Etiqueta: prendas

  • Un giro en el negocio con prendas de bioseguridad

    María Victoria Espinosa. (I) Redacción Santo Domingo

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    Karen Pamela es una casa de modas que confecciona trajes de gala, ropa casual, informal, accesorios y otras prendas, con telas nacionales e importadas. Por la pandemia, este negocio tuvo que reinventarse y empezar a elaborar mascarillas y overoles.

    También desarrolló una nueva colección inspirada en las mujeres que trabajan durante la pandemia y quieren verse arregladas, pero protegidas y cómodas.

    Ese emprendimiento nació hace 34 años, en un pequeño taller artesanal ubicado en el patio de la casa de Asunción Villa. Ella siempre soñó con diseñar ropa. Por eso vendía telas en una pequeña tiendas de abarrotes, en Manta.

    Una de sus amigas le pidió que le confeccionara un vestido. Ese fue el punto de partida para hacer una carrera en la moda. El nombre del negocio fue inspirado en sus dos hijas, que trabajan con ella.

    Su primera inversión fue de alrededor de 10 000 sucres, que obtuvo de un préstamo bancario. Con esos recursos, ella trasladó su local a la parroquia Tarqui, que hasta antes del terremoto era el corazón comercial de Manta.

    En ese lugar también instaló un local de telas y accesorios. Eso le permitió captar clientas no solo de Manta sino también de otras ciudades de Manabí.

    Villa recuerda que al principio de su carrera, los probadores de ropa eran unas grandes telas. “Hemos construido con mucho esfuerzo lo que hoy tenemos. Pero hay que luchar cada día para lograr las metas que nos proponemos”, explica la emprendedora.

    Luego, la Casa de Modas Karen Pamela se trasladó al centro de la ciudad, donde se construyó un moderno edificio a través de un crédito bancario de USD 300 000.

    Villa se especializó en la alta costura, es decir trajes de gala, vestidos de novia y una línea especial para las candidatas a reinas.

    La manabita y su grupo de trabajadores, que hasta antes de la pandemia era de 50 personas, se encargaban de brindarles asesoría a las aspirantes a reinas.

    También de diseñar prendas personalizadas para las candidatas a Miss Ecuador, Reina de Manabí, de Manta y otras ciudades. Incluso, dentro de su clientela también constan presentadoras de televisión y modelos.

    Cada año, Villa viaja a EE.UU. para adquirir textiles con piedras, diferentes texturas y colores. Este año, la tela se quedó comprada porque la pandemia por covid-19 le obligó a cerrar la tienda por la emergencia. “Me sentía intranquila y una noche mientras trataba de dormir, se me ocurrió hacer mascarillas”.

    Villa llamó a varias empresas y les ofreció confeccionar mascarillas para sus trabajadores. Durante los dos primeros meses de la pandemia logró vender más de 30 000 mascarillas y overoles.

    Además, fabricó trajes de bioseguridad y chaquetas, pero con diseños, para que las clientas se vean elegantes mientras trabajan o hacen diligencias en el centro.

    La mantense Gisella Moreira compró un traje de seguridad para ir a su trabajo. “Parece que fueran dos prendas, tiene detalles en el cuello y se amolda bien al cuerpo”.

    Antes de la pandemia, Karen Pamela vendía mensualmente hasta USD 70 000. Pero ahora sus ventas máximas llegan a 20 000. “Hay que seguir luchando, aunque haya adversidades”.

    Por eso lanzó una nueva colección de ropa para esta temporada, inspirada en las mujeres que trabajan desde casa. “Son prendas de muy buena calidad, pero a un precio económico porque entendemos la situación”.

    Hace dos semanas se organizó un desfile de modas virtual para mostrar la nueva colección. Fue transmitido por las redes sociales y tuvo más 45 000 reproducciones. Las modelos fueron reinas y presentadoras de Manabí.

    300 000 dólares fue la inversión de este negocio en un nuevo edificio.

    Asunción Villa, propietaria de Karen Pamela, realizó un desfile virtual en el que participaron reinas de belleza y presentadoras de televisión. Foto: Cortesía Casa de Modas Karen Pamela
    Asunción Villa, propietaria de Karen Pamela, realizó un desfile virtual en el que participaron reinas de belleza y presentadoras de televisión. Foto: Cortesía Casa de Modas Karen Pamela
  • Sus camisetas son sus prendas más solicitadas

    José Luis Rosales. (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    De comerciante, a productor textil. Juan Carlos Ortiz efectuó ese cambio hace cerca de 15 años. De esa forma surgió JN Factory, que funciona en Atuntaqui (Imbabura), conocida por la confección de ropa y artículos para el hogar. Esta empresa elabora principalmente camisetas, pero también confecciona ternos deportivos, pijamas y chompas.

