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  • De botellas de plástico ‘vuelan’ mariposas

    Redacción Quito

    Las manos de Carmen Llanti convierten viejas botellas de plástico reciclado en coloridas mariposas que sirven como adornos para celulares, imanes para refrigeradoras, aretes y vinchas.

    Bellas Travesuras es el nombre de la microempresa de Llanti que comenzó en el 2008 como un pasatiempo. “Casi como una terapia contra el estrés”, dice Llanti.

    En octubre de ese año, Llanti acudió a la Fundación Obra Social y Cultural Sopeña (Oscus) para seguir un curso de manualidades, por el que pagó USD 35.

    Allí aprendió a elaborar las mariposas, pero no fue sino dos años más tarde que su hija, Susana Torres, le sugirió convertir su pasatiempo en un negocio. Así nació este emprendimiento. “Antes de eso solo fabricaba las mariposas, pero vendía una o dos como por diversión”.

    Llanti guardaba las botellas de plástico de diferentes productos que consumía en su casa; sus vecinos supieron de la iniciativa y le facilitaban más envases plásticos. “Mi casa parecía centro de reciclaje”, comenta Llanti.

    Así obtuvo la materia prima para su microempresa. USD 20 adicionales fue su inversión inicial para comprar pegamento, escarcha y pintura para vidrio, material con el que pinta las alas de las mariposas.

    “Son un detalle muy bonito, se nota el trabajo en las alas y los detalles. No me imaginé que antes esto fue una botella con algún líquido”, cuenta Cristina Espinosa, quien compró varias mariposas para colgar en su lámpara de noche

    Actualmente, esta emprendedora invierte entre USD 20 y 30 cada mes en materia prima y percibe mensualmente ingresos por USD 230 en promedio, dependiendo de la temporada.

    En diciembre del 2011, Bellas Travesuras se presentó en tres ferias navideñas con sus productos. La primera fue una vitrina ecológica realizada en la Plaza Grande de Quito; la segunda, en el Museo Camilo Egas, ubicado también en el Centro Histórico; la tercera fue la Feria de Emaseo, en el parque La Carolina.

    Después de estas ferias, Llanti volvió a la Fundación Oscus para tomar un segundo curso de bisutería y con esto amplió su línea de productos. Ahora también elabora cofres, faroles y candelabros.

    Los precios varían, se pueden encontrar mariposas pequeñas de USD 1, adornos para el celular, prendedores y vinchas por USD 1,50. Los faroles, cofres y candelabros cuestan entre USD 5 y 7,50.

    Cristina Criollo, del restaurante La Cuchara de San Marcos, conoció esta micro en diciembre pasado y espera para finales de este año organizar con Bellas Travesuras y otras microempresas una de las primeras bodas ecológicas de la capital.

    “Los recuerdos de la boda y parte de la decoración van a ser mariposas y faroles hechos con botellas de plástico”, asegura.

    Eduardo Villamarín también es cliente de Bellas Travesuras. Él compró cofres y portavelas. Él cuenta que los productos de esta micro son el detalle perfecto para sus hijas, su mamá y su esposa.

  • La industria plástica tuvo su cita en Guayaquil

    En la VI Exposición Internacional de la Industria Plástica (Iplas) se presentaron dos libros que recopilan la historia de este sector. El programa fue inaugurado el pasado 20 de agosto y finalizó este fin de semana (24 de agosto), en el Centro de Convenciones.

    Luis Icaza Gómez trabaja en la empresa Pica desde hace 50 años, como mecánico tornalero. Actualmente es uno de los asesores de la firma. En la feria promocionó su libro ‘Moldeando’, en donde documenta e ilustra sobre la industria del plástico y sus procesos técnicos.

    Para el autor, esta obra le permite enseñar, con base en la experiencia, a las nuevas generaciones. De esta forma, busca acortar la curva de aprendizaje de los jóvenes que se incorporan en esta actividad, expresó Icaza.

    Asimismo, Caterina Acosta, presidenta de la Asociación Ecuatoriana de Plásticos (Aseplas), lanzó su libro ‘Memorias’. Allí describe la importancia y el papel de cada una de las empresas que forman a este sector. Además, presenta una recopilación de los datos históricos y vivencias en esta industria, lo que permite que se mantenga la memoria colectiva, expresó Verónica Sión, exministra de Industrias, quien presentó el libro.

    Según la ex Ministra, en el 2011, el sector invirtió USD 340 millones de capital fijo. Pero el año pasado, el monto aumentó a más de USD 600 millones, lo que la convirtió en la tercera actividad industrial que más inversión hizo.

    Por esto, el actual ministro de Industrias, Ramiro González, dijo que no va haber más impuestos para este sector. Acotó que junto al Ministerio Coordinador de la Producción van a priorizar a esta industria. En la feria participaron cerca de 90 expositores. Allí se exhibieron materiales, productos y maquinarias para la industria del plástico.

  • La apuesta es ahora por grandes tanques

    Redacción Guayaquil

    Una línea de tanques con capacidad para almacenar 10 000, 15 000 y 20 000 litros es el nuevo producto de Plastigama. Los tanques son elaborados para el almacenamiento de agua, especialmente en las industrias, la agricultura y en comunidades rurales en donde no hay acceso a redes de agua potable por tubería.

    En julio del año pasado Plastigama decidió invertir en esta línea, que se oferta desde inicios de junio de este año. Según Juan Pablo Monar, superintendente de la división construcción de Plastigama, la firma observó que el mercado demanda este tipo de tanques en plástico, pues son más fáciles de transportar que uno de otro material.

    «Empezamos a investigar y decidimos incorporar esta línea. Antes producíamos tanques de hasta 5 000 litros de capacidad y la demanda ha sido buena» indica. Para ello se construyó un galpón que alberga la maquinaria usada para la fabricación de esta línea de tanques. La inversión en la construcción de la planta fue de USD 15 millones y tardó un año.

    Los tanques son fabricados mediante un proceso de rotomoldeo. Es decir, son elaborados en un solo cuerpo lo que permite que no existan filtraciones. Para ello se invirtió en la compra de una máquina y tres moldes de 245, 385 y 500 centímetros de alto.

    La inversión fue de USD 1 millón. Existen dos clases de tanques, los de uso estándar y los de uso industrial. Los precios oscilan entre los USD 1 800 y 4 100. La materia prima utilizada para la elaboración es polietileno virgen. Los tanques son fabricados bajo pedido, pues cada uno tiene hasta 6 m² de superficie, lo que ocupa espacio en las bodegas.

    Luigi Lertora adquirió un tanque de 20 000 litros de capacidad para almacenar agua en la Comuna San Rafael, en la parroquia Chanduy (Santa Elena). «Hasta San Rafael no llega agua por tuberías y entre los comuneros reunieron dinero para comprar un tanque plástico que los dote de agua» explica Lertora.

    Estos tanques buscan reemplazar a los de acero usados para almacenar agua potable y los tanques de acero inoxidables que almacenan productos altamente corrosivos. «Queremos ocupar ese mercado con esta propuesta» indica Monar. Además de agua, los tanques pueden almacenar almidón, pulpa de fruta, metanol, carbonato sódico, revelador fotográfico, cerveza, entre otros productos.

    Fernando Alcívar, superintendente de Producción de Rotomoldeo, explica que tres personas se encargan del proceso de producción que toma entre 3 y 4 horas.

  • En sus manos el plástico tiene una nueva vida

    Mónica Orozco

    Las fundas plásticas de las compras, las tapas de gaseosas o recipientes de plástico pueden terminar su vida en un tacho de basura. Pero dos emprendedores decidieron convertir estos desechos en una oportunidad de negocio.

    El abogado Juan Barragán Moreira, socio e inventor de la iniciativa que aún no se ha constituido en compañía, se dedicó por cinco años a la compra y venta de plástico reciclado, que vendía a empresas en Guayaquil.

    Pero hace siete años pensó en crear su propio producto a partir de este material reciclado. Así nacieron los postes ecológicos, que hoy entrega principalmente para cercas en el sector agrícola.

    Patricio Égüez, propietario de la Finca de Avestruces INGA, ubicada en Pifo, Pichincha, es uno de sus clientes.

    Comenta que cada dos años debía cambiar la cerca construida con pingos de eucalipto, dentro de su propiedad. «Por más que ponía brea, los palos se podrían y, por eso, busqué un producto alternativo». Égüez emprendió el cambio progresivo de la madera que utilizaba para las cercas de sus corrales, por postes ecológicos desde hace un año. «Me ha dado excelente resultado, no se pudren y son de color verde, lo cual está acorde con la naturaleza».

    En el último año ha comprado unos 300 postes para su finca. Además, los postes son más livianos que aquellos que se fabrican de hormigón, dice.

    La búsqueda de la fórmula que le dé la resistencia y otras características que buscaba Barragán en el producto, empezó en el 2007. A la par, diseñó y envió a construir o adaptar maquinarias para procesar el material.

    Las máquinas se importaron de España e Italia. «En el Ecuador sí hay inventores», dice mientras muestra con orgullo el funcionamiento de la maquinaria.

    Barragán patentó su invento en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), en el 2008.

    El producto puede durar aproximadamente 100 años y puede utilizarse en todo tipo de suelo. «Buscamos que el poste ecológico reemplace la tala indiscriminada de bosques para construir cercas», explica Barragán.

    Pablo Tenesaca, socio de la empresa Arquiestudios, que fabrica casas de madera a medida y gusto del cliente, adquiere el producto para utilizarlo en los cimientos de las viviendas.

    «El mayor problema que tenía era la humedad, en especial en la Costa y Galápagos, que puede afectar la infraestructura. Los postes ecológicos de plástico solucionaron ese problema», comenta.

    El constructor añade que el material ha facilitado el mantenimiento que debe realizar a las viviendas. «He construido casas de madera de hasta dos pisos y resiste bien el material», indica Tenesaca.

    Lupe Benavides, socia de Barragán y quien se dedica a la comercialización del producto, dice que actualmente la planta, ubicada en Sangolquí, produce unas 120 toneladas al año. En este 2014, los socios esperan tener un incremento de hasta el 50% de la producción.

    El material también se ha utilizado para elaborar cercas decorativas en jardines o parterres de calles y avenidas.

    Este año, el emprendimiento logró una alianza con la empresa de textiles Enkador que, además, procesa botellas plásticas recicladas.

    Con ello, Barragán adquiere las tapas, etiquetas y otros materiales que salen como desperdicios de los procesos. «Ese material nos sirve a nosotros como insumo para elaborar los postes».

    Los productos

    Usos del poste. El poste de plástico reciclado se utiliza para soportar cercas eléctricas, alambrados, infraestructuras para vivienda, puentes peatonales en zonas de difícil acceso, entre otros.

    Los precios. Los postes cuestan desde USD 3 hasta 20, cada uno.