Etiqueta: indicadores

  • Diego Lavalle: La Banca ecuatoriana muestra indicadores de alta solidez

    Pedro Maldonado O. / Redacción Quito

    Los indicadores del sector financiero ecuatoriano son una muestra del buen momento de la economía ecuatoriana. Así lo sostiene Diego Lavalle, analista financiero con trayectoria en la banca privada en el mercado de valores. Según Lavalle, el sistema bancario maduró y aprendió de los errores que desencadenaron la crisis de 1999 y del 2000. Añade que la economía cree, pero que uno de los problemas de los ecuatorianos es tener una mentalidad cortoplacista.

    ¿Cómo califica el momento actual de la banca ecuatoriana?
    Hoy en día, hablando de los últimos tres años por lo menos, la banca se maneja de manera muy cuidadosa. Es muy sólida. Se cuida muchísimo el descalce entre pasivos y activos (es decir el plazo al que presta dinero y el plazo en el que capta dinero del público). Este descalce está bien controlado, manejado y valorado. Además, todos los temas de riesgo, como a quién se presta y cuánto se presta, son mucho mejor controlados en los últimos años. Ahora, por ejemplo, para prestar dinero a un negocio se verifican los flujos de caja, la situación de los socios, se piden garantías hipotecarias…

    ¿Estos factores se activaron tras la crisis que vivió el Ecuador en 1999 y en 2000?
    Correcto. Los bancos que sobrevivieron a la crisis se comportaron de forma responsable desde antes del colapso. Y luego reforzaron su idiosincrasia de banqueros, su responsabilidad social. Ahora tenemos bancos muy precavidos a la hora de prestar y a quién prestar. Recuerde que la fuente de repago de un crédito no es la garantía, sino la generación de caja de la compañía o los ingresos de una persona. Otra cosa que ayuda es la garantía hipotecaria o prendaria, que dan solvencia a una operación finenciera. Además, se piden garantías personales a los dueños de los negocios. Por eso existe un compromiso de las industrias y el país crece.

    ¿Entonces estamos lejos de escenarios en los que la banca no pide mayores requisitos a la hora de otorgar créditos?
    Lejísimos. Hoy en día la banca es casi 100% muy responsable.

    ¿En sus análisis se ha medido el impacto de las regulaciones al sector financiero por parte de las autoridades?
    La banca es muy respetuosa y cumple con las regulaciones. Muchas de estas disposiciones ya estaban implementadas por la banca privada antes de que sean exigidas. La autoridad dice que se diversifique y eso ya se hacía. La banca no pone todos los huevos en una misma canasta. Segmenta el riesgo y diversifica su portafolio.

    Sin embargo, hay representantes de la banca privada molestos con las más recientes regulaciones. Hablan de cerrar agencias, despedir personal, tecnificar procesos…
    Sí. Ahora, por ejemplo se exige más medidas de seguridad en bancos y eso le cuesta a la entidad. No importaría qué costarán si dejarán que las tasas (de interés) sean más altas. Pero cuando fijan tasas, en la cartera de consumo por ejemplo, quedan menos puntos o margen de ganancia. Y si la entidad tiene que gastar en seguridad o tecnología es preferible cerrar la agencia porque es muy costoso. Los costos siguen subiendo, pero la tasa es estática y si no es rentable, cierro una agencia.

    ¿Pero cree que en la actualidad existe temor en la banca privada?
    No sé si temor, pero si hay más conciencia de ser eficientes. No se pueden abrir agencias en cualquier lado. El costo no es el mismo para un banco con muchas agencias que uno con pocas. Por eso creo que la tendencia en la banca será fusionarse para compartir costos. Está preocupada porque los costos siguen subiendo y las tasas son fijas. En enero pasado, por ejemplo, la banca ganó USD 20 millones, unos cinco millones menos que en enero del 2012. Y por eso hay una descenso de utilidades.

    ¿Qué es lo que ocurrió con Banco Territorial? ¿Por qué cerró sus operaciones?
    Mi percepción es que tenían demasiados depósitos a corto plazo y demasiada concentración en las captaciones. Según la Superintendencia de Bancos 100 clientes tenían el 24% de los depósitos, en volumen. Y 25 clientes tenían el 34% de los depósitos.

    ¿Entonces fue un tema de gestión?
    Sí, de no poder controlar el descalce.

