Una magnífica vista de Guápulo entra por la ventana de la sala de su hogar. Desde aquí, Tamara Espinosa Córdoba, Marketing Lead de DirecTV Ecuador, comenta cómo a lo largo del tiempo ha conjugado su vida académica, profesional y personal.
Tiene un hijo de 23 años y por ese motivo ha distribuido su tiempo para cuidarlo y dirigirlo en sus estudios, sin dejar de lado su preparación profesional y su carrera.
El primer título que obtuvo fue una licenciatura en Publicidad y luego estudió una ingeniería en Marketing. También llevó a cabo una serie de estudios de posgrado en universidades internacionales que los realizó a distancia y también de manera presencial.
Acertadamente, mientras se especializaba con sus maestrías en Marketing y Administración, conjugó el estudio con su trabajo al ocupar cargos ejecutivos en prestigiosas firmas multinacionales y del país. Así, desempeñaba sus funciones en relación con los conocimientos que adquiría.
Las mujeres y el marketing “Pienso que en este momento las mujeres se encuentran muy inmersas en el mundo del marketing digital. Durante mis 15 años de experiencia en empresas dentro del marketing, he podido establecer que en este espacio las mujeres antes ocupaban cargos como ejecutivas que manejaban cuentas y ahora existen muchas directoras. He trabajado junto a directoras de producción, de arte, creativas, entre otras.
Las mujeres son igual de capaces que los hombres para desempeñar estos cargos. En años pasados, eran los hombres quienes estaban a cargo de temas deportivos, por ejemplo.
Sin embargo, ahora son directoras de producción que tienen ideas innovadoras que hacen comerciales sobre deportes.
Otras directoras de marketing están a cargo de marcas de licor, en las que anteriormente igual se enfocaban solamente hombres. Veo mucho futuro en las mujeres profesionales al momento de ocupar cargos directivos”.
Proyectos de liderazgo “Soy parte del Women Latam, un programa de DirecTV cuyo objetivo principal es impulsar el desarrollo profesional de la mujer. Además, pertenezco al Women Leadership Program. Se trata de un espacio de encuentro, inspiración y diversidad.
Mi objetivo es incorporar la responsabilidad social como un valor sustentable de la marca, promoviendo la diversidad e igualdad de género en los equipos de trabajo y en los aliados comerciales”.
Diversidad e igualdad “Me parece que es fundamental no basarnos ni en el feminismo ni tampoco en el machismo en el momento de establecer equipos de trabajo. Lo importante es respetar los derechos de cada persona, sus ideas y opiniones.
Es necesario que las mujeres estén preparadas y formadas académicamente. Me enfoco en la igualdad de género, pero también de las edades. Tomar en cuenta las ideas de los jóvenes y adultos mayores es fundamental.
El éxito en una empresa se da al potenciar las capacidades y creatividad de cada uno de sus colaboradores. A raíz del impacto de la pandemia, logré analizar que nuestros padres pueden crear e innovar a partir de una necesidad.
En cambio, nosotros nos acostumbramos al confinamiento y luego tomamos alternativas como compras y pagos en línea. Para ellos, tomar decisiones se dio a partir de una necesidad. Un adulto mayor es mucho más flexible para adaptarse a una circunstancia, a diferencia de un millenial o un centennial que pertenecen a una generación tecnológica. Es decir, las personas vulnerables son importantes al momento de generar ideas, de acuerdo a sus necesidades”.
Yoga y ayurveda “En cuanto a mi vida privada, me encuentro soltera y estoy enfocada desde hace seis años en la práctica de yoga. Me involucré tanto en esta disciplina física y mental que estos momentos estoy por concluir un profesorado en ashtanga yoga. Se trata de una práctica que fomenta el control emocional de alma, mente y cuerpo. También me encuentro en un taller de ayurveda.
Es el nombre con el que se determina las propiedades de los alimentos como una medicina para el cuerpo.
En cuanto a la música, me inclino por el indie rock, tengo un primo que toca en una banda de este género y suelo ir a sus conciertos.
Me gusta viajar a las diferentes regiones del Ecuador. De hecho, antes de visitar nuevos lugares, como playas, por ejemplo, suelo buscar sitios en los que bandas de rock van a ofrecer conciertos, es una experiencia increíble”.
Su visión Igualdad Piensa que los equipos de trabajo deben estar conformados por las ideas y opiniones de mujeres, hombres, jóvenes y adultos mayores. Es decir, debe existir diversidad.
Su perfil Educación. Estudió Publicidad y Comunicación Comercial en la UTE e Ingeniería de Marketing en la U. San Francisco. Tiene un máster en Marketing de la Université of Managment en Suiza. Obtuvo otro máster en Business Administration en la Universidad Francisco Vitoria de Madrid. Cargos. Fue líder de Marketing Segmentos en Diners Club. Se desempeñó como subgerente de Marketing de Lealted-CRM en Grupo Fybeca. Fue directora de Cuentas Comerciales en Pulso Ecuador.
Tamara Espinosa es también parte del Women Leadership Program, un espacio de diversidad de género. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
Ana Frontela, gerenta de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) en Ecuador, es oriunda de la provincia de Zamora, en España, y “latina de corazón”. Así se considera después de varios años viviendo en el país y más de una década desde que empezó a vincularse profesionalmente con la región.
Es periodista, egresada de la Universidad del País Vasco, en Bilbao. Tras varios años ejerciendo en diarios de España, dio el saltó hacia la comunicación política. Tiene un Maestría en Asesoría de Imagen y Consultoría Política, y otra en Neuromarketing. Además, se especializó en campañas electorales en MASConsulting.
Su primera experiencia en este campo fue asesorando al candidato y posteriormente alcalde del Ayuntamiento de León (España), Francisco Fernández. En el 2008 fue asesora de comunicación en las elecciones locales y regionales en Venezuela. Así comenzó su vínculo con Latinoamérica.
Vino a Ecuador en el 2014 para abrir mercado a la agencia TúaTú Social Media y se terminó quedando. En el 2015 trabajó para la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación. Gracias a esa experiencia, le propusieron liderar la apertura de la UNIR, de formación online, en Ecuador. En el 2016 asumió las riendas del proyecto.
En Ecuador “Este país me ha ayudado a crecer en lo profesional, pero sobre todo en lo personal. Desde el punto de vista sociológico, la adaptación es compleja: sientes una ruptura familiar, cultural. El desarraigo es fuerte, porque ya no te sientes de ningún sitio. Aprendes que la familia es la que te toca, pero también la que vas sumando a lo largo de los años. En lo profesional, ha sido positivo liderar un proyecto como UNIR, ya tenemos 8 000 estudiantes en todas las provincias. Es una iniciativa que está ayudando a romper barreras sociales. La educación transformará a América Latina”.
