aumenta un 25%. En cambio, si los compañeros de trabajo viven estresados, también aumentan las probabilidades de sufrir la misma suerte.

    Cuando hay problemas personales de los trabajadores es inevitable que se plasmen en las actividades laborales, comenta Xavier Verdesoto, CEO de Nexos Talent. Esto puede derivar en una mala actitud, bajo rendimiento profesional e incluso problemas mentales y de salud, de todo el equipo de trabajo.

    Los expertos consideran que las personas adoptan comportamientos empáticos e imitativos, debido a las ‘neuronas espejo’, que son un grupo de células descubiertas por el equipo del neurobiólogo Giacomo Rizzolatti.

    Estas neuronas reflejan la actividad que se observa en otras personas. Se activan cuando se ejecuta una acción determinada y cuando se observa ese mismo comportamiento en otro individuo.

    Es por eso que las actitudes imitadas pueden darse entre colegas, pero también en la relación jefe-empleado, lo cual tiene mayor influencia en los resultados de productividad; puesto que afecta a un gran grupo de trabajadores.

    Un estudio del Colegio Oficial de Psicólogos de España señala que las personas estresadas no se distribuyen aleatoriamente en diferentes departamentos. “Tienden a localizarse en los mismos grupos, lo que hace suponer que el estrés es un componente del ambiente social y que existen unidades de trabajo tóxicas”.

    Los subordinados actúan por presión o temor ante las malas actitudes de los jefes, afirma Verdesoto. “No hay compromiso ni proactividad en el trabajo”.

    Al final, el mal ambiente laboral desmotiva a los colaboradores y es la primera causa para que abandonen el trabajo, incluso por encima de motivos económicos, añade el informe del Colegio Oficial de Psicólogos.

    El contagio del estrés en el trabajo se da con la simple observación de la persona y tiene un efecto inmediato en el sistema nervioso, que puede manifestarse a través de ansiedad, tristeza, euforia u otra sensación negativa.

    La investigación descubrió que el 26% de las personas muestran niveles altos de cortisol simplemente al observar a alguien tenso.

    Incluso sin verlo, el estrés puede ser nocivo. Las personas estresadas eliminan, a través del sudor, hormonas características que son captadas por los demás, según un estudio del Monell Chemical Senses Center de Filadelfia, del 2015.

    En 1981, los psicólogos Howard Friedman y Ronald Riggio descubrieron que las interacciones no verbales pueden afectar a los demás. El lenguaje corporal como los brazos cruzados o ceño fruncido pueden demostrar que una persona está estresada.

    Lograr el bienestar del equipo de trabajo debe ser una prioridad de las empresas y puede lograrse a través de los líderes.

    Las compañías deben tener políticas que garanticen la salud emocional de las cabezas de sus equipos de trabajo. Si el estado de ánimo de los líderes se conduce entre sensaciones positivas garantizará el éxito empresarial.

    Un líder debe ser optimista, motivador, empático y tener un comportamiento consecuente para que sus empleados sientan y actúen de esa manera.

    Para ello, es importante propiciar momentos de esparcimiento e incluso de relajación, para evitar que el estrés consuma a los empleados. Si la empresa detecta que un trabajador de los altos mandos tiene una mala actitud, que además usa como excusa para justificar la ineficiencia, debe evaluar su continuidad en la organización o brindar apoyo para mejorar las relaciones interpersonales, afirma Verdesoto.

    Los procesos de selección, en los que se incluyen test de personalidad o inteligencia emocional, ahora ayudan a detectar si los candidatos a determinados puestos pueden ser colaboradores tóxicos. “Las empresas buscan personas que se alineen a sus políticas, valores y a sus esquemas de trabajo”, dice el experto.

