La búsqueda de una plaza de trabajo resulta cada vez más compleja y desanima, sobre todo, a los jóvenes. Sin embargo, en este tiempo hay personas que encuentran oportunidades de crecimiento e ingresos.
Diego, de 33 años, es ingeniero civil y desde hace cinco años no ha podido encontrar un trabajo formal. Vive en Quito y se cansó de buscar un empleo en su área.
Junto a otros familiares impulso un negocio de comida en el 2016 y, a pesar de lo complejo de la situación actual, ha buscado diferentes maneras de mejorar la imagen del lugar, ampliar la oferta y darlo a conocer. Además, ha ofrecido de manera esporádica, asesorías en proyectos en Ingeniería.
Mientras que Andrea, relacionadora pública de Quito, con 26 años, quien hace cuatro meses perdió su trabajo, está facturando de manera independiente con proyectos que ha encontrado en este tiempo o ha dado tutorías en su área de conocimientos.
Ella se cansó de buscar empleo ya que ha postulado a diferentes cargos a través de numerosas plataformas y colocadoras, pero con muy pocas respuestas.
Considera que una de las fortalezas con las que cuenta es que está en una edad en la que puede trabajar más horas que las regulares y desarrollar gran cantidad de actividades. Asimismo, considera que puede aportar con sus servicios a empresasque buscan un cambio generacional y gente más adaptada a lo digital.
En Guayaquil, Yomari también dejó de buscar un trabajo. Estudió Bioquímica, tiene un título de técnica en la misma rama y a la par es enfermera. Confiesa que lleva un año sin un trabajo formal; pero ha podido obtener algunos ingresos con actividades esporádicas.
“Las ganancias que me dejan los trabajos pequeños me alcanzan para vivir bien. Me cansé de aplicar y que no me llamen en ninguna oportunidad”, cuenta.
Por su parte Óscar, de 27 años, ha trabajado en ventas y marketing, pero desde hace casi tres meses está desempleado. En este tiempo se ha mantenido de sus ahorros y del seguro de desempleo al cual aplicó en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Es ingeniero comercial. Confiesa que, en el primer mes, aplicó a ofertas en bolsas de trabajo, pero luego abandonó la búsqueda.
“No había las vacantes que quiero y, en el contexto de la pandemia, no deseo conseguir empleo. Además, estoy sobrecalificado”.
Ripalda no laborará en lo que resta del 2020. El próximo año buscará un puesto, pero con la flexibilidad para emprender.
Karla Burgos, especialista en Talento Humano, explica que, actualmente, los postulantes deben entender la nueva realidad y que las empresas, ahora, tienen estrategias de supervivencia.
La capacitación es clave. Roberto Estrada, socio de la consultora Deloitte Ecuador, dice que el tema prioritario en el que la gente debe formarse, actualmente, es el ‘reskilling’, “es decir, enseñar a las personas cosas nuevas para que puedan realizar nuevas tareas”.
Otros temas para capacitarse son gestión del cambio, liderazgo y sus nuevos desafíos: cultura organizacional, técnicas para ser productivo en teletrabajo, transformación digital y aspectos técnicos inherentes a la función.
Javier Verdesoto, CEO de Nexos Talent EFH Ecuador, dice que no hay excusas para no formarse porque hay talleres gratuitos o webinars. “Lo peor que puede hacer una persona es quedarse cruzada de brazos. Es el momento de ser proactivos, de buscar alternativas. Es necesaria la persistencia”.
5,4 por ciento fue la tasa de desempleo oculto en el periodo mayo-junio, según el INEC.
A inicios de año, los jóvenes acudieron a registrar sus hojas de vida en bolsas de trabajo públicas y privadas. Foto: Archivo / LÍDERES
Para Tannya Lozada, la pandemia no implicó confinamiento, sino un recorrido por diferentes sectores del país trabajando en la lucha contra covid-19. Lo realizó como Directora General de investigación de la Universidad de Las Américas.
Su carrera la inició en la Universidad Católica, al estudiar Biología. Sus estudios de posgrado los realizó en el exterior: su maestría en la Universidad de Aarhus, en Dinamarca y su doctorado en Agroecología y Agricultura Sustentable en la Universidad de Goettingen, en Alemania.
Ha laborado en entidades públicas y privadas, colaborando en proyectos de carácter ambiental. Asimismo, ha sido académica y su última etapa la ha desarrollado en la UDLA; hoy, en el marco de la investigación sobre covid-19.
Explica que la entidad ha apoyado al país con diagnósticos para diferentes grupos, en algunos casos de manera gratuita; ella ha trabajado en dicho proceso. Ha impulsado a los estudiantes del laboratorio para que colaboren en el proyecto, pese a los riesgos, con todas las medidas de seguridad.
Investigadoras “Las autorías de los artículos de los investigadores jóvenes, hombres y mujeres, también son de ellos, no solo de aquellos con más experiencia. Es una mala costumbre que hay en diferentes lugares. Pero, ha ido cambiando.
Creé un grupo de investigadores jóvenes, hombres y mujeres, que regresaron al país luego de hacer sus doctorados. Talentos nacionales e internacionales.
Nosotros somos un grupo con un trato igual, no hay súper investigadores encima del resto. Siempre trato de identificar talentos jóvenes, especialmente mujeres.
En muchas ocasiones, es más difícil que las investigadoras tomen pasos fuertes o complicados. Eso es por muchas razones.
Se ha comprobado, por ejemplo, que cuando una mujer escribe un artículo científico tiene más temor y lo revisa muchas más veces que un hombre. Las mujeres somos más exigentes, nos criticamos más, nos observamos más.
Por eso es que he conocido talentos a los que hay que empujarles más, ayudarles para que salgan adelante, impulsarles a que se inscriban en el doctorado, a que confíen en sus capacidades y se formen como investigadoras”.
Participación femenina “En general, hay menos mujeres haciendo ciencia que hombres. Las razones pueden ser varias.
Probablemente, en esta área del conocimiento, así como en otras, el tema de la familia pesa mucho. Una mujer que tiene hijos o que está en etapa de maternidad va a disminuir el tiempo que puede dedicar a la investigación.
El mundo académico, el de la investigación, es muy competitivo. Realmente lo que se exige es un cierto nivel de producción y pasar eso a validación con los pares a través de las publicaciones.
He visto el sacrificio que deben hacer investigadoras que, por sus sueños de ser madres y otras razones, tienen que reducir el tiempo para hacer ciencia. Eso se nota. Los hombres no pasan nunca por este momento. Pueden tener hijos y siguen en el mismo nivel. En casos muy contados, el comenzar a hacer una familia impacta en su productividad. En las mujeres esa situación sí sucede.
Otro elemento que impacta en la participación de las mujeres en la ciencia es la falta de confianza en sí mismas”.
Apoyo “Es importante que las mujeres tengan jefes que confíen en ellas, que voten por ellas, que sean personas que no hagan chistes abusivos, que nos permitan ir construyéndonos como profesionales, entre otros aspectos”.
Sociedad “Todavía hay machismo. A veces se anuncia que existe ‘la primera mujer que hace algo en ciencia’. Todo el tiempo estamos recibiendo esos mensajes, como que seguimos siendo la diferencia y no lo común. Eso pasa porque a las niñas no se nos da la oportunidad de ser investigadoras.
A las niñas desde que son pequeñas se les dan regalos de TV, pero no sets de ciencia. Hay estudios que han demostrado que a medida que van creciendo las niñas, el sistema les va alejando de las ciencias y empujando a las humanidades. A los hombres se les pide ser buenos en matemáticas.
A la fecha, siguen siendo pocas las investigadoras. Todavía hay miedos, hay conceptos que se traen desde la casa o de los colegios. Las mujeres jóvenes suelen dudar mucho que puedan llegar a ser buenas investigadoras.
Las mujeres pueden llegar a ser grandes científicas. Las que ya estamos en la profesión podemos ayudar en ese sentido”.
Su visión Considera que las mujeres científicas son más críticas en cuanto a su labor. Es importante que se ayude a que su talento no se pierda. La sociedad impacta en las investigadoras.
Su perfil Investigación. En la pandemia viajó a Galápagos para el control de covid-19. Fue al Cuyabeno para la toma de muestras de la comunidad Siona. Destaca que se pueda apoyar a grupos vulnerables. Trabajo. En Conservación Internacional apoyó al Ministerio del Ambiente para impulsar el proyecto Socio Bosque. Se buscaba ayudar a gente con plantaciones nativas sin sacrificar su bienestar. En el hogar. Tiene dos perros y tres gatos.
Tannya Lozada colabora en el proyecto de diagnóstico de covid-
19 a grupos del país.Ha trabajado en las áreas pública y privada. Foto: Vicente Costales / LÍDERS
Con el derrumbe de los mercados por el nuevo covid-19, las casas de corretaje en línea de EE.UU. sedujeron a un segmento de nuevos clientes jóvenes, novatos y deseosos de ganar con las caídas; una estrategia no exenta de riesgos.
“Atraemos a un público mas joven” , dice JJ Kinahan, director de la firma TD Ameritrade.
El operador precisó que los corredores no solo se benefician del aumento y rejuvenecimiento de la clientela, sino también por una mayor actividad de inversores hasta ahora más temerosos.
Charles Schwab y TD Ameritrade, que anunciaron su fusión a fines del año pasado, obtuvieron cada una 600 000 nuevas cuentas entre enero y marzo.
Su rival E*Trade, adquirida en febrero por Morgan Stanley, reportó la creación de 363 000 cuentas nuevas en el primer trimestre, lo que representa un alza de 170% respecto del mismo lapso del 2019.
La plataforma Robinhood, muy popular entre treintañeros, tuvo registros y volúmenes de inversión en niveles récord. A comienzos de mayo, dijo que creó unos tres millones de cuentas en 2020.
La irrupción de nuevos clientes se aceleró en marzo, cuando Wall Street estaba hundida y así permitía oportunidades para que los novatos den sus primeros pasos . La bolsa rebotó en abril, pero luego volvió a derrumbarse.
Para J.J. Kinahan, el confinamiento para enfrentar la pandemia y el enlentecimiento de la actividad económica fueron también factores clave para los corredores en línea.
“Como la gente se quedaba en casa, y algunos entraron desempleo técnico, disponían de tiempo para entender el mercado e interactuar en él”, subrayó.
Moti Berovin, ingeniero del grupo de defensa Raytheon Technologies, aprovechó la caída de la industria aérea para comprar a bajo precio acciones de Delta Air Lines en Robinhood. “La bolsa es tan volátil que es posible hacer buenos negocios al comprar una acción en un buen momento”, manifestó Berovin, de 32 años.
“Cuando el mercado de acciones realmente vuelva a salir adelante, se pueden esperar interesantes ganancias” , añadió.
La atracción por sectores en crisis refleja también preocupaciones especificas de las nuevas generaciones. “Si tienes 25 o 30 años no piensas que puedas enfermarte, y te dicen que estarás entre los primeros a volver a viajar en cruceros cuando los adultosmayores deban guardar distancia”, dice Kinahan al explicar el interés de los jóvenes por las acciones de la empresa de cruceros Carnival.
El sector de la tecnología es también muy buscado por los millennials, quienes utilizan cotidianamente los servicios o productos de las empresas de ese rubro. Berovin compró acciones de compañías de deportes virtuales.
