Fue Milton Friedman quien solía decir que no hay nada parecido a un almuerzo gratis. Todo en la vida tiene un precio. Y si algo es gratis, es porque lo que estás obteniendo te tiene como producto.Facebook es gratis porque eres la persona a la que se dirige la publicidad que Facebook cobra. Eres el público objetivo al que se orienta la publicidad.
Que algo sea gratis no significa que no se pague; si lo estás disfrutando, eres el beneficiario. Siempre alguien paga. Si asistes a un concierto gratuito organizado por el gobierno de la ciudad donde vives, significa que el gobierno de la ciudad paga el concierto. Quien contrata elige pagar el concierto en lugar de destinar ese dinero a otra iniciativa.
Tú eres el beneficiario y el público objetivo al cual se orienta quien paga, con alguna intención (incrementar su imagen positiva, obtener una voluntad de voto, u otra).
Es importante identificar esto para saber qué juego estás jugando, o en el tablero de quien estás participando (quién mueve las fichas, porque puede ser que seas una de las fichas del tablero).
Si quieres competir por prestigio debes ubicarte en la categoría de alto precio. Todo producto y servicio compite en una categoría. Toda categoría se encuentra definida por varios atributos, entre los que se encuentra el precio. Si bien no hay directa relación entre calidad y precio, el precio es una poderosa forma de segmentación.
Los productos y servicios prestigiosos, de lujo, se ubican en la categoría de alto precio, aunque dentro de la categoría tu producto o servicio pueda ser el de precio más bajo.
En términos de percepción, no hay productos de lujo o prestigio a precios de productos y servicios de nivel medio o bajo. Por ello es un problema que un producto lujoso o prestigioso sea vestido o utilizado por personajes que nada tienen que ver con la categoría.
Hace unos años, un conjunto musical argentino de cumbia villera se vestía con productos de una marca de alto valor percibido. Surgió el rumor de que la empresa había llegado a un acuerdo, para pagarle a estos músicos con la condición de que no se mostraran públicamente vistiendo sus productos.
Siempre hay un precio a pagar. Para todo lo que hacemos o para lo que dejamos de hacer, hay un precio a pagar. Si quieres algo pagas un precio; si no lo haces también.
Debido a que nadie está solo en el mundo –nadie es independiente pues vivimos en un mundo interdependiente– el precio a pagar por aquello que hacemos o por lo que no hacemos es parte del precio de vivir en sociedad.
Eres arriesgado, te gusta el peligro. Existen riesgos y a veces, el precio que pagas por llevar adelante tus iniciativas es muy elevado. O eres muy precavido y por no tomar ningún riesgo, pagas otro precio: no obtienes lo que esperabas u obtienes algo diferente.
Quienes disfrutan el éxito han aprendido que siempre hay un precio a pagar; a veces nos gusta y otras veces no. Quienes no alcanzan el éxito se orientan a hacer, únicamente, aquello que les gusta: no se orientan a una meta, sino al proceso, enfocándose en aquello que sí desean hacer.
¿Cuál es el precio que has pagado por el éxito obtenido? ¿Cuál, el que has pagado por los fracasos de los que has aprendido?
Aplicar un porcentaje adicional al precio de los productos o servicios cuando se cancela con tarjeta de crédito es una práctica común en algunos establecimientos que admiten este mecanismo de pago. En ciertos sitios es usual que cuando un cliente usa ‘dinero plástico’ en sus transacciones, se le advierte que se le cobrará un monto extra.
Según el negocio, al precio fijado se le suma un 4% o un 6%. Pero esto no tiene relación con los intereses que aplican, en ciertas ocasiones, las entidades financieras que emiten las tarjetas de crédito. Por eso, este recargo es considerado una práctica inapropiada.
El artículo 50 de la Ley Orgánica de Defensa del Consumidor establece que el precio para cancelar con tarjeta de crédito será el mismo que al contado. Es decir, los establecimientos que aceptan este mecanismo de pago no deben aplicar recargos. Pero esto no siempre se cumple y algunos clientes optan por aceptar las condiciones.
Pablo Pérez Narváez, consultor financiero y profesor de la Universidad San Francisco de Quito, explica que ciertos consumidores asumen este recargo, porque desconocen la norma.“Las personas tienen derecho a comprar al mismo precio con efectivo o tarjeta de crédito”.
