Etiqueta: Navidad

  • La producción de juguetes aún es marginal

    Redacción Quito y Guayaquil

    En el centro de Tumbaco, al oriente de Quito, cuatro personas trabajan en Cronopio. Este taller se dedica principalmente al diseño y fabricación de rompecabezas y juegos de arrastre; es decir, juegos conformados por varias piezas.

    La actividad en este negocio se cumple durante todo el año, pero se incrementa en la temporada navideña. Álvaro Cuenca, representante de Cronopio, cuenta que la demanda de juguetes se triplica a lo largo del último mes.

    El valor agregado de Cronopio es que cada pieza es hecha a mano. De esta manera, explica Cuenca, se rescata una tradición, además se ofrece al consumidor productos biodegradables. “Es una suerte de guerra al plástico”. La madera la obtiene Cronopio en aserraderos de Tumbaco y de Quito.

    Este negocio es parte de las medianas y pequeñas empresas, y microempresas que se dedican a la fabricación de juguetes. En el 2010 se contabilizaron en Ecuador cerca de 90 establecimientos dedicados a la fabricación de juegos y juguetes; estos tuvieron ingresos cercanos a los USD 3 millones y generaron empleo para alrededor de 270 personas. Así lo indican los datos del Censo Económico del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Además, esta actividad se concentró en seis provincias: Azuay, Guayas, Pichincha, Tungurahua, Loja e Imbabura.

    La actividad de las pequeñas y medianas empresas y los ingresos que generan resulta marginal al comparar con las cifras de importaciones. El sitio Trademap.org señala que en el 2011, las importaciones de juguetes fueron por USD 77,9 millones. De esa cifra, cerca del 90% correspondió a juguetes hechos en China.

    Los juguetes importados para las ventas de diciembre se seleccionan desde enero y en abril inician los pedidos. En ello coinciden los importadores consultados.

    Eduardo Azar, de Almacenes Eduardo Azar de Guayaquil, por ejemplo, señala que viaja a China cada año a fábricas de juguetes en Shandong. Asegura que allí analiza la oferta y escoge los modelos que se venderán en su negocio, principalmente, durante el último mes del año.

    Benjamín Chávez, ex director de la Capeipi y consultor en Desarrollo de Pymes, explica que la demanda de juguetes en el país se expandirá este año en un 35%. Tanto las importaciones como la producción nacional crecerán. “La producción local aumentará un 15% frente al 2011”.

    Este analista añade que la demanda nacional de juguetes se abastece en un 64% con importaciones de productos chinos, un 21% corresponde a productos de otros países y un 15%, con producción local.

    El principal problema que tiene el juguete nacional es competir con el precio, advierte Chávez. “Mientras los productos chinos se importan desde USD 3, un producto nacional se vende a distribuidores a USD 6 a 7, en promedio”.

    Aún así, este analista, considera que el producto nacional está siendo cada vez más valorado por el consumidor ecuatoriano

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  • El artesano local decora el árbol navideño de este año

    REDACCIÓN QUITO

    Juguetes de madera, guacamayos y monos de peluche, tucanes y muñecas de trapo fabricadas con fibras, cortezas o semillas. Las anteriores son opciones para decorar el árbol de Navidad este año. Es, además, una apuesta que desde hace tres años realiza el Salón de Navidad en un trabajo conjunto con un grupo de artesanos del país, quienes fabrican los productos de dos colecciones.

    El Salón de Navidad oferta 17 colecciones de decoración a las que este año, bajo su campaña Expreso de Navidad, se las bautizó como Estaciones. Dos de estas tienen productos diseñados y fabricados en el país: Estación Juegos de Antaño, que se basa en juguetes tradicionales como trompos o muñecas de trapo, y la estación Ecuador Tropical, que utiliza figuras de la selva.

    Este año, para ambas colecciones, esta cadena de tiendas especializada, que es parte de Corporación Favorita, seleccionó a ocho productores nacionales. Uno de ellos es Andrés Rodríguez, quien elabora figuras decorativas con materiales reciclados y provee a la cadena cerca de 4 000 adornos este año. «Para elaborar mis productos uso materiales como las cáscaras de naranja», cuenta.

    El proceso se inicia con la presentación de un concepto de decoración por parte de la empresa; luego los artesanos presentan sus diseños y, en un trabajo conjunto, se pulen los detalles hasta tener el producto final. «Comenzamos a trabajar con los artesanos en marzo, una vez aprobado el diseño ellos lo fabrican, y se entrega el producto terminado a partir de agosto», explica Mauricio Proaño, jefe de Operaciones de Salón de Navidad.

    En esta alianza, el artesano produce los artículos, la cadena se encarga de la comercialización y cada proveedor recibe una ganancia en base al margen que él mismo define. Los precios de los artículos en perchas para el público en general van desde los USD 3 hasta los USD 18.

    Carolina Escobar es otra de las artesanas que trabaja con la cadena. Ella elabora muñecas con hoja de choclo y este año elaboró 600 unidades. «Tenemos una colección con trajes tradicionales».

  • Navidad, ¿y los clientes siguen siendo lo primero?

    Arturo Castillo Especial para LÍDERES

    La frenética actividad comercial con motivo de la Navidad, que cada vez apresura su llegada, fuerza a pensar que el asunto espiritual subyacente a su celebración se ha reducido a expresiones puramente materiales; que el hecho religioso ha declinado, al punto de casi desaparecer. La Navidad es un fenómeno comercial, un fenómeno bien pensado.

    El éxito consiste en que creyentes y no creyentes aceptan de buen agrado el desbocamiento consumista; todos, sin importar el estrato social, experimentan avidez, quieren dar y recibir algún regalo, aunque fuera algo ‘simbólico’.

    La consigna colectiva de la generosidad (impulsada ya no desde las iglesias sino desde las agencias de publicidad), de compartir con el prójimo siquiera por una sola ocasión en el año, exacerba el deseo de comprar. Las personas quedan así vulnerables, a merced de las ‘fabulosas’ ofertas. Como estímulo a su altruista actitud, no tendrán que preocuparse de las facturas hasta febrero del nuevo año.

    Sin embargo, más allá de cualquier juicio de valor, de las convicciones y creencias religiosas, el hecho cierto es que se trata de la mejor época comercial del año, donde se juega la estabilidad económica de negocios de todo tamaño.

    La Navidad, de otra parte, ha arribado este 2013 con ánimo tempranero. El ‘Viernes Negro’ criollo abrió la temporada con éxito rotundo. Los de mejores posibilidades, aprovecharon el ‘black friday’ verdadero como debe ser: utilizando sus tarjetas de crédito internacionales, vía Internet, sin tener que abrirse paso a codazo limpio para beneficiarse de las ofertas de las grandes tiendas.

    El otro rostro, como cada año, es que miles de personas entran en regímenes de trabajo extenuantes, con horarios extendidos que no les permiten alimentarse adecuadamente, descansar lo suficiente, hacer pausas que les ayuden a refrescar el ánimo, distender la mente, recuperar la perspectiva de lo que están haciendo.

    Las largas jornadas terminan por agobiarles, por alterar su genio, empobreciendo, consecuentemente, la calidad de su atención al público. Los apresurados clientes, sin embargo, parecieran bajar la guardia, aplazar, igual que el pago de sus compras, la exigencia del servicio con excelencia. Se trata de simplemente poder comprar, de hacer la gestión lo más pronto posible, de salir del atolladero, aunque para muchas personas la ‘gracia’ de hacer compras consiste en la larga espera.

    Mientras que en circunstancias normales la atención es oportuna, esmerada, y el personal de ventas se esfuerza en persuadir a los clientes, en la época navideña no hay lugar para la ‘zalamería’, pues los compradores llegan, generalmente, con la decisión tomada. Ese convencimiento hace que los almacenes se duerman en los laureles, que especulen con el público, que su servicio se vuelva mediocre.

    En ese sentido, llama la atención que muchas empresas no lleguen debidamente preparadas para afrontar la temporada más importante del año; que la gran ‘maratón’ les sorprenda desentrenadas.

    La contratación ocasional de personal resulta una exigencia, ya que no se puede solventar la época alta con la misma nómina. Obviamente, muchas empresas no querrán sacrificar sus utilidades con la vinculación de más empleados; preferirán, en cambio, sacarle el jugo al equipo regular, a sabiendas de que sus clientes sufrirán las consecuencias.

    En todo caso, el cambio de estrategias, si se va a asumir la Navidad con el personal de rutina, es de vital importancia. Las tiendas, sobre todo las más grandes, debieran trabajar con relevos y rotación de tareas, a fin de evitar la saturación y el cansancio provocados por la repetición mecánica de funciones.

    Los tips Las pausas.  La aplicación de pausas, aunque suene a lujo impráctico, puede dar resultados interesantes. Como ocurre en el baloncesto, por ejemplo, con su sistema de ‘time out’, que permite refrescar las líneas y replantearse la táctica del juego.

    La relación con el cliente.   En Navidad es un asunto vital.

  • Un regalo se convirtió en producto de exportación

    Redacción Quito

    Hace siete años, Gabriela, la mayor de sus nietas, le pidió como regalo de Navidad ropa para su muñeca. Entonces, Carmen Salazar desempolvó su máquina de coser, marca Singer, y confeccionó las prendas.

    Lo que en su momento fue un acto de amor de una abuela, se convirtió un año después en un emprendimiento con calidad de exportación: Crispamoni, con la marca Bambolina.

    La firma confecciona ropa y accesorios para muñecas, pero su principal innovación es su línea «niña y muñeca», donde ambas visten el mismo diseño.

    Familiares y amigas fueron sus primeros clientes. Pronto, botones, cintas y telas comenzaron a inundar la sala de su casa. Hoy, cuenta con una plantilla de 15 personas (de ellas, 12 son mujeres) y está en plena construcción de un taller propio de unos 300 m2.

    Carmen tiene tres hijas y nueve nietos, quienes son los fans número uno de su trabajo. Sus nietas le sugieren modelos y son las encargadas de aprobar el producto. «Si a ellas les gusta, sé que va a tener acogida», cuenta Carmen.

    Gracias a ProEcuador y la Cámara Binacional Ecuador-México, que han facilitado la participación de Crispamoni en ferias y ruedas de negocios, la firma abrió mercado en EE.UU., Can‑adá y México. Las prendas para muñecas se entregan exclusivamente en el Juguetón, en el país. Y la línea «niña y muñeca» se exporta.

    También, rescata el trabajo de artesanos de la comunidad de Pucará Alto (Imbabura), que confeccionan chompas, gorras, etc., para Crispamoni. Rafael Cabascango, de esta comunidad, explica que gracias a esta firma aumentó su producción. Los pedidos representan el 35% de la producción textil de la comunidad.

    La firma también realiza donaciones de ropa para muñecas y niñas a fundaciones, al Club de Leones, entre otras.

    La producción

    El catálogo. Está compuesto por conjuntos, vestidos, faldas, pantalones, pijamas, entre otras prendas.

    Producción. En el 2007, Crispamoni confeccionó unas 10 000 unidades. Actualmente, elabora unas 100 000 al año. De estas, alrededor del 40% comercializa en el exterior.

    Insumos. La firma busca personas que elaboren zapatos y tejidos para muñecas, para complementar sus productos.

  • El embutido premium tiene más comensales

    Andreína Laines Redacción Guayaquil / LÍDERES

    La oferta de embutidos premium -como el jamón, por ejemplo- es variada en el país. Aunque algunos de estos productos se importan principalmente de Europa. Según el Banco Central, a puertos locales llegaron 21 toneladas de jamón entre enero y octubre del año pasado.

    La oferta de embutidos premium se incrementa en diciembre por las fiestas de Navidad y fin de año. La firma cuencana Piggis destaca en su catálogo el jamón de pierna acaramelado, jamón Visking, pernil artesanal, pernil ibérico…

    La producción de aquellos jamones el pasado diciembre bordeó los 15 000 kilogramos. Ese volumen representó un incremento del 40% en comparación con la producción de enero a noviembre. Los precios de estos productos son superiores a los jamones tradicionales. Piggis comercializa, por ejemplo, el jamón de pierna acaramelada en USD 23 el kilo.

    La oferta premium incluye 12 productos como salchichas, salame, pollo ahumado, tocino, lomo y chuleta. Jhonny Pacheco, jefe de publicidad de Piggis, indica que estos ítems se enfocan hacia la elaboración de platos internacionales.

    Otra firma que produce líneas premium es Don Diego. En su planta de producción ubicada en Latacunga (Cotopaxi), se destacan 33 ítems de un catálogo de más de 250 productos. Entre ellos el jamón de pavo, pollo, cerdo y también importa embutidos.

    El jamón curado o también conocido en el mercado local como ‘serrano’ tiene ciertas particularidades, como su almacenamiento de 16 meses. El kilogramo se comercializa desde USD 40 y solo el pasado diciembre se gestionaban pedidos por 200 piernas, de entre los 15 y los 20 kilogramos cada una.

    En Ecuador, uno de los clientes objetivos de estos jamones curados son los migrantes que retornan al país desde Europa. Según los directivos de Don Diego, aquel fenómeno poblacional mejoró el mercado de este producto. Otro de los productos Premium de la marca Don Diego es el jamón Virginia Glaseado.

    En cifras generales, Carlos Rueda, jefe regional de alimentos de Don Diego, calcula un alza del 200% en la producción de embutidos. Para el 2013, la firma aumentó su producción en un 21%.

    Para el chef David Vallejo, los gustos por este tipo de embutidos premium también son parte de la globalización de los paladares que se vive actualmente. Según Vallejo, el poder adquisitivo de los comensales ha mejorado y de allí que las exigencias en restaurantes sean justificadas. «Llevo dos décadas laborando para pizzerías en Quito. Antes, los clientes no exigían que sus platos incluyan salames especiales o jamones curados. Hasta con los quesos, los complementos casi naturales de embutidos, las peticiones no fijan límites a duplicar o triplicar el costo de una pizza promedio».

    Paola Lema optó por consumir estos productos en Navidad. Ella asegura que invirtió unos USD 80 en diferentes embutidos, para una celebración especial.

    Cifras de importación Jamón. Según el Banco Central del Ecuador, de enero a octubre del 2013 se importaron 21 toneladas.

    Embutidos. En igual período del año anterior, el país importó USD 424 570 en embutidos de carnes; en el 2012 (ene-dic), la cifra fue de USD 482 090

  • La oferta nacional de pavos se duplicó en siete años

    Alberto Araujo y Thalie Ponce; Redacciones Quito y Guayaquil/ LÍDERES

    El consumo de pavos criados en Ecuador creció de manera sostenida en el último año. En contraste, las importaciones cayeron significativamente.

    De acuerdo con la Corporación Nacional de Avicultores (Conave), al cierre del 2013 las empresas avícolas nacionales produjeron 10 000 toneladas, lo que significó un 5% adicional respecto al año pasado y el doble de hace siete años.

    Las cinco empresas dedicadas a la crianza de pavos son Avícola Fernández, Avitalsa, Grupo Oro, Pofasa y Pronaca.

    Con esa oferta se ha llegado a abastecer el 95% de la demanda nacional, indica el presidente de Conave, José Orellana. Para el próximo año se proyecta un abastecimiento total de la demanda interna, por lo que no sería necesaria la importación o esta se reduciría al mínimo.

    De hecho, las compras al exterior han bajado respecto al 2012. Según datos de Conave, las importaciones para este año se redujeron de 1 334 toneladas el año pasado a 400 toneladas en este año. Es decir que registraron una caída del 70%.

    La producción nacional prácticamente se ha duplicado desde el 2006, principalmente por el mayor consumo de esta ave que en décadas pasadas no era muy común en la mesa ecuatoriana.

    De acuerdo con el gerente de Grupo Oro, César Muñoz, la adquisición del dólar como moneda de circulación en el Ecuador ha permitido a los trabajadores incorporar nuevos productos en las festividades de Navidad y Año Nuevo.

    Otros dos factores han influido para el incremento de las ventas. En primer lugar, el pavo se ha convertido en un elemento muy importante en las celebraciones familiares de diciembre, cuando antes era el pollo. En segundo lugar, las empresas consideran que es un buen regalo para sus empleados, dice Muñoz.

    En este escenario, sin embargo, el sector pavicultor enfrenta tres desafíos. El primero tiene que ver con las estrategias de las empresas para incrementar el consumo del producto fuera de temporada navideña, dijo Pronaca, una de las principales productoras de pavo en el país.

    Según cifras de Conave, el consumo de pavo nacional, en su mayoría, es estacional. En el último trimestre del año se calcula que se consume el 70% de la oferta del año. El 30% restante se reparte en nueve meses, aunque el consumo ha crecido en los últimos años, debido a la mayor demanda de sánduches de pavo y la preparación de platos en restaurantes.

    Un segundo reto pendiente es lograr una producción más competitiva frente a otros países de la región.

    Finalmente, la industria cree que falta poco tiempo para que se incuben pavos en el país, ya que actualmente se importan pavos con pocos días de nacidos -llamados también pavos bebé-, a los cuales se crían, alimentan y cuidan en granjas ecuatorianas. En los supermercados, las aves se ofertan desde los cuatro kilos (kg) hasta los 16 kg, aunque también se puede encontrar de mayor tamaño.

    Los de mayor demanda entre los consumidores ecuatorianos pesan entre 7 kg y 10 kg, con precios que oscilan actualmente entre USD 30 y USD 40.

    10 000 toneladas de carne de pavo se produjeron este año en el país, un 5% más que en el 2012.

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    La importación cayó en el 70% este año

    El precio en el mercado local arranca en USD 1,89 por kilogramo

  • En su taller apostó por las figuras en miniatura

    Redacción Quito

    Desde niña, Ana María Cabrera recuerda que dedicaba su tiempo libre a elaborar adornos y muñecos de todo tipo, para regalar a sus amigos y familiares, también los vendía en su escuela y colegio. A sus 17 años, cuenta, vio en un programa de televisión la receta para crear porcelana fría y la puso en práctica en un regalo de 12 figuras, que obsequió a su enamorado y así nació ArtesAna, hace ya 30 años. Hoy, este negocio se dedica a la elaboración de pequeños muñecos de porcelana fría, material que se produce con la mezcla de cola plástica y maicena.

    Cabrera señala que su primer cliente fue el almacén Casa Tosi, en 1984, que solicitó 144 productos. «Para mí, esto fue una barbaridad y estaba feliz».

    Al iniciar el negocio, trabajaba en su casa ubicada en Ambato y le ayudaba su madre, Beatriz Vela. Luego, abrió un taller y hace ocho años se trasladó a Quito, donde vive con su esposo e hija. ArtesAna cuenta con dos colaboradoras en Quito y una en el taller que mantiene en Ambato; además, en épocas festivas, como Navidad, contrata a dos personas.

    La inversión inicial fue de aproximadamente 10 000 sucres (USD 238, al cambio de la época), para los materiales.

    Actualmente este emprendimiento, según su promotora, provee de figuras a la cadena Supermaxi, principalmente en la época navideña, ya que ArtesAna oferta pesebres completos en miniatura, bombillos, adornos navideños y muñecos personalizados.

    Cabrera dice que esta relación de negocios se dio por medio de su página de Facebook. Una representante de Corporación Favorita cuenta que los acercamientos con ArtesAna empezaron en junio del 2013 y el primer pedido fue de bombillos de Maxirenos.

    Otra clienta es María José García, propietaria de la tienda de regalos Locomanía en Ibarra. Ella indica que desde el 2008 compra figuras a esta microempresa. «Estos productos son originales y los acabados, preciosos», afirma García, quien hace cinco pedidos anuales de más o menos USD 500 cada uno.

    Andrea Díaz, propietaria de Kool Place, una tienda de regalos, adquiere productos desde hace ocho años, comenta que el precio es razonable ya que son hechos totalmente a mano. ArtesAna factura USD 60 000 anuales en promedio.

    Las cifras

    Ventas. A escala nacional tiene alrededor 22 clientes.

    Los precios. El valor de los muñequitos que vende va de USD 1,6 hasta 10.

    Ubicación. El taller se encuentra localizado en el norte de Quito, en la av. América y Cuero y Caicedo.

    Inversión. USD 800 es la inversión mensual

  • 24 alumnos crean juguetes que tienen identidad ecuatoriana

    Redacción Quito

    Universidad de las Américas (UDLA)

    Juguetes con diseño, materiales y fabricación ecuatoriana es lo que desarrollaron estudiantes de Diseño de la Universidad de Las Américas (UDLA).

    María Belén Baquero, docente de la Escuela de Diseño, explica que esta idea se enmarca dentro del cambio de matriz productiva. Un total de 24 estudiantes desarrollaron ideas de juguetes que rompen con los esquemas clásicos.

    Los jóvenes, sin embargo, también se encargaron de la fabricación de los productos y de sus empaques. Ese es el caso de Mishel Salgado, quien desarrolló una pista de autos a la que llamó Velocity.

    Este artículo está hecho con laurel; tiene 14 cubos, de 6,6 cm c/u, que permiten armar diferentes pistas. «Asimismo, el producto tiene dos fuentes y dos rampas para los carritos. Me demoré en hacer esto un mes. Incluso, yo moldeé el acrílico para las rampas», indica Salgado.

    Ella invirtió USD 30 en la elaboración de este juguete. Sin embargo, productos como el cuento gigante de Evelyn González costaron alrededor de USD 190.

    Este artículo se llama Había una vez. La idea es generar un cuento con el que el niño pueda interactuar. En el patio principal de UDLA se presentó la historia de Hansel y Gretel; sin embargo, González dice que puede incorporar otras historias relacionadas a leyendas del país. Otros juguetes que se desarrollaron en la Universidad están vinculados con elementos propios de Ecuador. Así constan el Diabluma, el Tren de Alfaro, etc. Para la fabricación de estos productos se tomaron en cuenta realidades de diferentes consumidores del país y determinaron que los juguetes deben estar acorde con el espacio físico donde estén los niños, el precio debe ser accesible y deben rescatar la identidad nacional.

    Los productos fueron presentados en una feria en la Universidad realizada hace dos semanas. Allí estuvieron presentes ejecutivos de diferentes empresas comercializadoras de juguetes, quienes mostraron su interés por adquirirlos.

    «La idea es comercializar estos productos. El Ministerio de Industrias nos está ayudando con el tema de los derechos de autor y para organizar talleres», indica María Belén Baquero.

    Cifras. 30 dólares fue la inversión más baja para la elaboración de los juguetes.