Etiqueta: helados

  • Agiliza la producción de helados con premezclas

    Carolina Enríquez. (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Preparar un helado sin más trabajo que agregar agua o leche a una mezcla previamente elaborada es lo que ofrecen los productos de Martigiani Distribuidora.

    Sus propietarios, Diego Aguirre y Karla Bonilla, impulsaron este negocio luego de haber sido parte del mundo de la heladería durante 15 años. Ellos trabajaron en empresas del sector y Karla había desarrollado un emprendimiento, con un ‘food truck’ de helados.

    En el 2009, además, comenzaron a dictar cursos sobre producción de estos postres en la sucursal ecuatoriana de la escuela argentina Mundo Helado. En el 2016, muchos de sus alumnos les comentaron que querían abrir negocios, pero no tenían tiempo para producir y comprar ingredientes; vieron allí una oportunidad y comenzaron con el desarrollo de una premezcla para un cliente que vendía helados de yogur.

    Se trataba de una funda que contenía los ingredientes en polvo necesarios para mezclar con agua y yogur. El negocio arrancó con ese producto y ahora cuenta con más de 100 premezclas, neutras y de sabores (incluso opción vegana).

    La producción se realiza en una planta en el valle de Los Chillos. Dependiendo del helado que se quiera preparar, a estas premezclas se les puede añadir leche, jarabes, fruta picada, agua… Los propietarios de Martigiani, además, pueden personalizar el producto para que el helado quede con la textura, sabor y características que requieran los clientes.
    La empresa oferta esta línea para producción industrial, a escala nacional (incluida Galápagos). Además, maquila para ocho negocios. Con esos clientes firma un acuerdo de confidencialidad para que tengan la seguridad de que su base es exclusiva para ellos.
    Para la preparación de estas premezclas, Martigiani cuenta con 15 proveedores. Uno de ellos es Stalin Cañizares, vendedor técnico de la empresa QSI del Ecuador.

    “Les proveemos hace unos tres años. Les vendemos materias primas para la elaboración de helados, entre las que están estabilizantes, excipientes y más”, detalla. Solo en el primer ítem, antes de la pandemia, le comercializaba 100 kg al mes. Ahora alcanzan los 40.

    Destaca el crecimiento rápido que ha tenido Martigiani y su presencia en el mercado. Considera que es una empresa ampliamente especializada en su sector.

    Este desarrollo ha sido logrado a pulso. Al inicio, los emprendedores hacían sus procesos de forma artesanal, pero en el 2018 compraron su primera mezcladora de polvo. Esto les permitió acelerar la fabricación.

    Ese mismo año abrieron una oficina en Guayaquil. Allí se recibe producto, se despacha y se buscan más clientes en la Costa y Azuay.

    Karla Bonilla y Diego Aguirre han estado involucrados en la industria de la heladería por más de 15 años. Son los creadores de Martigiani.
    Karla Bonilla y Diego Aguirre han estado involucrados en la industria de la heladería por más de 15 años. Son los creadores de Martigiani.

    Para Diego y Karla, contar con este centro de distribución ha sido clave para su supervivencia en la pandemia. El Puerto Principal ha tenido una mayor reactivación que Quito, lo que ha permitido a la empresa colocar más producto en negocios de esa urbe.

    Antes de covid-19, las ventas allí representaban el 40% del total, mientras que ahora son el 80%.

    Los dueños de Martigiani, además, aseguran que son un apoyo para los pequeños emprendedores que quieren vender helados y yogur congelado, pero no tienen mucho tiempo ni capital. Al obtener premezclas no tienen que contar con gran cantidad de proveedores, ni comprar maquinarias; solo es necesario un aparato para batir y una congeladora.

    Uno de estos negocios nacientes es el de Daniela Armas, dueña de FrozenPeak. “Somos clientes hace mes y medio. Nos han brindado asesoría sobre cómo impulsar el negocio de helado de yogur. Hemos adquirido 20 kilos.”

    Como parte de este proceso de crecimiento, la empresa comenzó a desarrollar productos para el consumidor final. Cuenta con tres tipos de premezclas para que las personas puedan elaborar en sus casas helados de vainilla, chocolate y fresa, que se comercializan en dos cadenas de supermercados bajo la marca Icy Cream.

    A futuro, la idea es desarrollar otras líneas de premezclas para postres como gelatinas, brownies y más. El objetivo es que las personas que impulsen negocios de ese tipo, como cafeterías o similares, no tengan que gastar en la compra de grandes volúmenes, sino preparar de acuerdo con la demanda que tengan.

    ‘Los clientes destacan las pre mezclas’
    Jessica Machuca / Asistente administrativa
    Trabajo en esta empresa hace dos años. Destaco mucho la relación con mis jefes, son buenas personas. Se enfocan bastante en llevar correctamente, tanto los procesos como la parte administrativa del negocio. Debo decir que lo que se produce en esta industria son productos excelentes. Los clientes, de manera permanente, nos dicen que la calidad de nuestros productos es muy buena, que la consistencia de los helados que fabrican con las premezclas es la adecuada. Los clientes tienen en esta empresa todo el asesoramiento que requieren para desarrollar sus negocios. Aquí reciben una guía sobre todos los procesos y los propietarios de Martigiani pueden responder a las inquietudes que pudieran llegar a tener. Al trabajar en este sitio he adquirido conocimientos para mi trabajo y mi vida personal. He logrado ser puntual, no retrasarme en los procesos para realizar retenciones, organización y capacidad de respuesta para todos los requerimientos que hagan los propietarios de la empresa. Todos trabajamos en equipo.

    Los trabajadores de la empresa realizan sus actividades en la planta de producción, ubicada en el valle de Los Chillos. Tienen diversas maquinarias. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Los trabajadores de la empresa realizan sus actividades en la planta de producción, ubicada en el valle de Los Chillos. Tienen diversas maquinarias. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • La innovación en los helados le genera clientela

    José Luis Rosales

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    El helado es el producto que se destaca en Incanto Gelato Artesanal. La iniciativa, dirigida por Santiago Baquero, ha logrado, en su primer año y medio, captar la atención de vecinos y turistas que arriban a Cotacachi, en Imbabura.

    Este ingeniero en Empresas Gastronómicas busca siempre sorprender a sus clientes con novedosas fórmulas de mantecados. Hay para todos los gustos. Incluso tiene opciones para veganos.

    Entre las más recientes recetas de este alimento congelado están mixturas de guanábana con piña, frutilla y cedrón y mango elaborado con yogur natural.

    Baquero nació hace 43 años en la capital imbabureña. Como buen ibarreño creció degustando los helados de paila, cuya tradición tiene más de un siglo en la urbe.

    Por eso, en el 2017 cuando tuvo oportunidad de viajar a la Argentina aprovechó para visitar algunas gelaterías. Así nació la idea de abrir su negocio.

    Este gastrónomo ha impulsado otros cuatro emprendimientos que han estado vinculados al área gastronómica. Anteriormente probó suerte en la ciudad de Ibarra y en las islas Galápagos.

    Antes de abrir Incanto Gelato Artesanal hizo un estudio de mercado para obtener datos e información acerca de los clientes, especialmente extranjeros. También la oferta de los competidores.

    La idea era aprovechar la presencia de los aproximadamente 1 200 extranjeros que se han radicado en Cotacachi. En noviembre pasado la urbe recibió la designación de Pueblo Mágico del país.

    El intercambiar información con los ‘gringos’ es otro de sus ganchos. Baquero domina el inglés porque vivió nueve años en Estados Unidos.

    No obstante, durante este tiempo la mayoría de sus visitantes han sido turistas nacionales que llegan atraídos por los refrescantes postres de textura delicada. “Son una excelente opción para disfrutar de las novedosas variedades de helado”, comenta un cliente.

    Como este criterio hay 135 opiniones en la página web Tripadvisor, en la que los clientes opinan sobre el servicio de establecimientos. Esta firma incluso entregó este año un certificado a la calidad a Incanto Gelato Artesanal.

    Para Baquero la cocina de su establecimiento es prácticamente su laboratorio, en el que siempre prepara sabores para sorprender.

    De esta forma la oferta del local creció de 5 a 30 variedades. Uno de los más llamativos es el mantecado de leche de cabra. Su elaboración es un proceso laborioso: primero se prepara el dulce y el yogur. Este último reemplaza a la crema de leche.

    Otro gancho son los pasteles y sánduches con pan que son elaborados por Baquero. Resalta que todo es producido de manera artesanal, pero con calidad. En la decoración de las tortas de fondant le ayuda su esposa, Ana Arévalo.

    El mes anterior, Baquero compartió su experiencia exitosa con 200 estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Ibarra.

    Otros datos

    El local está ubicado en las calles Imbabura 8-35 y Tarqui, junto al parque San Francisco.

    Para instalar el negocio hizo varios cursos de heladería en Quito y Guayaquil.

    Los helados se ofrecen en copa o en conos de galleta que se elaboran en el local.

    La decoración del establecimiento es simple, pero sobria.

    El emprendedor ha recibido propuestas para que abra sucursales en otras ciudades del país.

    Santiago Baquero, gerente propietario del establecimiento, le gusta atender personalmente a los clientes. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    Santiago Baquero, gerente propietario del establecimiento, le gusta atender personalmente a los clientes. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • Paletas que llegan a 20 ciudades del Ecuador

    Modesto Moreta

    (I) 
    redaccion@revista lideres.com

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    La perfecta mezcla de los sabores y rellenos de frutas, micheladas y los ‘poptails’ (combinación de un coctel y un polo de hielo) permitieron que Rey Paletas Cía. Ltda., tenga demanda y gane mercado a escala nacional.

    La firma ambateña abrirá a finales de diciembre del 2019 un nuevo local en Ambato y, de esa forma, tendrá presencia en 20 ciudades a través de distribuidores y dos franquicias de la marca a escala nacional. Además, cuenta con 12 puntos de ventas en gasolineras, minimercados y supermercados. La meta será tener hasta el próximo año alrededor de 100 locales en distintas ciudades.

    En este año, las ventas llegan a los USD 20 000 mensuales. Además, cuenta con 10 trabajadores en la planta y 44 en los locales de la franquicia. Los principales mercados de la firma son Esmeraldas, Ambato, Arenillas y Cuenca.

    Estos locales se caracterizan por ser espacios acogedores donde se comercializan las 32 variedades de helados de crema con fruta que producen. Además, las micheladas y los ‘poptails’ que produce Rey Paletas.

    La historia de la empresa inició en el 2009, cuando Danny García, gerente y fundador, renunció a la fábrica de confites donde trabajaba, en Quito. Pensó que era tiempo de tener su emprendimiento de chocolates.

    Pero el jefe de mantenimiento de la fábrica de caramelos le sugirió que asumiera el manejo de la microempresa de helados de su padrino en Alóag. Tras varias reuniones, García aceptó y puso en marcha el negocio.

    Recuerda que alquiló el local y las máquinas a Juan Guañuna, el propietario de la heladería, en USD 800 mensuales. Él le enseño la fabricación de los helados de crema y de agua. Así fundó Helador (Helados Ecuador).

    En la fábrica de los helados Rey Paletas se trabaja en doble jornada para producir 2 000 paletas diarias y enviarlas a las franquicias.
    En la fábrica de los helados Rey Paletas se trabaja en doble jornada para producir 2 000 paletas diarias y enviarlas a las franquicias.

    Renunció a los dos meses. Viajó a Manta, en Manabí, para elaborar helados artesanales, pero la baja calidad de la leche y la falta de crema hicieron que dejara el negocio.

    Una llamada de su novia y actual esposa Narcisa Valverde permitió que llegara a Ambato. Al arribar y conocer la ciudad concluyó que era pujante y con una ubicación estratégica con el abastecimiento de productos, especialmente de frutas.

    Vendió la idea de la fabricación de helados a su pareja, pero surgió otra de colocar una cafetería. Al final decidieron crear una fábrica de helados. Con una inversión de USD 6 800, que consiguieron con fondos propios y un crédito en una entidad financiera, importaron una máquina productora de paletas desde Brasil en el 2009.

    Realizaron las pruebas y decidieron arrendar un local en las calles García Moreno y Tomás Sevilla. Comenzaron con los helados de leche y de agua. Al día fabricaban 200 helados que los vendía en 0,25 centavos cada uno.

    Con el negocio en crecimiento, decidió llevar el emprendimiento a Quito, por abaratar costos en la materia prima. Desde allá enviaba a Ambato para la comercialización e ideó producir helados gemelos a 0,10 centavos. A los tres meses regresó nuevamente a la capital de Tungurahua. Con los moldes comenzó producir los helados de hielo con el nombre Rey de las Paletas. Las llamadas no pararon para comprar y la demanda subió a 1 000 helados diarios.

    El negocio de García dio un giro cuando conoció a Sebastián Ortiz y a Andrés Guamán, en el 2016, mientras vendía los helados a un cliente de Riobamba. Ellos conversaron sobre los costos de producción que no cubrían los gastos. Propusieron una consultoría para sacar los costos, mejorar el tema de los procesos y enfocarse a los productos rentables. Ahí surgió la idea de producir los helados con rellenos abriendo locales para vender este producto. Así iniciaron a combinar sabores con frutas.

    Las ventas se extendieron a Manta, Portoviejo y Jipijapa; luego a Latacunga, Ambato y otras urbes. A finales del 2018 cambió el nombre a Rey Paletas.

    Karen Alderete abrió su local de Rey Paletas en agosto de este año en El Carmen, en Manabí. Cuenta que la calidad de sus productos y la innovación en la combinación de sabores de frutas y también de cocteles de una forma creativa está pegando en los niños, jóvenes y adultos, los principales compradores de las paletas.

    Las ventas se incrementaron en un 15% al mes. “Existe una buena aceptación de las paletas de los clientes en nuestro cantón, y los locales en donde se invirtieron USD 10 000 son acogedores y familiares, por el crecimiento de las ventas mensuales”, comenta Alderete.

    EL GERENTE

    Danny Proaño

    Nuestra empresa está en constante crecimiento, eso se debe nuestros productos de calidad. Utilizamos ingredientes que producen nuestros agricultores. Es más, reinvertimos nuestras utilidades en la compra de nueva maquinaria e innovamos con nuevos sabores. También suma la capacitación constante de la mano de obra y el apoyo de los técnicos en alimentos, fabricación y la variedad de sabores nos hace diferente.

    LAS CIFRAS

    40 empleados trabajan en la actualidad en Rey Paletas. En el 2009, cuando comenzó el negocio, solo tenían dos trabajadores.

    2 000 helados de crema con sabores se venden cada mes en las ciudades de Ambato, Quito, Esmeraldas y otras urbe.

    20 locales tiene la marca. El primer local se abrió en diciembre del 2017 en Ambato, luego en Riobamba, Quito, Salcedo, Cuenca, Arenillas, El Carmen, San Vicente, Baños, Puyo, Santa Isabel… Hoy ya franquicia.

    La firma ambateña fue creada en el 2009. En la actualidad produce más de 32 variedades de sabores, micheladas y ‘poptails’. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    La firma ambateña fue creada en el 2009. En la actualidad produce más de 32 variedades de sabores, micheladas y ‘poptails’. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • La fruta natural diferencia sus helados

    Redacción Quito

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    En 2018, dos amigos fundaron la franquicia Helarte. Su especialidad son los helados con queso. Hoy la empresa cuenta con tres locales propios y seis bajo el modelo de franquicia.

    Paúl Pérez y Héctor Sandoval son los creadores de este emprendimiento. Empezaron vendiendo su producto a las heladerías, sin embargo se les ocurrió que venderlo directamente al consumidor era un mejor negocio, así que abrieron su primer local en Tumbaco, en septiembre del 2018. La respuesta de la gente fue tal que abrieron su segundo local el mismo año, en Quito.

    Su expansión trajo consigo una aumento significativo de las ventas, por lo que trasladaron la matriz a la ciudad. Progresivamente abrieron nuevos locales, propios y franquiciados.

    La oferta principal de Helarte se compone de helado de paila, con sabores frutales, acompañado de queso y crema. La presentación es un factor diferencial, pues se busca hacerla de manera artística, pero el principal valor agregado son las frutas naturales que dan sabor al helado.

    La empresa es propietaria de dos fincas, en La Unión y en Mompiche, en Esmeraldas, donde cultivan frutas de clima tropical. En Tumbaco producen las frutas de la sierra.

    Con esta fruta se abastece a la planta de producción, para la elaboración del helado. “Nuestros cultivos son de la más alta calidad, por ello, la fruta que producimos está calificada como producto de exportación ”, asegura Pérez.

    El negocio tiene nueve locales en Quito. Para crecer apuesta por el modelo de franquicias.
    El negocio tiene nueve locales en Quito. Para crecer apuesta por el modelo de franquicias.

    La planta se ubica en Tumbaco; allí también elaboran el queso. En esta planta se invirtió, hasta la fecha, cerca de 100 000 USD. La inversión inicial fue de 60 000 USD.

    Uno de sus clientes es Luis Miguel Páez. Él suele visitar Helarte con su familia. “La experiencia es muy buena, sus helados tienen un sabor diferente y la atención al cliente es excelente. Nos gustan, especialmente, los helados con sabor a maracuyá, chicle y chocolate”.

    Pérez comenta que la principal preocupación de la empresa es el cliente. Por ello, tienen un protocolo y unas reglas que deben cumplir sus empleados; incluso en los locales franquiciados. Para asegurarse de que esto se cumpla, visitan regularmente los establecimientos, en ocasiones de manera incógnita.

    Una de las empleadas de Helarte es Betania Guerra. Ella trabaja en la matriz, junto al parque La Carolina, desde hace ocho meses. “El clima laboral es excelente, esto se refleja en el servicio que le damos al cliente. La exigencia que tenemos es de asegurar la calidad en la atención, en el manejo del producto y la imagen del local”, asegura.

    Para abrir un local franquiciado, el costo es de 25 000 USD, como valor estándar, precio que varía según el área del local. “Entregamos con llave en mano, totalmente amoblado y funcional”. A esto se suma un cobro por concepto de regalías, que es del 5% de las ventas mensuales.

    La facturación de la marca Helarte asciende a USD 72 000 mensuales, entre locales propios y franquiciados. Sus planes son cubrir el territorio nacional. Han recibido solicitudes de franquicias en Santo Domingo, Riobamba o Guayaquil; Pérez señala que desde México también hay interés en abrir franquicias, pero por ahora están enfocados en el mercado local.

    Héctor Sandoval y Paúl Pérez son los fundadores de Helarte; su especialidad es el helado. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Héctor Sandoval y Paúl Pérez son los fundadores de Helarte; su especialidad es el helado. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • El matcha, la tendencia en la repostería

    AFP (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El matcha, un polvo de un verde intenso, deleita los paladares en Japón y en el extranjero, donde incluso se usa para elaborar helados, dulces o bombones, un nuevo filón con el que los japoneses intentan frenar el declive del consumo de té en su propio país.

    En una tienda de venta de té de Shizuoka, la principal provincia productora del país, los clientes se abalanzan sobre un recipiente con siete helados de matcha, cuyo color verde va cambiando de tonalidad en función del sabor. Parecen más interesados en ellos que en el té, su materia prima.

    “El número de consumidores japoneses de té disminuye”, explica Shigehiko Suzuki, jefe de la compañía Marushichi Seicha, que dispone de varios comercios en las islas.

    Este empresario de 55 años comenzó a trabajar con té matcha hace 20 años, y hace nueve se lanzó con los helados del mismo. “La demanda de matcha se encuentra en fuerte expansión en zonas de Asia y en EE.UU., en cuanto a helados, postres y café”.

    El año pasado, Japón exportó más de 5 000 toneladas de té verde (de todo tipo de variedades), 10 veces más que hace dos décadas. Con el paso de los años, el interés por el matcha fue en aumento.

    El matcha se vende dos veces más caro que el sencha, el té verde en hojas más producido en Japón. Históricamente, Japón descubrió el al comienzo del siglo IX. Procedía de China y se usaba por sus propiedades medicinales. Hubo que esperar al siglo XVI para el desarrollo del matcha en Kioto, indisociable de la ceremonia del té.

    Actualmente, esta variedad se vende en tiendas, al estilo de las “coffee shops”. Estas tratan de modernizar la imagen que se tiene del té, sobre todo entre los jóvenes, explica Mikito Tanimoto, que abrió hace dos años.

    La “barista” de salón trabaja entre paredes de un blanco inmaculado y taburetes altos. Aquí los clientes se toman su tiempo y saborean distintas variedades, entre las 43 propuestas. Se da ambiente al sitio.

    Helados, postres y otros productos se fabrican con té matcha en Japón.  Despierta curiosidad en los turistas. Foto: AFP
    Helados, postres y otros productos se fabrican con té matcha en Japón. Despierta curiosidad en los turistas. Foto: AFP
  • Helados para humanos y sus mascotas

    Cristina Marquez

    Las frutas de temporada son la principal materia prima en Dokura Paletas, sabor y fantasía. En ese lugar, la alimentación saludable es parte del concepto que los convirtió en uno de los sitios más concurridos de Riobamba.

    El pequeño local, situado en el centro de la urbe, es ‘pet friendly’, es decir, los clientes pueden acudir con sus mascotas y hay espacios adecuados para que estén cómodos. También hay una línea especial de helados diseñados para el gusto de los caninos.

    Las paletas se elaboran de forma artesanal y se congelan en moldes de formas originales. Algunos se inspiran en personajes animados como el monstruo come galletas o Spiderman y así atraer a los niños.

    Pero los más solicitados por los clientes son aquellos que tienen combinaciones exóticas como limón y hierbabuena, grosella con sal, sandía y leche condensada, o cerveza y tamarindo. Tienen un costo de entre USD 1,50 y 2.

    De hecho, esos sabores poco comunes y los variados toppins para combinar con las paletas marcan la diferencia y son el valor agregado de la microempresa. Los materiales son orgánicos y saludables y en el proceso de producción no se agregan saborizantes, colorantes o ningún tipo de aditivo químico.

    Además, la empresa cuenta con una línea de helados para personas que padecen diabetes y no pueden consumir azúcar. Los helados de frutos rojos están endulzados únicamente con stevia, y también son los predilectos de los deportistas y amantes del fitness.

    En el 2018 habrá un nuevo producto: un helado de proteínas, ideal para no romper la dieta por el antojo de un postre. Se añadirá al menú tras un cuidadoso estudio de mercado y por petición de varios clientes que acuden a la heladería en busca de un dulce saludable para degustar.
    Otro producto dentro de la línea de postres saludables son los refrescos de sabores originales que solo se ofrecen los fines de semana. Hay aguas de naranja y fresa, limón y hierbabuena, y una variedad de opciones. Son extractos puros de las frutas y no tienen endulzantes adicionales.

    Geovanna Tenemaza es la dueña del negocio y la encargada de diseñar las nuevas combinaciones de paletas que se presentan cada temporada. Cuando inició su negocio en mayo solo había 13 sabores en el menú. Hoy tiene 20.

    “Queríamos destacarnos y ofrecer productos distintos a los que ya tienen en otras heladerías. Sabíamos que la clave era el sabor”.

    Otra estrategia para impulsar el negocio fue el diseño de dos sabores de helados para perros. Se hacen con zanahoria y plátano.

    Antes de iniciar el negocio, esperaba abrir un emprendimiento diferente como una farmacia o boutique, pero un viaje que hizo a México junto con su esposo Marco Paula, cambió todo.

    En ese país estaban de moda las paletas artesanales, con una variedad de sabores. Tras casi un año de investigaciones y estudios de mercado, la pareja invirtió USD 30 000 en su emprendimiento.

    Ellos viajaron nuevamente a México para capacitarse en Mundo Helado, un centro especializado en paletas artesanales. Allí también adquirieron todos los equipos e instrumentos necesarios para el negocio.

    La meta para el 2018 es convertirse en una franquicia y distribuir sus paletas a varias tiendas de la ciudad. También quieren abrir una sucursal en Riobamba.

    Geovanna Tenemaza es propietaria del negocio  en el que se venden paletas heladas para gente y mascotas. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
    Geovanna Tenemaza es propietaria del negocio en el que se venden paletas heladas para gente y mascotas. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
  • Tonicorp, una flamante planta para lácteos y helados

    Diana Viveros (I)   redaccion@revistalideres.ec

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    La empresa Tonicorp inauguró la semana pasada una nueva planta de producción, ubicada en el kilómetro 17,5 de la avenida Francisco de Orellana.

    La empresa unificó sus 19 líneas de producción, 12 de ellas destinadas para la fabricación de lácteos y siete para la producción de helados. En total Tonicorp ofrece al mercado 14 marcas del portafolio Toni y Topsy.

    La inversión para esta nueva infraestructura fue de USD 96,7 millones, de los cuales, 90 millones fueron financiados por la Corporación Financiera Internacional, organismo que integra el grupo del Banco Mundial.

    Según Jorge Medina, director general de Tonicorp, esta inversión resultaba necesaria para ampliar y aumentar la capacidad operativa de la industria. Los objetivos a mediano plazo son: impulsar el proceso de exportación a otros países e incrementar el consumo per cápita de yogur en el Ecuador, producto que representa el 50% de sus ventas.

    Tonicorp exporta actualmente a nueve países: Estados Unidos, Puerto Rico, Panamá, Perú, Colombia, Bolivia, Chile, España y recientemente, en mayo de este año, enviaron su primer contenedor de Café Lato a Emiratos Árabes Unidos. “Estamos buscando nuevos horizontes, por ello hemos venido trabajando en estos convenios de exportación para apalancar el crecimiento de la empresa”, aseguró Medina.

    El segundo objetivo de la empresa consiste en aumentar el consumo per cápita de yogur de 3,2 kilos al año a 5,6 kilos en un plazo de cinco años. Para ello se plantea varias estrategias; una de ellas es la innovación de nuevos productos. Para el segundo semestre de este año tienen previsto el lanzamiento de una leche de sabores y el yogur griego, ambos con alto nivel de proteína.

    Tonicorp pasó a manos de Arca Continental y Coca-Cola en el 2014, cuando ambas multinacionales compraron el 50% de sus acciones.

    Según el director de Tonicorp, la empresa ha venido creciendo en sus ventas, aunque en el 2016 la industria láctea también pasó por momentos difíciles a causa de la recesión económica. La implementación de estrategias como el desarrollo de empaques de menor tamaño, le permitió mantenerse competitiva en el mercado. El año pasado las ventas crecieron un 2%.

    La empresa tiene como proveedores a 300 productores nacionales de leche con los que trabaja permanentemente para cumplir tres objetivos: mejorar su competitividad, fortalecer las cadenas productivas y generar que sus negocios sean inclusivos para la empresa. Para ello, realizan capacitaciones y asesoría técnica internacional.

    La nueva planta ha generado más plazas de trabajo. El número de empleados se ha incrementado en un 5% en relación al año pasado. En total, en Tonicorp trabajan 3 500 empleados , de los cuales 600 personas están en la parte operativa.

    Una de las grandes inversiones tecnológicas que ha realizado la empresa para el equipamiento de su nueva planta fue la compra de la máquina Hydrolock. Este equipo produce 32 000 unidades por hora de leche saborizada. Es una tecnología francesa, única en Sudamérica por su capacidad de producción.

    La empresa Tonicorp inauguró la semana pasada nueva planta de producción en Guayaquil.
    La empresa Tonicorp inauguró la semana pasada nueva planta de producción en Guayaquil.
  • De los helados pasaron a una carta para todo gusto

    Redacción Quito
    ​redaccion@revistalideres.ec

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    Flor María Pineda nació en Machala en 1950 y cada vez que visita Quito pasa por la Heladería & Café Caribe. La mujer y el negocio tienen la misma edad y por eso ella se siente como parte de esta pequeña empresa familiar que en mayo pasado cumplió 67 años.

    Pineda siempre pide y disfruta de una copa de helado de mora. Por lo general llega al local, ubicado en el Centro Histórico de Quito, acompañada de su hermana Irma, quien es otra fiel clienta de este negocio.

    La semana pasada Pineda repitió el ritual. Lo hizo para calmar el calor en las primeras mañanas del verano quiteño que ya calienta la capital del Ecuador.

    El negocio fue fundado en 1950 por los esposos Luis Espinosa y Esther Báez. Esta pareja arrancó el negocio casi sin proponérselo. En el tradicional barrio La Tola, también en el centro de la ciudad, Báez montó en 1950 una pequeña tienda, a pocos metros de la Escuela Don Bosco. Los alumnos fueron sus primeros clientes y sus consejeros: ellos le pidieron que prepare helados. Y Báez les hizo caso. Luego sumó a su oferta el café que elaboraba para tomarlo con su esposo.

    Así había empezado un negocio que ya va camino a la tercera generación de la familia Espinosa y que cuenta con una clientela constante. De la casa de La Tola, el negocio pasó a un local arrendado en la calle Bolívar, a mediados de la década de 1950.

    El helado era la carta de presentación. Incluso Espinosa repartía el producto por la ciudad. Él mismo llevaba una congeladora a otras tiendas para que el producto se mantenga fresco.

    Con las ganancias Espinosa se animó a comprar la casa de la esquina de las calles Bolívar y Venezuela. Es el mismo lugar en el que ahora los hijos Loli y Francisco Espinosa ahora administran Heladería & Café Caribe, el negocio fundado por sus padres.

    Según Francisco, el éxito del negocio está en mantener intactas las recetas de su madre. “El helado es único y por eso los clientes siempre regresan”.

    Para mantener la esencia de los helados, los Espinosa adquieren frutas en Ambato, Santo Domingo y San Lorenzo. Desde esas ciudades llegan moras, guanábanas, naranjillas y otras frutas que tienen las características deseadas por esta familia de emprendedores que genera 16 empleos.

    Al recorrer el local de 180 metros cuadrados es fácil advertir que la dedicación es la clave. Mientras un grupo de trabajadores está en la cocina, otro limpia las mesas y sirve los pedidos.

    El trabajo se cumple de manera sincronizada. Así es durante las doce horas que la heladería y cafetería permanece abierta, los siete días de la semana. “No descansamos ni el 1 de enero”, comenta Francisco, mientras supervisa al equipo de trabajo.

    Otro de los valores agregados de este negocio es el poder reunir a varias generaciones, asegura Loli Espinosa. “Muchas veces llegan abuelos, quienes comparten recuerdos con sus hijos y nietos. Para nosotros es una alegría reunir a familias de quiteños”.

    A los helados y el café se sumaron, hace cinco años, platos a la carta como churrascos, secos de chivo, lasañas, entre otros. De esta manera la oferta se amplió, nuevamente por pedido de los clientes, tal como sucedió a mediados del siglo anterior.

    Ahora la familia Espinosa enfrenta un desafío: que la tercera generación se encargue del negocio. El asunto aún no se define porque los nietos de Luis Espinosa y Esther Báez tienen otros planes. Por eso una opción es contratar una administración externa, que mantenga la tradición y el sabor.

    Loli y Francisco Espinosa, junto con parte del equipo de trabajo de la Heladería & Café Caribe. El local funciona en el Centro Histórico de Quito, desde mediados del siglo pasado. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Loli y Francisco Espinosa, junto con parte del equipo de trabajo de la Heladería & Café Caribe. El local funciona en el Centro Histórico de Quito, desde mediados del siglo pasado. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Helados cautivan con semillas andinas

    Washington Benalcázar

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    Los helados no solo deben ser refrescantes. También deben ser deliciosos y nutritivos.
    Bajo esa premisa, Edwin Patricio Campués Calcán, de 38 años, instaló la heladería Esencia Andina, que ofrece mantecados de quinua, amaranto, chaguarmishqui, linaza, zapallo, sambo, guarango…

    Los singulares ingredientes, típicos de la cocina tradicional indígena de la Serranía, atraen a los clientes a los locales ubicados en los cantones Cayambe y Tabacundo, en el norte de Pichincha.

    Una de ellas es Rosario Guaña, que desde la primera vez que probó los refrescantes bocadillos, hace cinco años, quedó fascinada.

    La comerciante aprovecha su tiempo libre para refrescarse con un heladito, cada día. Ella comenta que sus preferidos son los que tienen sabor de haba o de mora.

    Según Guaña, a diferencia de los típicos que tienen colorantes y sabores artificiales, los helados de Esencia Andina le alimentan.

    El emprendimiento comenzó hace 19 años. Campués y su esposa, Nancy Cabascango, decidieron dedicarse a la venta de estas frías golosinas. Pero querían ofrecer algo diferente. De esta manera decidieron sacar al mercado los mantecados nutritivos. Ese es el valor agregado.

    La iniciativa fue la tabla de salvación de la familia, luego que Edwin Campués fuera despedido del almacén de repuestos en donde trabajaba, en Quito.

    Por ese entones, la pareja tenía dos hijos. Ahora tiene seis.

    Con los 600 000 sucres que recibió de liquidación compraron un congelador, una licuadora, cinco litros de leche y las semillas andinas para elaborar los helados.

    En un cochecito con el que recorrían las calles del centro de Cayambe la pareja inició el negocio. Ahí pusieron en práctica las destrezas que habían adquirido en casa produciendo postres, con ingredientes tradicionales, para alimentar a sus pequeños.

    Nancy Cabascango rememora que así lograron reintroducir en la dieta familiar productos ricos en nutrientes, como la quinua y el amaranto, que sus hijos y sobrinos iban dejando de lado, poco a poco.

    Los helados nutritivos, elaborados con productos tradicionales andinos, tuvieron buena acogida.

    El floreciente negocio les permitió primero arrendar un local en el Mercado Municipal de Cayambe. Luego lo compraron.

    La heladería funciona en el segundo piso, en el local B-017. Ahí, Nancy Cabascango atiende junto a una de sus hijas, de lunes a domingo, de 09:00 a 18:00.

    Luego abrieron una sucursal, que está ubicada en La Y de Tabacundo, a la orilla de la vía Panamericana, junto a la estación de combustibles. En ese lugar, Edwin Campués y su hijo Jefferson, de 16 años, atienden la demanda de los golosos de martes a domingo, de 07:00 a 19:00.

    En los últimos años, el abanico de sabores creció a 22. Los que tienen mayor preferencia son los de quinua, amaranto y mora.

    Cada helado cuesta USD 1,25. Pero si el cliente escoge de dos o más sabores, por cada uno se cobra USD 1. Eso les garantiza ventas de USD 150 diarios.

    Campués, nativo de la parroquia Olmedo, de Cayambe, asegura que el proceso se inicia con la adquisición de las semillas.

    “Compramos los productos agroecológicos de la zona directamente a los campesinos”.
    Luego la materia prima es procesada. Los alimentos como la quinua y el arroz de cebada se trituran en molinos de piedra y se procesan en cocinas de leña. “Eso les da un sabor más delicioso. La idea es que no solo tengan elementos tradicionales, sino que se elabore a la vieja usanza”, explica el emprendedor.

    Se trata de procedimientos que han sido heredados de los pueblos ancestrales. El chaguarmishqui, por ejemplo, se extrae haciendo una perforación en la parte baja del tallo de los pencos de cabuya.

    La savia aflora como un jugo oscuro de sabor dulce, que se cuece con el arroz de cebada. Finalmente el elixir ingresa al congelador.

    Los fabricantes aseguran que el helado de chaguarmishqui es ideal para personas que sufren osteoporosis. También -comentan- previenen la inflamación de la próstata y ayuda a disipar las vías respiratorias congestionadas.

    Esencia Andina está innovando permanentemente los sabores. Quizá por eso sus productos han sido recogidos en varios textos sobre ‘huecas’ tradicionales de la Sierra Norte del país.

    Edwin Campués  es el fundador de este emprendimiento. Él cuenta con la ayuda de su esposa e hijos. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    Edwin Campués es el fundador de este emprendimiento. Él cuenta con la ayuda de su esposa e hijos. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • Los postres son su inspiración para crear helados

    Redacción Quito

    La afición que Catalina Parra tuvo por los helados y por la repostería desde niña la motivó a arrancar con su propia heladería. Menta-Paletería Artesanal es un emprendimiento que evolucionó de ser un pasatiempo para convertirse en un negocio familiar.

    Esta iniciativa surgió hace un año y medio. Eventos familiares, fiestas infantiles y encuentros entre amigos fueron sus primeros ‘mercados’ para probar su producto. “Tenía al menos un evento al mes y así fue como nos dimos a conocer al público”, dice Parra.

    Los sabores de los helados gustaron a esos primeros clientes por lo que la mujer y su esposo apostaron por montar su propio local de helados artesanales.

    La elaboración de su primer helado fue una aventura basada en “prueba y error”. Fue de menta y consistió en un aprendizaje de seguir recetas e ir probando. Después de una semana, en la tercera prueba, Catalina consiguió la paleta esperada.

    El helado de menta les gustó a Parra y su esposo que decidieron usar la palabra ‘Menta’ en su emprendimiento, en honor a su primera paleta.

    Esta emprendedora explica que la estrategia del negocio fue convertir postres en helados mediante frutas e ingredientes naturales.

    El primer paso para dar a conocer su iniciativa empezó en la Feria de Verano de la Floresta del año pasado. En este espacio, su participación fue sorprendente. En tan solo dos días de feria se vendieron 400 helados.

    La aceptación que recibió su producto en esta feria impulsó a Parra a ubicar a la Floresta como un sitio estratégico para comenzar con su proyecto.

    La inversión inicial para empezar con esta iniciativa fue de USD 25 000. El capital se invirtió primero para buscar una vitrina. El siguiente paso fue el arriendo del local, la compra de congeladoras, máquinas, muebles y materia prima para la producción de las paletas. “Así seguimos hacia adelante”.

    La inversión se va recuperando paulatinamente con la venta de las paletas, que ya no solo en cumplen en eventos sociales; Menta-Paletería Artesanal acaba de abrir su primer local, ubicado en el sector de la Floresta. En los primeros 10 días se vendieron alrededor de 450 helados. Los precios varían entre USD 2 y 2,50.

    Otro de los secretos está en los ingredientes. Los productos para la elaboración de los helados son 100% naturales. “Usamos frutas y combinaciones naturales, evitando cualquier tipo de químicos, colorantes o sabores artificiales” .

    Su principal proveedor es Wikimujeres, una red de colaboración entre emprendedoras que se mueven en Facebook. Parra comenta que mediante esta red solidaria consigue productos naturales para la elaboración de sus helados; también, puede colaborar con otras microempresarias.

    Titi Moreno, emprendedora en Wikimujeres, provee a Parra aproximadamente de tres litros de leche de coco a la semana. María del Carmen Zavala también es proveedora de la iniciativa. Ella provee de cuatro kilogramos de frutillas por semana.

    Menta-Paletería Artesanal ofrece hoy en día más de 30 variedades de helados, desde pie de limón, menta chocolate hasta caramelo salado y helados bajos en azúcar.

    Catalina Parra, propietaria de Menta-Paletería. Su estrategia es elaborar helados con base en recetas de postres. Foto: Vicente Costales/ LÍDERES
    Catalina Parra, propietaria de Menta-Paletería. Su estrategia es elaborar helados con base en recetas de postres. Foto: Vicente Costales/ LÍDERES