Para respaldar esta transacción, la entidad financiera que emite la tarjeta cubre lo consumido por su cliente en determinado negocio, y a la vez cobra al local una comisión por aceptar pagos con ‘dinero plástico’. En promedio, este monto es del 6% del precio facturado, aunque este porcentaje varía. Las empresas grandes pagan una comisión menor, mientras tanto los pequeños cancelan un valor mayor.
Este esquema a veces no convence a los propietarios de los negocios, por lo que deciden trasladar esta comisión del banco, que ellos deberían cubrir, al cliente.
Esto causa que el precio difiera del que tendría si se cancela en efectivo. Por ejemplo, si cierto producto cuesta USD 100 y se paga con tarjeta de crédito más la comisión que el banco cobra a los negocios, el valor sube a USD 106.
Cuando se presentan estos casos, los tarjetahabientes deben reportar al banco emisor de la tarjeta esta situación. Otras opciones son poner una queja en la Superintendencia de Bancos o recurrir a la Defensoría del Pueblo.
En ciertos casos, por este tipo de reclamos los bancos emisores de las tarjetas de crédito podrían incluso retirar de los negocios los equipos que se usan para hacer estas transacciones con ‘dinero plástico’, por su uso inadecuado.
Para evitar esto, Pérez Narváez dice que los establecimientos comerciales deben considerar que aceptar pagos con tarjetas tiene también beneficios. Los dueños de negocios que admiten este mecanismo de pago reciben el dinero pocos días después de que se hizo la venta. Esto difiere si el local comercial entrega un crédito directo al cliente, porque en este segundo caso se debe esperar 15 días, un mes o más tiempo para que el consumidor liquide esa cuenta.
Según Pérez Narváez, al aceptar dinero plástico se reduce el riesgo de crédito, que implicaría pérdidas económicas. Y al recibir los recursos de manera ágil se puede contar con ese dinero para pagar a empleados, proveedores, etc.
Las promociones
Según la Ley Orgánica de Defensa del Consumidor, toda oferta, promoción, rebaja o descuento exigible respecto de la modalidad de pago al contado, será también exigible por el consumidor que efectúa pagos mediante el uso de tarjetas de crédito. Se puede aplicar una excepción solo cuando el establecimiento comercial manifieste al cliente oportuna y adecuadamente, en una publicidad o información respectiva y de manera expresa, lo contrario.
Según el artículo 50 de la Ley del Consumidor, el costo del producto o servicio que se paga con tarjeta de crédito debe ser el mismo que de contado. Foto: Pixnio
En el país las micro, pequeña y mediana empresas (Mipymes)no utilizan su maquinaria, instalaciones y fuerza productiva en toda su capacidad. La recesión de la economía más el tamaño del mercado nacional están entre los factores que han influido en ello.
Según Cristian Cisneros, director de la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha, al 2017 el 22% de la capacidad instalada de las Mipymes estaba subutilizada. Esto implica que bajó cinco puntos porcentuales frente al 2016, cuando alcanzó un 17%.
La situación es más compleja si se revisa los datos del 2015 del desaparecido Ministerio Coordinador de la Producción (Mcpec), que revela que las instalaciones y la maquinaria de las firmas tenían un estado ocioso del 30%.
El Ministerio de Industrias, entidad que asumió en este Gobierno las competencias del Mcpec, no respondió, hasta el cierre de la presente edición, un pedido de información actualizada.
Más allá de las cifras, lo que sí se conoce es que la caída de las ventas, durante dos años económicamente complejos, impactó directamente en la producción de las empresas de menor tamaño.
En la industria procesadora de carnes y embutidos Macafri, por ejemplo, el uso de su capacidad instalada llega actualmente al 70%. Esta empresa se amplió en función del buen ritmo de crecimiento que tuvo, al igual que el país, hasta 2014. Pero luego la situación cambió.
“Nunca tuvimos una baja en las ventas. Lo menos que crecíamos era un 15% anual. Pero, en 2015 caímos un 12% y en el 2016 un 13%. En 2017 no bajamos más, pero tampoco crecimos”, indica Édison Romo, gerente de Macafri.
En el 2018, la empresa espera reactivar su producción, que se ralentizó. El plan es desarrollar productos de nicho, con valor agregado y con mayores facilidades de cocción con una oferta de alimentos listos para preparar.