    Expertos afirman que las actitudes del equipo de trabajo pueden imitarse e influir en el ambiente laboral. Los líderes deber ser un ejemplo a seguir. Foto: Ingimage
    Expertos afirman que las actitudes del equipo de trabajo pueden imitarse e influir en el ambiente laboral. Los líderes deber ser un ejemplo a seguir. Foto: Ingimage
  • Estudio indica que un 56% de trabajadores, en Ecuador, es feliz laboralmente

    Desirée Yépez
    Redacción Revistalideres.ec

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    En 2014 el Proyecto Happiness encuestó a 1034 trabajadores ecuatorianos en torno a la felicidad laboral en Ecuador. Una muestra frente al total de 2 062 963 personas que trabajan en empresas privadas y 489 203 en las públicas del país.

    Del estudio se desprende que sentirse alegre en el empleo permite generar mejores relaciones entre colegas, además de aportar en el rendimiento de las labores diarias.

    Baja remuneración, falta de autonomía, poco reconocimiento y tensión son algunos de los factores que afectan, directamente, la productividad. Además, inciden en el clima laboral y por ende representan sinónimo de infelicidad para los colaboradores.

    Para que el ambiente propicio de trabajo se genere y mantenga influyen directamente el trabajador y la empresa. Margarita Álvarez, experta en talento humano y citada en el artículo ‘Es posible ser feliz aunque odies tu trabajo’ publicado en Elpais.com, explica que las personas no se suelen ir de las organizaciones sino de los jefes. Ellos inciden de manera determinante en cómo se siente el colaborador. Ella recomienda que en las compañías se formen líderes que entiendan qué motiva a cada uno. “Todos tenemos una motivación intrínseca. Todos. Hay que saber verla”, señala.

    Arancha Ruiz, autora de El mapa de tu talento, headhunter y especialista en marca personal, añade recomendaciones para combatir la infelicidad en el momento de ir a trabajar.

    Por ejemplo, si se siente que percibe poco por las tareas que realiza puede buscar un trabajo extra hasta conseguir ese aumento que considera que merece.

    “Cambiarse de trabajo es como tener un hijo: el primer año no entiendes nada pero luego cubres tu curva de aprendizaje y puedes relajarte”, sostiene Ruiz. Lo hace en referencia a que si lleva poco tiempo en el trabajo y descubre que tiene demasiada complejidad y tensión, lo ideal es relajarse, en la medida de lo posible.

    En ese contexto, las cifras disponibles en Proyectohappiness.ec indican que el 56% de los encuestados se siente feliz en su lugar de trabajo. Apenas un 9% padecería de la denominada ‘infelicidad laboral’.

    Frente a ello, el 67% de trabajadores ecuatorianos, según Proyecto Happiness, siente orgullo de la organización donde trabaja.

    En Ecuador, el Inec señala que ocho de cada 10 empleos los genera el sector privado (80,8%) y dos de cada 10 el público (19,2%). 

    Según estadísticas de Glüky, el 69 % de los trabajadores laboraría más duro si sus esfuerzos fueran recompensados y el 78 % de los empleados que son reconocidos se motiva e impulsa a sus compañeros. Foto: Archivo/ El Comercio
    Según estadísticas de Glüky, el 69 % de los trabajadores laboraría más duro si sus esfuerzos fueran recompensados y el 78 % de los empleados que son reconocidos se motiva e impulsa a sus compañeros. Foto: Archivo/ El Comercio
  • La felicidad laboral es un negocio rentable

    Agencia EFE

    Convencida de que la felicidad laboral es un negocio rentable, Glüky, una empresa fundada en Medellín, Colombia, se alista para llevar a Perú y México una plataforma tecnológica que desarrolló para reconocer a los trabajadores por cumplir las metas de la organización.

    Glüky, cuyo significado en alemán es felicidad, se ha convertido en líder en el mercado colombiano en el desarrollo de estrategias de incentivos, fidelización y motivación laboral, bajo la premisa de que las personas invierten más del 50 % de su vida en el trabajo.

    Esta firma, que arrancó con un capital de cinco millones de pesos (USD 2 077) y es producto de una tesis para una especialización, cerró 2014 con una facturación de USD 6 millones y aspira a tener un crecimiento del 50 % para fines de este año.

    Según su fundador, Juan José Mesa, la plataforma funciona como «una red social de incentivos que permite reconocer y recompensar a las personas por ciertas acciones, como cumplir su meta comercial, proponer ideas innovadoras, capacitarse, cumplir años, así como actitudes y comportamientos».