Desde hace meses, los corredores multiplican las medidas para atraer a los pequeños inversores al mundo de las bolsas.
Una imagen de la bolsa de valores de Nueva York cuando dejó de operar físicamente. Ahora para invertir se utilizan plataformas en línea. Foto: AFP
Eduardo Raad es un emprendedor guayaquileño enfocado en el mundo del software y en la tecnología. Tiene 37 años, ha dirigido tres empresas y es el fundador de Dátil, un emprendimiento que facilita los procesos de facturación, cobranzas, finanzas y pago de impuestos de empresas. Su propuesta de valor se centra en la simplicidad y la facilidad de uso de esta herramienta digital.
Para Raad emprender significa mantenerse curioso siempre “y alimentar esa capacidad de crear que tenemos, sea dentro de una compañía o fuera de ella”.
Este emprendedor forma parte del grupo de jóvenes ecuatorianos que hoy en día emprende, en medio de retos y oportunidades. El reporte Jóvenes Emprendedores en Ecuador, elaborado por la Escuela de Negocios Espae, revela que en Ecuador, cada año, el 32% de los jóvenes con edades entre 18 y 34 años están involucrados en la puesta en marcha de un negocio, o posee uno que ha estado en funcionamiento por 42 meses o menos tiempo.
Además, dice el estudio, se observan diferenciassignificativas entre los grupos de 18 a 24, y 25 a 34 años, siendo este último segmento el que registra la mayor actividad emprendedora.
La tasa de emprendimiento (TEA) de los jóvenes muestra una tendenciadecreciente, luego de un repunte en el 2013. Pese a ello, las cifras del país son las más altas entre las naciones participantes de América Latina y Caribe.
El informe de la Espae, que utiliza datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), añade que existen brechas de género entre la población de jóvenes; las mujeres confían menos en sus capacidades para emprender y muestran mayor temor al fracaso. Aunque la tasa de emprendimiento es similar para jóvenes de ambos sexos, una mayor proporción de mujeres está motivada por la necesidad, produciendo negocios que podrían tener dificultades para superar los 42 meses de vida.
En contraste con los emprendedores de 35 a 64 años, los jóvenes están más motivados por mejorar sus ingresos u obtener más independencia, y menos por la falta de alternativas de trabajo.
Franco Lara, de 22 años, emprendió un negocio con berenjenas. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
Según Raad, los emprendedores deben estar dispuestos a aprender de manera permanente. “Si estás en cero y quieres crear algo, lo primero que tienes que hacer es aprender cómo, y eso requiere tiempo. Adquirir conocimiento rápido es lo más valioso.”
Virginia Lasio, profesora de la Espae y una de los autores del estudio, junto con Jack Zambrano, cuenta que los jóvenes de hoy emprenden más. En el 2008 la actividad emprendedora temprana de los jóvenes fue de 17,6%, mientras que en 2017 fue de 29,7%.
Otro dato dice que alrededor del 70% de la actividad emprendedora de jóvenes se concentra en el sector de servicios a consumidores. “Dentro de este grupo, dominan la venta al detalle y los servicios de alimentos y bebidas”.
Lasio explica que al comparar con otros países latinoamericanos, se observa que en Ecuador suele haber la mayor proporción de jóvenes emprendedores, y que sus negocios, en general, no son de alto impacto. “No está claro si se debería fomentar la creación de más empresas. Sin embargo, sí se debería potenciarse la capacidad de generar negocios de mayor impacto”.
Una vía para lograrlo es a través de la educación en emprendimiento, que está empezando a desarrollarse, incluso en los niveles de formación básica. Otro punto importante, añade Lasio, es el fortalecimiento de las redes empresariales de los jóvenes, que se ha identificado como punto débil, en comparación con otros países de América Latina.
Raad está consciente de los desafíos que tiene como emprendedor y por eso tiene una estrategia clara y sencilla: “Hemos optado por una vía un poco más tradicional: simplemente hacer un buen producto, venderlo y crecer al ritmo que crece el mercado”. Además, enfatiza en la necesidad de ser transparente con el cliente y generar retroalimentación.
Financiamiento, el reto para emprender
Redacción Quito (I) Las horas del día se hacen cortas. Entre las actividades de la universidad hay que hacer espacio para las que demanda la agenda de un emprendedor. Nicolás Serrano, de 23 años, y Franco Lara, de 22, viven esta rutina a diario.
Serrano, que estudia en Yachay Tech, es el creador de Innomaps, una plataforma que recopila data para que micro, pequeñas y medianas empresas obtengan un análisis sobre las mejores opciones para abrir un negocio; es decir, vende estudios de mercado usando georeferenciación.
“Mi mamá emprendió tres veces y fracasó, a pesar de las ganas y sus capacidades para la cocina. Me di cuenta que, como ella, muchos emprendedores fallan porque no tienen las herramientas necesarias para poner un negocio sabiendo en dónde funcionará mejor”, cuenta. Serrano cree que los negocios relacionados a tecnología y data son los que tienen más potencial.
Uno de los beneficios de emprender en tecnología, añade este estudiante de ciencias computacionales, es que se requiere poco capital para arrancar. Actualmente, para ahorrar costos, la empresa no paga sueldos a sus colaboradores, sino que les otorga un porcentaje de participación del negocio.
Lara, en cambio, estudia ingeniería industrial en Quito y decidió que no quiere tener jefes. “Por eso emprendo desde ahora que estoy joven, para equivocarme, aprender y seguir intentando si es necesario”, dice.
Hace 10 meses, Lara usó una receta de la familia para crear, junto con su mamá, Nora Moscoloni, la marca Conservas Moscoloni, que ofrece berenjenas y pimientos rojos en conservas.