Hoy, la empresa procesa 20 toneladas al mes. Hasta 2014 eran 25 o más en el mismo período. Un estudio llamado Productividad en la Industria en el período 2007-2016, elaborado por el Ministerio del ramo, revela que la capacidad instalada cayó siete puntos desde 2010. Pese a ello, indica, la producción sí se ha mantenido.
Según la Capeipi, los sectores que menos han usado su capacidad instalada han sido metalmecánica, madera y construcción.
Para otras Mipymes, como las del sector gráfico, la situación es más compleja debido a factores estructurales como la reducción en el uso del papel, nuevas formas de hacer publicidad en el mundo o la digitalización de diversas áreas
Por ello un elemento decisivo para no desaparecer es reinventarse y realizar inversiones, más aún si se ha determinado sitios del mercado que faltan por atender.
En este caso se encuentra la productora de helados Cofrunat, Coqueiros. Esta Mipyme trabaja, actualmente, con el 70% de su capacidad instalada.
Xavier Bustos, gerente general, indica que en el 2017 la empresa invirtió USD 150 000 en mejoras de la planta y para más a mediano plazo espera hacer otra inversión de USD 150 000. “No llegamos a todo el mercado por el tema de cobertura, que va dela mano con la inversión en congeladores. Producimos unas 150 000 unidades, dependiendo el mes”.
Con la inversión tendrían mayor capacidad instalada qué aprovechar. La empresa solo se dedica a surtir al mercado nacional.
Un estudio del Observatorio de la Mipyme de la Universidad Andina revela que el 50% de las Mipymes cubría el mercado local y apenas del 4% exportaba. Wilson Araque, director de esta entidad y director del área de gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar, asegura que el mercado nacional es pequeño y que es importante que las empresas apunten al mercado internacional.
El catedrádito explica que en promedio las empresas trabajan únicamente el tiempo previsto por la ley: 40 horas semanales, cinco días a la semana.
En algunos casos este trabajo de “solo lo justo” lleva a que se utilice en menor cantidad la maquinaria y las instalaciones, lo que genera menos producción. Se deja de realizar gastos adicionales en horas extras, por ejemplo, pero la fabricación es menor y las ventas se mantienen iguales.
La situación se complica, según Cisneros, cuando el país importa más artículos baratos, que desplazan a los que desarrollan las Mipymes locales. Esto da paso al desplazamiento del empleo, pues sin tener trabajos por hacer las compañías ya no necesitan tanto personal y reducen las nóminas.
El tamaño de la Pyme también incide
Aprovechar la capacidad instalada de las plantas de producción es un desafío para las pequeñas y medianas empresas. Factores como el tamaño del mercado, el tipo de producto, los planes de exportación, entre otros, son vitales para las empresas que quieren optimizar y aprovechar recursos como maquinaria, tecnología y personal.
La trayectoria también es un elemento que pesa. La empresa Gourmet Andino surgió en el 2016 y se enfoca en la elaboración de productos orgánicos con base en diferentes granos andinos, sin conservantes ni aditivos y con azúcares menos procesados.
La planta de esta pequeña empresa se encuentra en Perucho, al nororiente de Quito. La producción arrancó hace 20 meses y el volumen no llegaba ni a una tonelada al mes, recuerda su fundador, José Luis Quintero.
“En principio pensamos tercerizar la manufactura con empresas de la ciudad”, dice Quintero. Pero este emprendedor tenía como meta presentar al mercado un producto orgánico con valor agregado. “Pero las empresas a las que me acerqué no garantizaban que sea orgánico y libre de gluten. Por eso decidimos invertir en una planta propia”. El monto destinado bordeó los USD 140 000 para infraestructura, maquinaria y certificaciones.
La planta de Gourmet Andino tiene capacidad para producir 10 toneladas al mes, pero en la actualidad está trabajando a la mitad. “Nuestro caso es aislado porque somos nuevos en el mercado y vamos ocupando la capacidad instalada con el tiempo”.
Quintero añade que tener una planta propia tiene puntos a favor y en contra. En los primeros está que puede controlar el proceso de sus productos orgánicos; en los puntos en contra menciona que es un costo fijo.
Otra empresa joven en el mercado es Rikocom Alimentos, que produce salsas, aderezos, mermeladas y otros productos de la industria de alimentos. Su caso es distinto, porque si bien lleva cuatro años en el mercado su planta de producción trabaja al 100%.
Su director, Andrés Alarcón, explica que esto ocurre porque trabajan en un solo turno. “Si haríamos dos turnos el uso de la capacidad bajaría a 60%”.
Alarcón detalla que también juegan las especificaciones de la maquinaria empleada, su afinamiento y ciertos cuellos de botella. “Cuando eso se afine los niveles de producción bajarán.
Este empresario señala que la subutilización de maquinaria ocurre porque Ecuador es un mercado pequeño y la maquinaria que se importa viene diseñada para otros mercados. “En otros países el nivel de consumo y población es distinto, así como los niveles de empleo y poder adquisitivo”.
La estrategia para hacer frente a este desafío, dice Alarcón, es lanzar nuevos productos y así aprovechar lo que se llama la capacidad ociosa de la planta. “Si antes ofertaba una presentación de 500 gramos ahora vende una de 300 gramos. Si ofertaba en vidrio ahora se hace en plástico”.
Alarcón explica que se abarató el producto porque cayó el poder adquisitivo de la gente, dada la economía del país. “La idea es mantener la venta unitaria cambiando empaques o tamaños, sin afectar la producción en toneladas”.
Una idea parecida es la de Macafri, empresa del sector cárnico. Su plan es desarrollar productos de nicho, con valor agregado y con mayores facilidades de cocción con una oferta de alimentos listos para preparar, según explica su gerente Édison Romo.
Otra alternativa para aprovechar la capacidad de producción es externalizar los servicios, es decir buscar clientes que deseen usar la maquinaria. Eso ocurre con Unilimpio, firma que tiene dos líneas: químicos para la limpieza y productos absorbentes.
El gerente de Producción, Marcel Filbig explica que elaboran productos para clientes para ocupar la maquinaria. Aún así, dice, en la planta de químicos solo se usa el 30% de la capacidad (con 300 toneladas por mes). “Operamos en un turno de ocho horas, con ciertas excepciones”.
En absorbentes se trabaja en un 90% de la capacidad y produce 100 toneladas al mes. Unilimpio tiene expectativas luego de que empezaron a exportar a Perú, el año pasado. “Confiamos en que mejorará la economía. Mientras optimizamos procesos internos para aprovechar la inversión”.
Las jornadas ampliadas no son una opción para los negocios
Pocas son las Mipymes que trabajan más horas de las estipuladas en la ley. Así lo revela información del Observatorio de la Mipyme de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Los datos muestras que en promedio las Mipymes trabajaron entre el segundo cuatrimestre del 2011 y el segundo cuatrimestre del 2016, un total de 8,4 horas al día.
“Este es un indicador fuerte. Es un comportamiento negativo porque afecta la productividad. Esas horas que no están siendo utilizadas implican una subutilización de otros recursos como máquinas, equipos, infraestructura física. Cuando se genera capacidad ociosa el efecto es un incremento en los costos de producción, principalmente unitarios”, explica Wilson Araque, director del área de gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar.
La fabricación de artículos o la atención de servicios en volumen obliga a una reducción de los precios porque se trabaja más, se reduce el uso ocioso de las maquinarias y se vende mucho más.
En el análisis hecho por el exMinisterio Coordinador de la Producción en el 2015 se establece que la productividad laboral media de la industria se estancó. En ese año la cifra alcanzó un 11,6.
Bolivia, Colombia, Chile y Uruguay son los países de la región cuya productividad media laboral es alta y tuvo importante crecimiento durante el 2014 y 2015.
El Panorama Laboral y Empresarial del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestra que “la productividad de las microempresas representa apenas el 8,9% del total”.
Las pequeñas empresas registran una productividad del 31,2%. En el caso de las medianas (divididas en dos tipos) y las grandes su situación es diferente y tienen mayor producción.
Según Araque, si las firmas utilizaran más su capacidad instalada es probable que podrían contratar más trabajadores e impulsar el círculo productivo ya que necesitarían más materia prima y, por ende, los proveedores podrían crecer en su producción y ventas.
Lo mismo sucedería si estas decidieran trabajar más horas. Claro está que para ello las compañías deben tener mercado a quien vender sus bienes o servicios.
“Las Mipymes necesitan financiamiento especializado para crecer, principalmente de parte de la banca pública. La idea es generar productos adecuados a la realidad que tiene cada sector productivo. No es lo mismo un crédito para el agro que para hacer ropa”, dijo.
Macafri, empresa del sector cárnico. Su plan es desarrollar productos de nicho. La planta de producción espera mejorar sus indicadores en este año. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
El petróleo subió el martes, 23 de enero del 2018, en Nueva York a uno de sus mejores precios desde diciembre de 2014 ante la perspectiva de una mayor demanda mundial para este año.
El barril de light sweet crude (WTI) para marzo subió 90 centavos a USD 64. 47 en el New York Mercantile Exchange (Nymex) .
El WTI se ubicó así nuevamente en sus mejores valores en tres años tras haber llegado el 15 de enero a USD 64.89.
En Londres, el barril de Brent, también para marzo, aumentó 93 centavos a USD 69,96.
Analistas atribuyeron el alza a que se espera un aumento de la demanda debido a que la economía mundial tendrá un crecimiento en 3,9% en este año y otro tanto en el próximo, según el FMI que revisó al alza en dos puntos porcentuales sus estimaciones de octubre.
“Ese crecimiento debería permitirle a la demanda de crudo un aumento 1,8 millones de barriles por día este año y 2 millones en el que viene. Sería la mayor demanda en una generación y, tal vez, de la historia” comentó Phil Flynn de Price Futures Group.
La Agencia Internacional de Energía había calculado el viernes que la demanda mundial se incrementaría en 1,3 millones de barriles en 2018.
Los datos del FMI “confirman el sentimiento de una sincronización del crecimiento mundial” capaz de estimular la demanda de crudo, dijo Matt Smith de ClipperData
En la imagen el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), el precio del crudo descendió este 11 de febrero. Foto referencial: Archivo/EL COMERCIO
El petróleo cerró en Nueva York el miércoles 10 de enero del 2018 cotizado en un nuevo máximo desde mediados de diciembre de 2014 impulsado por una disminución en las reservas de crudo de Estados Unidos.
El barril de crudo light sweet (WTI) para entrega en febrero, referencia del crudo estadounidense, ganó 61 centavos para terminar en USD 63,57 en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex) .
El WTI registró una tercera sesión consecutiva de alza, la quinta en siete días de negocios desde el comienzo del año.
Las reservas de crudo cayeron más fuerte de lo esperado en Estados Unidos la semana pasada. La semana que finalizó el 5 de enero, las reservas de crudo cayeron en 4,9 millones de barriles a 419,5 millones.
Desde la semana del 24 de noviembre de 2017, las reservas de crudo han caído en 37,5 millones de barriles, lo que impulsó al alza los precios del petróleo.
“Los inversores reaccionaron a los datos de las reservas de crudo, aunque estaban por debajo de las expectativas de API”, dijo James Williams, de WTRG.
Las reservas de crudo cayeron más fuerte de lo esperado en Estados Unidos la semana pasada. Foto: Wikicommons
Los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios, entre ellos Rusia, olvidaron sus diferencias para acordar, el pasado jueves, seguir limitando su producción hasta finales del 2018. Es un pacto que ha dado frutos y ha logrado mantener al alza el precio del barril.
“Todos los países de la OPEP y fuera de la OPEP hablaron juntos para prorrogar la limitación de la producción”, dijo el ministro ruso del Petróleo, Alexander Novak.
Tras años inundando el mercado de oro negro -con el consiguiente hundimiento de precios- los miembros del cartel cerraron en el 2016 un pacto para limitar la oferta, que incluía también a otros productores exteriores al grupo.
La renovación de la semana pasada dejó de lado las tensiones, especialmente importantes entre Arabia Saudita e Irán, pero también con Catar, aislado del resto de países del Golfo Pérsico.
El ajuste de producción incluye a 24 países, liderados por Arabia Saudí y Rusia, dos de los tres mayores productores de petróleo del mundo. Nigeria y Libia, hasta ahora exentos de los recortes, sí los cumplirán a partir de ahora.
El acuerdo ya fue renovado una vez en mayo y su mantenimiento hasta diciembre del 2018 refleja la voluntad de seguir con una política que ha dado sus frutos, con un barril ahora alrededor de los USD 60 frente a los USD 26 a los que cayó en febrero del 2016.
El pacto, que será revisado en junio del 2018, sella -además- la proximidad de Rusia y Arabia Saudita de los últimos meses.
El primero era uno de los países que temía que extender mucho la medida podría ser contraproducente. Si los precios aumentan mucho, el mercado podría volver a inundarse de petróleo si los productores estadounidenses decidieran vender más para maximizar ganancias.
“Además, hay preocupación de que el precio del petróleo cause un aumento del rublo, que podría perjudicar el resto de la economía rusa”, indicaron analistas del Commerzbank en Fráncfort.
Pero a pesar de sus dudas, los rusos aceptaron finalmente la prórroga que proponían los sauditas, en un intento de consolidar la influencia de Moscú en la región asiática. “Es como todas las buenas relaciones, a veces compartes opiniones, a veces discutes” manifestó el ministro saudí de Energía, Jalid Al Falih, que compareció junto a su homólogo ruso para explicar la decisión tomada.
El grupo indicó que tiene la “intención” de volver a estudiar la situación el próximo junio, por si fuera necesario reajustar el nivel de bombeo de petróleo.
EE.UU., en la mira
Los miembros de esta OPEP ampliada, conocida como ‘OPEP Plus’, buscan un equilibrio complejo, a saber un precio del barril que sea suficientemente alto pero no demasiado, porque incitaría a EE.UU. a aumentar su producción de crudo -algo que teme Rusia en particular- y podría, a su vez, hacer caer de nuevo los precios.
Gracias al auge de los yacimientos no convencionales, la producción de petróleo estadounidense alcanzó en noviembre su máximo nivel desde 1983, cuando se empezaron a recoger datos.
En el trasfondo del acuerdo también está la voluntad del príncipe heredero saudita Mohamed Bin Salmán, nuevo hombre fuerte de Arabia Saudí, de seguir llevando a cabo unas reformas que necesitan un precio del barril estable.
La reunión en Viena fue la primera del nuevo ministro de Petróleo de Venezuela, Manuel Quevedo, que se felicitó de “un acuerdo de pleno entendimiento que debe llevar mayor estabilidad”. Sin embargo, este general de la Guardia Nacional, que también ejerce como presidente de la estatal Pdvsa, denunció un vasto “plan de sabotaje” contra el sector del petróleo en Venezuela.
Poco después de estas declaraciones, la Fiscalía venezolana anunció en Caracas el arresto del expresidente de Pdvsa y del exministro de Petróleo, dos importantes figuras del chavismo. El presidente Nicolás Maduro ha encargado a Quevedo la ardua tarea de aumentar la producción, que en octubre pasado alcanzó 1,94 millones de barriles diarios, 160 000 menos que el mismo mes del año anterior. La industria petrolera es el principal sostén de la economía venezolana y genera el 96% de sus ingresos externos.
Carlos Pérez, ministro de Hidrocarburos de Ecuador, -antes del acuerdo de la OPEP- mencionó que más meses es mejor, porque da mayor estabilidad al mercado internacional de crudo. Respecto de la producción de Ecuador, en una entrevista anterior, Pérez explicó que pese a que en el Presupuesto del 2018 se consideró ampliar el bombeo en 50 000 barriles se respaldará la decisión de la OPEP.
La diferencia, por los barriles que no se producirán, se compensará con los precios. El precio teórico del crudo local marcó los USD 52,36 por barril el 9 de noviembre pasado. En el Presupuesto se fijó un costo de 41,92 para cada uno.
Una imagen de la producción petrolera de Ecuador, que está dispuesto a respaldar la posición de la OPEP. El viernes el WTI, de referencia para el país, se cotizó en USD 63,73, al alza. Foto: Archivo / LÍDERES
El Gobierno ecuatoriano aprobó una reducción del 40 % del precio en terminal del combustible para particulares o empresas de transporte aéreo de pasajeros y carga que reposten en aeropuertos nacionales, informó hoy la Secretaría Nacional de Comunicación (SECOM).
La decisión fue aprobada en un decreto ejecutivo firmado por el presidente Lenín Moreno en la reunión ministerial ampliada celebrada el jueves en la ciudad andina de Ambato, provincia de Tungurahua. «A través del documento se dispone una reducción del 40 por ciento del valor en terminal de los hidrocarburos a favor de las personas naturales y jurídicas que presten servicios de transporte aéreo de pasajeros y carga nacional e internacional», señala la nota. Afecta a aquellas aeronaves que hagan rutas que incluyan «los 18 aeropuertos bajo la gestión integral de la Dirección General de Aviación Civil y la autoridad municipal directa», prosigue el documento. Con esta medida pretende ampliar la conectividad del país. La disposición gubernamental excluye aquellas rutas desde y hacia las Islas Galápagos, situadas a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas y uno de los principales destinos turísticos del país andino.
La reunión que mantuvo la OPEP la semana pasada dejó resultados, pero también compromisos. El objetivo mayor sigue siendo mejorar los precios del barril de petróleo, pero para lograrlo el camino presenta desafíos.
En la reunión celebrada en Viena se acordó extender durante nueve meses más el recorte de la producción de petróleo, es decir, hasta marzo del próximo año.
El objetivo de los miembros de la OPEP y sus socios es estabilizar el precio del ‘oro negro’, que se vio impactado tras el auge del petróleo de esquisto de EE.UU.
El país norteamericano anunció meses atrás que la producción del crudo de esquisto y convencional registraron un aumento, que pasó de 850 000 barriles de petróleo al día a 9,3 millones actualmente. Esta cifra es histórica desde el 2015.
Al aumento de las reservas de EE.UU. se suma el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, quien dijo que vendería las reservas estratégicas de crudo del país. Estas declaraciones hundieron la semana pasada el precio del petróleo, ya que se inyecta un mayor número de barriles al mercado mundial.
Ante esta coyuntura, el acuerdo entre los países integrantes y no de la OPEP de reducir sus niveles de producción en 1,8 millones de barriles por día no fue decisivo en los mercados. En total, el cartel debe producir 32,5 millones de barriles diarios de petróleo frente a los 33,64 millones de barriles diarios que produjo en octubre. El acuerdo alcanzado en noviembre fue el primer ajuste después de ocho años.
Al cierre de esta edición, el pasado 25 de mayo, el precio del petróleo terminó en una fuerte caída. El crudo WTI perdió USD 2,46 y cerró en 48,90.
Para Carlos Pérez García, ministro de Hidrocarburos de Ecuador, la OPEP buscó equilibrar el inventario de petróleo a niveles de los últimos cinco años, lo que “llevaría a un ajuste de precios más reales y beneficioso”.
Para Fernando Santos Alvite, ex ministro de Energía, la decisión de la OPEP de reducir la producción “es insuficiente”. La razón principal es que el cartel sacó, en seis meses, del mercado unos 30 millones de barriles de petróleo; sin embargo, el excedente almacenado es de 300 millones.
“No está teniendo efecto el recorte del cartel, porque la OPEP y los no OPEP lograron reducir 1,8 millones y solo Estados Unidos y Canadá colocaron 1,2 millones producto de precios mejores”, explicó el analista ecuatoriano.
“Lo que el mercado nos dice ahora es que esperaba una reducción más prolongada, más marcada de la producción”, comentó Gene McGillian, de Tradition Energy La OPEP también anunció la entrada de Guinea Ecuatorial en el cartel, que ahora tendrá 14 miembros, y se explicó que el país africano participará igualmente en los esfuerzos de reducción de la producción petrolera.
Ecuador cumplió el recorte en un 88%
Los países integrantes de la OPEP, entre los que se encuentra Ecuador, alcanzaron un acuerdo para extender el recorte de su producción de petróleo.
La medida se tomó desde el pasado noviembre y se extenderá durante nueve meses más, es decir, comenzará desde julio y culminará en marzo del 2018.
Según el Ministerio de Hidrocarburos, presidido por Carlos Pérez, el nivel de cumplimiento de los países de la OPEP fue de 11%, comparando la producción de referencia de octubre del año pasado, de 33,3 millones de barriles de petróleo por día. En el mismo documento, la entidad explicó que los niveles de cumplimiento de los países que no pertenecen a la OPEP fue del 92%.
Ecuador, por ejemplo, debía recortar 26 000 barriles por día. Sin embargo, sacó del mercado 23 000. Es decir, su cumplimiento fue del 88%, explicó la entidad en un boletín de prensa. La decisión del cartel petrolero no impactó en el precio del crudo, así como ocurrió el año anterior.
Según el Ministerio, el precio del barril se incrementó en casi 10% llegando a un promedio de USD 51,31. Sin embargo, tras el acuerdo el precio fue de USD 48,90. La decisión no incidió en los precios del barril ecuatoriano, que a marzo de este año se colocó en USD 44,45 (Oriente).
Para Fernando Santos Alvite, exministro de Energía, Ecuador debería salir de la OPEP, ya que es un productor pequeño frente a los grandes como Arabia Saudita, Iraq o Rusia; este último país no pertenece a la OPEP pero sí redujo su bombeo diario.
Actualmente, Ecuador produce unos 530 000 barriles por día, pero puede subir aún más si decide abrir su mercado a inversionistas. Lo que implicaría que el país deje la OPEP, porque, hoy por hoy, es un limitante. “El Ecuador tiene potencial para incrementar la producción”. Si el país atrae a empresas extranjeras podría subir su bombeo diario hasta unos 800 000 barriles al día. “En el ITT se puede incrementar la producción, al igual que en los campos maduros”, asegura Santos Alvite.
El año anterior, el campo Tiputini, ubicado en Orellana, alcanzó los 30 306 barriles de petróleo diarios, según información proporcionada por Petroamazonas. Esto es un 31% más desde su incorporación a la producción nacional, el pasado 7 de septiembre, cuando llegó a 23 000 barriles al día.
Desde el pasado 24 de mayo, el nuevo Gobierno tiene como uno de sus retos dinamizar al sector petrolero.
Para Santos Alvite, el primer paso del nuevo presidente Lenín Moreno es que atraiga inversionistas y empresas que le ayuden a fortalecer la producción.
Otra lectura la hace Luis Calero, analista petrolero. Él considera que si el precio del crudo no mejora habrá menores ingresos para los países que dependen del petróleo como Ecuador. Según Calero, el reto del país es que los ingresos producto del crudo se manejen con cautela, ya que no se “avizoran precios mayores, que superen los USD 50 a nivel mundial y, particularmente, para Ecuador no significará más de USD 42 o 44”.
Para el analista, el nuevo Gobierno debe considerar que no tendrán más ingresos por parte del petróleo por lo que se debe considerar otros rubros para solventar las necesidades del país. La apertura del mercado petrolero del país es necesario en esta época marcada por la falta de recursos petroleros, así lo explica Jorge Cucalón, otro experto petrolero. “Primero debe cambiar la imagen del Ecuador y mostrarse más atractivo a las empresas extranjeras”. El petróleo en Venezuela, en crisis y sin expectativas de una mejoría
El sector petrolero de Venezuela, el país con las mayores reservas del planeta, vive una crisis profunda provocada por la falta de inversiones y mala gestión, una situación sin expectativa de mejoría a corto plazo, indican los analistas consultados .
Ante la afirmación del ministro venezolano del Petróleo, Nelson Martínez, que el jueves pasado dijo en la OPEP que el sector funciona con “normalidad”, los analistas dibujan un panorama mucho más complejo y pesimista, donde Petróleos de Venezuela (Pdvsa), la compañía nacional, es el eslabón más débil.
“Pdvsa está obligada a importar productos de Estados Unidos y petróleo a precios internacionales. Es una gestión desastrosa”, resume Gonzalo Escribano, responsable del programa energía del Real Instituto Elcano. Ello es consecuencia de una producción en declive constante desde hace más de una década.
En abril, la producción de crudo venezolano cayó en 0,46 millones de barriles diarios (mbd), hasta los 2,194 mbd, lo que supone una caída del 17% desde 2015.
“Hoy Pdvsa tiene un nivel de endeudamiento demasiado grande y desde septiembre del año pasado tiene problemas para devolver sus crédito”, apunta Christopher Dembik, responsable de investigación económica en Saxo Bank. Él advierte que “hay un nivel de corrupción tan elevado que nadie sabe cual es la liquidez real”.
A la paradoja de un país muy rico en recursos naturales pero con una economía en declive se une ahora una crisis política y social. En un contexto de escasez de bienes básicos y con la inflación más alta del mundo, que el Fondo Monetario Internacional proyecta en 720% este año.
La reunión de la OPEP se celebró el pasado jueves 25 de mayo en Viena (Austria) para acordar la extensión del recorte de crudo. Foto: Lisi Niesner /EFE