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  • Una de 10 personas que trabajan en minería es mujer

    Redacción Quito

    (I)

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    Las actividades mineras, que eran tradicionalmente desempeñadas por hombres, son también de interés de las mujeres.

    En esta industria, que tiene un desarrollo reciente a gran escala en Ecuador, uno de cada 10 trabajadores es mujer, según información del Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables.

    Las mujeres se desempeñan como ingenieras en minas, así como en geología, metalurgia, ambiente, electricidad, seguridad industrial, medicina, responsabilidad social y otras ramas. Ellas están presentes en el trabajo de campo y en las áreas administrativas.

    Para Andrés Ycaza, vicepresidente de la Cámara de Minería del Ecuador, la presencia de las mujeres ha sido progresiva, luego del desarrollo tecnológico que ha tenido esta actividad. Este cambio ha permitido romper el mito de que en minería se requiere una fuerza física extrema.

    Ahora en lugar de emplear pesadas herramientas se ocupan maquinarias modernas, que son operadas con botones. Uno de estos equipos conocido como Jumbo fue manejado por primera vez en el 2011 por una mujer en una mina en Ecuador.

    “Las mujeres hacen su trabajo en el sector minero con mucha competencia, no temen encontrarse con serpientes ni nada. Han logrado vencer paradigmas y prejuicios”, expresa Ycaza.

    Por las características propias de las mujeres, como su motricidad fina o su minuciosidad, ellas son consideradas también para determinadas funciones. Incluso grandes firmas multinacionales han encargado el manejo de estas compañías a féminas.

    Por ejemplo, la multinacional Fortescue Metals Group tiene en su planilla un número importante de mujeres. Entre ellas está la representante principal a nivel mundial de esta firma y quien dirige la compañía en Ecuador: Alexa Morcombe.

    Ella es la gerente general de Ecuador Fortescue y piensa que la formación profesional de la mujer, la capacitación y el desarrollo de su carrera ha permitido que las compañías incluyan a este género en cargos directivos.

    Así se demuestra que mujeres y hombres están en condiciones de desarrollar esta actividad, precisa Morcombe, quien tiene 13 años de trayectoria.

    En la minera Lundin Gold, que opera también en Ecuador, el 20% de los directores y más del 30% de los cargos altos están ocupados por mujeres.

    Alaín Bureau, CEO de Toachi Mining, agrega que un 27% de los colaboradores son mujeres. Y en los cargos directivos el porcentaje es mayor. Llega al 36%.

    En el ámbito operativo, Bureau destaca que las mujeres que manejan maquinaria pesada tienen un mejor cuidado de estos equipos y tienen una óptima comprensión del trabajo que deben ejecutar. “El sector ha avanzado bastante. Hace 20 años, en algunos países, incluso era prohibido que las mujeres hagan trabajos en minas subterráneas”.

    La incorporación de las mujeres en el sector se da tras valorar las capacidades adquiridas de las aspirantes. No se toma en cuenta el género, precisa la Cámara de Minería del Ecuador.

    Sin embargo, para fomentar la inclusión de este segmento, Lundin Gold, impulsa desde este año un programa de capacitación para operación minera. En la primera etapa, 18% del total de participantes era mujer.

    Una vez que finalicen este entrenamiento, las mujeres tendrán la oportunidad de incorporarse a la compañía en marzo de 2019 como operadoras de mina o de la planta de proceso.

    En la empresa Toachi Mining, dos geólogas analizan las muestras para identificar la presencia de minerales.
    En la empresa Toachi Mining, dos geólogas analizan las muestras para identificar la presencia de minerales. Foto: Toachi Mining
  • La inversión en igualdad de género es un imperativo global

    Redacción Quito

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    Cerca de 140 países garantizan en sus constituciones la igualdad entre hombres y mujeres. Pero otros, cerca de 40, aún no contraen este importante compromiso, según datos de la ONU.

    El organismo añade que las desigualdades a las que se enfrentan las niñas puedan empezar en el momento de su nacimiento y perseguirles durante toda su vida. En algunos países, las niñas se ven privadas de acceso a asistencia sanitaria o a una nutrición adecuada, lo que conlleva una mayor tasa de mortalidad.

    A medida que las niñas entran en la adolescencia, las disparidades entre los géneros se incrementan. El matrimonio infantil afecta a las niñas mucho más que a los niños y la ONU tiene datos: a escala mundial, casi 15 millones de niñas menores de 18 años contraen matrimonio cada año, esto es, unas 37 000 al día.

