Etiqueta: identidad

  • Este local exhibe piezas con identidad precolombina

    Patricia González

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    Al fondo de la galería Diablo Huma, del Hotel Patio Andaluz, ubicado en el Centro Histórico de Quito, lucen sobre una pared las diferentes piezas del taller Arte Precolombino Uku Pacha.

    Hay máscaras de personajes de las fiestas Raymi, del danzante del sol y otras reproducciones de piezas arqueológicas, de culturas con antigüedades de hasta 2 500 años.

    También hay espejos con diferentes simbologías: calendarios de sol y luna, los cuatro elementos de la naturaleza (agua, fuego, aire y tierra) y la cruz de los pueblos que se asentaron al norte (Carchi Pasto) y sur (incas) del país.

    En todas las piezas que se exhiben destaca el uso del color y la utilización de metales y piedras preciosas.

    Arte Precolombino Uku Pacha fue fundado en 2011 por Frans Yovani Galván, quien hoy lo administra, en sociedad con Bolívar Romero y Julia Jaramillo.

    El acercamiento de Frans con las culturas ancestrales del Ecuador se dio en los 10 años que trabajó como coordinador de proyectos en el Museo Etnohistórico de Artesanías del Ecuador Mindalae.

    Las ganas de emprender un negocio propio y el formar parte de un grupo de buscadores del conocimiento ancestral andino lo impulsaron a concretar el proyecto del taller, ubicado en Conocoto.

    La producción de las piezas parte de un diseño en arcilla roja, sobre el cual se trabaja el modelo. Luego las piezas se llevan al horno en reproducciones en serie. Posteriormente, pasan por la etapa del secado, que puede durar semanas, y finalmente, los acabados a mano y las pruebas de color.

    “Todo parte de una investigación y se les da un valor agregado a las piezas sin alterar su significado intrínseco”, comenta Bolívar, quien investigó por muchos años sobre la arquitectura ancestral y tradicional como arquitecto.

    El taller cuenta con 12 modelos de espejos, 22 de máscaras y alrededor de 30 objetos en cerámica, entre ellos piezas rituales como el tótem andino.

    Al mes producen cerca de 200 piezas, que son exhibidas para su venta en 15 galerías en Quito.

    En la galería Diablo Huma se exhiben los trabajos del taller desde 2014. Gabriela Caicedo, propietaria, dice que cuentan con una ubicación privilegiada porque son bastante apreciadas por los clientes. “A los turistas le gusta aprender de nuestra historia. Les fascina el simbolismo”.

    En esta apreciación coincide Paulina Cruz, propietaria de la Galería Terracota, ubicada en el sector La Ronda, del Centro. “Sus piezas tienen buena acogida porque a los extranjeros les llama la atención la cultura precolombina”, dice Cruz, quien agrega que además son productos de muy buena calidad.

    Romero reafirma que quienes más consumen sus piezas son los extranjeros. “El ecuatoriano no conoce o no valora la historia que hay detrás de cada uno de estos trabajos”, lamenta.
    Uku Pacha facturó en 2016 cerca de USD 1 600 al mes. Sus socios señalan que fue un año bajo. Este año no han crecido en facturación y con el fin de recuperarse, los emprendedores prevén desarrollar objetos de adorno: platos de porcelana, jarros y otros. También, les gustaría llevar sus piezas a otras zonas turísticas del país, como Cuenca y Baños de Agua Santa.

    Frans Yovani Galván es el fundador del taller Arte Precolombino Uku Pacha. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Frans Yovani Galván es el fundador del taller Arte Precolombino Uku Pacha. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Tres mentes creativas dan identidad a las empresas

    Sebastián Angulo

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    Llamas, osos de anteojos, cojines de colores… son parte del ambiente de las oficinas de Blu! Lab, un estudio creativo ubicado en Cumbayá (nororiente de Quito).

    No se trata solamente de una agencia de publicidad. Blu! Lab realiza trabajos que van desde el diseño industrial, pasando por el ‘branding’ (identidad y marca), hasta el diseño de empaques para diversos productos (packaging).

    Este negocio inició sus operaciones en el 2013 y, en principio, se dedicaba a la decoración de habitaciones para niños.

    Diana Zambrano y Emilia Wright arrancaron con el negocio luego de que regresaran de sus estudios de diseño gráfico, en Barcelona (España). Las dos amigas iniciaron su emprendimiento y arrancaron con la fabricación de vinilo decorativo: un plástico adhesivo para adornar interiores.

    Al empezar, invirtieron USD 3 000 para comprar un ‘plotter’ especializado en vinilo: una máquina para cortar este material en la forma que deseen las diseñadoras. Gracias a la buena aceptación que tuvo el diseño de habitaciones infantiles los clientes comenzaron a pedir otro tipo de servicios.