Hay varios obstáculos que el joven ha sorteado. El primero es que en el país, la berenjena no es un producto de alto consumo. Desde que comenzó, el joven cuenta que ha escuchado comentarios como ‘nunca he comido berenjena’, ‘¿a qué sabe?’ . Por eso, la labor de posicionar el producto ha sido en lo que más se ha concentrado.
Alexandra Aguirre, de 32 años, crea sales de baño para tinas. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
Otro reto ha sido la tramitología. Los permisos que debe sacar en varias entidades demandan USD 3 000. “Arranqué con una inversión de USD 500 y hasta ahora no hay ganancia porque todo se reinvierte, pero es un proceso y como emprendedor, uno se vuelve soñador, y lo intenta todo”, dice.
Alexandra Aguirre, de 32 años, en cambio, divide su agenda entre la tarea de ser mamá de una niña de 3 años y la de crear sales de baño para tinas. Con su negocio Nua Bath Bombs, Aguirre da empleo a madres solteras. “A veces hay mamás que quieren trabajar conmigo pero no tienen con quién dejar a los niños, yo les permito que vengan con ellos”, cuenta.
El negocio comenzó con una inversión de USD 3 000. Aguirre cuenta que conseguir financiamiento fue complejo, por los requisitos que piden los bancos y por el temor a endeudarse en su primera experiencia como emprendedora, pero un familiar aportó con los recursos.
Aguirre sabe que su idea es arriesgada, porque en Ecuador no hay una cultura generalizada de usar tina de baño, pero apostó por algo innovador que tiene menos competencia en el mercado.
Gary Flor, presidente de Ceforcom, explica que es común que los emprendedores busquen los ahorros y a la familia para conseguir recursos. De ahí que las instituciones financieras tienen el reto de desarrollar productos que no exijan garantías muy altas y tengan plazos más largos para que más jóvenes accedan.
Dátil es un emprendimiento que facilita los procesos de facturación, cobranzas, finanzas y pago de impuestos de empresas. Sus oficinas se encuentran en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
La tasa de emprendimiento de los jóvenes muestra una tendencia decreciente en Ecuador, luego de un repunte en 2013. A pesar de esto, las cifras del país son las más altas entre los países participantes de América Latina y El Caribe. Así lo señala un estudio elaborado por la Espae, la escuela de Negocios de la Espol.
En Ecuador, cada año, el 32% de los jóvenes con edades entre 18 y 34 años esta involucrada en la puesta en marcha de un negocio, o posee uno que ha estado en funcionamiento por 42 meses o menos. Además, dice el estudio, se observan diferencias significativas entre los grupos de 18 a 24, y 25 a 34 años, siendo este último el que registra la mayor actividad emprendedora.
El informe de la Espae, que utiliza datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), añade que existen brechas de género entre la población de jóvenes; las mujeres confían menos en sus capacidades para emprender y muestran mayor temor al fracaso.
Aunque la tasa de TEA es similar para jóvenes de ambos sexos, una mayor proporción de mujeres está motivada por la necesidad, produciendo negocios que podrían tener dificultades para superar los 42 meses de vida. Contrastando con los emprendedores de mayor edad (35 a 64 años), los jóvenes están más motivados por mejorar sus ingresos u obtener más independencia, y menos por la falta de alternativas de trabajo.
Uno de los principales desafíos que enfrenta la mayoría de los países del mundo es el desempleo juvenil. Ecuador no es la excepción: alrededor de 200 000 personas de entre 18 y 34 años estarían desempleadas, con otras 500 000 en el subempleo (INEC, 2018).
Según la Espae, el fomento del emprendimiento de jóvenes es una estrategia crítica para poder integrarlos en el mercado laboral, aprovechando al máximo su potencial de contribuir significativamente al desarrollo económico.
En Ecuador, cada año, el 32% de los jóvenes con edades entre 18 y 34 años esta involucrada en la puesta en marcha de un negocio. Foto: Archivo / LÍDERES
¿Cuál es el objetivo del capitalismo consciente? La meta es cambiar la forma en la que pensamos sobre los negocios, para que podamos crear un mundo mejor para todos. La forma en que se han enseñado y practicado los negocios durante los últimos 100 años ha generado riqueza, pero al mismo tiempo ha creado problemas para la sociedad, para la salud y el bienestar de empleados y clientes. Queremos cambiar la narrativa de los negocios para que se haga con un propósito superior y teniendo en cuenta el bienestar de todas las partes interesadas.
Para algunos suena utópico. ¿Qué tan real es este movimiento? El movimiento del capitalismo consciente está vigente desde hace 11 años. Hasta la presente fecha tenemos capítulos en 38 ciudades de EE.UU. y otros 18 países, con creciente interés y reconocimiento de que necesitamos una forma diferente de pensar en los negocios, y que el capitalismo consciente ofrece una forma sustanciosa y práctica de repensar la forma en que hacemos negocios. También tenemos evidencia que respalda las implicaciones de desempeño del capitalismo consciente, de que las compañías que hacen esto en realidad pueden tener dramáticamente mejor rendimiento en términos financieros, incluso si están creando múltiples tipos de impactos positivos de otras maneras. En el libro ‘Forms of Endearment’ encontramos que las empresas que practican el capitalismo consciente superan al mercado en una proporción de 9 a 1 durante un período de 10 años. Existen muchos otros estudios que también respaldan la conexión entre un mejor trato a los empleados, clientes y otras partes interesadas, además de tener un propósito más elevado y este vínculo con el desempeño.