    También dice que cerca de un tercio de los países en desarrollo no ha logrado la paridad entre los géneros en la enseñanza primaria.

    Hay más estadísticas preocupantes. El 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual a manos de sus parejas o de otras personas. Unas 133 millones de niñas y mujeres han sufrido alguna forma de la mutilación genital femenina en los 29 países de África y el Oriente Medio, donde esta nociva práctica es más habitual, con un alto riesgo de hemorragia, infección prolongada (incluido el VIH), complicaciones en el parto, infertilidad y muerte.

    Para enfrentar y cambiar esta realidad, la ONU promueve la igualdad de género y asegura que “es esencial en todos los ámbitos de una sociedad sana”.

    Entre las propuestas está invertir en programas de educación para las niñas y aumentar la edad para contraer matrimonio. Estas acciones pueden generar unos beneficios de USD 5 por cada dólar gastado. La inversión en programas que mejoran las actividades generadoras de ingresos para las mujeres puede generar beneficios de USD 7 por cada dólar gastado en solucionar estas problemáticas. En conclusión, según el organismo, es posible decir que invertir en niñas y mujeres es un buen negocio para la sociedad en general.

    En Ecuador, el Estado ha implementado progresiva y sistemáticamente en su ordenamiento legal y en sus políticas públicas, los compromisos en materia de derechos humanos que se derivan de la ratificación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

    En este sentido y comprometidos con la Agenda 2030, el Gobierno nacional se ha comprometido a trabajar en igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, niñas y adolescentes. La Asamblea Nacional, por ejemplo, aprobó el 27 de enero de este año, la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, que crea el Sistema Nacional Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres fundamentado en cuatro ejes: prevención, atención, protección y reparación.

    El trabajo es retador, en espacial cuando se leen estadísticas nacionales. Según la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres, realizada por el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos en el 2011, 6 de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia de género por cualquier persona. Según esta encuesta realizada a mujeres y adolescentes mayores de 15 años, se determinó que 1 de cada 4 mujeres han padecido violencia sexual. La violencia psicológica es la forma más recurrente y alcanza el 53,9%.

    El Gobierno nacional se ha comprometido a trabajar en igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Foto: Archivo / LÍDERES
    El Gobierno nacional se ha comprometido a trabajar en igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Petroecuador es la empresa pública que más utilidades generó en el 2017

    Carolina Enriquez

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    Petroecuador es la empresa pública que más utilidades generó en 2017, con un superávit de USD 1 558 millones.

    Así lo afirmó la estatal este 11 de abril del 2018. “Esta cifra la coloca como la empresa pública que más ingresos” generó.

    De un total de 22 empresas públicas apenas siete generaron utilidades, siendo la petrolera la más rentable. La compañía indicó que la cifra es significativa, “puesto que en los últimos años sufrió graves problemas administrativos que le restaron eficiencia y transparencia en su operación”.

    Petroecuador generó un aporte al Estado de USD 7 818 millones, lo cual representa el 21% del Presupuesto General en 2017. La producción de derivados alcanzó un 95%, agregó.

    Para el año en curso, “incrementaremos la eficiencia del abastecimiento de derivados de hidrocarburos y biocombustibles a escala nacional; la eficiencia de la gestión de responsabilidad social y ambiental empresarial; la capacidad de transporte y almacenamiento necesaria para cubrir la demanda futura; la eficiencia y transparencia institucional; el desarrollo del talento humano; el uso eficiente del presupuesto e incrementar las actividades comerciales internacionales”, detalló la empresa.

    Petroecuador es la empresa pública que más utilidades generó en 2017. Foto: Archivo / EL COMERCIO
    Petroecuador es la empresa pública que más utilidades generó en 2017. Foto: Archivo / EL COMERCIO
  • La brecha de género se reduce, pero aún es perjudicial

    Diana Serrano

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    Las mujeres son una parte fundamental del desarrollo económico de los países . Hoy en día se desempeñan en áreas tecnológicas o científicas y ocupan cargos jerárquicos; algo que hace unos 50 años era difícil de lograr.

    Sin embargo, las trabajadoras tienen el reto diario de reducir la brecha de género que está vigente en el mundo laboral.

    Según el estudio de Tendencias del Empleo Femenino 2017, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres tienen considerablemente menos posibilidades que los hombres de participar en el mercado de trabajo; es decir, de tener un empleo o de estar buscando un trabajo.

    El año pasado, según la OIT, a escala global la tasa de actividad de las mujeres en la mano de obra fue de 49%, un valor 27 puntos porcentuales menos que la de los hombres, y no se espera que aumente para este año.

    Para Cristina Cachaguay, presidenta nacional de Mujeres por el Cambio, las mujeres siguen ocupando el segundo lugar en algunas opciones laborales; por ejemplo en carreras técnicas o científicas, que siempre han estado asociadas con los hombres.

    Es por eso que la brecha de género no es ajena al Ecuador.

    El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) señala que hasta diciembre del 2017, la tasa de empleo adecuado se ubicó en 49,5% para los hombres y en 32,4% para las mujeres.

    La desigualdad de género, que no es exclusiva del campo laboral, se debe principalmente a factores culturales, considera Cachaguay.

    La estructura social patriarcal muchas veces desencadena en machismo, el cual somete y limita las capacidades de las mujeres.

    Es por ello que muchas no acceden a educación ni a una variedad de opciones profesionales.
    Los sectores de la educación, la salud y el trabajo social concentran a más mujeres, seguidos del comercio mayorista y el comercio minorista. Según la OIT, la amplitud de la segregación de género en el ámbito sectorial ha aumentado en un tercio durante los últimos 20 años.

    Incluso, cuando la mujer ha tenido la oportunidad de crecer en el mundo laboral, el estereotipo de que debe cumplir ella sola con las tareas del hogar sigue latente. Es por eso que asume más horas de trabajo no remunerado, añade el organismo en su estudio.

    Como consecuencia, las mujeres se encuentran en condición de desventaja frente a los hombres. En caso de que sean sus parejas, algunas deben aceptar que ellos las mantengan.

    La OIT añade que como resultado de la brecha, dentro de las empresas las mujeres tienen menos representatividad en cargos jerárquicos y los hombres toman decisiones por ellas.

    El empoderamiento de la mujer sobre sus capacidades, habilidades y derechos es importante para lo que Cachaguay denomina la “transformación social”.

    En este proceso, la educación, que proviene del hogar y la que se imparte en las aulas, juega un papel importante para que los hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades de desarrollarse.

    “El 60% de la población universitaria es femenina en el país; sin embargo, este porcentaje se reduce drásticamente al culminar una carrera”, enfatiza Cachaguay; ya que la mujer no tiene el apoyo para asumir nuevos roles, por ejemplo el de madre y profesional.

    Además, la OIT recomienda combatir la discriminación dentro del lugar de trabajo, lo que implica trato igualitario y remuneraciones no vinculadas al género.

    Las empresas deben enfocarse en el perfil, las competencias y la experiencia de los empleados, señala la consultora en Recursos Humanos, María Elena González.

    Para que el cambio sea efectivo, la mujer “debe estar orgullosa de sus capacidades, consciente de sus derechos y dispuesta a denunciar actos que atenten contra su integridad”.

    Los gobiernos también tienen un arduo trabajo; primero para retribuir y valorar el trabajo ‘extra’ que realizan en el hogar. Y segundo, para garantizar condiciones laborales dignas y equitativas.

    En el 2014, los líderes del G-20 se comprometieron a lograr el objetivo ‘25 para 25’, que implica reducir la desigualdad en las tasas de actividad de los hombres y las mujeres en 25 puntos porcentuales para el año 2025.

    Cerrar estas brechas podría generar importantes beneficios económicos para el mundo y mejorar el bienestar de la mujer.

    Según el informe de la OIT, el compromiso de los países generaría un crecimiento del 5,3% del empleo mundial.

    Imagen Referencial. Wikimujeres es una comunidad virtual integrada por alrededor de 26.000 mujeres. Foto: Archivo / LÍDERES
    Imagen Referencial. Wikimujeres es una comunidad virtual integrada por alrededor de 26.000 mujeres. Foto: Archivo / LÍDERES
  • La equidad de género es motivo de un premio

    Redacción Quito

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    Este año, 91 empresas -entre nacionales y multinacionales- formaron parte de la segunda edición del premio El Talento No Tiene Género, organizado por Women for Women Ecuador, la Cámara de Industrias y Producción (CIP) y PricewaterhouseCoopers (PwC).

