Etiqueta: formación

  • Deporte y formación, los ejes de esta iniciativa

    Redacción Quito

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    Las aulas del Colegio John Osteen son el escenario donde un grupo de jóvenes se forman, mientras alimentan sus sueños de convertirse en deportistas consagrados.

    El establecimiento, ubicado en La Armenia, al oriente de Quito, se encuentra en un sector bastante tranquilo, cerca de un bosquede eucaliptos y al frente del volcán inactivo Ilaló, poco antes del valle de Los Chillos.

    En sus aulas se escuchan clases en inglés y en castellano. Los estudiantes prestan atención a los profesores, pero también se dan tiempo para una broma que arranca sonrisas. Hoy en día el establecimiento suma alrededor de 270 estudiantes; de esa cifra, 22 chicos son jóvenes que demuestran sus habilidades con el balón en clubes profesionales de Quito, sin descuidar su preparación académica.

    Ellos estudian gracias a la iniciativa de la Fundación Deporte Estudio, que estableció un convenio con el centro educativo. Se trata de una cooperación educativa, en palabras de Cristian Reinoso, director de la fundación.

    El trabajo de esta entidad se inició el 2015 y se formalizó el 2016, cuando se constituyó legalmente la Fundación Deporte Estudio. “Implementamos un proyecto de reinserción social. Así generamos espacios para que chicos retomen los estudios, que abandonaron por distintas razones”.

    Reinoso explica que la conexión con John Osteen se dio porque es un colegio que tiene mucha apertura en temas sociales. “Aporta no solo con la fundación sino con otras actividades que causan impacto favorable en la comunidad”.

    En el primer año, Fundación Deporte Estudio apadrinaba a seis estudiantes, pero ahora ya son 22. En la actualidad son jóvenes que sueñan con ser futbolistas profesionales, pero la fundación ya piensa abrir espacio para otras disciplinas deportivas.

    La entidad beca a los estudiantes. Para esto primero se cumple con una prueba de admisión, se revisan sus conocimientos, se les nivela y se les ubica en el grado correspondiente.

    Yarol Tafur nació en Esmeraldas, tiene 17 años y es uno de los estudiantes del Colegio John Osteen, gracias al convenio con la Fundación Deporte Estudio. Él fue parte del equipo de Ecuador que obtuvo la medalla de plata en los Juegos Bolivarianos de Colombia, en el 2017. Con una mezcla de timidez y alegría cuenta que está contento de entrenar y estudiar, al mismo tiempo. Destaca el apoyo que recibe de los profesores.

    Para Verónica Guasumba, rectora del centro educativo John Osteen, el programa que ejecuta la fundación es digno de resaltar.”Los chicos llegan con muchas expectativas, sabemos que no todos llegarán a ser futbolistas, pero lo importante es que estudien y adquieran habilidades que les servirán en el futuro”.

    Guasumba dice que la institución que dirige se enfoca en ser partícipe de una generación diferente. “La formación académica incide en los deportistas y aquí trabajamos en formar a los jóvenes”, añade la rectora.

    Las Metas

    El convenio  tiene como objetivo dar herramientas a los jóvenes para que culminen su bachillerato y se desarrollen pensando en el futuro. Los responsables aseguran que al estudiar es más sencillo abrir la mente. Vinculamos educación y deporte, dice Gabriela Reinoso, profesora del centro.

    El financiamiento  del programa se cumple con agentes externos. Dos empresas privadas aportan mensualmente; una marca deportiva entrega zapatos para los chicos. Un club profesional, por su parte, colabora para cubrir los uniformes, útiles, alimentación, transporte, etc.

    La institución forma en la actualidad a cerca de 270 estudiantes. Foto: Archivo
    La institución forma en la actualidad a cerca de 270 estudiantes. Foto: Archivo
  • En el futuro solo pesará la formación

    Giovany Astudillo


    Datos de empleo de septiembre de 2018 señalan que brecha salarial entre hombres y mujeres es de USD 80. ¿Por qué hay esa diferencia?

    Es una consecuencia del rezago que décadas atrás tenían las mujeres en el mercado laboral. Las distorsiones se han ido corrigiendo porque ahora es amplia la presencia femenina, pero persiste esta brecha que debe eliminarse. La única diferencia salarial debería ser por la capacidad y resultados obtenidos.

