Etiqueta: Joyas

  • Las joyas de Andrea Tello se exhiben por el mundo entero

    Ana Cristina Alvarado

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    La diseñadora ecuatoriana de joyas Andrea Tello tiene puntos comerciales en Dallas (Estados Unidos) y en Cuenca y Quito (Ecuador). Además, hace exhibiciones anuales en la Semana de la Moda de Macao, Hong Kong y tiene una exposición permanente en Shanghái.

    Tello empezó a trabajar en su marca en el 2003 y aunque hizo una pequeña pausa debido a una cirugía, desde hace 10 años se ha enfocado en exportar la joyería cuencana.

    La primera feria en la que participó fue en Cantón, China. “Me ayudó a ver que lo que estaba haciendo con la filigrana, joyería de plata y chapa podía mostrarse en los mercados internacionales”, dice sobre la experiencia en Asia.

    Aretes de la colección Insignia, presentada en Nueva York. Foto: cortesía Pablo Carrión. Modelo: Rebeca Flores
    Aretes de la colección Insignia, presentada en Nueva York. Foto: cortesía Pablo Carrión. Modelo: Rebeca Flores

    Después de eso, vino la apertura para participar en ferias y en bienales de diseño, arte y artesanía en países de Asia, Europa, América y Asia. Llama la atención la elaboración de joyas de filigrana en plata pura y el diseño atemporal. “Creo que mis joyas tienen historia,
    representan a Latinoamérica, nos cuentan las vivencias de las mujeres andinas”, relata.

    El mes pasado, Tello fue parte de una pasarela en la Semana de la Moda de Nueva York junto a las marcas ecuatorianas Glenkora Comte y Wallqa. “Es abrirse al mundo en cierta forma. Para mí fue una experiencia enriquecedora”, asegura.

    En estos días, la diseñadora de joyas cuencana se encarga de atender a sus clientes en el Distrito de Diseño de Dallas, Texas, con el fin de crear fidelidad de marca, y se alista para la apertura de otro punto de venta en Estados Unidos, en San Francisco, en la costa del Pacífico.

    Aretes de flores con enjoye de zafiros, en plata, y collar de oro con zafiros y brillantes.
    Aretes de flores con enjoye de zafiros, en plata, y collar de oro con zafiros y brillantes.
    Las joyas de Andrea Tello, en Cinq Gallery, una galería de arte en Dallas. Foto: cortesía Andrea Tello
    Las joyas de Andrea Tello, en Cinq Gallery, una galería de arte en Dallas. Foto: cortesía Andrea Tello
  • Ella elabora joyas con cuarzo, amatista y más

    REDACCIÓN QUITO (I)
    redacción@revistalideres.ec

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    La fascinación por las piedras de mar y el amor por la naturaleza se convirtieron en una línea de joyería elaborada a base de mineralización y de las temperaturas propias de la tierra.

    Paisajes, texturas y naturaleza plasma la española Mireia Peris en las joyas de su marca Ona, que en catalán que significa ola de mar.

    El emprendimiento comenzó en 2017, cuando la joven, graduada en psicología en Barcelona, decidió radicarse en Galápagos para encontrar un sustento de vida junto con su esposo. Poco tiempo después desarrolló el gusto por las piedras naturales que ofrecían las islas, a través de sus playas.

    “Todas las joyas que elaboro están inspiradas en la naturaleza. Mi idea es poder plasmar con las piedras los paisajes y texturas del mundo natural”.

    Tras varios años radicada en las islas encantadas, Peris decidió mudarse a Quito para posicionar su marca en locales y distribuidoras a escala nacional.

    Sus productos se ofertan hoy en día en negocios de Samborondón, Quito, Cumbayá y dos talleres ubicados en Galápagos. Sin embargo, la mayor parte de ventas se realiza a través de Facebook e Instagram.

    Asimismo se exhiben en ferias como El Grand Bazaar, La Carishina, El Galpón, Las Destrabadas, entre otras. La emprendedora participa con frecuencia en eventos como los mencionados que permiten a la marca tener mayor promoción y aumentar las ventas.

    El año pasado, la microempresa ganó un premio a mejor emprendimiento emergente, lo que le permitió tener mayor aceptación por parte del público.

    Cada piedra con la que se elabora la joyería tiene un significado y un proceso especial. Peris prefiere trabajar con amatistas y cuarzos, ya que son piezas armonizadoras. Las labradoritas y las agatas son otras de sus preferidas ya que generan buenas vibras y buena suerte en las personas.

    La joven emprendedora investiga las propiedades de las piezas antes de elaborar sus joyas. Evita fabricar bisutería con piedras de color negro puesto que, según sus conocimientos adquiridos dentro de la Psicología, se puede afectar al sistema nervioso.