    El emprendedor dice que la vocación para el comercio la heredó de su padre Carlos. Él estuvo al frente de su ferretería por 45 años. El progenitor le sugirió que invierta en la venta de productos textiles y realizó negocios con fabricantes locales.

    Así trabajó durante seis años. Pero, por sugerencia de sus clientes abrió la fábrica JN. Ortiz reconoce que no tenía suficientes conocimientos del área textil cuando tomó esa decisión. Recuerda que la maquinaria la adquirió a una firma local, que había cambiado de giro de negocio.

    La compra de máquinas de coser, cortadoras, planchadoras, entre otras, costó USD 20 000. No disponía de ese monto, por lo que pidió un crédito bancario.

    Para poner en marcha la planta, Ortiz y su esposa, Verónica Bolaños, establecieron responsabilidades para cada una de las áreas. Él se encargó de la administrativa y comercial y ella de la producción y de la organización de la planta.

    La pareja apostó inicialmente por la confección de camisetas, que consideran que es una prenda que clientes la prefieren por su fácil uso y costo módico. Es su línea más demandada.
    Luego se diversificó con otras prendas casuales y deportivas. Según él, puede atender todo tipo de pedido. Al principio abrió un almacén y a la par visitaba ferias en Quito y de Tulcán para captar esos mercados.

    Luego contrataron a agentes vendedores y, ahora, entregan en almacenes multimarcas y su producción la realizan bajo pedido.

    Una estrategia de JN Factory es tener un portafolio de 200 a 300 ítems. Por la diversificación de la oferta y la consolidación de clientes venden entre 30 000 y 40 000 prendas al mes.
    Con la pandemia surgió una oportunidad para innovar. La firma empezó a elaborar mascarillas, con distintos diseños. Los tapabocas son un complemento de las camisetas.

    Esta estrategia ha permitido que los compradores anticipen pedidos, por lo que es una pauta para poder ingresar nuevos productos, dice Ortiz. Además, tienen un catálogo con las colecciones de moda, que es promocionado a través de sus redes sociales. 

    20 000 dólares es la inversión que hizo para la adquisición de las primeras máquinas.

    Juan Carlos Ortiz, gerente de JN Factory, dice que el cuidado en la comercialización fue clave para crecer. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    Juan Carlos Ortiz, gerente de JN Factory, dice que el cuidado en la comercialización fue clave para crecer. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
  • Diseña prendas y accesorios con su red de artesanos

    Redacción Quito

    Ecuador esconde riqueza cultural en cada una de sus provincias. Esto es un atractivo para quienes buscan emprender rescatando tradicionales.

    Un ejemplo de ello es Ivonne Durán, quien siempre tuvo una atracción hacia las manualidades y las artesanías y gracias a esto decidió abrir un negocio propio.

    Maquipura
    es un emprendimiento que surgió en 2008; en quechua significa ayudar, dar la mano. La emprendedora creó este lugar para mostrar las diferentes piezas elaboradas por artesanos que conoció al recorrer provincias del Ecuador.

    Durán visitó talleres en Azuay, Cotopaxi, Chimborazo e Imbabura, de los cuales escogió a 62 artesanos para formar una red y así empezar su negocio. “Mi idea era ayudar a estos artesanos comprando sus trabajos y modificarlos con diseños propios, para que tengan un toque de originalidad e innovación”.

    Cuando inició con este proyecto, la emprendedora invirtió cerca de USD 500. Durán comenta que, al inicio, las ventas las realizaba entre amigos y familiares, aunque también exponía en ferias locales y en otras ciudades del país, donde mostró su trabajo. Además, cuenta que el negocio creció rápidamente y con las primeras ganancias logró equipar el local en menos de cinco años.

    La materia prima de este emprendimiento está en las comunidades de artesanos con la que Durán trabaja. Las principales son de Saraguro, Gualaceo, Simiatug, en el sur del Ecuador.
    Lo que caracteriza a los productos de Maquipura es que mantiene la elaboración tradicional; la emprendedora añade un toque más actual con diseños llamativos.

    Entre los productos que oferta están alfombras, tapices, macanas tejidas en Gualaceo (Azuay), además de accesorios como carteras, bufandas y bolsos con adornos y apliques de metal.

    Durán diseña jarrones, collares, bolsos, ropa, bandejas, objetos decorativos y más junto a la red de artesanos que fundó y que pertenecen a diferentes ciudades.

