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  • La industria pesquera de exportación llega a este centro

    El Centro de Servicios para el Control de la Calidad (Ceseca), de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam), es una herramienta fundamental para la industria de los alimentos en Manabí. Los análisis microbiológicos, de histaminas y control medioambiental se realizan en las dependencias del Ceseca.

    En el interior del edificio de dos plantas, ubicado en el campus universitario de la Uleam, las 13 personas que laboran con dependencia directa lo hacen en medio de estrictos controles sanitarios.

    Leonor Vizuete es la directora del Ceseca. «Desde que empezamos, hace ocho años, la misión siempre fue hacer las cosas muy bien». En el Ceseca trabajan bajo las normas de calidad del ISO 17025.

    Vizuete asegura que la gestión de los profesionales de Ceseca no solo se limitan a recibir muestras en el laboratorio, el personal -de ser el caso- también se traslada a sitios donde amerita extraer muestras; por ejemplo, cuando se examina la calidad de aguas residuales y potable.

    En la actualidad, este laboratorio cuenta con equipos valorados sobre los USD 500 000. Además, realizó un convenio con el Gobierno central para adquirir aparatos con tecnología de punta, que serán utilizados en los análisis de productos que deben cumplir estrictamente con las regulaciones Inen.

    Este control se efectuará a productos cárnicos, lácteos, aguas bebibles y aromáticas, bebidas energizantes, entre otras. El costo de los nuevos equipos fluctúa en USD 1 044 300. Los trámites para su adquisición están en marcha.

    Antes de la existencia del Ceseca hasta el 2006, los análisis de muestras de los productos alimenticios, especialmente derivados de los mariscos, se realizaban en el Instituto Nacional de Pesca (INP) en Guayaquil. Ese trámite demoraba y además encarecía los costos. El Ceseca nació con el apoyo del Gobierno, de empresarios privados y además de la Comunidad Económica Europea.

    Marco Zambrano labora en una empresa empacadora de pescado ubicada en el eje económico de Manabí, entre Manta, Montecristi y Jaramijó. «Trabajamos desde hace cinco años con el Ceseca, no tenemos quejas. El trabajo es muy exigente pues nuestros productos son de exportación y deben cumplir altos estándares de calidad. La mayoría de análisis que requerimos que hagan en el Ceseca son los que tienen que ver con microbiología», indica Zambrano.

    Ceseca cuenta con la certificación la Corporación Internacional de Laboratorios. Este centro también cuenta con el reconocimiento del Organismo de Acreditación Ecuatoriana (OAE).

  • Coinav s.a. En su laboratorio confluyen simulación con biotecnología

    Dalia Montalvo (I), Redacción Sierra Centro / LÍDERES

    La empresa Corporación de Ingeniería Avanzada (Coinav) se formó hace dos años. Sin embargo, el proyecto se ideó en el 2006. Los hermanos Jorge Luis y Verónica Cepeda unieron sus carreras profesionales y crearon el emprendimiento.

    La fortaleza de Coinav es la simulación fusionada con la biotecnología. Se trata, explica Jorge Luis Cepeda, de un laboratorio designado. «Contamos con un documento de garantía que emite el Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro), porque tenemos un sistema de gestión de calidad».

    En la computadora de Jorge Luis Cepeda, el esquema de un autobús normal se destroza aparatosamente. La simulación del percance sirve para determinar los puntos débiles que tiene la estructura de un automotor.

    El ingeniero Carlos Acosta dice que realizar ensayos en autobuses no es fácil y no cualquiera puede lograrlo, ya que se requiere de un ‘back ground’ completo.

    Según el Gerente de Coinav, desde el 2013 hasta la fecha se han analizado 110 modelos de buses. Con los planos de las cabinas se hacen las simulaciones de las condiciones críticas de los armazones.

    Santiago Vargas, de la compañía Varma, cuenta que Coinav les ayuda con las pruebas de las estructuras y de impacto de los buses. Esta es una empresa que se ubica en Ambato, en donde se asientan la mayor parte de fabricantes de chasises para transporte pesado del Ecuador. «Su servicio es una ventaja para nosotros, ya que no tenemos que trasladarnos a otra ciudad para hacer este tipo de ensayos», comenta Vargas.

    Como una anécdota, Jorge Luis Cepeda cuenta que su apellido es similar al de algunos de los fabricantes de carrocerías. «Muchas veces nos confunden, pero no somos familia».

    Precisamente Víctor Hugo Cepeda, de las Carrocerías Cepeda, es uno de sus clientes. «Con ellos (Coinav), trabajamos en el cálculo y en las pruebas de volcamiento de nuestros productos. Enviamos los planos para que en Coinav se haga la verificación de la estructura de los autobuses». Explica que luego se emite un informe que va a la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) y «podemos homologar los modelos de los automotores».

    Gracias al software HyperWorks, desarrollado por la empresa estadounidense Altair Engineering, se analizan las sobrecargas de pasajeros y equipaje, los frenados, la aceleración, la fuerza del viento, las curvas, etc. Es decir, las cargas cuasiestáticas, porque el trabajo se desarrolla cuando el automotor no está en movimiento.

    La compañía familiar se inició con fondos propios: invirtió USD 10 000. La madre de Jorge y Verónica, Graciela Miranda, les ayudó con préstamos pequeños. Luego vinieron los créditos bancarios y los ahorros personales.

    Además, tuvieron que invertir en los estudios para sacar adelante la empresa. Solo ahí, añade Cepeda, «gastamos USD 50 000. Mi hermana y yo fuimos becados; a ella le ayudó Fulbrigth y a mi, el Tecnológico de Monterrey, de México».

    Cepeda destaca que su experiencia en el país azteca fue fundamental. «Después de que me gradué en la Espe, en Quito, conseguí una beca en el TEC de Monterrey para una maestría. Regresé y decidí montar Coinav».

    La información que se obtiene tras los análisis de la empresa ambateña tiene tres destinatarios. A los fabricantes se les explica el comportamiento de sus cabinas pero, nunca se les dice cómo pasar las pruebas y esa es la clave de la empresa.

    Los organismos de verificación del producto, que en este caso son las escuelas politécnicas Nacional y de Chimborazo, reciben el informe de Coinav y hacen su propio estudio. Eso sí, aclara Cepeda, se realiza unidad por unidad.

    El otro receptor es la autoridad: la Agencia Nacional de Tránsito. Ellos son los encargados de emitir la homologación de las carrocerías. Para ellos, la prueba de vuelco es la más importante.

    Cifras adicionales

    Las pruebas.   La firma ha realizado el análisis de un centenar de autobuses, principalmente de las fabricantes de chasises de la provincia de Tungurahua.

    Los servicios.  El período de análisis de la estructura de un bus tarda menos de dos semanas, en promedio.

    El Insignia

    Jaime Esteban Cepeda Analista en Simulación

    Mi experiencia en Coinav me ha servido para adquirir conocimientos sobre un nuevo software. La innovación que tiene el programa permite que el país se adentre en una nueva tecnología. Por medio de capacitaciones y ayuda de los dueños de la empresa pudimos conocer más sobre el software. La aplicación HyperWorks permite a la empresa diseñar y crear productos en 3D de manera eficiente.

    Soy ingeniero mecánico de profesión y trabajo un año y ocho meses en la empresa. Aquí he aprendido a leer y a entender lo que los constructores buscan con las estructuras de los buses. Con los planos se puede interpretar la tecnología que se usa en la construcción de chasises.

    «Uno de mis mejores recuerdos   es mi participación en la fabricación de un bus».

  • Más productos pasan por el laboratorio para certificar su calidad

    Redacciones Quito, Manta y Guayaquil

    Un total de 14 laboratorios evaluadores del cumplimiento de la normas de calidad nacionales, para los sectores de alimentos, electricidad, calzado y textiles, cosméticos, metalmecánica, juguetería y cerámica (vajillas), espera conformar el Gobierno hasta el 2016.

    Hace tres años nació el proyecto de Fortalecimiento del Sistema Nacional de Calidad, cuyo objetivo es conformar laboratorios que permitan evaluar que los productos, nacionales e importados, cumplan con los requerimientos en los reglamentos técnicos ecuatorianos.

    Ana Cox, subsecretaria de Calidad del Ministerio de Industrias (Mipro), explicó que en una primera fase, entre el 2011 y el 2013, se reforzaron unos ocho laboratorios de metrología del Instituto Ecuatoriano de Normalización (Inen).

    Luego, con el apoyo de universidades del país, iniciaron la conformación de los laboratorios de verificación de la calidad. Este año se inauguró el primero de ellos, destinado al control de la calidad de llantas reencauchadas, con el apoyo de la Escuela Politécnica Nacional (EPN).

    Dennis Zurita, subsecretario de Comercio y Servicios del Mipro, encargado del desarrollo de este proyecto, indicó que la entidad invirtió USD 300 000. Los técnicos de la EPN, por su parte, crearon las máquinas para el control.

    Cinco personas trabajan en este sitio en el que, además de los ensayos para llantas reencauchadas, se espera, más adelante, controlar las importadas.

    Alexandra González, encargada del lugar, explicó que ellos no entregarán las certificaciones de calidad sino que, tras las pruebas, se emitirán los informes para una verificadora. Intertec sería la empresa que se designe para entregar los certificados de conformidad.

    Como este proceso todavía no se lleva a cabo, el laboratorio no está operativo. Al momento, se encuentran trabajando con dos empresas (Llantera Oso y Eco Caucho) que, independientemente, pidieron un control de sus productos.

    Este no es el único laboratorio para el control de las llantas reencauchadas. En Guayaquil, la Escuela Politécnica del Litoral (Espol) maneja otro centro.

    En Manta, por su parte, se adecuó un centro especializado que pertenece a la Universidad Laica Eloy Alfaro (Uleam).

    Hugo Quintana, jefe del proyecto de Fortalecimiento, indicó que para este año esperan contar con un total de 11 laboratorios operativos. Dos de ellos estarían vinculados con bicicletas y textiles.

    Javier Díaz, representante de este último sector, afirmó que sí conocía del proyecto y que a través de este garantizarán la calidad del producto a los clientes.

    «Además, vamos a saber si lo que nos venden desde el extranjero es realmente lo que dicen», manifestó el dirigente.

    Asimismo, según el Gobierno, la presencia de los laboratorios hará más accesible la obtención de los certificados de conformidad de la calidad y, por parte del Inen, de reconocimiento. Todo esto permitirá a los importadores desaduanizar con mayor rapidez sus ítems.

    Tras la emisión, en diciembre pasado, de la Resolución 116 del Comité de Comercio Exterior (Comex), al control de importaciones, unos sectores se quejaron de la falta de laboratorios que entregan estos certificados y, por ello, la imposibilidad para desaduanizar sus productos.

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