    En la plataforma el trabajador encuentra la explicación de la estrategia que su empresa ejecuta, las formas de ganar recompensas, la meta del mes, el escalafón de posiciones por cumplimiento de objetivos y el historial de sus reconocimientos.

    «Tratamos de que los programas estén vinculados con las estrategias de venta y mercadeo de las compañías para que haya un engranaje. El objetivo de estos programas es que a largo plazo las recompensas migren al reconocimiento y generen relaciones con las personas», afirmó el directivo.

    Mesa explicó que «las personas acumulan sus recompensas, que puede ser en monedas virtuales, y las canjea por premios, experiencias o viajes «. Además para mediados de este año esperan lanzar «una moneda de lealtad» que les permita a los trabajadores acumular dinero virtual según el cumplimiento de sus metas para hacer compras en empresas aliadas, así como una red de beneficios que ofrezca descuentos a sus usuarios.

    Según estadísticas de Glüky, el 69 % de los trabajadores laboraría más duro si sus esfuerzos fueran recompensados y el 78 % de los empleados que son reconocidos se motiva e impulsa a sus compañeros. «La motivación de una persona no está relacionada directamente con una recompensa, lo importante es el reconocimiento», detalló.

    Este emprendimiento, en principio, se dedicaba a la importación de bienes, la mayoría regalos para empleados, pero desde 2012 cambió su modelo de negocio y hoy tiene sedes en Bogotá y Cali. Anualmente hacen cerca de 45 proyectos con costos desde 300 millones de pesos (USD 125 000) hasta 5 000 millones de pesos (unos USD 2 millones).

    Mesa, quien mencionó entre sus clientes a Coca Cola, el grupo de alimentos Nutresa, Bancolombia, Petrobras y Nokia, destacó que para 2018 esperan estar en al menos seis países de América Latina, además de México y Perú, y calculó que la inversión por cada oficina en el exterior será de unos USD 300 000.

    Según estadísticas de Glüky, el 69 % de los trabajadores laboraría más duro si sus esfuerzos fueran recompensados y el 78 % de los empleados que son reconocidos se motiva e impulsa a sus compañeros. Foto: Archivo/ El Comercio
    Según estadísticas de Glüky, el 69 % de los trabajadores laboraría más duro si sus esfuerzos fueran recompensados y el 78 % de los empleados que son reconocidos se motiva e impulsa a sus compañeros. Foto: Archivo/ El Comercio
  • Los empleados felices son más productivos

    Mariana F. Maldonado. El Universal de México (GDA)

    Si deseas que la gente que trabaja contigo se quede en tu empresa, deberías desear también que se queden felices y motivados. ¿Por qué? Porque la gente motivada trabaja mejor y es más productiva. De acuerdo con estudios, entre ellos uno realizado en México, los trabajadores que se sienten felices y realizados incrementan 30% su productividad.

    Ahora, ¿cómo mantener motivado al equipo? No es algo fácil, si se considera que la motivación suele perderse en los primeros seis meses en 85% de las empresas, de acuerdo con un estudio de la Harvard Business School.

    Curiosamente, la motivación no depende solamente del dinero. Varios especialistas coinciden en esto, entre ellos, Bob Nelson, autor de varios libros al respecto y experto en este tema, quien señala que las recompensas monetarias a menudo no producen rendimiento ni productividad en el largo plazo.

    De hecho, está demostrado que los programas de recompensa que solo se centran en dinero en efectivo pueden desmotivar, debido a que los empleados suelen sentir que «van detrás de la zanahoria», comenta Nelson.

    Las formas en las que un empleado permanece contento son muy diferentes de persona a persona. Mientras que a uno le funcionan los días libres, a otro le motivan nuevos retos. Así que el consejo es encontrar qué motiva en tu negocio y proporcionarlo, recomienda la Guía de Motivación de Empleados de la Universidad de Colorado.

    Las fallas a la hora de fomentar y mantener esta actitud positiva con la que se inicia un empleo depende de aquellos que están a la cabeza.

    El análisis de la Harvard Business School encontró que las fallas se presentaban en las «raíces» del liderazgo, es decir, en las políticas que las empresas emplean para dirigir a sus fuerzas de trabajo y en las relaciones que cada gerente establece con sus subordinados.

    Entonces, se necesita un cambio de actitud y cierta empatía. Como líder hay que entender que hay ciertas cosas que los trabajadores esperan de su trabajo. Entre ellas igualdad, es decir, que la remuneración, beneficios y seguridad del trabajo sean respetados; logros, el estar orgulloso del trabajo que se hace y camaradería, lo que significa tener relaciones productivas con sus iguales.

    Un estudio de la consultora Towers Watson encontró que las áreas que mantenían más felices a los empleados fueron el desarrollo de carrera, que incluye todo lo relacionado con planeación de carrera. Además, reclutamiento, capacitación y la creación de oportunidades de desarrollarse en el largo plazo. Asimismo, el empoderamiento, es decir, que las empresas apoyen y fomenten nuevas ideas; recompensas por productividad y reconocimientos no monetarios y liderazgo en los que toman decisiones.

    Para mantener la actitud positiva con la que se suele entrar a trabajar, es importante que quede claro, entre otras muchas cosas, qué se espera de él.

    Es indispensable que cada gerente debe ser capaz de expresar un propósito sólido para su unidad de trabajo.

    Tips motivadores

    • Empatar perfiles. Una de las cosas que favorecen la motivación y el bienes­tar entre los trabajadores es estar en el lugar correcto. Es decir, que su personalidad y su perfil empate con el del puesto que está desempeñando, explica Gustavo Contreras, del Instituto Mexicano de Mejores Prácticas Corporativas.
    • Ser un facilitador. Para el gerente, los subordinados son en esencia sus «clientes» y su rol como facilitador abarca un amplio rango de actividades, como ser el vínculo con otros en la empresa.
  • ‘Felicidad, no viene incluida en el salario’

    Arturo Castillo Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    Dicho con franqueza, las empresas no están preocupadas por la felicidad de sus trabajadores; cuando mucho de la satisfacción. ¿Existe, de otra parte, la felicidad parcial? ¿Se puede ser feliz en determinadas áreas de la vida y en otras no? La felicidad ‘integral’ parece ser una utopía para los seres humanos.

    El trabajo puede procurar alegría, cierta plenitud, pero seguramente no felicidad. ¿Quién podría basar su felicidad en la transitoriedad del trabajo? Por estas razones ‘filosóficas’, parece difícil, si no necio, que las empresas tengan como propósito la felicidad de sus colaboradores. No hay que olvidar, por supuesto, que la inconformidad crónica es una condición difícil de resolver. Es muy probable, por ejemplo, que el sujeto que no halla alegría en su vida, tampoco obtenga satisfacción en lo laboral.

    En el otro extremo, la falta de un centro emocional puede llevar a la persona a tratar de ocultar su insatisfacción volcando todas sus energías, al trabajo. Este fenómeno es bastante común en algunos sujetos que se declaran ‘autorrealizados’ profesionalmente.

    ¿Las personas que aman lo que hacen se sienten incondicionalmente satisfechas? No siempre. Cuando el entorno laboral es tenso, poco estimulante, con jefes neuróticos y acosadores, los trabajadores renuncian y optan por ambientes más relajados, más gratos. Ciertamente, los individuos con una personalidad bien integrada tienen una buena capacidad de adaptación, en tanto que las personas intransigentes, difícilmente hallan satisfacción, incluso en entornos positivos.

    En todo caso, es complicado definir qué es la felicidad, establecer una fórmula que permita conquistarla. Radica en lo profundo del ser pero es también la conjugación de aspectos externos. En el trabajo, la felicidad tiene que ver con la estabilidad, el ejercicio pleno de los potenciales creativos, un salario aceptable, el sentimiento de ser aceptado y respetado, los incentivos que promueven el desarrollo profesional y humano.

    ¿Cómo integrar lo laboral y lo personal? Lo primero es resolver, no solo en la cabeza sino en las acciones, la dualidad.

