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  • Con algodón orgánico de Perú confeccionó su emprendimiento

    Redacción Guayaquil

    La frase: «Guayaquil city va a reventar, tanto calor no se puede aguantar», es parte de una canción del grupo de origen francés Mano Negra. Esta oración también es un elemento de uno de los diseños de prendas más vendidos de América Latina Brand.

    Se trata de una microempresa que elabora blusas y camisetillas de algodón orgánico, pintadas con la técnica de serigrafía. Las tintas que utiliza son elaboradas con base en agua. Todos los insumos son importados de Perú.

    Los diseños son variados, pero las temáticas principales son lugares turísticos del Ecuador, como Guayaquil, Montañita y Salinas. Otros diseños se basan en el festival Woodstock, bandas musicales, y hasta directores de cine como Quentin Tarantino.

    Carlos Portugal es quien está detrás de esta idea. Él dice que en los dibujos usa formas e íconos no tradicionales para representar distintos rincones del país. Busca reinventarlos en sus prendas. «El fin es unir el arte con un producto de consumo masivo como la ropa».

    La iniciativa la tuvo hace unos cinco años, pero se concretó hace un año, luego de que tomó un curso de serigrafía en Guayaquil, de forma particular. Para iniciar, invirtió USD 600 en la compra de los materiales.

    Hoy, vende un promedio de 100 camisetas mensuales. Las prendas se comercializan a USD 15 y 20, dependiendo del modelo. Al por mayor, el precio es de USD 10, con un pedido mínimo de 12 piezas.

    Para promocionarse, Portugal utiliza las redes sociales Facebook y Twitter. Allí, también receptan pedidos. Los envíos los realiza dentro y fuera del país a través de Correos del Ecuador.

    Otro método de promoción es la participación en ferias. Recientemente formó parte del Festival de Artesanías y Dulces, realizado en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Allí, Dalila Vinces adquirió tres blusas.

    Ella asegura que ya conocía la marca a través de sus amigos, pero no había tenido la oportunidad de concretar la compra. Para la joven, lo más atractivo de las prendas de América Latina Brand es la originalidad de las prendas. Además, «son muy cómodas y frescas, lo que las hace ideales para el clima de la ciudad».

    Por otro lado, América Latina Brand realizó una alianza estratégica con la marca de cervezas Barracuda. Gabriel Proaño, propietario de Barracuda, dice que la idea es promocionarse mutuamente, debido a que su target es común. Para esto, América Latina produce blusas y camisetillas con la imagen de Barracuda. «Me pareció una idea interesante, sus productos son de excelente calidad».

    El negocio

    El target.  Son hombres y mujeres jóvenes, desde los 18 años, hasta adultos de más de 50 años.

    La proyección.  Este año la marca producirá también camisetas con mangas y diversificará los modelos de las prendas.

    LA CIFRA
    USD 1 500 mensuales vende en promedio

  • Lo orgánico atrae al paladar extranjero

    Redacción Quito

    Un refugio para los extranjeros que buscan comida orgánica. Así se puede definir a la cooperativa Zapallo Verde, que comercializa productos orgánicos (sin químicos) y artesanalmente elaborados, en el norte de Quito.

    La organización, que tiene 6 años, ofrece alrededor de 100 productos (hortalizas, frutas, panes, etc). Debido a condiciones climáticas, de producción, entre otras, no todo está disponible siempre.

    Para adquirir los productos las personas deben registrarse en la tienda de Zapallo Verde, en el sector de La Floresta. Deben cancelar USD 15 de garantía. Los pedidos se hacen vía correo electrónico y se retiran en la sede del negocio los miércoles, de 17:00 a 19:00. También se puede comprar en el mismo sitio.

    En este proceso se encontraba la peruana Laura Quezada el pasado miércoles. Ella compra en el sitio desde hace 4 años, cuando llegó a Ecuador con su esposo de nacionalidad colombiana.

    «Conocimos de la iniciativa por gente amiga. Somos vegetarianos y buscábamos comida orgánica en Ecuador. Nos inscribimos y adquirimos con frecuencia canastas de víveres. Suelo comprar entre USD 20 y 25».

    Muchos de los compradores de la tienda son extranjeros que apoyan a los pequeño productores. Uno de ellos es el venezolano Joseph Silverman, quien cuenta que «Llegué a Ecuador con mi esposa en enero, desde Francia, donde viví 8 años. Nos alimentamos solo con productos orgánicos desde hace mucho tiempo y aquí no hay mucha oferta. Buscando por Internet encontramos el sitio. Confiamos en los productores. Compramos unos 70 a la semana».

  • BCS ÖKO Garantie: Sus certificados son claves en mercados internacionales

    Xavier Montero c. Desde Riobamba / LÍDERES

    En BCS ÖKO Garantie de Ecuador el concepto de ‘ser orgánico’ es transversal. En sus oficinas, el catering se hace con frutas y vegetales cultivados en sus propias huertas; se practica el reciclaje e incluso, la limpieza de su mobiliario de madera se realiza con extractos de eucalipto.

    Esta firma ubicada al sureste de Riobamba y cuya facturación promedio alcanzó el USD 1 millón el año pasado, ha entregado certificados orgánicos y de buenas prácticas agrícolas a más de 550 firmas locales, desde hace más de una década. Entre sus clientes constan productores camaroneros, cafetaleros, cacaoteros, bananeros y floricultores.

    Para Patricio Meza, director de la Asociación de Productores de Cacao fino de aroma Sabor Arriba, BCS ÖKO Garantie de Ecuador es un aliado vital. Este gremio agrupa a 330 agricultores del cantón Rioverde en Esmeraldas y ha obtenido un certificado orgánico y el sello de sostenibilidad UTZ, para sus compradores en Suiza, México y los EE.UU. Este último aval lo lograron el pasado junio y, según Meza, el motivo de trabajar con BCS ÖKO Garantie de Ecuador es el prestigio que mantienen.

    La certificadora riobambeña es filial de la BCS ÖKO Garantie GMBH con sede en Núremberg, Alemania. Los colaboradores ecuatorianos mantienen capacitaciones anuales en Europa sobre legislación para el comercio, las nuevas tendencias en prácticas agrícolas y el comercio justo. BCS ÖKO Garantie de Ecuador entrega sellos como USDA Organic, Naturland, BioSuisse y Demeter.

    Otras de las certificaciones con las que cuenta BCS ÖKO Garantie de Ecuador son Comercio Justo y Pequeños Productores. Los sellos de sostenibilidad como el ‘Amigable con los Pájaros’ del Centro Smithsoniano de Migración de Aves y el Global Organic Textile Standard, también es demandado por productores de Los Ríos, Guayas, El Oro, Napo, etc.

    El proceso para colocar estos sellos de respeto social y medioambiental en los productos va entre los dos meses y un año. Las inspecciones de los 28 colaboradores de BCS ÖKO Garantie de Ecuador se realizan in situ y allí se verifica íntegramente cada proceso. «Se realizan más de seis auditorías anuales que verifican desde los frutos hasta las hojas residuales. «El veredicto de BCS ÖKO Garantie de Ecuador es una carta de presentación que tenemos para nuestro banano orgánico», indica Pablo Prieto de la productora bananera Sapriet.

    Esta bananera ubicada en Pasaje, El Oro, lleva más de una década trabajando con BCS ÖKO Garantie de Ecuador y fue la segunda productora ecuatoriana que se certificó como orgánica. Prieto indica que con su principal mercado, Suiza, no ha tenido ningún inconveniente al momento de entregar su fruta. Hacia allí se destinan 156 000 cajas anuales.

    Para Armando Bonifaz, gerente (e) de BCS ÖKO Garantie de Ecuador, en los procesos de certificación se maneja con un intangible esencial de cada agricultor: la reputación ante su vendedor. «Nuestros principales clientes son del rubro bananero. No contamos con oficinas cercanas a nuestros clientes para mantener la imparcialidad de nuestras labores, ya que la cercanía con ellos podría suscitar un ambiente de camaradería no ideal para nuestras labores de certificación».

    Para Paúl Barreiro, directivo de las granjas camaroneras Omarsa, ubicadas en el sector de Durán (Guayas), otra de las competencias BCS ÖKO Garantie de Ecuador es su amplio catálogo de sellos. Barreiro indica que llevan trabajando 3 años con esta certificadora y actualmente poseen los sellos orgánicos y Naturland. También, ingresaron a trabajar el sello Global GAP con ellos, para mantener un mismo auditor para sus procesos.

    BCS ÖKO Garantie de Ecuador tiene proyectado incrementar en al menos cinco certificaciones más su oferta.

    Las certificaciones La Global GAP. Este sello de Buenas Prácticas Agrícolas es considerado esencial para los productores y exportadores que se plantean una buena reputación en el mercado alemán, suizo, italiano y francés, para cualquier rubro.

    Los costos. El precio de una certificación Global GAP bordea los USD 20 000. El principal costo es la reestructuración de los procesos, la validación de información, etc.

    La insignia

    ‘Ser orgánico es valorar a todos’

    Margarita Valle / Coordinadora de procesos de certificación

    Llevo una década laborando para BCS ÖKO Garantie Ecuador e inicie en Secretaría.