    En 2017, por motivos personales y disminución del turismo en el país, el emprendimiento tuvo pocas ganancias, por lo que Durán tuvo que cerrar la tienda y comercializar por redes sociales.

    Gracias a que la propietaria no dejó de impulsar el negocio a través de redes sociales, logró tener un espacio en la feria Artesano Artista que es promovida por la Presidencia de la República. En ese espacio, la esposa del primer mandatario, Rocío González de Moreno, adquirió una de las prendas de Maquipura y la lució en el encuentro de los mandatarios de EE.UU. y Ecuador, semanas atrás.

    Durán quiere que la marca llegue a más sitios en el país e incluso al exterior. Ahora abrió una tienda en Tumbaco para llegar a más personas.

    Ivonne Durán es la propietaria de Maquipura. La tienda de este emprendimiento está ubicada en Tumbaco.
    Ivonne Durán es la propietaria de Maquipura. La tienda de este emprendimiento está ubicada en Tumbaco. Foto: Líderes
  • Prendas para hombre con un estilo andino

    Modesto Moreta

    (F)  
    Contenido Intercultural

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    Remolacha es la marca que revoluciona la moda de ropa para hombre, en la ciudad de Ambato, en Tungurahua.

    Las prendas de esta marca tienen una perfecta combinación con los tejidosde contenido andino, es decir, es una penda híbrida entre lo autóctono y lo moderno.

    Ese es el imán que esta firma utiliza para llegar a más compradores. Santiago Almeida y Daniel Gómez fundaron la firma en el 2017 con una inversión de USD 15 000. El dinero lo consiguieron a través de un crédito en una institución financiera.

    Con los recursos adquirieron telas e iniciaron la confección de sus diseños a través de una alianza estratégica con pequeños productores de ropa. La idea del proyecto es presentar nuevos diseños de prendas con una mezcla de andino. “El propósito es que la gente que compre la marca Remolacha pueda identificarse con la interculturalidad”, dice Almeida.

    En la actualidad artesanos de Otavalo son los encargados de proporcionarles los tejidos que son hechos en los telares de madera. Son diseños precolombinos donde destacan los rombos, la chakana, el Taita Inti, caracoles, la naturaleza en tonos amarillo, azul, rojo, celeste, plomo, como una especie de mosaico donde destaca lo juvenil. “Ellos crean los tejidos para el diseño de nuestros productos”.

    Explica que la confección de las chompas y bomber que fabrica la firma poco a poco alcanza una altísima calidad por los materiales y las telas importadas que utilizan. Hasta el momento sacaron al mercado 5 colecciones de 10 prendas cada una con diversos tejidos.

    Por ejemplo las chompas son reversibles; eso le convierte en una prenda diferente. “Iniciamos con los colores fuertes como el mate que tuvieron una gran demanda”, cuenta Almeida.

    Las ciudades de Ambato, Baños y Quito, son los principales mercados de Remolacha. Para diciembre afinan detalles para una nueva colección de chaquetas, bombers, sacos Tuna y gorras de lana.

    Santiago Almeida es uno de los fundadores de la marca Remolacha, que salió al mercado en el 2017. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
    Foto: Modesto Moreta / LÍDERES

    La idea es que las prendas no se transformen en folclóricas, sino que tengan una identidad en la combinación de lo autóctono con lo actual y moderno. “Con nuestra marca queremos vestir a ejecutivos, oficinistas o los informarles sin perder la elegancia y el glamour”, dice Almeida.

    Los modelos denominados bomber suave y la colección Tuna son el principal atractivo de la marca. Los tejidos llevan en el cuello, puños y los lados. El diseño impacta especialmente en los jóvenes, porque son atractivos. La última colección salió en agosto donde sobresalieron los tonos azules y cuatro colores tipo vino.

    Los accionistas de Remolacha reinvirtieron las ganancias para la apertura de nuevos puntos de venta a los existentes en Ambato y Baños de Agua Santa. La próxima apertura será en Quito. “Trabajamos con alianza estratégicas (maquila) para la confección de la ropa. Nosotros nos encargamos del diseño de las nuevas prendas que saldrán al mercado”.

    Almeida asegura que Ambato, Baños y Quito son sus principales mercados. Además, participan en ferias a escala nacional donde promocionan Remolacha y sus diseños interculturales.

    El costo de cada prenda la Chaqueta reversible y con contenido intercultural cuesta USD 120, los bomber en USD 50, saco Tuna 50 y gorro lana USD 20.

    En lo social

    Los ejecutivos de Remolacha también se desarrolla en el área social. En la anterior Navidad la marca Remolacha trabajó en la campaña ‘Una Navidad para todos’, que consistió en la entrega de un peluche o juguete por un porcentaje de descuento en la compra de cada prenda.

    Remolacha inició con 2 personas y en la actualidad son 10. Además de los artesanos de Otavalo que trabajan en la elaboración de los tejidos.

    Los jóvenes de 17 a 35 años son quienes utilizan nuestra marca. Ahora el emprendimiento trabaja para abrir un local en Quito.

    Santiago Almeida es uno de los fundadores de la marca Remolacha, que salió al mercado en el 2017. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
    Santiago Almeida es uno de los fundadores de la marca Remolacha, que salió al mercado en el 2017. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
  • Prendas que se exportan a México

    Modesto Moreta

    (I)

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    La ropa interior que diseña y confecciona la Corporación Impactex con la marca Mao ahora se comercializa en cadenas de almacenes de México. La firma ambateña también tiene presencia a escala nacional con sus 2 000 distribuidores.

    La historia de Impactex arrancó en 1999 con el nombre de Impacto Creaciones y una inversión de 60 millones de sucres. Con ese dinero se instaló el taller de producción con la línea de ropa interior. En la actualidad produce prendas de vestir en sus líneas casual damas y la línea para caballeros con boxer. Además, en la confección de pijamas y chompas.

    Para estar al tanto de las tendencias de la moda, la firma asiste a ferias internacionales.
    Además, aplica nuevas tecnologías con telas inteligentes (microfibras) que dan suavidad, comodidad y elegancia al vestir. El uso de este material fue el punto de partida de partida de la marca para llegar al mercado internacional.

    El primer envío a México se realizó el 13 de febrero de este año. 60 000 unidades, es decir, 5 000 docenas de ropa interior para hombre salieron desde la planta industrial localizada en la parroquia Atahualpa, del cantón Ambato, en Tungurahua.

    Milton Altamirano, presidente de la Corporación Impactex, cuenta que el proceso para llegar al mercado mexicano arrancó hace dos años. Detalla que por el valor del dólar ha resultado complicado competir en el mercado internacional. “Con el esfuerzo de todo el equipo logramos negociar con una empresa mexicana. Les presentamos nuestro producto y les gustó”.

    Para ingresar al mercado la firma mexicana creó una empresa subsidiaria con la marca Mao México; este proceso duró más de un año. Otro de los puntos positivos es que ya se negocia la expansión de la marca bajo el modelo de franquicia en otros países.

    Según Altamirano, la ropa que exportaron puede usarse para la actividad deportiva de los futbolistas, ciclistas, atletas… También los ejecutivos y estudiantes. “Una de las características es que el sudor es absorbido por la tela y esta es disipada para evitar la humedad. Estas características nos permitió salir al exterior”.

    Las inversiones más recientes hechas por la empresa fueron por USD 1,2 millones a través de un crédito otorgado por la banca privada. Con el dinero se construyó la planta industrial que funciona en un edificio de cuatro plantas. También adquirieron nuevos equipos con tecnología de punta con una inversión adicional de USD 200 000.

    El vocero recuerda que inició como cortador en una empresa de ropa deportiva donde laboró cuatro años. Luego pasó a Produtex, de propiedad de Antonio Villagrán. Allí permaneció 15 años y donde aprendió las técnicas para aprovechar la tela.

    Además, adquirió conocimientos en diseño y confección, hasta que se convirtió en uno de los vendedores de la textilera. Luego instaló su propio taller con la marca Impacto desde su arranque logró trascendencia en el mercado.

    En el 2005, cambió el nombre de la marca a Mao que tuvo una mejor acogida en el mercado. También, construyó un galpón donde montó la factoría. Tres años más tarde, dejó de ser un productor con calificación artesanal y creó la Corporación Impactex Cía. Ltda.

    En la actualidad en su industria trabajan 110 personas y el año pasado facturó USD 4,6 millones. Afirma que nuevamente el sector textil está en crisis por el ingreso de ropa de contrabando de Colombia y Perú, por lo que las ventas bajaron un 25%. “Esperamos que las autoridades nos ayuden impidiendo el ingreso del contrabando, caso contrario se terminará con la industria textil”.

    Otro de los proyectos para este año de Corporación Impactex es reactivar en Colombia la empresa Ecuamoda para potenciar las ventas. Además, planea abrir en Perú un centro de Distribución Regional. También abrió líneas de chompas para niños, jóvenes y adultos, línea deportiva, camisetas, pijamas, boxer…

    Hace 10 años, Novedades Catherine comercializa las líneas de caballeros y damas de Impactex en El Oro. Las ventas anuales presentan un 10% de incremento. Danilo Franco, gerente de esta firma, indica que la marca Mao tiene prestigio en Machala y la provincia. “Es un producto de buena calidad, constantemente está innovando con nuevas tecnologías en telas y son productos que gustan a la gente”.

    En los talleres de la Corporación Impactex, en Ambato, el control de calidad es estricto para evitar fallas en la mercadería.
    En los talleres de la Corporación Impactex, en Ambato, el control de calidad es estricto para evitar fallas en la mercadería. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
  • Ella diseña y elabora una serie de prendas y accesorios textiles

    Redacción Quito

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    Los límites no existen en la fábrica textil Otter. Soledad Cárdenas, quien está al frente de esta pequeña empresa, diseña prendas y artículos en telas, según pidan sus clientes.

    Desde 2013, en el taller de Otter, ubicado en San Vicente de Las Casas, en el norte de Quito, se elaboran prendas deportivas, uniformes, vestuario para academias de baile, camisetas interactivas para niños, alforjas para bicicletas, portamascotas, material promocional, mandiles y otros.

    Cárdenas crea con frecuencia. En su taller confecciona los productos que sus clientes le solicitan. Para el diseño se asesora con especialistas y usuarios para entregar una prenda de calidad.

    Esta emprendedora de 41 años no pone reparos, como los que escuchaba cuando era comerciante de ropa. “Antes, mis clientes me pedían licras o camisetas con diseños especiales, pero las fábricas no los hacían”.

    Esta experiencia fue, precisamente, la que le motivó a emprender su negocio propio. Para iniciar invirtió alrededor de USD 12 000. Junto con su esposo Lenín Gómez adquirieron máquinas, telas, abrieron el taller y un ‘show room’ en la calle Isla Isabela, entre las avenidas Tomás de Berlanga y Río Coca, en el norte de Quito.

    En estos espacios, Cárdenas diseña prendas novedosas. Aunque no tiene estudios en diseño de modas, le gusta crear e innovar.

    En su tienda se encuentran enterizos para deportistas, busos con buff incluido, prendas infantiles con estampados que incluyen lenguaje Braille, camisetas con colgantes para fomentar el desarrollo psicomotriz de los niños.

    También elabora alforjas para bicicletas, portabicicletas para camionetas, maletas para cargar a las mascotas en la espalda, impermeables para perros.

    En Otter están abiertos a todo, lo único que no hacen es colocar en las prendas réplicas de marcas. El trabajo es personalizado, se atiende pedidos por menor o mayor. Entre sus clientes están Bic, BMX, Electrobike, Continental y otros.

    En esta empresa trabajan siete personas. La capacidad de producción es 100 camisetas por día.

    Fernando Tul, gerente de Marketing de Tía Pelucas, menciona que desde hace un año en su peluquería, los uniformes, capas y mandiles son elaborados en Otter. Él destaca que los materiales que se emplean son de alta calidad y que los modelos son llamativos y cómodos. En promedio, para la compra de esta mercadería, Tul destinó alrededor de USD 3 000.

    En Otter se utilizan telas nacionales e importadas. Martín Carrera, asesor comercial de Lafayette, comenta que Cárdenas adquiere telas con tecnología. En promedio, se compran alrededor de 500 metros al mes. El costo de las telas varía entre USD 3,5 y 14 el metro, según la calidad.

    Las prendas de vestir de Otter difieren, según la calidad y el diseño, pero en promedio la gente puede encontrar camisetas a USD 10 y pantalones a 30.

    En Otter se factura alrededor de USD 6 000 al mes. Las ventas se hacen a escala nacional.

    Los contactos
    Para pedidos  se pueden comunicar al 0983803728. En el ‘show room’ de Otter se atiende de lunes a sábado de 08:30 a 18:30.

    En la empresa deSoledad Cárdenasse diseñan prendas y accesorios. Los productos son personalizados. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    En la empresa deSoledad Cárdenasse diseñan prendas y accesorios. Los productos son personalizados. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Prendas de vestir con telares reciclados

    Redacción Quito

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    La idea de tener algo propio y la necesidad por generar ingresos para su familia, permitió que Verónica Díaz lance su marca Verid en el mercado.

    El emprendimiento surgió en el 2012, cuando Díaz decidió radicarse en Cumbayá y crear un negocio propio que le permitiera pasar tiempo con sus hijos y que le generara ingresos laborales.

    La emprendedora incursionó en el mercado con una boutique en el sector de Cumbayá. Ella viajaba constantemente a EE.UU. para comprar ropa y vender las prendas en el negocio que había posicionado al norte de Quito.

    Sin embargo, las ventas decrecieron a partir de las restricciones que se implementaron en el país, con la aplicación de salvaguardias para productos importados.

    Un curso de costura y confección permitió que la joven empezara a fabricar sus propias prendas de vestir. Estos productos se colocarían en el mercado.

    Con poca acogida y grandes cantidades de ropa, Díaz creó una variedad de productos para llamar la atención del público.

    En la actualidad, Verid cuenta con una línea de productos entre los que están alpargatas, accesorios (collares, aretes y pulseras), sacos, pañuelos, blusas, ponchos, bufandas, entre otros.

    “Lo innovador de la marca es que mis productos son fabricados con prendas de vestir recicladas. Las alpargatas se confeccionan con telas restantes”, indica.

    El calzado se produce con estándares similares a los zapatos americanos Toms. La emprendedora quiso rescatar diseños ancestrales, que generen identidad en los compradores de la marca.

    La materia prima para la fabricación de sus productos es local. “Apoyamos a la economía del Ecuador y tratamos de consumir primero lo nuestro”.
    Por esta razón, los materiales provienen de diversas ciudades como Otavalo, Latacunga, Machachi, Loja, Cuenca, Napo, Ambato

    El emprendimiento, actualmente, trabaja con tres artesanos que colaboran con el diseño y fabricación de algunos de sus productos. A parte, cuenta con dos vendedoras dentro de su local, que también se encargan de la distribución de la indumentaria.

    Verid es un emprendimiento independiente que piensa expandirse a escala internacional.
    Tiene como proyecto, a corto plazo, crear puntos de venta en el exterior que le permitan generar mayores ingresos y tener reconocimiento de la marca nacional.

    El público objetivo de la joven son mujeres. Actualmente, la emprendedora lanzó su línea de accesorios y prendas de vestir para niñas desde los dos años.

    La inversión inicial, tomando en cuenta materiales, producción, diseño, distribución y maquinaria fue de unos USD 10 000.

    Desde el 2012 hasta la actualidad, Verid ha mantenido un crecimiento anual del 5% en sus ventas.

    Los ingresos son de USD 3 000 mensuales. Sin embargo, las ventas suben en las jornadas festivas como día de la Madre, Navidad, San Valentín, entre otros.

    Los clientes de Verid oscilan entre 70 y 100 al mes. Esta cifra sube en participaciones en las ferias.

    Sandy Orellana es una cliente satisfecha. Adquirió productos y accesorios de la marca. “El calzado es demasiado cómodo y elaborado con materiales de calidad”.

    Este negocio cuenta con diseños exclusivos. En el caso de las alpargatas, Díaz indicó que tienen varias colecciones con colores, “combinaciones que marcan la moda actual. Incluimos en nuestras alpargatas las actuales, con plataformas y mucho más”.

    La emprendedora busca ofrecer al público zapatos cómodos para madres de familia, ejecutivos que quieren estar en casa sin zapatos formales y otros segmentos a los que les interesa estos productos.

    Verónica Díaz presenta algunos de sus productos en su local ubicado en Cumbayá. Mantiene una línea de productos con material reciclado. Foto: LÍDERES
    Verónica Díaz presenta algunos de sus productos en su local ubicado en Cumbayá. Mantiene una línea de productos con material reciclado. Foto: LÍDERES
  • Músicos y deportistas lucen estas prendas

    Redacción Quito

    Redaccion@revistalideres.ec

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    Christian Villacís, de 43 años, es artista conceptual. Ha elaborado diseños e ilustraciones para juguetes, videojuegos y cortos de animación.

    Su sobrino, Gerald Romero, de 27 años, es ingeniero en administración de empresas y por dos años trabajó en una calificadora de riesgos. Además, por unos meses vivió en Argentina, donde conoció y tuvo vinculación con marcas de moda, un campo que le llamaba la atención.

    Al retorno de Romero al país, en junio del pasado año, ambos juntaron sus conocimientos, habilidades y gustos, para dar vida a un emprendimiento especializado en varias líneas de negocio, con especial énfasis en el diseño de prendas de vestir. La inversión para arrancar el negocio osciló entre USD 4 000 y 6 000.

    La empresa se llama Vandervox y por ahora agrupa a dos marcas de ropa: Stoker y Hox, con dos estilos bien diferenciados.

    En Stoker ofrecen camisetas, bividís y buzos con o sin capucha, chompas y ‘joggers’, estampados mediante serigrafía con diseños propios de la marca. La marca se lanzó en noviembre del 2017.

    Sus diseños se inspiran en mitología, ciencia ficción, futurismo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Sus diseños se inspiran en mitología, ciencia ficción, futurismo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

    Al momento hay dos colecciones: Radical e Infinity. La primera inspirada en seres mitológicos y leyendas, y la segunda, en futurismo, ciberpunk y ciencia ficción.

    Un dragón, una cobra y una nativa americana son algunas de las creaciones que lucen las prendas de Radical. En Infinity se pueden encontrar una calavera con piezas mecánicas, una mantarraya robótica o un halcón peregrino, entre otros diseños únicos.

    Otras colecciones se vienen en camino. Minimals, que como bien lo dice su nombre, será de un estilo minimalista; Clon, de elementos repetidos alrededor de la prenda; y otra –que aún no tiene nombre– inspirada en culturas ancestrales y elementos característicos del país, con el objetivo de comercializarlas con un fin turístico. Esta última colección prevén comercializarla en los ‘duty free’ de los aeropuertos del país y llevarla a Galápagos.

    Hox, la otra marca de Vandervox, está enfocada en ropa deportiva. Entre sus productos cuentan con pantalonetas para entrenamiento de artes marciales.

    El diseño y confección de las piezas, más los trabajos de serigrafía, vinilo o sublimación para los estampados lo llevan a cabo de manera tercerizada. La primera producción fue de 400 prendas.

    Las prendas se venden a través de los portales web de las marcas, por contacto personal y en una tienda deportiva en el centro comercial El Recreo, al sur de Quito.

    En el tiempo que llevan han logrado vender alrededor de 120 prendas. Los precios de las camisetas van desde USD 19 hasta 29, dependiendo del diseño.

    Adicionalmente, la empresa ofrece servicios de ‘merchandising’ a marcas, bandas musicales o el cliente que lo requiere.

    Uno de sus clientes en este campo es Christian Zapata, quien los conoció por redes sociales y se dio cuenta que eran muy versátiles. Zapata requería uniformes para una marca ‘fitness’ de combate. En febrero compró cerca de cuatro docenas de los productos que requería. Quedó contento con el precio y la calidad.

    Otro cliente es Santiago Grijalba, líder de la banda de rock Van Steel. Él también buscaba un proveedor para las camisetas y otros productos promocionales. Primero adquirió una camiseta con el diseño de un dragón para probar. Luego, les encargó una camiseta de prueba con el logo de la banda, hasta que le solicitaron 20 unidades y hoy ha comprado al menos en unas tres ocasiones. “Tienen excelente servicio y buenos precios”, añade. Gracias a una alianza, en futuros conciertos de esta banda, los integrantes portarán camisetas propias de Stoker.

    Christian Villacís yGerald Romero son los fundadores de la microempresa. Sus diseños se inspiran en mitología, ciencia ficción, futurismo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Christian Villacís yGerald Romero son los fundadores de la microempresa. Sus diseños se inspiran en mitología, ciencia ficción, futurismo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Más tecnología se usa en las prendas de vestir

    Redacción Líderes

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    La moda y la tecnología se unen para resolver uno de los principales problemas de las prendas: las roturas accidentales.

    Ya sea en el trabajo o en los momentos de recreación, un mal movimiento o un roce accidental con un objeto filoso puede ocasionar que nuestras prendas favoritas se rompan. Pero, ese problema parece tener solución con la creación de un nuevo tejido inteligente capaz de repararse a sí mismo en pocos segundos.

    Imperial Motion, una empresa textil de Estados Unidos, es la responsable de este logro. La firma, que opera en Washington, lanzó la semana pasada su línea de chaquetas y accesorios dedicada a hombres, que tienen la habilidad de repararse solas, tras haber sufrido una rotura.

    Para lograr que desaparezcan los agujeros, es necesario frotar la zona afectada durante 10 segundos. Después de este tiempo, la chaqueta estará como en su estado original, sin dejar rastros.

    El secreto de este proceso es el tejido ‘self-healing’ o en español también conocido como autorreparable. Las chaquetas y los accesorios de esta marca están fabricados con fibra de nailon que está recubierta con un producto hecho con una proteína que se puede encontrar en los tentáculos de calamar. Con el calor de los dedos y la presión que se ejerce al frotar el material, es capaz de arreglar los daños en pocos segundos.

    La marca advierte a sus clientes. a través de su página web, que no pongan a prueba las capacidades de estas prendas con cortes de tijeras o de cuchillos, ya que aún están trabajando en crear formas de que la prenda pueda reparar agujeros más grandes.

    Hasta ahora, la firma estadounidense ofrece mochilas, bolsos para el gimnasio y tres modelos de chaquetas masculinas para hacer deportes, que se pueden conseguir en menos de USD 80.

    Esta marca es parte de las colecciones futuristas en las que se están enfocando varias firmas y diseñadores en el mundo. Estas emplean la tecnología para resolver problemas del pasado.

    La Asociación de Investigación de la Industria Textil Europea, por ejemplo, está trabajando en el desarrollo de prendas que fomenten hábitos de vida saludables y diseñadores como la holandesa Iris Van Herpen, ha conquistado la pasarela con sus creaciones realizadas con impresión 3D.

    Una marca estadounidense lanzó al mercado su línea de chaquetas y accesorios capaz de repararse solas en pocos segundos.
    Una marca estadounidense lanzó al mercado su línea de chaquetas y accesorios capaz de repararse solas en pocos segundos.
  • Un grupo de mujeres realiza prendas de lana con íconos de la cultura Pasto

    José Luis Rosales   (F) Contenido Intercultural

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    Desde hace seis años 15 mujeres de San Gabriel, en Carchi, se unieron para que el tejido de lana no se pierda. Paralelamente se plantearon rescatar en las confecciones manuales los íconos de la cultura Pasto.

    Así nació la Asociación Tusa Gabal, dice su presidenta, Patricia Lloré. En el 2010 el gremio instaló un taller-tienda que funciona en la Casa de las 7 Puertas.

    Se trata de un inmueble patrimonial, de propiedad del Municipio de Montúfar, situado en la céntrica calle Los Andes.

    La idea, además, era que se valore la mano de obra de las tejedoras, explica Lloré. Antes, estas mujeres confeccionaban prendas de lana de oveja para varias empresas exportadoras.
    Por eso, el cabildo local emprendió en labores de capacitación y de ayuda logística, que permita dar un valor agregado a este oficio.

    Lo hicieron a través de dos proyectos de Fortalecimiento de las Capacidades de los Artesanos de Montúfar y de Economías Creativas, explica Darwin Enríquez, técnico de Patrimonio del Cabildo.

    Este plan contó con la ayuda financiera de la Articulación de Redes Territoriales de la Prefectura del Carchi, el Gobierno Vasco (España) y la Fundación Tecnalia.
    Esta última entidad aportó con USD 9 000 para la adquisición de materia prima, mobiliario y maquinaria, explica la dirigente.

    Con los fondos de la Prefectura, en cambio, compraron dos máquinas de costura industrial, que son para las socias que confeccionan manteles y cortinas.

    En el local, sobre estanterías de madera y maniquíes, se exhiben una variedad de modelos de sacos, gorras, bufandas, ponchos, ternos para recién nacidos…

    En varias de ellas resaltan figuras de monos, el Sol Pasto, entre otros. Este último identifica a este pueblo preincásico que ocupó los territorios del norte del actual Ecuador y del sur de Colombia.

    Esa iconografía ancestral, que luego la trasladaron a moldes, la aprendieron en una capacitación que les facilitó el arqueólogo Cristóbal Landázuri.

    La mayoría de hábiles artesanas heredó los primeros diseños y puntadas de madres y abuelas.
    Entre las socias resalta la destreza de María Nelly Nastar y Germania Pozo. Nastar, nacida en Ipiales, Colombia, y radicada desde hace tres décadas en San Gabriel, perfeccionó los secretos del tejido en la escuela.

    Estas artesanas pasan la mayor parte del día urdiendo prendas, que luego serán comercializadas en el almacén comunitario.

    Las tejedoras ponen la materia prima y la mano de obra. Eso garantiza que el 90% del valor de cada prenda vaya al bolsillos de las artesanas. El resto es para el funcionamiento de la organización.

    Desde el año pasado, se implementó en la tienda el servicio de venta de lana antialérgica, que tiene mayor acogida. Las artesanas también comparten su conocimientos sobre las diferentes técnicas con los visitantes.

    La Asociación Tusa Gabal ha diversificado sus servicios. Actualmente, en Montúfar, capacita a mujeres ecuatorianas y colombianas. Por esta actividad, el Cabildo le pagó USD 7 200.
    Mientras que, en los poblados fronterizos de Chical y Maldonado, en el noroccidente de Carchi, el grupo asesora sobre cómo iniciar una microempresa. Trabajan con el apoyo del Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio.

    Por ahora, esperan ampliar el mercado para la venta de sus artesanías. De acuerdo a Lloré cuatro prendas estarán en el catálogo del Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria.

    Tres  socias de Tusa Gabal : Rebeca Quinche,  Germania Pozo y Patricia Lloré. Ellas  atienden por turnos el almacén comunitario. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    Tres socias de Tusa Gabal : Rebeca Quinche, Germania Pozo y Patricia Lloré. Ellas atienden por turnos el almacén comunitario. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES