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  • Las mipymes aprenden a ser sostenibles

    Pedro Maldonado

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    Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que quieren ser sostenibles tienen un gran desafío por superar: combinar rentabilidad financiera, políticas ambientales e impacto social. El reto es grande dada su naturaleza y la estructura que difiere en recursos y tamaño frente a las grandes empresas.

    En el Ecuador existen mipymes que poco a poco toman conciencia de lo que implica ser sostenibles. Estas trabajan de cerca con sus proveedores, sus consumidores, así como con sus trabajadores y toda la cadena de valor. Un ejemplo de esta tendencia es Pacari, la firma que produce y exporta chocolates elaborados con cacao orgánico.

    Santiago Peralta, el fundador de Pacari, está consciente de que la sostenibilidad abre mercados y genera un negocio diferenciador. Esta empresa trabaja con cerca de 3 500 agricultores de cacao orgánico en Esmeraldas y Napo.

    Para Peralta, el asunto es claro. “Si no se hacen bien las restas y las sumas, si no se manejan bien los recursos económicos, todo el proceso sostenible de una empresa corre peligro”. Además, asegura que la sostenibilidad económica tiene que ser generada por la propia empresa, sin esperar ayuda ni del Estado, ni de una organización no gubernamental. “No debemos esperar ningún subsidio”.

    Una de las estrategias de Pacari es apostar por productos orgánicos. Ese valor agregado, dice Peralta, les permite llegar a países de América, Europa y Asia con un producto premiado en Londres, Nueva York, España y otros países. El retorno está en el crecimiento de la empresa y en el aseguramiento de trabajo y precios justos a los proveedores, es decir a los agricultores que trabajan con cacao orgánico. Por todo esto, Pacari está en proceso de obtener una certificación de empresa B (ver nota inferior).

    No obstante, el camino hacia la sostenibilidad es largo, no solo en Ecuador, sino en toda la región, según el argentino Hugo Kantis, director del Programa de Desarrollo Emprendedor (Prodem) e investigador de temas empresariales.

    Kantis asegura que al hablar de Mipymes sostenibles aún hay más interrogantes que evidencias. “Estamos al inicio de la sostenibilidad. Todavía tiene que pasar mucha agua bajo el puente”.

    Para Xavier Ordeñana, catedrático e investigador de la Espae Graduate School of Managemet, el tema de sostenibilidad es complejo. “La mortalidad de las empresas es muy alta en especial en las pequeñas y medianas”.

    Según datos del Global Entrepreneur­ship Monitor Ecuador 2015, el reporte que mide la actividad emprendedora, el 25,9% de negocios nacientes en el país dura menos de tres meses y solo el 9,8% supera los tres meses y se mantiene hasta cumplir tres años y medio.

    El triple impacto es la meta que se persigue bajo este modelo

    Empresas B. Este es el nuevo concepto que va ganando espacio en el mundo de los negocios. Esta clase de organizaciones se desenvuelven buscando lo que Hugo Kantis, de Prodem, llama el triple impacto o preocupación por la gente, por el planeta y por ser rentables.
    Este especialista en temas empresariales señala que es deseable que aparezcan empresas y jóvenes emprendedores que se plantean cómo responder ante necesidades sociales siendo rentables.

    Se trata de una redefinición del éxito empresarial, dice Michelle Arévalo-Carpenter, cofundadora de Impaqto, organización ecuatoriana que cuenta con la certificación de Empresa B. “El tema de fondo -dice- es dejar una huella positiva en la sociedad”.

    Sobre la evolución de esta clase de empresas Kantis acude a su experiencia y prefiere ser prudente. “Hay una ola de optimismo grande en terminos de que la tendencia va a forzar que esto de las empresas B sea la norma el día de mañana. Ojalá esto suceda, pero seamos cautelosos con no generar altas expectativas, porque el juego de los negocios y el mercado a veces tiene criterios más duros”. El representante de Prodem cree que puede ser un asunto generacional, pero sobre todo depende de del sector y la propuesta de cada empresa.

    El tamaño es una fortaleza que tienen las pequeñas empresas

    Ser una Mipyme sostenible es un proceso metódico. En el caso de la empresa Soluciones Ambientales Totales (Sambito) el objetivo es articular negocios ambientales y para lograrlo utiliza una fórmula sencilla y efectiva: levanta indicadores económicos , sociales y ambientales. Con esa información se implementan acciones para mejorar y mantener esos indicadores.

    Así lo explica José Guarderas, gerente de Sambito, empresa con 15 años en el mercado. “Los indicadores que se obtienen resultan relevantes y son una evidencia ante nuestros ‘stakeholder’ de que estamos haciendo actividades que enmarcan a la pyme dentro de un marco sostenible”.

    El ejecutivo añade que si bien existe conciencia sobre la sostenibilidad aún hay tarea pendiente. “Esto requiere de un gran compromiso de todos los sectores productivos, así como de los organismo públicos”, asegura Guarderas.

    Wilson Araque, titular del Observatorio de la Pyme de la Universidad Andina Simón Bolívar, aporta con más elementos. Él sostiene que crear conciencia al respecto no es sencillo. “Hoy en día la sostenibilidad no es la principal prioridad de una pequeña empresa”.