¿Qué dicen las compañías sobre el movimiento del capitalismo consciente? No estoy seguro de cómo responder eso. Tenemos una Cumbre de Directores Ejecutivos cada octubre, en Austin, EE.UU., y cerca de 250 ejecutivos vienen de diferentes compañías; vemos cada vez más interés de las compañías en este movimiento, porque reconocen que las viejas formas simplemente ya no funcionan. Tenemos mileniales que están mucho más orientados a valores y propósitos que cualquier otra generación del pasado. Tenemos el auge de las mujeres y el surgimiento de los valores femeninos, que no se sienten ninguna atracción respecto de la forma tradicional de los negocios. Sienten que eso no las honra. Entonces, descubrimos que cada vez más compañías están comenzando a ver esto de una manera muy seria.
¿Qué piensan los sindicatos? Sus representantes son generalmente más críticos con el capitalismo puro. Diría que muchas de las empresas del capitalismo consciente ya están sindicalizadas, pero tienen relaciones muy armoniosas con sus sindicatos. Muchas otras compañías de capitalismo consciente no están sindicalizadas, porque tratan a sus empleados tan bien que los empleados nunca sienten la necesidad de crear un sindicato. Entonces, tal vez los sindicatos de mentalidad tradicional, que tienen una visión más antagónica o conflictiva de la relación entre el trabajo y la gerencia, no confíen en esto, pero creo que una vez que realmente entiendan de qué se trata, tratarán al empleado como la parte interesada más importante en muchos casos, que estarían de acuerdo en que esta es, de hecho, una de las mejores formas de mejorar la vida de los empleados, que es lo que les importa a los sindicatos. ¿Cree usted que en medio de la ola proteccionista que se manifiesta en muchos países y continentes existan posibilidades de que este movimiento se expanda? Creo que sí, a pesar de todos estos movimientos de tipo populista que están activos ahora. Recuerde que muchos de esos movimientos efectivamente se deben al hecho de que las empresas en el pasado no han hablado sobre el impacto en las partes interesadas. Por ejemplo, las compañías han trasladado sus instalaciones de manufactura de un lugar a otro simplemente basándose en obtener el menor costo de mano de obra. O, que en realidad han exprimido a los empleados, proveedores y comunidades para minimizar los costos. Pero las empresas conscientes no hacen eso; tienen un sentido de lealtad a sus raíces, a los lugares de donde vinieron, se aseguran de tratar muy bien a sus proveedores y a sus empleados y clientes, y por lo tanto, no estarían sujetos al mismo tipo de crítica que estamos viendo hoy. Todo eso se proyecta hacia las compañías y es lo que está detrás de la ola proteccionista.
¿Cómo pueden los jóvenes y sus modelos de consumo influir en el desarrollo de este concepto? Creo que esto es bastante significativo. Como dije, la generación milenial y las siguientes son mucho más conscientes a una edad más temprana; están mucho más motivadas por el significado y el propósito en su propia vida laboral y también son mucho más conscientes respecto de su consumo. Quieren saber de dónde vienen sus productos, cómo se fabricaron, cuál fue el trato hacia los empleados y, más importante, cuál fue su impacto en el planeta. Todo eso favorece las fortalezas del capitalismo consciente porque tenemos buenas respuestas a todas esas preguntas.
Hoy también juega la industria 4.0. ¿Cómo se combinan la industria 4.0 y el capitalismo consciente? Todos estos cambios tecnológicos simplemente nos están dando herramientas más avanzadas para hacer las cosas de una manera más eficiente y efectiva. Y la cuestión de cómo usamos esas herramientas para mejorar el florecimiento humano, o en su falta para reemplazar a los seres humanos, se basa realmente en la conciencia de los líderes. Lo que vemos aquí nuevamente es que la tecnología es un arma de doble filo que se puede usar para servirnos o para deshumanizarnos. Por lo tanto, si llegamos con un enfoque consciente y ponemos a las personas y su florecimiento como el objetivo central, entonces todas estas tecnologías se convierten en una forma de mejorar el bienestar y el florecimiento humano.
¿Qué podemos esperar en los próximos 10 años? Nuestro movimiento se va a volver la corriente estándar. Esperamos estar en unos cien países. Esperamos que la mayoría de las principales escuelas de negocios enseñen sobre el capitalismo consciente. Muchas de ellas ya lo están haciendo, y esperamos que esta se convertirá en la forma predeterminada de pensar en los negocios, de modo que el viejo paradigma de solo ganancias y solo accionistas, parecerá ridículo para las personas, en algún momento, y dirán, ¿cómo se puede no tener un propósito más allá de las ganancias? ¿Cómo se puede no pensar en todas las partes interesadas y simplemente centrarse en los accionistas? Nuestra expectativa es que en 10 años el movimiento se vuelva tan dominante que ni siquiera necesitemos a Conscious Capitalism Inc. como una entidad independiente separada.
Hoja de vida Filosofía. Nació en la India, fundador del Movimiento del Capitalismo Consciente, filosofía basada en la creencia de una nueva concepción de capitalismo emergente para mejorar tanto los intereses de las empresas como la calidad de vida de millones de personas.
Académico. Ha colaborado como profesor en universidades como George Mason University, Boston University y otras. Ha asesorado a compañías como IBM, Kraft Foods, Whole Foods Market, Tata, Siemens, Sprint, Volvo, entre otras.
Investigador. Ha publicado un total de diez libros y más de cien artículos académicos.
El fundador del movimiento Capitalismo Consciente habla sobre los alcances de esta filosofía y el rol de las empresas. Cree que los mileniales y las mujeres tienen otra manera de ver los negocios. Estuvo en Guayaquil y LÍDERES conversó con él. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
El desempleo juvenil es otro reto que enfrenta el Ecuador. Hasta marzo pasado, 9,6% de personas con edades comprendidas entre 18 y 30 años estaban desempleadas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos. Además, 54 de cada 100 jóvenes tenían un empleo inadecuado y 36 contaban con trabajo adecuado.
Bajo este panorama, empresas privadas, gremios, universidades y entidades públicas manejan programas que buscan mejorar los indicadores de empleo joven.
El pasado 4 de julio, por ejemplo, se presentó en Guayaquil la Alianza por los Jóvenes, una iniciativa privada que agrupa a 22 empresas que están comprometidas en mejorar las habilidades y competencias de cerca de 13 000 jóvenes, de entre 18 y 30 años de edad, en los próximos dos años. Solo en este año se planea capacitar a 1 500 jóvenes del país.
La firma del sector de alimentos Nestlé lidera esta propuesta, que globalmente ha sido impulsada desde el 2013. La presidenta ejecutiva de la compañía en Ecuador, Virginia Matos de Barría, explica que para cumplir con la meta se ejecutarán pasantías, carreras de formación dual, impulso al primer empleo y apoyo al emprendimiento.
En esta firma, el 30% de su nómina está integrada por jóvenes de 18 a 30 años. Este grupo se desempeña en diferentes tareas en áreas como marketing, ventas, operaciones, entre otras actividades. La compañía también cuenta con un programa de pasantías para estudiantes universitarios como una primera oportunidad de conectarse con el mundo corporativo.
Según Nestlé, jóvenes que han iniciado su carrera en la empresa se han desarrollado de manera permanente y hoy en día ocupan posiciones destacadas como directores y gerentes.
Otra compañía que es parte de esta alianza es Arca Continental. Magaly Polo, directora de Capital Humano, sostiene que la firma promueve la inserción laboral con o sin experiencia en condiciones dignas e igualdad de oportunidades. Añade que en lo que va del 2019 el Centro de Reclutamiento de Arca Continental ha vinculado laboralmente a 100 jóvenes. Además, las empresas que conforman grupo (Tonicorp, Inalecsa y Arca Continental) cuentan con cerca de 10 000 colaboradores y más del 20,4% de la nómina son jóvenes. “Ellos ocupan cargos en todas las áreas, incluso gerencias”.
Desde el sector público también existen programas enfocados en el empleo de los jóvenes. El Ministerio de Trabajo cuenta con el programa Mi Primer Empleo que fue creado el año pasado, para una duración de cuatro años. La iniciativa acoge a jóvenes de 18 a 26 años de edad, pertenecientes a instituciones de educación superior.
Desde su implementación, 1 860 jóvenes han sido incorporados en pasantías y prácticas preprofesionales en empresas privadas, gracias a este programa. La meta es beneficiar a 60 000 jóvenes hasta el 2021, según indica el Ministerio de Trabajo.
Según la entidad, al 5 de julio de 2019 estaban vigentes 2,4 millones de contratos laborales. De este total, el 31%, es decir 737 361 contratos vigentes, corresponden personas con edades entre los 18 y 30 años de edad.
El pasado 4 de julio se cumplió en Guayaquil, la feria El futuro es joven, que se desarrolló durante la creación de la Alianza por los Jóvenes. Foto: Elena Paucar / LÍDERES
El Ministerio firmó la semana pasada un convenio con la Universidad Central del Ecuador para que estudiantes puedan realizar pasantías preprofesionales en el sector privado, como parte del programa Mi Primer Empleo. Los estudiantes serán seleccionados de acuerdo con los requerimientos y necesidades de las empresas.
En la Cámara de Industrias y Producción (CIP) también se aplican programas al respecto. El gremio es parte del Consejo Nacional del Trabajo, que propuso reformas laborales para fomentar el emprendimiento y la contratación por jornadas.
La Cámara también impulsa la Corporación Formados, la cual se encarga de proyectos de formación dual para impartir conocimientos técnicos a través de prácticas profesionales en empresas. Este sistema, de origen alemán, permite incrementar la empleabilidad de los jóvenes. Los estudiantes pasan el 50% de su formación en una universidad, recibiendo conocimientos teóricos y el restante 50% lo realizan ejecutando prácticas en empresas formadoras. “Esto garantiza un aprendizaje transversal, aumento la productividad empresarial e incremento de inserción laboral juvenil de manera expedita”, según el presidente ejecutivo de la CIP, Pablo Zambrano.
Para Ingrid Bonilla, consultora en formación dual, el modelo requiere más promoción ya que solo el 25% de estudiantes universitarios conoce el sistema. Esta experta agrega que para generar empleo a través de la formación dual hay que conocer los logros alcanzados en otros países.
Emprendimiento, formación dual y tecnología son ayudas
A escala regional, el desempleo juvenil es un tema preocupante. La tasa de desempleo urbano entre los jóvenes latinoamericanos y caribeños llegó a 13,3%, una proporción que triplica la de los adultos y es más del doble que la tasa general de desempleo promedio en la región, de 6,1%, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Además, 6 de cada 10 jóvenes que sí consiguen ocupación se ven obligados a aceptar empleos en la economía informal, lo que en general implica malas condiciones de trabajo, sin protección ni derechos, y con bajos salarios y baja productividad.
Seis de cada 10 jóvenes que sí consiguen ocupación se ven obligados a aceptar empleos en la economía informal, según estadísticas de la OIT. Foto: Cortesía
América Latina y el Caribe cuentan actualmente con 110 millones de jóvenes entre 15 y 24 años. Y según la OIT, se estima que unos 20 millones de jóvenes ni estudian ni trabajan, “debido en gran parte a la frustración y al desaliento por la falta de oportunidades en el mercado laboral”.
En esta coyuntura, la tecnología, la capacidad de emprender y la formación dual se presentan como tres herramientas para vincular a los jóvenes con el mundo laboral. Para CelsoMalipensa, líder de PwC en Ecuador, se requiere de jóvenes más digitales, que tengan visión de negocio, una visión global y que identifiquen las áreas laborales de su interés para desarrollar sus capacidades.