    La plenitud consiste en integrar la vida personal y el trabajo, que deben nutrirse mutuamente.

    La frase
    «La plenitud total consiste   en integrar la vida personal y el trabajo, que deben nutrirse mutuamente».

  • El empleado que se entretiene alcanza un mejor desempeño

    Por Johan Stuve (I) Consultor de The Edge Group en Ecuador

    El desarrollo de la felicidad en el trabajo está estrechamente relacionado con todos los conceptos de la psicología positiva. Shawn Achor, en su libro ‘The Happiness Advantage’, plantea que la felicidad es en sí misma una ventaja.

    Cuando estamos felices, nuestro cerebro libera serotonina y dopamina, lo que nos permite desempeñarnos a nuestro 100%. Por eso las personas que buscan y le ven el lado positivo a las cosas tienden a obtener mejores resultados que los más pesimistas.

    Esta afirmación de la ciencia de la felicidad tiene relación con algunos resultados de la encuesta que junto a IPSOS y Happiness at Works, el Grupo The Edge ha corrido en el Ecuador.

    Comencemos mirando cómo perciben los trabajadores ecuatorianos el impacto de su trabajo en la sociedad.

    Como pueden observar en la gráfica anexa, un alto porcentaje (68%) considera que efectivamente las funciones que cumple dentro de la organización en la que trabajan tiene un impacto positivo en la sociedad.

    Desde la mirada de la psicología positiva, este es un elemento de gran valor, ya que la mayoría de los trabajadores del Ecuador tiene un sentido de trascendencia en lo que está haciendo. Y es de gran valor, porque precisamente uno de los elementos que define a la felicidad en el trabajo es el sentido de propósito y significado en lo que hago. Además de ser un elemento movilizador para la Generación Y.

    Otro aspecto del estudio muestra cómo el balance vida-trabajo; es decir, el balance que hay entre el tiempo que pasamos en el trabajo y el que invertimos en otros aspectos de nuestra vida, es un elemento a poner bajo observación.

    La mayoría de los ecuatorianos no están satisfechos con este balance.

    Los estudios científicos realizados en este tema demuestran reiteradamente cómo los trabajadores que realizan otras actividades (deportes, labor social, hobbies, esparcimiento, tiempo con la familia y/o amigos), de manera sistemática se desempeñan mejor que los que ‘solo’ se dedican a trabajar. Las empresas ecuatorianas necesitan escuchar con más atención a estos estudios y a sus propios trabajadores, sobre la importancia y beneficios de tener un adecuado balance en la vida laboral y personal.

    Los desafíos

    Las ocho horas. Es complejo romper el paradigma de las ocho horas de trabajo, y más aún algunas culturas de trabajo extendido.

    Sin temor. Arriesgarse y ensayar ha traído beneficios a las empresas que se fijan en este aspecto.

    La próxima semana. La relación entre la felicidad y el salario de los ecuatorianos.

    LÍDERES y The Edge Group, una alianza para romper paradigmas

  • La felicidad es el nuevo índice de las empresas

    Por Johan Stuve. Consultor de The Edge Group en Ecuador

    La ciencia de la felicidad está empezando a cambiar la lógica de la cultura organizacional en el mundo. Cada vez son más las empresas que se están dando cuenta que la felicidad es un buen negocio. Medir los niveles de felicidad en las empresas es el primer paso para poder establecer estrategias de bie­nestar simples, directas, efectivas y de alto retorno de inversión.

    El Grupo The Edge, junto a Ipsos Consultor y Happiness at Work han estado trabajando en la construcción de un punto de referencia ecuatoriano sobre los niveles de felicidad en el trabajo. Con este estudio, las empresas en el Ecuador tendrán la posibilidad de medir sus niveles de felicidad en el trabajo e identificar con gran precisión cuáles son los factores particulares que impulsan y movilizan la felicidad en su organización.

    Durante el último mes hemos venido presentando a la luz pública algunos de los resultados y hallazgos de la investigación. El estudio aparecerá el próximo lunes, 1 de septiembre, en LÍDERES.