    Los precios que Ona oferta en el mercado, oscilan desde los USD 35 hasta los USD 120, de acuerdo al diseño y mano de obra del producto y la joya.

    Mireia trabaja con un baño de oro. “El oro es mejor transmisor de energía que la plata”. El oro con el que fabrica sus productos es de 16 a 24 kilates.

    Las piedras son importadas de países extranjeros como la India, México ó Brasil, debido a que Ecuador no ofrece suficiente variedad de piedras preciosas para la elaboración de sus joyas.

    La marca tiene como proyecto, a largo plazo, trabajar con gemólogos con el objetivo de dar mejor calidad al producto.

    El emprendimiento es totalmente independiente. Sin embargo la española desea, en un futuro, mantener convenios con organizaciones enfocadas en el cuidado del medio ambiente.

    Las ventas de la microempresa se han expandido a escala nacional e internacional. Ha recibido pedidos en México y España. Mientras que en Ecuador ha realizado envíos a todo el país.

    De esta manera, las ingresos regulares del emprendimiento promedian los USD 400 al mes. En temporadas altas llegan hasta los USD 700 y en fechas festivas sus ingresos son valorados entre los USD 1 200 hasta los USD 1 500.

    La oferta mensual es de 30 productos, entre locales y las redes sociales.

    El producto estrella de este emprendimiento son los collares, que tienen alta demanda sobretodo en Quito. Sin embargo, cuando residía en Galápagos, el producto estrella eran las pulseras.

    Ona no mantiene un grupo objetivo de clientes, ya que ha recibido pedidos por parte de hombres y mujeres con edades entre los 20 y 50 años.

    Betzabé Carrillo adquirió un par de aretes, junto con un collar de la marca. La joven manifiesta que son diseños únicos y de calidad.

    Clara Paredes compró para su madre la línea de productos. “Quedé encantada con la marca”, cuenta esta mujer.

    Datos

    Los productos  están elaborados a base de productos naturales. No utiliza vidrio ni plástico.
    El lema de ONA  es: “La simplicidad hecha belleza”.

    Las cadenas y el  ensamblaje de las joyas los realiza Mireia en Quito, con la ayuda de proveedores locales.

    La inversión inicial  entre material, mano de obra y fabricación requirió de USD 3 000 a USD 4 000, aproximadamente.

    La emprendedora  piensa crear convenios con organizaciones enfocadas en el cuidado del medio ambiente y el reciclaje.

    Mireia Peris exhibe algunas de  sus líneas  de joyas en el local ubicado al norte de la capital. Foto:  LÍDERES
    Mireia Peris exhibe algunas de sus líneas de joyas en el local ubicado al norte de la capital. Foto: LÍDERES
  • Las joyas diseñadas por Dennise Calero tienen un toque urbano

    Redacción Quito

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    En el taller de la diseñadora Dennise Calero el orden es una prioridad. Las herramientas cuelgan de la pared, varios de sus diseños aparecen en un mueble de madera, mientras la luz penetrante de la mañana abrigaba el lugar.

    En el taller ubicado en el sector de El Condado, en el norte de Quito, esta mujer diseña y elabora una serie de accesorios para mujeres, elaborados con materiales reciclados que otras personas los catalogan como desechos inutilizables.

    La creatividad, el estilo, la originalidad y la pasión por los accesorios femeninos llevaron a la diseñadora de productos, egresada de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, a desarrollar su emprendimiento que en la actualidad es su fuente de ingresos. La idea arrancó en el 2014.

    En la búsqueda de los materiales para el desarrollo de su proyecto, la joven emprendedora se planteó la idea de los ‘Frutos Urbanos’. Fue a partir de esto que la diseñadora encontró gran potencial en la recolección de vidrios rotos y el bambú, materiales que llamaron la atención de Calero debido a sus propiedades físicas y ecológicas.

    El proyecto tuvo cabida dentro del mercado dentro del museo Nahim Isaías, en
    Guayaquil. Fue en el 2014 cuando la joven empezó a exhibir sus productos a través de las redes sociales y su página web,. En esos espacios virtuales se gestionan las ventas de los diseños de Calero.

    Actualmente el desarrollo del producto ha llegado a tener altos estándares estéticos, ergonómicos y de calidad, lo que ha permitido a esta joven conectarse cada vez más con los compradores.

    El emprendimiento tiene una serie de beneficios para quien adquiere sus diseños. Las pulseras, los aretes y los collares, por sus dimensiones, favorecen a estéticamente a la mujer, según la forma de su rostro y cuello, explica la diseñadora quiteña.

    A los materiales reciclados Calero le suma la plata, lo que da un toque distinto, al mismo tempo que evita una reacción alérgica en la oreja del consumidor.  La plata proviene de Chordeleg una población de Azuay que se caracteriza por ser fuente de materiales para joyeros de todo el Ecuador.

    A partir del 2015, la marca ha recibido apoyo por parte del Centro Iberoamericano de Artesanías y Artes Populares y de la Junta Nacional de Defensa del Artesano, instituciones que han sido sus gestores para exponer su producto en ferias.

    Además, el emprendimiento se ha expandido a escala nacional, gracias a ferias de emprendedores, e internacional. La bisutería de Calero se expone en la Boutique Équatorianne, ubicado en París, Francia. Otra vitrina es una plataforma en línea en EE.UU.

    La emprendedora manifiesta que la temporada en la que las ventas de sus diseños aumentan son el Día de la Madre, San Valentín y Navidad. Sus joyas son solicitadas como obsequios.

    Betzabé Cepeda ha adquirido diseños de Calero. Ella manifiesta que compró más de un accesorio de la bisutería, especialmente aretes debido a la comodidad y estética que le brindan estas joyas elaboradas a mano. Cepeda añade que lo puede combinar con ropa deportiva o casual, con la seguridad de que no le generarán alergias a comparación de otras bisuterías.

    Datos

    Las ventas anuales inicialmente eran de, aproximadamente USD 10 000. En la actualidad los ingresos pueden llegar hasta los USD 25 000 al año.

    La inversión inicial hecha por Calero fue de USD 2 000, para preparación académica y la compra de materiales.

    Tiene una producción anual de 420 piezas que varían entre aretes, collares y pulseras.

    El número de clientes varía de 30 a 35 compradores mensuales.

    Dennise Calero enseña sus diseños. Su taller está ubicado en el sector de El Condado, en Quito. Foto: Patricio Terán  / LÍDERES
    Dennise Calero enseña sus diseños. Su taller está ubicado en el sector de El Condado, en Quito. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Joyas de La Calera conquistan Francia

    José Luis Rosales  (F)    
    Contenido intercultural

    Los tonos rojo, fucsia, verde, terracota, azul y naranja priman en los diseños de temporada de collares, pulseras y aretes de tagua, que confeccionan cinco mujeres indígenas de la Asociación Artesanal Pacha Calera.

    Esta bisutería de fantasía se comercializa en Francia, bajo la marca Nodova. El emprendimiento se gestó tras un viaje que hizo al Ecuador, en el 2009, Elodie Guillerm, fundadora de la firma.

    Ahí, conoció la parcialidad indígena de La Calera, en Cotacachi, Imbabura. Tras permanecer 15 días por vacaciones, la francesa se empapó de la realidad que vivía las mujeres de esta zona rural.

    Es por ello que agrupó a 19 comuneras y les ofreció regresar en un año para empezar con el negocio de joyas elegantes.

    Guillerm cumplió su palabra. Sin embargo, la mayoría de integrantes se retiraron porque no obtuvieron los resultados que esperaban, recuerda Susana Fuerez, líder de la organización.

    Solo cinco damas continuaron aprendiendo a tejer, hacer los lazos, las combinaciones y formar los colgantes. Incluso, durante un año recibieron formación en el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional. También, Elodie contrató a una especialista para que pula la técnica local para producir bisutería de tagua.

    Para socias como Susana Chiza era la primera vez que conocía el denominado marfil vegetal. Como la mayoría de compañeras, la mujer, de 49 años, se dedicaba a las tareas de su hogar, la agricultura y al bordado de prendas de vestir.

    Una de las primeras acciones fue lograr el reconocimiento jurídico de la organización. Prácticamente empezaron de cero. Chiza explica que durante los primeros meses sortearon dificultades cómo el poder identificar la materia prima ideal, la forma de empacar y hasta conquistar los mercados.

    Los diseños originales y vanguardistas ayudaron a posicionar este emprendimiento productivo, al que le sumaron un nuevo componente social.

    Elodie Guillerm motivó a las artesanas kichwas a que una parte de las ventas de estas prendas las destinen a apoyar la educación de los niños de escasos recursos económicos de La Calera.

    Cada septiembre, la organización recibe USD 4 400 que son invertidos en la adquisición de útiles escolares para 40 niños.

    Después de cinco años, la empresa Nodova fue adquirida por Marion Andron y Cécilia Chatenoud. Cada seis meses, un equipo de la firma europea visita La Calera para definir con las artesanas el nuevo catálogo. Luego, realizan la promoción de la nueva colección y precios a los clientes europeos, para realizar los pedidos al taller de Pacha Calera. Así lo hicieron en diciembre pasado. Ahora, estos productos también han ganado mercado en Japón.

    Las integrantes de la Asociación Artesanal Pacha Calera realizan al año entre ocho y nueve envíos al país europeo. Hasta el 12 de abril próximo deben despachar, por ejemplo, 500 collares, 800 pares de aretes y 700 pulseras, de diversos modelos y tamaños.

    En el taller, que está equipado con una máquina de coser y una de cortar, mesas, estanterías y herramientas de joyería, se hace un trabajo coordinado. Incluso, han calculado el tiempo que se invierte para hacer cada artículo.

    Un diseño de un colgante con más detalles demanda 45 minutos. En tanto, para pulseras y aretes se invierte menos tiempo.

    Luz María Arias, otra de las socias, explica que, incluso, ellas aprendieron a elaborar sus propios empaques, que son fabricados con una tela de paño.

    Una de las metas de este grupo es tener un local propio para trabajar. Por lo pronto, adquirieron un terreno de 1500 metros cuadrados para levantar el taller.

    Para la compra obtuvieron un crédito de USD 16 000. Hasta mientras, en la casa de Susana Chiza se acondicionó el obraje.

    Este lugar se ha transformado en uno de los sitios de visita de La Calera más concurridos por los turistas, especialmente extranjeros. La mayoría se convierte en cliente de esta tienda de bisutería.

    Otros detalles

    El horario. El taller funciona de lunes a viernes, de 08:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00.

    El salario. Cada una de las cinco integrantes percibe USD 300, cada mes.

    Los turistas. Pueden visitar y conocer de cerca el arte de crear joyas de fantasía.

    Los precios. Se comercializa al por mayor. El costo de un collar oscila entre USD 3,50 y 7. Los aretes USD 5 y las pulseras 3. Todo depende del acabado.

    La empresa. Nodova posee 43 puntos de venta en diferentes sitios de Europa y Japón. Se promociona como una firma con responsabilidad social.

    Las socias Susana Fuerez, Susana Chiza, Virginia Guamán, Luz María Arias y Luz Cachimuel elaboran las joyas. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    Las socias Susana Fuerez, Susana Chiza, Virginia Guamán, Luz María Arias y Luz Cachimuel elaboran las joyas. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • Las joyas que mezclan diseño y tradición

    Patricia González

    Contenido intercultural

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    Angelina Paqui es oriunda de la comunidad indígena Saraguro, que habita principalmente en la provincia de Loja. Siguiendo las enseñanzas de su madre, Angelina aprendió desde niña sobre la elaboración de la joyería indígena, esencial para su vestimenta.

    Los saberes de su cultura han sido su principal fuente de empleo. Con 31 años de edad emigró a Quito, junto a su esposo y cuatro hijos pequeños.

    Mientras su esposo trabajaba como asesor para las Naciones Unidas, Angelina comenzó a recorrer las calles del Centro Histórico de Quito ofreciendo sus collares artesanales, en compañía de sus hijos.

    Fueron más de 10 años vendiendo en las calles del Centro, de manera informal. Inti, su único hijo varón, mantiene vivo el recuerdo, incluidas todas las veces que les tocó correr por la llegada de los policías municipales.

    Con el tiempo, las condiciones de trabajo fueron cambiando. Por dos años, arrendaron un local en el Centro Comercial La Merced, en el Centro Histórico.

    También, desde hace unos ocho años, comenzaron a participar en ferias para emprendedores y artesanos. En la Feria Texturas & Colores, organizada por la agencia Conquito, han participado por cuatro años seguidos.

    En el 2014, cruzaron fronteras, con su participación en la feria Micsur (Mercado de Industrias Culturales del Sur), celebrada en Mar del Plata, Argentina. A este evento llegaron con el apoyo del Ministerio de Turismo, en representación del Ecuador.

    Actualmente, la artesanía de Angelina y sus hijos se ofrece en un local del Centro Comercial Quitus, en el centro-norte de la ciudad. Desde que ocupan este espacio, hace unos cuatro años, el negocio fue bautizado con el nombre Arawy (poeta y cantor, en lengua quechua).

    El modelo de collar tradicional es circular, con los colores del arcoíris, simbolizando la diversidad cultural de los saraguros. Pero los diseños han ido variando con el tiempo, según la demanda del mercado. Los hay de un solo color, pero en diferentes tonalidades, largos multicolores e incluso con formas de flores.

