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  • En sus diferentes facetas fomenta el bienestar

    Patricia González  (I)  patriciag@elcomercio.com

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    A sus 30 años de edad, Carolina Báez tiene su propia empresa: Zalú Vida Sana, y es cofundadora de otras dos firmas. La habilidad para los negocios se la transmitió su padre, Marcelo Báez, su gran inspiración de vida.

    De pequeña, él solía llevarlas a ella y a su hermana melliza, Gabriela, a su empresa: Bunker, especializada en seguridad automotriz. “Nos compartía sus experiencias con el fin de empoderarnos. Lo que él quería, lo hacía”.

    Estudiaron en la Academia Cotopaxi, lo que les permitió tener una formación multicultural, al compartir con estudiantes extranjeros. En casa no se veía televisión, el tiempo libre era para las actividades extracurriculares: violín, flamenco, tenis, italiano…

    Gabriela fue su cómplice de travesuras en la niñez, la compañera de fiestas, la ‘roomate’ en la universidad y el hombro necesario en el momento más duro.

    Su padre era un apasionado de los autos y las motos. Además de la empresa de seguridad, se dedicó a la compraventa de vehículos y practicó el deporte tuerca, hasta su último día. En abril del 2010, él falleció en un accidente de rally.

    Carolina recibió la noticia en Boston, Estados Unidos, donde se encontraba junto a su hermana cursando Administración de Empresas, en Babson College. Volaron a Ecuador para acompañar a su madre, Eliana Hernández. Luego, retornaron. “Nos tocó asumir los dos últimos años con una fortaleza increíble. Fue vivir esa experiencia de una manera diferente. Graduarnos fue un logro muy importante”.

    Años después, el dolor de la muerte de su padre lo transformó en un libro sobre su vida, titulado ‘A su manera’ y en el que quiso inmortalizar sus enseñanzas.

    Recuerda que su primer emprendimiento lo tuvo en Boston, junto a su hermana. Se llamaba
    EcuaRoses, marca con la que vendían rosas ecuatorianas en restaurantes y en un centro comercial.

    En 2012, retornaron al país con la idea de trabajar en la empresa familiar. Pero, Carolina decidió tomar otro camino, que le resultaba conocido por la formación altruista que tuvo en casa. Su deseo era hacer labor social y creó el proyecto Risas, con el cual recaudaba fondos para instituciones educativas de escasos recursos.

    Carolina Báez en un taller de cocina saludable de su empresa Zalú. Foto: cortesía
    Carolina Báez en un taller de cocina saludable de su empresa Zalú. Foto: cortesía

    La filantropía la continuó practicando desde otra faceta. En noviembre del 2014 fue coronada ‘Reina de Quito’. El modelaje era un mundo ajeno para ella, con el que conectó al volver de EE.UU., sin buscarlo. Con sus 1,77 metros de estatura y ojos claros, llamó la atención de las marcas y de la Fundación Reina de Quito, que la invitó a participar en el concurso un año antes de ella postularse.

    Esa experiencia, asegura, le cambió la vida: “Fue un año muy fuerte, de mucho trabajo, en el que vi una ciudad distinta a la de mi día a día. Se te mueve el corazón”. Durante su reinado, lideró el proyecto ‘Unidos por el respeto mutuo’, cuyo objetivo era combatir la violencia contra la mujer, pero desde el respeto entre los dos géneros. Una iniciativa que llevaron a barrios y colegios de la capital.

    “Carolina es de las personas más íntegras que conozco. Es leal, buena amiga, familiar. Es alguien que se preocupa por el bienestar de los otros. Es alegre, fiestera”. Así la describe su amiga desde hace una década, Manuela Londoño.

    En el 2016 se mudó a Madrid, donde cursó un MBA, con enfoque en mercadeo digital, en el Instituto de Empresas. “¡Qué ciudad tan increíble! Es segura, te sientes libre de caminar”, recuerda sobre la urbe que la acogió por dos años. Luego de terminar la maestría, se quedó un año más trabajando para una agencia digital.

    Mientras estuvo en Madrid, aprovechó para certificarse a distancia como Health Coach en el Institute of Integrative Nutrition, de Nueva York. Actualmente, cursa en línea una maestría en Nutrición y Dietética, en Esneca Business School.

    En julio del 2018, de vuelta al país, fundó Zalú Vida Sana, una plataforma de bienestar integral, dirigida a particulares y empresas. Rebeca Rubio, trabajadora de la firma, destaca la perseverancia y el amor que la emprendedora pone en todo lo que hace.

    “Es una persona con mucho ímpetu a la hora de trabajar”, añade Alexis García, su amigo y socio en Brainfluenz, una agencia de mercadeo de ‘influencers’. Carolina es además cofundadora de Zpace, plataforma que fomenta el emprendimiento femenino.

    Sueña con ser madre; mientras llega el momento sus mimos son para ‘Muñeco’, su perro, quien llegó tras la partida de su padre. Pero, el sueño no parece lejano. Carolina tiene planes de matrimonio con José Ignacio Valenzuela, para septiembre del 2021. Luego de casada, vivirá en México, desde donde impulsará sus proyectos.

    Carolina Báez en su graduación de MBA en el Instituto de Empresas en Madrid. Foto: cortesía
    Carolina Báez en su graduación de MBA en el Instituto de Empresas en Madrid. Foto: cortesía

    Su CV
    Administradora  de empresas, con especialización en emprendimiento. Babson College (EE.UU.), 2012.
    MBA. Instituto de Empresas (Madrid, España), 2017.
    Healht Coach.  Institute of Integrative Nutrition, 2018.
    Reina de Quito,  2014-2015.
    Fundadora de Zalú Vida Sana.
    Cofundadora  de las empresas Zpace y Brainfluenz.

    Carolina Báez es emprendedora, coach de vida saludable y gestora de proyectos sociales. Fue Reina de Quito(2014-2015). Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Carolina Báez es emprendedora, coach de vida saludable y gestora de proyectos sociales. Fue Reina de Quito(2014-2015). Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Ella es una experta de la industria naviera

    Priscilla Alvarado

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    La perseverancia y la actitud son parte de la herencia familiar de Ana María Cañarte Molestina, gerente comercial de SeaLand, una compañía de la naviera Maersk.

    Nació en Guayaquil hace 37 años y es la menor de cuatro hermanos. Sus padres tienen una especial influencia en su carácter. De su madre heredó el espíritu de liderazgo y la calma; de su padre, la actitud y la sed por abrirse a conocer el mundo.

    Estudió la escuela en la Unidad Educativa Nuestra Señora de la Merced y el colegio, en el Nuevo Mundo en Guayaquil.

    Ana María cataloga a su etapa colegial como llena de retos. “Siempre fui muy extrovertida y me gustaba influir en la gente. Por ejemplo, aunque no ocupe cargos de presidenta de Consejo Estudiantil o cosas por el estilo, era la que armaba los equipos y lideraba actividades extracurriculares”.

    A los 18 ingresó a estudiar Comercio Exterior en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES). Para Cañarte empezar la carrera fue la pieza que faltaba en el “rompecabezas de su vida”. Siempre le interesaron las relaciones internacionales y el movimiento comercial del mundo.

    “Siempre supe que lo mío no eran los números y la ingeniería fría. Quería ser el nexo con los consumidores y conocer su comportamiento”.

    Ya en la universidad, participó en el International University Program que reforzó aún más la línea quería seguir.

    Simultáneamente al primer año de carrera empezó a trabajar a medio tiempo en Avianca. Cañarte afirma que su padre tuvo “muchísimo” que ver en su formación.

    “Él era muy estricto y me enseñó a no quedarme sin hacer nada. Debía ser integra y positiva”.
    En Avianca laboró casi tres años en el área comercial; luego pasó a Tame a ocupar un cargo similar.

    Al final de su carrera universitaria, en el 2006 se abrió la vacante en Maersk y la tomó. Relata que las pruebas de ingreso fueron complejas. Las matemáticas, el inglés y los test psicológicos eran vitales para el puesto.

    En ese momento, cuenta Ana María que cayó en cuenta de que ocuparía un cargo de ventas pero de un sector que mueve la economía mundial. Pasaría de vender ‘tickets’ aéreos a vender los espacios en el barco. Fue así como con 23 años de edad ingresó a la naviera danesa Maersk.

    Empezó ocupando el cargo de ejecutiva de ventas. A los seis meses se desempeñó como coordinadora de ‘E-commerce’.

    Con este puesto empezaron los viajes, situación que para la joven era completamente nuevo. “Yo estaba recién comprometida y viajaba a menudo una o dos semanas a distintos países del mundo como representante de Ecuador”.

    Tiempo después, en la firma naviera hubo una reestructuración en la forma de trabajo y se enfocó en el posicionamiento de cuentas clave. En el 2009 pasó a ser coordinadora de ventas para el segmento refrigerado y cuentas clave del grupo hasta el 2012.

    Entre 2012 y 2013, Ana María viajó a Brasil a capacitarse sobre el uso de un nuevo sistema. Ella fue la responsable de implementar el sistema de optimización, utilización y rentabilidad de servicios para la región Costa Pacífico del grupo naviero. Luego se desempeñó como supervisora de ventas de Maersk hasta el 2015.

    Durante estos años, aparte de su crecimiento profesional, fortaleció vinculos familiares. Contrajo matrimonio y tuvo a sus hijos.

    Jéssica Flores, amiga de Ana María por más de 20 años, la cataloga como una gran líder tanto en su trabajo como en su hogar. “No es la jefa tradicional. Es muy involucrada y busca el bienestar para todos. No le gusta que nadie tenga una mala actitud. Es increíble cómo divide su tiempo y es una buena jefa y una buena mamá”.

    En el 2015, Maersk decidió relanzar SeaLand. Ana María explica que la compañía apostó por el tránsito intrarregional, replicando lo que ya se hacía en Europa, Asia y África con otras líneas.

    Con el lanzamiento, la joven recibe la propuesta de gerenciar comercialmente la compañía.
    Para Ana María el reto más grande fue ser la cabeza de una organización. “Estaba acostumbrada a rendir cuentas a un jefe, ahora yo era uno”.

    En el 2015 arrancaron siete personas para SeaLand ahora son 12. “Siempre recuerdo las palabras de mi padre sobre la actitud y es lo que hago diariamente”, cuenta Cañarte. Acuñó el lema “Can do attitude” (hazlo con actitud) y así continúa haciéndolo.

    Según la gerente comercial, la clave es mantener la comunicación oportuna. El hecho de ser mujer da un ‘plus’ al estar en un entorno masculino. En la compañía y en la vida se promueve el empoderamiento y eso es vital.

    Una imagen con los funcionarios del Senae y Maersk. A lado junto a su esposo y sus cuatro hijos en Guayaquil. Abajo, con su equipo de Sealand en la fiesta de Fin de Año de 2019. Fotos: Enrique Pesantes /LÍDERES  y archivo particular
    Una imagen con los funcionarios del Senae y Maersk. A lado junto a su esposo y sus cuatro hijos en Guayaquil. Abajo, con su equipo de Sealand en la fiesta de Fin de Año de 2019. Fotos: Enrique Pesantes /LÍDERES y archivo particular
  • Combina lo legal con la innovación

    Patricia González

    Redactora (I)

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    Luis Felipe Borja es ecuatoriano de nacimiento. Pero, con 29 años, ha vivido mucho más tiempo en el extranjero, que en el país.

    Vivir en Perú, Madrid, Egipto, Estados Unidos y China, además de Ecuador, le ha marcado positivamente: “Estos cambios construyeron mi carácter y forma de pensar hacia un mundo más abierto”.

    En 1995, luego del fin de la Guerra del Cenepa, Luis Felipe, con cinco años de edad, se mudó al Perú con su familia, por misión diplomática de su padre. Allí cursó sus primeros años de educación, en el Colegio Alemán.

    A pesar de que eran tiempos conflictivos en el Perú, durante cinco años tuvo la oportunidad de conocer buena parte del país, recorriendo toda la zona costera y sitios como las líneas de Nazca.

    De vuelta al Ecuador, le inscribieron nuevamente en el Colegio Alemán, donde estudió hasta primer año de secundaria. Sin embargo, por una nueva misión de su padre, la familia emigró en el 2001 a Madrid, donde cursó el segundo año de secundaria en el Colegio Santa Joaquina de Vedruna.

    De ese año en España conserva muy buenos recuerdos turísticos, pero también el rechazo de los españoles hacia los ecuatorianos en una época de migración masiva. Él y su hermana menor eran los únicos latinos en el colegio.

    Luego, llegó a El Cairo, Egipto, un giro total a nivel cultural y religioso, que Luis recuerda como una de las mejores experiencias de su vida. “Son gente muy amable, de altos valores éticos y morales. No he conocido un país más amigable al extranjero”.

    Luis Borja se graduó en 2017 de una Maestría en Derecho Comercial y Civil Chino, en la Universidad de Pekín.
    Luis Borja se graduó en 2017 de una Maestría en Derecho Comercial y Civil Chino, en la Universidad de Pekín. Foto: Cortesía

    Aunque es católico, a partir de esa experiencia, decidió adoptar lo mejor de cada creencia o religión. De la Fiesta del Sacrificio, una de las mayores festividades del Islam, aprendió sobre la importancia de compartir con la gente menos afortunada. Durante los dos años que vivió allá, estudió en un colegio americano.

    De Egipto, conserva buenos amigos. Uno de ellos es Hassan Ramzy, quien lo considera una persona solidaria, genuina y leal, que valora a su familia y amigos.

    La secundaria la culminó en el colegio público Richard Montgomery, en Maryland, EE.UU. Además del gran cambio cultural, por primera vez percibió la segregación racial en el sistema escolar.

    Con 17 años retornó a Ecuador, junto a su familia. Por influencia familiar e interés personal, estudió Derecho en la Universidad de Las Américas. En el segundo año comenzó a trabajar, como pasante en el Juzgado Sexto de lo Civil, de Pichincha. Luego, lo contrataron como asistente legal en Fabara & Compañía Abogados, donde estuvo por un año y tres meses.

    Al poco tiempo, ingresó como asesor legal junior a la firma RP&S, que tenía a su cargo los servicios legales de Deloitte. Allí duró cerca de dos años, mientras culminaba la carrera.

    La curiosidad que le despertaba el nivel de relaciones que mantenían América Latina y China, le impulsó a postularse a una beca del gobierno chino, para estudiar una maestría en Derecho Ambiental, en la Universidad de Pekín. En el 2013, ganó la beca completa y se mudó a China.

    La beca incluía un año de estudio del mandarín, que logró extender por un año más. Además, le permitieron cambiar la maestría elegida inicialmente por Derecho Comercial y Civil Chino, estudios que cursó entre el 2015 y 2017.

    José Antonio Hidalgo, ecuatoriano que fundó la Asociación de Jóvenes Latinoamericanos en la Universidad de Pekín, grupo que luego presidió Luis, lo recuerda como una persona responsable, con ganas de mostrar la identidad latinoamericana y despertar el interés por la región y el país.

    En el 2018, participó en el XV Foro Internacional de Shangai sobre Propiedad Intelectual.
    En el 2018, participó en el XV Foro Internacional de Shangai sobre Propiedad Intelectual. Foto: Cortesía

    Durante el último año de la maestría realizó una pasantía en un bufete especializado en propiedad intelectual, que representaba a marcas extranjeras en China. En esa misma rama, le contrataron luego de graduado en AndunIP, firma localizada en la ciudad de Shenzhen, que por medio de una plataforma conecta a abogados e investigadores con clientes. Borja es el gerente del Departamento Internacional.

    “En China descubrí una nueva forma de asesoría legal, ligada a la tecnología. Shenzhen es la apertura de China al resto del mundo”, comenta Luis, con la certeza de estar en el mejor lugar del mundo para aprender de innovación.

    Uno de sus hobbies desde la adolescencia es el montañismo. En octubre, planea visitar con su padre el campo base del Everest, en una excursión de 16 días, para la cual ya se están entrenando.

    Enfoque en propiedad intelectual

    AndunIP es una plataforma digital que reúne a abogados, investigadores y especialistas en tecnologías de la información en China, para ofrecer servicios de protección de propiedad intelectual.

    Funciona como una compañía inversora, al financiar el servicio que brinda a sus clientes (representación en procesos administrativos, de litigio o conciliación). Sus ganancias provienen de los juicios que ganan en cortes judiciales.

    La plataforma agrupa a cerca de 500 abogados y firmas de expertos en propiedad intelectual. Además, cuenta con equipos de investigación en 34 provincias de China, especializados en rastreo y análisis de datos.

    Al mes atiende cerca de 1 500 casos, de más de 300 clientes, quienes pueden hacer el seguimiento de los procesos en la plataforma.

    Como gerente del Departamento Internacional, Luis Felipe Borja, se encarga de brindar asesoría legal a clientes chinos con problemas en el exterior, y viceversa, a clientes extranjeros en China. También de afianzar alianzas con firmas legales en el exterior, que les permitan llevar casos en sus jurisdicciones. La firma está en proceso de expansión internacional.

    Luis Felipe Borja Dirige el Departamento Internacional de una firma china de propiedad intelectual
    Luis Felipe Borja dirige el Departamento Internacional de una firma china de propiedad intelectual. Foto: Cortesía
  • Viajar y emprender son la esencia de esta mujer

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario LÍDERES (I)

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    Ingeniera en sistemas. Estudió un MBA con especialidad en marketing. Trabajó en dos multinacionales y luego fundó un restaurante en el centro de Quito, en el que “se sufrió mucho”. Luego se mudó al Perú para trabajar en una compañía de la industria panificadora. Allá siguió estudiando y emprendió nuevamente, pero en el sector del comercio electrónico.

    Desde el 2013 empezó a viajar por el mundo con la meta de conocer y aprender de la mayor cantidad de culturas posibles. Ya ha visitado 27 países y ahora Ivette Montalvo se encuentra ‘radicada’ en la India, donde tiene un nuevo emprendimiento vinculado con las artesanías y el diseño.

    Quienes la conocen coinciden en que se trata de una mujer que siempre quiere aprender, que no le gusta la rutina y que cuenta con ideas frescas y creativas.

    Con 44 años de edad, esta ecuatoriana que fue una pionera del fútbol femenino en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, se encuentra hoy en Mumbai, una de las principales ciudades de la potencia asiática, con más de 18 millones de habitantes. Esta megaurbe de la costa oeste de la India es una suerte de base de operaciones de esta ecuatoriana que ama viajar y descubrir lugares.

    Ivette Montalvo en su trabajo en Perú. Foto: Cortesía
    Ivette Montalvo en su trabajo en Perú. Foto: Cortesía

    Desde Mumbai recorre distintos puntos del país asiático. Además allí tuvo la idea de crear Ewet, una marca de pañuelos de seda. Para esto Montalvo recorrió diferentes lugares y como una apasionada por el diseño y buena emprendedora dio forma a un negocio que crece con el tiempo.

    Cuando habla de sus viajes, Montalvo lo hace con pasión y alegría. En una entrevista que concedió a LÍDERES hace dos semanas, vía Skype, cuenta que su primer viaje lo hizo en el 2013. En ese entonces tenía terror de viajar sola. Pero venció sus miedos y ahora nada la detiene. “He recorrido 27 países, siendo Bangladesh el país más retador y la India el más encantador. En África, Tanzania se lleva el título de maravilla natural”. También estuvo en Ghana, donde trabajó como voluntaria para Global Mamas, una organización no gubernamental que empodera mujeres: “fue el país que más crecimiento personal me ofreció”.
    Una de las representantes de Global Mamas, Kristin Johnson, escribió a Montalvo una sentida carta de agradecimiento. “Recordamos mucho el increíble trabajo que hiciste con nosotros. Tu sentido percepción es fenomenal”.

    En la carta Johnson hace hincapié en los esfuerzos de Montalvo. “Quiero que sepas que tus planes tuvieron y tendrán un alto impacto en la labor que realizamos y en el futuro de Global Mamas”.

    Luego de brillar en multinacionales decidió dejarlo todo y ahora viaja por el mundo buscando experiencias y haciendo negocios.
    Luego de brillar en multinacionales, Montalvo decidió dejarlo todo y ahora viaja por el mundo buscando experiencias y haciendo negocios. Foto: Cortesía

    Para financiar sus viajes Montalvo cuenta que lo vendió todo en Ecuador: casa, auto, muebles, etc. Con esos recursos también continuó su formación y en el 2015, por ejemplo, estudió un diplomado de Design Thinking en Parsons-Mumbai. “Ahora tengo un doctorado viajando sola’. El viajar lo comparo con cualquier posición gerencial; es necesario planificar, presupuestar, tomar decisiones, negociar, ser flexible para cambios inesperados, en ciertos casos liderar y especialmente mantener una mente y corazón abiertos”.

    Ramiro Moncayo fue director de Recursos Humanos de Nestlé y recuerda a Montalvo. Él cuenta que esta quiteña se incorporó al departamento de informática de la compañía y que siempre quiso destacarse. “No le gustaba estar en un solo sitio y gracias a sus estudios posteriores en marketing, pasó al área comercial”.

    Montalvo con sus compañeros de la PUCE. Foto: Líderes
    Montalvo con sus compañeros de la PUCE. Foto: Líderes

    Para Moncayo, una de las cualidades de Montalvo es motivar a las demás personas. Una de las últimas veces que se vieron en persona fue hace un año y medio cuando la ecuatoriana estuvo una temporada en Ecuador. “Me pidió salir con mi grupo de ‘trekking’ y subimos a montañas como el Corazón, Rumiñahui y los Illinizas Norte. Se desenvolvió muy bien porque siempre fue deportista”.

    Nelson Peñarreta fue su compañero en el MBA del Tec de Monterrey. Él la describe como una persona brillante y creativa, siempre con ideas innovadoras y muy llamativas. “Lo que está haciendo hoy en día es impresionante. La capacidad que Ivette tiene para mirar la culturas y entenderlas es espectacular”.

    Al mirar su trayectoria, Montalvo se muestra satisfecha. “Tengo lo mejor de la empresa privada y del emprendimiento. Las multinacionales me formaron de tal manera que te llevas por planes, fechas límites y otras variables que permiten cumplir objetivos. De los emprendimientos que tuve y tengo también aprendí”.

    Los planes futuros son claros: “Quiero viajar lo que más pueda y Asia es mi siguiente meta. La idea es generar productos que comuniquen experiencias de viaje”.

    Un espacio para compartir travesías

    A Ivette Montalvo siempre le llamaron la atención los colores y las texturas. Ese gusto le impulso a tener su tercer emprendimiento, al que hoy en día le dedica todo su tiempo. Es la marca Ewet.

