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  • Formación, la clave para acabar con engaños y pérdidas en la joyería

    Agencia EFE

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    Conocimiento y formación son las claves para evitar engaños que perjudican al sector de la joyería y que ocasionan pérdidas anuales de millones de dólares, según los organizadores de una de las más importantes citas de la industria de la joyería en Latinoamérica que se celebra esta semana en Miami.

    Invertir en la mejora del conocimiento de rubíes o diamantes resulta imprescindible para afrontar los riesgos y las dudas en un sector en permanente evolución y crecimiento que en Latinoamérica supera los USD 8.000 millones de ventas anuales, según cifras de la empresa JIS (Jewelers International Showcase).

    «Los joyeros de la región han solicitado durante mucho tiempo un mayor entrenamiento por parte de expertos», afirma Jordan Tuchband, vicepresidente de JIS con motivo de la feria de joyería internacional organizada por la empresa Reed Exhibitions que tendrá lugar en Miami Beach del 9 al 11 de abril.

    Por ese motivo en esta feria, además de posibilidades de comprar y de información sobre los cambios que necesita el sector para adaptarse a los mercados multiculturales y las transacciones online, se ofrece a los profesionales asistentes charlas y cursos sobre cómo detectar practicas engañosas o materiales falsos que perjudican enormemente al sector.

    Según Reed Exhibitions, cuya próxima conferencia JIS Exchange será en junio en Las Vegas (EE.UU.), la respuesta a esta nueva iniciativa educativa ha sido masiva, especialmente desde Latinoamérica.

    Una de esas actividades tiene que ver específicamente con los diamantes, la gema que genera más casos de fraude, de los cuales pueden ser víctimas no solo los consumidores sino los profesionales de la joyería si no están bien formados.

    «Si la transacción parece demasiado buena para ser verdadera, probablemente lo es», señala Cecilia Gardner, directora del Comité de Vigilancia de Joyería.

    «Los compradores de diamantes que tienen graduación de calidad deben comprobar que el informe, además de incluir una descripción exacta del diamante que se está adquiriendo, haya sido realizado por una empresa reputada», agregó.

    Uno de los seminarios de la feria mostrará a los joyeros cómo distinguir un diamante sintético de uno verdadero, ya que con el avance de la tecnología cada día resulta más complicado, incluso para el ojo del experto, distinguir entre los dos.

    A menudo minerales sintéticos como la moissanite o circonita cúbica se asemejan enormemente a las gemas naturales, lo que supone un gran problema para los compradores.

    Otra de las conferencias destinada a los joyeros centrará su atención en las maneras más seguras de exportar sus preciadas mercancías a otros países, una gran preocupación del sector en Latinoamérica, así como la seguridad online, cada día mas relevante dado el aumento de ventas por internet.

    También se celebrará una sesión informativa online a cargo de CardNotPresent.com para analizar los retos y oportunidades de las ventas por internet.

    En la feria los joyeros no solamente pueden encargar las piezas deseadas a fábrica sino que así mismo tienen la posibilidad de comprar mercancía durante el evento.

    «Era nuestra obligación proporcionar a nuestros clientes con un foro en el que no sólo interactúen con expertos sino entre ellos», añadió Tuchband. «La positiva respuesta nos muestra que la educación es un punto central en la industria de la joyería y a partir de ahora, estaremos a la vanguardia».

    Jewelers International Showcase (JIS) fue fundada en 1979 para proporcionar productos de joyería por anticipado a cada temporada de ventas para Latinoamérica, el Caribe, Florida y el sudeste de los EE.UU.

    La feria JIS Miami se celebra tres veces al año (enero, abril y octubre) en South Beach (Miami Beach).

    Los diamantes son las gemas que genera más casos de fraude registran. Foto: Archivo
    Los diamantes son las gemas que genera más casos de fraude registran. Foto: Archivo
  • 17 empresas impulsan la formación dual

    Redacción Cuenca (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    La formación dual en mecánica industrial y electricidad industrial empezó en la capital azuaya, con el impulso de la Universidad Politécnica Salesiana y de las cámaras de Comercio e Industrias Ecuatoriana-Alemana y de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca. 70 estudiantes se capacitan desde el lunes pasado con clases teóricas y prácticas.

    Son dos proyectos de formación continua del área de Vinculación con la Colectividad de la Politécnica Salesiana, que creó el Centro de Tecnología Industrial para manejar los programas.

    En enero pasado, ambos gremios buscaron una institución educativa que cuente con la infraestructura necesaria, como laboratorios, profesores y talleres para iniciar la capacitación dual, que es un sistema alemán que tiene más de 200 años y que la Cámara alemana tiene experiencia, dice el director Ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, Andrés Robalino.

    Según él, es un sistema de formación práctica y teórica, y fue pensado con base en las necesidades productivas del Austro. Al inicio recibieron el apoyo de las empresas Continental Tire Andina e Induglob (que fabrica las marcas Indurama y Global) y, posteriormente, se sumaron otras 15. Estas 17 industrias recibirán a los estudiantes para que realicen las prácticas y aportarán con la mitad de la colegiatura. Se dedican a actividades como papel y cartón, cerámica, muebles madera y metal, alimentos, metalmecánica…

    La capacitación está dividida en cinco semestres. Los dos primeros tendrán énfasis teórico con materias, laboratorio y talleres, y solo durante dos semanas por ciclo (80 horas en total) tendrán prácticas en las industrias. Las clases en la Universidad Politécnica serán desde las 16:00 hasta las 22:00, de lunes a viernes, y entre las 07:00 y las 13:00, los sábados.

    Para el encargado del programa por parte de la Universidad, Nelson Jara, en el primer ciclo hay 12 materias como matemáticas, química, física, dibujo, entre otras, y en el segundo bajarán a 10.

    En los últimos tres semestres habrá menos horas de las clases en la universidad y más prácticas en las fábricas. Durante las 18 primeras semanas tendrán clases teóricas los lunes y los martes.

    El resto del tiempo, ellos acudirán a las industrias. Desde la semana 19 hasta la 21, estarán a tiempo completo en las empresas.

    Para pasar cada asignatura deben obtener un puntaje de 70 sobre 100 y al final realizar un trabajo práctico vinculado con el programa y con las necesidades de la empresa. Además, que se aplique esa solución en la fábrica.

    Según Robalino, la intención es que cuando finalice la capacitación los estudiantes se queden laborando en esas compañías. “Los industriales están invirtiendo en la capacitación para contar con personal calificado”.

    Freddy Carpio, quien estudia electricidad industrial, dice que es una oportunidad para mejorar sus conocimientos y proyectar su carrera laboral. El perfil de los alumnos es heterogéneo: hay jóvenes recién graduados hasta personas con experiencia que tienen 45 años, y hay dos mujeres. El único requisito fue ser bachiller.

    Robalino señala que durante la capacitación los estudiantes no tendrán una relación laboral con las compañías y, por ende, no percibirán un ingreso. Pero tendrán derecho a seguridad industrial.

    A futuro, dice Robalino, se planifican otros programas de acuerdo con otras necesidades del sector industrial del Austro o de una actividad productiva en particular.

    Politécnica Salesiana
    El profesor Santiago Pinos explicó la metodología de los programas que se dictan en la Politécnica Salesiana. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES
  • El ‘coworking’ es una apuesta de los salesianos

    Redacción Cuenca (I)

    La Universidad Politécnica Salesiana (UPS) impulsa la creación de un ecosistema de innovación y emprendimiento en sus sedes de Cuenca, Quito y Guayaquil. El objetivo es desarrollar ambientes para formar nuevas personas y profesionales en un entorno de investigación.

    De esa forma, surge el ‘coworking’, que es un espacio para intercambiar experiencias, conocimientos de diferentes disciplinas y la generación de contactos y redes para mejorar los proyectos.

    Esta iniciativa es parte de la inquietud del cuerpo docente de la Politécnica Salesiana de repensar qué hacen, cómo pueden mejorarlo, qué innovaciones hay en la docencia. También, surge de los encuentros del mundo salesiano donde se trató el modelo educativo, señala el rector de la Universidad,

    Javier Herrán. “Descubrimos que nuestra identidad nos habla de priorizar el estudiante, educación horizontal, que el estudiante se sienta amado…”.

    Según Herrán, el ‘coworking’ es el resultado de un proceso en el que la investigación y docencia se juntaron y responde a una globalidad y problemas de la sociedad y no a una carrera.

    La iniciativa se concreta desde hace cuatro meses y participan 60 catedráticos y la convocatoria está abierta a los estudiantes de las 22 profesiones que se cursan en las sedes ubicadas en Quito, Guayaquil y Cuenca.

    Las instalaciones del ‘coworking’ están listas en la capital azuaya y solo falta el equipamiento. Se tiene previsto que en un mes estará en funcionamiento.

    En Guayaquil y Quito, en cambio, estarán listas en febrero próximo. Hasta tanto, los estudiantes y catedráticos se reúnen en cualquier espacio de esta universidad ya sea en el bar, laboratorios… “El ‘coworking’ no es un espacio físico sino una forma de pensar”, señala el vicerrector de Investigación de la Universidad, Juan Pablo Salgado.

    Para él, con la intención de formar personas que tengan la capacidad de emprender un proyecto de vida socialmente responsable apostaron por sistemas que puedan estimular su creatividad y el ‘coworking’ busca generar un ecosistema de innovación, dentro de esta universidad salesiana.

    Salgado dice que en las tres sedes surgieron 40 proyectos, de los cuales 15 tienen un mayor potencial de lograr el éxito. Estas iniciativas están involucradas con el turismo, ambiente, medicina, desarrollo de materiales, electrónica… Allí, se involucran alumnos de comunicación, administración de empresas, ingenierías, entre otras profesiones. La idea es generar sinergias e impulsar los emprendimientos.

    Los alumnos tienen un acompañamiento continuo y otro puntual. Según Salgado, quisieron tentar a los alumnos para que sean creativos a través del emprendimiento y se hizo una planificación para las capacitaciones, hasta tener un campamento de emprendimiento previsto para febrero próximo. La meta es que allí surjan proyectos que puedan convertirse en empresas.

    Además de lograr que se reúnan estudiantes de diferentes disciplinas, Herrán y Salgado destacan que se juntaron alumnos de una misma carrera, pero que están en los últimos y los primeros ciclos.

    Belén Soriano, Juan Pablo Salgado, Paula Martínez y Javier Herrán impulsan la iniciativa en la Politécnica. Foto: Xavier Caivinagua/ LÍDERES.
    Belén Soriano, Juan Pablo Salgado, Paula Martínez y Javier Herrán impulsan la iniciativa en la Politécnica. Foto: Xavier Caivinagua/ LÍDERES.
  • El piloto tiene nueva oferta académica

    Pamela García G.

    Ser piloto comercial no es una carrera convencional, pero puede ser una de las mejores remuneradas en todo el mundo. Miles de jóvenes se sienten atraídos por esta profesión, que por su alta demanda, según un estudio de la aerolínea Emirates del 2014, impulsa a más bachilleres aplicar en esta carrera.

    Este factor influyó en la creación de la escuela de aviación West Pacific Flight Academy en el 2012. Este instituto ofrece la instrucción para pilotos privados, pilotos instrumentales, pilotos comerciales, pilotos multimotor y tripulantes de vuelo.

    Su inversión, como indica el gerente general de la firma, Édison Ayala, consistió en dos aviones Cessna 2 150 y una Cessna 172; así como un hangar en Tachina (provincia de Esmeraldas) y una base satélite en Quito, donde se realizan los cursos teóricos.

    Para impulsar a más jóvenes a integrarse en el mundo de la aviación, la escuela ha realizado seminarios y acercamientos con bachilleres y estudiantes de pregrado. Estas conferencias se han realizado en el Colegio Menor, Colegio Condamine, y en universidades como la San Francisco de Quito.

    Santiago Larreátegui, alumno de la academia, quiso ser piloto comercial desde un viaje a Galápagos donde tuvo la oportunidad de entrar a la cabina de la aeronave. “Hablé con mi familia y entré a Ícaro a los 16 años, para aprender a volar. Pero cambié de opción y ahora me encuentro cursando mi carrera para ser piloto comercial en la academia”, señala.

    Uno de los principales miedos que tienen los bachilleres, indica Ayala, es que se trate de una carrera costosa y de poca acogida.

    Luis Palacios, instructor de West Pacific, señala que antes de seguir esta carrera estudió en Latacunga ingeniería aeronáutica. Posteriormente, decidió abandonar la universidad para seguir su sueño. “Cada carrera tiene su nivel de complejidad. Hay que estudiar bastante. La aviación cambia y se debe investigar constantemente”, cuenta Palacios.