La comunicación política “En cuanto a consultoría política, América Latina está más desarrollada que España. Hay mujeres exitosas trabajando en consultoría y en cargos de gestión, pero es un ámbito que sigue estando liderado por hombres. Como mujer que he asesorado a hombres en la política, puedo decir que al principio es complejo, tienes que ganarte tu espacio. No creo que sea por un tema de género, tiene que ver más con egos personales, especialmente cuando se lleva mucho tiempo en el poder. Lo importante es profesionalizar la comunicación”.
Liderazgo y academia “Todavía es tibio. Hay muy pocas rectoras en el país. Pero hay mujeres muy activas en todos los ámbitos de responsabilidad, hay vicerrectoras con mucho peso. Las mujeres en América Latina han tenido que conquistar muchos espacios. Lo han hecho en el ámbito laboral, pero a la par con mucho peso en la familia y el cuidado de los hijos. De esa forma es difícil poder llegar a un punto de igualdad de oportunidades”.
Cambio educativo “El covid-19 está cambiando la dinámica y la forma de entender el mundo. El latinoamericano vive en permanente crisis, eso te da una capacidad especial de adaptación que no tenemos los europeos. Eso es positivo. El covid ha demostrado que la educación tiene que transformarse. Tenemos que internacionalizar mucho más el proceso educativo. Todos conectados”.
Equidad en el país “Hay brecha de género y hay que trabajar en la educación, en la igualdad de oportunidades. Todos tenemos capacidades diferenciadas, pero complementarias. El tema económico también lo vuelve un país muy desigual, no tiene las mismas oportunidades el que viene de un colegio fiscal que el que viene de un colegio privado. Esas diferencias generan desigualdades, la de género es una. Pero también hay desigualdad cultural, respecto de la población indígena, por ejemplo. Es algo que hay que trabajar. Es un tema de oportunidades”.
Balance Dedico mucho tiempo a las relaciones de ocio y amistad. Me gusta patinar y me encanta viajar. Al principio acá mi círculo de amigos era de españoles y europeos. Muchos de mis mejores amigos son de ese inicio. Luego, cuando consigues perdonarte a ti misma y te reconcilias con el país y contigo, te das cuenta que tienes que abrirte. Gracias al trabajo he conocido gente fantástica con la que he viajado por el país. He aprendido a valorar y a escuchar».
Su visión Ana Frontela, gerenta de la UNIR en Ecuador, considera que hay que trabajar en la educación para alcanzar igualdad de oportunidades desde diferentes ámbitos como el género.
cv Es Licenciada en Ciencias de la Información, por la Universidad del País Vasco (España). Maestría en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política por la Universidad Pontificia de Salamanca. Maestría en en Neuromarketing por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Asesora en las elecciones regionales de Venezuela en 2008. Gerenta de la Universidad Internacional de La Rioja, en Ecuador.
Ana Frontela se especializó en Comunicación Política. Desde el 2016 lidera la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) en Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
La oficina del Vicerrectorado de Investigación, Innovación y Vinculación de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) tiene hace un año un toque femenino.
Plantas, tapetes de colores tejidos a mano, flores y más adornos son parte de la decoración que Alexandra Alvarado, titular de esta dependencia, ha puesto en este espacio, que durante 150 años fue ocupado por hombres. La Escuela Politécnica “Estoy como 30 años en esta institución. Cuando ingresé como estudiante para mí fue impactante, porque venía de un colegio femenino a un mundo completamente masculino. Al empezar mi carrera, en la Facultad de Geología, éramos seis personas, yo era la única mujer. Pero como estuve antes en el preuniversitario ya conocía a algunos compañeros.
En el grupo siempre hubo mucho respeto, consideración, trabajábamos bastante bien y en las mismas condiciones. A veces, cuando se trataba de actividades que demandaban el uso de la fuerza física, yo no avanzaba a romper ciertas rocas y ellos me ayudaban, pero de ahí el trabajo de campo, caminar, lo hacía igual que ellos para no retrasar las tareas, y además sabía que este era el ritmo que tendría mi carrera profesional”. Trayectoria “Mientras era estudiante ingresé al Instituto Geofísico (IG) para hacer prácticas. Aprendí a manejar los equipos e interpretar la información. Luego un colega salió para hacer su doctorado y quedó su puesto libre. Esa vacante la ocupé yo, empecé como auxiliar y seguí con mi trabajo.
Sinceramente, no pensé que me iba a quedar en el IG tanto tiempo, pero con el pasar de los años me agradó cada vez más lo que hacía, me especialicé y llegué a ser la directora del Instituto Geofísico. Fui la primera mujer en ocupar ese cargo. También fui parte del equipo de evaluación de la actividad de los volcanes Guagua Pichincha, Tungurahua, Cotopaxi. Integré el equipo de crisis por el terremoto de Pedernales, en Manabí. Y he realizado varios proyectos de investigación”. Mujer y ciencia
“En realidad no me había percatado ni había puesto énfasis en esta diferencia por mi género. A lo largo de mi trayectoria no he percibido una barrera o algo que impida que una mujer logre hacer las cosas en esta carrera. En el IG el trabajo fluyó en función de lo que nosotros como mujeres podemos aportar. No he sentido discriminación. Las colegas que han entrado igual se han desempeñado bajo esta misma lógica. Conocemos que nuestro trabajo demanda de actividades en espacios abiertos, de caminar bastante, de ir por el lodo, de cargar equipos.
Creo que en esto influye en parte la personalidad y la responsabilidad, porque nuestra misión era que el IG sobresalga y se cumpla con los objetivos planteados.
Para organizar los equipos se tomaba en cuenta las potencialidades de cada persona. Nunca he tenido esa fijación si es un hombre o una mujer. Sé que cada persona tiene su fortaleza, las mujeres, por ejemplo, tenemos la capacidad para asumir varias tareas a la vez”.
La familia
“En el Geofísico estamos expuestos a las emergencias y a partir de 1999, que comenzaron todos los procesos eruptivos, el horario de trabajo demandaba de una presencia mayor. Se organizó una estructura para contar con un equipo que esté pendiente de las emergencias, mientras otro tenía su tiempo libre.
Aunque en estas situaciones es difícil descansar tranquilamente, porque recibes llamadas a altas horas de la noche y en la madrugaba. Ese tiempo lamentablemente se resta de la familia, pero he tratado de estar el mayor tiempo posible junto a mi esposo Francisco y mis hijas María Cristina y Analía.
Cuando por mi profesión debo ausentarme, mi esposo o mi mamá Ana me apoyan”.
Pasatiempos “Me gusta compartir mi tiempo libre con mi familia, me encanta preparar postres. Sé algo de costura y tejido, porque en una época que no tuvimos clases por una huelga me inscribí en un curso, no quería estar sin hacer nada.
Cuando era estudiante me confeccionaba blusas, pantalones. A mis hijas, cuando eran pequeñas, les hice algunos vestidos.
Tengo también afición por la jardinería. Me atrae cuidar las plantas. En mi casa tengo un pequeño huerto, he cosechado ya brócoli, tomates, y otros. Ahora, como tengo esta responsabilidad en el vicerrectorado, busqué a una persona para que me ayude con esta tarea. Él se encarga de cuidar las plantas, de remover la tierra, de abonar. No es una tarea sencilla”.