    Esto significa, un 23% más de participación que en el 2016. La petrolera Schlumberger, en el segmento de las firmas internacionales, y el Banco de Guayaquil, entre las nacionales, fueron las empresas ganadoras.

    Mientras que General Motors, obtuvo un reconocimiento por su programa Women in action, que busca incrementar la participación de mujeres en el área de manufactura de la firma.
    La premiación se dio el martes 12 de diciembre, en el auditorio UDLA Park, en Quito.

    Viviana Ido, representante de ONU Mujeres, destacó la importancia del incremento en la participación en esta convocatoria, que busca premiar a las empresas que invierten esfuerzos y recursos en practicar equidad de género en sus organizaciones.

    “Estas empresas marcan camino a seguir, son pioneras en el país. Pero es necesario que la igualdad de género en las empresas sea una costumbre y no la excepción”.

    Joana Pereira, gerenta de regional de Recursos Humanos de Schlumberger, destacó que la petrolera trabaja en incrementar la participación de mujeres en cargos medios.

    La premiación de la segunda edición del premio El Talento No Tiene Género se desarrolló el pasado martes 12 de diciembre, en Quito. Foto: Cortesía /  Women for Women
    La premiación de la segunda edición del premio El Talento No Tiene Género se desarrolló el pasado martes 12 de diciembre, en Quito. Foto: Cortesía / Women for Women
  • Un plan frente a la violencia de género

    Patricia González

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    En Ecuador, seis de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia de género en sus vidas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

    La lucha contra la violencia doméstica es uno de los pilares en responsabilidad social de la empresa de venta de productos por catálogo Avon, desde este 2017.

    La primera acción la realizaron en abril con la inclusión de “productos solidarios” en su catálogo del mes. Es decir, un porcentaje de la venta de dos productos (labiales y bandas para recoger el cabello) se destinó a un fondo, que maneja la Fundación Avon.

    En total se recaudaron USD 30 000. Ese dinero se entregará este mes o el próximo a organizaciones que brindan apoyo a mujeres que han sido víctimas de la violencia doméstica.

    Adicionalmente, en septiembre, Avon Ecuador lanzó la campaña Alza tu voz, una iniciativa que desde meses atrás la multina­cional presentó en otros países de la región: Colombia, México, Perú y Venezuela.

    La campaña internacional se lleva adelante en alianza con la Fundación Natalia Ponce de León y su creadora, de nombre homónimo. Ella es una colombiana que fue víctima de un ataque con ácido. Luego de ese suceso, impulsó un proyecto legislativo al que se debe la creación de una nueva norma en Colombia que endureció las penas para los agresores.

    Natalia participó en Ecuador del foro de lanzamiento de la campaña Alza tu voz , que se desarrolló en Quito. El encuentro contó, además, con la presencia de otras mujeres, que desde su campo profesional aportan a esta causa.

    Se sumaron a esta actividad: Marlene Villavicencio, directora de la Casa de Acogida María Amor; Oderay Game, directora de la productora The Other Eye; y Giovanna Tassi, directora de Radio Pública del Ecuador.

    “La violencia de género es un problema social que no distingue etnia, edad, orientación sexual, nivel de educación ni ingresos socioeconómicos”, subrayó María Evelina Araujo, gerenta de Mercadeo de Avon Ecuador.

    La campaña también se está promoviendo en las redes sociales, invitando a la población en general a detectar señales de violencia doméstica. “Si te grita, si te golpea, si te impone horarios, si te critica la ropa… Son algunos ejemplos del comienzo de un trato violento”, detalló Araujo.

    Comentó que para el próximo año está previsto dar un seguimiento al foro realizado en septiembre pasado e invitar nuevamente a Natalia Ponce. El objetivo es reunir nuevamente a las personas que participaron y evaluar las tareas que quedaron pendientes.

    Otro proyecto bandera de Avon es la prevención del cáncer de seno. Con el fin de generar más conciencia sobre el tema, que permita estar atento a posibles síntomas, llevó a cabo el pasado 1 de octubre una caminata, en la cual participaron 1 000 peronas.

    En pro de recolectar fondos por esta causa, la compañía también ha incluido otros “productos solidarios” en sus catálogos.

    Natalia Ponce de León (centro), una colombiana que fue víctima de un ataque con ácido, estuvo en Quito. Foto: Cortesía Avon
    Natalia Ponce de León (centro), una colombiana que fue víctima de un ataque con ácido, estuvo en Quito. Foto: Cortesía Avon
  • Alison Vásconez: ‘Los sesgos de género no permiten los ascensos de mujeres’

    Pedro Maldonado

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    La especialista de programa en Género y Economía en ONU Mujeres Ecuador habla sobre el aporte de las mujeres en las empresas. Esta investigadora asegura que para equilibrar la responsabilidad y los beneficios se requiere de un esfuerzo nacional.

    La ONU presentó en septiembre el estudio El progreso de las Mujeres en América Latina y el Caribe 2017. ¿Cómo surgió esta investigación y qué resultados se hallaron?

    Cada año la ONU publica un estudio que trata un tema de interés en específico. En el 2015 el tema fue sobre economía y el año pasado se presentó la edición latinoamericana. Lo primero fue analizar cómo evolucionaron las economías de la región en los últimos diez años. Un tema importante para evaluar el progreso de las mujeres fue ver cómo avanzaron las estructuras familiares y demográficas de la región. Se abordaron también temas de políticas económicas de la región. Dentro de eso, se analiza la situación de las mujeres, su situación económica, laboral, de protección social. El objetivo es hacer un análisis cruzado entre brechas de género y realidades de la economía.

    Uno de los temas recurrentes es el de la brecha salarial que persiste en la región…
    En América Latina, en general, vemos una tendencia en los últimos 15 o 20 años de una incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral. En Ecuador también pasa. Pero la participación es desigual en varios sentidos. Por ejemplo: las mujeres entran a participar en condiciones distintas a las de los hombres. También hay informalidad, en especial entre las mujeres jóvenes.

    ¿Las dificultades son para todas las mujeres?
    Hay más dificultad para una mujer joven que para una mujer formada. También existe diferencia en la calidad de participación entre mujeres de las zonas rurales frente a las de zonas urbanas. En las zonas urbanas tienen menos hijos, o los tienen más tarde. En las zonas rurales no hay aún esa transición demográfica. Hay otras cosas: el acceso a educación o salud en las mujeres indígenas muestra un rezago grande que frena el acceso a oportunidades.

    ¿Hay techos que impiden crecimiento?
    El informe distingue tres grupos: uno es el de mujeres en situación de ‘techos de cristal’. Allí están las que han escalado posiciones, tuvieron mejor educación y estatus económico, pero llegan a un punto que es el ‘techo de cristal’. Llegan casi hasta los niveles más altos de las empresas pero chocan con ciertas barreras de género. Un segundo grupo, en el extremo bajo, se denomina de ‘pisos pegajosos’, con mucha dificultad de arrancar y hallar oportunidades, con familias más grandes y menor acceso a servicios y educación. Y en el medio está el grupo de ‘escaleras rotas’, es decir las que intentan escalar, pero tienen dificultades para vincularse de manera seguida y continua al mercado laboral y no reciben suficiente protección social.

    Usted habla del ‘techo de cristal’. ¿Qué falta de parte de las mujeres, de la sociedad, de las empresas para superar ese tope?
    Se trata de un tema de competitividad muy fuerte, de discriminación. No hay razón de mercado o de formación para que existan las diferencias salariales. En rangos de sueldos hay una concepción desde el empleador de que la mujer va salir de la compañía por temas como el embarazo,que va a costar más y esos costos son sesgos de género que no permiten los ascensos. Hay otro punto clave: mientras las mujeres participan más en procesos de decisión, también desafían un poder establecido, el patriarcado, y eso no siempre es fácil de aceptar desde los varones. Hay estereotipos fijados en los roles del hombre y la mujer. Se llega a un punto en que al elegir entre hombre y mujer, generalmente lo ocupan los varones.

    ¿Esa situación está cambiando con las generaciones nuevas?
    Creo que sí. En las responsabilidades familiares uno piensa que el cuidado de los hijos es de las mamás, pero también existen padres jóvenes que quisieran tener más tiempo para estar con sus hijos recién nacidos, más allá de lo que dice la ley. Ya quieren participar más del hogar, tienen una nueva mentalidad, consideran de otra manera a sus compañeras en el trabajo. Hay una conciencia o cambio generacional.

    Instituciones como el Foro Económico Mundial y otras dicen que las empresas pierden por no considerar a mujeres en sus directorios.
    Hay varios estudios al respecto a escala mundial. Existen mujeres muy bien calificadas, muy productivas y por los sesgos no se las aprovecha. Las brechas salariales desincentivan, no se paga según su productividad y puede ser que no entre al mercado laboral por esas razones. Así la economía pierde. Se calcula, incluso, que se afecta el PIB mundial. Ese sí es un problema porque se tiene pasiva una mano de obra que se puede aprovechar mejor si no hubiese discriminación.

    ¿Qué está pasando en Ecuador en este tema?
    Tenemos avances en lo relacionado con la situación económica de las mujeres, más de ellas en el mercado laboral, más formalización de la economía y reducción de brechas salariales. Estas últimas han bajado, pero se estancaron. Tenemos también un escenario importante de menos mujeres sin ingresos, gracias a los programas de transferencias no contributivas. Tenemos mejor cobertura de seguridad social, pero hay aún informalidad y autoempleo, gente que hace un poco de todo. Hay más mujeres en el autoempleo, con tareas sin seguridad social, volátiles y sensibles con la economía.

    ¿Autoempleo o emprendimiento?
    Podemos llamar emprendimiento a cualquier iniciativa económica, desde las muy pequeñas hasta las ideas con potencial de crecer. Sí tenemos más empresarias, mujeres dueñas de sus negocios. Al ver por tamaños, en las empresas más pequeñas están bastante representadas las mujeres. Pero no pasa lo mismo en las grandes empresas y allí volvemos al tema del ‘techo de cristal’. De hecho, los ecuatorianos no nos quedamos quietos, somos junto con Bolivia y Perú las poblaciones de la región que más trabajamos en América Latina. El problema es que existen muchas iniciativas que no son sostenibles, que necesitan más apoyo en temas de capital y conocimientos.

    ¿Qué le corresponde a las empresa para mejorar los indicadores?
    Es un esfuerzo nacional, no solo de los empleadores. Tenemos una normativa que hay que pensarla. Como decía, por temas legales las mujeres resultan unas trabajadoras más costosas que los hombres. El empleador piensa, financieramente, que una mujer va a costar más y de alguna manera se frena. En el momento en que esa normativa cambie, tal como ocurre en algunos países en los que padre y madre tienen igual número de días de permiso, se darán avances. Es necesario adaptarse a modalidades de trabajo más modernas, que tienen que ver más con la conciliación y con la familia. Por el lado de las empresas vale la pena esfuerzos con políticas internas no discriminatorias, abordar el tema de violencia , igualdad de género, así como un código para cumplir los derechos laborales para hombres y mujeres.

    La especialista de programa en Género y Economía en ONU Mujeres Ecuador habla sobre el aporte de las mujeres en las empresas. Esta investigadora asegura que para equilibrar la responsabilidad y los beneficios se requiere de un esfuerzo nacional. Foto: Jul
    La especialista de programa en Género y Economía en ONU Mujeres Ecuador habla sobre el aporte de las mujeres en las empresas. Esta investigadora asegura que para equilibrar la responsabilidad y los beneficios se requiere de un esfuerzo nacional. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • En sus oficinas se promueve la equidad de género

    Redacción Quito

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    El talento profesional de las mujeres es valorado y cultivado en Banco Pichincha. Esta entidad financiera cuenta con un programa de responsabilidad social enfocado en la Inteligencia de Género.

    Tener en la nómina una población importante de mujeres -alrededor de 64,5%- y contar con al menos un 68% de microempresarias  motivó a Banco Pichincha a buscar estrategias para promover la equidad de género y fomentar su desarrollo profesional y personal.

    El primer paso que dio la institución en este sentido fue adherirse en el 2015, de manera voluntaria, a los principios de Empoderamiento de la Mujer promovidos por Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres.

    Este hecho marcó un hito, porque esta empresa ecuatoriana fue la primera en unirse a este programa de la ONU, resalta David Grey, gerente de Sostenibilidad de esta entidad. Aparte el proyecto de Inteligencia de Género cuenta con el apoyo de la Corporación Financiera Internacional y Lila Working Mom’s.

    Esta iniciativa planteó el desafío de generar equidad de oportunidades para a la final alcanzar mejores resultados en el ámbito laboral y personal de sus trabajadoras.

    Casa adentro, este programa permite que las mujeres se sientan seguras y tengan las mismas oportunidades que sus compañeros. Ellas reciben capacitación permanente para estar preparadas ante un posible ascenso y cumplir con sus objetivos.

    Una muestra de esta política son las mujeres que ocupan cargos altos en la empresa. Actualmente, un 50% de las jefaturas y gerencias tienen al frente a una mujer.

    En el ámbito personal, la entidad también apoya a sus colaboradoras. En Banco Pichincha la ausencia que implica la maternidad y la lactancia no altera el desarrollo de las actividades que se realizan.

    Aunque ellas no acudan a la empresa por tres meses, para cumplir su rol de madres, no pierden los espacios ganados. Al contrario, tienen un trato preferencial.

    Para apoyarles en esta etapa, ellas cuentan con profesionales en la institución que a su retorno a la oficina les acompañan a reforzar sus destrezas, tienen flexibilidad en los permisos, un seguro privado e incluso pueden asistir a un programa denominado Escuela de Familia, que les permite adquirir herramientas o consejos para gestionar su rol como ejecutiva, madre y esposa.

    Alejandra Orellana, colaboradora de Banco Pichincha, comenta que este ambiente laboral le hace sentir que tiene las mismas oportunidades que sus compañeros y no le genera inestabilidad.

    Ahora que Orellana está esperando su segundo hijo no teme que sus proyectos pierdan continuidad cuando retorne luego de la su permiso de maternidad.

    Para las microempresarias o clientas del banco se aplican también procesos diferenciados. Grey reconoce que las prioridades al solicitar un crédito difiere entre hombres y mujeres.

    Hasta el momento el programa Inteligencia de Género ha beneficiado a alrededor de 600 personas entre colaboradores del banco y sus familias. Pero la aspiración es llegar al 100% del personal, es decir, a los más de 5 000 trabajadores. Con esto se contribuirá a una sociedad justa e inclusiva.

    David Grey, gerente de Sostenibilidad, junto a Daniela Landázuri, Verónica Tinoco y Carla Dueñas. Foto: Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    David Grey, gerente de Sostenibilidad, junto a Daniela Landázuri, Verónica Tinoco y Carla Dueñas. Foto: Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Holcim promueve equidad de género con ONU mujeres

    Redacción Guayaquil

    En un conversatorio presidido por trabajadoras e invitadas, la empresa Holcim firmó un convenio de cooperación con ONU Mujeres. De esta forma, se convirtió en la primera compañía del sector industrial en el país en desarrollar este tipo de convenios con la organización internacional.

    “Nos parece que es relevante ya que este sector está tradicionalmente muy masculinizado. Holcim está haciendo esfuerzos en la incorporación de mujeres en los ámbitos de producción, directorios y tiene un plan de acción muy concreto”, explica Bibiana Aído, representante de ONU Mujeres en Ecuador.

    Según Jorge Baigorri, presidente de Holcim Ecuador, los temas de igualdad de género son parte importante de la estrategia de la compañía desde el 2013.

    En cuatro años han integrado casi en un 30% al personal femenino, sobre todo en áreas administrativas y gerenciales. “En las áreas operativas también estamos trabajando para incrementar este porcentaje hasta un 30%”, explica Baigorri. Actualmente, la firma emplea alrededor de 300 mujeres y cuenta con nueve en el área de operaciones, lo que incluye producción, despacho y manejo de equipos pesados.

    Aído asegura que mientras más se cierra la brecha de género en las empresas, la productividad se incrementa y también la eficiencia. Según la representante de ONU Mujeres, hay estudios a nivel global y regional que lo demuestran.

    Los estudios globales explican que para el 2025 el “cierre de la brecha” en el mercado laboral sobre la desigualdad de género aumentaría el Producto Interno Bruto Mundial en un 26%, lo cual equivale a USD 13 billones.

    Por otro lado, estudios a nivel regional dicen que el cierre de esa brecha incrementaría en un 14% el Producto Interno Bruto para América Latina y el Caribe.

    “Estamos intentando desarrollar un estudio de estas características más localizados en el ámbito de Ecuador, pero ya hay avances importantes”, añade Aído.

    Por ejemplo, en el ámbito de la educación está incorporado un alto número de mujeres al igual que hombres. El problema, según la vocera, es cuando se empiezan a incorporar en el ámbito laboral y tratan de ascender de jerarquía, compitiendo con los hombres.

    La moderadora del evento fue María Fernanda Corral, representante de Women for Women International , quien dio oportunidad para que varias mujeres invitadas cuenten sus experiencias en el ámbito laboral y sean una motivación para las demás.

    “La igualdad entre mujeres y hombres además de ser un objetivo justo y ético es también una buena práctica para los negocios”, aseguró .

    El presidente de Holcim recalcó que las empresas no pueden ignorar este tema, quienes lo hagan “no tendrán éxito en el futuro”. Por ello, el objetivo de Holcim es incorporar a los mejores talentos y crear las oportunidades para que las mujeres “nos vean como una compañía ideal para que vengan a trabajar”.

    María Fernanda Corral, representante de Women for Women, durante su intervención en el conversatorio. Foto: Enrique Pesantes /LÍDERES
    María Fernanda Corral, representante de Women for Women, durante su intervención en el conversatorio. Foto: Enrique Pesantes /LÍDERES
  • La ‘app’ pensada para la violencia de género

    Patricia González

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    De cada 10 mujeres en el Ecuador, seis han sufrido algún tipo de violencia durante su vida, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.

    Con esa estadística y con el objetivo de contribuir a disminuir los índices de violencia en el país, a través de la prevención, la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) lanzó en diciembre de 2015 la aplicación móvil Junt@s, descargable sin ningún costo para dispositivos Android y iOS.

    La ‘app’ está dirigida a mujeres que sufren de violencia de género, pero también está destinada a cualquier persona que detecte en su entorno una posible situación de violencia de género.

    Al entrar en Junt@s el usuario tiene varias opciones para escoger. Una de ellas es el Test de Violencia, el cual a través de indicadores puede ayudarle a detectar si es víctima de acoso sexual en el entorno laboral, de ciberacoso; si sufre de violencia en una relación de pareja o si, por el contrario, es una persona violenta.

    También, ofrece recomendaciones para mujeres acerca de qué deben hacer en caso de que sean víctimas de violencia, como solicitar ayuda al ECU 911, pedir asesoramiento legal a la Defensoría Pública marcando al 151, buscar apoyo profesional para salir de este círculo y denunciar ante las Unidades Judiciales Especializadas contra la violencia a la Mujer y a la Familia a nivel nacional o en casos de delitos sexuales en las Fiscalías especializadas en el tema ubicadas en todo el país.

    La aplicación orienta a la víctima sobre cómo realizar una denuncia en la Fiscalía y cuáles son las medidas de protección que la institución podría brindarle.

    Las sugerencias además están dirigidas a amigos y familiares de mujeres que son víctimas de violencia de género. En concreto, detalla cómo hablar con las víctimas sobre lo que les sucede y cómo actuar en caso de presenciar un acto de violencia.

    De igual forma, se informa a la víctima acerca de las entidades en las que puede solicitar apoyo (Defensoría Pública, ECU 911 y Fiscalía General del Estado). En el caso de la Fiscalía, el usuario encontrará puntos georreferenciados de las diferentes sedes del ente en todo el territorio nacional.

    También se ofrecen datos de contacto de casas de refugio para mujeres víctimas de violencia de género en diferentes ciudades.

    La última pestaña de la ‘app’ permite registrar hasta cuatro contactos de personas de confianza, que puedan ayudar a la víctima en caso de necesitar ayuda inmediata. En la parte inferior de la aplicación se encuentra la opción de “Mensaje para ayuda”, a través del cual la persona puede enviar un mensaje de texto a cualquiera de los contactos registrados.
    Ante un caso de violencia en lugar público se puede activar el botón de “auxilio”, que disparará automáticamente una alarma.

    María Antonieta Palacios, jefa de Responsabilidad Corporativa de la CNT, recordó que la ‘app’ se enfoca únicamente en la prevención de esta problemática social.
    En marzo pasado, la CNT firmó un convenio por un año con la Fiscalía General del Estado para la difusión y socialización de la ‘app’, enfocado hacia los colaboradores del ente público.

    Datos DE LA APP

    -La aplicación móvil Junt@s suma a la fecha 2 903 descargas en dispositivos iOS y Android.
    -La inversión en el desarrollo de la herramienta de la CNT fue de USD 4 385.
    -La CNT ha socializado Junt@s con colaboradores de la Fiscalía General, de la Cooperativa de la Policía Nacional y de la Gobernación de Tungurahua.
    -La aplicación  Junt@s se puede descargar sin ningún costo para el usuario.

    María Antonieta Palacios, jefa de Responsabilidad Corporativa, indica cómo funciona la ‘app’. Foto: Julio Estrella/LÍDERES
    María Antonieta Palacios, jefa de Responsabilidad Corporativa, indica cómo funciona la ‘app’. Foto: Julio Estrella/LÍDERES