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  • La medicina natural da vitalidad a Renase

    Redacción Quito

    Desde niño, Jaime Bolívar Rodríguez aprendió de su padre el uso medicinal de las plantas de la Amazonía ecuatoriana. Esas lecciones lo acompañaron toda su vida y, en 1986, a la edad de 50 años, fundó Renase Cía. Ltda., una pyme que produce y comercializa productos naturales de uso medicinal, alimenticio y cosmético.

    Renase comenzó con una inversión de 1 500 sucres, dinero que se invirtió en la compra de envases, etiquetas y materia prima. En ese año, un dólar se cotizaba en 95 sucres, según información del archivo del Banco Central del Ecuador.

    Para entonces, el negocio contaba con cinco productos; entre ellos, la sangre de drago y la hoja de guayusa que traían desde la actual provincia de Orellana.

    Rodríguez recuerda que entregaba sus productos a consignación, en cuanta tienda naturista encontrara. “No había muchas, pero hubo excelentes resultados y a los 15 días ya nos hacían más pedidos. Facturábamos hasta 200 sucres al mes”.

    Apenas tres años después, en 1989, este negocio aumentó su línea de producción y comenzó a distribuir propóleo. Se trata de un remedio natural usado para curar las afecciones de garganta, como la faringitis o la laringitis y aliviar resfriados.

    La innovación siempre fue un factor que destacó a este empresario, que no se limitó a distribuir la esencia pura del propóleo o la sangre de drago sino que convirtió esas esencias en polvo concentrado para poder encapsularlas y venderlas. Para 1996, contaba también con concentrados encapsulados de plantas medicinales como la uña de gato y la chancapiedra.

    “Los cambios no se hicieron de un día para otro, fue un trabajo que tomó su tiempo y esfuerzo”, comenta Alicia Apunte, esposa de Rodríguez.

    Adaptándose a los nuevos tiempos, en el 2002 decidieron invertir en tecnología. Compraron mezcladoras, una tapadora de frascos, balanzas de precisión, utensilios de control de calidad… Resultado de esta innovación comenzaron a producir champú y jarabes como el de zarzaparrilla, que no tiene un sabor amargo sino que sabe a miel.

    Renase facturó en el 2010 cerca de USD 181 000. Un año después, esta cifra alcanzó los USD 226 000 y, según Isabel, gerenta general de Renase e hija de Rodríguez, aspiran cerrar este años con una facturación de USD 250 000.

    Esta es una pyme familiar. “Mi esposa y yo comenzamos esta empresa cuando nuestra primer hija, Wendy, era muy pequeña. Isabel también era una niña, pero con el tiempo todas mis hijas se fueron incorporando”, comenta Rodríguez. “Ahora tenemos un equipo consolidado. Yo prácticamente me he retirado, ellas se encargan de todo y cuando me necesitan estoy para darles el soporte”.

    El trabajo en familia es agradable y productivo, pero para lograrlo “hemos aprendido a diferenciar los temas de la casa de los de la empresa”, asegura Angélica Rodríguez, la menor de las hermanas.

    Actualmente, Renase cuenta con una línea de 45 productos entre jarabes, suplementos nutricionales, cápsulas, champú, jabones. Antes de comercializarlos, cada producto debe pasar por los respectivos exámenes de toxicología y farmacología que realizan en laboratorios de Cuba.

    En el exterior se abrieron mercado desde el 2002, año en el que estrenaron su página web y llevaron su producto a los Estados Unidos, Canadá, Rusia, Italia Bélgica, España, México y Colombia.

    El aceite de hunguragua, utilizado para la detener la caída del cabello, es su producto estrella en el extranjero, asegura Isabel Rodríguez. También lo es la sangre de drago que ofertan en jabón, crema, champú y extracto en polvo.

    Magdalena Ramón, dueña de la cadena de tiendas naturistas ‘Natura’, distribuye los productos de este negocio desde sus inicio y lo recomienda. “La sangre de dragon es lo que más se vende en mis locales, su producto es excelente”.

    Para abastecer sus pedidos requieren de varios proveedores, entre ellos la empresa Ingeme, a la que compran unos 40 000 envases al año. Elizabeth Carranza, asistente de gerencia, destaca la puntualidad de Renase para sus obligaciones de pago.

    Medicina natural

    • En las perchas. Cada producto demora un promedio de un año en salir a la venta. En ese tiempo se hacen los exámenes farmacológicos.
    • Los productos. Todos los productos de esta empresa cuentan con registro sanitario. Renase cuenta con una línea de 45 productos de uso medicinal, alimenticio y cosmético.

  • Las cirugías se transmiten por la red a 12 facultades de Medicina

    Ivanna Zauzich / Redacción Cuenca

    Una cirugía que se realiza en el Hospital Vicente Corral Moscoso de Cuenca se transmite, en directo, a 12 facultades de Medicina del país que pertenecen a la Red Nacional de Investigación y Educación del Ecuador (Cedia).

    Esta iniciativa fue desarrollada por el Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación (IDI) de la Facultad de Ingeniería, de la Universidad de Cuenca. El equipo lo conforman Villie Morocho, como director de Investigación, Tatiana Muñoz, Yesenia Cabrera y Rosario Achig.

    Morocho relata que el proceso tuvo varias fases. En el 2008, los directivos del Hospital Vicente Corral adquirieron tres cámaras de video (panorámica, con un brazo giratorio y laparoscópica), entre otros equipos para grabar las cirugías.

    “Esa inversión bordeó los USD 400 000 y sin esos equipos no se hubiera podido desarrollar la siguiente fase. Es decir, crear la tecnología para transmitir audio y video a través de la red”, dice el Director de Proyectos del IDI.

    En septiembre del 2011, Morocho y su equipo plantearon el proyecto al Cedia y obtuvieron un financiamiento de USD 30 000 para desarrollar una plataforma de interconexión con la sala de cirugía y la red (una suerte de videochat), un sistema para integrar el audio al sonido y otro para capturar las imágenes.

    Achig indica que las operaciones “pueden transmitirse a escala internacional, solo se requiere que otras universidades se adhieran a la red de Cedia”.

    Al hablar sobre el funcionamiento del sistema, Cabrera explica que es sencillo. El primer paso es que el paciente firme un documento en el que permita que su cirugía sea grabada. Eso sí, “durante la operación no se filma el rostro, ni se revelan sus datos por confidencialidad”. Solo se da información respecto de la condición clínica del paciente.

    El segundo paso, dice Cabrera, es que los estudiantes de las 12 facultades de Medicina de la Cedia abran una cuenta en la página de la institución educativa, en la que ingresan su nombre, correo electrónico y una clave. De esa forma acceden a la operación desde la intranet que integra a estas universidades.

    Para Gerardo Feicán, médico del Hospital Vicente Corral, esta tecnología es positiva porque los estudiantes aprenden de una manera práctica. Esto, sin asistir a la cirugía, que es difícil de planificar por el espacio limitado y la asepsia que hay que manejar en esos lugares.

    En octubre pasado se transmitieron dos cirugías a través de este mecanismo. Uno de los espectadores fue Eduardo Fernández, docente Investigador de la Universidad Regional Autónoma de los Andes (Uniandes), con sede en Ambato.

    Para este catedrático, esa herramienta tecnológica está orientada a mejorar el proceso educativo y formación de los estudiantes de Medicina. “Es increíble ver la operación y preguntar a los médicos, a través del videochat, mientras operan”, dice Fernández.

    Algo similar opina Ángel Tenesaca, coordinador de Investigación del área de posgrados de Cirugía de la Universidad de Cuenca. Él destaca el trabajo del equipo del IDI, que utilizó las Tecnologías de la Información y de la Comunicación para mejorar las clases de Medicina.

  • Más inversión en salud ocupacional

    Redacción Guayaquil

    El cuidado de la salud es esencial para Veris. Se trata de una empresa que renovó su imagen a inicios de este mes, pero que lleva 15 años en el mercado ecuatoriano. Antes se denominaba Punto Médico Familiar, pero desde el 1 de abril cambió su logo y su nombre.

    Veris presta asistencia médica y farmacéutica al público en general, pero en los últimos cinco años la firma se ha centrado en un nuevo nicho. Se trata de la prestación de servicios y asesoría médica a las empresas. Las organizaciones -según el artículo 7 del reglamento del Código de Trabajo, que se refiere al Funcionamiento de los Servicios Médicos de las Empresas- deben tener instalaciones de servicio médico.

    A partir del 2008, esta firma se concentró en la prestación de atención médica empresarial, y en ese año, recuerda Jorge Andrés Wills, gerente General, cuatro empresas se interesaron en los servicios de Veris. Actualmente, la empresa tiene 100 dispensarios médicos en compañías dedicadas a la actividad petrolera, minera, de servicios, comercial, de telecomunicaciones, entre otras.

    Las necesidades de las compañías se evalúan de acuerdo con la actividad y los riesgos. Los profesionales que laboran en esos dispensarios también tienen la responsabilidad de realizar campañas de salud para prevenir enfermedades, evitar riesgos en el trabajo, desparasitación y actividades para minimizar el estrés.

    Los chequeos ocupacionales para los trabajadores de las empresas también son exigidos por el Código del Trabajo. Entre los más comunes están los del colesterol, sangre y oftalmología. Estos servicios comúnmente son solicitados por las empresas que tienen en su nómina, menos de 100 colaboradores, aunque existen otras que adquieren coberturas de salud.

    Veris presta servicios en 24 especialidades además de imágenes de diagnóstico y terapia física. En el 2012 realizó 380 000 consultas médicas en sus 10 centros de atención en las ciudades de Quito, Guayaquil y Cuenca. Varios de estos centros están ubicados en los centros comerciales de mayor concurrencia.

    Para Wills, esta es una nueva tendencia en el país. La inversión de esta compañía es de USD 5 millones para este año, pero también prevé invertir 15 millones en la construcción de una clínica, en la ciudadela Kennedy (norte de Guayaquil).

    Las citas médicas se las realiza mediante un call center. Edith de Sánchez usa los servicios de esta empresa hace una década. «Me hago atender aquí, porque es económico y la atención es inmediata. Encuentro desde el examen que tengo que hacerme hasta la pastilla que debo tomar», indicó.

    Mirna Loor llegó la semana pasada a una de las agencias de Veris en Guayaquil (Mall del Sol) en busca de un tratamiento para la gastritis. «Es la segunda vez que voy a usar el servicio». Afirma que le atrae el servicio inmediato y el prospecto de no tener que hacer largas filas.

    Alrededor de 250 médicos atienden en los centros de asistencia médica. En el 2012 se realizó en esos sitios unos 800 000 exámenes de laboratorio y 150 000 imágenes diagnóstica.

    Para el 2013, la firma se planteó como objetivo la creación de dispensarios médicos en más de 500 empresas, y en dos años espera abrir centros de atención en tres ciudades más.

    Para Jorge Andrés Wills, el objetivo de Veris es convertirse en un referente de la salud general y empresarial.

  • Las buenas prácticas aún no se consideran a la hora del registro

    Los procesos

    En febrero pasado la emisión del Reglamento de Registro y Control Sanitario de Alimentos abrió esperanzas al sector industrial de reducir el número de trámites que implica el Registro Sanitario. Esto porque en su artículo 22, numeral 14, establece que para aquellas empresas que cumplan con Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) la emisión del registro sanitario de sus productos durará solo 72 horas.

    Hoy las industrias deben obtener un registro por cada producto. Pero tras el reglamento se estableció la posibilidad de que pueda expedirse este certificado por línea de producción. Por ejemplo, una empresa debe sacar un registro sanitario para un queso fresco y otro si añade especias a ese producto. Con el reglamento ya no sería necesario, pues ambos productos están dentro de la misma línea de producción, en este caso quesos.

    Las BPM son un requisito con el que deben contar las empresas de alimentos y las farmacéuticas, algunas hasta fines de este mes y otras hasta noviembre del 2014, para garantizar la calidad de sus productos. Para ello, las empresas han realizado importantes inversiones.

    «Esperábamos tener algún beneficio pero esto no ha sucedido, los trámites de registro sanitario hasta ahora no han hecho ninguna discriminación para los que tenemos BPM, comenta Edison Romo, gerente de la empresa de producción de carnes Macafri, que ya obtuvo el certificado BPM. Dice que otro Reglamento para viabilizar esto aún está en trámite.

    Cereales Andinos es otra empresa que implementó las BPM el año pasado. Su gerente, Guillermo Tapia, cuenta que esto no le ayudó a obtener dos registros aprobados a inicios de este año.

    En un comunicado, la Arcsa señaló que precisamente están en un proceso de socialización de la reforma.

    Qué son las BPM Las buenas  prácticas de manufactura constituyen el factor que asegura que los productos se fabriquen en forma uniforme y controlada.

    Incluye no solo inversión en nueva maquinaria sino en capacitación de personal.

    41 empresas de alimentos han obtenido hasta ahora el certificado de Buenas Prácticas de Manufactura.

  • Alfalfa y hortalizas fortalecen a esta idea

    Redacción Guayaquil

    Para desarrollar la fábrica de Ieku Greens se destinaron USD 2,5 millones. La planta diseñada por Romeo Almeida, un jubilado del sector de los balanceados para la agroindustria, está ubicada en Durán, al noreste de Guayaquil y produce anualmente -desde el 2010- más de 70 000 frascos de productos nutricionales a base de alfalfa y de una docena de hortalizas.

    Luego de llegar a los 70 años de edad, Almeida se negó a dedicarse a descansar tras décadas de trabajo e impulsó la iniciativa que había venido gestando desde hace 20 años: usar las bondades de los vegetales e incluirlos de alguna manera en la dieta de las personas, pese a que el ritmo de vida no considere el espacio para grandes ensaladas verdes.

    Ahora sus productos se comercializan en cadenas farmacéuticas y centros nutricionales. Las bases de los productos son vegetales como brócoli, acelga, espinaca, perejil, apio, orégano, ajo y sábila.

    En el desarrollo del producto es clave la gestión con agricultores de Chimborazo y Cañar, porque se requiere de plantas cultivadas de manera orgánica, es decir, que no hayan sido tratadas con agroquímicos, como fertilizantes y pesticidas, que serían nocivos en el producto final.

    Almeida se familiarizó con el uso de los vegetales cuando mantenía una fábrica de balanceados para la industria camaronera, a mediados de la década de 1990.

    Con la llegada de la crisis al sector camaronero, derivada de la ‘mancha blanca’, Almeida empezó a incluir en sus recetas alfalfa y matico. El resultado obtenido era que los mariscos mejoraban su resistencia a la plaga y la mortandad disminuía.

    Luego de dos décadas, en el 2010, Almeida comenzó a elaborar los primeros ensayos finales de sus cápsulas para consumo humano. Entre los avales de calidad del producto consta el permiso para la comercialización de estos productos en los EE.UU., otorgado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).

    Actualmente, las ventas de Ieku Greens bordean los USD 4 000 al mes; además Almeida y su equipo se han enfocado en la mercadotecnia del producto. Los directivos indican que este aspecto es fundamental y reconocen que fue desatendido en las primeras etapas de este emprendimiento familiar.

    «Me tardo tres horas en producir, pero seis horas en limpiar los equipos. Queremos ampliar nuestro mercado basándonos en los resultados buenos que surgen de quienes compran el producto».

    Una de los clientas es María Soledad del Campo. Ella adquiere estos suplementos nutricionales hace más de dos años y recuerda que lo empezó a consumir luego de estar internada a consecuencias de una grave anemia. «A medida que iba tomando las cápsulas de Ieku Greens, mis exámenes de sangre iban revelando como poco a poco que desaparecía la anemia», comenta la mujer.

    Con ella concuerda Rocío Dávalos, quien conoció el producto gracias a unas muestras gratis. Ella consume las cápsulas de Ieku Greens hace un año y afirma que en un mes de ingerir una diaria su anemia desapareció. Hoy adquiere mensualmente un frasco de 60 cápsulas en la cadena de Farmacias Fybeca. «Te da animo y fuerzas, y estoy activa todo el día», comenta.

  • Los trámites se agilitan pero el 46% de ellos no concluye

    Demoras

    De enero a octubre de este año, la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitario (Arcsa) ha tramitado 5 315 solicitudes de registro sanitario para alimentos, cosméticos, productos de higiene doméstica y personal, medicamentos y otros. De estas, casi la mitad de casos (esto es, 2 436) no ha podido concluir el trámite, según datos de la Arcsa.

    El ente explicó que entre las razones para que estos procesos estén detenidos están que deben cancelar sus órdenes de pago para continuar con el proceso, otros deben salvar observaciones por documentación incorrecta, otros están en proceso de análisis técnico y unos más desistieron del trámite voluntariamente.

    Harold García, director de Marketing de The Natural Nutrition Foods, dice que solicitó este registro para dos productos en abril pasado, pero el trámite tardó ocho meses. «La emisión es lenta».

    La Arcsa dijo que las demoras se remiten a procesos anteriores que ingresaron con el sistema manual. Aunque este sistema está siendo sustituido paulatinamente desde hace siete meses por una Ventanilla Única Ecuatoriana (VUE), aún hay carpetas en trámite manual.

    Los interesados en obtener un registro desde ahora pueden ingresar a la VUE, disponible en la web, desde cualquier parte del país o del mundo. En esta página se ingresa la solicitud y los documentos de respaldo escaneados.

    La VUE empezó a funcionar hace siete meses con el sector de cosméticos cuyo tiempo de trámite se redujo a dos días en promedio. El sector de alimentos se viene implementando desde hace cuatro meses y su trámite se ha reducido a 17 días en promedio. Los procesos digitales para medicamentos y otros tienen menos de un mes de implementación, por lo que todavía existen demoras.

    Los sectores de medicamentos son precisamente los que mayores problemas presentan. John Figueroa, quien realiza trámites de registro sanitario para varias empresas, cuenta que con el nuevo sistema el ingreso de documentación y las observaciones a la solicitud se han agilitado. «Ahora se demora en 21 días en promedio si la documentación está completa». Sin embargo, a veces se cuelga la página y eso genera problemas. Lleva ya casi un mes esperando un registro sanitario de varios fármacos, pero no ha tenido respuesta, aunque reconoce que el tema de cosméticos está más ágil.

    Nataly Sotomayor, representante técnica de varias empresas alimenticias del país, cree que además falta personal e información. Los trámites para el registro para alimentos tardan entre 15 días y dos meses a través de la VUE, dice.

    La Arcsa anunció que trabaja en capacitaren el uso de la herramienta y en los próximos días ingresará nuevo personal.

    Carmen Robayo de Hidalgo, jefa del Área Regulatoria del Estudio Bustamante & Bustamante y quien labora más de 25 años en estos trámites, cree que el Registro Oficial sí ha sufrido un cambio radical el último año.

    Cree que el trámite está más fluido y destaca, por ejemplo, la homologación. Antes un producto extranjero debía obtener un registro pese a ya contar con uno en su país de origen. «Ahora ya no».

    Aunque sostiene que falta un canal de comunicación con los usuarios que tienen dudas del proceso.

  • El registro sanitario para productos da un salto, pero…

    Mónica Orozco, redactora

    El tiempo que demanda obtener el Registro Sanitario, un documento clave para comercializar los productos en el país, se redujo este año, aunque todavía no alcanza a cumplir con los 15 días que establece el artículo 7 del Reglamento a la Ley Orgánica de Salud.

    La falta de este documento genera costos para los importadores, ya que les impide sacar su mercadería de Aduana. Para los productores locales significa un menor desarrollo de productos y, por ende, menor expansión de sus negocios.

    Las trabas de este trámite también golpea al consumidor, sobre todo en el tema de medicamentos, pues si un fármaco no tiene registro sanitario no puede ser comercializado.

    Obtener un registro era una «carrera llena de obstáculos», según describen empresarios consultados. Hasta inicios de este año, los documentos eran ingresados físicamente en las oficinas del entonces Instituto Nacional de Higiene, hoy Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa).

    La pérdida de documentos o errores en la revisión de la información generaban retrasos de hasta ocho meses en la emisión de estos certificados, mientras en otros países como Colombia tarda 15 días en promedio, según empresarios consultados.

    Los empresarios llegaron a presentar carpetas de colores con la esperanza de que ello ayude a identificar sus procesos entre las más de 11 000 procesos que anualmente se tramitan en la actual Arcsa, que cuenta con poco personal para atender las causas: 26 técnicos.

    La lentitud en los trámites fue cuestionada por el propio presidente Rafael Correa. La entidad empezó hace siete meses un proceso para agilitar el trámite.

    Para ello implementó una Ventanilla Única Ecuatoriana (VUE), donde se debe llenar un formulario de manera electrónica y subir al sistema los documentos de respaldo escaneado en formato PDF, tanto para los productos de fabricación nacional como para los productos de fabricación extranjera.

    Aunque hay avances los empresarios dicen que aún no se cumple el plazo de ocho días ofrecido por el Gobierno, pues el tiempo de espera es de entre uno y dos meses según el producto.

    Por su parte, el Arcsa señaló que el sistema se ha aplicado por fases y la reducción de tiempos ya se puede observar en el segmento de cosméticos donde el trámite hoy tarda 48 horas en promedio.

    Los empresarios tienen expectativas de que los trámites mejoren con este sistema, aunque señalan que aún debe mejorarse en la comunicación sobre el estado de los trámites y capacitar a los usuarios. Sobre esto último, el Arcsa dijo que trabaja para fortalecer esto y en los próximos días ingresará nuevo personal para reforzar esta actividad de VUE.

    Cosméticos
    – El plazo.
     La digitalización del trámite inició hace siete meses. Según la Arcsa el tiempo promedio para las notificaciones sanitarias es de 48 horas. Pero, según empresarios, hay casos que tardan un mes aún.

    Alimentos
    – El plazo.
     El proceso para digitalizar el trámite para estos productos arrancó hace cuatro meses. El tiempo promedio es 17 días, según la Arcsa, aunque empresas dicen que en algunos casos tarda dos meses.

    Medicamentos
    – El plazo.
     La digitalización del trámite para estos productos apenas empezó hace un mes y aún está en proceso de implementación. Este es uno de los trámites que más tardaban, hasta seis meses.

    Otros productos
    – El plazo.
     En artículos sanitarios, productos naturales, etc., la implementación de la ventanilla única para digitalizar el trámite tiene menos tiempo de ejecución, por lo que aún hay demoras.

    Lea más noticias sobre este informe:

  • El número de trámites se redujo con el fin de agilitar el registro

    Procesos

    Una de las principales quejas del sector industrial respecto al proceso de obtención del Registro Santinario es el número de trámites.

    Según información de la (Arcsa), la obtención del registro pasa hoy por seis pasos que empieza con la revisión administrativa (documentos correctos y completos). Si está correcta se emite la orden de pago, pero esto no siempre sucede, por lo que las carpetas entran a un proceso de observaciones y corrección.

    Para agilitar esta parte, la Arcsa implementó un sistema de revisión previo que facilita realizar las observaciones por una sola ocasión. Antes, estas se realizaban varias veces, lo cual demoraba más el proceso. Finalmente, hay una etapa de consolidación de informes de revisión técnica y legal antes de emitir el certificado de registro sanitario.

    Según algunas empresas, el trámite se demora porque el Arcsa realiza análisis en laboratorios de las muestras, pero existen pocos en el país. El ente aclaró que este requerimiento fue eliminado y, por tanto, tampoco exige el certificado de análisis. Con ello, ya no se requiere el uso de laboratorios. «Al ex INH (Instituto Nacional de Higiene) no se envía ningún trámite», contestó el ente por escrito. Con el proceso de registro por Ventanilla Única Ecuatoriana (VUE) se han eliminado documentos como los legales (copia de cédula, de RUC, etc. También se eliminaron los certificados de análisis de materias primas y productos terminados por ser un proceso documental, las muestras de estándares y sus certificados de análisis.

    Hugo Bustos, presidente del sector Alimenticio de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha y presidente de Helados Coqueiros, destacó que el trámite sí se ha simplificado, pero dice que el problema no está dentro de los plazos establecidos.

    Se requiere que la información fluya en doble vía. «Arcsa puede pedir información y nosotros debemos suministrarla como empresarios. Si no hay claridad en el pedido de esa información o del lado privado se entrega incompleto eso genera demoras».

    Pasos 1. Revisión de documentos, si son correctos pasar al paso 4, caso contrario al 2. Envío de observaciones.

    3. Salvada de observaciones.

    4. Emisión de orden de pago.

    5. Consolidación de informes de revisión técnica y legal.

    6. Finalmente, emisión de registro sanitario o certificado.

  • «Soy testigo del crecimiento de esta empresa»

    Paola Márquez Asistente Contable y del área de Gerencia

    La Insignia

    Me gusta ser parte de esta empresa familiar porque hay un buen ambiente de trabajo, eso es importante. Yo entré a trabajar aquí hace unos nueve años más o menos, y he visto como ha ido cambiando la planta, he sido testigo del crecimiento de esta empresa ecuatoriana.

    También soy cliente de la empresa, he probado los productos de la línea para bajar de peso y sé que son buenos.

    Trabajo en el área contable y también soy asistente de gerencia. Hasta ahora me ha ido muy bien, porque mi jefa, la señora Pilar, es una buena persona, es del tipo de jefa que se convierte en tu amiga, conversa con sus empleados siempre con respeto y apertura.

    «Me gusta ser parte de esta empresa familiar  porque hay un buen ambiente de trabajo»

  • HCK. Hospital Clínica Kennedy

    Por Wilson Jácome. Profesor IDE Business School

    La Clínica Kennedy se caracterizaba por ofrecer servicios de calidad, por contar con personal que trabaja a gusto, y gozar de un prestigio de atención médica muy elevado. En aquel año, 1995, Teófilo reflexionaba sobre el reto de mantenerse al día en los avances tecnológicos de la salud, a la vez que se agigantaba en su mente el hecho de que administrar una entidad médica privada siempre tendrá la barrera del factor económico.

    Había que plantear las estrategias adecuadas para los años venideros a la vez que se tenían que resolver los problemas internos que se presentaren y, además, tener en cuenta que el sector de la medicina se volvía cada vez más competitivo.

    Para mantenerse como protagonistas del sector se debía perfilar un plan de acciones prioritarias para la mejora de los servicios, sobre todo en aquellos aspectos de interacción con los pacientes.

    A continuación, en la serie de Casos Empresariales, presentamos una versión resumida de una experiencia relacionada con la Dirección de Operaciones.

    Los inicios de HCK y su desarrollo

    En los setenta se inició, en Guayaquil, la urbanización del sector conocido como ‘Kennedy’, y uno de los primeros edificios del sector fue el de la Clínica que lleva el mismo nombre.

    La Clínica empezó en 1977 con un préstamo bancario de 20 millones de sucres. Las operaciones se iniciaron con la emisión de 1 000 papeles accionarios por el valor de 20 000 sucres cada uno, los beneficios extra para los accionistas consistían en la provisión de servicios de salud a mitad de costo para él y hasta para 4 familiares. El fundador de la Clínica, Teófilo Lama, se encargó de vender 400 de los documentos accionarios.

    Aunque la Clínica no es una institución universitaria, siempre se ha hecho investigación comparativa, retrospectiva y antropomórfica. Se analiza cómo tratar a los pacientes. Tiene biblioteca de consulta, y siempre se han auspiciado reuniones y congresos profesionales. Editan también varias publicaciones.

    En 1999 abrieron el Hospital Clínica Kennedy Alborada (en la ciudadela del mismo nombre), y el 2006 inauguraron un tercer hospital, la Clínica Kennedy Samborondón. En el 2006 también iniciaron un proceso de integración en línea de la historia clínica de los pacientes de todo el grupo hospitalario, y crearon la Historia Clínica Electrónica.

    La salud en 1995

    En Ecuador existían centros hospitalarios gratuitos administrados y financiados por instituciones públicas y privadas (la Junta de Beneficencia de Guayaquil, por ejemplo). Existían servicios financiados por los trabajadores y administrados por una entidad pública (IESS). Existían entidades hospitalarias privadas. Finalmente, las FF.AA. sostenían sus propios hospitales.

    No existían centros hospitalarios manejados por universidades. En Quito y Guayaquil se ubicaban los centros hospitalarios importantes. Era conocido públicamente que todos los centros administrados por entidades públicas sufrían de baja productividad, dudosa calidad en sus servicios, problemas financieros. El Ministro de Salud, en febrero de 1995, decía que «gobierna una cadena de hospitales en la miseria».

    Los centros hospitalarios privados eran iniciativas de tamaño pequeño, muchas de ellas con escaso crecimiento. En Quito destacaban: el Hospital Metropolitano, la Clínica Pichincha. En Guayaquil, destacan el Hospital Clínica Kennedy, la Clínica Alcívar, entre otros.

    La difusión de seguros de salud privados era muy poco apreciable y la población que no tenía suficientes recursos tenía pocas posibilidades de escoger un centro hospitalario.

    El servicio

    En un hospital, ya sea que los pacientes lleguen por emergencia, o por tratamientos que requieren hospitalización programada, o tratamientos ambulatorios, ellos sienten la presión del dolor. A su angustia se añade la preocupación de los familiares, lo cual puede alterar los comportamientos normales, llegando incluso, en ciertos casos, a tomar actitudes de reclamo y violencia; tanto así, que en los primeros años de la clínica, el personal terminaba en lágrimas por los fuertes reclamos de clientes.

    En particular, en 1995, tenían muchos líos al momento de brindar el servicio a los clientes apadrinados por alguna institución pública o privada, puesto que no querían respetar los procedimientos administrativos establecidos. Esos pacientes referidos sentían al mismo tiempo el respaldo de su empresa u organización y la inseguridad del alcance de ese respaldo. Algunos habían sido tratados previamente en los hospitales del IESS y llegaban en situación crítica, pero con expectativas sumamente grandes.

    Con los pacientes referidos había ocasiones en que el personal administrativo no sabía cómo actuar: ¿»si autorizo un gasto o el uso de una pinta de sangre, quién pagará»? A veces el trámite administrativo se volvía muy pesado mientras el paciente esperaba todas las autorizaciones o la llegada de un representante de la empresa afiliada, referente, etc.

    El proceso clínico

    Édgar Lama, quien en 1995 ocupaba el cargo de director técnico de la Clínica Kennedy (actualmente desempeña las mismas funciones, pero para todo el Grupo Hospitalario Kennedy GHK), comentaba que «Existían tres formas de acceder a los servicios de HCK: como paciente particular, como paciente de emergencia o como paciente transferido». En el proceso de admisión, todo paciente era recibido por el personal de orientación al paciente y de relaciones públicas.

    Al ser internado, el paciente podía escoger entre cuatro tipos de habitación (suite especial, suite, habitación privada o no privada), lo que significaba distintos servicios complementarios (televisión, ‘salita’ previa, etc.); pero siempre y para todos, por igual, el mismo servicio de atención médica, de comidas, de limpieza. Una vez ingresado el paciente (cliente) se sometía a pasos tales como: Procedimiento para servicios de medicina general, servicios de cirugía, servicios de ginecología, servicios de pediatría, entre los más importantes.

    Todo paciente al ingresar recibía un instructivo acerca del hospital.

    En el instructivo aprendía cómo proteger sus pertenencias de valor, qué servicios podía solicitar, cómo reconocer a las distintas personas que laboraban en HCK: enfermeras, auxiliares, personal de limpieza, etc.

    Preguntas del caso Inquietudes.  1) ¿Cómo hacer más fluidos, satisfactorios y amablemente humanos los tratamientos y los contactos con el paciente y sus allegados? 2) ¿Cómo se pueden bajar costos sin afectar la calidad y seguridad de los pacientes? 3) ¿Qué tan importante es invertir en la formación del personal?

    El Grupo hospitalario

    Actualmente, ya no es solo un hospital, son tres hospitales estratégicamente ubicados y forman el Grupo Hospitalario Kennedy, cuentan con un staff de 400 médicos especialistas, y con tecnología de punta.

    El primero de los hospitales, la Clínica Kennedy (HCK), cuenta con 125 camas hospitalarias de tipo suites, privadas y semiprivadas; 10 salas de Cirugía para especialidades, 10 camas en la Unidad de Cuidados Intensivos. Sus instalaciones abarcan un área de 16 000 m2. Tiene la categoría de hospital universitario a través de sus programas de posgrado en anestesiología y laboratorio clínico.

    El segundo hospital es la Clínica Kennedy Alborada (HCKA), cuenta con 74 camas hospitalarias, 7 salas de Cirugía, 9 camas de Cuidados Intensivos, todos los demás servicios médicos de alta complejidad que se requieren.

    El tercer hospital es la Clínica Kennedy Samborondón (HCKS), con 13 camas hospitalarias, 5 salas de Cirugía, 6 cubículos en la Unidad de Cuidados Intensivos, y demás servicios que lo convierten en un ícono de la tecnología y modernismo hospitalario. También, el GHK, cuenta con 9 unidades de Cuidados Intensivos móviles, programas de cooperación para cobertura aérea que complementan con sus helipuertos.

    Responsabilidad plena y social

    El GHK no solo está pendiente de los avances tecnológicos y de la mejora continua en el servicio médico, también mantiene compromisos con la sociedad y el medioambiente a través de fundaciones y programas varios: La Fundación para la Ciencia y la Salud. Creada en 1992, como apoyo en la investigación, trasplante de órganos y conformación de grupos humanos dedicados a la labor social.

    La Fundación Cardiológica Cristo del Consuelo. Desde 1985 ofrece gratuitamente sus servicios a niños de escasos recursos económicos con problemas cardiovasculares, a las vez que las Damas Voluntarias realizan eventos y colectas para los gastos médicos de los niños operados También, junto a un sacerdote voluntario en una comunidad rural, ha realizado jornadas médicas gratuitas en donde se han realizado 130 cirugías.

    El Manejo de Desechos Hospitalarios. Siempre buscan la minimización de residuos, y la racionalización del consumo de energía y agua. Tienen un comité para el manejo eficiente, control operativo, seguridad y seguimiento ordenado de los desechos hospitalarios. Capacitan periódicamente al personal respecto al manejo de los desechos, y realizan diagnósticos anuales de la situación.