    En la actualidad, los requisitos para ser pilotos civiles son pocos. Se requiere de una edad mínima de 17 años y máxima de 65, ser bachiller, contar con el examen médico con el Cemac y obtener la licencia de alumno piloto de la Dirección General de Aviación Civil del Ecuador.
    No se necesita tener una vista 20/20. Solo si el aspirante sufre de daltonismo, ‘ojo vago’, epilepsia o problemas de columna, no puede ejercer la aviación.

    Hoy, las aerolíneas y empresas de transporte aéreo cuentan con una mayor demanda de pilotos. Por ejemplo, la compañía fabricante de aviones Boeing prevé una demanda mundial de 533 000 nuevos pilotos y 584 000 técnicos de mantenimiento debido a la expansión de sus flotas aéreas en los próximos 20 años.

    Édison Ayala (extrema izquierda) junto a los instructores y alumnos de la academia de vuelo. Foto: Pavel Calahorrano/ LÍDERES.
    Édison Ayala (extrema izquierda) junto a los instructores y alumnos de la academia de vuelo. Foto: Pavel Calahorrano/ LÍDERES.
  • Ana María Novillo: ‘La empresa no potencia la capacitación’

    Xavier Basantes

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    Ana María Novillo, directora de la Escuela de Empresas de la Universidad San Francisco de Quito, analiza el entorno empresarial y cómo esto influye en la formación ejecutiva. Los constantes cambios de reglas en el país demandan actualizaciones permanentes.

    ¿Cómo se determina el tipo de formación que demanda el empresario ecuatoriano?

    Hay dos puntos de vista. Hay una demanda que depende de lo que sucede en el entorno y obedece a dos factores: a veces son tendencias que están de moda, aunque nosotros no nos fijamos en eso. Hace años, por ejemplo, se pusieron temas como balance score, coaching transformacional, y vimos que esto se movía por moda o porque era un asunto novedoso que alguien trajo de Argentina, de España; vino, se hizo un seminario, la gente atendió y después se olvidó.
    Nos dimos cuenta de eso y tratamos de evitar este tipo de charlas de actualización, a menos que estén ligadas a una necesidad específica y real de una empresa. El otro tema del entorno obedece mucho a las nuevas leyes, a los requerimientos que vienen del Gobierno.

    En el caso de la empresa ecuatoriana, ¿qué es lo más habitual que se demanda?

    Está comprobado en el mundo que el desempeño de una persona depende de sus capacidades y conocimientos, así como de los recursos empresariales. Normalmente desarrollamos grupos focales, hacemos investigaciones, aplicamos encuestas, hacemos observaciones, aplicamos un método de observación de investigación cualitativa para definir realmente qué es lo que les está preocupando a las personas; esto, en la fase para definir qué temas se van a ver y encontramos que las personas aceptan y dicen ‘mi desempeño depende de mí’, pero también de los recursos o de la comunicación de la empresa.

    El punto común que encontramos es que las empresas no están potenciando la capacitación.
    Me refiero a que contratan una capacitación, contratan un programa de educación empresarial, pero no mejoran su plan de comunicación.

    ¿Los principales factores que afectan a las empresas en el Ecuador -en su experiencia-
    son la capacitación y la comunicación?

    No, necesariamente. Las empresas son sistemas que tienen factores tan complejos, pero no me atrevería a identificar un problema específico. Además, preferimos no hablar de problemas sino de oportunidades de mejora, porque uno puede seguir aprendiendo toda la vida.

    ¿Cuando planteamos ‘no un problema sino una oportunidad de mejora’, en qué sectores hay más oportunidades para lograr un mejor desempeño de las compañías?

    De la experiencia que tenemos y alineando lo que las empresas requieren con lo que nosotros hemos desarrollado, vemos que hay una oportunidad muy grande en el tema de liderazgo auténtico, autoliderazgo, en el tema de servicio al cliente. Hay bastante por hacer.

    En el tema de la actitud competitiva, ¿cuánto pesa el tema generacional, porque la década anterior se caracterizó por los relevos en los mandos empresariales y eso repercute hoy, el ejecutivo es más competitivo, más arriesgado en tomar decisiones?

    Lo que hemos visto en el trabajo con las empresas es que hay mucha creatividad y emprendimiento e intraemprendimiento en el empresario nuevo. Se están buscando nuevas formas de producir, se está valorando muchísimo el desarrollo de la gente y eso es importante y esa innovación no va solo de la mano con la parte tecnológica de las empresas, con la parte del proceso, con la parte de mejorar el producto, sino cómo ‘yo mejoro a mi gente’.

    ¿Eso no se encasilla en lo que hablábamos sobre la ­moda? Ahora se habla mucho de la preocupación de la ­gente, de la felicidad, del nuevo gerente más preocupado por la gente

    No. Cuando hablaba de la moda hablaba de temas específicos de capacitación y en realidad la capacitación en la educación empresarial no está guiada por los contenidos, está guiada por las necesidades de las empresas. Tiene que enfocarse en la realidad de la empresa e identificar si verdaderamente ese programa que puede ser muy espectacular me va a servir, porque si no me va a servir, me dedico a algo que va a ser más productivo y que haga que la gente se desarrolle más y tenga un mejor desempeño.

    El cambio permanente en las reglas de juego para las empresas en el país obliga a estar actualizado. ¿Qué es lo que más demandan las empresas?

    Manejamos programas abiertos. Para dar un ejemplo tenemos un programa de auditoría de la calidad médica, que está relacionado con las nuevas leyes que han existido en el sector; tenemos un programa de gerencia tributaria, que actualiza los contenidos de acuerdo con las nuevas normas.

    Vivimos un año económico complejo. ¿Cómo lo perciben desde la capacitación empresarial?

    Sin duda, es un reto supergrande, porque el tema de educación en las empresas normalmente -no digo que en todas las empresas-, está en la lista final de las prioridades de presupuesto. Ante situaciones críticas lo que se hace es recortar gastos de inversiones y eso nos preocupa, porque sabemos que nos va a afectar en cuanto al número de participantes.

    ¿Eso ya lo sienten ustedes?

    Actualmente no lo sentimos, porque seguimos con programas que ya estaban iniciados en la modalidad In Company y tenemos que terminar con esos programas, pero sin duda yo creo que sí lo vamos a sentir. Ahora, la estrategia que tenemos es un portafolio con capacitación del 50% en programas de In Company y el otro 50% con programas abiertos.

    Entonces, si una empresa se quedó corta de presupuesto para su programa en In Company, que tiene mucho más impacto y es más grande y eventualmente cuesta más, pero envía a uno o dos personas a los programas abiertos.

    ¿Cómo se encuentra el mercado de las escuelas de negocios en el país?

    Hasta hace cinco años le podría haber dicho que era muy competitivo, con mucha oferta de programas. Hoy veo que los programas abiertos se han reducido en cantidad. Los profesionales necesitan programas sostenidos.

    Ana María Novillo considera que las empresas contratan un programa de educación empre­sarial, pero no mejoran su plan de comunicación. Foto: Galo Paguay/ LÍDERES
    Ana María Novillo considera que las empresas contratan un programa de educación empre­sarial, pero no mejoran su plan de comunicación. Foto: Galo Paguay/ LÍDERES
  • Las cuatro herramientas que activan la formación del talento

    Pamela García G. (I)

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    Una de las principales características que definen a los genios es pensar fuera de lo convencional y apuntar a explotar las competencias que los hacen individuos únicos.
    Hoy, estas teorías no solamente se pueden aplicar a ellos, sino también a las personas y organizaciones para desarrollar sus propias habilidades, de acuerdo con cuatro modelos de capacitación.

    El primero es el aprendizaje experiencial, que consiste en la construcción, adquisición y descubrimiento de nuevos conocimientos, habilidades y valores, a través de vivencias.
    Mauricio Merino, gerente general de la firma Mindson, señala que este modelo apunta al desarrollo de la memoria de largo plazo, mediante experiencias emocionales. Esto permite que el conocimiento se albergue en el cerebro y sea accesible de manera inmediata al ser considerado relevante. “Por ejemplo, si pregunto cuáles son los ríos más importantes de Europa es probable que no los recuerdes. Pero si pregunto sobre tu primera comunión, está más presente en la mente”, señala.

    Este tipo de técnicas se pueden aplicar mediante ejercicios lúdicos, como las cuerdas altas. Estas consisten en motivar al individuo a alcanzar metas, trabajar en equipo, fomentar el liderazgo, etc., al salir de su zona de confort.

    Luz Elena Coloma, gerenta general de Quito Turismo, cuenta que cuando realizaron estas actividades en su organización dio como resultado equipos de trabajo más consolidados. “Pasamos un examen de la contraloría de montos importantes con pocas observaciones. Esos logros revelan que hay un trabajo de seres humanos valiosos por detrás”, cuenta.

    El Modelo Disney en cambio consiste en el empoderamiento del trabajador dentro de las funciones de su cargo. Esta segunda técnica permite que a partir de experiencias propias, se promuevan ideas innovadoras con énfasis en los detalles. Esto, con el fin de generar un acercamiento positivo con el cliente.

    Merino señala que este método crea aspectos diferenciadores dentro de la empresa, que la destacan de la competencia. “Esta metodología incluso se convierte en un modelo de vida”, señala.

    Para Richard Almeida, gerente de Talento Humano de Ideal Alambrec, esta metodología ha permitido un clima laboral más amigable y abierto a la innovación. “El colaborador se siente más a gusto de expresar sus ideas y objetivos”, señala.

    La intervención apreciativa es el tercer modelo y consiste en tomar en cuenta al ser humano de manera integral, rescatando sus fortalezas personales.

    Lorena Merino, psicóloga clínica del Hospital de los Valles y especialista en este modelo, señala que tratar de llenar las brechas del colaborador, muestra deficiencias, lo que genera frustración. El modelo apreciativo busca mejorar lo que se hace bien.

    Javier Carrera, director de Posgrados de la Universidad los Hemisferios, señala que esta metodología les ha permitido potenciar el desarrollo de los profesionales. “Un abogado tendrá todos los conocimientos, pero a su vez podrá destacarse por su trabajo en equipo y liderazgo. Esto lo hará más competitivo”, señala.

    Finalmente, el modelo del coaching de equipos es un proceso de acompañamiento a un grupo de personas para conseguir sus objetivos a través de acciones que fomentan la cooperación entre sus miembros.

    Mauricio Merino señala que esta alternativa genera grupos de trabajo más consolidados, lo que permite cumplir con las estrategias de las organizaciones.

    El centro Arousal, de la empresa Mindson en Cumbayá, cuenta con las instalaciones para realizar ejercicios de capacitación con cuerdas altas. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    El centro Arousal, de la empresa Mindson en Cumbayá, cuenta con las instalaciones para realizar ejercicios de capacitación con cuerdas altas. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • En su formación se valoran las sonrisas

    Redacción Quito

    Desde septiembre del 2010, en la nómina de voluntarios de las misiones que la Fundación Operación Sonrisa realiza en el país, constan estudiantes del Colegio Terranova.

    22 jóvenes de esta institución educativa, situada en Cumbayá (nororiente de Quito), pertenecientes al segundo y tercer año de bachillerato, han colaborado con las misiones médicas internacionales. Estas están enfocadas a intervenir quirúrgicamente a pacientes de escasos recursos, con malformaciones, como paladar hendido, enfermedades congénitas, etc.

    El trabajo inicia, según explica Alejandra Cornejo, con la postulación a ser un representante del Colegio Terranova para la misión. El grupo se conforma con estudiantes que tienen afinidad con los temas médicos y que cuentan con récord académico que garantice a sus docentes no decaer en el ritmo de estudios, pese a que tengan que ausentarse de cinco a seis días.

    “He asistido a dos misiones de Fundación Operación Sonrisa. Para la misión de Latacunga, en Cotopaxi (mayo) recolectamos USD 700 vendiendo pizzas en el colegio. Se ocupan para financiar los gastos de traslado y hospedaje”. explica Cornejo, alumna de 3ro. de bachillerato.

    Los convenios de participación con Fundación Operación Sonrisa son algunas de las actividades del programa CAS (creatividad, acción y servicio). Este es un requisito que los estudiantes deben culminar para la obtención del ‘Diploma’ del Bachillerato Internacional en el Colegio. Así lo indica la coordinadora Joan Aswell.

    José Antonio Rosales ha asistido a tres misiones. Para este alumno, las experiencias son más que un requisito académico. “Nos encargamos de más de 300 niños por cada misión. Les acompañamos en la evaluación, en el pre y posoperatorio. Hay casos en los que no se pueden intervenir a los menores, por precautelar su integridad física”, explica el joven.

    Macarena Vela recuerda el trabajo extenuante que realizó en julio del 2011. Participó en una misión odontológica en Guayaquil, en donde se atendieron a 400 niños de escasos recursos económicos. “Palpar otras realidades me ayudó en mi crecimiento emocional”, comenta.

    Jaime Del Hierro, representante de la Fundación Operación Sonrisa, destaca la labor de los estudiantes del Colegio Terranova en dos aspectos. Uno, su entereza por participar en las labores propias de una sala de operaciones, como en el acompañamiento físico y psicológico a los niños a ser intervenidos. Dos, su apoyo en la traducción inglés – español para el equipo médico, que es vital para las misiones.

  • Los gurús de la india no son lo que parecen

    Jaime León / Agencia EFE

    La India moderna proyecta la imagen de una tierra de genios informáticos que como los gurús iluminan el presente binario de unos y ceros, pero la mitad de los licenciados no están cualificados para trabajar en el sector.

    Un informe de la consultora india Knowledgefaber desmitifica la bien anclada percepción, y alerta de que de los 356 000 ingenieros que se licenciaron en la India en el 2012, solo un 45% estaba capacitado para trabajar en una empresa india del sector tecnológico. Y eso, tras cursos de formación postuniversitarios, de entre seis y 12 meses impartidos y costeados por las propias firmas indias.

    Además, apenas un 4,5% del total de los licenciados, o uno de cada 20, contaba con la cualificación para trabajar en compañías internacionales como Google, Yahoo o Microsoft.

    «La mayoría de licenciados indios no son licenciados en realidad», dijo Murali Pasupathy, jefe de operaciones de la compañía india de tecnologías de la información Naethra. «El nivel educativo de un graduado indio es en ocasiones el mismo que el de un estudiante de instituto del Reino Unido», continuó el directivo.

    Pasupathy explicó que solo tres de cada 100 universitarios aspirantes a trabajar en su firma superan un examen con preguntas de matemáticas del colegio.

    La industria india de las tecnologías de la información comenzó a fines de los 80, y el llamado efecto 2000 del cambio de siglo acabó por impulsar un sector que actualmente se calcula que supone un 7,5% del PIB del país asiático y un 25% de sus exportaciones.

    Amit Goel, director de Knowledgefaber, afirmó que iniciativas como los cursos ofrecidos por las compañías aliviarán el problema a mediano plazo, pero señaló que el país asiático perderá oportunidades a causa de la poca calidad de la educación.

    Así, Filipinas superó a la India en número de empleados de centros de llamadas en 2010, de acuerdo con IBM.

    Filipinas tiene una décima parte de la población india.

    El informe, realizado con entrevistas a cientos de directivos y rectores universitarios, señala que entre 25 y 40 instituciones educativas indias preparan a sus alumnos para escribir software para multinacionales internacionales.

    Entre ellas se destaca el prestigioso Instituto de Tecnología de India (IIT), creado a partir de 1950 e impulsado posteriormente por el primer mandatario indio Jawaharlal Nehru, en detrimento de la educación primaria.

    En las primeras décadas de su independencia en 1947, la India dedicó más recursos a la educación universitaria que a la primaria en un país donde solo podía leer un 18,3% de la población, una cifra que ha aumentado hoy hasta el 74%.

    A pesar de la mejora en la alfabetización, la India ocupó los últimos puestos del informe PISA del 2011, con los dos estados indios que participaban, Himachal Pradesh y Tamil Nadu, en los puestos 72 y 73 de una lista de 74 países y regiones.

    Shanghái lideró el informe PISA, realizado por la OCDE.

    Para Pasupathy el problema de los licenciados técnicos indios se inicia en la escuela «donde todo es teoría y memoria» y sigue en las universidades con «profesores sin motivación ni preparación».

    Goel señaló además que las universidades no están orientadas al mercado laboral y que están desconectadas del mundo profesional.

    Aunque se suele señalar la mala situación de las infraestructuras como uno de los principales problemas del gigante asiático, la educación se encuentra entre sus principales retos. «Es más grave el mal estado de la enseñanza que el de las infraestructuras», señaló Pasupathy.

    Ya antes se habían publicado estudios que señalaban la mala formación de los universitarios indios. Hace dos años una encuesta de las compañías líderes en la India, como Infosys, Tata y Wipro, concluyó que el 70% de los estudiantes de carreras técnicas no contaba con la cualificación necesaria para ser contratado.