Hoja de vida Su formación. Es ingeniera en Geología. Estudió en la Escuela Politécnica Nacional. Tiene un doctorado en Ciencias de la Tierra en la Universidad de Grenoble Alpes, en Francia. Ahí se especializó en Tectónica Activa.
Sus actividades. Es profesora titular de la EPN, imparte materias en la carrera de Geología. Comparte su tiempo libre con su esposo y dos hijas. Le gusta cocinar, tejer y cuidar de sus plantas.
Su visión. El género de una persona en el ámbito profesional le resulta poco transcendente. Ella considera que lo que importa en este ámbito son las potencialidades que tiene cada persona.
Alexandra Alvarado, vicerrectora de Investigación, Innovación y Vinculación de la EPN cuenta su ascenso profesional. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
Entre los géneros predilectos de Gilda Alcívar García están la no-ficción, libros de investigaciones periodísticas sobre la realidad social y política ecuatoriana, además de biografías sobre personalidades nacionales.
Las preferencias como lectora de Alcívar tienen que ver también con que la nueva rectora de la Universidad Ecotec de Guayaquil es una licenciada en Comunicación con una maestría en Gerencia. Entre los libros que tiene en su oficina se encuentran ‘Osvaldo Hurtado visto por sus contemporáneos’, un libro de entrevistas sobre la vida del expresidente ecuatoriano del académico estadounidense Nick Mills; y ‘Memorias’, de Alfonso Espinosa de los Monteros.
“Las memorias de don Alfonso van más allá de la biografía convencional, porque entraña también un relato de la historia reciente del país desde su posición de periodista”, dice Alcívar, quien por cinco años se desempeñó como vicerrectora Académica de la Ecotec y ocupa el cargo de rectora de la universidad desde hace dos semanas. “En los últimos años mis lecturas están muy aterrizadas a la realidad nacional, porque creo que el estudiar lo que sucedió antes puede ayudarnos a entender lo que está pasando ahora”.
También le interesan por razones similares las investigaciones periodísticas que se “desligan de la inmediatez del día a día”, son capaces de profundizar y arrojar luz sobre hechos y personajes que son noticia. Entre esos libros menciona por ejemplo a ‘Rehenes’, de Arturo Torres y María Belén Arroyo, alrededor del secuestro y asesinato de los periodistas de Diario EL COMERCIO.
“Valoro mucho el trabajo periodístico, en el caso de ‘Rehenes’ ahonda en una realidad geopolítica y social alrededor del negocio de la droga, del narcotráfico en el país, que de una u otra forma fueron el caldo de cultivo para llegar a ese caso lamentable”, explica.
En literatura le interesan las historias que trazan arcos sobre la psicología de los personajes y, sobre todo, novelas que parten o recrean una realidad histórica.
Fue una novela la lectura que le abrió “ojos y mente”, la animó a seguir descubriendo nueva literatura, uno de esos libros que de “una forma u otra te cambian de mundo”. Se trata de ‘El Perfume’ (1985) del escritor alemán Patrick Süskind, sobre ‘el evanescente reino de los olores’ y un asesino superdotado en una historia que recrea la Francia del siglo XVIII.
“Me impresionó mucho por la habilidad del autor para describir y poner en palabras cuestiones que normalmente uno no verbaliza tanto, como los matices de los aromas, por introducirte en la mente de un psicópata y hacerte vivir otra época, me parece una de las sensaciones más reveladoras”, indica la rectora de Ecotec.
La literatura con una “cierta base real” o de época la ha traído desde su adolescencia, o al menos libros de ficción con un planteamiento “contrafactual, es decir sobre hechos que podrían haber ocurrido”. En ese ámbito destaca también ‘El hombre que amaba a los perros’, la novela del escritor cubano Leonardo Padura, en los límites entre la novela histórica, policial y psicológica.
Mi libro de cabecera
‘El Perfume’. La novela de Patrick Süskind, un best-seller traducido a más de cuarenta idiomas, historia de un asesino con un supersentido del olfato, fue un libro con el que Alcívar descubrió el placer de leer. “He vuelto luego a sus páginas y siempre encuentro algo nuevo”, dice.
La rectora de Ecotec se interesa por libros de investigación periodística y por biografías nacionales. Foto: Enrique Pensantes / LÍDERES
Hace unos 25 años hablar de equidad de género en las empresas y en la sociedad en general no era tan común como lo es ahora. Pero en 1995, la ecuatoriana-holandesaDiana van Maasdijk ya tenía claro que el tema sería fundamental en el mundo corporativo, así como en el día a día de las personas en distintos ámbitos.
De padre holandés y madre ecuatoriana, esta mujer nacida en Quito, en 1971, ha vivido en Ecuador, Estados Unidos, Senegal, Perú, Holanda… Ese bagaje cultural, en el que se incluyen estudios universitarios en Nueva York y Washington, es la base de esta mujer, que lleva más de dos décadas enfocada en temas de alto impacto social, como la igualdad de género, el feminismo, el desarrollo y la lucha contra la pobreza.
Van Maasdijk es la cofundadora y CEO de Equileap, una organización que mide el equilibrio de género en empresas a escala global El tema de la equidad se grabó en ella desde la infancia, cuando su papá la llevaba a ella y a sus dos hermanos menores de cacería, a acampar en el Cotopaxi o a cualquier actividad fuera de casa. “No había ninguna diferencia por ser mujer”, cuenta en un salón de la casa de su madre, la escritora Edna Iturralde.
Ese equilibrio, sin embargo, no era igual en la escuela o el colegio, en donde sí notaba una marcada diferencia en el trato y las actividades cotidianas. “Pero gracias a los valores que tuve en el hogar supe que las mujeres podíamos lograr las metas que nos planteáramos”.
Casada con un ciudadano francés al que conoció en Estados Unidos, durante los estudios universitarios, Van Maasdijk recuerda que cuando cursó su master en desarrollo internacional ya sentía la necesidad de discutir sobre la igualdad de género.
En 1995 esta mujer tuvo un desafío. Su pareja, que luego se convirtió en su esposo, consiguió un trabajo en Senegal. En el país africano estuvo un año, tiempo al que califica como muy duro pero al mismo tiempo una experiencia muy enriquecedora. “Se notaba mucho el colonialismo francés y se sentía la división racial, religiosa y de nacionalidad, era difícil entrar, ser parte de la cultura”.
Empezó a buscar trabajo y luego de golpear varias puertas se conectó, gracias a su pasaporte holandés, con una organización no gubernamental que trabajaba en temas como la mortalidad materna. “Fue mi debut en lo que era desarrollo económico en un país como Senegal”. Esa experiencia fue un punto de inflexión para la carrera profesional de esta madre de tres varones que practica yoga con frecuencia para despejar la mente y recuperar energías.
