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  • ‘Hay que estar abierto a nuevas oportunidades’

    Santiago Aguirre es el gerente de Muebles Ashley en Ecuador, en donde se oferta una línea clásica de muebles que se importan desde la matriz en EE.UU. Esta empresa mantiene un crecimiento anual del 25% y en el 2012 alcanzó una facturación promedio de USD 250 000 mensuales.

    Esta no es la primera empresa de Aguirre. En 1998 creó Raíces Capeletti, una fábrica de muebles clásicos que comenzó con apenas cuatro artesanos, hasta su cierre definitivo, en el 2009, contaba con 145 operarios.

    Raíces Capeletti tenía sus talleres en el sector del Comité del Pueblo, en el norte de Quito. Aguirre recuerda que la caída de ventas de su empresa comenzó en el 2007 cuando un grupo de operarios, que salieron por un inconveniente con la compañía, comenzaron a fabricar por su cuenta los mismos diseños de los muebles que él vendía.

    «La gente encontraba los mismos diseños y aunque la calidad no era la misma, los obtenía a menor precio».

    Para el 2009 la quiebra era inminente. Entonces Aguirre conoció un showroom de Muebles Ashley, en EE.UU. y decidió importar el producto.

    Mientras traía un primer pedido, también reducía la producción de su empresa Raíces Capeletti, hasta que vio que la demanda del producto extranjero era mayor: en el 2009 cerró Capeletti.

    «Fue una estrategia que me evitó tener que enfrentar una bancarrota«, dice, y agrega que esa quiebra le permitió cambiar su modelo de negocio para mantenerse en el mercado.

    La clave, asegura, es evolucionar, buscar alternativas e innovar, pero sobre todo, estar siempre abierto a los nuevas oportunidades que puedan presentarse. «Siempre hay que estar pendiente del negocio y estar actualizado«.

  • Desde lo artesanal hacia lo industrial, a la medida

    Redacción Quito

    Cedro en hebreo se escribe ‘erez’. Son árboles de gran tamaño y muy conocidos por proveer una buena madera para muebles. Hace 25 años, Raúl Jaramillo y Mario Ruiz se asociaron para crear Erez Taller de Madera, un negocio que ofrece a los arquitectos trabajos específicos, hechos a la medida.

    Aunque en un inicio, la empresa se llamaba Actel, la idea de renovación de la compañía hizo que hace dos años se adoptara esa imagen hebrea. De la mano, llegó una nueva generación de arquitectos de la familia comandada por Miguel Ruiz, quien se puso al hombro a las ocho personas que forman parte de esta microempresa quiteña (cuatro en la parte administrativa y de ventas, y cuatro entre carpintería y lacado).

    La firma ha funcionado por muchos años en la av. General Rumiñahui, en el valle de Los Chillos, pero en este momento se vio en la necesidad de migrar al norte de Quito, para mejorar su conexión con proveedores y clientes.

    «Lo que nos hace diferentes es que asesoramos a los arquitectos, desde que la idea está concebida por las amas de casa, por las empresas de ingeniería y de construcción».

    Además estos emprendedores brindan asesoría en la parte técnica. «El valor agregado es, justamente, el servicio personalizado que tenemos, desde la idea hasta la terminación del producto. Y, en cualquier problema, podemos responder tanto en el diseño como en la parte técnica. Nosotros estamos ahí para responder en ese momento», dice.

    Entre los clientes, la respuesta es positiva. Alejandro Tapia señala que el hecho de contar con asesoramiento y un trabajo minucioso sobre el pedido, ha hecho que sus ingenieros y arquitectos confíen en esta pequeña empresa para los trabajos.

    En estricto sentido, lo que ha hecho este negocio es llevar la fabricación de muebles desde un nivel artesanal hacia uno más industrial. «Manejamos materiales como la chonta, la tagua, las semillas y ciertas artesanías que tienen que ver con tejidos. Estos insumos los incorporamos a los muebles, todo ello sin olvidarse de cómo se comenzó, que es ofrecer este servicio de exclusividad y servicio personalizado», añade Ruiz.

    El futuro es promisorio para la pequeña empresa, que con su nueva imagen pretende llegar hacia otros mercados en el país. Por lo pronto, tal como los cedros, seguirá creando productos de alta calidad y complaciendo los detalles más exigentes de sus clientes.

    La microempresa

    Catálogo de productos. Pérgolas, muebles de sala, de oficina, sillones, escaleras, cubiertas…, todo ello se ofrece a los clientes.

    Los materiales.  En bambú o en distintas combinaciones de madera, las opciones son múltiples.

  • Las empresas se promocionan En sus vitrinas

    Redacción Cuenca

    Hace 15 años nació la firma cuencana Arquiprod (Idea Espacios), por una necesidad puntual de la empresa Graiman. Esta última quería estandarizar los exhibidores de los locales de sus distribuidores, pero no pretendía incrementar el personal.

    Felipe Montesinos laboraba en ese entonces en la exportadora de cerámica y aprovechó la oportunidad. Con sus socios Nelson Jarrín y el arquitecto Sergio Salamea montaron un pequeño taller en la avenida Loja, en el sur de Cuenca. Durante dos años, el 90% de sus pedidos provenía de los distribuidores de Graiman y el resto de pequeños compradores.

    En la actualidad, tiene siete clientes corporativos como Fybeca, Induglob (Indurama), Grupo Ortiz… También ha realizado trabajos para la Joyería Guillermo Vázquez y Pasamanería Tosi. Cada mes tiene un volumen de ventas de USD 80 000. Montesinos, quien es el gerente de Arquiprod, indica que la facturación anual se incrementa entre un 5% y 7%.

    En la firma se elaboran perchas, muebles para la atención al cliente y de oficina, puertas y exhibidores para línea blanca, televisores, cerámica y grifería. También hacen adecuaciones de almacenes y muebles para las islas de los centros comerciales. Según Montesinos, los clientes pequeños quieren diseño e instalación y los grandes entregan sus propuestas en la fábrica, ubicada en la parroquia cuencana de Ochoa León.

    Allí, laboran 42 obreros y cinco empleados en las áreas administrativas y de diseño. Cuando arrancó el negocio hace 15 años eran dos empleados y un administrador. Samaniego elaboraba los diseños aprovechando su especialización.

    Un momento importante para Arquiprod fue la crisis económica de 1999. Los socios debían tomar una decisión: se quedaban sin trabajo o buscaban un crédito para crecer y captar nuevos clientes. Optaron por lo segundo y gestionaron un crédito de USD 180 000 a siete años plazo en la Corporación Financiera Nacional (CFN). «Es riesgoso ser empresario y hay que arriesgarse… Ese valor ya fue cancelado y ahora somos una pequeña empresa solvente», dice Montesinos.

    También ofertan otras dos líneas de producción. En su galpón de 1 500 metros cuadrados de construcción y emplazado en un terreno de 3 000 m2 elaboran puertas y muebles (clóset, cocina, baños…), para casas y departamentos. Pero el 60% de la producción y ventas está ligado con la carpintería comercial.

    María Augusta Cárdenas, de la empresa cuencana Induglob, señala que Arquiprod elabora los muebles de exhibición de los productos de las marcas Indurama y Global desde hace una década y se mantiene con ese proveedor, por la calidad de sus productos y porque no hay atrasos en las entregas. «Cumplen con todos los estándares que requerimos». La firma Induglob provee de muebles para sus distribuidores.

    Los datos

    USD 300 000.  Esa fue la inversión realizada en la actual fábrica ubicada en la parroquia Ochoa León (norte de Cuenca) y en su equipamiento. En esas instalaciones se realiza el armado de los muebles, porque sus proveedores ya le entregan la madera cortada.

    Metas.  Uno de los principales objetivos de esta empresa es buscar nuevos contratos con las constructoras para que su facturación crezca. No tienen muebles en ‘stock’, sino laboran bajo pedido.

  • En España valoran el diseño de sus muebles

    Redacción Quito

    Una misión comercial que se truncó representó una oportunidad para la empresa ecuatoriana Hogar 2000. Hace cerca de un año, representantes de la compañía de muebles españoles Logos llegaron al Ecuador para una reunión de negocios.

    Pero ese encuentro no se cumplió, cuenta Ibon Sudupe, representante de la compañía española que tiene su sede en el País Vasco. «Entonces contactamos con Alejandro Maldonado, el fundador de la compañía ecuatoriana. Sabíamos de la empresa. Conocimos su planta de producción y vimos que se trataba de una empresa de muebles de alto nivel».

    Así surgió la alianza que mantienen estas dos empresas fabricantes de muebles. Maldonado y su hija Diana recuerdan que un técnico de Logos visitó la fábrica de la empresa para conocer la maquinaria y el modelo de trabajo de Hogar 2000, firma que factura alrededor de USD 7 millones al año.

    De eso ya han pasado 10 meses. La alianza contempla tres fases: la primera implica un acuerdo comercial en la que Hogar 2000 exhibe y comercializa mobiliario de Logos. Luego vendrá una etapa de asesoramiento técnico, de compartir tecnología. Y la tercera etapa implica la producción en serie de muebles de Logos, prevista para el 2015.

    Sudupe sostiene que la idea es expandirse hacia la región, a países como Colombia, Perú y otros. «Produciendo en la planta de Hogar 2000 evitamos los costos que Logos tendría que asumir si trajéramos los muebles directamente desde España».

    El representante de la firma vasca agrega que también existe el plan de mejorar la eficiencia en la producción de Hogar 2000. «Para eso habrá que unificar piezas y procesos de producción».

    La historia de la empresa ecuatoriana se remonta a 1979. Ese año Maldonado fundó Hogar 2000 (la comercializadora) y Muepramodul (la fábrica). «Desde el principio el enfoque fue producir muebles modulares para cocinas, clósets y baños, pensando en estratos socioeconómicos medio y alto».

    Al principio, el negocio caminó sin problemas. Eran muebles novedosos y casi no había competencia en el mercado, señala el fundador.

    Uno de los desafíos para la empresa fue entre 1998 y el 2000, con la crisis económica que vivió Ecuador. «Allí tuvimos una gestión acertada y realizamos nuestra primera exportación para un campamento en Cuba, en donde equipamos cerca de 100 casas. El sucre se devaluaba y negociamos en dólares».

    Esa experiencia fue clave para que la empresa se mantenga a flote. La firma también ha exportado sus diseños a Bolivia y a Colombia. En este último país trabaja en la actualidad con proyectos y pedidos de clientes puntuales. Ahora, con la alianza, Hogar 2000 se alista para un nuevo desafío empresarial.

  • Carrusel se adapta al gusto del cliente joven

    Giovanni Astudillo (I) Redacción Cuenca / LÍDERES

    La empresa cuencana Carrusel apunta hacia un nuevo segmento del mercado, con el lanzamiento de muebles de estilo contemporáneo. Esta firma, que funciona en el Parque Industrial en el norte de la ciudad, presentará en diciembre nuevos diseños para juegos de salas, comedor, dormitorio y centros de entretenimiento.

    También, mostrará su línea Premium, que son muebles exclusivos de diseñador. Esta empresa, que fue fundada en 1982, ha sido reconocida por la elaboración de muebles de estilo tradicional para el hogar y la oficina de clases media y media alta. Cada mes produce unas 100 unidades de muebles de diferente tipo.

    Según el gerente de Carrusel, Matías Abad, con la incorporación de esta nueva oferta, la firma espera crecer un 15 o 20% en la facturación y producción en el próximo año. Las ventas de este año prevén alcanzar USD 1,5 millones.

    Para cumplir sus nuevos objetivos, invertirá USD 100 000 en la adquisición de nueva tecnología. Concretamente en una cámara de lacado, escuadradora y el mejoramiento de las actuales máquinas. «Los jóvenes, quienes están amoblando sus casas o departamentos, buscan modelos más lineales y hacia ese segmento estamos apuntando». Abad señala que esto no significa que dejen de lado los muebles de estilo clásico.

    Una estrategia para el posicionamiento de la empresa fue la apertura de locales en Quito y Guayaquil, que se sumaron al que funciona en la capital azuaya. Los almacenes de la capital de la República y Guayaquil tienen 2 000 metros cuadrados cada uno. El de Cuenca ocupa un espacio de 1 000. También cuenta con puntos de venta en almacenes Juan Eljuri de Quito y Cuenca. Este grupo económico es el propietario de Carrusel.

    Según Abad, sus muebles también se comercializan en Panamá y al año se envían de ocho a 10 contenedores de muebles para sala, comedor y dormitorio hacia ese país. Además, dice, se enviarán muebles de oficina hacia Colombia.

    Una de las clientas de Carrusel, Martha Burgos, indica que desde hace dos años adquiere estos muebles por la calidad y porque ofrece precios menores a otras empresas. Esta guayaquileña comenta que primero compró un juego de comedor y luego se interesó por una mesa para su sala. «Tiene buenos diseños, y cada que quiero comprar algún mueble opto por Carrusel».

    En el área de producción de la fábrica, que tiene 2 000 metros cuadrados, hay una particularidad. De los 45 obreros, 25 son mujeres. Conforme al el jefe de Producción, Diego Quizhpi, desde hace 3 años se optó por contratar más personal femenino, porque es más cuidadoso y prolijo en el lijado de los muebles. Los 20 hombres, en cambio, se encargan de otras tareas como armado, lacado… En total, hay 80 empleados en las áreas de producción, comercial y administrativa.

    La oferta de muebles

    Dos segmentos. El 50% de la producción es de mobiliario de oficina y la otra mitad de muebles del hogar. Con la renovación se pretende subir al 60% en los productos para el hogar.

    Los productos. Tiene 150 tipos o diseños de muebles que rotan con más frecuencia. La madera es importada y adquirida a empresas locales.

    Su principal mercado. Guayaquil es la ciudad donde más comercializa esta empresa en el mercado nacional. Según el gerente, Matías Abad, apuntan a los nichos medio y medio alto.