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  • Lo rural se fusiona con lo gourmet, al filo de carretera

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    En plena pandemia, justo cuando se volvió un imperativo guardar un adecuado distanciamiento social, surgió el restaurante Ukllana, que en quichua significa abrazar. Se trata de un nombre simbólico, tomando en cuenta este nuevo momento de la historia.

    “Es abrazar a los seres humanos, a la vida, el paisaje, los sabores, la montaña”, comenta Gerardo Villacreces, CEO y fundador de esta iniciativa gastronómica. Abrió sus puertas el pasado 19 de agosto, con una inversión de USD 250 000; se encuentra ubicado al filo de carretera, en Uyumbicho, cantón Mejía (al sur de Pichincha).

    Hasta el año pasado, su dueño tenía una cafetería en el lugar, pero decidió ampliarla. Se convirtió en un restaurante cuya construcción, según lo describe, fue un proceso contra viento y marea.

    Emocionado cuenta cómo se tuvo que parar la obra cuando empezó la pandemia, pero también cómo en abril decidió aplicar medidas de bioseguridad y seguir. Dio empleo a 25 personas del sector, que levantaron el proyecto y no se enfermaron de covid-19; asegura que todo se hizo con amor, fe, agradecimiento a Dios y a la vida.

    Sin embargo, el desarrollo de esta iniciativa va más allá de la infraestructura. La chef Alejandra Espinosa, por ejemplo, colaboró en la elaboración del menú; del marketing se encargó Rafaela Villacreces; Juan Carlos Castillo estuvo en la difusión, entre otros.

    Entre los atractivos de Ukllana está el hecho que los visitantes tienen una vista panorámica de los Andes. Pueden observar elevaciones como el Cotopaxi, Cayambe, Antisana, Pasochoa e Illinizas.

    Llegar al sitio no es complicado. Quienes van desde Quito deben avanzar al último tramo de la avenida Simón Bolívar, hasta el intercambiador de Santa Rosa. Podrán encontrar a Ukllana en el lado izquierdo de la carretera.

    Se trata de un negocio bajo el concepto de ‘comfort food’ de montaña, al filo de carretera. Ofrece comida sana y gourmet, preparada con insumos de proveedores nacionales; entre estos se encuentran alrededor de 15 de la provincia de Pichincha.

    Uno de ellos es Paúl Aguilera, propietario de L’Artisan Panadería, quien trabaja con Ukllana desde que se iniciaron los test de menú. “Haber tenido asesoría de una chef tan destacada, muestra un negocio con categoría que destaca. Tiene espacios amplios, que lo hace atractivo para esta época”, dice el proveedor, quien entrega pan francés de campo.

    Estas últimas son piezas grandes, de un kilo, que sirven para diferentes preparaciones.
    Entre la oferta gastronómica están los desayunos, con su plato emblemático: tigrillo de altura. Asimismo, otros como sánduches, empanadas, pan de yuca, locro de choclo, sopa de tomate, pesto con pollo, quesadillas de aguacate, ensaladas, postres, cafés y una gama de vinos.

    Uno de los objetivos de este negocio es incorporar nuevos platillos para satisfacer las necesidades de los visitantes. Ukllana brinda una atención personalizada; si un cliente quisiera desayunar en la tarde- noche se le sirve.

    Los consumidores tienen la posibilidad de ver cómo se preparan los alimentos, ya que el sitio funciona con el concepto de cocina abierta. Eso genera confianza.

    A diario, de lunes a viernes, llegan entre 30 y 40 personas. Sin embargo, los fines de semana se incrementa hasta 60 al día.

    Para Villacreces este es un elemento que se debe valorar, ya que la gente siente que este es un sitio seguro y no duda en acudir al espacio físico. De hecho, los visitantes destacan que es un lugar abierto y con áreas verdes.

    “Soy cliente de Ukllana desde que se abrió. Brinda la sensación de estar de día de campo o de vacaciones, en un lugar tan cerca de Quito. Destaco su oferta gastronómica, especialmente el tigrillo”, comenta Santiago Cadena.

    También reconoce la atención por parte del personal, que opera de 08:00 a 20:00. Ukllana da empleo a nueve personas, entre ellas madres solteras. Los trabajadores, principalmente, son de los alre­dedores del lugar.

    Un servicio adicional es ofrecer a los clientes hospedaje en una casa al pie del Pasochoa. El objetivo es que los visitantes puedan descansar en un lugar apropiado en medio de la naturaleza.

    El sitio cuenta con cuatro habitaciones, cada una con capacidad para recibir a dos personas, con medidas de bioseguridad.

    Ukllana busca convertirse en el mejor restaurante al filo de carretera del país. Es un espacio atractivo, señala Villacreces, que tiene altos estándares de calidad.

    Crisis y oportunidad
    Visión. El propietario de Ukllana asegura que en los momentos más adversos, en las crisis, se presentan grandes oportunidades. Considera que a través de este negocio se está contribuyendo a la reactivación productiva del país.

    Bioseguridad. En el sitio existe un túnel de desinfección. El personal cuenta con sus respectivos visores y cubrebocas. Se realiza limpieza permanente de cocina, mesas, pisos, áreas de tránsito y más. Ukllana es una alternativa para las personas que buscan áreas abiertas.

    Gerardo Villacreces (segundo desde la derecha) y su equipo de trabajo, en las instalaciones de Ukllana. Foto: Cortesía Ukllana
    Gerardo Villacreces (segundo desde la derecha) y su equipo de trabajo, en las instalaciones de Ukllana. Foto: Cortesía Ukllana
  • 4 variedades de hongos para el paladar gourmet

    Carolina Enriquez

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    Hortifungi es el deleite de chefs y cocineros, principalmente de aquellos que realizan preparaciones tipo gourmet. Hongos tipo ostra, shitake, cardoncello y shimeji son la oferta de la empresa de Francisco De la Torre. Este ingeniero zamorano siempre quiso desarrollar un producto agrícola poco común.

    Esta oportunidad se dio luego de estudiar en China, gracias a una beca, producción de hongos comestibles. Aprendió lo básico y, una vez en Ecuador, buscó -entre el 2001 y el 2004- el método perfecto para la siembra, cosecha y comercialización en el país.

    En el 2004, De la Torre arrancó con la producción de los hongos ostra. Son de color blanco y tienen una especia de sombrero, que se muestra de forma plana.

    La zona de cultivo de Hortifungi, que tiene 1 800 metros cuadrados, se encuentra en el sector de Churoloma, de la parroquia Tumbaco. En diferentes invernaderos, en los que la luz es tenue, se encuentran fundas con paja de las que salen los hongos; en otros casos nacen de una especie de bancos de heno y tierra.

    El propietario comenta que son productos bastante sensibles. Deben estar a una temperatura de entre 10 y 20 grados centígrados, no les puede dar el sol directamente y deben estar en ambientes totalmente inocuos. Esto último debido a que si se contaminan con los hongos que se hallan en el ambiente, dejan de ser comestibles.

    Todo el proceso agrícola de esta empresa es orgánico y eso lo destaca el Ministerio de Comercio Exterior. La entidad incluyó a esta pequeña empresa en el catálogo Ecuador Certificado del 2017.

    De La Torre explica que desde el 2011 su empresa tiene la certificación orgánica de Agrocalidad y de NOPP, del departamento de agricultura de EE.UU.

    Los hongos orgánicos  de Hortifungi llegan a supermercados y restaurantes. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Los hongos orgánicos de Hortifungi llegan a supermercados y restaurantes. Foto: Patricio Terán / LÍDERES

    Desde que se siembra el producto hasta que se cosecha toma un mes. Una vez que se enfunda y envía los hongos, tienen una vida en percha de entre 10 y 15 días. A la fecha la compañía cuenta con cuatro variedades, pero tiene como meta desarrollar otras tres. Uno de sus clientes es Corporación Favorita, la cual ofrece tres de estos tipos de hongos.

    Este grupo empresarial intenta satisfacer la necesidad de los clientes que buscan productos con valor agregado. “Destacamos la innovación, ya que Hortifungi emprendió con nuevas variedades que los supermercados no comercializábamos”, indica la firma.

    La empresa comercializa sus productos a tres cadenas de supermercados, así como a restaurantes en Quito y negocios que abastecen a la comunidad asiática. También entrega pedidos en Guayaquil y Cuenca.

    Los hongos se comercializan bajo las marcas Ken Koo y como Fungi Gourmet. El 70% se vende en supermercados y el restante a través de otra vías.  Iván Paredes es experto en cocina gourmet.

    Explica que estos productos se pueden usar en innumerables preparaciones entre las que están hongos ostra rellenos con queso azul, salteados con vino blanco o en diferentes combinaciones con camarones o pollo, también shitake con sésamo, shimeji con verduras, etc.

    De la Torre considera que los hongos son un producto del futuro ya que pueden llegar a reemplazar la carne, si esta faltara, porque son una proteína. Además, tienen propiedades medicinales al prevenir virus y tumores; también suben defensas y bajan el colesterol.

    Los productos nacen de una especie de envolturas que contienen paja. La zona de cultivos es inocua, para evitar cualquier contaminación. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Los productos nacen de una especie de envolturas que contienen paja. La zona de cultivos es inocua, para evitar cualquier contaminación. Foto: Patricio Terán / LÍDERES

    “Quiero que la gente se dé cuenta de los beneficios del consumo de estos alimentos”, dice el propietario. Además, considera que el cultivo de las setas en el mundo genera un menor impacto en el medioambiente, ya que requiere menos insumos para producir un kilo de estas que la carne de res.

    Hortifungi quiere seguir creciendo por lo que su propietario analiza la posibilidad del procesamiento del producto. De hecho, en el 2015 participó en el programa Banco de Ideas, del Gobierno, con un proyecto para la producción e industrialización de las setas en la zona del río Portoviejo.

    Aunque quedó finalista, por cuestiones financieras no logró acceder a los fondos del concurso.
    Esta compañía limitada busca seguir creciendo a escala nacional. Por ahora no ha pensado en la exportación debido a que para alcanzar ese punto es necesario un alto volumen de producción.

    Trabajadores cosechan hongos ostra en el área de cultivo de Hortifungi. La empresa tiene trece años y provee a supermercados y restaurantes. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Trabajadores cosechan hongos ostra en el área de cultivo de Hortifungi. La empresa tiene trece años y provee a supermercados y restaurantes. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Tres salsas gourmet dan el sabor en este negocio

    Cristina Marquez

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    Tras casi dos años desde que se abrió en Riobamba el restaurante urbano Soho38, Gabriel y Santiago Chávez decidieron acceder a las peticiones insistentes de sus clientes más asiduos: compartir las salsas que caracterizan el sabor de sus platillos.

    Las preparaciones acompañan perfectamente todo tipo de carnes y tienen un sabor original que no puede compararse con ningún otro aderezo existente en el mercado. En el restaurante se comercializan los tres sabores en frascos de 200 miligramos.

    Las salsas fueron creadas y desarrollas por los dos hermanos, quienes se profesionalizaron en escuelas de cocina de Ecuador y Argentina. “Santiago empezó a experimentar con los sabores y a diseñar las recetas, luego las probamos y creamos los platos para nuestro restaurante. Buscábamos sabores distintos y nuevos”, cuenta Gabriel, de 35 años.

    Lo que los cocineros nunca se imaginaron fue la respuesta que tendrían sus creaciones en el público. Al degustar los 17 platillos que constan en el menú de Soho38, la gente se impresionó con el sabor de los aderezos y empezaron a solicitarlos por separado.

    La salsa de maracuyá, miel y mostaza es una de las más solicitadas. Sus toques cítricos, dulces y exóticos son ideales para acompañar pescados y cerdo. En el restaurante se sirve para acompañar costillas de cerdo asadas y alitas de pollo, dicen los hermanos.

    Otra preparación es una salsa barbacoa ahumada hecha con moras andinas que, a diferencia de las moras de otras variedades, tienen un sabor mucho más intenso y agradable. Los asados que se aderezan con esa salsa logran un gusto dulce y ahumado.

    Entre tanto, para los aficionados al picante está la salsa vietnamita. Está elaborada con ají panca, que se caracteriza por una fusión de toques dulces y delicado toque picante, ideal para acompañar con carnes y vegetales. En el restaurante esta salsa es la protagonista de platillos como rollos de pollo.

    Los emprendedores se animaron a embotellar sus salsas en octubre del 2016, cuando recibieron una invitación para unirse a la red de emprendimientos riobambeños Pronova. Para la primera feria en la que participaron prepararon únicamente 25 botellas de salsa.

    Sin embargo, la acogida del público superó sus expectativas y tras una degustación, los productos se agotaron en pocas horas. Actualmente producen 40 litros semanales, (unos 120 frascos).

    Las salsas se comercializan en la feria solidaria de Riobamba el último viernes de cada mes, también se distribuye por galones a dos restaurantes de Quito y se vende en el restaurante ubicado en la avenida Daniel León Borja, frente al parque Guayaquil.

    “Tenemos expectativas muy altas. Nuestra meta para este año es duplicar la producción y en algún momento exportar al extranjero”, dice Gabriel, quien es el encargado de administrar el restaurante.

    Al momento la preparación de las salsas es artesanal. No se utilizan conservantes artificiales, sino únicamente miel, que es un conservante natural de alimentos. Sin embargo, un ingeniero químico ya realiza un estudio completo de la receta para añadir un elemento para mejorar su durabilidad sin dañar el sabor y conservando sus características saludables.

    Otra característica que define el sabor de las preparaciones es que están hechas con ingredientes adquiridos a pequeños productores locales. Pero en realidad esa es una política que se aplica a todo el restaurante.

    “Nuestro concepto es apoyar la economía local. Todos los ingredientes de nuestros platillos los adquirimos a agricultores orgánicos de la ciudad”, cuenta Gabriel.

    Para Cristina Guevara, una de las clientes, eso es una muestra de que es un emprendimiento con vínculos sociales. “El sabor es exquisito y muy diferente. Me gusta ir al restaurante también por la decoración que tiene”.

    Gabriel Chávez es uno de los fundadores de este restaurante que funciona desde hace dos años. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
    Gabriel Chávez es uno de los fundadores de este restaurante que funciona desde hace dos años. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
  • La cocina gourmet se acerca al hogar de los ecuatorianos

    Redacción Quito

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    Los condimentos y aliños de calidad internacional se producen en la actualidad en Ecuador. Uno de sus protagonistas es Chef en casa. Es una marca nacional que ha innovado en recetas y productos de cocina para que los hogares ecuatorianos puedan contar con comida de alta calidad gourmet.

    Henry Richardson, fundador y Chef ejecutivo de la marca, ha acumulado más de 30 años de experiencia en la cocina nacional e internacional. Durante este tiempo, el profesional cuenta que realizó pruebas e investigaciones sobre mejoras de los aliños y condimentos para incrementar la calidad de los alimentos.

    “Me había dado cuenta que el personal de la cocina puede cambiar, pero la calidad de los productos siempre debe permanecer igual. Es por esto, que decidí desarrollar recetas que se utilicen regularmente para garantizar la calidad del producto final”, comenta Richardson.

    Además, dice, la industria de los condimentos y aliños en el país era muy limitada y no ofrecía productos que los cocineros profesionales requerían para poder sazonar correctamente los ingredientes que se utilizaban.

    Es así que, armado con su experiencia y conocimiento culinarios, Richardson decidió crear Chef en casa, una marca nacional que provea los mejores condimentos y aliños no solo a chefs profesionales, sino a todo aquel que desee elaborar platos que tengan una alta calidad desde la comodidad de su hogar.

    En el 2015, cuando la marca salió oficialmente a la venta, la empresa contaba con 10 productos; sin embargo, en la actualidad, ya son más de 20, entre los que están condimentos y accesorios de cocina, que facilitan la actividad culinaria a miles de ecuatorianos que ya prefieren esta marca.

    Además, según la directora de mercadeo y innovación de Chef en casa, Genevieve Abraham, la marca se mantiene en constante búsqueda de productos que se utilizan a escala internacional, pero que no se encuentran en el mercado nacional.

    “Buscamos los ingredientes e insumos que utilizamos para los sazonadores desde su lugar de origen. Esto nos permite ofertar productos que antes se encontraban únicamente en el mercado internacional”, señala Abraham.

    Así también, la marca trabaja con productores nacionales para potenciar su producción y subir la calidad de los insumos que se ofertan. La línea de accesorios de cocina Chef en casa, que se puede encontrar en la cadena de almacenes Sukasa, es producida por fábricas nacionales que ya tenían los productos, pero que necesitaron de la capacitación y experiencia profesional de Richardson y su equipo para mejorar su calidad.

    “Por ejemplo, trabajamos con una empresa local que ya producía guantes de cocina, pero en Chef en casa invertimos para mejorar las características del guante y sacar, finalmente, un producto de calidad internacional. Además, todos los artículos que se venden bajo nuestra marca son probados y garantizados por chefs profesionales”, comenta Richardson.

    Hoy en día, la marca cuenta ya con varios convenios para poder potenciar sus ventas y producción, como el acuerdo con La Favorita que permitió comercializar los artículos en la cadena de supermercados Supermaxi. Gracias a estos acuerdos, Chef en casa logró facturar aproximadamente unos USD 183 000 el año pasado.

    Además, la marca ha tenido un crecimiento importante con una proyección de expansión muy grande. Richardson comenta que se espera lanzar al mercado alrededor de 21 productos nuevos con innovaciones en las fórmulas, entre apanaduras, mezclas para tortas, salsas, congelados, entre otros, para facilitar aún más las actividades culinarias.

    Henry Richardson es un chef ecuatoriano que incursiona en varios campos de la cocina; incluyendo la académica, la empresarial, entre otras. Es un chef profesional desde 1985. Foto. Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Henry Richardson es un chef ecuatoriano que incursiona en varios campos de la cocina; incluyendo la académica, la empresarial, entre otras. Es un chef profesional desde 1985. Foto. Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Recetas de la abuela en comida gourmet

    Modesto Moreta

    Las recetas de la abuela ahora se venden en una variedad de salsas, ajíes, mermeladas y condimentos que se elaboran sin preservantes. Esa idea se le ocurrió a la firma Bravado Original que entró al mercado de los alimentos gourmet hace tres años.

    El ají rocoto feo, el seco de pollo con salsa de vegetales y mermelada de maracuyá con ají, mermelada de uva y otros, son los productos estrella de esta microempresa artesanal. En su abanico tiene más de 80 recetas desarrolladas por los especialistas de este emprendimiento ambateño y que se comercializan en supermercados de Corporación Favorita.

    La calidad y la frescura de sus alimentos incrementaron sus ventas desde su fundación el 3 de enero del 2013. Las legumbres, las hortalizas y las frutas se transforman en novedosas recetas convertidas en el auxiliar de las amas de casas en la cocina.

    Iván Izurieta, gerente de la firma Bravado Original, cuenta que tras su retorno de Inglaterra, donde hizo una maestría en negocios, decidió emprender en un negocio familiar. Se le ocurrió que podría comercializar el seco de pollo con vegetales una de las recetas favoritas que prepara su madre.

    Su progenitora le entregó la receta original del seco de pollo que es una tradición familiar y que frecuentemente sazona en casa. Calculó la cantidad de los ingredientes y con apoyo de dos ingenieros en alimentos logró desarrollar la receta para industrializarla.
    La inversión inicial fue de USD 8 000. Con los fondos adquirió una despulpadora que es movida con un motor eléctrico, una cocina, varias estanterías de acero inoxidable y una marmita (olla que esteriliza los frascos a base de vapor y de presión).

    Durante las pruebas envasaron el producto y lo guardaron varios meses con el objetivo de conocer el tiempo de caducidad de los alimentos. Recuerda que una vez listo su receta comenzó a comercializarse a sus familiares, amigos y vecinos con buena aceptación.

    Posteriormente experimentó nuevas recetas como el ají rocoto feo, la mermelada de maracuyá con ají y el ají con pepa de sambo. Para promocionar viajó a diversas ferias en el país. Eso le ayudó a abrir mercado. Al inicio vendía 300 frascos mensuales, en la actualidad comercializa al menos  7 000 frascos y factura USD 3 000.

    Hoy continúa los trámites para ingresar a las perchas de los supermercados Santa María e inició acercamientos con la Embajada de Perú para comercializar sus alimentos gourmet en Perú, especialmente el ají.

    Izurieta dice que la persona que compra su producto solo requiere de 20 minutos para realizar un seco de pollo o sazonar cualquier plato, pues tiene salsas para las parrilladas, mermeladas de todos los sabores como mango con limón, piña con ají, chocolate, cerveza, mojito y más. También, salsas picantes, salsa para tallarín, ajíes en todas las variedades.

    Uno de sus éxitos es que realiza el estudio de mercado para determinar qué producto nuevo puede presentar a sus clientes. Constantemente navega en la Internet buscando recetas que luego son adaptadas usando productos ecuatorianos.

    Una tarea es el rescate del ají rocoto en el Ecuador que antiguamente era consumido y que poco a poco fue desplazado por los importados como el jalapeño.

    Izurieta alista una nueva inversión de USD 30 000 con la que comprará de un caldero, mermitas y un molino coloidal. El 70% de los recursos lo consiguió de un crédito en una institución financiera local y el porcentaje restante con ahorros propios.

    Uno de sus compradores habituales es Edith Arriaga. Ella asegura que los productos son de alta calidad, puesto que no tiene colorantes ni preservantes. Utiliza recetas como el seco de pollo con vegetales, la mermelada con ají y el ajó rocoto feo que son los referentes.

    Arriaga cuenta que ha logrado que el producto se conozca debido a que envía a sus amios y familiares de otras ciudades y del extranjero. “Cada vez piden más”.

    Iván Izurieta trabaja en el empacado de sus productos para enviarlos a los consumidores del país. Foto: Glenda Giacometti/ LÍDERES
    Iván Izurieta trabaja en el empacado de sus productos para enviarlos a los consumidores del país. Foto: Glenda Giacometti/ LÍDERES
  • Bolivia se ofrece como destino gourmet

    Agencia AFP

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    Bolivia, que asoma tímida en los listados internacionales de la gastronomía, quiere imponerse como destino culinario mundial desde las alturas de La Paz y de la mano de intrépidos chefs que apuestan por productos nativos como la quinua, el copoazú -un cacao blanco amazónico- o la carne de llama.

    Los bolivianos “tienen unas oportunidades de desarrollo económico sostenible muy fuertes, pero también de desarrollo de su gastronomía, es decir de los restaurantes de más alto nivel, así como, para el público extranjero, de su cocina más popular”, dice a la francesa Carole Metayer, creadora de la agencia de viajes La Route des Gourmets, dedicada al turismo gastronómico.

    La municipalidad de La Paz decidió contar con esta experta para dar un nuevo impulso a la cocina local. Luego del éxito del restaurante Gustu (sabor en quechua) que en poco tiempo trepó al puesto 17 en el ranking Latin America’s 50 Best en 2015, la culinaria boliviana experimentó una gratificante explosión de sabores tradicionales e ideas innovadoras.

    El chef Sebastián Quiroga, de 27 años y propietario del restaurante vegano Ali Pacha (universo de las plantas, en aymara), cree que la culinaria boliviana tiene “un potencial tremendo para mostrarnos al mundo”.

    La idea en Ali Pacha “es resaltar los sabores, las texturas, los aromas que el producto tiene”, señaló Quiroga, que elaboró un plato a base de yuca (mandioca) amazónica cocida y sellada, fermentada naturalmente, rociada con leche de almendras, cortada con salsa de alcaparras, un champiñón sellado y un amaranto -grano andino- crocante.

    La idea del evento La Paz, destino gastronómico, lanzada por la municipalidad, congregó la semana pasada a jóvenes chefs en un emblemático cerro-mirador a 3 600 metros de altitud donde, en 1871, 40 000 aymaras liderados por Tupac Katari tendieron un cerco de tres meses a la ciudad en contra de las fuerzas coloniales españolas. Esta vez fue un cerco de sabores en una de las ciudades más altas del mundo.

    Para Metayer, la cocina boliviana “no debe introducir ningún producto extranjero, que no sea realmente parte de la cultura alimentaria, es decir que siempre está mejor consumir lo que el país le propone”. En suma “pensar global pero comer y consumir local”, apunta.

    La cocina local debe representar “ideales comunes”, sostiene Raúl Pérez, asesor de la unidad turística del gobierno municipal de La Paz. “Es decir, un comercio justo, cuidado y respeto al medioambiente -no generando desperdicios en la cocina- y con productos ‘kilómetro cero’”, lo que quiere decir del productor al consumidor”. Se trata de una tendencia que ya aplica la alta cocina de su vecino Perú, destino gastronómico por excelencia.

    Mayté Clavijo y su equipo de cocineros participaron la semana pasada en el  evento La Paz, destino gastronómico. La jornada se cumplió en un mirador de La Paz. Fotos: Aizar Raldes Núñez / AFP
    Mayté Clavijo y su equipo de cocineros participaron la semana pasada en el evento La Paz, destino gastronómico. La jornada se cumplió en un mirador de La Paz. Fotos: Aizar Raldes Núñez / AFP
  • La sala de cata es una puerta al mundo

    Ana Cristina Alvarado

    Arte Sommelier es una sala sensorial que se estrenó en este diciembre en el Centro Plaza Cumbayá. Este espacio fue creado por la sommelier Tania Armas, quien busca compartir la cultura gourmet en Ecuador.

    Desde enero se lanzarán eventos semanales. Estos funcionarán como talleres guiados para personas con todos los niveles de conocimiento sobre vinos y maridaje.

    En la inauguración, Armas guió la degustación de un jamón tipo serrano hecho en Ecuador y vinos chilenos. Durante la velada, los invitados más experimentados contribuyeron con sus impresiones del maridaje, alimentando el conocimiento, principalmente para las personas que no saben sobre cultura gastronómica y vinos.

    Este es el objetivo de Armas: crear una experiencia en la que los comensales intercambien datos e información y puedan viajar alrededor del mundo al hablar sobre el origen y las características de cierto producto.

    El siguiente evento de Arte Sommelier será el 14 de enero. Se ofrecerá una cata de quesos maduros, vinos y ‘late harvest’ (un vino de cosecha tardía). El costo por persona será de USD 15.

    El precio variará de sesión en sesión, de acuerdo con los ingredientes con los que se trabaje. Sin embargo, oscilará entre los USD 15 y 25, con excepción de los platos elaborados por los que se pagará unos USD 35 por persona.

    Otro espacio para aprender y compartir es DiVino. Esta es una tienda de vinos, accesorios y libros referentes a esta bebida. Tiene sucursales en Quito y Cumbayá. Cada 15 días, la tienda invita de forma aleatoria a 15 clientes -en la lista figuran todos los que han comprado al menos una vez- para una cata guiada.

    Thierry Sebastià es el importador, administrador y sommelier de esta boutique. El experto se encarga de seleccionar los vinos y otras bebidas que se degustarán en cada sesión. La idea es sacar a la luz vinos desconocidos, ya sea por el nombre, la cepa o el origen.

    Lo usual es escoger tres cepas. La cata inicia desde los sabores más delicados hasta los más complejos. El sommelier guía a los invitados y les explica que tomar vino es una experiencia que se disfruta en tres etapas.

    Primero se observa, para identificar detalles que hablan del vino como el color. Después se involucra el olfato y se reconocen los aromas que lo enriquecen. En el tercer punto, se prueba en boca.

    En el primer trago la boca se libera de aromas o sabores que otros alimentos han dejado o que son naturales por el pH y otros factores. Después de este acercamiento, el comensal puede disfrutar de su copa y acompañarla con los alimentos.

    Thierry Sebastià (a la izquierda), sommelier de DiVino, observa  a contraluz un tinto junto a Michael Rosillo, socio y dueño de la tienda. Foto: Patricio Terán / Líderes
    Thierry Sebastià (a la izquierda), sommelier de DiVino, observa a contraluz un tinto junto a Michael Rosillo, socio y dueño de la tienda. Foto: Patricio Terán / Líderes
  • Desde Íntag surge una cafetería gourmet

    Sofía Ramirez

    El aroma del café de Íntag, un valle localizado en el cantón Cotacachi (Imbabura) ‘envuelve’ al ingresar a la cafetería Río Íntag.

    Este establecimiento, ubicado en el sector de La Floresta, en el norte de Quito, es el tercer local de esta cadena que nació hace cinco años, de la mano de Eddy Fuertes. Este oriundo del lugar, de 33 años, vio en el valle donde creció, la fortaleza para posicionar el café que se cultiva en la zona. Las otras dos sucursales están en Cotacachi y en la estación del tren de Andrade Marín, en Antonio Ante.

    De acuerdo con la Asociación Agroartesanal de Caficultores Río Íntag (Aacri), en esta región se cultivan unas 20 toneladas del grano rojo; que luego de pasar un proceso minucioso de tostado, se puede degustar con leche, chocolate, ron, whisky o vodka.

    En los dos últimos años, esta zona ha tenido mayor visibilidad por los proyectos mineros que se intentan desarrollar allí, pero para Eddy Fuertes, en cambio, “el café arábigo que se cultiva aquí es el valor más importante”, dice.

    Para este joven, que estudió en Argentina, Francia y otros países, carreras afines a los negocios, al frecuentar la parroquia de Peñaherrera, en Íntag, recordó cómo su familia elaboraba café artesanal:  “desde niños aprendimos a cultivar y jugar entre los cafetales”.

    En el 2010, este emprendedor, con un acento entre bonaerense y cotacacheño, menciona que regresó al país para trabajar en un voluntariado en la parroquia de Peñaherrera; y allí se acercó a la Aacri, gremio que desde 1998 se formalizó y elaboraba café arábigo y orgánico para exportación.

    Además de beneficiar a 150 familias, la organización trabaja bajo los lineamientos de comercio justo. Por eso, este emprendedor observó una oportunidad de negocio: establecer una cadena de cafeterías que promocione el café de Íntag, bajo un nuevo concepto en diseño y productos.

    En el 2010, invirtió USD 6 000 para abrir la primera cafetería que se ubicó en un espacio municipal llamado Casa de las Culturas, en pleno centro de Cotacachi. Fuertes explica que estar en este sitio fue estratégico para su crecimiento, debido al perfil de los turistas que visitan este cantón.

    Y cuatro meses después se trasladó frente a la plaza de San Francisco, cerca del Centro de la ciudad. Aquí implementó el local con diseños vintage y modernos a la vez: “Preferimos un estilo ecléctico en la cadena de cafeterías, con materiales reciclados, cuadros burlesque”, explica Eddy Fuertes.

    Para la elaboración de las diversas variedades de bebidas de café, la cafetería Río Íntag utiliza un quintal mensual de café elaborado por los caficultores del gremio.

    Además, se definió una línea de repostería que utiliza productos ancestrales como melloco, yuca, ocas, toctes o quinua, remolacha, zanahoria, explica la chef Jenny Mancheno, quien desde noviembre pasado se convirtió en proveedora de esta firma, que ahora tiene su segundo establecimiento en el sector de La Floresta, en el norte de Quito. Ella elabora unas 30 tortas en promedio para la cafetería.

    Los ingredientes adicionales para estos productos los adquieren en ferias orgánicas de Cotacachi, como la Jambi Mascari, que se expone todos los fines de semana cerca al mercado de Cotacachi.

    La cadena de cafeterías Río Íntag ha tenido un crecimiento sostenible en los últimos cinco años. De esta manera, permitió que se creasen 17 plazas de trabajo directo, entre meseros, cajeros y ­personal administrativo.

    Para este año, la estrategia de crecimiento será posicionar el café integño en Quito. Esto, debido a que en el largo plazo se tiene el objetivo de abrir otras cafeterías en ciudades como Guayaquil.  Aunque la consigna será la misma: ‘dar a conocer a los caficultores de la zona de Íntag’.

     

    Esta cadena de tres cafeterías fortalece el cultivo del grano de la zona de Íntag, en Cotacachi.
    Esta cadena de tres cafeterías fortalece el cultivo del grano de la zona de Íntag, en Cotacachi.
  • Con el chocolate gourmet artesanal se abre mercados

    REDACCIÓN QUITO  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Papá Cacao es la empresa de Jaime Freire, quien la creó y desde hace tres años elabora chocolate con cacao fino y orgánico. Su producto llamó la atención en Bélgica, Brasil y otros países.

    En 1999, Jaime Freire adoptó el sobrenombre de ‘Papá Cacao’. Lo hizo cuando estaba en un evento relacionado con la producción del cacao en la parroquia Las Golondrinas, en Esmeraldas. Este empresario, quien estudió Economía en la Universidad Central del Ecuador, se dedicó de lleno a trabajar en cultivos de cacao.

    Él creó su empresa Papá Cacao, que realiza consultorías sobre comercialización asociativa en productos agrícolas, aplicación de procesos de capacitación, escuelas de campo. Pero, desde el 2012, con su esposa Paulina Pino se concentran en la elaboración del chocolate ‘gourmet’ artesanal.

    Para la producción de las barras de chocolate y bombones artesanales utilizan cacao fino de aroma y orgánico, que por su procesamiento ofrece texturas, aromas y sabores consistentes que han ganado mercado en Egipto, Singapur, Brasil, Bélgica y otros países de Europa, explica Freire.

    El valor agregado de su chocolate es su formulación, dice el Gerente de la iniciativa. Para esto, sus chocolates utilizan cacao fino, manteca de cacao, azúcar y menos del 1% de lecitina, componente que compacta al dulce. Con estos ingredientes no es necesario utilizar preservantes ni saborizantes.

    Los principales insumos los adquieren de productores locales de Los Ríos, Esmeraldas, Guayas, entre otras zonas del Litoral. Por ejemplo, Francisco Peñarrieta, gerente de la Unión de Organizaciones de Productores de Cacao Arriba Esmeraldas, afirma que cada mes provee a Papá Cacao de dos quintales para la elaboración de las tabletas de chocolate.

    Mientras que a la Corporación Fortaleza del Valle, ubicada en Manabí, este emprendimiento compra dos toneladas mensuales de cacao orgánico, con certificación de comercio justo.
    Para el procesamiento del chocolate ‘gourmet’, la firma trabaja con la empresa cuencana Godika, que también se dedica a la elaboración de chocolates. Allí se procesan mensualmente 250 libras de cacao maduro, que se destinan a las instalaciones de Papá Cacao (ubicadas en Pomasqui, al norte de Quito), para su tratamiento.

    En la producción artesanal, los bloques de chocolate se derriten y se aplican técnicas específicas, como templar el dulce para adquirir una textura crujiente y brillante; en los bombones se agregan esencias y rellenos de café, frutos rojos, mora, ají, etc.

    En este año, Papá Cacao participó en ferias de El Cairo y Ámsterdam, con el apoyo del Instituto de Promoción de Exportaciones e Importaciones (ProEcuador). Estos encuentros le permitieron mostrar sus productos en el exterior y desarrollar negocios a través de su página web.

    Su estrategia, comenta Freire, es consolidar por ahora nuevos mercados. Para esto exporta, cada mes, unas 150 libras en barras de chocolates en promedio, con una concentración de cacao, del 80% o 90%. Sebastián Klerp, gerente de la empresa Euromerk, ubicada en Bélgica, trabaja con Freire para consolidar clientes en este país. En los próximos meses, dice, abrirá una tienda de Papá Cacao.

    Con todas las líneas de negocio, en el 2013 facturaron alrededor de USD 10 000 y para el 2014 lograron ventas, tanto de chocolates como por las consultorías de proyectos valoradas en USD 15 000.

    Otra estrategia de la marca es capacitar a productores locales y emprendedores de cacao y chocolate, en planes de negocio completos (que incluye asesoría en producción, modelos de gestión, canales de ventas, etc.).

    Jaime Freire, conocido como ‘Papá Cacao’, exhibe su portafolio de productos en el que constan bombones y barras de chocolate elaborados con cacao de aroma fino ecuatoriano. Foto: Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Jaime Freire, conocido como ‘Papá Cacao’, exhibe su portafolio de productos en el que constan bombones y barras de chocolate elaborados con cacao de aroma fino ecuatoriano. Foto: Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Por sus locales han pasado los mejores productos del país

    Giovanni Astudillo (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    Galería Ecuador es una empresa que recibe a consignación productos de más de 250 artesanos, diseñadores… Abrirá un nuevo local en los bajos de la Catedral de Quito.

    Más de 250 artesanos, artistas, diseñadores y emprendedores del país se benefician con la exposición y venta de sus productos en los cinco locales de Galería Ecuador, que funcionan en Quito y Galápagos. Esta empresa es pionera en un modelo comercial para artesanías y productos gourmet ecuatorianos.

    Su presidenta, Adriana Alomía, es la gestora de la iniciativa que se concretó con la experiencia lograda en sus anteriores trabajos. Ella laboró durante 10 años en el Fondo Ecuatoriano Canadiense de Desarrollo y de la Unidad de Asistencia Técnica Canadiense.

    Allí, conoció de cerca a los artesanos del país que buscaban financiamiento para la producción. Aprendió de sus fortalezas, pero también identificó que su principal limitante era la comercialización, por lo que no podían crecer.

    Antes de salir de esta ONG, Alomía y su esposo Diego Castillo se encargaron de un pequeño local de ventas de artesanías en el antiguo Aeropuerto de Quito. Era el 2004 y ese negocio solo representaba una fuente extra de ingresos.

    Allí, compraban y vendían artesanías sin valor agregado, dice Alomía. Pero quisieron diferenciarse de la competencia y, luego, identificaron tras un estudio de mercado que el café, chocolate y las artesanías diferenciadas (no las típicas), eran demandas.

    Alomía contactó con productores de café de Loja, El Oro y Manabí y crearon la marca Fino de Aroma, que tiene más demanda en la actualidad en Galería Ecuador.

    En el 2007 su local comercializaba 15 marcas de chocolate y café. Casi de forma paralela buscaban un local propio y compraron en USD 200 000 una casona patrimonial, ubicada en Reina Victoria y Lizardo García. Luego invirtieron en su recuperación.

    Allí, crearon 14 salas especializadas para exponer joyas, artesanías, café, chocolate, ropa, accesorios, cerámica… Castillo y Alomía abrieron el local en el 2010 con cerca de 100 productores y, en la actualidad, superan los 250 y se ofertan más de 4 000 ítems.

    Al inicio optaron por alquilar los espacios con pagos que no superaban los USD 250 al mes, según el productor. Alomía señala que no todos estaban en la capacidad de cumplir ese pago, “por eso fuimos flexibles y a los más pequeños cobrábamos unos USD 50”.

    Ahora, los productos se entregan a consignación. En el 2014, en Galería Ecuador se hicieron 2 500 facturas al mes, en promedio. Solo el 30% fue comprador nacional.

    Según Alomía, tienen un ritmo de crecimiento del 10% anual en facturación y “para el 2015 esperamos mantenernos”. Su nuevo proyecto es el local Galería Ecuador Show Gourmet, que se inaugurará en julio próximo en los bajos de la Catedral de Quito.
    Allí, el cliente puede mirar la elaboración del café y chocolate. Habrá una tostadora, una moledora y una chocolatería… Allí, están asociados con Pacari y Galletti.

    La representante de esta última firma que produce café, Ena Galletti, dice que la iniciativa es importante, porque el local está bien ubicado y será una posibilidad de internacionalizarse. “Queremos mostrar que en el país se hacen productos de calidad mundial”.

    Adriana Alomía Viver es la mentalizadora de la iniciativa, que tiene cinco locales en Quito y en el aeropuerto de Baltra, Galápagos. La matriz está en Reina Victoria y Lizardo García, Quito. Foto: Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Adriana Alomía Viver es la mentalizadora de la iniciativa, que tiene cinco locales en Quito y en el aeropuerto de Baltra, Galápagos. La matriz está en Reina Victoria y Lizardo García, Quito. Foto: Foto: Patricio Terán / LÍDERES