Van Maasdijk y su esposo terminaron sus trabajos en Senegal y se radicaron en Ámsterdam, en agosto de 1997. Allí esta ecuatoriana-holandesa se vinculó con World Population Foundation, una organización que trabajaba en temas como derechos sexuales y reproductivos, planificación familiar, entre otros temas. Su camino con las mujeres en situaciones vulnerables continuaba.
Jo Andrews es la otra cofundadora de Equileap y describe a Van Maasdijk como una mujer extraordinaria. “Diana tiene el inusual talento de combinar un tremendo espíritu emprendedor con un profundo deseo de mejorar la calidad e vida de las mujeres. Además su enfoque es tratar de impactar en millones de mujeres a la vez. Lo está logrando con determinación y coraje”.
Andrews recuerda que cuando fundaron Equileap las dos tuvieron que aprender sobre el mundo de las inversiones y las finanzas. “Diana demostró su capacidad e inteligencia y en cuestión de unos meses fuimos capaces de convencer a inversionistas para que con fíen en lo que hace Equileap”.
Ximena Ferro conoce a Van Maasdijk desde la infancia y asegura que Diana tiene un corazón de oro y busca justicia en todo lo que hace. “Quiere que las mujeres tengan las mismas oportunidades laborales que los hombres”.
Según Ferro, gracias al trabajo que realiza su amiga, multinacionales de todo el mundo han entendido la importancia de involucrar a las mujeres en cargos gerenciales. “En los próximos años veo a mi amiga dando un giro importante a escala mundial”.
Van Maasdijk mira hacia atrás y siente que existen avances en el tema de la equidad de género, pero también reconoce que aún hay mucha tarea por delante. Cuenta que al ver los informes mundiales de brechas se encuentran disparidades. Como ejemplo indica que en Holanda la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 17%.
“Me temo que no hay aún un verdadero cambio cultural y socioeconómico, aunque sí hay cambio de actitudes. La equidad no es solo buena para la sociedad, sino para la economía y el mundo”.
Trabajo a favor del balance de género
Como parte de su crecimiento profesional Diana Van Maasdijk se vinculó con el mundo de la banca. Fue directora de Filantropía en ABN Amro, en Holanda.
Allí conoció y entendió cómo se utilizan las donaciones de los filántropos. Supo, por ejemplo, que estos benefactores dejaban en manos de los bancos parte de su dinero y que los intereses de esas inversiones se donaban. “Descubrí que había filántropos que no sabían que sus donaciones iban a temas sociales, mientras que sus inversiones iban al mismo tiempo a compañías que causaban el daño que ellos querían combatir”. Resultaba paradójico.
Esa realidad motivó a esta ecuatoriana-holandesa a pensar en un modelo de inversiones de impacto social. Así fue que dejó su trabajo en el banco y fundó Equileap, en el 2016. Esta organización asentada en Ámsterdam recopila datos e información sobre la igualdad de género en el sector corporativo. Equileap procesa esa información, elabora índices y reportes sobre balance de género. Toda esa información se vende a empresas e inversionistas privados e institucionales.
“Con el equipo creamos el modelo para calificar a las compañías midiendo temas como balance de género, brecha salarial, licencias de maternidad o paternidad. La idea es encontrar empresas que tengan un balance”.
En el reporte de equidad de género del 2018 elaborado por la organización que dirige Diana Van Maasdijk se encuentran alrededor de 3 000 compañías que tienen una capitalización de mercado superior a dos billones de dólares y que están ubicadas en 23 países desarrollados.
Las tres compañías líderes del listado del año pasado fueron General Motors (EE.UU.), L’Oreal (Francia) y Kering (Francia).
A la izquierda Diana Van Maasdijk junto a Jo Andrews, cofundadora de Equileap. En las otras fotos aparece trabajando para la organización MamaCash en el Ulambataar, Mongolia. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
Mariela Gómez nació en Cuenca, pero su vida ha transcurrido en Riobamba, con excepción de los años de sus estudios universitarios, que los vivió en Guayaquil.
Sus 12 años de escuela y colegio los cursó en el Santa Mariana de Jesús, de Riobamba, un centro educativo religioso, conservador y, para entonces, femenino.
Fue en el Puerto Principal, como estudiante de Economía en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, donde comenzó a aprender sobre la manera de ser e inquietudes de los hombres. “Fue difícil, pero también una valiosa oportunidad para forjar mi carácter y determinación”.
Durante los primeros años, Gómez estudió paralelamente Tecnología en Computación. Una vez graduada de tecnóloga, comenzó a trabajar en una empresa financiera, al tiempo que continuaba estudiando Economía.
Al retornar a Riobamba, ingresó a trabajar en el banco La Previsora. Tras la crisis financiera y el cierre de la firma, logró entrar a trabajar a El Molino Electro Moderna, actualmente Moderna Alimentos, donde acumula una larga trayectoria, desempeñándose hoy día como Directora de Responsabilidad Social y Gerenta de la Planta Cajabamba.
Sin barreras “En el 2010, asumí como Gerenta de la planta de Cajabamba. Fue un hito profesional en mi vida. Estaba a cargo de la administración y operación de la planta. En su mayoría era un equipo de hombres. Somos 56 personas en la planta y desde entonces no ha variado mucho.
Pero antes éramos ocho mujeres y hoy somos 21. Esto gracias a una apertura natural y a una determinación y apoyo directo desde la alta dirección al desarrollo de la mujer. Ahora tenemos mujeres en posiciones que tradicionalmente han sido cubiertas por hombres, en logística, calidad, seguridad industrial.
Como jefa de planta no sentí barreras por ser mujer, siempre hubo un respeto. En ciertos casos, fue más bien la diferencia de edad con algunos compañeros con lo que tuve que lidiar”. Discriminación
“En nuestra sociedad existen hechos marcados de discriminación, desde sutiles hasta fuertes. Por ejemplo, estás en una reunión donde hay pocas mujeres, porque en las direcciones o gerencias no hay todavía un número igualitario, y en el momento en el que se pide tomar nota de la reunión, dicen ‘nombremos una secretaria’, ¿por qué no un secretario? Yo, intencionalmente, no me ofrezco para ello. En la hora del refrigerio, esperan que las mujeres se paren a servir y repartir. Son sutiles y ni siquiera te das cuenta porque están en nuestro cognitivo social. Hay otras acciones más marcadas, como que omitan tu voz cuando quieres intervenir, porque otro compañero habla más fuerte. Ahí es cuando debes hablar con la misma fortaleza. No hay nada mejor que la contundencia de tus argumentos para hacer valer tu espacio e írtelo ganando”.
Liderazgo “Para mí el liderazgo no depende del género, sino más bien de tus habilidades, conocimientos, autodisciplina y apertura al cambio, que es lo único permanente. Pero por nuestro género, hay ciertas condiciones y destrezas que brindan un plus, las cuales también desarrollas en casa como hija, hermana o madre. Por ejemplo, la empatía, la percepción, la comunicación, el poder entender mejor a tu equipo solo al ver cómo actúan y un poco la tolerancia y resistencia a un trabajo arduo”.
Participación “Sí veo una incorporación mayor de la mujer en el sector de consumo masivo y el campo empresarial. Pero sigue siendo más en las áreas sociales, falta mayor presencia en las ciencias, procesos exactos. Pero es también por una decisión propia. Cuando busco cargos técnicos, pocas mujeres aplican. Creo que tiene mucho que ver con la educación y la familia. Hay formas tan inmersas en nuestra conducta social que no las vemos. En las culturas indígenas, por ejemplo, aún son marcados los roles de hombres y mujeres para las tareas. Hay que trabajar en las bases de la sociedad”.
Desafíos como país “El reto más importante como país está en la educación. Es triste ver que por falta de educación se repiten los ciclos, ya no hablamos de embarazo juvenil, sino infantil. Hay que romper con estos prejuicios desde la formación, la afectividad, la relación padre-hijo, la sexualidad, que es un tabú en nuestra sociedad. Hay que formar personas más abiertas, seguras; respetuosas de los demás, de sus espacios, de sus derechos”.
Es Directora deResponsabilidad Social de Moderna Alimentos y Gerenta de la Planta de Producción Cajabamba, en Chimborazo. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
En los últimos 18 años, América Latina ha mostrado al mundo que es capaz de incorporar a mujeres en cargos directivos. Sin embargo, es todavía insuficiente.
Esta información se obtuvo del estudio Mujeres en la gestión empresarial, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La entidad encuestó a unas 13 000 empresas, de 70 países; sin importar la zona geográfica, la participación de las mujeres en puestosjerárquicos de diferente nivel es aún baja.
“Prácticamente, la mitad de las firmas comunicaron que las mujeres ocupaban menos del 30% de los puestos del personal directivo de nivel básico. Con estas cifras, no podemos sorprendernos de que, en el 60% de las empresas, menos del 30% de los puestos directivos y de los ejecutivos de alto nivel sean trabajadoras”.
En América Latina las cifras suben ligeramente. El documento revela que entre 1991 y 2018 la proporción de empleo en puestos directivos por parte de trabajadoras fue de 34,1%. Se trata de la segunda región continental con más mujeres en estos cargos.
Ecuador, de acuerdo al mismo documento, está unas décimas encima de dicho porcentaje. Solo Uruguay, Chile y Argentina están más atrás en Sudamérica.
Mientras más alto es el cargo, menos mujeres logran ocuparlo. Entre los factores que desembocan en esta dinámica están, principalmente, sociales y culturales.
Patricia Vargas, docente de la Universidad de las Américas y experta en recursos humanos, explica, que hace falta mayor educación para niñas y jóvenes con el fin de que estén preparadas para alcanzar altos cargos. Para ella es clave formarlas en ciencia y tecnología, temas acordes a los empleos del futuro.
El mismo estudio reconoce la falta de formación como factor influyente tanto para una reducida participación de mujeres en cargos directivos como para la incorporación de mujeres a la fuerza general de trabajo.
Las mujeres tienen un 10% más de probabilidades de ocupar un cargo directivo cuando hay equilibrio de género en las empresas.
Usualmente, dice el estudio, menos mujeres llegan a lo más alto de la escala porque conforme avanza su carrera profesional salen de la empresa ( fuga de talento) o simplemente enfrentan el fenómeno de las paredes de cristal. Las trabajadoras renuncian para ocupar otros roles (madre o responsable de la familia), acogen puestos de menor responsabilidad o son las mismas empresas que bloquean su crecimiento.
Las firmas internacionales son las que menos mujeres tienen en altos cargos. Es más fácil, dice la OIT, que se logre ocupar un puesto de ese tipo en nacionales.
Para Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting, este es el momento para que las compañías desarrollen condiciones apropiadas para que más mujeres se incorporen al mercado laboral y crezcan profesionalmente. Mientras que Gabriel Recalde, director del Centro de Estudios de la Política Laboral (Cespla), considera que es clave reforzar las normativas de protección y apoyo para que las trabajadoras se mantengan en las firmas.
La OIT establece que la cultura empresarial que exige disponibilidad en todo momento y en todo lugar “ repercute injustamente en las mujeres, ya que son ellas quienes generalmente asumen más responsabilidades relacionadas con el hogar y la familia. Vale la pena aplicar políticas que lleven a una inclusión y un equilibrio entre la vida profesional y la privada, tanto para los hombres como para las mujeres. Entre estas están un horario de trabajo flexible y licencias de paternidad”.
El estudio asegura que existen empresas que ya están aplicando tecnología para lograrlo. Desde Cespla se considera que el teletrabajo es la mejor opción para las mujeres que quieren continuar con su vida profesional y cuidar de su familia o su vida personal.
La OIT establece que las empresas con políticas de igualdad de oportunidades en el empleo y culturas inclusivas de género tienen mayor probabilidad de aumentar sus beneficios y su productividad (más del 60%) y de mejorar su reputación, atraer y retener el talento con mayor facilidad , creatividad. etc.
Imagen referencial.El 74 % de las empresas encuestadas que hacen un seguimiento de las repercusiones de la diversidad de género en los puestos directivos han visto incrementar sus beneficios entre un 5% y un 20%, según la OIT. Foto: Pixabay
Incluir un presupuesto nacional para la equidad de género es un reto que pretende concretar Panamá a fin de eliminar la exclusión financiera y desigualdades que sufren las mujeres. La vicepresidenta y canciller panameña, Isabel De Saint Malo, indicó que el Gobierno debe tener un compromiso para hacer visible las actuaciones que se hacen en asuntos de genero, con un enfoque que involucre las finanzas del Estado, las empresas privadas y a los organismosmultilaterales.
“Para lograr la equidad tenemos que incluir el concepto en las cuentas nacionales, por eso tenemos que hacer que el Ministerio de Economía y Finanzas asigne un presupuesto con el enfoque de género”, dice De Saint Malo.
Para la funcionaria que es necesario hablar de inclusión financiera, sobre todo para las mujeres rurales e indígenas que sufren aún más los niveles de exclusión.
“La equidad es un tema de derechos, justicia y desarrollo, si queremos alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible necesitamos involucrar el 100 % de la población”, reflexionó.
Con la Secretaria Técnica del Consejo Nacional por la Paridad de Género se promoverá el posicionamiento de mujeres jóvenes, las desempleadas y aquellas en condiciones de vulnerabilidad. Panamá tiene la Ley 56 que establece una participación mínima del 30% de las mujeres en los consejos de administración.
Con la Secretaria Técnica del Consejo Nacional por la Paridad de Género se promoverá el posicionamiento de mujeres jóvenes, las desempleadas y aquellas en condiciones de vulnerabilidad. Foto: EFE
La equidad de género es un asunto que cada día se discute más al interior de las empresas. El debate se desarrolla a escala global y nacional, y genera estudios que confirman que la brecha existente entre mujeres y hombres.