La OIT recomienda apoyar el espíritu emprendedor de los jóvenes para que consoliden sus iniciativas. El organismo añade que el cambio tecnológico acelerado que se vive hoy en día reta a los sistemas de educación formal y de formación profesional a anticipar los cambios y ofrecer las habilidades no solo técnicas, sino de carácter y socioemocionales que demanda el mundo del trabajo en el siglo XXI.
La misma OIT dice que la formación dual es una modalidad poderosa de formación profesional.
Para Ivo Runge, asesor de formación profesional en la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriano-Alemana, la formación dual es una inversión en el futuro al nivel de una empresa en tema de empleo. “A largo plazo y con una buena calidad de la implementación, la formación dual resulta útil a las empresas”, dice Runge.
El programa de formación dual se desarrolla en ciudades como Cuenca. Este sistema de capacitación, de origen alemán, permite incrementar la empleabilidad de los jóvenes. Foto: Archivo LÍDERES
A María Belén Mora no le resulta difícil conocer por qué le apasiona lo que hace. Su familia ha influido fuertemente en ello.
Su abuela, Ruth Herrera, fue presidenta del grupo de damas voluntarias de la Cruz Roja de Ambato. Durante su infancia, esta mujer, de 34 años, solía compartir tiempo con estudiantesvoluntarios que sus padres recibían en su casa, pues eran parte del Club Rotario de dicha ciudad serrana.
Mora estudió una licenciatura en lenguas extranjeras aplicadas a los negocios e intercambiosinternacionales en la Universidad Católica de Quito. En el 2015 creó la Fundación Intercambio Internacional para el Desarrollo (Fiides), que recibe y envía voluntarios a realizar servicio social en diferentes países del mundo.
Fiides ha recibido a unos 100 voluntarios de Alemania y ha enviado a unos 25 ecuatorianos a Reino Unido, Kenia, India, Brasil y México, países en donde la fundación tiene programas de ayuda a personas con discapacidad y de la tercera edad.
“No es alto el número de voluntarios que viajan de Ecuador porque la mayoría de jóvenes quieren vivir la experiencia a través del estudio. Pero queremos democratizar la experienciainternacional a través de viajes a sitios muy distintos, aprender de otras culturas”, señala la ambateña.
Añade que la intención es que los jóvenes “pongan los pies sobre la tierra y se conviertan en agentes de cambio” para el planeta.
Con entusiasmo y orgullo, ella cuenta que cada vez que envía un voluntario recibe de vuelta a un ecuatoriano globalizado, que ha aprendido cómo es la vida fuera de la zona de confort.
Es lo que ella experimentó a los 21 años, cuando decidió trabajar como niñera en Alemania por un año; estuvo a cargo de tres niños. Cuando llegó no hablaba el idioma, pero lo aprendió “a la fuerza” y ahora es una de las lenguas que domina, junto al francés e inglés.
“Siempre recuerdo mi primera experiencia cuando preparo a mis chicos. Yo fui sin preparación a Alemania. Llegas y crees que todo será color de rosa y luego descubres que todo es bastante diferente”, cuenta.
Carolina Arcos, quien conoce a Mora desde que estudiaban en la universidad, fue quien la incentivó a vivir esa experiencia en Alemania, pues ella había ido antes. “Ella siempre ha tenido ese interés por la ayuda social, posee un corazón muy generoso. Cuando estudiábamos, la primera vez que viajamos fue a construir casas a un sector de escasos recursos en Guayaquil”, recuerda.
Tras vivir en Alemania, Mora se convenció de que quería seguir conociendo el mundo y ayudando. Hizo una maestría en desarrollo y cooperación internacional en la Universidad de Lérida.
Como parte del proceso de graduación, tuvo que vivir seis meses en Alhaucemas, en el norte de Marruecos. Debía evaluar cómo se usaban los recursos y el impacto que tenían en un proyecto productivo con enfoque de género, financiado por el Gobierno español. Lo más enriquecedor, recuerda, fue haber aprendido a vivir una dualidad de la cultura occidental española y descubrir cómo es la árabe.
Tras esa vivencia, Mora, que es madre de dos hijos (Julia, de cuatro años y Juan Andrés, de 8 meses), aportó casi cinco años a la Fundación Voluntariado para la Ayuda Social en Ecuador (VASE) en donde fue directora ejecutiva.
La joven reconoce que esta fue una escuela que la ayudó a conocer contactos que, más adelante, le permitieron emprender.
Una de las labores que más destaca de su paso por VASE fue la creación, junto con voluntarios de otros países, de un libro guía al que llamaron: ‘La aventura de recibir voluntarios internacionales’.
Esta fundación le permitió conocer países como Uganda, Kenia, Togo, entre otros. “Una vez, cruzando en bus la frontera de Uganda a Kenia, un funcionario no sabía si dejarme pasar porque no sabía si Ecuador requería visa. Era de noche, llovía, tenía miedo de perder el bus. Al final, logré pasar y así he ido acumulando varias aventuras”, comenta.
Esas experiencias se redujeron desde que fue mamá. Reconoce que tener hijos es otro aspecto que la hace feliz. Está casada hace cinco años con Andrés Galarza, quien está a cargo de los asuntosfinancieros de la fundación.
Cuando tuvo a su primera hija, creó en redes sociales un grupo de apoyo y conexión entre madres llamado Once Upon a Mami. En este espacio las mamás comparten ideas, consejos, problemas y emprendimientos.
Vanessa Salvador, directora ejecutiva de Fiide, destaca que Mora ha sabido compartir bien su tiempo entre estas dos facetas gracias a que es constante y proactiva.
Su Vida
Estudios. Tiene dos maestrías: una en marketing por la Universidad Europea de Negocios y una en desarrollo y cooperación internacional, por la Universidad de Lérida.