    En esa línea, queremos compartir algunos datos demográficos interesantes. Por ejemplo, encontramos que el índice de felicidad en el trabajo en cada sector empresarial sirve de punto de referencia a las empresas para conocer cómo están sobre esa media. Aquí podemos observar cómo se comparan los diferentes sectores; si entendemos el entorno y realidad que cada uno de estos sectores vive, podemos encontrar líneas estratégicas que nos permitan aprovechar esta información como una ventaja competitiva.

    Otro dato interesante es ver cómo varían los niveles de felicidad en función del tamaño de la empresa.

    Factores como la posibilidad de influenciar en decisiones importantes, expectativa de desarrollo, sentimiento de impacto social y posibilidad de ser creativo, son algunos de los que movilizan estos interesantes resultados.

    La nueva lógica que introduce el concepto de felicidad en el trabajo está basada en modelos colaborativos de abundancia. Por eso, estos datos demográficos más que servir como una comparación, le indican a los empresarios a qué tipo de industrias o empresas deben acercarse para aprender buenas prácticas de bienestar.

    De alguna manera, la ciencia de la felicidad es una evolución de los paradigmas clásicos de clima organizacional, donde se aproxima al desarrollo del bienestar desde una actitud positiva, apreciativa y desde el individuo.

    En otras palabras, ser feliz es una decisión personal, por lo que cambiar hábitos en los trabajadores de una empresa no es responsabilidad de la empresa (a diferencia del clima organizacional), sino del propio trabajador. La función de la empresa en esta nueva visión es convertirse en una plataforma que facilite el desarrollo de una cultura de felicidad.

    En el informe final entregaremos otros datos, pero especialmente develaremos cuáles son los pilares que movilizan la felicidad en el trabajo en el país.

    EL OBJETIVO

    Medir sus niveles. Con este estudio del Grupo The Edge, junto a Ipsos Consultor y Happiness at Work, las empresas en el Ecuador tendrán la posibilidad de medir sus niveles de felicidad en el trabajo e identificar con gran precisión cuáles son los factores particulares que impulsan y movilizan la felicidad en su organización.

    El uso de los datos. Conocer y darle un uso estratégico a la información del estudio, será un recurso innovador para fortalecer el desarrollo, sostenibilidad y competitividad de las empresas ecuatorianas.

    LÍDERES y The Edge Group, una alianza para romper paradigmas

  • La importancia que tiene la ciencia de la felicidad

    Por José Antonio Torres Presidente de The Edge Group

    Ser humano es ser feliz. Esta frase quizá suena falsa si pensamos en las enfermedades, dificultades en las relaciones, problemas de autoestima y crisis financieras. Sin embargo, si nos enfocamos en la esperanza, la gratitud, el amor y el aprendizaje, quizá situaciones similares se vean como retos y logremos la motivación para superarlas.

    El nivel de felicidad de una persona es la última línea de su estado de pérdidas y ganancias personales. Cuando las personas profundizan detrás de sus objetivos personales, sean estos tener un mejor trabajo, comprar una casa propia, cambiar de auto, comenzar una relación de pareja, se dan cuenta que esta es la búsqueda final. Con esto en mente, en 1988 nace la Psicología positiva para entender qué promueve y fomenta estados de bienestar y felicidad.

    Según Shawn Achor, existe una ecuación muy arraigada que es incorrecta: cuando tenga éxito seré feliz. Esto pone a la felicidad en un lugar muy vulnerable, anclada en objetivos móviles: «una vez alcanzadas mis metas de ventas tendré unas más retadoras el siguiente año» o cuando haya comprado el carro que quería, tomará poco para que salga el nuevo modelo. De acuerdo con Achor, la ecuación es al revés: una persona feliz tiene más probabilidades de ser exitosa.

    En esta línea, sus investigaciones reflejan datos muy interesantes: las personas felices son un 31% más productivas, un 37% mejores cerradores de ventas y un 300% más creativos e innovadores.

    Después de múltiples investigaciones en el Departamento de Psicología de Harvard, encuentran que solamente el 10% de la felicidad de una persona puede ser predicha por condiciones externas, dejando un 90% a cómo el cerebro procesa el mundo y por consiguiente, cómo reacciona ante él.

    Este es un dato de especial interés para las personas y las organizaciones, porque afectar ese 90% es mucho más cercano y barato que transformar las condiciones externas.

    El experto Dan Gilbert, profesor de Psicología de Harvard, propone que las acciones que incrementan la felicidad de las personas son hábitos simples que toman poco tiempo y que se arraigan al repetirse en el día a día.

    Nic Marks, investigador inglés y creador de la encuesta organizacional de bienestar y clima Happiness Works, ha definido cinco caminos para el bienestar: conectarse emocionalmente, realizar actos altruistas, mantenerse activo físicamente, entrenar la mente para ver lo positivo y salir de la zona de confort para mantenerse aprendiendo.

    Estos cinco caminos pueden ser traducidos a programas que no requieren inversiones grandes y producen resultados sorprendentes.

    Si la felicidad es el fin que todos buscamos, y si las personas felices son más exitosas y productivas, hace todo el sentido del mundo que las mejores organizaciones estén enfocando sus esfuerzos en el bienestar organizacional.

    No se trata de pintar ‘caritas’ felices, sino de hacer cambios reales a nivel personal y cultural que impacten el bienestar a largo plazo, basados en ciencia.

    Accediendo a la posibilidad humana de manejar pensamientos y emociones positivamente, podemos ser felices y productivos a través de las más diversas circunstancias.

  • La felicidad interna bruta entra al debate

    Redacción Líderes

    Con el ejemplo del pequeño reino de Bután, pionero desde hace varias décadas en evaluar la Felicidad Interna Bruta de su población, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Venezuela también planean cómo medir el «vivir bien» o el «buen vivir«, como alternativa a la cuantificación de la riqueza material.

    Por eso, a mediados de agosto, representantes de gobiernos y organizaciones sociales de Bután y las cinco naciones discutieron en La Paz, las ideas y propuestas orientadas a ese propósito en el «Encuentro internacional para la métrica del vivir bien, felicidad y el buen vivir», según una nota de la agencia EFE.

    El presidente del Centro de Estudios de Bután, Dasho Karma Ura, explicó en que las mediciones hechas en su país han detectado varios grados de felicidad, entre los «no felices, mas no desesperados» y «los profundamente felices».

    Según este investigador, «cuando una persona tiene mucho tiempo no cuenta con recursos y no tiene energía para ser feliz y, por otro lado, cuando se tiene tiempo, ya no cuenta con los recursos, ni la energía para serlo».

    Karma Ura apuntó que los «intensamente felices», lograron hacer su mente inmune a las influencias externas, independientemente de sus condiciones de vida. Por eso considera una necesidad la habilidad de una «fluctuación de la mente» para buscar la felicidad.

    En el 2011, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que reconoce la felicidad como un «objetivo humano fundamental», a instancias de Bután, que mide la Felicidad Interna Bruta (FIB), para conocer cuán satisfecha está su población, tras considerar que para ello es insuficiente el tradicional Producto Interior Bruto (PIB).

    Karma Ura recomendó reformular las preguntas de un cuestionario que el Gobierno de Bolivia está diseñando para evaluar el «vivir bien» de sus ciudadanos. Algunas ideas básicas que deben tomarse en cuenta son la calidad de vivienda o el número de días de felicidad, pero con una escala de valoración, por ejemplo, del 0 al 10, como se hace en Bután, en lugar de una simple diferenciación entre el «sí» y el «no», agregó.

    El encuentro planteó que ante la crisis económica, ambiental, energética social, moral y espiritual, fruto del «delirio del desarrollismo», el mundo debe tomar conciencia de que «la supervivencia de la humanidad y de la Madre Tierra será posible si retoma el equilibrio basado en valores como vivir bien, felicidad y el buen vivir», según un documento discutido en el foro.

    El origen de la FIB Bután.  El índice de la Felicidad Interna Bruta (FIB) surgió en este país asiático en la década de 1970. Mide la felicidad en función de la economía, la cultura, el medioambiente y el buen gobierno.