    Gisela Vinueza es cliente de Angelina desde hace 10 años. En principio le compraba para proveer una tienda de artesanía, que mantuvo por 13 años. Luego, comenzó a adquirirlos para ella. Dice que les compra cada vez que sale un nuevo modelo. Hoy día tiene unos 30 collares.
    Esta cliente destaca la originalidad de los productos, la calidad de sus materiales, la durabilidad de sus colores y los módicos precios.

    El precio de los collares depende de sus dimensiones. Uno pequeño puede costar USD 20; mientras que uno de gran tamaño, cuya elaboración demora unas tres semanas, cuesta USD 120.

    En Arawy también se elaboran pulseras, aretes, llaveros y cinturones. Además, en el local ofrecen productos artesanales de Otavalo, como camisetas, ponchos, pantalones y alpargatas.
    María Sol Vallejo conoció los productos de Arawy en una feria artesanal y desde hace cinco años es cliente frecuente. Para ella ha comprado unos 10 collares; también los ha adquirido para regalar a amigos de diferentes países de la región.

    Adicional a la calidad del trabajo, lo que garantiza su durabilidad, María Sol considera que es de lo más económico que ha encontrado en el mercado, en joyería artesanal. “En otros lugares puede costar el doble o el triple”.

    El negocio factura alrededor de USD 700 al mes, siendo los meses más fuertes en ventas agosto (mes de las artes) y diciembre.

    Los productos además se venden en la tienda del hotel JW Marriot Quito, desde hace cinco años. También los adquieren otros distribuidores.

    Al igual que ella, los cuatro hijos de Angelina aprendieron a trabajar la joyería desde pequeños. A pesar de que hoy algunos son profesionales y otros estudian la universidad, aún se mantienen ligados al negocio familiar y le colaboran a su madre en la producción o en las ventas.

    Datos

    Los precios  de los collares de Arawy van desde USD 20 hasta USD 120, dependiendo de sus dimensiones.

    Los productos se venden en un local ubicado en el Centro Comercial Quitus, en el centro-norte de Quito. También se encuentran en la tienda del hotel JW Marriot, en Quito.

    El negocio factura alrededor de USD 700 al mes. Los mejores meses de ventas son agosto y diciembre.

    Arawy no solo ofrece collares. También, aretes, pulseras, llaveros y cinturones. Además, en el local se pueden encontrar prendas de vestir, elaboradas en Otavalo.

    El collar tradicional saraguro es circular con los colores del arcoíris. Eso lo destaca Angelina Paqui, en su local. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    El collar tradicional saraguro es circular con los colores del arcoíris. Eso lo destaca Angelina Paqui, en su local. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • La cosmovisión andina inspira sus joyas

    Cristina Marquez

    Los colores vivos como el fucsia, el verde y el amarillo, que tienen diversos significados para la cosmovisión andina y aparecen en los bordados de las blusas que visten las mujeres indígenas de Chimborazo, son los protagonistas de la nueva colección de Azur.

    La marca riobambeña ofrece una variedad de joyas como collares, pulseras, aretes… para mujeres jóvenes, adultas y niñas. Cada pieza es única; cuando se trata de un pedido se hace de forma personalizada y se inspira en la cosmovisión andina y en los elementos de la naturaleza.

    Pero lo que la hace diferente a otras son los diseños disponibles en el mercado, es que están hechos con materiales inusuales y se trata de una propuesta ecológica. Martha Lema es la propietaria y diseñadora. Ella utiliza piedras de río, pedazos de vidrio forjado, papel, retazos textiles, semillas y otros materiales reciclados.

    “En mi taller nada se desperdicia. Cada cosa que me encuentro tiene potencial para convertirse en una obra de arte”, cuenta sonriente Lema, de 40 años.

    Ella empezó a fabricar joyería desde su infancia. Elaboraba collares y pulseras que manufacturaba para combinar con sus prendas favoritas, y era muy diestra para las tareas manuales.

    Su pasatiempo favorito se convirtió en un negocio cuando en el año 2013 nació su nieta Karol. Su hija Valeria Mejía quería accesorios diferentes a los comunes para su primer retrato, así que juntas diseñaron pulseras tejidas, adornos para la cabeza y trajes de fantasía para la pequeña.
    Las piezas elaboradas en una tarde tuvieron un resultado inesperado. La joyería y accesorios eran tan vistosos, que pronto llamaron la atención de amigas y familiares de la familia, por lo que se convirtieron en sus primeras clientas.

    Así surgió la línea Bows and Flowers, especializada en joyería y accesorios para niñas. Las primeras ventas se hicieron por publicidad directa a conocidos y familiares, y luego se promocionaron en redes sociales.