El Foro Económico Mundial (FEM) elabora, desde el 2006, el Informe Global sobre Brechas de Género. Este reporte valora la magnitud de la brecha entre mujeres y hombres en términos de salud, educación, economía e indicadores políticos.
El más reciente informe del FEM señala que Islandia está en primer lugar, seguida de Finlandia y Noruega. En los últimos puestos del ranking se encuentran Chad, Pakistán y Yemen. En estos últimos países existen mayores diferencias entre hombres y mujeres.
Ecuador se ubicó en el puesto 41 entre 149 naciones. El país se destaca en los indicadores de participación política, pero tiene tarea en oportunidades económicas.
Al hablar específicamente del peso de las mujeres en las grandes decisionesempresariales existen otros estudios que señalan que la brecha aún es grande en el país.
El estudio ‘Mujeres ejecutivas 2018, una radiografía de las mujeres ecuatorianas’, publicado en marzo pasado por Deloitte, indica que un 13% de mujeres ocupan la presidencia de una compañía. Si bien es una cifra baja, al compararla con el resultado del 2017 (5%) muestra una mejora significativa, según el estudio.
El informe también dice que el porcentaje de mujeres en la vicepresidencia de una empresa se duplicó entre 2017 y 2018, mientras que en el cargo de gerente general, las cifras se mantienen en un 18%. Otro dato: el porcentaje de mujeres accionistas disminuyó a un 26% (frente al 29% del año anterior). Este indicador es el único que desciende según el estudio.
Bajo este panorama, LÍDERES y Care Ecuador organizaron la semana pasada el foro Mujeres en los directorios de las empresas. El encuentro contó con representantes de firmas como Coca-Cola, Yanbal y Cervecería Nacional; también intervino la embajadora del Reino Unido en Ecuador, Katherine Ward.
Ellos detallaron las políticas que se aplican en sus empresas y sus gobiernos en búsqueda de la equidad de género. Alexandra Moncada, directora de Care Ecuador, intervino como moderadora. Ella explicó que entre las medidas aplicadas están la promoción de las mujeres a niveles de dirección en las empresas, la fijación de cupos para la inserción y promoción laboral de mujeres, el diseño y puesta en marcha de mecanismos de prevención de la violencia y el acoso en sus sitios de trabajo.
Guadalupe Durán, gerenta general de Yanbal en Ecuador, explicó que en la empresa se aplica la meritocracia y que los salarios tienen rangos. “El tema se maneja basado en le desempeño de los colaboradores y no en el género”.
En Coca-Cola también hay políticas claras sobre la equidad. “Tenemos principios importantes y uno de ellos es la equidad. Cualquier persona, según su mérito, puede hacer cualquier trabajo que se tenga que desarrollar”, dijo durante el foro Muhammad T. Abdullah, gerente de la empresa en Ecuador. El ejecutivo añadió que actualmente, el 48% de los empleados de Coca-Cola a escala global son mujeres.
En el foro también se habló que ciertas prácticas empresariales son replicadas en entidades públicas. Así lo dio a conocer la Embajadora del Reino Unido en Ecuador. Ward detalló, por ejemplo, que en su oficina se aplican horarios flexibles para que madres y padres puedan asistir a eventos de sus hijos en la escuela.
Además, explicó cómo el Gobierno británico ofrece financiamiento y apoyo técnico a mujeres emprendedoras.
Otro de los participantes fue Juan Javier Hernández, gerente de Asuntos Corporativos de Cervecería Nacional. “Nosotros desmitificamos el hecho de que una empresa cervecera no es un buen lugar para que trabaje una mujer. Esta industria ha estado relacionada con conceptos de cosificación femenina. El primer gran punto en que trabajamos fue incluirlas en la toma de decisiones de la empresa”.
En el encuentro que se cumplió en las instalaciones de EL COMERCIO también se dieron datos sobre el impacto monetario que trae la inequidad en las empresas.
Según Moncada, la discriminación y la desigualdad producen otros costos empresariales ocultos. “Las prácticas de acoso y violencia en el mundo del trabajo generan abandono, accidentes de trabajo, el surgimiento de conflictos laborales interpersonales y la desmotivación general”.
Como ejemplo de esto menciona un estudio elaborado en el 2013 en Perú, por la Universidad San Martín de Porres y la Cooperación Alemana, implementada por la GIZ, a través de su Programa Sectorial de Género y su Programa Regional ComVoMujer.
El estudio incluyó a 211 empresas. Los resultados señalan que la violencia contra las mujeres ocasiona una pérdida anual de más de USD 6 744 millones, debido a 70 millones de días laborales perdidos. Esta cifra es equivalente a una pérdida anual de 3,7% del Producto Interno Bruto del Perú.
Guadalupe Durán: ‘Tenemos que hacer lo que es correcto, no lo conveniente’
“Muchas veces la mujer tiene que estar con la familia, quiere estar en los programas de la escuela de sus niños, etc. Por eso aplicamos políticas de flexibilidad para que puedan trabajar en casa o puedan tomarse un día para que vayan a ver a sus hijos.
Los viernes, por ejemplo, tenemos un beneficio grande: todos salimos al mediodía y eso es muy valorado por el equipo. Además usamos aplicaciones móviles desarrolladas por el equipo de Recursos Humanos para que la gente evite el tránsito y la congestión de la ciudad y pueda ingresar sin mayores dificultades en distintos horarios.
Estas prácticas se usan con los empleados de Yanbal y a escala nacional con las 150 000 microemprendedoras que venden nuestros productos para que valoren la flexibilidad. El manejo del tiempo nos beneficia a todos, es un aspecto fundamental en nuestro trabajo.
Además, Yanbal se maneja con la meritocracia, los niveles salariales tienen rangos. No hay un diferenciador entre hombres y mujeres, nos manejamos de manera equitativa y basada en el desempeño de las personas y no en el género.
Ante el posible acoso laboral la recomendación es que la gerencia general y el departamento de Recursos Humanos escriban las políticas sobre qué cosas no son permitidas en la empresa y que se las haga cumplir. Allí no hay ninguna duda: persona que acose debe salir de la empresa. En este punto el liderazgo de la gerencia general es vital.
En caso de acoso, a las mujeres hay que decirles que hablen al respecto, porque muchas veces no lo dicen. Sea quien sea el acosador, tienen que hablar con Recursos Humanos o con el área legal si ven que la situación es compleja. Hablen con otra mujer que les puede entender y apoyar.
Un consejo para toda empresa es que si una persona participan en una situación de abuso o falta de respeto está en la obligación de decirlo y hablarlo.
Otro tema que manejamos en la empresa es el valor que tiene cada persona. En Ecuador nos falta ser conscientes de la capacidad que tenemos los individuos para generar el cambio. Y cuando se trata de negocios hay que hacer lo correcto, no lo que es conveniente.
Hay dos tendencias que se tienen que cambiar en el Ecuador. La primera es la victimización, bajo la cual decimos que todo es culpa del otro. Pero todos somos dueños de nuestro futuro.