    Hace unos cinco años ascendí al cargo de Coordinadora de la oficina Regional para Sudamérica y República Dominicana. Desde allí he enfocado mis labores en la administración de los procesos de certificación. Son unos 60 trámites que gestiono al mes.

    La principal satisfacción de este trabajo es lograr que los productores latinoamericanos se ganen los mercados internacionales con el visto bueno que le damos a su trabajo. Las certificaciones no son simples sellos sino garantías de que el respeto por la naturaleza y el ser humano priman por sobre todo.

    Gracias a BCS ÖKO Garantie conocí granjas en Perú, EE.UU. y Rep. Dominicana. También hice cursos en el 2008 y en el 2011 en Alemania, donde aspiro laborar permanente en los siguientes años.

  • Ellas crearon un escaparate para el producto orgánico

    REDACCIÓN QUITO (F) Contenido intercultural

    Mermeladas, frutas, verduras, cosméticos y carteras son parte del stock de Wayruro, una tienda orgánica que es una vitrina para pequeños productores ecuatorianos.

    Sandra Priori, Andrea Andrade y Dennis Villamar empezaron este emprendimiento en enero. La idea surgió primero como parte de sus experiencias con el consumo de productos orgánicos y por el interés de brindar a las personas opciones alternativas. «Yo creo que es bueno hacer dinero, pero al mismo tiempo tienes que aportar con algo extra a la sociedad», comenta Andrade.

    Para las propietarias no es lo mismo tener una tienda, que tener una tienda orgánica donde se generen oportunidades a pequeños productores y aportar al medioambiente.

    Este emprendimiento, ubicado en el norte de Quito, inició con una inversión de USD 10 000 que sirvieron para la adecuación de la tienda, publicidad, electrodomésticos y para el pago a los proveedores. Para la asesoría de los productos contaron con el apoyo de los Guardianes de Semilla (plataforma social dedicada a promover la agrobiodiversidad y la ecología práctica en Ecuador) Xavier Carrera, miembro de esta red, orientó a las propietarias sobre el diseño del sistema, las características que debe tener un producto ecológico y como se los debe mantener en la tienda.

    Sobre el nombre, al principio las fundadoras pensaron varias opciones, sin embargo, escogieron Wayruro, que es una semilla roja y negra que se encuentra en los bosques tropicales y que para los indígenas es considerada un amuleto que protege de las energías negativas; además se trata de una leguminosa que filtra nitrógeno al suelo siendo el principal alimento que necesitan las plantas.

    Luz Pedraza, moradora del sector, es una de sus principales clientas, quien los martes va a Wayruro y compra USD 80, entre frutas, verduras, huevos, chocolate orgánico y jabones.

    En la actualidad Wayruro cuenta con más de 60 proveedores a escala nacional. Uno de ellos es Jambi Kiwa en Chimborazo, una asociación de mujeres indígenas, que provee té de la abuela una vez al mes. También Román Cadena, quien cada semana entrega 10 kilos de tunas cultivados en su huerta en Checa (Pichincha). Ximena Porras, productora de mermeladas entrega USD 50 en productos cada semana a Wayruro. Andrade afirma que uno de sus propósitos es apoyar a las pequeñas comunidades del país.

    El negocio

    En productos elaborados. Por cada producto vendido, Wayruro entrega el 70% al productor. Y el 80% en el caso de frutas y verduras.

    Los precios. En la tienda se encuentran productos desde USD 0,10 (frutas y verduras) hasta 60.

    USD 3 000 factura al mes este negocio

  • El cosmético orgánico es su carta emprendedora

    Redacción Quito(I)

    Yananti es una microempresa de cosméticos naturales, fundada en el 2011. En sus procesos no utiliza preservantes ni químicos.

    Arrancó con una inversión de USD 3 000. El dinero sirvió para comprar materia prima, ollas, implementos y frascos que sirvieron para comenzar la fabricación artesanal de sus productos. En sus inicios elaboraba solo tres productos: jabones, sales de baño y popurrí (hojas secas con aromas); pero hoy cuenta ya con cuatro líneas de cosméticos naturales.

    Verónica Parra, gerenta general de Yananti, cuenta que hace tres años comenzó la fabricación de exfoliantes, cremas hidratantes, perfumes y bálsamos para labios que forman parte de sus líneas fuego, aire, tierra y agua. «Cada línea se diferencia por su proceso de producción. Los de tierra, por ejemplo, están hechos con arcilla y los de fuego se elaboran en baño María», explica Parra, quien tiene tres colaboradores.

    Esta idea de los cuatro elementos parte del nombre de este emprendimiento. En la cosmovisión indígena, Yananti significa complementariedad con el entorno o armonía entre los elementos naturales. El logotipo de la microempresa es un cóndor bicéfalo, fusionado con la chacana o cruz indígena que representa el ciclo de la siembra. «Incluso cada elemento se representa con un animal ecuatoriano como el cóndor, el sapo, la serpiente y el jaguar».

    Parra dice que hoy producen 500 unidades mensuales, de sus diferentes productos; cinco veces más que al inicio.

    Tiendas orgánicas como Wayruro, Megasano, Okito y Diablo Huma ya ofertan a Yananti en sus locales en Quito, Cuenca, Guayaquil y Manta.

    Andrea Andrade, socia de Wayruro, solicita mensualmente entre USD 70 y USD 100 en productos. «Nos gustan porque no contienen químicos y a nuestros clientes les agrada su aroma».

    Las entregas se realizan por encomiendas o son enviadas por Servientrega y Correos del Ecuador. Alexandra Duarte, de Megasano, comenta que Yananti es muy responsable con sus entregas.

    La facturación mensual oscila entre los USD 500 y 4 000 dependiendo de la temporada. Su mercado más grande son las ferias como la Feria de Texturas y Colores que se realiza en la capital.

    Datos

    Reciclaje. La empresa recicla y reutiliza empaques de sus productos, entregados por sus clientes, para disminuir su impacto ambiental.

    Materia prima.  Usan manteca de cacao ecuatoriano como preservante natural de sus productos. Importan lavanda y karité de Colombia y Europa.

  • Lo natural y orgánico apoyan su expansión

    Redacción Quito

    El consumo de productos orgánicos es una tendencia que genera la demanda de alimentos naturales. Ante este nuevo mercado, más emprendimientos apuntan a la producción sin químicos ni preservantes. Pero surge una inquietud: ¿dónde comercializarlos? Alexandra Duarte, Michel Laforge, Rosa Mena y Enrique Tashintuña decidieron emprender en Megasano para brindar un espacio para empresarios, microempresarios y artesanos que se dedican a la fabricación de productos naturales y orgánicos. Laforge, un ingeniero agrónomo, señala que muchos productos se cultivan con químicos y los animales se desarrollan gracias al consumo de balanceados y hormonas. Por esa razón, su negocio busca «que el cliente consuma productos de calidad y naturales».

    Gabriela Andrade es vegetariana y considera que encontrar lugares que sean proveedores de carne vegetal es complicado. «Lo bueno de Megasano es que tienen productos que otras empresas no. La carne vegetal es difícil de conseguir y ahí la puedo encontrar con facilidad».

    El portafolio de la firma abarca unos 300 alimentos entre hortalizas, lácteos, quesos, carne vegetal, carne animal y productos de belleza. «Algunos productos no son 100% orgánicos. Por ejemplo, la miel es natural, pero no podemos garantizar que la abeja no consuma de una plantación con químicos y la miel no contenga productos nocivos. Por eso comercializamos lo natural», dice Laforge.

    En enero del 2013, Megasano comenzó como una iniciativa en Internet, donde los clientes realizaban sus pedidos. Los productos, según la especificación del cliente, se pueden entregar a domicilio o pueden ser retirados desde un punto de encuentro. A partir de marzo del 2014, decidieron ampliar su mercado e inauguraron un local en la av. de los Shyris y Gaspar de Villarroel (norte).

    40 proveedores trabajan con Megasano. El pago por sus productos es de manera inmediata y solo se encuentra a consignación aquello que se establecen por requerimiento de los productores. «Practicamos una política de precio justo con los proveedores. Nuestra ganancia no supera más del 35% del precio del producto», indica Duarte.

    Verónica Parra, propietaria de la microempresa Yananti, es una de sus proveedoras. Indica que se siente a gusto de las políticas de comercio justo que manejan, ya que le permiten desarrollar de manera positiva su emprendimiento.

    La facturación mensual de Megasano oscila entre USD 4 000 y 4 500 al mes. El 50% de sus ventas son por Internet y el resto en la tienda. Para las compras en Internet no se realiza el pago en el sitio web. La compra es directa o con transferencia bancaria y el costo del envío en Quito es USD 1,50. «Miércoles se cosechan las hortalizas y el jueves ya enviamos», dice Alexandra Duarte, administradora de Megasano.

    Sus principales clientes son personas menores de 30 años, vegetarianos y practicantes del yoga. Daniel Heredia, cliente de Megasano, señala que lo que más les gusta es la variedad y los bajos precios. «Uno piensa que porque es orgánico el producto es caro. Es todo lo contrario».

    Así también instituciones públicas y privadas solicitan sus servicios. Una escuela en Conocoto también solicita sus productos, por las normativas para brindar productos naturales a los niños.