    Los pedidos de la línea infantil motivaron a la emprendedora a publicitar también su línea de bisutería para mujeres jóvenes y adultas. El primer mes Lema elaboró collares y pulseras de papel y de semillas y, a pesar de que su técnica aún era muy rústica, logró vender seis juegos bisutería.

    Convertir pedazos de papel reciclado en piezas de joyería de alta calidad, no es una tarea fácil. Martha tarda entre dos y tres semanas en la elaboración de los collares más complejos. Su técnica consiste en crear una mezcla de contextura espesa para luego elaborar piezas geométricas, con las que arma su joyería.

    Para manufacturar sus primeros diseños esta emprendedora recogió todo tipo de materiales que pudieran lucir vistosos, como semillas de eucalipto y pino, piedras de río, pedazos de madera, vidrio, aluminio, entre otros objetos reciclados, por lo que su inversión inicial fue mínima.

    “Desarrollar la técnica para elaborar la joyería me costó varios meses de ensayos, experimentos y autocapacitaciones. Pero finalmente obtuve el resultado que buscaba, cuando lo logré supe que estaba lista para el siguiente paso”, cuenta Lema.

    Sus creaciones estaban inspiradas en la belleza de los objetos simples de la naturaleza a los que regularmente la gente no les prestaba atención, hasta que una nueva inspiración que la hizo considerar la realidad de las mujeres indígenas, surgió.

    Micaela Lema fue electa reina de Riobamba y se convirtió en la primera mujer indígena en ser electa para esa dignidad. Ella le habló sobre cómo las jóvenes empezaron a reemplazar sus trajes tradicionales por otros de la cultura occidental, y su proyecto para incentivarlos a amar su ropa originaria.

    La diseñadora se entusiasmó con el proyecto y así surgió su nueva línea andina. Los collares y pulseras que diseña guardan relación con los tonos de los bordados de las blusas puruhaes.
    Las piezas de esta diseñadora se volvieron populares entre las reinas de belleza y ahora incluso se envían pedidos a Reinas de la Amazonía.

    La meta de la marca ahora es la exportación. Los contactos para difundir las joyas en Estados Unidos e Italia ya se hicieron, y se espera que en el 2018 se inicien los envíos de sus diseños.

    Martha Lema es la propietaria y diseñadora de Joyas Artesanales Azur. Su taller está en Riobamba. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
    Martha Lema es la propietaria y diseñadora de Joyas Artesanales Azur. Su taller está en Riobamba. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
  • Las perlas permiten joyas atemporales y femeninas

    Ana Cristina Alvarado

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    Las perlas son la elección segura si de elegir joyería se trata. “Las perlas se adaptan a cualquier diseño y ocasión, por eso en realidad la persona que las usa es quien da la última palabra”, asegura Nicole Morillo, orfebre.

    En la década de 1920, Coco Chanel ya demostró que un collar de perlas era el accesorio perfecto para cualquier evento y Jackeline Onassis, ícono de los 60, siempre llevaba un collar de dos o tres filas de perlas, que resaltaban sus elegantes vestidos.

    Las perlas también son preferidas por las diseñadoras, pues la naturaleza las crea en diferentes formas, tamaños y colores.

    Esto inspiró a María Susana Rivadeneira, exmiss Ecuador, a crear una línea junto a la Joyería Guillermo Vásquez. “Todas las perlas barrocas son diferentes y preciosas. Así que la intención fue crear una línea como tributo a todas las mujeres del país”, indica la diseñadora de modas y empresaria.

    “Barroca”, como se llama la colección, cuenta con aretes, pulseras, collares y colgantes en los que se fusiona la imperfección natural de las perlas con la perfección del trabajo en oro. Está a la venta en las tiendas de todo el país de Joyería Guillermo Vásquez y en Vintage de Plaza Lagos.

    La diseñadora Nicole Morillo, por su lado, constantemente elabora ediciones únicas de joyas con perlas. En sus últimos trabajos busca darle más drama al diseño usando perlas de gran tamaño e incorporando piedras a la superficie de las mismas. Morillo publica y vende sus productos a través de sus redes sociales.

    La joyera María José Fábrega es más experimental. Prefiere usar las perlas para crear contraste con ciertos metales. “Por ejemplo, con tubos cuadrados negros, que rompen con la estética tan natural y orgánica que tiene la perla. También, me gusta transmitir su elegancia, ya que son clásicas pero versátiles”, señala.

    Fábrega, como es conocida la marca, vende sus productos en La Tejedora Distrito Creativo (Cumbayá) y a través de sus cuentas en Instagram y Facebook.

    María Susana Rivadeneira y Joyería Guillermo Vásquez crearon la línea Barroca. Foto: Cortesía
    María Susana Rivadeneira y Joyería Guillermo Vásquez crearon la línea Barroca. Foto: Cortesía
  • Cannes es la vitrina para las joyas más caras

    Agencia AFP

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    Además de cine, el Festival de Cannes es sinónimo de lujo y su alfombra roja constituye la vitrina ideal para los creadores de joyas, pero también un enorme desafío de seguridad para frustrar cualquier intento de robo.

    Durante los 12 días que dura la mayor muestra de cine del mundo, actrices, modelos y otras celebridades se exhiben frente a las cámaras con sus lujosos vestidos, sofisticados tocados y adornos de un valor astronómico.

    Para la alta joyería, hay mucho en juego. La exposición mediática es mundial y las redes sociales, se están convirtiendo en una ventana de publicidad cada vez mayor.

    La firma suiza Chopard, por ejemplo, es patrocinadora oficial del Festival, proveedora de la Palma de Oro – el grial del séptimo arte – y puso a disposición de las estrellas una colección de piezas exclusivas para la alfombra roja.

    Fawaz Gruosi, fundador y director artístico de De Grisogono, otra de las marcas que concurren en la “vitrina” de Cannes, explica que las estrellas se acercan hasta su “showroom” para elegir su complemento.

    La modelo Emily Ratajkowski, que posó la semana pasada con un muy fotografiado conjunto negro de encajes y transparencias, llevó unos pendientes negros de ónice, oro blanco y diamantes de la firma, también elegida por Pamela Anderson para unos pendientes de oro rosa y diamantes.

    La discreción aquí es reina y Gruosi se limita a explicar que empezó a trabajar habitualmente con estrellas gracias a Sofía Loren, a quien invitó cuando abrió su primera tienda en Ginebra en 1993.

    Con tanto lujo, la seguridad es un asunto de fuerza mayor.

    Las joyas no faltaron en el festival de Cannes. Fotos: Agencias
    Las joyas no faltaron en el festival de Cannes. Fotos: Agencias
  • Las joyas preciosas son su material de trabajo

    redaccion@revistalideres.ec

    Diseños con piedras preciosas como diamantes, esmeraldas, cuarzo o perlas que se personalizan al gusto del cliente para lucirlos como anillos o pendientes. Así define Saruka Rodríguez al su iniciativa Saruka Joyas.

    Esta manabita de 31 años comenta que la elaboración de estos accesorios es algo que lo lleva en la sangre por la habilidad que tiene con las artesanías hechas a mano. “Siempre me gustó hacer tejidos o punto de cruz, además elaboraba mis propias joyas”.

    Esta abogada de profesión exhibe los bosquejos de aretes, cadenas y pulseras en su taller que está en su departamento, en el norte de Quito. Esta emprendedora también estudia Negocios Internacionales en la Universidad Internacional, con la meta de hacer crecer su empresa y la marca.

    Saruka Joyas surgió en el 2010 con un capital de unos USD 15 000. Los primeros accesorios se realizaban de manera artesanal y se inspiraron en el estilo de su madre, Sandra Félix.
    En la actualidad Saruka Joyas presenta diseños en aretes, anillos, collares, pulseras y medallas para mujer; también tiene una colección infantil unisex y la línea masculina, que incluye collares y mancuernas; todas las joyas son trabajadas en plata y bañadas en oro, detalla.

    Ahora el emprendimiento se centra en la orfebrería con miras a posicionar la marca en el país y en el extranjero. Patricia Tinta es dueña del taller de orfebrería que está ubicado en Sangolquí,y en el que seis personas trabajan para la marca y le dan vida a los diseños de Rodríguez.

    Tinta señala que desde hace cuatro años la emprendedora les provee de las piedras como esmeraldas, agua marinas o amatistas; así como el soporte metálico e hilos. Estos insumos se compran en Tailandia o la India por ejemplo, con inversiones que sobrepasan los USD 1 500 cada mes. La elaboración de los accesorios en el taller de Tinta dura dos o tres días.

    El crecimiento de Saruka Joyas ha sido progresivo, explica la emprendedora. Hoy suma una cartera de 70 clientes frecuentes. Ivonne de Peña es una de ellas. Esta quiteña usa estas joyas desde hace cuatro años; hoy tiene diez juegos de joyas de Saruka.

    Este año, el emprendimiento tiene más metas: sacar nuevas colecciones. Además, se asoció a la tienda de ropa Colonaki ubicado en el Scala Shopping, en Quito, para posicionar sus joyas.
    El tema de las alianzas es uno de los planes para el posicionamiento de la marca de Saruka Rodríguez. Esto debido a que le permite abrirse hacia nuevos mercados. “Espero este año implementar este tipo de estrategia no solo en el país, sino en el extranjero” .

    También, mantendrá su plan de participar en distintas ferias y bazares en el país.

    Los datos

    Producción. Cada mes, el emprendimiento vende entre 70 y 80 joyas.
    Ventas. En promedio Saruka Joyas factura entre USD 5 000 a 10 000 mensuales.
    Engastes. Las joyas de plata también tienen baño de oro de 24 kilates.
    Envíos. Saruka Joyas ha enviado accesorios a clientes en Qatar, Francia y España.
    Valor agregado. Los modelos de esta diseñadora no se producen en serie.
    Canales. Las joyas se comercializan a través de sus redes sociales y página web.

    Saruka Rodríguez combina estilos y colores para dar forma a las joyas que ofrece  desde hace seis años. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Saruka Rodríguez combina estilos y colores para dar forma a las joyas que ofrece desde hace seis años. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Sotheby’s vende el diamante ovalado azul más caro de Asia

    Agencia EFE

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    La casa de subastas Sothebys batió el martes 5 de marzo del 2016 un nuevo récord al vender el diamante ovalado azul más caro de Asia, ‘De Beers Millennium Jewel 4’, una preciada piedra que se adquirió por USD 32 millones.

    El diamante pesar más de 10,1 quilates y destaca por la pureza e intensidad de su color y su exclusividad ya que, según la casa Sothebys, es uno de los alrededor de doce diamantes azules de más de 10 quilates que existen en el mundo.

    Estos diamantes son considerados unas de las piedras más genuinas ya que solo representan un pequeño porcentaje de las gemas de su categoría, de ahí que hayan adquirido un mayor protagonismo entre los coleccionistas en los últimos tiempos.

    El ‘De Beers Millennium Jewel 4’ recibe ese nombre por ser uno de los 12 diamantes que forman parte de la colección de la centenaria casa de diamantes londinenses De Beers.

    «El diamante es la estrella de la temporada de subastas de Sothebys, tanto por su potencial valor como por la exclusividad que representa», señaló a Efe Quek Chin Yeow, vicepresidente de Sothebys Asia, máximo responsable del área de Joyería en el continente, durante la presentación pública de la joya en Hong Kong a finales de marzo.

    En noviembre del año pasado, otro diamante azul, el apodado por su comprador hongkonés como «la luna azul de Josephine», en dedicatoria a su hija de siete años, fue subastado en Suiza por 48,5 millones de dólares (4 millones de dólares por quilate) estableciendo un récord mundial.

    El diamante ‘De Beers Millennium Jewel 4’ no ha sido el único que ha cumplido los pronósticos de venta durante la penúltima sesión de temporada de primavera de la casa londinese celebrada hoy.

    Un rollo de pergamino en tinta del artista chino Zhang Daqian fue adquirido este martes por USD 34,7 millones, estableciendo un precio inédito para una obra de un autor chino en una subasta.

    «Flor de melocotón de primavera», considerado uno de los trabajos más importantes de la última etapa de Zhang, es además la pintura china más cara vendida por Sothebys en Hong Kong, donde tiene su sede de subastas en el continente asiático, quintuplicando su precio inicial de salida, establecido en los USD 6,5 millones de dólares.

    Zhang Daqian (1899-1983) es considerado uno de los grandes de la pintura china de los últimos tiempos, con una prolífica carrera que se extendió por Argentina, Brasil, California y Taiwán.

    La oferta ganadora estuvo firmada por el magnate chino Liu Yigian, quien fundó, junto a su esposa Wang Wei, un museo en Shanghái donde el matrimonio alberga su extensa y exclusiva oferta artística mundial, entre la que se incluyen piezas como el «Desnudo reclinado» de Modigliani por el que pagaron más de 170 millones de dólares, la segunda obra de arte más cara de la historia, sólo superada en precio por «Las mujeres de Argel», de Picasso.

    La casa de subastas podría establecer nuevos récords en la sesión del miércoles, la última de la temporada, en la que se pondrá bajo el martillo un sello imperial utilizado por el emperador Kangxi, que ostentó el reinado más largo de China, desde 1661 hasta 1722 durante la dinastía Qing, y que parte con un precio de salida de USD 6,5 millones.

    La casa de subastas Sothebys vendió el diamante ovalado azul 'De Beers Millennium Jewel 4', por USD 32 millones. Foto: Agencias
    La casa de subastas Sothebys vendió el diamante ovalado azul ‘De Beers Millennium Jewel 4’, por USD 32 millones. Foto: Agencias