Otro asunto por cambiar es la autoestima en los segmentos socioeconómicos bajos, porque eso nos limita el crecimiento. Sin autoestima las mujeres no saben cuánto valen.
A veces nos topamos con mujeres que no valen nada porque sus esposos o sus familias no las respetan.
Cuando una mujer cambia su vida, cambia la vida de la familia. Y luego eso cambia la sociedad. Apoyemos a que el autoestima de las mujeres mejore”.
Juan Javier Hernández: ‘Al apoyarlas, los resultados se observan en su rendimiento’
“Nuestra empresa tiene más de 130 años. Aquí trabajan 2 000 personas y el 25% son mujeres. En gerencias y directivas son 57 mujeres, mientras los hombres son 110; en el directorio son cuatro mujeres de 10 miembros.
En la compañía, la posibilidad de las mujeres de exponer su talento es bastante amplia. No hay niveles jerárquicos que atravesar para mostrar las ideas.
Tenemos, por otro lado, comités de calificación mixtos. Eso evita, casi por completo, sesgos, comentarios o algún tipo de discriminación de género; las personas que califican están representadas por hombres y mujeres.
Nosotros desmitificamos el hecho de que una empresa cervecera no es un buen lugar para que trabaje una mujer. Esta industria ha estado relacionada con conceptos de cosificación femenina.
El primer gran punto en que trabajamos fue incluirlas en la toma de decisiones de la empresa. Ahora tenemos fuerte representatividad femenina en la firma.
Otra particularidad de la firma es el hecho de que otorgamos un mes adicional, al que legalmente tienen derecho las colaboradoras, por maternidad. Esto nos ha generado buenas reacciones.
Damos flexibilidad en todos los niveles. Existen horas parciales de trabajo, labor desde casa, posibilidad de salir antes los fines de semana. Todo apunta a mejorar una calidad laboral; queremos que las mujeres aprovechen estas políticas.
A veces ellas sienten un poco de recelo de usar estos beneficios. Nosotros motivamos a que lo hagan. Esto impulsa la equidad y las carreras de cada una.
Con relación al acoso, tenemos un código de ética y un comité de ética. Este último está compuesto por el área legal, recursos humanos y otra parte independiente que contribuyen a analizar los casos; una mujer lo dirige.
No solamente trabajamos con relación a los comportamientos entre empleados, sino con los proveedores. Las personas deben hacer denuncias de cualquier situación vinculada al tema de acoso.
Al apoyar a las mujeres, los resultados se ven retribuidos en su rendimiento. Alguien que tenga el respaldo de la empresa asegura que su productividad se incremente y se eliminen los supuestos de costos productos de los periodos de maternidad y lactancia.
Con relación al empoderamiento, debo comentar que en la empresa tenemos una cadena de 130 000 clientes, aproximadamente. El 70% de estos negocios son administrados por mujeres. Desde el año pasado trabajamos con un programa de capacitación para desarrollar habilidades empresariales. Encontramos con la particularidad que el empoderamiento era uno de los temas principales. En el programa las mujeres se juntaron y contaron sus experiencias, tanto las positivas como las negativas”.
Katherine Ward: ‘Esta discusión tiene que ser entre hombres y mujeres’
“En el Reino Unido tenemos políticas para eliminar la brecha salarial en las empresas y publicar los sueldos. Una meta que tenemos es contar con el 33% de representantes mujeres en los comités empresariales hasta el 2020.
El 43,2% de los Jefes de Misión en la Cancillería Británica son mujeres. Hay políticas de compañías de distintos segmentos que quieren fomentar la igualdad de género. Y muchas de esas ideas se usan en la Cancillería y en la representación diplomática del Reino Unido a escala global.
Cada vez se habla más sobre la flexibilidad. Por eso tenemos un horario de 10:00 a 16:00, que permite que si alguien quiere dejar a los niños en la escuela o asistir a una reunión con los profesores, lo puedan hacer tranquilamente.
En la Cancillería tenemos una cultura de trabajo en donde importa el resultado. Por eso tenemos flexibilidad para maternidad y paternidad, contamos con una guardería para los hijos de los colaboradores. Se trata de una cultura de apertura total.
Gracias a esas maneras de trabajar, cuando mi niña era pequeña jamás faltaba a sus programas escolares, fiestas de fin de año, exposiciones, presentaciones artísticas, nunca encontré un problema con eso. Si tengo una reunión importante la flexibilidad me ayuda siempre a estar en el trabajo, sin descuidar a la familia.
Lo importante es desarrollar la cultura de diálogo, para hombres y mujeres. Otra muestra de la importancia de apoyar a las mujeres es el programa del Gobierno británico con el que se ayuda con financiamiento y apoyo técnico para que monten sus empresas en áreas estratégicas para la industria británica.
Un tema que siempre se debate en estos encuentros es el del techo de cristal. Sobre este tema quiero citar a una feminista egipcia: ‘no quiero que mi hija rompa ningún techo de cristal, preferiría que ella nunca contemplara su existencia, porque los techos de cristal, las puertas cerradas y los clubes de chicos son concepciones, son ideas y no son tangibles, no puedes verlas, tocarlas, sentirlas. Solo pueden ejercer sobre nosotros si decidimos creer en ellos’.
El cliché parece verdad: si apuntas a la luna quizá solo llegues hasta las estrellas. Eso es lo que quiero para mi hija, que apunte lo más alto posible. Las chicas y las mamás debemos creer en nosotras mismas. Quizá no solo lleguemos a las estrellas, sino al sol.
Se necesita tener la convicción de que la igualdad de género es buena para una empresa y para cualquier organización. Las políticas y las prácticas aplicadas siempre deben sacar lo mejor de las mujeres. Los hombres deben formar parte de esto de manera activa. Por eso estoy convencida de que esta discusión sobre la equidad tiene que ser entre hombres y mujeres.”
Muhammad T. Abdullah: ‘El equipo femenino trae valor a todas las áreas de la empresa’
“Coca Cola sabe que la mitad de la población del mundo son mujeres y lo tomamos en serio para tener esa representatividad en nuestra compañía. Actualmente, el 48% de nuestros empleados en el mundo son mujeres.
En Ecuador, de mi equipo total, el 66% son mujeres. De ellas, una cuarta parte son madres. Para mí no hay nada más importante que la diversidad en la empresa.
Entre nuestros planes está el seguir desarrollando el empleo femenino. Tenemos principios importantes y uno de ellos es la equidad. Cualquier persona, según su mérito, puede hacer cualquier trabajo que se tenga que desarrollar.
En Ecuador tenemos mujeres que lideran marketing, relaciones públicas y la parte técnica. Tenemos la visión, como empresa, de reflejar la diversidad de la sociedad en nuestra estructura.
Las políticas de la compañía son globales. Debemos integrar flexibilidad porque reconocemos que los empleados no son máquinas, sino personas.