    “El objetivo es comunicar tanto mis orígenes, como mis experiencias de viaje, esto a través de accesorios principalmente para mujeres y a futuro elementos de decoración de hogares”. Montalvo explica que la idea fue creciendo y alimentándose durante los años de exploración por distintos continente. “Cada país tiene algo único y especial que ofrecer”.

    Con Ewet Montalvo conserva intacto su espíritu emprendedor. La colección Orígenes está compuesta de pañuelos de seda producidos en India; tanto de satín, como crepe. Los diseños están inspirados en iconografías precolombinas y están a la venta en tiendas como Olga Fisch Folklore, Plaza Naya y el Patio Andaluz. “Actualmente estoy en negociaciones para entrar en tiendas exclusivas en Mumbai”, añade esta ecuatoriana.

    Montalvo también dedica su tiempo al blog ewetjourney.com. La idea es promocionar productos nacionales insignia, como el sombrero de paja toquilla “primero porque es fácil llevarlo en mochila y segundo porque hay una necesidad de contar al mundo que es un producto ecuatoriano”.

    Los recorridos por distintas geografías no se detienen. La semana pasada estuvo en una isla, alejada de la vida moderna, casi incomunicada, pero aprendiendo y conociendo.

    “Un día en viaje cada país es diferente, no estás en una rutina. Salgo a las ocho o nueve de la mañana y dedico el día entero a conocer gente, buscar artesanías, descubrir el lugar”, cuenta Montalvo con un tono marcado por la alegría y la curiosidad.

    Ivette Montalvo, luego de culminar su MBA en el Tec de Monterrey. Foto: Cortesía
    Ivette Montalvo, luego de culminar su MBA en el Tec de Monterrey. Foto: Cortesía
  • Entender y mejorar la política pública es su pasión

    Patricia González

    Redactora (I)

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    El análisis de la política, más que su ejercicio, cautivó a Ana Patricia Muñoz desde joven. Una pasión que logró ir engranando con su profesión de economista.

    La actual directora de Grupo Faro, de 38 años, nacida en Quito, es la única mujer de una familia de tres hermanos. La casa de sus padres la recuerda como el punto de encuentro de una numerosa familia materna. Las vacaciones solía pasarlas en Cuenca, con su abuela o tía paterna.

    Estudió toda su etapa escolar en el Colegio La Condamine, en Quito, de donde egresó con especialización científica. Su gusto por las matemáticas la llevó hasta las aulas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) para cursar Economía.

    Las artes escénicas fueron otra pasión que conoció en la adolescencia. Hizo teatro desde muy joven, en el colegio, hasta la época universitaria, en la que incluso se fue de gira por varias ciudades del país con el grupo de la PUCE. “Soy muy planificada con mi vida y el teatro fue para mí una oportunidad liberadora”.

    Sus primeros trabajos fueron como profesora particular de física, matemática y francés, en sus tiempos de universidad. En los dos últimos años de la carrera fue asesora económica de un legislador.

    Con la planificación que la caracteriza, al graduarse se fue dos años a Canadá, para cursar una maestría en Economía, con mención en Economía del Desarrollo e Internacional, en la Universidad de Montreal, lo que además le permitió practicar el francés que había aprendido en el colegio.

    “Es importante probar suerte en un lugar sin lazos. Montreal es una ciudad muy diversa y progresista, con mucho respeto al otro”, comenta sobre esa primera experiencia como migrante.

    Al culminar retornó al país. Se casó, con 25 años, y emigró nuevamente. Esta vez a Estados Unidos, al estado de New Hampshire, donde su esposo cursaba una maestría. A la par, ella estudió otra maestría en Políticas Públicas, en la Universidad de Brown, en el estado de Rhode Island.

    Al culminar sus estudios, ingresó a trabajar a la Reserva Federal de Boston, donde acumuló una trayectoria de 10 años. En un principio trabajó para el Departamento de Investigación como investigadora asociada. Luego de dos años y medio, pasó al Departamento Comunitario, donde ocupó distintas posiciones hasta alcanzar la Vicepresidencia Júnior de Investigación y Comunicación.

    Lideró proyectos de investigación en distintos temas, como los retos y oportunidades de los emprendedores latinos y los factores que ayudan a las ciudades a mejorar. Uno de los trabajos de mayor repercusión, ‘El color de la riqueza en Boston’, analizó las disparidades en riquezas entre los diferentes grupos raciales de la ciudad, producto de políticas públicas discriminatorias.

    Para Lenin Parreño, quien fue su profesor en la PUCE y director de tesis, Ana Patricia es una persona que equilibra muy bien la eficiencia con la equidad e inclusión social, algo difícil para los economistas, reconoce. “Es muy consistente con sus principios”.

    En junio del 2017 retornó al Ecuador, junto a su esposo y dos hijos, actualmente de 8 y 6 años. Además de desear que los niños crecieran junto a su familia, era consciente de que en el Ecuador eran mayores las necesidades y que podía aportar a un cambio con sus conocimientos y experiencia.

    Gracias a que conocía desde mucho tiempo antes al fundador del centro de investigación Grupo Faro, lo contactó meses antes de venir al país y aplicó para liderar un proyecto de la organización. Ganó la convocatoria y seis meses antes de regresar comenzó a coordinar un proyecto para incentivar la investigación entre las universidades y la sociedad civil.

    Al poco tiempo también ganó una nueva convocatoria para liderar el proyecto de promoción política Ecuador Decide. En junio del 2017 se integró oficialmente a la organización como coordinadora de proyectos. Y en febrero del pasado año, asumió la Dirección Ejecutiva de Grupo Faro, desde donde ha procurado dar un mayor énfasis a la investigación y al análisis económico.

    “Es una mujer muy preparada y generosa con sus conocimientos, siempre dispuesta a compartir y aportar. Una persona sumamente ética y que, como líder, estimula el liderazgo de otros”, comenta Estefanía Terán, directora del área de Democracia de Grupo Faro.
    Su amiga desde hace 23 años, Cristina Ortiz, la describe como una persona alegre, preocupada por los demás y apasionada por lo que hace. “Es sobresaliente en todo lo que se propone”.

    En un futuro, a Ana Patricia le gustaría aportar al país desde la academia, como profesora.

    Ana Patricia Muñoz Es la directora Ejecutiva de Grupo Faro, centro de investigación independiente. Trabajó por 10 años para la Reserva Federal de Boston, EE.UU.
    Ana Patricia Muñoz es la directora Ejecutiva de Grupo Faro, centro de investigación independiente. Trabajó por 10 años para la Reserva Federal de Boston, EE.UU. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • En Europa exhibe su talento en marketing digital

    Carolina Enriquez

    (I)

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    Delinear estrategias para que más turistas lleguen a Ecuador es una parte del trabajo que Pierre Mickael Melo realiza en Trivago, la firma de tecnología que se especializa en servicios y productos de hotelería y viajes.

    Desde muy pequeño, este joven ambateño, de 26 años, se vinculó con el mundo de las compañías. Aplicaba sus ideas dentro de la firma comercializadora de materiales de construcción que tienen sus padres. “Cuando estaba en el colegio me había planteado emprender, pero primero quería conocer los aspectos de una empresa para lanzarme a aquello”.

    A la par fue un dotado en el aprendizaje de idiomas. A los 12 años había culminado su formación en inglés y luego continuó con mandarín, francés y alemán; estas dos últimas lenguas resultaron clave en su futuro.

    Alejandro Palacios, amigo de Melo desde los 13 años, lo describe como una persona extrovertida y con un don para saber llegar a otros con su palabra. Eso, comenta, fue trascendental para su desarrollo como profesional.

    Al terminar el colegio San Pío X tenía claro que al mismo tiempo que quería dedicarse a la administración de empresas, buscaba impulsar su lado creativo. Fue así como optó por la ingeniería en diseño industrial en la Universidad Católica de Ambato.

    Estudió entre 2010 y 2015 en dicho centro de estudios. Allí obtuvo bases de marketing, que le ayudaron a decidir por una carrera de cuarto nivel. “Aprendí a conocer las necesidades de los clientes. Me comenzó a gustar el marketing porque comunica y redirecciona a quién vender, cómo vender y cuándo vender. En la maestría buscaba moverme en el entorno del marketing no convencional”.

    Escogió el área digital porque el campo laboral es amplio y porque genera oportunidades de crecimiento profesional. Es, manifiesta, una tendencia empresarial.

    Así fue que se decidió por el Iéseg School of Management, en Lille (Francia). Entre 2016 y 2017 estudió allí su maestría en marketing digital y CRM.

    Cuando llegó a este centro de estudios, Melo no solo tenía el bagaje universitario, sino el de su propia experiencia. Durante su tiempo libre, este joven ingresó a cursos, seminarios, plataformas de capacitación y tutoriales sobre marketing digital y manejo de tiendas en línea.
    En 2015 desarrolló algunos portales para vender cosméticos, tecnología, entre otros. Aunque ganó experiencia se dio cuenta que había mucho que aprender.

    Eso lo consiguió en su maestría y, más adelante, en el mundo laboral. Al terminar sus estudios el ingeniero desarrolló una pasantía en París para la ‘start up’ Tourblink.

    Esta firma crea aplicaciones para ciudades o museos que permiten hacer recorridos a pie, por cuenta propia. Allí Melo hacía tomas, ediciones de video, publicaciones en redes sociales, desarrollo de mecanismos para dar tráfico a la página, entre otros.

    En dicha plataforma estuvo tres meses. Antes de ingresar a esta práctica, el ingeniero había aplicado a Trivago; tuvo cinco entrevistas, en las que tenía que analizar datos, resolver casos reales y responder preguntas de razonamiento. Al final, resultó contratado.

    Inició con el puesto de especialista en marketing digital para América Latina. Para asumir su puesto se mudó a Dussëldorf (Alemania), centro de operaciones de la empresa internacional.

    A
    llí trabajaba con seis personas y estuvo a cargo del mercado de Chile, Ecuador y Uruguay. Promovió, especialmente, los destinos turísticos de los dos últimos países con estrategias como el uso de redes sociales e inversiones.

    Sus resultados fueron positivos y consiguió el cargo de especialista de Facebook para la región, es decir el puente entre esta red social y su equipo en Trivago. Al poco tiempo, tras una reestructuración, asumió el puesto de especialista de Facebook y Google para América Latina; maneja los mercados de México, Brasil, Colombia y Ecuador. “Tengo un proyecto enfocado a mercados en los que hay desconocimiento. Se centra en conversar con los ministerios de turismo de cada nación para hacer asociaciones”.

    Actualmente, Melo se encarga de crear estrategias de marketing por medio de canales digitales. Para ello analiza y cuantifica datos; la idea es “llegar al usuario correcto, por el medio más óptimo, con el mensaje adecuado”, comenta.

    Martín Pino, colega de Trivago en Argentina, dice que el ecuatoriano ha contribuido de manera positiva en el desarrollo de varios mercados en la región. Asegura que tiene los conocimientos necesarios para su tarea profesional y a eso se suma su facilidad para relacionarse con las personas y generar un vínculo con sus colegas.

    Mickael Melo cuando llegó a la final regional del Hult Prize en el 2017. A la derecha, junto a su familia en su graduación.
    Mickael Melo cuando llegó a la final regional del Hult Prize en el 2017. A la derecha, junto a su familia en su graduación. Foto: Cortesía Pierre Mickael Melo
  • Ella abre mercado a productos de nicho en Paraguay

    Evelyn Tapia

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    Cuando Maribel Herrera decidió comenzar a practicar equitación tenía 28 años. Su mejor amiga, Sofía Darquea, la acompañó a tomar clases en una escuela de equitación en Tumbaco.

    Darquea, su amiga desde que estudiaban juntas en el colegio La Dolorosa, en Quito , recuerda que en una ocasión, Herrera tenía dificultad con un ejercicio. “A ella no le salía, y la profesora le dijo que deje de intentarlo, que no podría hacerlo, pero eso fue como si la hubieran impulsado más y lo logró”.

    Ella siempre ha sido así, tiene mucha determinación para conseguir lo que quiere y lo ha logrado, añade su mejor amiga.

    En Asunción (Paraguay), en donde está radicada hace seis años, Herrera es la responsable de que la marca de botas a medida para equitación, Charvet Equestre, se venda a jinetes en tierra guaraní desde julio del año pasado. Para febrero de 2019, Maribel comenzará a comercializar productos para practicar equitación.

    Se trata de una asociación con el dueño de la marca, Rolando Charvet, que le dio el derecho de representación en el extranjero, de estas botas fabricadas en Ecuador.

    Cuando esta quiteña, graduada de Lingüística y Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, habla sobre caballos, su voz adopta un tono distinto, más efusivo, que deja ver el cariño que le despiertan estos animales.

    A pesar de las caídas en el camino del aprendizaje, es una apasionada de la hípica desde hace 20 años.Además de practicar diariamente en el Club Hípico Paraguayo, en donde también trabaja en terapias de recuperación para caballos, es jurado de competencias internacionales en el Club Rakiura. “Vivir en otro país implica deslindarse de familia, amigos y para mí fue un soporte practicar este deporte que me encanta”.

    En el 2017, junto a su caballo, Alicante, Maribel quedó vicecampeona en el Campeonato Nacional Ecuestre, en Paraguay.

    Alicante tenía 16 años cuando ella acababa de llegar a Paraguay, por el trabajo de su esposo, que es consultor internacional para la Unión Europea. El caballo había sido abandonado y estaba en mal estado, pero Maribel lo adoptó y logró que vuelva a la pista.

    A inicios del año pasado, una lesión obligó a Alicante a dejar las competencias y fue enviado a una finca de descanso. Herrera buscó algo que la mantenga más ocupada, para superar esa separación y propuso a Rolando Charvet la asociación para traer y promocionar las botas en Paraguay, en donde la marca ha auspiciado a competidores que han ganado carreras hípicas.

    Herrera es la mayor de los cuatro hijos que tuvieron Hilda Muñoz y Pedro Herrera (+), oncólogo y cirujano taurino.

    Su hermano, Diego, dice que cuando ella comenzó a practicar equitación se sorprendió, porque antes no había mostrado interés en ello. Pero luego de analizarlo, Diego cree que la pasión que tiene su hermana por la hípica tiene relación a la infancia que pasaron en haciendas, en el campo, y a la afición que tenía su padre a los toros.

    Desde los 19 años Maribel Herrera había estado ligada al mundo de los viajes, trabajó en agencias turísticas y en 1997 creó su propia empresa de turismo. El negocio lo tuvo que cerrar en el 2003, cuando por el trabajo de su esposo se mudó a El Salvador, en donde vivió tres años.

    Los viajes por el mundo, el conocer nuevas culturas y hablar cuatro idiomas, asegura, le han ayudado a hacer contactos y a convertirse en embajadora e impulsora de productos ecuatorianos con valor agregado.

    En Paraguay, un pequeño país de 6,8 millones de habitantes en el que la temperatura puede llegar a más de 40 grados, esta emprendedora ahora busca hacer un espacio para el chocolate ecuatoriano.

    Tras un viaje a Ecuador en junio del 2018, Herrera llegó a Asunción con muestras del chocolate orgánico sabor a frutos rojos y naranjilla que produce la emprendedora Delia María Guerra, con la marca Portoyana.

    El primer paso fue realizar un estudio de mercado e identificar la aceptación que podría tener el producto entre los paraguayos, que no están acostumbrados a este tipo de sabores, cuenta. Mediante catas y eventos de promoción, está cerca de alcanzar su meta. Hay siete empresas que están interesadas en importar el producto.

    En noviembre Portoyana participó en la Ronda de Negocios Multisectorial que realizó en Buenos Aires ProEcuador y hay una empresa interesada.

    Otro negocio con el que espera hacer espacio al nombre del país es el de los sombreros de paja toquilla. El año pasado comenzó a representar y comercializar la marca Charona Hats .

    Maribel Herrera con Alicante, el caballo con el que competía. A la derecha, con los chocolates de Portoyana en una ronda de negocios. Abajo, en un evento de diplomáticos en El Salvador.
    Maribel Herrera con Alicante, el caballo con el que competía. A la derecha, con los chocolates de Portoyana en una ronda de negocios. Abajo, en un evento de diplomáticos en El Salvador. Foto: Archivo personal Maribel Herrera
  • La pasión por vender le llevó al comercio en línea

    Carolina Enriquez

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    Ella comenzó vendiendo pulseras y tortas, cuando era niña. Ahora lidera en Ecuador la sucursal de una empresa de comercio electrónico regional. Para alcanzar este sitial, la quiteña Ximena Cevallos aplicó un dicho: la constancia vence lo que la dicha no alcanza.

    Esta ejecutiva se describe como una vendedora nata. Cuenta que inventaba emprendimientos para obtener ingresos. Sus ojos se humedecen cuando recuerda que creció solo con su mamá y que ante las necesidades económicas estudió contabilidad en el Colegio 24 de Mayo para trabajar y obtener ingresos lo más pronto.

    Cuando estaba en quinto curso consiguió una práctica preprofesional en la Rectificadora Botar. Al sitio acudió todas las tardes hasta que se graduó; no solo obtuvo experiencia sino que comenzó a ganar y a administrar su dinero.

    Era una vida sacrificada, pero emocionante, relata. Entre salir del colegio e ingresar a la empresa tomaba clases de inglés en la Escuela Politécnica del Ejército; allí aprendió ese idioma.

    Al graduarse del colegio, en 1991, consiguió un trabajo de cajera en el extinto Filanbanco. Un año después ingresó al American Junior College para estudiar una tecnología en Administración de Empresas. “Quería manejar una empresa y ser gerente. Lo que más me gustaba era mercadeo, saber cómo vender, posicionar productos, cambiar ideas, etc.”.

    Era agotador, pero ella creía firmemente que toda mujer debe tener una carrera profesional. Las noches estudiaba y las mañanas atendía en agencias del banco dentro de empresas como Coca Cola y Laboratorios Life.

    En esta última empresa su vida se transformó. La firma abrió en 1993 una vacante para visitadora médica y ella, sin conocimientos de medicina, aplicó para mejorar sus ingresos y crecer.

    Para lograr este puesto tuvo que seguir un curso y dar un examen que incluía conocimientos de anatomía. Fue duro porque la empresa contrataba profesionales ya con conocimientos médicos.

    Estudió mucho y gracias a ese esfuerzo la contrataron. En Laboratorios Life trabajó seis años; era tan hábil para vender que, ciertas veces, superaba hasta tres veces el cupo mensual asignado.

    Fue una de las primeras visitadoras mujeres en el país. El desarrollo profesional que alcanzó no fue suficiente pues quería ocupar un cargo de liderazgo. Al final, más hombres llegaron a esas posiciones y ella renunció para crecer.

    Tras ello, en el 2000, viajó a EE.UU. porque quería perfeccionar su inglés. Fue un desafío; estaba casada pero viajó sola y se llevó a su hija de dos años.

    Contrató una niñera que le ayudara y entre las 10:00 y las 16:00 aprendía lo más que podía en Utah Valley State University. Una de las cosas que más disfrutó fue obtener una A en una prueba en la que ni los japoneses, que eran los estudiantes más dedicados, lo lograron; sonríe al recordar.

    A finales de ese año volvió a Ecuador y se dedicó a terminar su carrera como administradora de empresas en la Universidad del Pacífico. En 2006, sin embargo, la vida le preparó un nuevo reto.

    Ximena Cevallos en una feria de flores de exportación. Foto: Cortesía
    Ximena Cevallos en una feria de flores de exportación. Foto: Cortesía

    Su esposo se dedicó a la exportación y ella quiso ayudarlo. Para ello estudió un diplomado en comercio exterior dictado entre la Federación Ecuatoriana de Exportadores y la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE).

    Los conocimientos que adquirió fueron la llave para que postulara por la vacante para gerenciar en Ecuador la empresa de comercio electrónico colombiana Ultrabox. Su esposo, Luis Serrano, supo del cargo que se ofertaba y no dudó en convencerla para que intentara conseguir dicho puesto.

    Lo hizo y ahora, 12 años más tarde, recuerda cómo con tremendas dificultades, por la desconfianza de ese entonces a las compras en línea con tarjeta de crédito, levantó la empresa en el país.

    Ernesto Leyva, gerente general y accionista de Ultrabox, destaca la responsabilidad, consagración e interés que Ximena tiene por la empresa. “Eso tiene un valor enorme. Se ha interesado en el plan estratégico de alianzas con compañías que permitan un efecto multiplicador de clientes”.

    En la firma, la ejecutiva también ha colaborado en la expansión en América Latina. Actualmente, esta ofrece servicios en Colombia, Costa Rica, Perú y Ecuador.

    Además, ha apoyado a las empresas de courier y correos rápidos en las gestiones frente a las restricciones a la importación que estableció el Gobierno desde el 2013. Lupe Ortega, presidenta de la Asociación de Correos Privados (Acopri), resalta su participación. “Es una ejecutiva, soluciona problemas. En ocasiones, como ella maneja los temas de bodegas en el exterior, hemos visto su sentido de colaboración”.

    Una firma que tiene enfoque global

    Redacción Quito (I)

    En 1999 se conformó en Colombia Ultrabox con el fin de facilitar el desarrollo del comercio electrónico en Latinoamérica y ofrecer servicios en el área de la logística.

    La firma brinda un acompañamiento a los compradores virtuales y ofrece alternativas de importación de bienes de consumo y capital, así como materias primas. En sus inicios la compañía funcionó ofreciendo el servicio de casilleros para el envío de productos desde EE.UU., pero ahora es una firma de comercio electrónico.

    “La empresa hizo enlaces con Amazon, E Bay, entre otras en nuestra propia página. Los clientes ya no tienen que ingresar a otras plataformas, comprar y poner su casilla. Nuestro portal ofrece la herramienta de comercio electrónico directamente”, comenta la CEO en Ecuador, Ximena Cevallos.

    Actualmente, la compañía tiene bodegas en Miami, Madrid y Guangzhou. Cuenta con sucursales en cuatro países de América Latina; a Ecuador llegó en 2006.

    Durante los primeros años de la firma en el país, cuenta la gerente, desde la matriz se logró una alianza con Diners y Banco de Guayaquil para difundir el servicio entre algunos de sus clientes. El aval de las entidades financieras permitió darles la seguridad para que hicieran transacciones vía Internet con sus tarjetas de crédito.

    Entre las propuestas de valor de Ultrabox está acceder a miles de productos y servicios en cualquier lugar del mundo, eliminación de intermediarios, transacciones seguras en cualquier lugar el planeta sin la necesidad de usar efectivo, entre otras.

    Datos

    Familia. Está casada y tiene una hija de 21 años y un hijo de 17. Gusta realizar con ellos actividades al aire libre.

    Intereses. Le gusta hacer ejercicios y bailar. Una de sus pasiones es la repostería. Hace tortas para los compromisos de su familia. Incluso, llegó a tener un negocio.

    Madre. Considera que ha sido un pilar fundamental en su vida. Siempre la ha apoyado.

    Ximena Cevallos junto a su esposo e hijos. Foto: Cortesía
    Ximena Cevallos junto a su esposo e hijos. Foto: Cortesía
  • José Ortiz impulsa el uso de software en América Latina

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Marketing y software son dos palabras que no estaban en el día a día del quiteño José Ortiz mientras cursaba sus estudios de ingeniería industrial. Sin embargo, los giros de la vida las volvieron cotidianas en el futuro.

    Cuando cursaba sus estudios en el colegio Intisana escuchaba los consejos de su padre, quien es ingeniero mecánico, para que estudiara la misma profesión. Pero, José no estaba convencido de involucrarse en algo tan técnico.

    La luz sobre qué estudiar llegó cuando se presentaron en su colegio representantes de universidades del extranjero para mostrar las ventajas de sus centros de estudios y carreras. Uno de ellas fue el Tecnológico de Monterrey, en donde siempre soñó estudiar.

    Mantuvo una charla con uno de sus asesores, quien le aconsejó que lo suyo debía ser la ingeniería industrial. Así que aplicó a varias instituciones, incluidas de EE.UU., y se decidió por Worcester Polytechnic Institute (WPI).

    Cuando llegó a Massachusetts , donde se encuentra el politécnico, no tenía idea de qué esperar porque no conoció el sitio previo a iniciar sus estudios. Sin embargo, logró acoplarse tanto a la ciudad como al ritmo de la universidad.

    Uno de los factores que permitió todo esto fue su grupo de amigos latinos. La relación que José tiene con Latinoamérica y, principalmente con el país, es tan estrecha que más adelante marcaría lo que ahora es su carrera profesional.

    Una imagen de José Ortiz en una conferencia en Quito. Foto: Cortesía José Ortiz
    Una imagen de José Ortiz en una conferencia en Quito. Foto: Cortesía José Ortiz

    Fue un estudiante destacado, lo dice un artículo hecho en WPI. Ganó, junto a dos compañeras, el premio por la mejor tesis de la Escuela de Negocios, de la que ingeniería industrial es parte. El trabajo fue patrocinado por Merk.

    Para esta farmacéutica elaboraron una propuesta de optimización del proceso de producción de filtros para purificar líquidos. Estos materiales se fabrican para venderlos a otras firmas del sector, en un centro de manufacturas en New Hampshire, cerca de Boston.

    Sharon Johnson, profesora de la escuela de negocios, asegura que los conocimientos que José aprendió en WPI permitieron que su carrera tuviera un giro. Así lo reconoce en una reseña sobre la trayectoria del quiteño en el mundo de la tecnología hecho en WPI.

    A ese sector productivo llegó luego que terminó la universidad, en 2014. Buscaba trabajo en su área, pero le abrieron las puertas en una compañía de tecnología llamada Expicient. “Hacía implementaciones de software para empresas vinculadas a comercio electrónico y retail como Walmart, para ayudarles manejar la gestión de órdenes de compra y venta (…) como se relacionaba con cadena de suministros estaba vinculada con ingeniería industrial”.

    En ese lugar laboró por dos años. El trabajo era fuerte porque debía viajar mucho para reunirse con los clientes ; además, sentía la necesidad de crecer profesionalmente.

    Una imagen de José Ortiz al recibir su premio a la mejor tesis. Foto: Cortesía José Ortiz
    Una imagen de José Ortiz al recibir su premio a la mejor tesis. Foto: Cortesía José Ortiz

    Fue el momento de la vida en que se planteó tres escenarios a futuro: volver de lleno a la ingeniería industrial; trabajar en tecnología o laborar en una empresa con operaciones en Latinoamérica, algo que siempre estuvo en sus planes. Las cosas resultaron de tal manera que se concretaron lo dos últimos aspectos en una sola empresa.

    Ingresó a HubSpot, una compañía que desarrolla y comercializa software; cuenta con tres línea de producto. Se trata de una firma, con sede en Massachusetts, pionera en el denominado “inbound marketing” (técnicas para atraer a potenciales clientes ofreciendo información de interés).

    Su primer puesto fue para implementar procesos con clientes de la región, es decir, una especie de capacitación para el uso del software y una guía para que consigan los resultados esperados.

    Casi un año después se convirtió en gerente de éxito para los clientes en América Latina o la persona que se encarga de que a los consumidores les vaya bien con el producto y renueven el software . Maneja unos 120 clientes en la región.

    Entre ellos está Diego Rivadeniera, especialista en marketing digital de World Vision. Ambos se conocieron en una conferencia de HubSpot que se hizo en Boston el año pasado; del quiteño destaca su disponibilidad para atender cualquier requerimiento de los clientes y su capacidad para desarrollar un marketing más humano

    Paúl Ríos,
    gerente internacional de ventas y estrategias de HubSpot, destaca su trabajo como organizador de Latinos in Tech y su liderazgo en la Asociación de Profesionales Latinos en Boston.

    Desde octubre, José liderará la oficina para la región, en Bogotá. “Si es posible me gustaría volver a Quito. Lo que más quiero es tener impacto en Latinoamérica (…) si se considera el tamaño desde México hasta Argentina, incluyendo el Caribe, la extensión es inmensa; además, la gente está invirtiendo, las monedas están estables, etc”.

    Datos

    Formación. Su objetivo es desarrollar sus estudios de cuarto nivel.

    Actividades. Desde los ocho años hasta la actualidad juega tenis. Desde hace poco tiempo le gusta correr en las riveras de Charles River.

    Viajes. Es unas de las cosas que más le ha gustado hacer en la vida. El país que más le impresionó fue Camboya, principalmente las ruinas de Angkor Wat.

    Una ‘startup’ con amplio crecimiento

    HubSpot es una empresa de analítica web y marketing en línea que está ubicada en Cambridge. Su base de clientes creció de 1 400 en julio de 2009 a más de 3 600 en noviembre de 2010, principalmente en el mercado de EE.UU.

    Los fundadores, Brian Halligan y Dharmesh Shah, se conocieron en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 2004 y fundaron la empresa en junio de 2006. Según consta en la página web de la compañía, su visión era un mundo receptivo en donde los negocios fueron empáticos, humanos y personificados.

    “Desarrollamos software y lo vendemos, es el que es por suscripción: ya sea por contratos anuales o mes a mes y que se debe ir renovando. Actualmente, tenemos tres líneas de producto. Uno de ellos es el software de marketing, que es con el que comenzamos y el que más conoce la gente. De allí salió lo que se denomina el inbound marketing”, explica José Ortiz.

    La otra línea está vinculada a ventas, con un software que ayuda a manejar a clientes y posibles clientes, así como oportunidades que se pueda tener con ellos. La tercera es un producto para servicio: gestionar tickets, encuestas de satisfacción, entre otras.

    HubSpot tiene 41 500 clientes en más de 90 países. “Gracias a las herramientas que ayudan a hacer cada parte del proceso más humano y al incondicional apoyo de un equipo comprometido con su crecimiento como empresa, comenzar a implementar el inbound marketing nunca había sido tan fácil”, explica la firma en su portal digital.

    Brinda asistencia técnica.

    José Ortiz impulsa la venta de software en América Latina. Foto: Cortesía José Ortiz
    José Ortiz impulsa la venta de software en América Latina. Foto: Cortesía José Ortiz
  • Pablo Guerrón empezó en ingeniería electrónica y llegó a la Fed

    Carolina enríquez (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    En el mismo corazón de la economía de los EE.UU. colaboró por casi siete años el catedrático Pablo Guerrón. Este ibarreño se graduó de ingeniero electrónico, pero tiene alma de economista.

    Esa pasión la sintió en pequeños destellos durante el colegio. Pero, no fue sino hasta que quiso cursar sus estudios de cuarto nivel cuando realmente le puso atención, a profundidad, a la economía.

    Tras su graduación como bachiller optó por la carrera que estaba en boga: la ingeniería electrónica. En 1992 inició sus estudios en la Escuela Politécnica Nacional.

    Cuatro años más tarde, con el título bajo el brazo, comenzó a trabajar en servicios petroleros. Desde el inicio no fue compatible con el ritmo de trabajo. “Era monótono porque solo tenía que dedicarme a arreglar máquinas, no había retos intelectuales”.

    Entre idas y vueltas estuvo dos años en esa actividad. Más tarde pasó otro tiempo en Electro Ecuatoriana, firma dedicada a la provisión de soluciones en el campo energético para los sectores petrolero, industrial, eléctrico, etc.

    Pablo Guerrón es ibarreño. Fotos: durante una caminata en la isla de Hokkaido en Japón, en una conferencia en el Bando de la Reserva de Perú y durante un encuentro en Madrid. Foto:Cortesía Pablo Guerrón
    Pablo Guerrón es ibarreño. Fotos: durante una caminata en la isla de Hokkaido en Japón, en una conferencia en el Bando de la Reserva de Perú y durante un encuentro en Madrid. Foto:Cortesía Pablo Guerrón

    A fines de los 90, Guerra estaba impresionado por la crisis económica que enfrentaba Ecuador; le llamaba la atención la pérdida de valor del sucre y el hecho que “el Banco Central no sabía qué hacer con la política monetaria”. Sentía que las cosas no se estaban analizando técnicamente lo suficiente y se dio cuenta que debía formarse en economía para comprender situaciones de ese nivel.

    Acudió al entonces Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo y descubrió que el Centro de Investigación y Docencia Económica de México ofrecía becas. Se postuló y resultó ganador en 1999.

    Fue duro porque no tenía conocimientos previos de economía, pero salió adelante. Se graduó como master en economía, con especialización en organización industrial; durante esa época desarrolló una propuesta de proyecto vinculada con energía solar y generación eléctrica en México.

    Durante una caminata en la isla de Hokkaido en Japón. Foto:Cortesía Pablo Guerrón
    Durante una caminata en la isla de Hokkaido en Japón. Foto:Cortesía Pablo Guerrón

    Aunque adquirió muchos conocimientos, creía que le hacía falta involucrarse más en la economía. Fue así que buscó opciones de doctorado en EE.UU. y optó por Northwestern University, que se encuentra en Illinois. Allí conoció a premios Nobel como Chris Sims. Le llamó la atención de él su sencillez, sus conocimientos, la rapidez con la que piensa y el hecho que ambos estudiaban la misma línea de macroeconomía.

    Una vez que terminó su PhD, con especialidad en macroeconomía y finanzas internacionales, se convirtió en catedrático de importantes universidades como North Carolina State University y, actualmente, Boston College.

    Pero, en el intermedio de dichos empleos y gracias a sus conocimientos, que los plasmó en un concurso público de méritos, consiguió un cargo en el departamento de investigación del Banco de la Reserva Federal (Fed) de Filadelfia. “Lo mejor fue trabajar con el presidente de la institución, un economista famoso que se llama Charles Plosser. Es una persona muy inteligente (…) ver cómo aplicaba los conocimientos en la práctica era muy interesante. Eso no se aprende en las aulas”, dice.

    En esa época Guerrón tenía mucha tarea. Proveía reportes económicos sobre los EE.UU. al Presidente del banco, publicaba artículos económicos en revistas académicas y hacía modelos macroeconómicos para hacer pronósticos. Por ejemplo, determinar la manera como iba a evolucionar el Producto Interno Bruto (PIB) en los siguientes trimestres.

    Estas actividades terminaron en el 2016. Por una cuestión familiar, tuvo que partir hacia Boston. De esa ciudad destaca la posibilidad de estar en contacto con catedráticos de otras universidades como Harvard, Massachusetts Institute of Technology, entre otras.

    Además, la ciudad tiene un aire cosmopolita por la cantidad de extranjeros que viven allí. Eso le ha permitido, fácilmente, involucrarse dentro de la comunidad.

    Fabricio Puente, quien lo conoce desde el jardín de infantes, destaca la profundidad, la fortaleza, la formación y la trayectoria profesional de Guerrón. Cataloga su vida de “espectacular, traspasando las barreras que se le han presentado y yendo más allá”.

    El ibarreño, finalmente, encontró retos intelectuales. Más aún, ahora también colabora con la academia ecuatoriana; es profesor visitante de la Escuela Politécnica del Litoral hace cuatro años.

    Leonardo Sánchez, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la entidad, explica que lo conoció en el 2014 durante un congreso de economía y tras ello lo invitó a formar parte de la planta docente. Destaca sus investigaciones de alto nivel y su sencillez; a pesar que vive en los EE.UU. ha podido participar de la cátedra gracias a las tecnologías de la información.

    Datos

    Academia. Tiene 20 artículos publicados en revistas académicas, más otros 10 en revistas no indexadas. Publicó un texto con datos de Ecuador en American Economic Review, sobre el tema del riesgo.

    Familia. Su esposa es mexicana. Tiene una hija.

    Actividades. Gusta del atletismo. Ha corrido medias maratones. Asimismo, hace ciclismo.


    El banco controla la economía de EE.UU.

    El Banco de la Reserva Federal de Filadelfia presta servicios al tercer distrito de la Reserva Federal de los EE.UU., que consiste en el este de Pensilvania, el sur de Nueva Jersey y Delaware. Es uno de los 12 bancos regionales de reserva que, con la Junta de Gobernadores de Washington, D.C., conforman el Sistema de la Reserva Federal de ese país.

    Como banco central de los EE.UU., el Sistema de la Reserva Federal trabaja para garantizar la fortaleza e integridad de la economía y las finanzas.

    El también denominado Fed de Filadelfia realiza investigaciones sobre la economía estadounidense y regional. La información que produce es clave para la comunidad financiera pues es parte de las entidades de generación de datos de los EE.UU.

    El Banco publica una encuesta trimestral de pronósticos económicos profesionales, que se llama The Ansious Index. Es un informe altamente predictivo sobre las perspectivas de la economía estadounidense.

    También presenta una publicación trimestral titulada Business Review.

    La entidad explica en su página web que su principal misión es “crear las condiciones financieras que fomenten el crecimiento económico: precios estables, buenas prácticas bancarias y un sistema de pagos confiable”.

    Como parte de esos procesos, la Fed opera en cuatro áreas distintas pero interconectadas: la conducción de la política monetaria de la nación; el supervisar y regular las instituciones financieras; el realizar servicios para el Tesoro de EE.UU . y el apoyo a un sistema de pagos efectivo y eficiente.

    Pablo Guerrón es ibarreño. Fotos: durante una caminata en la isla de Hokkaido en Japón, en una conferencia en el Bando de la Reserva de Perú y durante un encuentro en Madrid. Foto:Cortesía Pablo Guerrón
    Pablo Guerrón es ibarreño. Fotos: durante una caminata en la isla de Hokkaido en Japón, en una conferencia en el Bando de la Reserva de Perú y durante un encuentro en Madrid. Foto:Cortesía Pablo Guerrón