    En ese entonces también se incorporó Marisol Rosero al equipo; en el 2014, finalmente, el negocio tomó el nombre de Blu! Lab.

    Gracias a las buenas referencias, el estudio también comenzó a elaborar logotipos para empresas.

    Uno de los primeros contratos importantes fue con Novopan del Ecuador, firma que se dedica a la fabricación de tableros, aglomerados y laminados. En esta firma, Blu! Lab elaboró la parte gráfica, como catálogos para comunicación interna y externa.

    César Álvarez, vicepresidente de Ventas y Mercadeo de Novopan, asegura que Blu! Lab ha realizado trabajos en diferentes áreas desde hace tres años. Álvarez destaca la creatividad y puntualidad en la entrega de sus trabajos. “Nos ha ido muy bien. Siempre la calidad del trabajo es muy buena”.

    La fabricación de pósteres, lienzos, afiches y objetos decorativos como lámparas y platos base en las cadenas de Corporación Favorita también ayudaron a consolidar el estudio.
    Otra de las líneas de negocio de la firma es el diseño industrial. En el 2014 comenzaron a desarrollar esta área cuando elaboraron lámparas para el restaurante Osaka de Quito, especializado en comida japonesa y peruana.

    Además, en ese mismo año trabajaron en la decoración del restaurante de comida mexicana Chipote Chillón (norte de Quito), en el que manufacturaron piñatas, lámparas, entre otros artículos.

    Desde su creación la empresa ha trabajado para 150 firmas del país. Además ha colaborado en el desarrollo de marcas para pequeños negocios que están empezando.
    Otro de los proyectos que ha emprendido Blu! Lab -junto a otros emprendedores- es La Tejedora Distrito Creativo, en Cumbayá, que aglutina negocios de arte, yoga, meditación, relajación entretenimiento, estilo de vida, diseño arquitectónico y de modas, música, deportes, gastronomía y cerveza artesanal.

    La Tejedora está conformada por un área -donde anteriormente operaban dos antiguas fábricas textiles- que se está adecuando para convertirse en el primer distrito creativo del Ecuador.

    Blu! Lab trabajó en el ‘branding’ de Amha Design, una firma guayaquileña que se especializa en arquitectura de interiores. Ana María Hanse, arquitecta de interiores, señala que trabajaron en la personalidad de la marca, definición de colores y elaboraron el manual en el que se establecen cómo se deben trabajar las piezas gráficas de la empresa.

    Emilia Wright, Marisol Rosero  y Diana Zambrano son las socias de Blu!Lab, un estudio de diseño industrial, ‘branding’ y ‘packaging’. Su centro de operaciones está en Cumbayá. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
    Emilia Wright, Marisol Rosero y Diana Zambrano son las socias de Blu!Lab, un estudio de diseño industrial, ‘branding’ y ‘packaging’. Su centro de operaciones está en Cumbayá. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
  • Un tabaco con identidad ecuatoriana

    Redacción Quito

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    La idea Taita Cana nace con la creación de un puro a base de chamico. Henry Machuca junto con su hermano, Edwin , emprendieron este negocio y lo trajeron a Quito, desde su natal Loja.

    Taita Cuna es un emprendimiento que se dedica a la producción, distribución y venta de tabacos elaborados con productos lojanos 100% naturales.

    La idea de los dos jóvenes es crear una alternativa para las personas que fuman y que no quieran genera dependencia.

    El proyecto nació en el 2013, y no fue sino hasta diciembre del 2016 cuando se lanzó el producto el mercado. Henry, se encargó de la investigación y Edwin de la parte gastronómica y creación de sabores. Los dos tratan de adueñarse de esta practica generacional de su abuelo y tatarabuelo.

    Para crear un puro de Taita Cana, Henry se preocupa desde la siembra. La planta de tabaco ecuadoriam/brasiliam es cultivada en los terrenos de Vilcabamba y Olmedo, en Loja.

    La cosecha se realiza en cuarto menguante de luna. “ Las culturas ancestrales preincas creían que en ese momento la tierra se regenera energéticamente y la savia de las plantas es mejor”, según afirma Henry Machuca.

    Después de la cosecha, el proceso que él realiza con las hojas de tabaco es la misma que su abuelo le enseñó. Machuca explica que “en Cuba se demoran en producir siete meses; nosotros nos demoramos un par de semanas”.

    Algunas empresas fermentan la hoja de tabaco, esto hace que el proceso dure meses.
    El emprendimiento realiza una extracción de la savia de hoja de forma manual y la mezclan con otros insumos producidos en Loja. Para darle una textura y maceración al tabaco se demora alrededor de dos semanas.

    Henry explica que para enrollar un tabaco se toma alrededor de 10 minutos si conoce de la técnica, sino puede durar días.

    Lo innovador del proyecto es dar distintos sabores a los puros. Para el proceso primero se muele en piedra el fruto o hierba que desee incorporar, luego se realiza una maceración en barriles de roble, para que las hojas capten el aroma y el sabor.

    El responsable de este proceso dentro de Taita Cana es Edwin Machuca, estudiante de gastronomía; mediante sus conocimientos ha experimentado varios sabores y texturas. “ Para que las hojas de tabaco no sean tan fuertes realizamos una infusión con manzanilla, esto da un toque más delicado y sutil al paladar”. Entre los sabores de tabacos que dispone Taita Cana están los de champán, frutos rojos silvestres, mentolados, brandi, entre otros.

    Taita Cana distribuye sus productos a varios locales a escala nacional. Entre estos están: la Fundación Sinchi Sacha, Museo Mindalae, Organic Store, Hostería Olmedo, entre otras. Además, los hermanos ofertan su producto en redes sociales e incluyen envíos a varios puntos del país.

    Para María José Aguirre, propietaria de Organic Store, este producto ha tenido buena acogida en las personas de 40 a 50 años. “La gente prefiere consumir este tipo de tabaco para no crear adicción y cuidar de su salud”.

    Por Internet el emprendimiento registra pedidos que dejan ventas por USD 2 000 al mes, mientras que en ventas físicas factura alrededor de USD 700 mensuales.
    Para el próxima 6 de mayo está previsto que Taita Cana abra su primer local en el Centro Histórico de Quito; allí los visitantes podrán aprender la historia y catar tabaco con una gama de sabores.

    Además, los interesados podrán comprar los productos con empaques elaborados con material reciclado, “la idea es generar identidad con la marca”, finaliza Machuca .

    Henry Machuca realizó la investigación para producir el puro con materia prima traída desde Loja. Él rescata el proceso de elaboración de su abuelo. Foto: Armando Prado / LÍDERES
    Henry Machuca realizó la investigación para producir el puro con materia prima traída desde Loja. Él rescata el proceso de elaboración de su abuelo. Foto: Armando Prado / LÍDERES
  • El chocolate y el café local dan identidad a sus tiendas

    Redacción Quito

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    Jorge Guacanés soñaba desde niño con tener una casa de chocolate. Ese anhelo de la infancia, comenta, venía a su cabeza como cuando Homero Simpson alucinaba con la tierra del chocolate: todo lo que está a su alrededor es comestible, desde las paredes hasta conejos que saltan.

    Hace siete años, pudo hacer realidad en algo ese sueño que coincidió con el inicio del ‘boom’ del chocolate fino ecuatoriano.

    En ese entonces, Guacanés se convirtió en papá y necesitaba mayores ingresos para cubrir la nueva etapa de su vida. Dejó su trabajo en una tienda de artesanías y montó su chocolatería, sin mayor noción del mundo al que se metía. Su experiencia en ventas y trato con turistas fueron su punto de partida.

    Para iniciar invirtió USD 6 000 que los financió con su tarjeta de crédito. Ese dinero le sirvió para comprar mercadería, maquinaria como neveras -para los postres- y rentar un local en el sector de La Mariscal (centro-norte de Quito). Así, en el 2010, abrió sus puertas Cacao&Cacao.

    Uno de sus primeros proveedores, cuenta Guacanés, fue Pacari. Habló con Santiago Peralta y recuerda que en su encuentro le dijo algo así como: “toma mis tabletas y anda endulza el mundo”.

    Algo más de un año después de la apertura de su primer local abrió un segundo local en la misma zona de la ciudad.

    Guacanés se metió en el mundo del chocolate y fue sumando proveedores que comenzaban a producir chocolate ecuatoriano con identidad. También, incorporó otros ítems elaborados con cacao, como cervezas y postres.

    Además, en la nueva tienda agregó el servicio de cafetería y desde ese entonces incursiona en ese segmento. Cacao&Cacao también comenzó a ofertar café de diferentes puntos geográficos del país, como Loja, Nanegalito, entre otros lugares.

    Para abrir este local invirtió cerca de USD 8 000, que los consiguió con un crédito del Ministerio de Turismo más las ganancias que le dejaba la primera tienda. Este local se convirtió en el principal de la cadena de Cacao&Cacao.

    Ahora, la pequeña cadena se especializa en café y chocolate de productores nacionales. También, ofrece otros productos locales, como licor de maracuyá, por poner un ejemplo.
    El año pasado abrió otro local que se dedica solo a la venta de los productos, al frente del Mercado Artesanal de La Mariscal.

    Asimismo, el año pasado la cadena abrió su primera franquicia ubicada en el Centro Comercial Unicornio. Este es un proyecto piloto con el que crearon su manual de franquicia para la marca y buscará expandirse en el futuro.

    Ahora, Cacao&Cacao busca difundir la cultura del café en el país. Por ello, organiza un evento para entregar la certificación Barista Skills Foundation y Barista Intermediate, que se desarrollará esta semana, entre el 2 y 4 de mayo.

    Dolores Moreno es clienta de Cacao&Cacao desde hace un año. Ella trabaja cerca de La Mariscal y acude todos los días, con compañeros de la oficina, en búsqueda de café. Moreno destaca la variedad, el sabor y los aromas de los productos que se ofertan.

    La Leyenda del Chocolate es un negocio quiteño que provee diversos ítems a la cadena. Doménica Mero, encargada de ventas, asegura que cada mes le venden a Cacao&Cacao unas cuatro cajas de chocolate en pasta para diversas preparaciones y también otro chocolate para bebidas.

    Además de estos productos, la Leyenda del Chocolate entrega pequeñas barras. Mero destaca la cadena que se ha convertido en un sitio especializado.

    Jorge Guacanés, el fundador de la cadena, en su local más grande que cuenta con cafetería, que está ubicado en la Juan León Mera y Ramón Roca, en el sector de La Mariscal. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Jorge Guacanés, el fundador de la cadena, en su local más grande que cuenta con cafetería, que está ubicado en la Juan León Mera y Ramón Roca, en el sector de La Mariscal. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Los hermanos Gálvez reafirman la identidad ecuatoriana en cada pieza

    Patricia González

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    El Taller Sin Fronteras de propiedad de los hermanos Gálvez guarda 19 años de historia.
    Son dos salas contiguas. En una, hay una gran estantería de madera con sus trabajos más recientes: piezas a escala que retratan la identidad nacional. En la otra, una máquina de corte láser, de gran tamaño, que ha reducido los tiempos para la elaboración de cada pieza a solo minutos.

    Fue en 1997, ante la escasez de ofertas estables de empleo, cuando Arnaldo y Nelson Gálvez decidieron emprender, junto a un amigo que los acompañó por poco tiempo, un proyecto de artesanía. Un año después ya habían instalado un taller en su propia casa, ubicada en el sector Ferroviaria Alta, al sur de Quito.

    Los primeros trabajos fueron figuras de Disney, elaboradas en esponja. Luego, cambiaron a espuma flex, material con el que las piezas adquirieron solidez. Hasta que, finalmente, el insumo para la elaboración de las figuras infantiles fue la madera tríplex.

    La inversión inicial de este emprendimiento fue de 1 millón de sucres (cerca de USD 40). Posteriormente, gracias a un préstamo, invirtieron en maquinarias y materia prima para la elaboración de sus piezas artesanales.

    Las figuras de los hermanos Gálvez, acompañadas de murales, decoraron espacios infantiles en hospitales, colegios y hasta dormitorios particulares.

    En los últimos años, Taller Sin Fronteras evolucionó a la realización de piezas con identidad local. La historia y tradiciones del Ecuador fueron la base para la creación de personajes propios, que representan la cultura local, como el Sanjuanero, figura inspirada en el aruchico y el colibrí.

    Estos personajes autóctonos ambientados en paisajes locales dieron color a 18 salas lúdicas de las Unidades Judiciales de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, ubicadas en todo el país.

    La identidad nacional también la trasladaron a la elaboración de juguetes, inspirados en hechos emblemáticos. Fue el caso del Telégrafo 1, el primer avión que surcó los andes ecuatorianos, o del Andino, el primer vehículo ensamblado en el país. Y, desde el año pasado, a la confección de casas patrimoniales e iglesias, como la de El Belén, en el sector de La Alameda, en Quito.

    La empresa Dismade, distribuidora maderera, es una de sus clientes. “El trabajo es de primera calidad, cuidan mucho los detalles. Les gusta explorar el país y nuestra identidad, eso me atrae mucho”, dice Pilar Aizaga, propietaria de firma, que en 2016 realizó alrededor de 20 pedidos.

    En los últimos meses, la situación económica, entre otros factores, los obligó a vender sus productos en las calles de la capital. Nelson, quien se encarga de la comercialización, lo lamenta. “En la calles, el producto pierde valor. Le gente pide menos de lo que vale una pieza”, manifiesta.

    El Tren de Alfaro a escala y el Sanjuanero, personaje creado, son dos productos del Taller Sin Fronteras. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    El Tren de Alfaro a escala y el Sanjuanero, personaje creado, son dos productos del Taller Sin Fronteras. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • La identidad se resalta mediante este proyecto

    Redacción Quito  (F)
    Contenido intercultural

    Reforzar las ideas de identidad de artesanos y emprendedores es el objetivo del Programa de Empresas Sociales e Innovadoras (PESI) de la Agencia de Desarrollo Económico del Distrito Metropolitano (ConQuito) .

    Este es parte de las actividades de la Unidad de Economía Popular y Solidaria de la entidad, que está a cargo de Vanessa Rosero.

    Ella comenta que están operativos desde hace casi dos años y que PESI se divide en tres procesos dirigidos emprendedores y artesanos. El primero, explica, consiste en que la persona conozca su propio “ser” para así apoyar a sus trabajadores y la empresa, lo que se denomina innovación social.

    El segundo y tercero están más vinculados a la parte económica y se denominan innovación productiva y comercial. En el primero se da una nueva imagen al producto, se mejora el diseño, se da valor agregado, moderniza, etc.

    Para ello, dice Rosero, los emprendedores y artesanos pueden hacer mano de sus conocimientos ancestrales. Bajo estos lineamientos, por ejemplo, se fabricaron jabón y champú por manos afro.

    Los talleres de PESI se realizan una vez al año y duran tres meses. Cuando inician se divide a los emprendedores en cuatro categorías según el desarrollo de sus negocios, su economía, entre otros.

    El primer PESI se impartió a 35 personas de manera directa (líderes sociales) y de forma indirecta (trabajadores, familia, etc.) a 400. En el segundo taller se dictó a 70 y 500, respectivamente.

    Para el 2017 se tiene previsto un tercer taller del proyecto.

    Un tercer proceso que incluye PESI es generar canales de venta. “Nosotros, en el programa, desarrollamos un comité en el que se identifican los participantes más potentes y se les da un seguimiento mucho más personalizado y se trata de vincularlos con grandes empresas para que tenga más pedidos y ventas”, explica Rosero.

    ConQuito
    ha logrado identificar que el 90% de los participantes de los talleres ha logrado obtener contratos atractivos y ha descubierto que hacer más atractivos a los productos, desarrollar la propia marca y usar los conocimientos ancestrales les ha permitido vender más.
    Para la responsable del proyecto el tema de la identidad es clave porque posibilita aglutinar la habilidad creativa de los artesanos con insumos o conocimientos autóctonos que permiten dar valor agregado a los artículos.

    PESI cuenta con una revista en la que muestra casos exitosos vinculados tanto con la parte de la cultura nacional como la agrícola. Así se observan emprendimientos vinculados a la producción de artesanías como Luna Escarlata; la visualización en prendas de la cultura de nacionalidades de Ecuador como Creaciones Magenta; bolsos hechos con hilo de penco, etc.
    Las marcas de animales o nombres andinos también se usan como en el caso de la ropa de niños Chiriko (un insecto) o la de montaña Karwa (agosto en kichwa).

    José Luis Shugulí, propietario de esta última, explica que el programa PESI le permitió enfocarse en lo técnico, emocional y espiritual, “para desarrollar todas las capacidades al emprender”.

    El negocio está ya diez años en el mercado, indicó Shugulí.

    Algunos detalles
    Procesos. La Unidad de Economía Popular y Solidaria a través de la Agencia de Promoción Económica ConQuito, desarrolla actividades que permite fortalecer e incentivar el emprendimiento solidario y desarrollo empresarial de los ciudadanos de Quito.
    Créditos.  Los emprendedores de PESI pueden acceder a créditos con las 12 cooperativas aliadas de ConQuito. Los préstamos son de hasta USD 20 000, dependiendo el caso. En ese caso se vuelven más flexibles en sus condiciones.

    Durante una de las etapas de los talleres de PESI los emprendedores y artesanos muestran sus productos. Foto: cortesía ConQuito
    Durante una de las etapas de los talleres de PESI los emprendedores y artesanos muestran sus productos. Foto: cortesía ConQuito
  • Perfumes con identidad Puruhá

    Redacción Sierra Centro

    Las nueve fragancias de Yuyari están inspiradas en la valentía, la fuerza, la belleza y la sabiduría de los hombres y mujeres de la cultura Puruhá. La marca salió al mercado en noviembre pasado y su público objetivo son los jóvenes indígenas.

    “Encontramos una necesidad insatisfecha. Las marcas de perfumes más reconocidas en el país se inspiraban en las cualidades de la cultura occidental y nosotros necesitábamos un producto que nos haga sentir identificados”, dice José Mullo, uno de los socios .

    La idea del emprendimiento surgió ligada al concepto de la interculturalidad y el fortalecimiento de la identidad de las culturas indígenas en julio pasado, cuando Esther Miranda y Jaqueline Tuquinga se sumaron al proyecto.

    Los tres jóvenes se conocieron en las aulas de la carrera de Ingeniería Comercial en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, y decidieron asociarse para ejecutar el proyecto.
    “Cuando empezamos a analizar la idea nos dimos cuenta que tenía todo para convertirse en un negocio exitoso”, dice Miranda.

    El primer paso fue elaborar un plan de negocios, que incluye un estudio de mercado y una estrategia de ventas. Luego, los jóvenes se proveyeron de materias primas y escogieron las fragancias en base a las preferencias de su público objetivo.

    Los aromas femeninos representan las cualidades más representativas de las mujeres indígenas. Los perfumes se llaman Kury, Sisa, Kuyay, Sumak y Willka, términos kichwas que significan, valiosa, flor, amor, hermosa y sagrada.

    Los tres aromas masculinos se llaman Sinchy, Munay y Yachak, que significa Fuerte, Deseo y Sabio. Los perfumes tienen notas cítricas y madereras, y cuestan entre USD 18 y 24.
    Pero el producto estrella es un perfume femenino que lleva el nombre de la firma, Yuyari, un término kichwa que significa ‘recuerdos’. Esta fragancia es la que ha tenido mayor aceptación en el mercado desde su lanzamiento.

    El diseño de la imagen, logotipos y frascos que contienen los perfumes también requirió inversión y esfuerzo. Todos los empaques e incluso la imagen corporativa, están inspirados en las fajas kawiñas, una prenda que se utiliza únicamente en la cultura Puruhá.

    Los tres socios invirtieron USD 7 000 en la primera fase de implementación del negocio. La tienda está instalada en el local 10, del Centro Comercial Las Carmelitas, en Riobamba.
    Además, cuentan con siete agentes de ventas por catálogo, que representan a la marca en Guayaquil, Quito, Ambato, Machala, Cañar y Guamote.

    Esther Miranda, José Mullo y Jaqueline Tuquinga son los jóvenes que decidieron crear los perfumes de la marca Yuyari. Esta iniciativa intercultural  surgió en las aulas universitarias. Foto: Ángel Barona para LÍDERES
    Esther Miranda, José Mullo y Jaqueline Tuquinga son los jóvenes que decidieron crear los perfumes de la marca Yuyari. Esta iniciativa intercultural surgió en las aulas universitarias. Foto: Ángel Barona para LÍDERES
  • ¿Cómo manejar la identidad digital?

    Sofía Ramirez

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    Todo lo que se diga en redes sociales se relaciona al lugar del trabajo de quien publica, según especialistas. Por eso es importante manejar una identidad digital en la web, sin importar el cargo en la empresa. Pero, ¿qué es la identidad digital y cómo debe desplegarse en redes sociales?.

    Para Iván Pino, director digital de Llorente & Cuenca, la identidad de un colaborador en la Web es la marca personal que se encuentra en los principales motores de búsqueda, redes sociales y otros medios interactivos que se encuentran en Internet.

    Sin embargo, existen parámetros que deben seguir los colaboradores de una firma para tener una identidad digital limpia.

    Por ejemplo, la identidad digital no debiera manejarse como una orden corporativa; más bien los expertos recomiendan incentivar u orientar a los colaboradores para que se conviertan en una especie de embajadores de la imagen empresarial en las distintas redes sociales. Pino señala que en este entorno es importante definir una política clara de participación, en la que se desarrollen iniciativas formativas para tener conciencia sobre el manejo de redes sociales.

    Luego de estos primeros pasos, es esencial la elaboración de un manual para el uso de redes sociales, el mismo que debe estar liderado por los departamentos de Talento Humano.

    El documento debe proporcionar seguridad y confianza a los empleados sobre lo que la empresa valora o no de su interacción en los medios sociales, además de otros lineamientos. También deberá especificar de manera clara el compromiso y el sentido de la responsabilidad con todo lo que un trabajador publica en sus redes sociales, indica Pino.

    Otro punto importante es aportar valor a la conversación en las redes sociales. Esto implica participar en aquellas comunidades en las que el profesional comparte valores e intereses.
    Según un estudio realizado por Llorente&Cuenca, el año pasado, sobre la identidad digital de los presidentes ejecutivos en Ecuador, solo el 33% de los directivos de 112 empresas analizadas tienen presencia en redes sociales como Twitter y Linkedin. “Es como si no existieran en el universo social digital”, concluye en el informe.

    Por eso, Pino resalta que ahora las compañías ya entienden que las redes sociales no son un medio de difusión masiva, sino un canal de interacción personal, que puede ser masivo solo si se logra conectar a las personas.

    Para Christian Espinosa, director de Cobertura Digital, es importante que los empleados de cualquier empresa tengan mayor conciencia de cómo manejan sus redes sociales. Por eso recomienda que lo que se publica debe ser contenido profesional: “A veces hay opiniones personales políticas o violentas, por ejemplo, que se publican en Twitter y directamente afectan a la imagen de una empresa”. Si esto sucede, podría tener repercusiones que pueden llevar al despido o a llamados de atención. Para esto, Espinosa explica que en el manual de uso de redes sociales se deben identificar los mensajes que no debieran ser publicados, para que los colaboradores tengan en cuenta que un error de su parte, también puede afectar a la empresa.

    Javier Verdesoto, gerente de Nexus Talent, dice que la marca digital de un colaborador en Internet es tan importante como la presentación de un currículum.

    Este ejecutivo indica que la actual tendencia para la selección de personal es examinar los perfiles de redes sociales de los postulantes. Por tal razón, cuidar la imagen en estos medios, publicar la formación académica o experiencia profesional es algo positivo. También se recomienda identificar los usos de las distintas redes sociales como Linkedin o Twitter.

    Facebook. Foto: AFP
    Facebook. Foto: AFP
  • El inventor de la moneda virtual reveló su identidad

    Agencia AFP

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    Tras años de misterio y de especulaciones, el verdadero creador de la moneda virtual bitcoin reveló este lunes 2 de mayo del 2016 su identidad a la BBC, a The Economist y a la revista GQ: se trata del empresario australiano Craig Wright.

    Para demostrarlo, Craig Wright presentó claves criptográficas que sólo podían estar en manos del creador del bitcoin, precisó la BBC.

    Desde hacía años, los medios buscaban identificar a los misteriosos informáticos que, disimulados detrás del pseudónimo de Satoshi Makamoto, concibieron en 2009 el programa que genera la moneda virtual.

    “Estos son los lotes usados para enviar diez bitcoins a Hal Finey en enero (de 2009), en la primera operación con bitcoins”, indicó Wright en la primera demostración realizada ante los tres medios informativos.

    Finney, precisó, es un ingeniero y reputado criptógafo que contribuyó a crear la moneda virtual.

    “Soy el principal conceptor (del bitcoin), pero otros me ayudaron” , indicó el empresario australiano instalado en Sídney.

    Craig publicó en su blog (http://www.drcraigwright.net/jean-paul-sartre-signing-significance/) informaciones que permiten verificar que detrás del seudónimo Satoshi Nakamoto se escondía su propia identidad.

    Explicó que había usado el apellido de Tominaga Nakamoto, un filósofo japonés del siglo XVII sumamente crítico del pensamiento normativo de su época y defensor de la libertad de comercio.

    Un economista y codirector de la fundación Bitcoin, Jon Matonis, se dijo convencido de la veracidad de esa reivindicación de autoría.

    “Tuve la oportunidad de examinar los datos en función de tres criterios: criptográfico, social y técnico. Y tengo la firme convicción de que Craig Wright cumple con los tres”, declaró.

    The Economist se mostró más escéptico

    “Nuestra conclusión es que Wright podría ser Nakamoto, pero subsisten preguntas importantes” , afirmó el semanario, para el cual “tal vez nunca sea posible determinar, más allá de la duda razonable, quién es el verdadero creador del bitcoin”.

    Según The Economist, Craig Wright, residente en Londres, tiene varias maestrías en estadística, derecho, informática y gestión en universidades australianas y británicas, así como dos doctorados, en ciencias informáticas y teología.

    ‘Quiero que me dejen tranquilo’

    Craig Wright aseguró que se sintió forzado a revelar su identidad para preservar a allegados acosados por periodistas desde que la revista estadounidense Wired y el blog Gizmodo mencionaron en diciembre de 2015 su nombre como el de un posible inventor del bitcoin.

    Negó sentirse motivado por un deseo de notoriedad. “No ha sido mi voluntad” desvelar su identidad, declaró. “No quiero ser la imagen pública de nada” , subrayó.

    “Quiero seguir trabajando, haciendo lo que me gusta. No busco dinero. No busco la gloria. No quiero ser adorado por nadie. Quiero que me dejen tranquilo”, insistió.

    Los Bitcoins se crean o intercambian utilizando protocolos de software tan complejos que son considerados “criptomoneda” (cryptocurrency) . Las transacciones se procesan en servidores llamados “Bitcoin miners ”y, contrariamente a las monedas tradicionales, su emisión no está regida por ningún banco central.

    La moneda digital se puede transferir directamente entre teléfonos inteligentes o cualquier otro tipo de dispositivo informático para pagar en tiendas “ reales ” o a cambio de servicios (como un viaje en taxi por ejemplo) .

    Sus detractores afirman que es una herramienta predilecta de los tráficos ilegales y que en su forma actual se puede robar fácilmente. Numerosos países estudian darle un marco legal a su uso.

    Los primeros bitcoins se cotizaban a unos pocos centavos de dólar por unidad, pero llegaron a valer USD 1 000 dólares en 2013. Actualmente, se negocian a unos 460.

    Actualmente hay unos 15 millones de bitcoins en circulación. Algunos economistas estiman que, debido a su número limitado, su precio tenderá a incrementarse a largo plazo y que por eso será más útil como moneda de almacenamiento de valores, así como el oro, que como instrumento cotidiano.

    La moneda virtual bitcoin. Foto: Flickr.com/gamingfloor
    La moneda virtual bitcoin. Foto: Flickr.com/gamingfloor
  • El turismo con la identidad de Tolón Pelé

    María Victoria Espinosa (F)
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    Santo Domingo 25 mujeres tsáchilas son las encargadas de este proyecto turístico. Ahí los turistas disfrutan de las tradicionales viviendas, comida y rituales típicos de la etnia. 

    Tolón Pelé cambió el rol de la mujer en la cultura tsáchila. Hace seis años, 25 emprendedoras se asociaron para crear una microempresa comunitaria de la nacionalidad. Albertina Calazacón, líder del proyecto, recuerda que en los inicios había temor entre sus compañeras, porque culturalmente las mujeres tsáchilas se dedicaban a las labores domésticas y para ellas el turismo era algo nuevo.

    Por ello, mientras construían las cabañas tsáchilas, que servirían de hospedaje para los turistas, ellas se capacitaron en atención al público, inglés básico, manipulación de alimentos, entre otros.

    El 11 de noviembre del 2009, Tolón Pelé abrió sus puertas. “Estábamos nerviosas, nos daba recelo atender a los turistas”. Actualmente, la situación es diferente. Ellas muestran una sonrisa y se sienten orgullosas de vestir la indumentaria tsáchila y de enseñar su cultura.

    En Tolón Pelé, que significa árbol sagrado en el idioma nativo tsa’fiki, se puede hacer recorridos por el bosque tsáchila. Con la compañía de una guía, los visitantes pueden conocer lugares mitológicos de la etnia.

    Una de ellas, Sonia Calazacón, relató a unos turistas que los árboles milenarios fueron chamanes que se enterraron en el bosque y que por su sabiduría se convirtieron en parte de la naturaleza.

    Uno de estos es Tolón Pelé, que mide 62 metros de altura y tiene 350 años de vida. “Mi padre, que fue un chamán reconocido, nos dijo que este era el nombre adecuado para rendir tributo a nuestra nacionalidad”, explica Albertina Calazacón.

    El proyecto cultural, turístico y comunitario Tolón Pelé nació con la ayuda económica del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), la Prefectura, el Municipio de Santo Domingo y de los 30 tsáchilas que se asociaron.

    El monto de cofinanciamiento institucional fue de USD 122 179 para infraestructura, zonas de capacitación y materiales para la elaboración de artesanías. Los socios de la empresa financiaron USD 42 122,85 en terreno, mano de obra y materiales que se encontraban en la zona.

    25 mujeres y cinco hombres se encargaron de construir siete cabañas para hospedaje, un restaurante, una sala de eventos y un pequeño museo, en donde el turista puede observar las casas típicas tsáchilas, los telares, los rituales chamánicos, las moliendas y las plantas. “Las mujeres no cumplimos con un rol específico. Todas hacemos desde el mantenimiento hasta la atención al cliente”.

    Albertina asegura que de a poco lograron que Tolón Pelé se diera a conocer. La facturación anual del emprendimiento es de entre USD 18 000 y 25 000, en promedio, al año. La ganancia es repartida entre los socios. “Con lo que gano puedo aportar en mi hogar y darle una mejor educación a mis hijos”, opina Sonia Calazacón.

    Para la turista suiza Nathalie Zuber, Tolón Pelé es un lugar para conectarse directamente con la naturaleza y las costumbres ancestrales de los pueblos indígenas de Latinoamérica. Según Albertina, entre junio y agosto se reciben entre 300 y 500 turistas nacionales. Mientras que, desde septiembre hasta diciembre, existe una mayor afluencia para las visitas desde Estados Unidos, Europa y los países vecinos como Colombia y Perú.

    Hay turistas que visitan el lugar por la gastronomía típica, como el ayampaco (pescado cocinado en hojas de plátano) o los mayones asados (pincho de gusano).
    El quiteño Javier González visitó Tolón Pelé con su hijo Carlos, de 10 años. “Vinimos porque le están enseñando las etnias en la escuela y quiero que las conozca de primera fuente. Es una suerte que tengamos una nacionalidad viva y que los jóvenes no tengan que aprenderla por dibujos”.

    El prefecto Geovanny Benítez afirmó que el emprendimiento tsáchila es una puerta en la provincia para el turismo nacional e internacional. Por ello, para este 2015, se tiene previsto que se arregle la vía hacia Tolón Pelé.

    Las mujeres muestran a los turistas de la Sierra, cómo utilizar una molienda de caña típica de la nacionalidad. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    Las mujeres muestran a los turistas de la Sierra, cómo utilizar una molienda de caña típica de la nacionalidad. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES