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  • Tres personas influenciaron en su gusto por leer

    Redacción Cuenca

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    Tres personas marcaron el gusto por la lectura que tiene el presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Cuenca (AJE), Nicolás Muñoz. Esa influencia ocurrió en momentos distintos de su vida.

    Cuando tenía siete años, su padre Nicolás Muñoz Chávez le motivó a que lea las ‘Aventuras de Robinson Crusoe’. “Fue bastante interesante y motivante”.

    La segunda influencia fue Marcia Salcedo, profesora de Lenguaje en la Unidad Educativa Borja. Les pedía que leyeran textos de Édgar Allan Poe y otros autores. Si bien no era el género que prefería, ella dijo una frase que lo marcó: “cada persona encuentra su estilo en un tipo de narrativa, el éxito es que lea”. Él tenía 14 años.

    Muñoz optó por las publicaciones vinculadas con la mecánica y electrónica. El tercer momento ocurrió una década después cuando Muñoz revisaba en YouTube una conferencia de Robert Kiyosaki, que recomendaba el libro ‘Padre rico, padre pobre’. En esa época ya estaba graduado de Doctor en Jurisprudencia.

    Desde entonces empezó a leer publicaciones de inteligencia financiera y emocional, entre otras temáticas relacionadas. Adicionalmente, se interesa por libros relacionados con su profesión.

    Entre otros, destaca a ‘Cómo se ganan los juicios’, del abogado litigante Lee Bailey, ‘Estructura básica del derecho penal’ de Eugenio Raúl Zaffaroni, y el ‘Manual de propiedad industrial’, de los autores Carlos Fernández-Nóvoa, José Otero Lastres y Manuel Botana Agra. “Me han servido”.

    Le gustan los libros técnicos de relevancia y que -por su contenido- son costosos. “A cierta edad uno aprende que los libros económicos no resuelven nada cuando estamos frente a un problema complicado”, señala Muñoz, quien es experto en propiedad intelectual. Una parte importante de sus ingresos se destinan a la compra de textos.

    Este abogado dicta conferencias y al iniciar cada una recomienda publicaciones. Entre ellas están ‘Liderazgo el poder de la inteligencia emociona’, de Daniel Goleman. Con este texto se percató por qué tuvo éxito en la dirigencia, que es un rol que le encanta desde la escuela. “La clave es que soy bueno para organizar y tengo autocontrol, empatía y puedo persuadir y tengo facilidad de palabra, eso atrae a la gente… Cuando uno es desorganizado la repele”.

    Otras publicaciones que recomienda son ‘Padre rico, padre pobre’, de Sharon Lechter, ‘El cuadrante del dinero’, de Robert Kiyosaki, y ‘El poder de la kabbalah’, de Yehuda Berg.
    “Mi frase de felicidad es que se puede comprar más libros de los que se puede leer. Me encanta hacerlo”, dice el dirigente empresarial. Cuando el libro es bueno lo acaba de leer por completo, pero si no lo está lo deja a medias y no tiene inconveniente.

    Tampoco tiene problemas si es un libro de papel o digital o un audio libro. Esta última alternativa la utiliza cuando hace deporte o está de viaje. La noche es su horario predilecto para leer y tiene otro hábito, que es dedicar un mes a ver Netflix y otro solo para leer.

    En su oficina en Sur Legal guarda los libros relacionados con el derecho. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    En su oficina en Sur Legal guarda los libros relacionados con el derecho. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Camisetas y gorras hechas según el gusto del cliente

    María Victoria Espinosa

    Las camisetas personalizadas fueron la clave para que el negocio Salmos Store ganara clientes a escala nacional.

    Andrea Zambrano, diseñadora y propietaria de la marca, cuenta que hace tres años junto a su pareja Manuel Ramos decidieron emprender un negocio, que les permitiera mejorar sus ingresos.

    Ramos ya tenía conocimiento en el ámbito textil porque su familia poseía un taller. Así que aprovecharon este lugar para empezar.

    En hilos y telas invirtieron alrededor de USD 150, para empezar.

    Las primeras camisetas que fabricaron fueron floreadas porque esa era la tendencia. Pero no llegaron a los clientes. “Vendimos muy poco en nuestra primera colección. Pero no nos rendimos”.

    Los emprendedores decidieron empezar a crear sus propios diseños. Por eso el concepto de la segunda colección fue plasmar las emociones de sus clientes en las camisetas. Así empezaron a personalizarlas con fotografías y frases. Luego añadieron imágenes de moda. El primer año fue difícil porque apenas empezaban a conocerse en Santo Domingo y las redes sociales no despegaban aún.

    Pero decidieron armar una estrategia publicitaria. Tomaron fotografías de su trabajo, de los pedidos y del local. Con ese material contrataron un paquete de publicidad en Facebook y empezaron a ganar seguidores. En la actualidad tienen más de 30 000.

    También, empezaron a participar en ferias artesanales y comerciales en la provincia tsáchila y a ser parte de desfiles de modas de las academias de modelaje.

    Poco a poco los clientes empezaron a llegar y de 10 pedidos mensuales pasaron a 30. Así que decidieron seguir innovando e hicieron una colección de gorras con frases elaboradas con vinil térmico y parches para evitar que el bordado arrugue la tela.

    Para eso invirtieron unos USD 10 000 en máquinas para la elaboración de nuevos diseños.
    Los niños y jóvenes empezaron a interesarse por estos productos y así empezó crecer la comunidad en las redes sociales. También se les abrió un nuevo nicho de mercado que fueron los colegios.

    Desde hace dos años, aproximadamente, reciben pedidos de los estudiantes para que les confeccionen los uniformes para los juegos deportivos escolares.

    Estos uniformes ya no son réplicas de los equipos de futbol nacionales e internacionales.
    Zambrano les diseña propuestas más originales. Para las mujeres se han hechos diseños basados en unicornios, emoticones, flores, aliens. Los hombres prefieren personajes de series, frases o combinación de colores, entre otros.

    Karla Cruz ha realizado varios pedidos a Salmos Store. Ella señala que sigue comprando por la calidad de las prendas y porque las tallas son exactas. “Cuando son para regalo, les envío la foto de la persona y ellos modifican la talla para que quede perfecta”.

    Este último año también están trabajando con las empresas de Santo Domingo en la elaboración de camisetas, uniformes y tazas personalizadas para regalar a los clientes o trabajadores.

    Este mes imprimieron calendarios o frases motivadoras en las tazas con la marca de la empresa. También, ofertan jarros mágicos, que al colocarle agua caliente cambia de color y se puede apreciar un mensaje o fotografía.

    Estos productos se están promocionando a través de las historias de la red social Instagram, que ya tiene más de 4 000 seguidores.

    Todos los días, los emprendedores alimentan páginas con nuevos diseños o promociones. “Por cada historia que subimos, al menos tenemos dos pedidos asegurados a nivel nacional”, dijo Zambrano.

    Andrea Zambrano es la diseñadora y propietaria del negocio Salmos Store, que nació en Santo Domingo y elabora camisetas, gorras y almohadones con diseños originales. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Andrea Zambrano es la diseñadora y propietaria del negocio Salmos Store, que nació en Santo Domingo y elabora camisetas, gorras y almohadones con diseños originales. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Appetito24, una aplicación que revolucionó el gusto culinario de un país

    Agencia EFE

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    Dar un giro en la forma de pedir comida a domicilio al aprovechar las ventajas de la tecnología, fue el trazo que creó Appetito24, una aplicación panameña que cuenta con más de 300 restaurantes entre Costa Rica y Panamá, dijeron a Efe los creadores de la empresa.

    La ‘startup’, creada desde el 2015 por un grupo de voluntarios venezolanos con espíritu emprendedor, surgió en medio de la necesidad de encontrar en un solo sitio restaurantes que ofrecieran un servicio rápido y que a la vez costara lo mismo, sin la necesidad de que el consumidor principal se desplazara.

    Esto significaba que las personas evitarán el caos vehicular, la necesidad de hacer filas y la dificultad de encontrar al final un buen lugar para comer, como sucede cada día en diferentes puntos de Panamá o Costa Rica.

    El director ejecutivo de Appetito24, Leonardo Zambrano, explicó que la empresa -que nació en Panamá- y que ahora se instaló en Costa Rica, dio paso a la expansión regional en el mercado de la entrega de productos a domicilio.

    «Cuando iniciamos teníamos alianzas con unos 10 restaurantes, pero hoy día contamos con unos 250 adheridos en Panamá y otros 100 más en la plataforma que sirve a Costa Rica, estos ofrecen comidas como pastas, hamburguesas, entre otros», explicó.

    Zambrano consideró que ese salto se debió a las necesidades que no habían sido cubiertas, espacio en el que ahora los comensales costarricenses sacan provecho con Appetito24.
    «Queremos llevar el trabajo realizado a otras fronteras, tratar de ganar nuevas experiencias, y llevar ganancias de un lado al otro con las coincidencias de marcas que tenemos», añadió Zambrano.

    Enfocado a un público entre 25 a 40 años de edad, que solicitan ese servicio, el representante sostuvo que hay quienes se resisten al cambio, y prefieren optar por el pedido a domicilio tradicional, pero que al final la penetración de internet cambiara el uso de adquirir cualquier producto.

    Señaló que Appetito24 tiene más de 150.000 suscriptores, que se refleja cada mes en miles de ordenes procesadas, cuyo equivalente en facturaciones genera millones de dólares.

    Ante el éxito, el cofundador de la plataforma, Ronel Gaglio, dijo a Efe que la empresa alemana, Delivery Hero, fijó sus ojos en la startup para conectar con otros mercados de Centroamérica.

    «Al ser socio de la empresa líder a nivel mundial de pedidos de comida, esperamos que se adapten nuevas innovaciones, como hacer seguimientos de la orden real para elevar la marca panameña», contó.

    Gaglio manifestó que la competencia actual dinamiza el mercado, cuyas repercusiones son la normalización y extensión de realizar pedidos a domicilio.

    Otros servicios que Appetito24 tiene y que se ha convertido en la última estrategia, es el llevar a domicilio los víveres, modelo que ha calado en las preferencias de nuevos consumidores que han adoptado hacer uso de la plataforma, en vez de ir a abastos o a supermercados.

    «Hay momentos que el consumidor tiene la necesidad de tener productos de primera necesidad, y esto es un segmento de negocio que ha crecido considerablemente», dijo Gaglio.

    Ahora, los creadores trabajan en el reto logístico para proveer mejores equipos que faciliten el mejor manejo de Appetito24. Actualmente cuentan con 170 repartidores y 30 colaboradores en las oficinas locales.

    La startup, creada desde el 2015 por un grupo de voluntarios venezolanos con espíritu emprendedor. Foto: Captura de pantalla
    La startup, creada desde el 2015 por un grupo de voluntarios venezolanos con espíritu emprendedor. Foto: Captura de pantalla
  • Fragancias que se envasan al gusto del cliente

    Redacción Quito

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    De dos a 36 tiendas en el país, en tres años. Así ha sido el crecimiento de Perfumes Factory en el territorio ecuatoriano.

    Este negocio, de origen venezolano, arrancó en el 2002 y se expandió hasta tener presencia en otros siete países de la región (Colombia, Perú, Panamá, Aruba, República Dominicana, Curazao y Ecuador). Comercializa perfumes que se preparan y envasan, según el gusto del cliente, en el momento en que estos se solicitan en cada local comercial o isla.

    Alessandro Bonaiuto, gerente de la oficina de representación en Ecuador de la empresa, explicó que las primeras tiendas las abrieron en Quito y ahora están en 10 ciudades del país: Guayaquil, Ibarra, Ambato, Cuenca, Manta, etc.

    La empresa llegó a Ecuador porque considera que es un mercado en el que a la gente le gusta verse y vestirse bien. “Tienen gran afinidad con los temas de cuidado personal (…) en estos años hemos confirmado que así ha sido”, explicó Francisco Villegas, gerente general de la compañía.

    En Ecuador, el negocio funciona bajo la figura de franquicia. Hoy, 12 emprendedores ecuatorianos manejan sus propios negocios, cada uno con tres tiendas.

    Cada franquicia cuesta entre USD 25 00 0 y 45 000, dependiendo si lo que se abre es un local o una isla. El valor incluye la adecuación del sitio, el know how, inventario, equipos, derecho de uso de marca, imagen, etc.

    Para adquirir una franquicia, la página web de la empresa, www.perfumesfactory.com, presenta una ventana en la que se puede obtener toda la información y el proceso para cerrar el negocio.

    Quienes acuden a las tiendas de Perfume Factory viven una experiencia. El vendedor les guía en el tipo de fragancia que les podría gustar, luego la prepara, la envasa y se la entrega al cliente en envases de entre 15 y 100 mililitros (ml).

    Las fragancias son francesas; otros insumos son de fabricación nacional. “Las botellas son uniformes para todas nuestras presentaciones. Tenemos 150 fragancias disponibles, una gran cantidad de aromas en una misma presentación. Nos permite trabajar en economía de escala y traducirlo a un costo-beneficioso y con calidad”, manifestó Francisco Villegas.

    Los perfumes son creaciones de la marca y tienen como base las familias olfativas. A las mujeres ecuatorianas les gustan los aromas dulces, florales y frutales, mientras que a los hombres, los cítricos y maderosos.

    Alejandra Gallardo es una de las clientes frecuentes de este negocio y asegura que le encanta. “Dura todo el día, tiene una calidad excelente. Lo que más me gusta es que en los locales te dan asesoría. A mí me acertaron en dos fragancias, que ahora uso. Comencé a comprar el producto hace un año”, manifiesta.

    En la compañía saben que los perfumes expresan la personalidad, representan al cliente y los diferencian de otros. La marca, además, ofrece otro tipo de productos entre los que está una crema hidratante, que se puede perfumar con la fragancia que se usa y, así, personalizarla. “Además, contamos con una línea de spa, variada oferta”, señala Bonaiuto.

    Perfumes Factory busca seguir creciendo en el país y su proyección es, en los próximos dos años, tener unas 50 tiendas. Quieren extenderse a más ciudades.

    Francisco Villegas y Alessandro Boaiuto, directivos de Perfumes Factory, en la tienda ubicada en el CCI. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Francisco Villegas y Alessandro Boaiuto, directivos de Perfumes Factory, en la tienda ubicada en el CCI. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • De los helados pasaron a una carta para todo gusto

    Redacción Quito
    ​redaccion@revistalideres.ec

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    Flor María Pineda nació en Machala en 1950 y cada vez que visita Quito pasa por la Heladería & Café Caribe. La mujer y el negocio tienen la misma edad y por eso ella se siente como parte de esta pequeña empresa familiar que en mayo pasado cumplió 67 años.

    Pineda siempre pide y disfruta de una copa de helado de mora. Por lo general llega al local, ubicado en el Centro Histórico de Quito, acompañada de su hermana Irma, quien es otra fiel clienta de este negocio.

    La semana pasada Pineda repitió el ritual. Lo hizo para calmar el calor en las primeras mañanas del verano quiteño que ya calienta la capital del Ecuador.

    El negocio fue fundado en 1950 por los esposos Luis Espinosa y Esther Báez. Esta pareja arrancó el negocio casi sin proponérselo. En el tradicional barrio La Tola, también en el centro de la ciudad, Báez montó en 1950 una pequeña tienda, a pocos metros de la Escuela Don Bosco. Los alumnos fueron sus primeros clientes y sus consejeros: ellos le pidieron que prepare helados. Y Báez les hizo caso. Luego sumó a su oferta el café que elaboraba para tomarlo con su esposo.

    Así había empezado un negocio que ya va camino a la tercera generación de la familia Espinosa y que cuenta con una clientela constante. De la casa de La Tola, el negocio pasó a un local arrendado en la calle Bolívar, a mediados de la década de 1950.

    El helado era la carta de presentación. Incluso Espinosa repartía el producto por la ciudad. Él mismo llevaba una congeladora a otras tiendas para que el producto se mantenga fresco.

    Con las ganancias Espinosa se animó a comprar la casa de la esquina de las calles Bolívar y Venezuela. Es el mismo lugar en el que ahora los hijos Loli y Francisco Espinosa ahora administran Heladería & Café Caribe, el negocio fundado por sus padres.

    Según Francisco, el éxito del negocio está en mantener intactas las recetas de su madre. “El helado es único y por eso los clientes siempre regresan”.

    Para mantener la esencia de los helados, los Espinosa adquieren frutas en Ambato, Santo Domingo y San Lorenzo. Desde esas ciudades llegan moras, guanábanas, naranjillas y otras frutas que tienen las características deseadas por esta familia de emprendedores que genera 16 empleos.

    Al recorrer el local de 180 metros cuadrados es fácil advertir que la dedicación es la clave. Mientras un grupo de trabajadores está en la cocina, otro limpia las mesas y sirve los pedidos.

    El trabajo se cumple de manera sincronizada. Así es durante las doce horas que la heladería y cafetería permanece abierta, los siete días de la semana. “No descansamos ni el 1 de enero”, comenta Francisco, mientras supervisa al equipo de trabajo.

    Otro de los valores agregados de este negocio es el poder reunir a varias generaciones, asegura Loli Espinosa. “Muchas veces llegan abuelos, quienes comparten recuerdos con sus hijos y nietos. Para nosotros es una alegría reunir a familias de quiteños”.

    A los helados y el café se sumaron, hace cinco años, platos a la carta como churrascos, secos de chivo, lasañas, entre otros. De esta manera la oferta se amplió, nuevamente por pedido de los clientes, tal como sucedió a mediados del siglo anterior.

    Ahora la familia Espinosa enfrenta un desafío: que la tercera generación se encargue del negocio. El asunto aún no se define porque los nietos de Luis Espinosa y Esther Báez tienen otros planes. Por eso una opción es contratar una administración externa, que mantenga la tradición y el sabor.

    Loli y Francisco Espinosa, junto con parte del equipo de trabajo de la Heladería & Café Caribe. El local funciona en el Centro Histórico de Quito, desde mediados del siglo pasado. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Loli y Francisco Espinosa, junto con parte del equipo de trabajo de la Heladería & Café Caribe. El local funciona en el Centro Histórico de Quito, desde mediados del siglo pasado. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • El gusto por la lectura empezó en Estados Unidos

    Giovany Astudillo

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    Su afición por la lectura empezó cuando tenía 24 años y al principio fue por necesidad, cuenta el empresario y constructor cuencano, Javier Ordóñez, de 40 años. En ese entonces, estudiaba la maestría en Gerencia de Proyectos en la Universidad de Maryland, en Estados Unidos.

    Aunque destaca la calidad de la educación que recibió en el colegio y en la universidad en la capital azuaya, señala que en esa época ni la investigación ni la lectura eran impulsadas y los estudiantes se conformaban con recibir las clases magistrales y no cuestionar a sus profesores.

    En la Universidad de Maryland, en cambio, lo primero que aprendió fue que tenía que leer una importante cantidad de material para asistir a clases. “Entendí que la mejor manera de aprender era a través de este hábito. En esa universidad se requería de un aprendizaje propio para que las clases no sean solo de recepción de información sino más bien de discusión”, dice Ordóñez.

    Desde entonces, considera que la lectura representa un constante aprendizaje. Para él, fue un privilegio estudiar en la Universidad de Maryland por la cantidad de libros, información y artículos científicos a los que accedía sin inconvenientes. También, aprovechaba el mercado de libros usados para adquirir los textos.

    El hábito por la lectura se afianzó cuando siguió un doctorado en Análisis de Riesgos en la misma universidad. Fueron años de mucha investigación y para ello fue necesario leer con la intención de tener una visión macro del estado de la ciencia en distintas áreas y escoger su tema de investigación.

    Leyó para aprender sobre finanzas, procesos cognitivos… porque son la base de los modelos matemáticos que pretendía emplearlos en su trabajo doctoral.

    Allí, tuvo otra experiencia que le marcó y le dio una lección sobre el valor e importancia de la lectura. “Estaba totalmente centrado en mi tema de investigación, que era Análisis de riesgos en infraestructura hidráulica. Llegué a un punto de no poder avanzar más”.

    Preocupado, Ordóñez consultó a su tutor de tesis, quien le dijo que él tampoco sabía qué solución podía adoptar. Sin embargo, le dio un consejo y este consistía en leer un libro durante una semana y que no asista a la universidad.

    Su tutor le sugirió el ‘Código Da Vinci’ de Dan Brown y le pidió que luego conversarían. Al principio Ordóñez pensó que sería una pérdida de tiempo, pero hizo caso. Hoy recuerda que le gustó el estilo del autor para escribir y porque tiene aspectos relacionados con las matemáticas y toma de decisiones bajo incertidumbre.

    Pero lo más importante que Ordóñez aprendió es que la lectura también permite desconectarse del trajín diario y abrir la mente. “Sirve para descansar mentalmente y tranquilizarse”.

    Ha leído literatura latinoamericana como ‘Las venas abiertas de América Latina’ o los clásicos de Gabriel García Márquez. Le gustan los textos en digital porque puede encontrar cualquiera sin mayores inconvenientes. De preferencia lee en las noches y cuando viaja en un avión.

    Javier Ordóñez con parte de sus libros en su oficina, en Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Javier Ordóñez con parte de sus libros en su oficina, en Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • El pollo para todo gusto, la receta de expansión

    Redacción Guayaquil

    La idea de ampliar en el país la oferta de pollo rostizado con distintos acompañantes fue lo que llevó a los hermanos Husseyn y Nabil Mansouri a crear Chicken & Chicken en el 2010. “En el Ecuador hay una marca extranjera, líder de segmento. Queríamos agregar al mercado una marca nacional con un sabor diferente para que compita contra esta”, asegura Husseyn Mansouri.

    Así, en marzo del 2010, nació el primer local de Chicken & Chicken en el centro comercial Garzocentro 2000, en el norte de Guayaquil. Hoy, la empresa tiene siete locales en la ciudad y uno funciona bajo el modelo de franquicia. Se encuentra en el Centro Comercial Albán Borja.

    Los franquiciados que manejan este punto de venta son los esposos Pedro Caicedo y Mónica Roditi. Adquirieron la licencia de la franquicia en diciembre del 2010. “Sabíamos que en ese mes se inauguraba el patio de comidas del Albán Borja y nos interesaba abrir un local. Buscamos una franquicia dos meses antes”, cuenta Caicedo.

    Un amigo en común de los hermanos Mansouri y los franquiciados generó el contacto. “Aplicamos para la franquicia, los propietarios vinieron a conocer el espacio y revisaron nuestro perfil. Luego nuestra solicitud se aprobó”, dice Roditi.

    Para la obtención de los derechos de uso de marca pagaron USD 5 000, por cinco años (no se pagan regalías). Además, invirtieron alrededor de USD 10 000 en la compra de implementos y en la adecuación del local de 22 m². El punto de venta facturó unos USD 10 000 mensuales en el 2011.

    Mansouri explica que la franquicia obtenida por Caicedo y Roditi es una ‘mini’ franquicia. El modelo de franquicia mediana tiene un valor de USD 10 000. La diferencia es la cantidad de equipos, acorde al tamaño del local. Los sitios grandes pueden facturar hasta USD 40 000 al mes, como es el caso del local ubicado en el Malecón 2000.

    En Chicken & Chicken se comercializa pollo rostizado en tacos, en hamburguesas, en presas y en combos. Los acompañantes son arroz, menestra, ensaladas… “Una de nuestras especialidades son las salsas de distintos sabores como la japonesa y la mexicana”, dice Mansouri.

    Byron Orellana es gerente del Grupo Orellana, proveedor de pollos de la empresa desde el 2010. Dice que el producto que proveen a la marca posee un sabor único. “Son sazonados de acuerdo a su exigencia. La receta no se repite para ningún otro cliente”. Sobre el trato dice que se manejan con seriedad en los negocios.

  • La bicicleta se arma al gusto de los clientes

    Redacción Quito

    Al mes, son unos 400 km los que recorre Santiago Vargas en su bicicleta BKR, equipada con llantas de 29 pulgadas. La adrenalina que siente al sortear una pendiente o al alcanzar una cima, según comenta, es indescriptible.

    Vargas adquirió su primera ‘bici’ en Biking Raymi Bicycles (BKR) hace cinco años. Antes de aquello -y sin mayores conocimientos de ciclismo- compró una de baja calidad en otra tienda. “Para reparar un daño en aquella bicicleta asistí a BKR. Me asesoraron y terminé ligándome a esta marca ecuatoriana”, manifiesta Vargas y añade que semanalmente asiste a paseos nocturnos, competencias y rutas por los valles circundantes de la capital.

    La idea de forjar una marca de bicicletas se inició en 1998. Pablo Lozada junto a Marcelo Martínez, ciclista y mecánico de bicicletas, respectivamente, emprendieron en una promotora turística de paseos de ciclismo, hacia parajes como Mindo (Pichincha), el volcán Cotopaxi, las cascadas de Baños (Tungurahua)…

    El tránsito por esos paisajes agrestes requiere de bicicletas de alta calidad. Así se evitan inconvenientes con los clientes. Sin embargo, los costos de aquellos vehículos son elevados. Con una inversión de USD 3 000 empezaron a gestionar los contactos de fábricas taiwanesas, para importar las piezas de aluminio y ensamblar sus diseños propios. “El ciclista ecuatoriano tiene otras necesidades”, dice Lozada quien diseña sus propios modelos. En su taller (centro norte de Quito) se arman hasta 100 bicicletas al mes y se factura de USD 30 000 a 40 000 en igual período.

    Gabriela Gallardo lleva tres años en el ciclismo y ha comprado dos bicicletas en BKR. Ella destaca la atención que recibe cuando visita la tienda. “Los chicos (propietarios de BKR), conocen mucho sobre mecánica y ergonometría de bicicletas. Entregan una bici tomando en cuenta la contextura física. Me ayudaron a ajustar las características de componentes a mi presupuesto”, dice Gallardo, quien la ocupa para transportarse hacia su trabajo y es parte del colectivo ‘Carishina en bici’. El grupo realiza paseos nocturnos y visita sectores del norte y centro de Quito.

    El número de colectivos de ciclistas, explican los emprendedores, se ha incrementado en los últimos cinco años. “Hay gente que las ocupa para hacer saltos, recorrer caminos montañosos, para ‘rodar’ en la ciudad… Es un mercado potencial que queremos abarcar”, dice Martínez.

    BKR implementó la garantía de por vida en sus cuadros y esta característica fue la que Esteban Samaniego, gerente de Ventas de la concesionaria de vehículos Vallejo Araujo, estaba buscando. El pasado junio, como valor agregado a sus clientes, esta firma entregó 20 bicicletas BKR por la compra de ciertos vehículos. “Queríamos ofrecer a los nuevos propietarios una bicicleta de calidad, para que realicen sus paseos de fin de semana”.

    Once personas trabajan en este emprendimiento, cinco de ellas se ocupan de ‘tejer’ los aros, armar los frenos, pintar los cuadros, colocar las suspensiones para entregarlas en menos de una semana, etc.

    El nombre BKR, patentado en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual, se deriva de un término ideado por los emprendedores: biking, ciclear en inglés; y raymi, fiesta en quichua. Entre sus 20 modelos de bicicletas están la Kunihu (liebre en quichua), Kututu dirt (conejo), Alpaka, una bicicleta de ruta…

    La producción

    Las ventas. Las ventas se incrementan en enero y febrero. Los propietarios consideran que la gente opta por mejorar su salud física.
    Los costos. Dependiendo de los componentes del diseño va desde los USD 300 a 5 000.

  • Una nueva bebida llega para el gusto de la mujer

    Redacción Quito

    El pasado 5 de julio ingresó al mercado ecuatoriano la cerveza Stella Artois. Este producto de origen belga se fabrica desde 1366 y es importado al país por la empresa Proalco, que también comercializa en el mercado, marcas como Ron San Miguel y Vodka Aria.

    Natalia Donoso, representante de Stella Artois en Ecuador, asegura que el segmento de la cerveza premiun ha crecido cuatro veces en los últimos cinco años. Por esta razón, dice, previo a un estudio de mercado se decidieron introducir esta nueva cerveza para los clientes en el país.

    Además, Donoso señala que ya existe un consumidor que conoce la marca belga, debido a que ha probado la cerveza en otros países y que han demandado su comercialización en Ecuador.

    Proalco ha importado tres containers para su distribución en Quito y Guayaquil. El precio de la botella de venta al público de 250 cm³, es de USD 2,50. Posee cinco grados de alcohol. La bebida se comercializa en bares y autoservicios. Próximamente, dicen sus ejecutivos, esperan introducir la presentación en lata.

    La representante de la marca afirma que no realizarán una campaña publicitaria en medios masivos. Esperan llegar a su público objetivo, por medio de eventos en bares y eventos. Es así que Donoso define a su target como “mujeres con gustos sofisticados y apasionadas por temas culturales”. Por esta razón, la marca es auspiciante del Festival de Cannes.

    En el evento de lanzamiento se mostró el ritual de los nueve pasos para probar la cerveza. En este acto juega un papel primordial la copa especial llamada ‘cáliz’, que está diseñada en un cristal único que hace que el CO² se mantenga y produzca un sabor diferente entre la espuma y el gas; esto, sin descontar que su tallo permite que la cerveza se enfríe 25% más que otra.

    Con la introducción de Stella Artois se espera incrementar el mercado para la cerveza premium en el país. Además, Proalco tiene planificado retomar la importación de Beck’s, una cerveza dirigida a los hombres deportistas.

    A escala de Latinoamérica existe aceptación, especialmente en Argentina, donde ha tenido un gran impacto y ha crecido la categoría, ya que el público demanda una cerveza de “buen sabor y calidad”. Actualmente, Stella Artois se comercializa en más de 80 naciones del mundo.

    En el país, el mercado de la cerveza movió entre enero y mayo de este año, USD 60 millones, por Impuesto a los Consumos Especiales (ICE), según el Servicio de Rentas Internas (SRI).

    Por alcohol y productos alcohólicos, según cifras proporcionadas por el SRI, el ICE le significó rentas por USD 11,5 millones. La cerveza de categoría premium posee el 1% de consumo en el mercado ecuatoriano.

    Datos

    Grados de alcohol. Stella Artois posee cinco grados de alcohol.
    Importación. Proalco informó que ha importado tres containers de este producto.
    Distribución. Se lo podrá adquirir en bares y autoservicios del país.

  • Dos empresas en Ecuador donde es un gusto trabajar

    Carolina Enríquez / Redacción LÍDERES

    Equilibrio entre trabajo y familia, sueldos competitivos, planes de carrera, capacitación, buen ambiente laboral, etc., son elementos que se destacan en Telefónica y en Banco General Rumiñahui, ganadoras del Great Place to Work (El Mejor Lugar para Trabajar) en las categorías más de 500 empleados y menos de 500 empleados, respectivamente.

    Telefónica sustenta su política organizacional en cinco pilares: liderazgo, comunicación interna, desarrollo personal, reconocimiento y compensación, calidad de vida y bienestar, dice la vicepresidenta de desarrollo humano, Sahira Herrera.

    Los empleados tienen el día libre en su cumpleaños y 15 días laborables (tres semanas) por vacaciones, que pueden tomarlos juntos o por separado. “Esto es importante, pero también el respeto por el horario de trabajo. Yo tuve una niña hace 10 meses. Puedo realizar mi trabajo en la mañana y en la tarde pasar con ella”, contó Diana Briones, quien labora en la firma hace siete años y hoy es Especialista en Lealtad (retención de clientes).

    También hay oportunidad para crecer y asumir puestos de mayor responsabilidad con mayor remuneración. Herrera dice que el 60% de las vacantes se llenan con personal de la propia firma. A esto se suma la posibilidad de capacitarse en cursos e, incluso, en carreras de cuarto nivel (cada año se auspician 20 maestrías).

    La firma, de 1 164 empleados, usa parámetros de equidad, competitividad y desempeño personal para el pago de remuneraciones. Se dictan cursos sobre estos mecanismos, lo cual es valorado por el trabajador, por la transparencia.

    En el Banco General Rumiñahui (BGR), también galardonado por Great Place to Work, laboran 425 empleados, cuyos sueldos se definen con base en dos elementos: equidad interna (a través de evaluaciones) y competitividad externa (mediante uso anual de encuestas de remuneración en el mercado financiero).

    La entidad financiera paga bonos extraordinarios acordes con políticas establecidas para nacimiento de hijos, Navidad y culminación de carreras de tercer y cuarto niveles. Según Selene Coral, gerenta de Desarrollo Humano y Organizacional, el banco se maneja en base a indicadores fina ncieros, clima laboral y calidad de servicios.

    “La gestión del talento humano no es responsabilidad exclusiva de Recursos Humanos, sino de todos. Nos reunimos con los diferentes equipos de trabajo, sin líderes, para que la gente nos cuente lo que les hace sentir bien y qué desean mejorar. Emitimos un informe a las gerencias de cada área para que se hagan los cambios”, señaló la funcionaria.

    Esto hace que la gente se comprometa con la empresa, como Mónica Jiménez, empleada del Área de Recuperaciones y Cobranzas. “Resalto el tema de capacitación. Hemos participado en una escuela de finanzas, a través de la cual nos formamos para que haya una línea de sucesión con los mismos empleados de la entidad, comentó la empleada, quien destacó el equilibrio entre familia y labor.

    1 589 empleos generan las dos empresas reconocidas por Great Place To Work