Charlas. Fue parte de la organización de la charla Desarrollando la calidad del trabajo con voluntarios, de la fundación Icye y de talleres con France Volunteers.
Familia. Es la mayor de tres hermanos.
María Belén Mora creó una fundación que busca promover el intercambio para jóvenes con programas de ayuda social. Foto: Galo Paguay / Líderes
Encontrar ejecutivas entre 40 y 45 años dentro de las empresas es la tendencia en Ecuador, según un estudio de Deloitte que se presentó en marzo de este año. Al respecto María José Pinto, gerenta de Producción de Pinto, de 32 años, expone qué factores inciden en esta realidad. ¿Por qué la presencia de mujeres entre 40 y 45 años es mayoritaria en las empresas del país?
Las mujeres atraviesan por dos circunstancias. Justo cuando nos encontramos en la etapa de ascender profesionalmente estamos a la vez en la época de casarnos y ser madres de familia. Esto obliga a bajar la guardia en uno de estos dos frentes. Y generalmente se lo hace en el ámbito laboral, porque la familia es superimportante.
¿Es difícil mantener la guardia en ambos frentes?
Por la estructura que tiene la mayoría de las empresas se cree que no se puede cumplir con estos dos roles en paralelo: crecer profesional y personalmente. Se cree que estar embarazada, tener tu período de lactancia y estar a cargo de hijos pequeños te quita productividad. ¿Esto a la final qué causa?
Que las ejecutivas en su mayoría tengan entre 40 y 45 años. Para entonces, las mujeres ya no están en la etapa de embarazo, sus hijos están en el colegio, los niños no demandan de tanto tiempo. Por eso se pueden dedicar más al trabajo.
¿Cuál es la otra circunstancia que explica esta realidad?
La falta de oportunidades. Las empresas justamente por el tema de la maternidad, en algunos casos se frenan. Las firmas consideran que invertir en mujeres, en edad de tener hijos, tiene ciertos riesgos, por la ausencia que se genera debido a los permisos correspondientes a la maternidad, lactancia y otros.
Pero a la final no todas las mujeres deciden ser madres
Así es. Además, el ser madre no te hace menos eficiente. Al contrario, la mujer que tiene hijos debe cumplir con dos trabajos ‘full time’.
A propósito de que se encuentra a la espera de su primer bebé, ¿considera que se puede llegar a un equilibrio entre ambos roles?
Sí, estoy justo esperando a mi primer bebé y estoy convencida de que se puede lograr un equilibrio entre el ámbito personal y profesional. Soy parte de la Asociación Mujeres por Ecuador que promueve la participación de mujeres jóvenes en funciones ejecutivas y directivas.
¿Esto es posible?
En Mujeres por Ecuador las mujeres adultas dan un acompañamiento a las jóvenes para decirles que sí hay cómo ser madre y trabajadora a la vez. Yo antes pensaba cómo combinar mi carrera e hijos. Y vemos que existen mujeres que te demuestran que sí hay cómo.
¿Cuál es la clave para esto?
Primero la mujer no debe sentirse culpable de dejar a sus hijos en la casa. Debe tener apoyo en su entorno para organizarse con la crianza de tus niños y tu trabajo. Tiene que establecer los tiempos para estar con sus hijos y ser productiva en la empresa.
María José Pinto, gerente de Producción de Pinto. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Estudiar una carrera técnica a la par que se practica en una empresa es la oportunidad que pueden alcanzar los jóvenes que deciden estudiar bajo el modelo alemán de educación dual.
Este 6 de noviembre del 2018 se lanzó públicamente la Corporación Formados. Esto luego que el pasado 19 de octubre del 2018 el Ministerio de Producción y Comercio Exterior notificó a la agrupación de la aprobación de la personería jurídica y sus estatutos.
Andrés Robalino, presidente de Corporación Formados, explicó que el sentido de esta organización es impulsar el sistema de formación dual en el país. “A través de la educación tecnológica teórica y práctica de los estudiantes se logra que, por una parte, las empresas optimicen los recursos que destinan a la selección de personal y así mejoren su productividad. Por otra parte, se logra que los alumnos empiecen a ser insertados en el mercado laboral y adquieran la experiencia que no necesariamente obtienen en las aulas”, señaló.
Para poder acceder al programa los jóvenes tienen que haber aprobado la prueba ser bachiller. El programa de estudio ya se desarrolla desde el 2014; sin embargo, la formación dual está en el país llegó a Ecuador hace unos 14 años, con el apoyo de Cooperación Alemana, al abrirse la carrera de ingeniería empresarial en la Universidad de Cuenca.
Actualmente, a escala nacional se ofrece siete careras que se imparten a través de siete institutos técnicos; también tres adicionales con la Universidad Politécnica Salesiana y la Universidad del Azuay.
La formación dual se desarrolla en las áreas áreas textil, alimentos, madera, software, operación de maquinaria, mecánica, plásticos, etc. Se brinda en Quito, Guayaquil, Manta, Cotacachi y Cuenca; aprenden una total de 520 estudiantes.
En el proceso participan 362 tutores. Los jóvenes aprenden la parte práctica en 115 empresas. «Los estudiantes duales no tienen relación laboral, por lo tanto no se puede pagar un sueldo. Pero, las empresas se comprometen a pagar el 50% de la colegiatura de los estudiantes en las instituciones académicas privadas y en los institutos tecnológicos públicos como no cobran una pensión, las empresas no realizan ningún pago por la colegiatura», dijo Robalino. En la formación dual en el país 11 gremios empresariales participan.
Adrián Bonilla, titular de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) dijo que esperan que en tres años se extienda la experiencia de formación dual en el país.
Yuri Parreño, viceministro de Industrias y Andrés Robalino, presidente de la Corporación Formados, en el evento de presentación de la organización. Foto: Cortesía / Corporación Formados