    ¿Y las autoridades bancarias no podían intervenir en este banco?
    Es difícil. No hay regulación sobre el descalce de plazos, la autoridad no tiene ninguna culpa. Es un banco pequeño y la caída del Territorial prende una luz de alerta pequeñita, pero de ninguna manera hay una contaminación severa para el sistema financiero ecuatoriano.

    ¿Qué ocurre con las agencias calificadoras?
    Esta área se maneja de forma muy seria, tan seria que se bajó la calificación del Territorial, pero no se publicó por una impugnación. Sin embargo, las calificadoras de riesgo que operan en el Ecuador son muy serias. No viven solo de los bancos, también están en el mercado de valores.

    ¿Quién escoge a quién? ¿El banco a la calificadora o viceversa?
    El banco escoge a la calificadora. Hay bancos con más de una calificadora; estas se mueven incluso con parámetros internacionales, miden la operatividad del banco y el riesgo país.

    ¿Para este año qué se puede esperar en el sector de la banca privada? Va a fortalecerse mucho en la eficiencia operativa tecnológica. Va a vender más productos vía Internet, propender a más consultas en línea, más uso de cajeros, tarjetas inteligentes, pagos por celular… Es un proceso largo y de educación al mercado.

    EN LA BANCA Y EL ANÁLISIS FINANCIERO

    Cargo.  Presidente de la casa de valores Mercapital.

    Experiencia.  Es parte del Directorio de empresas ecuatorianas.

    En la banca.  Estuvo desde 1982 hasta el 2007.

    En el 2009. Hizo un programa para gerentes en Boston, EE.UU.

  • 4 indicadores que debilitaron el accionar financiero

    Los tropiezos empezaron a ser más evidentes durante los años del colapso bancario en el país (1999) y de la adopción de la dolarización. La calificación de riesgo, en diciembre del 2012, fue de BBB+, es decir, que «claramente esta institución tiene buen crédito. Aunque son evidentes algunos obstáculos menores, estos no son serios y/o son perfectamente manejables a corto plazo».

    Esos obstáculos, sin embargo, terminaron por hacer que la entidad registrara a marzo de este año un resultado negativo de USD 14 millones en su gestión. Según el consultor financiero Pablo Rivera, esto sucedió por cuatro razones.

    La primera ha sido el errático manejo de la cartera, que ante los cambios de lineamientos de la entidad saltó de comercial a vivienda, cuando solo debió contemplar este último rubro. «Por esa razón, varios gobiernos tuvieron que inyectar capital para sanear esas carteras y seguir ofreciendo viviendas».

    Salvatajes de USD 1000, 200 y hasta de 600 millones fueron necesarios para que la entidad no colapsara antes. Sin embargo, conforme informes internos de las autoridades económicas, la necesidad de USD 300 millones en este año ya fue la gota que derramó el vaso.

    Junto a esta alerta se dio la segunda causa: una débil gestión de cobro, pese a que sí existieron múltiples procesos coactivos para recuperar la cartera.

    De esta manera, hubo momentos en que la morosidad sobrepasó el 50%, algo que afectó las cuentas de la entidad.

    En tercer lugar, los gastos operativos presionaron las cuentas, hasta el punto de que la operación de las 30 oficinas no pudieron sostenerse en el tiempo. Estos gastos fueron recortándose hasta significar apenas USD 1,9 millones, con lo cual la política de promoción de los proyectos no pudo ser dirigida hacia la captación de más ofertantes de vivienda.

    Por último, el manejo de los bienes (terrenos, bienes incautados a morosos y otros) profundizó la falta de una orientación adecuada en aprovechar esos espacios para masificar la vivienda popular. Hoy, esos espacios deberán ser manejados con una nueva visión.

    El titular de la Cámara de la Construcción de Guayaquil, José Centeno, coincide con el criterio anterior. «El BEV destacó por su seriedad en el manejo de los Fondos de Garantía. Eran meticulosos y ordenados con las devoluciones». A lo que Centeno se refiere es al manejo que realiza el BEV de acuerdo a lo estipulado en Art. 71 de la Ley de Contratación Pública como Fondos de Garantía: «Es la garantía por la debida ejecución de la obra. En los contratos de obra, para asegurar la debida ejecución y la buena calidad de los materiales, además de la garantía del fiel cumplimiento del contrato, el contratista antes del cobro de la primera planilla o del anticipo entregará al contratante una garantía del cinco por ciento (5%) del monto del contrato».

    Las garantías entregadas por el contratista servían para asegurar las reparaciones o cambios de aquellas partes de la obra defectuosas desde la construcción, de mala calidad o que se determinen incumplimientos de las especificaciones y que sean imputables al contratista.

  • Ecos de la dictadura en Brasil

    Fernando Larenas / O Globo Redacción Quito

    Medio siglo después del golpe de Estado de 1964, que sumergió a Brasil en una prolongada dictadura, los fantasmas de la política económica del régimen militar rondan en ese país. La manipulación de los precios, por ejemplo, permiten predecir un futuro con inflación. En parte, según expertos económicos, la fórmula usada por los gobiernos militares para asegurar el costo de vida e impulsar el crecimiento económico está de regreso.

    Hoy, el gobierno de Dilma Rousseff controla los precios de los combustibles y de la energía eléctrica, al mismo tiempo hay manifestaciones populares; en los municipios y en los Estados se clama por el reajuste de precios en el transporte público. En los años sesenta y setenta, el régimen militar manipuló la información de los índices oficiales de inflación y los mantuvo artificialmente bajos.

    Especialistas recuerdan que la actual política industrial, que exige una fuerte participación de Petrobras y del Banco Nacional de Desarrollo, es un reflejo e inspiración del plan nacional de desarrollo de los gobiernos militares de Garrastazú Médici y de Ernesto Geisel. No por casualidad la política industrial de Dilma Rousseff ganó el nombre de ‘Brasil mayor’, en tanto que el lema del régimen dictatorial era el de ‘Brasil grande’.

    Uno de los mentalizadores del Plan Real, el economista Edmar Bacha, compara el control de precios en el gobierno de Rousseff con la política adoptada por el gobierno militar, que creó el Consejo Interministerial de Precios (CIP).

    El Plan Real, que marcó el fin de la hiperinflación que acompañó a Brasil durante tres décadas, fue ideado en 1994 por el entonces ministro de Hacienda, Fernando Henrique Cardozo, que luego fue electo presidente de Brasil por dos períodos consecutivos. Ahí nació la nueva moneda, el real, que hasta hoy se mantiene en la economía brasileña.

    «Estamos viendo el regreso de un proceso inflacionario muy perverso, similar al de Antonio Delfim Netto, cuando la inflación estaba en 20% mensual. El ministro Netto insistió en los controles de forma muy inteligente, tenía no solamente una lista de productos, también de los locales donde los investigadores iban a buscar y comparar los precios para medir la inflación. Para esos productos y para esos locales usted controlaba los precios con el CIP, garantizando el abastecimiento en ese local», afirma Bacha.

    La economista María da Conceição Tavares, ve en el precio de la energía semejanzas entre la tentativa de controlar la inflación durante el régimen militar y en el escenario actual. El precio de la energía tiene una enorme importancia en la economía, la diferencia está que en el régimen militar hubo un congelamiento de los salarios, hoy no hacemos eso porque siempre se intenta dar seguridad en los costos básicos; el salario y la energía son los insumos más pesados.

    El decano de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, Luiz Roberto Cunha, funcionario del régimen militar entre 1976 y 1979 afirma que la búsqueda del crecimiento forzado lo hicieron los militares para justificar su intervención y es una de las herencias más nefastas para la economía. Lo más negativo fue haber sacado del sector privado su capacidad de autonomía, creando una dependencia muy grande. Según Cunha se daban incentivos para la exportación agrícola, la pesca y la reforestación.

    «Cualquier cosa tenía incentivo, por ejemplo la reforestación era muy interesante. Quien tenía un incentivo para reforestar podía plantar pinos para hacer papeles, algunos se dedicaron a arrasar las reservas forestales del bosque atlántico, en Petrópolis plantaron un bosque de pinos y cambió la ecología de la región».

    ¿Milagro económico?

    El período de gobierno militar fue calificado como el del «milagro económico», sin embargo poco después se entró en una recesión de la economía.

    El rápido crecimiento fue la forma de legitimar el golpe de Estado después que los militares no cumplieron la promesa de convocar a elecciones en 1968.

    Las obras  monumentales fueron el puente Río-Niteroi, la carretera Transamazónica, las hidroeléctricas, las plantas nucleares de Angra, la creación de polos petroquímicos y la Embratel.

    Brasil creció 14% en 1973, logró créditos para invertir en infraestructura. La deuda externa pasó de USD 3 400 millones en 1964 a 49 000 millones en 1979.