    ¿Qué criterios pesan?
    Se piensa equivocadamente que las mujeres no son cabeza de hogar y que su ingreso se respalda en el de su cónyuge o que son menos ambiciosas. Esos argumentos carecen de validez. Además, hay organizaciones donde aún pesa un criterio cultural.

    ¿Cómo ha evolucionado en los últimos años esta brecha?
    Se ha ido cerrando. Las mujeres que ocupan una posición en el C-Suite (máximo nivel ejecutivo) tienen ingresos tan o más competitivos que sus pares hombres. Cada vez más empresas se suman al compromiso de ser inclusivas, equitativas y que brindan igualdad de oportunidades.

    ¿Qué tendencia se puede esperar en el futuro?
    El mundo laboral de los próximos años estará dominado por la robótica e inteligencia artificial. Por el auge de puestos que requieran de altas capacidades analíticas, empatía, servicio al cliente e innovación, los hombres o mujeres que mejor logren desarrollar esas habilidades, serán quienes tendrán éxito. Hay que pensar más allá de los géneros y ver los desafíos desde el talento y la meritocracia. Las empresas que quieren trascender en este entorno del futuro están conscientes que las diferencias injustificadas afectarán su reputación y les quitará mercado.

    ¿Qué hace falta para superar las barreras?

    Trabajar en la educación desde el nivel más temprano, concienciando que solo la preparación y el esfuerzo serán determinantes. Si las mujeres son educadas bajo esa mentalidad, sin duda estarán muy empoderadas y convencidas que no tienen límites. Además, se deben transmitir nuevos valores en el entorno familiar, educar a los padres especialmente de sectores empobrecidos para cambiar su mentalidad.

    ¿En qué sectores, edades, regiones o cargos existe más esta diferenciación?
    En los niveles más operativos. En los puestos donde aplican mujeres con necesidad de trabajar y que no poseen una formación académica de alto nivel. En sectores de la economía donde aún hay mucha informalidad.

    ¿Qué criterios tienen algunas empresas para manejar esta diferenciación?
    Entre otros, la vulnerabilidad de la mujer, falta de ambición, depender de ingresos del cónyuge, no creerlas suficientemente preparadas… Otro factor es el marco legal relacionado con la maternidad. Hay empresas inconformes con lo que consideran una sobreprotección de la ley y toman decisiones que afectan a las madres trabajadoras en cuanto a sus alzas salariales y posibilidades de ascenso, ya que consideran que estarán limitadas por esta situación.

    “Es necesario pensar en el mundo profesional más allá de los géneros y ver los desafíos desde el talento y la meritocracia”. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
    “Es necesario pensar en el mundo profesional más allá de los géneros y ver los desafíos desde el talento y la meritocracia”. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
  • Formación para lograr ciudades sostenibles

    Redacción Quito

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    Ikiam, la universidad amazónica, busca aportar en el desarrollo de ciudades sostenibles. Para ello abrirá en el nuevo periodo académico tres nuevas carreras vinculadas con el cuidado del medio ambiente.

    Se trata de biocomercio, agroecología y arquitectura sostenible. “Son carreras pertinentes e innovadoras, que están ligadas a los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas”, dice Ikiam.

    El PHD Amr Radwam, coordinador académico de biocomercio en la entidad, señala que con esta carrera los profesionales podrán generar ganancias de forma sostenible en todos los contextos tanto social, económico y ambiental.

    Según el Ministerio de Ambiente, el biocomercio es el conjunto de actividades de recolección, producción, procesamiento, comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad (especies y ecosistemas), bajo criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica.

    “La carrera permite ofrecer todas las herramientas profesionales a los estudiantes, fortaleciendo sus conocimientos en marketing, gestión sostenible y ecoturismo, tres ejes importantes para crear un emprendimiento productivo, rentable, sostenible y responsable con el ecosistema”, menciona Radwam, catedrático egipcio.

    Para quienes apuntan a la parte agrícola, por otro lado, está la carrera de agroecología. Esta, según Ikiam, busca soluciones viables para generar nuevas técnicas de producir con mayor rentabilidad, causando menor impacto a la tierra; busca transformar los procesos agrícolas tradicionales.

    “Vamos a crear juntos la agricultura del futuro”, manifiesta Wilfredo Franco, coordinador académico en Ikiam. El PHD explicó que los postulantes pueden ser de sectores urbanos, rurales e incluso agricultores tradicionales que deseen saber como maximizar los beneficios de la tierra de manera sostenible.

    El objetivo 11 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) son las ciudades sostenibles. El organismo explica que mejorar la seguridad y la sostenibilidad de las ciudades implica garantizar el acceso a viviendas asequibles y el mejoramiento de los asentamientos pobres. También incluye realizar inversiones en transporte público, crear áreas verdes para los ciudadanos y mejorar la planificación y gestión urbana de manera que sea participativa e inclusiva.

    Como una vía para lograr esto Ikiam creó la carrera de arquitectura sostenible. La idea es desarrollar proyectos que eviten un impacto al medio ambiente.

    Para estudiantes secundarios como Esteban Méndez formarse en esta área le parece interesante porque siempre ha tenido el sueño de construir casas con materiales que respeten el ambiente. “Me llamó mucho la atención que exista esta posibilidad. Es bueno poder formarse en carreras nuevas y que permitan que los jóvenes aportemos para mejorar el mundo donde vivimos”.

    Una vista panorámica de la Universidad Ikiam, en Napo, cuyo nombre significa selva. La ecología es  un punto clave  en su parte académica. El centro se inauguró en octubre del 2014. Fotos: cortesía Ikiam
    Una vista panorámica de la Universidad Ikiam, en Napo, cuyo nombre significa selva. La ecología es un punto clave en su parte académica. El centro se inauguró en octubre del 2014. Fotos: cortesía Ikiam
  • La confección es el eje de un programa de formación técnica

    Maria Angelina Castillo

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    La confección y el emprendimiento se combinan en un programa de responsabilidad social, que lo desarrolla Almacenes De Prati. Este proyecto, que ya se cumplió en el pasado en Quito y Guayaquil, ahora se implementa por primera vez en Manta.

    Se trata del programa Mujeres Confeccionistas Emprendedoras, que inició en octubre del 2014 en alianza con la Fundación Acción Solidaria. El eje son los talleres de formación integral, tanto en el ámbito técnico como de desarrollo humano.

    “Los resultados se orientan a brindar a las mujeres las herramientas para su desarrollo a través de la educación para contribuir a la economía de sus familias y del país”, señala la gerente senior de Marketing de Almacenes De Prati, Soledad Ponce.

    Mujeres Confeccionistas Emprendedoras se compone de dos módulos y tiene una duración de diez meses, con 750 horas de capacitación. En el primer módulo, se dictan clases sobre la operatividad de la máquina industrial y costura recta. Es una etapa en la que se enseña a elaborar productos como sábanas, almohadones, cojines, cortinas, juegos de baño, bolsos, entre otros.

    El segundo módulo incluye clases de confección de prendas de vestir como faldas, vestidos, blusas y pantalones.

    El proyecto está orientado a mujeres de entre 18 y 55 años de edad, provenientes de sectores urbanos populares. En Manta las clases se dictan en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús. No tiene ningún costo para las participantes y tampoco es necesario tener experiencia previa en operatividad de máquinas ni de confección.

    “A través del programa la mujer aprende a valorarse, a creer en sí misma y en sus habilidades para salir adelante, para cumplir sus metas”, asegura Ponce.

    La firma abrió su primera tienda en Manta en el 2017, con el objetivo de contribuir al crecimiento y reactivación económica de esta ciudad, según la gerencia. “Así reconocemos la fidelidad de nuestros clientes a quienes ya atendíamos a través de nuestra tienda en línea”, sostiene la ejecutiva.

    Hasta la fecha, 257 mujeres han formado parte de esta iniciativa que tiene como finalidad la generación de micro emprendimientos. En este año participan 124 mujeres más: 60 en Guayaquil, 34 en Quito y 30 en Manta.

    “Queremos ser una empresa generadora de cambios tangibles en las localidades donde nos encontramos, y creemos que a través de la educación podemos lograrlo”.

    Los resultados han sido positivos. De las mujeres que han participado, el 49% ha creado emprendimientos individuales, 29% se ha asociado para emprender negocios y 22% pasó a formar parte de la plantilla de proveedores.

    La empresa ofrece un programa que se compone de dos módulos y 750 horas de capacitación. Participan mujeres de sectores urbanos. Foto: Cortesía De Prati
    La empresa ofrece un programa que se compone de dos módulos y 750 horas de capacitación. Participan mujeres de sectores urbanos. Foto: Cortesía De Prati
  • Sector textil potenciará su programa de formación dual con apoyo alemán

    Carolina Enriquez

    Entre 40 propuestas concursantes, la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE) ganó uno de los tres proyectos de financiamiento del fondo de innovación que maneja la cooperación alemana en Ecuador.

    El gremio participó con un plan para fortalecer el modelo de formación dual, que busca la educación de especialistas en producción y confección textil mediante una malla curricular que combina la capacitación teórica con la práctica.

    El programa que se desarrollará consta de tres ejes.

    El primero está relacionado con equipamiento de laboratorios textiles (para pruebas físicas y mecánicas de fibras, hilados y tejidos; químico para tintorería y química general) en el Instituto Tecnológico Sucre, establecimiento aliado de AITE para la enseñanza teórica.

    El segundo está vinculado con procesos de rotación de los alumnos entre diversas empresas, para que durante la fase práctica adquieran conocimientos de toda la cadena de producción.

    El tercero se relaciona con la organización de seminarios, nacionales e internacionales, de intercambio de experiencias de formación profesional tecnológica, emprendimiento e innovación, y capacitaciones para docentes y tutores empresariales.

    La selección de los proyectos ganadores estuvo a cargo de la Cancillería y de la embajada de Alemania en el país.

    La implementación de este programa tiene un costo de USD 121 000, de los cuales el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania aportará con el 80% mientras AITE el 20% restante. Los tres ejes deberán funcionar dentro de los próximos ocho meses, contando con el apoyo técnico de GIZ Ecuador (cooperación alemana).

    En la actualidad, el sector textil cuenta con dos carreras de formación dual: tecnología en producción textil y tecnología en confección textil.

    Los esfuerzos por incorporar este tipo de educación en la industria iniciaron en 2014 en un trabajo coordinado por la Alianza para la Formación Profesional y la la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), con la asesoría de la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriano-Alemana.

    El primer grupo de estudiantes de la carrera de producción textil empezó su proceso de formación en 2016, y la nueva promoción iniciará clases en pocas semanas.

    La organización de seminarios, nacionales e internacionales, de intercambio de experiencias de formación profesional tecnológica, emprendimiento e innovación, y capacitaciones para docentes y tutores empresariales es uno de los ejes del programa. Foto: Ar
    La organización de seminarios, nacionales e internacionales, de intercambio de experiencias de formación profesional tecnológica, emprendimiento e innovación, y capacitaciones para docentes y tutores empresariales es uno de los ejes del programa. Foto: Archivo / LÍDERES
  • La formación dual incursiona en la madera

    Redacción Cuenca

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    La formación dual amplió su oferta académica en el Ecuador. Hace un mes se inició la carrera tecnológica en procesamiento industrial de la madera, en la capital azuaya.

    Son 19 estudiantes, entre hombres y mujeres, que se capacitarán durante dos años y medio. El estudio está dividido en cinco semestres. Esta carrera forma parte del proyecto Alianza para la Formación Profesional -Formados-, que impulsa el Gobierno alemán y la Asociación de Cámaras de Comercio e Industrias de Alemania.

    Además, cuenta con la cooperación de las cámaras de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca y la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera (AIMA).

    Según el director ejecutivo de ese gremio, Cristian Riofrío, la particularidad de esta carrera es que el aprendizaje tiene dos componentes. El primero son las clases teóricas y prácticas que se dictarán en los talleres del Instituto Superior Tecnológico del Azuay.

    El segundo, en cambio, se efectúa en las seis empresas que apadrinan este programa. En estas últimas, los estudiantes contarán con un tutor que guiará su aprendizaje y estará pendiente de las labores que deben cumplir.

    Para enero próximo, dijo Riofrío, se prevé el inicio de la fase práctica en las empresas cuencanas, que se dedican a la elaboración de muebles, principalmente.

    Según él, las necesidades de mano de obra calificada y especializada de las compañías del sector son múltiples, pero en esta ocasión se decidió atender el requerimiento de supervisores.
    Por ello, estos estudiantes saldrán con el título de tecnólogos para laborar como supervisores en las plantas de producción de las firmas. Riofrío prevé que próximamente otras tres empresas del Austro se sumen a esta iniciativa de carácter educativo.

    “Hay un número importante de estudiantes, al ser la primera promoción”, aseguró Riofrío. Cada año se realizarán convocatorias para cubrir la demanda de personal calificado y se tiene previsto ampliar el programa a Quito.

    Según el directivo, los estudiantes tienen la oportunidad de tener una formación teórica, técnica y práctica para conocer la actividad maderera. “En muchos casos el aprendizaje ha sido empírico y sin una estructura, ahora con este programa es diferente”.

    Para Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, el programa implica un trabajo conjunto de los sectores público, privado y la academia.

    Además, destacó la donación de la Cooperación Alemana para equipar el taller del Instituto Superior Tecnológico del Azuay para la formación de los estudiantes. Es una inversión de USD 17 000 en bancos de trabajo, herramientas manuales como taladros, limas, tableros, tornillos, entre otros.

    En Ecuador el programa de formación dual tiene otras carreras, como procesamiento de alimentos, electricidad, mecánica industrial, plásticos, textiles y software. Entre el 2013 y el 2019, el Gobierno alemán invertirá USD 2 millones en la formación dual.

    Manuela de Veintimilla y Stefano Buoncristiani junto a su vitral en el Hotel Mama Cuchara. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Manuela de Veintimilla y Stefano Buoncristiani junto a su vitral en el Hotel Mama Cuchara. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • La formación dual es un valor extra en los jóvenes

    Carolina Enriquez

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    Una oportunidad para que los jóvenes ecuatorianos se capaciten de manera teórica y práctica y puedan, más adelante, encontrar un trabajo es que lo que se busca a través de la Alianza para la Formación Profesional.

    Se trata de un proyecto financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, cuyo objetivo es apoyar la implementación de carreras técnicas y tecnológicas con formación dual en Ecuador.

    En este programa están involucradas la Cámara de Industrias y Producción (CIP), la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), la Asociación de Confeccionistas Textiles (Acontex), la Asociación Ecuatoriana de Plásticos (Aseplas), la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros, la Asociación de Industriales de la Madera, Cámara de Industrias de Guayaquil, entre otras entidades.

    Consiste en abrir oportunidades a los jóvenes en las empresas para que “aprendan haciendo”. No se trata de una contratación, sino de la generación de un espacio para que se ponga en práctica lo que se conoce en las aulas.

    Diferentes institutos técnicos permiten que los jóvenes aprendan en áreas vinculadas a desarrollo de software, tecnología en plásticos, tecnología en mecánica y operación de máquinas o tecnología en confección textil, indica la CIP. Los centros de capacitación están en Quito, Manta, Guayaquil, Cuenca, Cotacachi…

    Lisa Pesendorfer, experta a largo plazo en la Alianza para la Formación Profesional Ecuador, explica que cada vez que el estudiante accede a la empresa cumple sus objetivos de aprendizaje. La compañía no solo lo acoge sino que se convierte en formadora.

    El aprendizaje se vuelve clave para enfrentar problemas sociales y falta de trabajo. Según un informe de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe, los jóvenes de bajo nivel de educación son los que más inconvenientes enfrentan para hallar empleo.

    El aumento de la desocupación juvenil regional del 2015 aumentó en 2016 al pasar de 15,1 a 18,3% en los tres primeros trimestres. “El incremento de la tasa en ese período fue muy superior al aumento del indicador entre los adultos”, indica la Organización Mundial del Trabajo (OIT).

    Se estima que unos 20 millones de jóvenes en la región no estudian ni trabajan, debido en gran parte a la frustración y el desaliento por la falta de oportunidades en el mercado laboral, dice el texto.

    Para el Ministerio Coordinador de Conocimiento y Talento Humano la educación dual permite la profesionalización y se convierte en una alternativa para acceder a ingresos.
    En Ecuador se contaron durante el primer trimestre del año 355 414 desempleados. De ellos 127 502 eran jóvenes de entre 15 y 24 años, quienes representan el grupo de edad con más falta de trabajo.

    El proyecto de formación dual inició en diciembre de 2013 con una inversión de un millón de euros y tendría una fase de duración de tres años. Pero, en junio de 2016 el proyecto fue auditado por una comisión europea y se decidió, tras analizar los resultados, ampliarlo hasta 2019.

    Los recursos de la cooperación se han destinado a pagar consultorías, crear mallas curriculares de ciertas carreras, capacitación, entre otros temas.

    Los jóvenes pueden conocer del programa en sus mismos institutos o hallar información a través de las cámaras de producción. Desde que se creó el programa hay cada vez más estudiantes optando por los estudios duales.

    Según la CIP, al 2016 había un total de 34 008 inscritos. Entre la empresa y el estudiante se puede pactar una compensación económica, pero es algo voluntario.

    Javier Díaz, presidente de AITE, indica que en su sector se impulsó la carrera de confección y la primera promoción se graduará este año. “En total hay tres promociones estudiando y algo más de 100 estudiantes. En el caso de producción textil recién estamos en el primer trimestre de la primera promoción. Hay ocho alumnos”.

    Dentro de las empresas, explica el directivo, hay tutores que se convierten en una especie de docentes. AITE tiene la posibilidad de formar tutores, darles conocimientos pedagógicos y generar la experticia para que enseñen.

    Para el futuro las cámaras, aunque no tengan el apoyo económico del Gobierno alemán, esperan desarrollar su trabajo de manera autónoma. y Aspiran trabajar con las instituciones estatales de educación superior e industrias.

    Los jóvenes participan en procesos de producción de las empresas. Foto: cortesía AITE
    Los jóvenes participan en procesos de producción de las empresas. Foto: cortesía AITE
  • La historia, eje de sus lecturas y de su formación

    Alexander García

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    La historia ha sido uno de los grandes intereses de Andrés Briones, incluso desde épocas escolares al punto que fue profesor de historia del Ecuador en el colegio guayaquileño Alemán Humboldt. Y la historia lo llevó a la ciencia ficción, a descubrir un autor emblemático del género como el escritor estadounidense Isaac Asimov, quien escribió sobre civilizaciones futuristas y sobre los dilemas de la convivencia entre humanos y robots.

    El guayaquileño, máster en comercio exterior y presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), lee la ciencia ficción casi como un reverso de la historia. De hecho, empezó leyendo al propio Asimov en su serie Historia Universal, con obras como ‘Constantinopla’ y la ‘República Romana’.

    Entre sus libros preferidos de Asimov están toda la serie de La Fundación, una especie de historia del futuro, que según Briones toma y resignifica componentes y personajes del pasado de la humanidad. Pero también lee ensayos de divulgación científica y le interesa la propia historia del Universo, en libros de autores como Stephen Hawking o Carl Sagan, en su momento.

    “La historia es transversal en mis intereses como lector. Y de ahí se derivan lecturas sobre la democracia, el tema de la política o la mitología. La cultura se asume desde varios aspectos, desde las costumbres, desde los hechos, desde la filosofía, desde lo mítico, desde la prospección hacia futuros posibles…”, indica el presidente fundador del gremio que agrupa y ofrece asesoría a jóvenes empresarios del país.

    En ciencias políticas vuelve a autores como Giovanni Sartori y Norberto Bobbio, teóricos sobre la democracia y los sistemas de gobierno que aportan a su cátedra como profesor de comercio exterior y negocios internacionales de la Universidad Casa Grande y del Instituto de Desarrollo Empresarial (IDE), en la que suele repasar la historia de los sistemas económicos. Aunque en materia de comercio exterior su principal inspiración es el profesor guatemalteco Manuel Ayau, académico y político liberal que pondera “la capacidad de producción y de progreso del individuo apoyado en el mercado”, con una intervención mínima del Estado.

    Con la creación de la AJE en 2014, junto a seis jóvenes empresarios buscaron crear una asociación que atienda las necesidades puntuales del emprendedor joven, con servicios diferenciados, creación de redes de negocios a partir de la complementariedad, la posibilidad de acceder a crédito y la capacitación.

    Las novelas clásicas de fantasía heroica de J. R. R. Tolkien también se encuentran entre sus lecturas, aunque antes de ‘El hobbit’ y ‘El Señor de los Anillos’ , descubrió ‘El Silmarillión’ que narra el nacimiento de las razas más importantes de la Tierra Media sobre las que el escritor británico luego erigiría su saga de fantasía y de aventuras. “La lectura ha sido fundamental en mi formación, me ha dado capacidad crítica y de análisis; además de un estilo y una semántica para redactar”, agrega el consultor en exportaciones.

    Andrés Briones es consultor y docente de la Universidad Casa Grande. Foto: Jofre Flores / LÍDERES
    Andrés Briones es consultor y docente de la Universidad Casa Grande. Foto: Jofre Flores / LÍDERES
  • La formación de nuevos chefs es su tarea permanente

    José Luis Rosales

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    Con la ayuda de un cuchillo, Freddy Chachapoya le da una forma de flor a una fresa.
    A este chef, aficionado al diseño gráfico, le agrada esta técnica culinaria de plasmar figuras en alimentos como frutas y verduras.

    Lleva la mitad de sus 42 años dedicado a la gastronomía. Aún recuerda su infancia cuando visitaba en Otavalo a su abuela materna.

    Le cautivaba las llamas anaranjadas del fogón de leña en que se cocían tortillas de harina de maíz, sobre un tiesto de cerámica.

    Este quiteño, radicado hace nueve años en Ibarra, es el director de Fondue’s Escuela de Chefs.

    El nombre lo adoptó del plato internacional por ser uno de los más conocidos. Incluso, en una de las paredes de su oficina se ven cuatro coquelones en los que funden quesos y chocolates.
    Fondue’s Escuela de Chefs es un centro de capacitación ocupacional particular, que fue abierto tras un estudio de mercado. “Nos dimos cuenta de que en Imbabura había una diversa actividad gastronómica. Pero la mano de obra no era calificada”.

    El olfato de Chachapoya le permitió entender que Imbabura, gracias a sus atractivos turísticos naturales y culturales, se consolida como una potencia gastronómica y hotelera.

    Por eso, desde el inicio la oferta académica de Fondue’s se centró en tres especialidades: cocina internacional, panadería-pastelería y administración de bares y restaurantes. Los cursos tienen una duración de un año calendario.

    Este profesional, que trabajó 12 años en el hotel Hilton Colón, en Quito, explica con paciencia a sus discípulos los secretos de la cocina. Cada año, en el centro se forman entre 200 y 300 personas. Por el sistema de estudios hay una rotación constante de alumnos.

    Los estudiantes no solo son de Ibarra. También viajan diariamente desde cantones vecinos como Antonio Ante, Cotacachi y Otavalo, en Imbabura.

    Incluso, vienen desde Guayllabamba, en Pichincha, Carchi y el sur de Colombia.
    Irma Anangonó está por concluir sus estudios. Ella decidió estudiar en esta institución para mejorar el servicio que presta en su restaurante, en el que trabaja desde hace aproximadamente ocho años.

    El martes último, rendía un examen ante la chef Maggi Chávez, profesora de catering y eventos.

    En cuestión de minutos, Anangonó sorprendió con unos bocaditos fríos elaborados a base de camarón salteado.

    Según Chávez, un detalle que deben aprender los estudiantes es calcular los costos de los productos elaborados.

    Como parte de la formación, Fondue’s Escuela de Chefs ha enfrentado retos como elaborar fritada para 3 000 personas o 5 000 platos fuertes para niños, recuerda Freddy Chachapoya.
    “El último fue un pedido de la exreina de Ibarra, Andrea Scacco, para agasajar a pequeños de barrios populares, con motivo de la celebración de Navidad.

    Los estudiantes, que lucen uniformes blancos y negros, reciben las clases de lunes a viernes. También hay talleres intensivos los sábados, en la mañana y la tarde.

    Las instalaciones están dotadas de seis talleres. Son laboratorios equipados con cocinas, hornos, mesones, lavabos… en donde transforman los alimentos aplicando normas de higiene.
    La próxima meta de la institución es crear un centro de catering y eventos a escala provincial. La idea es abrir un espacio en donde los estudiantes puedan practicar.

    El chef quiteño Freddy Chachapoya se radicó en Ibarra hace nueve años e instaló una de las primeras escuelas de cocina. Ahora planea abrir un centro de catering y eventos en Imbabura. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    El chef quiteño Freddy Chachapoya se radicó en Ibarra hace nueve años e instaló una de las primeras escuelas de cocina. Ahora planea abrir un centro de catering y eventos en Imbabura. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • La formación de nuevos chefs es su tarea permanente

    José Luis Rosales

    Con la ayuda de un cuchillo, Freddy Chachapoya le da una forma de flor a una fresa.
    A este chef, aficionado al diseño gráfico, le agrada esta técnica culinaria de plasmar figuras en alimentos como frutas y verduras.

    Lleva la mitad de sus 42 años dedicado a la gastronomía. Aún recuerda su infancia cuando visitaba en Otavalo a su abuela materna.

    Le cautivaba las llamas anaranjadas del fogón de leña en que se cocían tortillas de harina de maíz, sobre un tiesto de cerámica.

    Este quiteño, radicado hace nueve años en Ibarra, es el director de Fondue’s Escuela de Chefs.

    El nombre lo adoptó del plato internacional por ser uno de los más conocidos. Incluso, en una de las paredes de su oficina se ven cuatro coquelones en los que funden quesos y chocolates.
    Fondue’s Escuela de Chefs es un centro de capacitación ocupacional particular, que fue abierto tras un estudio de mercado. “Nos dimos cuenta de que en Imbabura había una diversa actividad gastronómica. Pero la mano de obra no era calificada”.

    El olfato de Chachapoya le permitió entender que Imbabura, gracias a sus atractivos turísticos naturales y culturales, se consolida como una potencia gastronómica y hotelera.

    Por eso, desde el inicio la oferta académica de Fondue’s se centró en tres especialidades: cocina internacional, panadería-pastelería y administración de bares y restaurantes. Los cursos tienen una duración de un año calendario.

    Este profesional, que trabajó 12 años en el hotel Hilton Colón, en Quito, explica con paciencia a sus discípulos los secretos de la cocina. Cada año, en el centro se forman entre 200 y 300 personas. Por el sistema de estudios hay una rotación constante de alumnos.

    Los estudiantes no solo son de Ibarra. También viajan diariamente desde cantones vecinos como Antonio Ante, Cotacachi y Otavalo, en Imbabura.

    Incluso, vienen desde Guayllabamba, en Pichincha, Carchi y el sur de Colombia.
    Irma Anangonó está por concluir sus estudios. Ella decidió estudiar en esta institución para mejorar el servicio que presta en su restaurante, en el que trabaja desde hace aproximadamente ocho años.

    El martes último, rendía un examen ante la chef Maggi Chávez, profesora de catering y eventos.

    En cuestión de minutos, Anangonó sorprendió con unos bocaditos fríos elaborados a base de camarón salteado.

    Según Chávez, un detalle que deben aprender los estudiantes es calcular los costos de los productos elaborados.

    Como parte de la formación, Fondue’s Escuela de Chefs ha enfrentado retos como elaborar fritada para 3 000 personas o 5 000 platos fuertes para niños, recuerda Freddy Chachapoya.
    “El último fue un pedido de la exreina de Ibarra, Andrea Scacco, para agasajar a pequeños de barrios populares, con motivo de la celebración de Navidad.

    Los estudiantes, que lucen uniformes blancos y negros, reciben las clases de lunes a viernes. También hay talleres intensivos los sábados, en la mañana y la tarde.

    Las instalaciones están dotadas de seis talleres. Son laboratorios equipados con cocinas, hornos, mesones, lavabos… en donde transforman los alimentos aplicando normas de higiene.
    La próxima meta de la institución es crear un centro de catering y eventos a escala provincial. La idea es abrir un espacio en donde los estudiantes puedan practicar.