    Según este catedrático e investigador, mejorar el tema de sostenibilidad es un problema estructural y por lo tanto las soluciones también son estructurales y demorarán algunos años. “En el país hay algunas experiencias y con el tiempo serán cada vez más comunes”.

    Los beneficios de ser Mipymes sostenibles van desde mejorar las posibilidades de internacionalizarse hasta estar bien preparadas para bajones de la economía, según Xavier Ordeñana, investigador de la Espae. Él añade que La clave pasa por contar con una especie de plan de carrera “que permita tener una visión clara del negocio, con posibilidades de expansión y con una agenda de largo plazo”.

    Otra ventaja que tienen las Mipymes es su tamaño, según Arévalo-Carpenter. “Al tener operaciones más pequeñas, la pyme puede mantener una mejor trazabilidad sobre su cadena de valor, recibir retroalimentación de sus clientes más cercanamente e innovar en sus políticas internas de manera más ágil”.

    La cofundadora de Impaqto insiste en que el tamaño significa una ventaja que está siendo cada vez más valorada por el mercado local y extranjero. Todo esto traerá como resultado que la pyme deje una huella social y ambiental positivas. Es una ecuación simple: “los colaboradores están más comprometidos con la empresa, sus consumidores los promueven y el mercado los prefiere”.

    Foto: archivo Paúl Rivas / LÍDERES La empresa de chocolates Pacari trabaja con la comunidad de Archidona (Napo)  en un centro de interpretación.
    Foto: archivo Paúl Rivas / LÍDERES
    La empresa de chocolates Pacari trabaja con la comunidad de Archidona (Napo) en un centro de interpretación.
  • La segunda convocatoria de Exporta País impulsará la exportación entre las mipymes

    Washington Paspuel (I)

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    El Ministerio de Comercio Exterior lanzó este 21 de septiembre del 2015 una segunda convocatoria del programa Exporta País, una iniciativa que busca impulsar las exportaciones entre las empresas de Ecuador.

    Esta segunda convocatoria está dirigida específicamente a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que en el país representan el 95% de las 45 883 firmas registradas en el 2014 por la Superintendencia de Compañías.

    La propuesta incluirá también a las organizaciones que operan bajo la figura de economía popular y solidaria.Alejandro Kayser, coordinador de Políticas de Exportaciones de la Cartera de Estado, explicó que el programa apoya a las empresas en el cumplimiento de los requisitos técnicos para conseguir certificaciones internacionales.

    La primera convocatoria se realizó en el 2013 y, al igual que ahora, fue implementada a través del Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Pro Ecuador). Su director general, Víctor Jurado, mencionó que en ese primer llamado fueron seleccionadas 64 empresas del sector agroindustrial, entre ellas firmas florícolas, de elaboración de cacao, de café, y de producción acuícola, etc. Según Jurado, en lo que va del 2015, las empresas que trabajan bajo la tutela de Pro Ecuador han generado alrededor de USD 265 millones en exportaciones.

    Una de las empresas que participaron en la primera convocatoria es la que constituyó la Unión de Organizaciones Campesinas Cacaoteras del Ecuador, que acoge a 12 asociaciones que trabajan con el esquema de comercio justo. Su representante, Freddy Cabello manifestó que, como resultado de la capacitación conseguida mediante el programa Exporta País, la organización llegó a ferias internacionales y ruedas de negocios con una oferta diversificada de sus productos.

    El lanzamiento de la segunda convocatoria convocó a unas 150 empresas entre mipymes y de la economía popular y solidaria.

    El Instituto de Promoción de Exportaciones hizo la segunda convocatoria para que las empresas exporten. Foto: Washington Paspuel/ LÍDERES
    El Instituto de Promoción de Exportaciones hizo la segunda convocatoria para que las empresas exporten. Foto: Washington Paspuel/ LÍDERES
  • 20 mipymes estrenan su portal de internet

    Redacción Quito

    Desde este año, 20 mipymes del país cuentan con una página web propia. Los emprendimientos se beneficiaron de un proyecto impulsado por Pro Ecuador, el instituto de promoción de Exportaciones e Inversiones, adscrito a la Cancillería ecuatoriana.

    Micros, pequeñas y medianas empresas de Manabí, Guayas, Santa Elena, Los Ríos, Azuay, Bolívar, Tungurahua, Pichincha y Sucumbíos participaron de este programa de la entidad gubernamental.

    La semana pasada, los representantes de las empresas participaron de una ceremonia en la Cancillería. Allí recibieron un certificado por la apertura de los portales electrónicos.

    Las páginas, diseñadas por un consultor externo, cuentan con formulario de contacto, versiones en inglés y en español y material fotográfico de todos sus productos. Son negocios de los sectores de alimentos procesados, artesanías y joyas, metalmecánica, madera, textiles…

    República del Plátano, empresa ubicada en Portoviejo, fue una de las beneficiarios de esta iniciativa. Sus representantes consideran que este tipo de proyectos ayudan a promocionar los productos locales en el extranjero. Con el sitio www.republicadelplatano.com el negocio espera incrementar las ventas y en el futuro aumentar el número de empleados. República del Plátano es un negocio familiar que produce chifles.

    Otra microempresa que cuenta con página web es la Unión Artesanal de Mazapán (en Calderón, en el norte de Quito). Su representante, Amparo Heredia, recibió capacitación de Pro Ecuador junto con los demás microempresarios beneficiados. El aprendizaje le permitió a Heredia aprender cómo administrar el sitio wwww.masapan.ec.

    Pro Ecuador efectuó en septiembre del 2011 la convocatoria para que mipymes cuenten con sitios web. Se inscribieron alrededor de 40 y se seleccionaron 20 por ser potenciales exportadores.

    María Fernanda de Luca, directora de Pro Ecuador, resalta la importancia de este programa. Para esta funcionaria la iniciativa empresarial debe vincularse con la oferta exportadora. Para ello es importante, recalcó, el diseño y la construcción de estas páginas.

    De Luca además señaló que uno de los principales objetivos del programa es la diversificación del comercio exterior en tres perspectivas: actores, productos y mercados. Para ello es relevante tener una vitrina mundial a través de contenidos en Internet.

  • En marcha un plan para que las mipymes se internacionalicen

    Redacción Guayaquil

    Las empresas ecuatorianas tendrán un nuevo espacio para buscar internacionalizar sus productos. Se trata del programa Exporta País, impulsado por Pro Ecuador (Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones), en conjunto con el Centro para la Promoción de Importaciones de países en Desarrollo (CBI de Holanda). El lanzamiento se tiene previsto realizar el 27 de septiembre.

    El objetivo del proyecto es brindar capacitaciones y asistencia técnica individualizada a las firmas ecuatorianas, especialmente a las micro, pequeñas y medianas empresas; así como a los actores de la Economía Social y Solidaria, para mejorar sus procesos de producción y su oferta exportable.

    El programa está dirigido a siete sectores: café, cacao y elaborados; flores; pesca y acuacultura; frutas y vegetales frescos; turismo; alimentos procesados e ingredientes naturales y software.

    Carlos Vaca, gerente de Proyecto y Programa de Fomento y Promoción de Exportaciones de ProEcuador, explica que Exporta País tiene como meta atender a unas 250 empresas, en los próximos cuatro años, para desarrollar estrategias puntuales para buscar oportunidades de internacionalización de sus productos.

    «Se trata de ofrecer un apoyo individualizado, para identificar y llegar a un mercado meta, con base en una estrategia específica», indica Vaca.

    Entre los requisitos que deben cumplir las mipymes y las empresas que quieran participar consta que deben tener un producto con ‘potencial exportador’; que el negocio tenga -al menos- 24 meses de funcionamiento, además de las exigencias legales correspondientes.

    Uno de los aspectos claves en este proceso es afianzar la sostenibilidad de esa oferta exportable, que lleguen a colocar las empresas ecuatorianas. La primera fase del programa arrancará en octubre próximo, con los sectores de café, cacao y elaborados; flores y pesca y acuacultura.

    Mipymes en Ecuador

    El mercado. El número de mipymes exportadoras pasó de 676 en el 2004 a 2 000, al finalizar el 2012.

    Las exportaciones. La Unión Europea (UE) es el principal destino de las exportaciones de las mipymes ecuatorianas con un 26,3%; luego viene EE.UU., con 24,6%.

  • ¿Son realmente las Mipymes el motor productivo del país?

    Redacciones Quito y Guayaquil

    América Latina emprende mucho, pero la mayoría de estas iniciativas son de escaso crecimiento y dinamismo. Y solo 1 de cada 4 emprendedores tiene un perfil de empresario grande o mediano, el resto se parece más a un trabajador asalariado e, incluso, informal. Ecuador no es ajeno a esta realidad.

    Así lo señala el informe Emprendimientos en América Latina del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) presentado el jueves pasado en Quito.

    En el país existen pocas empresas grandes y una abrumadora cantidad de micros y pequeñas empresas (ver cuadro de datos). Pero, según el informe de la CAF, solo un cuarto de ellas tiene potencial de crecer, es decir, de innovar y generar más empleo. El resto son trabajadores por cuenta propia especialmente no calificados, con ingresos muy bajos y volátiles, los cuales, según el estudio, probablemente estarían mejor como empleado. Según el análisis, la idea de que las mipymes son las grandes generadoras de empleo es una tesis que debe ser analizada con mayor detalle.

    En promedio, las empresas de hasta 10 trabajadores (incluidos aquellos por cuenta propia) concentran el 73% de empleo, empresas que pagan poco y muchas veces son informales, según el estudio de CAF. En EE.UU., en cambio, este segmento solo capta un 23% del empleo.

    Estas cifras son coherentes con datos del último reporte del Global Entrepreneurship Monitor- Ecuador (GEM) elaborado por la Espae. Según este, aunque cada vez más personas emprenden, el 69% de ellas no genera puestos de trabajo y la mayoría está en el segmento de comercio que no genera valor agregado.

    Luis Quishpi, presidente de la Junta Nacional de Defensa del Artesano, dice que 105 000 talleres artesanales aportan hoy al sector productivo, aunque reconoce que hay un alto grado de informalidad. «La gente se queda en la informalidad para no pagar impuestos, eso hay que corregir», asegura.

    Otro problema es la falta de capital de trabajo, de capacitación de la mano de obra y de innovación. Sin ello, los emprendimientos son fácilmente replicables. Este es uno de los principales problemas del país, dice Javier Vaca, director de la Red Financiera Rural. «Cuando quieren acceder a capital y se les exige un proyecto, innovación, ahí se quedan».

    Pero existen ejemplos exitosos que han crecido al darles una parte de la cadena de valor. Ello exige capacitación, asociatividad y, muchas veces, una empresa ancla. «Una empresa grande que exija estándares y que compre a todos los que cumplan ese estándar. Estas firmas apoyan con capacitación e incluso financiamiento», señala Vaca.

    El estudio de la CAF incluso sugiere focalizar la ayuda estatal y las políticas públicas a los emprendimientos más dinámicos, por lo general los más jóvenes.

    • El desafío es generar más empleo

    Emprender un negocio o dar el salto a un emprendimiento más dinámico requiere capital, capacitación e incluso aprender a cerrar una iniciativa.

    En el Ecuador el 91,1% de empleadores tiene a su cargo menos de 10 empleados. Un índice preocupante, según el estudio ‘Emprendimientos en América Latina’ del Banco de Desarrollo de América Latina CAF. Por lo general, anota el estudio, se trata de empleos informales o poco dinámicos, es decir, que no generan empleo.

    María Ambuludi perteneció por más de 20 años a este segmento. Ella tenía un taller de costura, pero el aumento de la ropa china a inicios de los 2000 la obligó a cerrar. “Para subsistir, vendía helados en las calles”, cuenta. Pero la actividad le dejaba menos de USD 100 mensuales. Hace cuatro años decidió que era hora de emprender. Convenció a otras 14 artesanas para formar una asociación. “Elaboramos juguetes, bolsos, banderas, uniformes, todo lo que es confección”, dice Ambuludi.

    Comenta que hoy tiene más de 14 máquinas industriales y han podido contratar tres empleados adicionales, entre ellos un diseñador de modas. La microempresaria cuenta que conseguir capital de trabajo es el mayor desafío. La asociación les ha permitido obtener ayudas para capacitación y otros apoyos. “Hoy requerimos ampliar el taller, pero necesitamos ayuda”.

    Pablo Brassiolo, uno de los economistas de la CAF a cargo del estudio, dice  que la falta de capital de trabajo es una de las mayores barreras para las mipymes.

    Así también lo cree Valentina Goñi. La joven diseñadora elabora trajes de baño en un pequeño taller, en Quito. La acogida de las prendas en el mercado le permitió abrir una tienda en el 2010, junto a otras socias. Comenta que su emprendimiento nació de un proyecto cuando estudiaba Diseño en la Universidad San Francisco de Quito, pero luego perfeccionó gracias a una especialización en Argentina. Empezó sola pero hoy ya dispone de tres empleadas.

    Conseguir la inversión inicial fue el primer reto. “Mis padres me apoyaron con USD 10 000”.  Goñi comenta que otra dificultad es conseguir insumos, especialmente telas y forros de calidad. “No hay en el país y tengo que importar de Colombia, Brasil, etc.”

    También comenta que si bien las mipymes generan empleo en el país, pero cuando uno ve cuáles son las que generan más crecimiento se puede observar que son las pymes jóvenes y son ellas donde se deberían concentrar los esfuerzos de recursos públicos”, explica. Por ello, cree que las políticas gubernamentales también deben contemplar ayudas para cerrar emprendimientos pocos dinámicos y ayudar a otros con más potencial.

    El empresario Juan Jáuregui tuvo que aprender esto solo. Relata que mantuvo por 14 años una florícola. Las crisis económicas del país y problemas con sus compradores le obligaron a cerrar. Pero él está convencido que tardó mucho tiempo en tomar esa decisión. “Eso es algo que deberían enseñarnos en las escuelas de negocios, cuándo ya no es saludables seguir con un emprendimiento”. Hace año y medio abrió una nueva iniciativa, Germinatu, que elabora germinados orgánicos, miniplantas y flores orgánicas para la cocina gourmet. La iniciativa tiene proyección de internacionalización.

    • Mipymes exportadoras crecieron cerca de 4 veces en ocho años

    La decisión personal de abrirse mercado es el principal factor que impulsa a las Mipymes a exportar. Así lo consideran catedráticos, empresarios y representantes de gremios privados.

    Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), dijo que a esto se suma el que haya oportunidades para los ítems nacionales no tradicionales, muchos de los cuáles se consideran  exóticos. “Muchas pequeñas unidades de negocios tienen partidas de exportación como pimiento, yuca, arroz, fréjol, quinoa, frutas en conserva y exóticas. Tienen cuatro o cinco hectáreas. No venden de forma local porque la paga es muy baja. En el extranjero encuentran precios más interesantes. Estos empresarios se especializan y se dan a conocer en el mundo”.

    Esto lo están viviendo Manuel Zavala y Olivia Ortiz. Ellos son socios propietarios de Selva Dorada, una firma ubicada en la provincia de Morona Santiago, que se dedica a la elaboración de productos hechos en base a cacao como chocolates, nifs  con frutas, jaleas, entre otros. Estos son exportados a Francia y desde allí distribuidos a otros países de Europa. Vende a través de la firma Bouga Cacao, con quien tienen un contrato de 1, 5 toneladas al año (chocolates).

    La empresa de Zabala es parte de las 1906 Mipymes que ingresaron al negocio de exportación desde el 2004. En ese año, según ProEcuador, había 676 firmas y en el 2012 estas llegaron a 2 582.

    El 50,6% de los productos de exportación de estas empresas, de acuerdo a datos de  Fedexpor, corresponde a bienes no tradicionales. Algunos de los productos que se exportan son flores, frutas tropicales, mangos, conservas de mariscos, sombreros, etc. Otros estudios realizados por entidades como el Observatorio de la Mipyme de la Universidad Andina (UASB), muestran que otras firmas de este tipo que han ingresado a la exportación son de software, fármacos, etc.

    Estas firmas generan, en promedio, 35 empleos fijos y dos ocasionales. Así mismo, muchas se constituyen a través de la asociatividad y permiten mejorar las condiciones de vida de familias, particularmente de las zonas campesinas. Este es el caso de Fundación Familia y Mujer Andina (Fundamyf), que abarca 141 comunidades que tienen mayores ingresos mensuales gracias a la producción de quinua. El cereal se industrializa y se fabrica más de 40 productos. El 80% de la ventas al exterior van a EE.UU.

    La apertura de este mercado, sumado al boom de la demanda de productos orgánicos en el mundo, les permitió crecer. Ahora, sin embargo, les genera complicaciones debido a al pérdida de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas, que permitía el ingreso de ítems con cero aranceles al mercado estadounidense.

    En la empresa creen que es necesaria la firma de acuerdos comerciales para afianzarse en mercados. Precisamente, la fata de estos convenios es uno de los problemas que frenan las exportaciones de las Mipymes, según la UASB. Así mismo se suman otros como a falta de financiamiento y de apoyo gubernamental.

    Esto es lo que requieren firmas como Jambi Kiwa, industrializadora y exportadora de sobres de plantas aromáticas. Esta empresa requiere apoyo para enfrentar un problema de contaminación de sus productos en campo por agua.

    • Los trámites frenan los emprendimientos

    El emprendimiento en el país va en aumento, sin embargo existen limitantes que frenan o acortan los pequeños negocios. La ausencia de apoyo financiero es la principal causa.

    Engorrosos trámites burocráticos, falta de financiamiento y asesoría para emprender y hacer que las micro, pequeñas y medianas empresas perduren, son los principales limitantes para de desarrollo de emprendimientos.

    El último informe del Global Entrepreneurship Monitor- Ecuador (GEM) elaborado por la Espae, señala que uno de cada cuatro adultos había iniciado los trámites para iniciar un negocio. Sin embargo, estos no superaban los 42 meses de antigüedad.

    Shirley Campoverde, gerente comercial de Soyas AW indica que entre las dificultadas que tiene como emprendedora está el acceso al crédito. “Obtener financiamiento es casi imposible, llevo al menos cinco años tratando de obtener uno (privado o público) y no ha sido posible”. Es el crédito personal lo que ha permitido que el negocio familiar crezca.

    Soyas AW nació hace diez años como un pequeño negocio, hoy vende unas 40 000 botellas de soya al mes, en Guayaquil. Hace año y medio Campoverde notó que necesitaba un camión para sus entregas del producto. Trató de obtener un crédito, pero la tasa era del 20%, algo que no podía pagar.

    Javier Vaca, director de la Red Financiera Rural, cree que para crecer e innovar no es suficiente el microcrédito. “Es necesario créditos asociativos y más flexibles y de largo plazo destinados a la innovación tecnológica de las mipymes”. Cree que el microcrédito es más de subsistencia o para capital de trabajo.

    Obtener los permisos para comercializar los productos es otro problema. Sacar el registro sanitario le tomó tres meses a Campoverde. Lo mismo le sucedió a Guillermo Guerrero, propietario del emprendimiento de cerveza artesanal, Porteña. Él esperó 13 meses para que el Municipio de Guayaquil le otorgue el certificado de Uso de Suelo, pues la naturaleza de su negocio no estaba definida en la normativa. Con las normas de calidad Inen tuvo una traba similar. “Las normas no eran claras para la cerveza artesanal, solo tenía disposiciones especificas para la industrial”, dice.

    Comprar la materia prima a los proveedores directos es otra de las dificultades. “Por ejemplo, no podía comprar azúcar a los ingenios directamente por que era una empresa pequeña, y esto me obligaba a pagar unos USD 6 más por cada quintal de azúcar”, indica.

    Para afrontar la falta de financiamiento, David Molina, secretario técnico del Ministerio Coordinador de la Producción, dijo que está elaborando un Fondo de Garantías con la Corporación Financiera Nacional (CFN). Este permitirá a los microempresarios acceder a créditos en la banca privada, especialmente aquellos que no disponen de garantías. El fondo estará listo hasta fines de año.

  • USD 150 millones para un fondo de garantías

    A finales del mes anterior se desarrolló la Primera Junta del Fideicomiso Fondo Nacional de Garantías, en las instalaciones de la Corporación Financiera Nacional (CFN). En aquel acto se nombró a Felipe León, gerente general subrogante de la Corporación Financiera Nacional, como su presidente.

    Aquella junta está conformada por altos representantes de Carteras estratégicas, como Richard Espinosa, ministro coordinador de Producción, Empleo y Competitividad; Patricio Rivera, ministro coordinador de la Política Económica, y Cecilia Vaca, ministra coordinadora de Desarrollo Social.

    El objetivo del Fondo Nacional de Garantías es que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que no cuenten con las garantías reales, tengan acceso a créditos del sistema financiero.

    El presupuesto designado para el Fondo Nacional de Garantías es de USD 150 millones y entrará en operaciones desde este mes. El mecanismo es parte de la proyección estatal para dinamizar a los sectores productivos y mayor acceso a los créditos de la banca pública.

    Otro de los proyectos anunciados por el Ministerio Coordinador de la Productividad es el inicio del plan piloto para la simplificación de trámites para la conformación de empresas. En una cooperación con la Superintendencia de Compañías, buscan reducir tiempos y costos para la constitución y permisos de funcionamiento de una compañía.

    El principal objetivo de aquel proyecto, que busca fomentar el clima de negocios del país, es reducir de 56 días a seis horas el tiempo que toma constituir una empresa. Asimismo, los pasos en la tramitología disminuirían de 13 a uno.

    El plan piloto se ejecutará desde marzo en seis ciudades y se espera implementar desde noviembre a escala nacional.

  • El sector de las Mipymes está en pleno crecimiento

    Red. Quito, Cuenca y Guayaquil

    Lovisone es una pequeña empresa que desde hace nueve años participa en el segmento de los licores. En este tiempo oferta licor de chocomenta, crema de limón, crema de maracuyá, entre otros.

    Paúl Ruiz, administrador de este negocio, comenta que para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) es complicado competir con la gran industria nacional y con los productos importados. La clave es ofrecer calidad, añade Ruiz. Esta factor sumado a una capacidad de negociación con proveedores permite que las ventas de Lovisone crezcan un 18% en lo que va del año.

    También sirvió la inversión en maquinaria y la presentación en envases elaborados artesanalmente. El año pasado Lovisone facturó USD 280 000.

    Otro ejemplo del crecimiento de las mipymes es el de los helados Dulce Placer, con base en el valle de Los Chillos (oriente de Quito). Este negocio familiar empezó hace dos años con cinco sabores en sus productos y hoy elabora cerca de 160. Su sello es ofrecer sabores típicos de Ecuador, como morocho, rosero quiteño, colada morada, canelazo, trigo

    Ana García, una de las fundadoras de Dulce Placer, cuenta que aprendió a elaborar helados con sabores en Inglaterra. «Al regresar al Ecuador decidí probar con insumos locales. Ahora tenemos tres locales y vendemos un promedio de USD 7 000 al mes».

    En la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi) se advierte un panorama favorable para las mipymes. Christian Cisneros, director ejecutivo del gremio, sostiene que desde el 2012 es evidente un crecimiento en ventas y en producción, en distintos sectores como alimentos o metalmecánica.

    Este buen momento obedece a la organización jurídica, al hecho de que más personas naturales se convierten en personas jurídicas y a la sustitución de importaciones. Según un censo elaborado por la Capeipi en el 2013, en el que se consultó a 1 367 empresas pequeñas y medianas, el 30% elevó su producción y un 45% mantuvo los niveles del 2012.

    Para Cisneros, entre las fortalezas de este sector productivo están la capacidad de adaptarse a escenarios adversos y la calidad en permanente ascenso. Pero también anota desafíos como las dificultades para acceder al crédito, el acceso a tecnologías y no planificar para llegar a los mercados externos.

    Según la Novena Encuesta de Coyuntura de la Pequeña y Mediana Industria del Ecuador, realizada por el Observatorio de la Pequeña y Mediana Empresa de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), las pymes que han logrado incursionar en otros mercados son las de sectores como alimentos, el metalmecánico, vestido y calzado.

    Al hablar sobre los mercados externos, la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) señala en un informe que entre el 2004 y el 2012, el número de mipymes exportadoras pasó de 676 a casi 2 000.

    El aporte a la economía nacional es relevante. Según el Censo Nacional Económico del 2010, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), tres de cada cuatro empleos son generados por pequeñas y medianas empresas. Esto significa que, a escala nacional, el 75% de las plazas laborales son generadas por este sector.

    En los últimos 30 años, las mipymes han atravesado tres etapas, según Cisneros. Entre 1984 y 1994 se dio un crecimiento sostenido. A partir de 1995 empezó una contracción, que se prolongó hasta el 2005. «Esto ocurrió por la crisis financiera, porque el recurso humano no estaba listo para emprender, la inflación era muy alta y no había estabilidad jurídica». Y desde el 2006 a la fecha, asegura Cisneros, se registra un repunte interesante, con crecimiento sostenido.

    El peso en la economía

    Negocios que demandan más interacción

    Sin micro, pequeñas y medianas empresas el aparato productivo no funciona. Así de contundente es Christian Cisneros, director ejecutivo de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi), cuando se le pregunta sobre la importancia de este sector en la economía ecuatoriana.

    El vocero gremial comenta que no existe un país sin pymes. «Son el motor de la economía». En el segmento de mipymes se incluyen emprendimientos que venden hasta USD 4 millones al año y cuentan con una nómina de hasta 200 trabajadores.

    En Ecuador, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el 2010 se contabilizaban más de 990 000 mipymes. Guayas concentraba el 23% de esas unidades productivas, mientras que Pichincha tenía el 22%. El 55% restante se distribuía en las demás provincias del país.

    Cisneros añade un dato más que muestra la relevancia de este segmento: las mipymes representan el 99% del tejido empresarial ecuatoriano. No obstante, existen desafíos como superar la escasa articulación en la cadena de valor de los negocios, la excesiva intermediación, la poca participación en negocios inclusivos con empresas ancla, entre otros.

    En el Gobierno también se reconoce el aporte de las mipymes a la economía nacional. El subsecretario de Desarrollo de Mipymes y Artesanías del Ministerio de Industrias, Luis Muñoz, comenta que en las mipymes trabaja el 75% de la población económicamente activa (PEA); es decir, unas 6 millones de personas. El 25% restante está en la gran industria.

    Muñoz aporta con más información. El funcionario indica que en el 2013, la facturación registrada en el Servicio de Rentas Internas (SRI), por todo el sector productivo, llegó a los USD 112 000 millones y de esa cifra, unos USD 19 000 millones se generaron en la mipymes. «Es un dato estadístico, pero puede ser engañoso porque la informalidad en el sector de las mipymes es del 77%», ­asegura el Subsecretario.

    Muñoz sostiene que es necesario formalizar al sector y que los pequeños y medianos empresarios puedan obtener capacitación, acompañamiento y acceso a crédito financiero.

    Wilson Araque, coordinador del Observatorio de la Pyme de la Universidad Andina Simón Bolívar, destaca que las mipymes han recibido un apoyo importante. Al interior del Ministerio de Industrias (Mipro) en los últimos siete años, se crearon varios programas de apoyo al sector. Este investigador añade que falta una mayor articulación del trabajo del Mipro con otros actores públicos como ProEcuador o el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).

    Para Araque, también es necesaria una mayor interacción entre las empresas de diferente tamaño. Solo así el sector podrá enfrentar el cambio de Matriz Productiva, la sustitución de importaciones y los acuerdos comerciales.

    Aporte en exportaciones

    Crecimiento. El número de mipymes exportadoras pasó de 676 en el 2004 a 2 000 en el 2012, según Fedexpor.

    Participación. En los últimos 10 años, las mipymes exportadoras abarcaron el 23,8% del total de envíos de bienes no petroleros del Ecuador.

    Mercados. A la Unión Europea (UE) llega el 23,6% de las exportaciones de mipymes. A EE.UU. se va el 24,6%. El porcentaje restante se divide entre otros destinos como la CAN y Asia.

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    Las certificaciones

    Con sellos de calidad se dan los primeros pasos

    Las certificaciones y los sellos de calidad empiezan a ser parte de las prioridades de las mipymes. Datos de la Capeipi señalan que el 33% de empresas del sector metalmecánico, el 30% del químico y el 14% del alimenticio cuentan con normas ISO u otras que permiten estandarizar los procesos.

    Alberto Carrión, ejecutivo de Systems & Services Certification (SGS del Ecuador), cuenta que en el país las empresas pequeñas todavía no están acostumbradas a buscar certificaciones. En SGS, alrededor de 200 pymes han obtenido un sello ISO. De estas, unas 100 son empresas de Quito y 50 de Guayaquil; el resto proviene de otras ciudades del país.

    Las empresas grandes que exportan son las que más buscan certificaciones, porque en el exterior el ISO suele ser obligatorio. «Las empresas pequeñas no lo ven como necesario, porque no es una regla, no se exige y creen que es difícil, por la inversión que deben hacer para ­implementar los cambios que se requieran», cuenta Carrión.

    De las certificaciones que otorga SGS, a la que más aplican las pymes es la ISO 9001, que certifica los sistemas de gestión de la calidad en los procesos productivos.

    Labiza, empresa que se dedica a la producción y comercialización de arroz con sede en Guayaquil, se ha enfocado en obtener certificados que hablen de la calidad de sus productos.

    Hace cinco años, la empresa fundada en 1991 obtuvo su primera certifica­ción, la ISO 9001 que otorga Bureau Veritas y este año están en proceso de obtener dos­ ­certificaciones más: la BPM (Buenas Prácticas de Manufactura) y la del Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP). «Para nosotros es importante tener esto, porque certifica la inocuidad en los alimentos, le asegura al consumidor que son alimentos sanos, bien hechos, y que no afecten a la salud«, destaca Jorge García, gerente de Marketing de Labiza.

    Otras certificaciones en las que se empiezan a fijar los microempresarios son la ISO 14001, para la gestión ambiental de la empresa; y la Ohsas, vinculada con la seguridad y salud ocupacional.

    A las certificaciones anteriores se suman las que exigen las autoridades nacionales. El Ministerio de Relaciones Laborales solicita que las empresas que tengan 10 o más trabajadores, deben contar con un Reglamento de Higiene y Seguridad en el Trabajo. El 64% de las empresas sí cuenta con un reglamento; mientras que el 33% no, debido al poco personal que labora en su organización, según la información de la Capeipi.

    El desarrollo

    El 14% de las pymes en el Ecuador investiga e innova sus procesos

    Con una inversión superior a los USD 500 000, la empresa cuencana Lenical, que fabrica zapatos para hombre, innovó y mejoró su proceso productivo e instalaciones. También, instaló una planta para elaborar suelas para no depender de los proveedores y diferenciarse de la competencia.

    Su gerente general, Lenin Nivelo, adquirió nueva tecnología para aumentar la producción y para solventar la falta de mano de obra calificada en la región. Con ello, el número de unidades fabricadas subió de 80 a más de 200 pares al día.

    Esta empresa que vende en todo el Ecuador, principalmente en la Sierra Norte, también incursionó en la fabricación de zapatos con suelas elaboradas con cauchos de vehículos. De los 92 modelos, uno se produce con esta opción casual o de estilo urbano, y está enfocado al segmento socioeconómico medio alto, que aprecia más la conservación del ambiente, comenta Nivelo.

    De esta última opción vende 80 pares al mes y debido al proceso artesanal para producir las suelas el costo es mayor y se ubica en USD 45. Las otras alternativas valen 32,75, más impuestos.

    La innovación de Lenical es un paso importante, pero al hablar del sector de mipymes a escala nacional, todavía hay retos que enfrentar.

    Para Christian Cisneros, director ejecutivo de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha, hay que avanzar en investigación y desarrollo. El dirigente cita datos del censo efectuado en el 2013: allí se indica que el 14% de pymes del país hace innovación. «Estos procesos no son permanentes y responden siempre a la necesidad de mercado. Las mipymes tienen pocos equipos de investigación y desarrollo. Ese es uno de los retos para mejorar calidad y producción».

    Diana Pazmiño, cofundadora de Metier, una empresa que se dedica a diseñar y elaborar sombreros de paja toquilla, sostiene que han innovado este tipo de artesanías. Este emprendimiento desarrolló lo que Pazmiño llama un sombrero de paja toquilla urbano de ala corta.

    El diseño le abrió paso a Metier en nichos que demandan alta costura, como EE.UU. y Europa. Sus productos se han exhibido en el Wellington Equestrian Festival, en Florida; el US Open de Polo, en Palm Beach; el Mercedes Benz Fashion Week, en Miami… Esta firma trabaja en la producción de sus sombreros con artesanos de Manabí y Azuay; a cada evento internacional puede llevar entre 300 y 700 sombreros.

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  • Una vitrina virtual reúne a Mipymes sostenibles del país

    Redacción Quito (I)

    Barras de granola, jabones de avena y miel, crema en barra de cacao fino de aroma… al alcance de un clic. Ahora, los productos sustentables y artesanales también forman parte del ‘e-commerce’, a través de minka.com.ec.

    Este portal reúne las propuestas, al momento, de 18 mipymes que manufacturan productos sustentables. Carolina Pazmiño y Paola Carrera son las creadoras de esta propuesta.

    Hace siete meses, luego de que Pazmiño regresó a Ecuador al culminar su maestría en Economía en la Universidad Nacional de Australia, surgió esta iniciativa con el fin de apoyar a marcas que elaboran productos artesanales.

    Para conseguirlo, se asoció con su prima, quien actualmente estudia Relaciones Internacionales en la Universidad Internacional del Ecuador. Juntas se plantearon el reto de crear un proyecto para impulsar el comercio justo de pequeñas y medianas empresas con ideas innovadoras y, sobre todo, que tengan conciencia ecológica o social.

    Para poner en marcha su negocio invirtieron USD 20 000, que se destinaron a la creación de la página web, las visitas que realizaron a los pequeños empresarios en Pichincha, Guayas, Tungurahua e Imbabura, y la compra de la mercadería para la venta ‘online’.

    Las emprendedoras acudieron a cada planta y taller de sus proveedores para verificar si sus procesos o materias primas son sustentables. Para ello, realizaron un sistema de calificación con un rango de 1 a 10 puntos; Minka comercializa solo las creaciones de mipymes que sobrepasan el puntaje mínimo de siete sobre 10.

    Al momento de pagar a sus proveedores, Minka entrega el 50% del valor de lo adquirido y la diferencia en el transcurso de los siguientes 30 días, para que se considere comercio justo.

    La semana pasada se lanzó oficialmente el sitio web, que cuenta con unos 244 ítems, que van desde productos de belleza, bolsos, alimentos, entre otros. El cliente ya los puede adquirir por medio del sistema de pagos Paypal.

    Sofía González, propietaria de Mama Tungurahua, que se dedica a la producción de jabones y cremas artesanales, señala que «la propuesta es muy profesional y muy bien realizada». Ella comenta que les vendió un lote de 22 unidades de jabones para su primera venta.

    Con ese criterio coincide Vanessa Godoy, de Khia Organic, iniciativa que confecciona ropa con algodón orgánico para hombres, mujeres y niños.

    LA PROPUESTA

    El público objetivo. Personas de clase media y media alta, entre edades de 16 a 40 años.

    La promoción. Minka se ha promocionado por medio de campañas de expectativa a través de las redes sociales.