Las madres y los padres tienen necesidades. Contamos con un horario flexible; durante la época de lactancia, además, ofrecemos a las mujeres la opción de trabajar solo cuatro horas por varios meses. Damos más de lo que establece la Ley.
En este momento estamos remodelando la oficina. Analizamos qué faltaba y vimos que era necesaria una sala de lactancia; está en los planes y va a ser un hecho. Tenemos una política de inclusión y diversidad de género, que beneficia a todos.
Con relación a problemas como la discriminación y el acoso, en Coca Cola hay cero tolerancia.
Sobre la inclusión femenina debo decir que nos pagan por resultados, por generar ingresos y rentabilidad. Las mujeres son parte de ello. Sería raro no integrar en la compañía a la mitad de nuestros consumidores. Los estudios muestran que existe el 43% de probabilidad de alcanzar mayores ganancias teniendo mujeres en de los directorios.
Las mujeres representan las dos terceras partes del gasto mundial. Eso lo invierten en su familia y la comunidad. Entonces, hay sentido de que se debe integrar a las mujeres. La equidad puede lograr que se incremente en USD 28 000 millones el Producto Interno Bruto global.
Yo me enorgullezco de mi equipo femenino. Ellas traen valor a todas las áreas. Se las está promoviendo en la organización por su mérito profesional, emprendimiento, resiliencia, trabajo en equipo, recursividad, etc.
Esos son los valores que estamos buscando y que van a garantizar 130 años más de éxitos para la empresa. Cuando hablamos de las colaboradoras que tenemos y porqué las buscamos es por eso. Nunca olvido que uno los mejores mentores que tuve en la empresa fue una mujer”.
Alexandra Moncada, Guadalupe Durán, Juan Javier Hernández, Muhammad T. Abdullah y Katherine Ward participaron en el foro que se cumplió en Diario EL COMERCIO. Foto: Armando Prado / LÍDERES
En 1999, Virgina Matos ingresó a trabajar a Nestlé Panamá, siendo madre de trillizos. Comenzó en el área de Culinarios, desde donde inició una larga trayectoria en la multinacional suiza.
Luego de ocho años en esa área, en 2010 fue trasladada a Guatemala como gerente general de la filial. Por primera vez una mujer estuvo al frente de la compañía en el país centroamericano.
Dirigió el negocio de Lácteos para Centroamérica desde Panamá y el 2015 llegó a la sede principal como Gerenta de Operaciones para Centroamérica, Caribe, Ecuador, Venezuela y Colombia.
En julio del 2017, Matos, oriunda de Panamá, asumió la Presidencia Ejecutiva de Nestlé Ecuador, convirtiéndose en la primera mujer que lidera las operaciones de la firma de consumo masivo en el país. Hasta entonces, solo la habían presidido hombres y, en su mayoría, europeos.
Liderazgo
“En Guatemala fue una experiencia interesante porque había muy pocas mujeres en posiciones de alta gerencia en el país. Era un entorno un poco complejo, por ser una cultura en donde predomina el liderazgo masculino. Me enfoqué fuertemente en los objetivos y con un estilo diferente me fui ganando al equipo. En Ecuador ha sido menos complicado, algunos ya me conocían. Pero sí había mucha expectativa, por ser la primera mujer y panameña. Era un cambio drástico. Mi antecesor era un colombiano. Fue el primer latino. Estaban muy acostumbrados a trabajar bajo una guía europea”.
Fortalezas
“Nunca me enfoco en cuál será mi próximo paso. Siempre me he enfocado en el puesto en el que estoy y en hacer todo lo que humanamente me sea posible para mejorar, si no pierdes el rumbo. Si estás enfocada en lo que quieres lograr y en el mercado en donde estás, todo lo demás va a venir.
Como mujer, una se aboca más a temas cualitativos. Tengo un poco más de percepción en las dinámicas de los equipos, me involucro a todos los niveles”.
Barreras
“A mi nivel no he encontrado barreras en Ecuador, pero sí las hay. En otros niveles más bajos a veces la misma mujer piensa que si tiene hijos se tiene que quedar en su casa o como pareja deciden que la que se tiene que quedar en casa es ella. Eso lo veo acá en la empresa, en niveles gerenciales. En Nestlé, hay un montón de beneficios para la mujer, como las salas de lactancia materna y horarios flexibles”. Familia y trabajo
“Nunca es fácil. Creo que todo lo que uno haga, cuesta. Cuando estaba a cargo de Centroamérica, viajaba mucho a los seis países y había momentos duros. Pero Nestlé es una empresa que te ayuda mucho. Uno siempre tiene que priorizar a la familia. Nunca me perdí un cumpleaños de mis hijos, ese día lo pedía de vacaciones, era sagrado. Al menos dos días a la semana me ponía como meta salir a las 17:00 en punto y uno o dos días procuraba almorzar con ellos cuando llegaban de la escuela. Era bien demandante, pero sí se puede. Uno lo que tiene que buscar es el balance y el tiempo de calidad. Mi esposo también ha sido un gran apoyo. Si como familia no hay la apertura, se complica mucho”.
La mujer en Nestlé
“En el Comité de Dirección hay un balance entre hombres y mujeres. A nivel de las gerencias, la presencia femenina es de un 45%. En el área de Operaciones tenemos que mejorar. Es un trabajo que ha sido tradicionalmente de hombres. Cerca de un 30% son mujeres. Lo estamos trabajando con entrenamientos sobre la aceptación de la diversidad en todas las áreas y los beneficios que trae el tener un balance de género.
No obstante, tenemos una Gerenta de Planta desde el 2016. Es respetada y querida. Pero faltan más mujeres. La empresa global ve la necesidad de acelerar el tema de la equidad de género. Acaba de lanzar el compromiso de que para el 2022 tendrá un 30% de mujeres en cargos ‘top’ ejecutivos”.
Equidad en Ecuador
“El país tiene una agenda de incremento de la equidad de género. No está pasando a la velocidad que se busca, pero sí hay una apertura sobre el tema a todos los niveles: empresariales, gubernamentales, etc. Creo que hay una conciencia altísima. El Gobierno está promoviendo mucho la equidad de género y la diversidad.
Como países latinos, también hay muchas mujeres machistas, la mujer tiene un rol importante ahí. El cambio se ve, creo que es algo que hay que seguir impulsando para que se pueda consolidar”.
Hoja de Vida
BA en Publicidad en Notre Dame University, en EE.UU. MBA en Nova University, en Panamá. Presidenta de Nestlé Ecuador, desde el 2017. Gerenta de Operaciones para Centroamérica, Caribe, Ecuador, Venezuela y Colombia, desde la central de Nestlé, en Suiza, 2015. Gerente General de Nestlé Guatemala, 2010. Miembro del Directorio de la Cámara de Industrias y de la Producción.
Virginia matos considera que la familia siempre debe ser prioridad y que, a pesar de lo demandante que puede ser, hay que buscar un balance y aprovechar el tiempo de calidad con la familia. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO