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  • El camarón se consolida como el principal producto de exportación

    Mónica Mendoza

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    El camarón se consolida como el principal producto de exportación no petrolero. En el acumulado de enero-octubre del 2017 el crustáceo superó al banano en el liderazgo de las ventas al exterior.

    Según la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), las exportaciones en los diez primeros meses del año fueron USD 2 536 millones, frente a 2 470 millones de la fruta (ver infografía). Las ventas de camarón en octubre fueron de USD 269 millones, equivalente a 88 millones de libras de camarón.

    Así se convirtió en el sexto mes consecutivo del 2017 con mayores ventas. Julio tuvo un récord histórico, con USD 291,8 millones.

    Es una tendencia similar a la que se registró en el 2016. El crecimiento del crustáceo fue superior al banano en siete meses consecutivos (mayo-noviembre).

    En el acumulado del año pasado el banano se mantuvo por encima.

    José Antonio Camposano, presidente de la CNA, sostiene que esa será la misma tendencia al terminar el 2017. El banano seguirá siendo el rey de las exportaciones no pretroleras del Ecuador.

    Señala que normalmente en los dos últimos meses la demanda de camarón es menor, pues Asia ya hizo sus compras para las festividades del inicio del año chino y Europa también para la época de Navidad y Año Nuevo. “Pero sigue siendo una excelente noticia para el país que dos sectores de exportación generen más de USD 5 000 millones”, añade.

    Las proyecciones de crecimiento del sector camaronero son alentadoras. Según el Banco Central, el área de acuicultura y pesca del crustáceo crecerá un 10% al final del 2017 y un 7% el 2018.

    Las exportaciones crecieron cinco veces en 11 años, frente a 2,3 veces del banano en igual periodo.

    El potencial del sector se sostiene en el impulso a las inversiones y la tecnificación desde la maduración, laboratorios, fábricas de alimentos, fincas, empacadoras, procesadoras y exportadoras.

    Camposano dice que toda la cadena productiva está en franco crecimiento hacia la tecnificación y en permanente proceso de inversión. Pero, además, el sector está motivado por el aumento de la demanda de la región asiática.

    Actualmente, el 60% de las ventas tiene como destino países del Asia. Le siguen aquellas a la Unión Europea, EE.UU. y el resto a otras regiones, según el titular del gremio. El camarón ecuatoriano se consume en más de 50 países.

    Además, el sector comenzó diciembre con una buena noticia.

    China redujo el arancel para las importaciones de camarón ecuatoriano de 5 al 2%, lo que abre las posibilidades de vender más a ese país, aunque el sector aún no tiene cálculos del crecimiento. Ahora los chinos son el segundo comprador (USD 150 millones) entre los países asiáticos, después de Vietnam y por encima de Corea del Sur y Japón, según la CNA.

    Otro destino para crecer es Brasil. El sector espera que a finales de año se pueda exportar el primer contenedor a ese país una vez que se abran definitivamente las importaciones, luego de 18 años de suspensión. Los productores brasileños lograron que las autoridades impusieran barreras fitosanitarias porque el camarón ecuatoriano supuestamente tenía enfermedades, pero eso ha sido desvirtuado. Se espera que en el primer año las ventas sean de USD 80 millones; además es un país con una creciente demanda que será aprovechada.

    Para Carlos Miranda, gerente de la empresa de alimentos Skretting, el sector está comenzando a cosechar el trabajo de diez años.

    Eso tiene que ver con el mejoramiento en todas las áreas de producción, procesamiento, inversión y reinversión. Señala que las inversiones están en los procesos genéticos, en las nuevas plantas de alimentos, en la tecnificación de camaroneras y en las plantas de empaques, por ejemplo. “No es coincidencia ni buena suerte, sino que es una industria pujante que ha reinvertido buena parte de sus utilidades para seguir creciendo”.

    La tecnificación e inversiones son claves

    Redacción Guayaquil  (I)

    La tecnificación y las inversiones son los pilares claves para el crecimiento del sector camaronero a escala nacional.

    En el período enero-septiembre del 2011, la exportación alcanzó los 288,2 millones de libras, mientras en el mismo período del 2017 se vendieron 687,2 millones.

    Al final del año el sector espera que las ventas lleguen a 900 millones de libras. Para atender esos altos niveles de producción, las plantas de procesamiento y empaque aumentaron su capacidad instalada, son más modernas y con más tecnología.

    Carlos Miranda, gerente de Skretting y directivo de la CNA, explica que hay plantas de empaque que tecnificaron la congelación, tienen clasificadoras y galpones más grandes para atender la demanda de la industria.

    Las grandes fincas aceleraron sus inversiones en procesos de tecnificación en aireación para piscinas, alimentación y cosecha automática. Skretting es una empresa de Nutreco, que tiene líneas de nutrición desde los reproductores pasando por las larvas hasta las etapas iniciales y el engorde.

    Miranda dice que tienen nutrición para todo el ciclo de vida del camarón. Posee tres plantas en Ecuador para producir alimentos para camarón, ganado, pollos, cerdo, pero tiene en marcha una inversión de USD 65 millones en una nueva planta (El Morro-Playas) para producir solo alimento para el crustáceo. Tendrá una capacidad para 460 000 toneladas anuales y la primera fase estará lista en junio del 2018.

    Hace pocos días se lanzó la primera etapa del Programa de Electrificación para el sector, impulsado por los ministerios de Acuacultura y de Electricidad y GPS Group, una firma de asesoría y gestión estratégica especializada en sectores agroindustriales.

    La iniciativa busca el cambio de matriz productiva de diésel a energía eléctrica. Incluye la instalación de redes aéreas de distribución eléctrica, celdas de protección, transformadores y motores eléctricos, entre otros.

    Como parte del proyecto se presentó a la empresa Aquamar, el primer caso exitoso de uso de energía eléctrica. Enrico Delfini, de Aqua 2.0, explica que esa finca se electrificó en el 2006 y obtuvo indicadores de eficiencia. Tuvo un incremento del 76% de producción por el uso de aireación y redujo el 20% de tiempos de engorde y mejora de casi 30% del índice de conservación de alimento, entre otros avances.

    El Ministerio de Acuacultura estima una inversión de USD 200 millones para electrificar
    213 000 hectáreas. En tanto, al camaronero le costaría USD 5 000 de inversión por hectárea.

    La dependencia de los asiáticos

    El mercado asiático compró más de USD 1 150 millones de camarón entre enero-septiembre del 2017. Captó un 57% de todas las exportaciones ecuatorianas, un porcentaje mayor en relación al mismo periodo del 2016, que alcanzó los USD 856,9 millones, según las cifras de la CNA.

    La tendencia de consumo de los asiáticos es el camarón con cabeza. Al cocinarlo adquiere un sabor más marino y tienen la cultura de ‘chupar’ la cabeza.

    El producto ecuatoriano se exporta 89% como camarón entero con cabeza, 6% en cola y 5% con valor agregado.

    India y Ecuador siguen como los principales exportadores de camarón a escala mundial. Y si bien Vietnam aparece como el tercer vendedor, también es el principal comprador del crustáceo ecuatoriano.

    El sector señala que es una puerta de entrada a China. El vietnamita es un mercado muy informal donde se empaca el producto sin marcas ni registro de origen y luego se reexporta.
    Rodrigo Laniado, gerente de la exportadora Songa, señaló que la “excesiva dependencia” de Vietnam es una debilidad para las exportaciones de camarón ecuatoriano. Por eso, una tarea pendiente es la diversificación de los mercados, dijo durante el Congreso Mundial Aqua Expo 2017, en septiembre pasado.

    Para Ecuador, los aumentos en la demanda de exportaciones provinieron principalmente de los mercados asiáticos en el primer semestre del 2017, según la FAO.

    Entre enero-septiembre de este año los seis principales destinos del país fueron Vietnam (41%) EE.UU. (19%), España (10%), Francia (9%) Italia (6%) y China (3%), de acuerdo a la CNA.

    Una ley que incluye al sector

    El proyecto de nueva ley de Pesca y Acuacultura tiene el respaldo del sector camaronero, luego del trabajo que ha venido realizando con el ministerio del ramo.

    La propuesta reemplazaría a la Ley de Pesca, vigente desde 1974. Por primera vez considera a la actividad acuícola. En estos años se había regulado al sector a través de reglamentos, lo que también generaba una inseguridad jurídica, según José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura.

    Recuerda que en el anterior Gobierno se pretendió reducir los años de concesión de las tierras de playas y bahías de 10 a cinco años, pero eso no se aprobó y el plazo para las concesiones es de 10 años, actualmente.

    Además, introduce la figura de la ‘hipoteca acuícola’ que permitirá a los camaroneros hipotecar esas tierras concesionadas para ser sujetos de créditos que impulsen el sector.

    Camposano señala que han trabajado en tres ejes durante estos meses para introducir aportes en el proyecto. Esto es reconocer el papel regulador del Ministerio de Acuacultura; que no cargue de tramitología innecesaria al sector; y, que sea de fomento a la actividad acuícola: camarón, tilapia y trucha y que se exploren otras especies que se puedan desarrollar en la maricultura.

    Según Camposano, este es el único proyecto que tiene el respaldo del gremio y será entregado junto a la ministra de Acuacultura, Ana Katuska Drouet, al presidente Lenín Moreno.

    El sector camaronero tiene buenas perspectivas de seguir creciendo en el 2018. Sus directivos señalan que la tecnificación en toda la cadena de producción es una de las fortalezas. Foto: Archivo  / LÍDERES
    El sector camaronero tiene buenas perspectivas de seguir creciendo en el 2018. Sus directivos señalan que la tecnificación en toda la cadena de producción es una de las fortalezas. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Una vitrina para el producto local

    Redacción Quito

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    Una pareja de esposos y una amiga se convirtieron en la combinación perfecta para levantar un negocio. El nombre de este emprendimiento es Ashanka y aglutina cerca de 23 productos elaborados con manos de personas ecuatorianas.

    Los nombres de estos emprendedores son Rocío Castro (amiga), Johana Calderón y Edwin Carpio (esposos).

    El emprendimiento nació como una tienda en línea para ayudar a las pymes a que comercialicen sus productos de forma justa. Su objetivo es que los productores de Quito entreguen sus productos a las diferentes localidades de Ecuador y, si es posible, exportar los productos al exterior.

    Ashanka, que significa canasta en quichua, tiene varias temáticas como los productos orgánicos como el café, la panela con jengibre; se suman los collares con piedras típicas de la serranía, las flores eternizadas, los peluches de animales típicos de las regiones del país y más. En total hay una variedad de 300 productos. “Nuestros productos tienen algo de diferente”, señala Calderón.

    Una de las características esenciales de este emprendimiento es su capacidad de entrega inmediata del producto. Al ser una tienda en línea, los emprendedores y amigos pueden enviar el producto el mismo día del pedido o demorarse hasta dos días. “Tenemos un tiempo cortito de entrega, por lo que es bueno para nuestros clientes”, sostiene Carpio.

    El hombre asegura que las tiendas en líneas son un espacio de compra seguro, por lo que hay varias alternativas para hacerlo como transferencias bancarias, una plataforma digital, que garantiza la seguridad del comprador. En estos días trabajan en ventas con tarjeta de crédito, que es otra forma segura de venta.

    Uno de los productos más demandados en febrero pasado fueron los peluches típicos de las regiones del país, que es de la marca Muyo. Estos fueron los más demandados, explican los amigos, que decidieron abrir un ‘showroom’ en la parroquia de Conocoto, entre las calles Gribaldo Miño e Ilaló.

    “El local se abrió por mayor seguridad para sus clientes y para que tengan la oportunidad de palpar los productos ecuatorianos”, señala Castro.

    Otros productos demandados son los juguetes de madera, que son elaborados de forma artesanal y el café.

    El negocio se levantó con el esfuerzo de estos tres emprendedores, que reunieron USD 30 000 para organizarse y lanzar la plataforma digital y, ahora, la tienda.

    Su trabajo lleva más de un año en pie y le apostaron con el objetivo de que el ‘e-commerce’ se afiance en el país.

    En esta tienda virtual y presencial se puede encontrar productos alimenticios como duraznos artesanales a USD 2,50 comida o mochilas para bebé a 100.

    Actualmente el negocio facturan unos USD 2 500 mensuales, que significa que venden cerca de 60 o 70 productos nacionales.

    Los productos de calidad son otro de sus fuertes en el emprendimiento, que apuesta por lo nacional o lo ecuatoriano.

    Andrés Salinas es un joven que vive en el valle de Los Chillos y es un amante de los productos típicos del país. “Es una forma de apoyar a los productores, que con esfuerzo levantan sus negocios”.

    Para él, además, es importante que haya espacios para comprar en línea, por lo que dice que este tipo de emprendimientos van ganando terreno en la ciudad y en el país.

    Edwin Carpio, Rocío Castro y Johana Calderón levantaron la tienda en línea Ashanka, que significa canasta en quichua. Foto: Valeria Heredia / LÍDERES
    Edwin Carpio, Rocío Castro y Johana Calderón levantaron la tienda en línea Ashanka, que significa canasta en quichua. Foto: Valeria Heredia / LÍDERES
  • El chocho es el ingrediente secreto para su producto

    Redacción Quito

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    El chocho, grano andino que ofrece proteína, Omega 3 y 6, fibra, hierro, fósforo y zinc es el ingrediente estrella para María Dolores Escobar, propietaria de Soquina.

    El emprendimiento elabora panes y empanadas con harina de chocho y quinua; además prepara snacks como habas enconfitadas y de sal, y cupcakes de zanahoria.

    La quiteña, de 42 años, explica que Soquina nació en el 2007. Un año antes trabajaba en el área de limpieza de una empresa privada. Sin embargo, debido a su embarazo no le renovaron el contrato, por lo que se vio obligada a buscar nuevas opciones de trabajo para sustentar su hogar.

    María Dolores Escobar detalla que en su adolescencia no tuvo las posibilidades ni herramientas para continuar con sus estudios universitarios una vez que culminó el bachillerato; por lo que mientras buscaba trabajo “muchas puertas se cerraron”.

    No obstante, la emprendedora quiteña cuenta que siempre tuvo el sueño de tener un negocio propio en el que pueda aplicar las recetas familiares con harina de chocho y quinua.

    Así fue como hace 10 años inició el reto. En un inicio hacía habas de sal, pan con harina de soya y garbanzo como snacks. Su capital inicial fue de USD 0,45 -con lo que compró su primera libra de harina de soya-. Con eso comenzó a preparar las recetas de su familia en la cocina de su vivienda.

    Una vez que tenía listo el producto, buscó de puerta en puerta a clientes en empresas. Esto sucedió hasta que en el Municipio de Quito le permitieron comercializar los alimentos.
    En el 2014, Soquina inició con la producción de pan y empanadas con harina de chocho, productos estrella del emprendimiento.

    La materia prima la adquiere de productores en Imbabura.

    Para la elaboración de la harina de chocho se hace el siguiente proceso: cocina el grano, lo seca y luego lo muele en un molino manual. Posterior a eso prepara la masa para el pan y las empanadas. Su pequeña planta se encuentra ubicada en el sector de La Delicia, en el norte de Quito.

    Cada semana utiliza 15 libras de harina de chocho y 15 de quinua para sus productos.
    Con esto elabora 200 panes para vender los martes; y 250 empanadas para ofertar los viernes en ferias de ConQuito y de las administraciones zonales del Cabildo.

    Karina Guzmán, quiteña de 35 años, compró los panes de chocho en una feria del Municipio desarrollada la semana pasada en la Plaza Grande -centro de Quito-.

    Detalla que el sabor y la consistencia del chocho en el pan le da un toque especial. Además, considera que al ser elaborado de manera artesanal permite una mejor alimentación.
    El año pasado la meta de ventas del negocio se cumplió. Soquina facturó USD 2 000; mientras que en el 2015 fue de USD 1 800.

    La proyección a largo plazo de Soquina es tener una mejor presentación. Por eso, María Dolores Escobar asiste a las capacitaciones de ConQuito para mejorar sus procesos de manufactura.

    Quiere ingresar a tiendas y supermercados. Este año también incrementará su producción de panes y empanadas en 50%.

    María Dolores Escobar es la propietaria de Soquina. El emprendimiento nació en el 2007. Elabora panes y empanadas de chocho, quinua y otros. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES
    María Dolores Escobar es la propietaria de Soquina. El emprendimiento nació en el 2007. Elabora panes y empanadas de chocho, quinua y otros. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES
  • La tarjeta de crédito es el nuevo producto

    Redacción Cuenca

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    Juventud Ecuatoriana Progresista (JEP) es la primera cooperativa de ahorro y crédito del Ecuador autorizada por la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria para emitir y operar tarjetas de crédito.

    Una vez que fue notificada esta entidad financiera azuaya, que el próximo 31 de diciembre cumplirá 45 años, ya entrega las tarjetas internacionales Visa y Mastercard. Son tres presentaciones. La primera es la denominada Clásica, que tiene un cupo límite de hasta USD 1 000. La Oro con cupo hasta USD 4 000 o 5 000 y la Signature hasta 20 000.

    El gerente general de la JEP, Floresmilo Alvear, aclara que el monto depende de la situación económica de cada socio de la cooperativa de ahorro y crédito.

    Esta tarjeta es entregada de forma exclusiva a los socios de la institución, que en total suman más de 650 000, quienes están en las provincias de Azuay, Morona Santiago, Los Ríos, Loja, Pichincha, Santa Elena, entre otras. La matriz está ubicada en el centro de la capital azuaya; además la entidad tiene 42 agencias.

    Alvear dice que existe un importante porcentaje de socios que no ha podido acceder a tarjetas de crédito emitidas por otras instituciones financieras. Por ello, agrega, hay un buen nicho de mercado que está demandando las tarjetas.

    Por lo general, explica, son pequeños comerciantes, micro-empresarios, emprendedores o empleados públicos y privados. “Hemos tenido un pedido permanente por parte de los socios… Los cupos serán acomodados a su capacidad de pago”.

    Las primeras tarjetas ya fueron entregadas luego que recibieron la autorización de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, el pasado 27 de octubre.

    Los ejecutivos de la JEP tienen previsto entregar unas 20 000 tarjetas de crédito hasta finales de este año. Alvear indica que, en la actualidad, se realizan los ajustes logísticos para entregar de forma masiva. Hay varias alternativas con entregas directas en las oficinas o domicilios o entrega a través de los couriers.

    La meta de emisión para el 2017 aún no está definida y se fijará en el plan operativo y estratégico de la institución, que está en análisis, señala Alvear. “Ya se realizaron pruebas en el país y en el extranjero y no han existido inconvenientes en las transacciones”.

    Según el director de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur (Ucacsur), Juan Pablo Guerra, este nuevo servicio demuestra el desarrollo del sector, que empezó tras la crisis económica de 1999, pero también implica un desafío porque representa un referente para el sector cooperativo.
    De acuerdo con la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, con esta autorización se beneficia a un gran número de socios del Azuay y del país, “para quienes hasta hace poco no era posible tener una tarjeta de crédito, lo cual, sin duda dinamizará la economía de microemprendedores y emprendedores…”.

    Juventud Ecuatoriana Progresista Esta cooperativa prevé entregar  20 000 tarjetas este año.
    Juventud Ecuatoriana Progresista Esta cooperativa prevé entregar 20 000 tarjetas este año.
  • El producto local compite entre salvaguardias e importaciones

    Carolina Enríquez y
    Evelyn tapia  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Diferentes reacciones ha generado en el sector productivo ecuatoriano, la aplicación de la salvaguardia por balanza de pagos. El 11 de marzo del 2015 entró en vigencia este mecanismo que fija una sobretasa entre el 5 y 45% para 2 960 partidas arancelarias. La medida se aplicó para mantener los dólares en la economía del país, impactada por la apreciación de la moneda y la caída de los precios del petróleo.

    El Régimen fijó por 15 meses el instrumento. Se trata de un arancel adicional para el 32% de las compras del país, con lo que se busca reducir USD 2 200 millones de importaciones.
    Según el presidente Rafael Correa la medida ha dado los resultados previstos.

    Las cifras del Banco Central revelan una reducción general del 19,7% entre enero y octubre del 2015 frente al mismo período del 2014. El principal rubro de caída, sin embargo, es el de los combustibles y lubricantes. En este caso, la cifra es producto de la baja del precio del crudo.

    A inicios de diciembre el ministro de Comercio Exterior, Diego Aulestia, indicó al Semanario LÍDERES que hasta el 15 de noviembre pasado la disminución de las importaciones de productos con salvaguardias fue del 31% comparado con igual período del 2014. Y las importaciones sin salvaguardias cayeron 12%.

    Con la aplicación de la medida se ‘generó una oportunidad’ para el producto local. Empresas nacionales, preparadas o no para el caso, encontraron la opción de colocar sus productos en las perchas de diferentes negocios en reemplazo de aquellos provenientes del exterior. Estos últimos, con costos mucho más elevados debido al recargo arancelario.

    La aplicación de una salvaguardia implica un impacto en los gastos que debe hacer un importador para nacionalizar un producto, debido a que significa un arancel sobre otro. Por ejemplo, si un artículo tenía 30% de arancel y sobre este se fija una sobretasa del 45%, el recargo real para el producto importado llega al 75%.

    Para ciertos productores esto fue positivo. Alfredo Martínez, propietario de la fabricante de alimentos Incremar, señala que la aplicación de la medida ha sido una gran oportunidad. “Este año (el 2015) la producción de la empresa se incrementó en un 10% (…); hemos resultado beneficiados con la salvaguardia. Teníamos en agenda desarrollar algunos productos, pero con la medida encontramos mucho más impulso para el caso”.

    Entre los artículos que ayudaron a sustituir se encuentra el puré de papa, la leche de soya, etc. Sin la medida, dice, se les hubiera dificultado mucho poner en marcha proyectos.
    En el 2014, también se buscó impulsar la producción con convenios de sustitución de importaciones o fabricación nacional entre el Régimen y empresas locales e internacionales.
    Este proceso se dio a partir de la aplicación de la Resolución 116 del Comité de Comercio Exterior (Comex) sobre control de importaciones, de noviembre del 2013.

    Desde esa fecha hasta noviembre del 2014 se firmaron 905 acuerdos con 12 sectores productivos entre los que están el alimenticio, cerámico, eléctrico, de plástico, cosméticos, entre otros.

    Pero, desde otros sectores el balance es diferente. Luego de casi 10 meses de aplicación del mecanismo Francisco Alarcón, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, considera que la medida está lejos de dejar un saldo que beneficie a los productores nacionales.

    “Las salvaguardias trajeron consigo una disminución en la actividad económica, menos empleo y eso representa menos demanda para los productos industriales del país.No se puede hablar de ganadores, porque querían restringir las importaciones con las consecuencias en el movimiento económico que todos conocemos”.

    Añade que el país no necesita mecanismos de restricción de importaciones, sino volverse más competitivo. “Necesitamos adaptabilidad laboral a las necesidades de producción de las compañías, necesitamos ganar mercado. Es indispensable el acceso al mercado de EE.UU. que es el principal, vemos que no hay prioridad para lograr algo allá”.

    Cristhian Wahli, presidente de la Asociación de Fabricantes de Alimentos, explica que la industria de alimentos nacional no pudo beneficiarse del menor ingreso de productos importados, debido a que fue una medida temporal que no alentaba a hacer inversiones de largo plazo, para incrementar la fabricación de diferentes productos en el Ecuador.

    El productor nacional busca ganar más espacio en el mercado

    Incremar es una empresa ubicada en Quito que se encarga de producir alimentos. Con la aplicación de salvaguardias mejoró su demanda en el mercado. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Incremar es una empresa ubicada en Quito que se encarga de producir alimentos. Con la aplicación de salvaguardias mejoró su demanda en el mercado. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

    ​La producción de chocolate de la empresa ecuatoriana Chocolateca, en Quito, alcanza unas 12 toneladas al año. Miguel de la Torre, gerente general de este negocio, cuenta que el 2015 le trajo a este negocio la oportunidad de ampliar su línea de productos, para vender en cadenas de supermercados como Supermaxi y Fybeca.

    “De cierta forma, las salvaguardias nos beneficiaron, porque los productos importados se volvieron más caros. Nosotros, por ejemplo, tuvimos un crecimiento de 50% de nuestras ventas a supermercados”, comenta de la Torre. Durante el 2015, esta firma de venta de chocolates, confites y bombones, sacó al mercado cinco nuevas líneas de productos e invirtió USD 350 000 en el mejoramiento de la planta y maquinaria.

    Aunque el plan de crecimiento de esta empresa no estaba anclado a esta medida adoptada de manera temporal por el Gobierno, el empresario señala que las sobretasas los impulsaron. “Que se retiren las salvaguardias no creo que nos afecte, porque hemos logrado consolidarnos como marca, por la calidad”, dice.

    Alfredo Martínez, representante de alimentos Incremar, cuenta que también en esta empresa implementaron nuevas líneas en el 2015, luego de la aplicación de las salvaguardias.
    “Con la medida le pusimos más énfasis al desarrollo de los productos y considero que fue más fácil su introducción en el mercado. Dentro de nuestro plan de crecimiento, esperamos crecer 15% este año con relación al anterior”, señala Martínez.

    A pesar de que el 2016 se proyecta un año difícil para la economía, este empresario es optimista y aspira incluso aumentar su personal para cumplir con su meta de crecimiento.
    “El año pasado incrementamos en 25% el personal con relación al 2014. Los empleados irán creciendo conforme la demanda y producción de trabajo. Ahora tenemos 81 empleados”, dice Martínez.

    De las 2 960 subpartidas con sobretasa, alrededor de 461 corresponden a alimentos. Es así que analistas consultados por LÍDERES creen que este es uno de los sectores en los que más oportunidades se generaron.

    Sin embargo, Cristhian Wahli, presidente de la Asociación de Fabricantes de Alimentos, explica que para que la industria de alimentos local sea más competitiva frente al producto extranjero necesita enfocar su inversión en dos temas clave: tecnología y mano de obra.
    “Nos queda invertir más en tecnología.

    Estamos con tecnología de primera generación, cuando ya deberíamos ir por lo menos a la de segunda generación. Hay mucho aparato productivo de segunda mano y hay poca tecnología nueva en la industria”, señala el dirigente.

    Él considera que además es necesario capacitar mejor a la fuerza laboral. “Queremos que se implemente una formación profesional adecuada, que sea dual, en la que el joven aprenda trabajando”.

    Además del sector de los alimentos, ciertos productos tecnológicos también sacaron ventaja de la restricción de importaciones. En la rama tecnológica, la Cámara de Comercio de Guayaquil identificó al menos unas 50 subpartidas con sobretasa de entre 5 y 45%.

    Con la aplicación de salvaguardias de 45% a los televisores, las importaciones de este producto tecnológico cayeron de USD 137,3 millones, de enero a septiembre del 2014 a 41,9 millones en igual período del 2015.

    Antonio Haz, gerente de la ensambladora de televisores Audioelec, en Guayaquil, señala que aunque las partes y piezas importadas para ensamblar televisores también tienen salvaguardias, el porcentaje es menor al que paga el producto completo, lo que hace más competitivo al producto armado en el Ecuador.

    En esta planta de producción se ensamblan 500 televisores en un día. Sin embargo, la producción todavía podría duplicarse. “Comenzamos a ensamblar en el 2009. Al invertir en tecnología y calidad, di la confianza de que más marcas vengan y ahora hago el 60% de las marcas en el país.

    Fue una estrategia de ganar menos, con más calidad y hacer más volumen”, señala Haz. Su planificación para el 2016, añade, es comenzar a ensamblar aires acondicionados, con una inversión prevista de USD 3 millones.

    Los supermercados dan más espacio para el artículo nacional

    En las perchas de Corporación Favorita existen espacios en donde se promocionan los productos ecuatorianos, principalmente elaborados por las pymes.  Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    En las perchas de Corporación Favorita existen espacios en donde se promocionan los productos ecuatorianos, principalmente elaborados por las pymes. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

    Las oportunidades para la industria local también sintieron un empuje durante el 2015, con la implementación del Manual de Buenas Prácticas para Supermercados, elaborado por la Superintendencia de Control de Poder del Mercado (SCPM), que entró en vigencia en noviembre del 2014.

    En este documento se estableció que los supermercados no pueden otorgarle a un solo producto una góndola o estantería, sino que por lo menos debe existir un 15% de productos similares o competidores; que todo los pedidos deben regirse a un contrato de provisión o que están prohibidas las devoluciones injustificadas de mercadería.

    Según datos de la SCPM, durante el primer año de vigencia del documento, se realizaron 25 talleres de capacitación sobre el manual, 18 eventos en donde se realizaron 36 rondas de negocios en las que participaron productores pequeños, medianos y de la Economía Popular y Solidaria.

    A pesar de que este documento fue reemplazado en septiembre por las “Normas Regulatorias para las cadenas de supermercados y sus proveedores”, aprobado por la Junta de Regulación de la Ley Orgánica de Regulación y Control del Poder de Mercado, las disposiciones del nuevo documento son básicamente las mismas.

    Pero además de estas iniciativas del organismo de control, desde el sector privado también se registraron esfuerzos para dar más espacio al producto ecuatoriano.

    Corporación Favorita (Supermaxi, Megamaxi, Juguetón…), por ejemplo, promovió durante el 2015 en más de 30 ferias o ruedas de negocios ‘Ecuador compra Ecuador’, en la búsqueda de nuevos proveedores, atendiendo a unos 730 oferentes con productos principalmente del sector de alimentos y bebidas, artesanías, ropa, calzado, productos para el hogar y productos de aseo y limpieza.

    Uno de los voceros de esta cadena resalta que el ingreso de nuevos proveedores y productos a las cadenas de comercialización ha sido un proceso que no responde solo a la puesta en vigencia de un Manual para regular la relación comercial con sus proveedores o a la restricción importaciones con mecanismos como cupos o salvaguardias.

    “La producción, industrialización y comercialización de productos es un proceso que toma su tiempo. En el caso de los alimentos procesados, estos deben cumplir con obtener un Registro Sanitario, presentar las pruebas de estabilidad, cumplir con la normativa de rotulado gráfico, ser competitivo, etc.”, indica.

    Con él concuerda Jaime Santillán, cofundador de Wipalasnacks. Este emprendedor guayaquileño explica que su empresa, que produce barras energéticas hace dos años, pudo ingresar a las perchas de supermercados recién hace un mes , debido a que el proceso de obtención de Registro Sanitario tomó más de un año. “El trámite para obtener este registro fue muy engorroso, pero por fin lo tenemos y nuestra primera venta fue de 2 000 cajas, esperamos continuar con más pedidos”, comenta.

    Actualmente, la capacidad de producción de su emprendimiento es de 2 500 unidades al mes, cuenta Santillán, pero añade que esta se incrementará a 6 500 mensuales en el 2016 para poder atender los requerimientos de las tiendas de retail.

    Diana Oviedo, productora de plastilinas de cacao y alimentos con base a este producto, también logró que este año sus artículos se comercialicen en perchas de supermercados.
    “Las corporaciones grandes necesitan tener un determinado porcentaje de proveedores nacionales.

    El Ministerio de la Producción lo pide y ese fue un impulso para que ingresemos”. En junio del 2015, dice, tres meses después de la aplicación de las salvaguardias, “tuvimos la oportunidad de entrar en las cadenas”, cuenta la emprendedora.

    Actualmente su negocio comercializa una línea de plastilinas con base en manteca de cacao, en locales de Juguetón y Mi Juguetería; pero además está desarrollando una nueva línea cosmética con cacao (para ferias) y una línea alimenticia.

    Con su ingreso a las tiendas de juguetes, su empresa aumentó la producción que en promedio era de 12 a 15 kilos, a unos 240 y 300 kilos por lote de plastilina, explica Oviedo.

    En la planta de Audioelec, en Guayaquil, se ensamblan televisores. Esta firma, con una inversión de USD 3 millones, se apresta a ensamblar aires acondicionados. Foto: Francisco Flores para LÍDERES
    En la planta de Audioelec, en Guayaquil, se ensamblan televisores. Esta firma, con una inversión de USD 3 millones, se apresta a ensamblar aires acondicionados. Foto: Francisco Flores para LÍDERES
  • A la reconquista del mercado del café en el Ecuador

    Evelyn Tapia

    Cuando las puertas de color verde de la edificación de la empresa se abren, un intenso aroma a café se esparce; por dentro, el sitio está impregnado de él.  

    Juan Carlos Núñez, nieto del fundador y accionista (el riobambeño Carlos Miranda) de Café Conquistador, se pasea por el sitio como si estuviera en su casa y el olor le resulta totalmente natural.

    En la planta de la empresa, ubicada en el km 8 ½ de la vía a Daule (Guayas), se producen a diario alrededor de 90 quintales de café, que puede ser tostado, molido, con sabor a vainilla, almendra, dulce de leche o amareto, con granos cultivados en Cariamanga (Loja) y Zaruma (El Oro), en donde se produce café de altura.

    Con Núñez a cargo de la dirección y estrategia comercial, y su tío Carlos Miranda Freire en la gerencia general, esta es la tercera generación de la familia Núñez Miranda que está a cargo de este negocio. En este emprendimiento laboran 10 personas y arrancó en la década de los años 50.

    “Nació como un café que se vendía en una esquina de Guayaquil, sin marca. Pasaron varios años hasta que decidieron ponerle marca en unas bolsitas de papel. Se desarrollaron unos tres tipos de café y en los años ochenta se profesionalizó el producto y entramos a autoservicios”, cuenta Juan Carlos Núñez.

    Esa década y la entrada a cadenas de supermercados le permitió a la marca fortalecerse, pues en el segmento no se contaban más de tres o cuatro marcas, asegura Núñez. La empresa logró exportar incluso a EE.UU., Chile, Hong Kong y Ucrania.

    Sin embargo, con el crecimiento de la competencia de café  colombiano, el mercado se volvió más competitivo y el negocio tuvo problemas con los plazos de pago de algunas cadenas de supermercados. “Tuvimos que salirnos porque no era rentable, nos pagaban los pedidos hasta 120 días”, recuerda Núñez.

    La planta dejó de producir café marca Conquistador y se limitó a tostar, moler y empacar café para marcas de siete empresas y a exportar unos cuatro contenedores por mes a Nueva York, Los Ángeles y Florida.

    Procesando unas 10 toneladas de café al mes, para estas siete empresas, solo se ocupaba un 40% de la capacidad de la fábrica que cuenta con tres máquinas alemanas marca Probat para tostar café.

    Para este 2015 la firma trabajará al máximo de su capacidad. Con una nueva presentación de empaques, un sitio web para hacer pedidos en línea y una producción inicial de 720 paquetes, la marca regresa a las perchas de los autoservicios este mes, a la reconquista del mercado, dice Núñez.

    Guido Chiriboga, gerente de la empresa Maquimax, que compra el producto para que sus trabajadores se mantengan “activos” en los turnos, comenta que conocer del regreso de Café Conquistador “ha sido una gran noticia”.

    “Recuerdo cuando era niño que en mi casa compraban ese café, y ahora volverlo a ver en las perchas es como un aroma de nostalgia”.
    La primera cadena que firmó contrato con la empresa fue Tía, que tendrá el producto en las estanterías de 40 de sus almacenes .
    La decisión de volver a las perchas nacionales se tomó, dice Núñez, por la implementación del Manual de Buenas Prácticas para Supermercados, que establece plazos de pago de 15 a 60 días máximo por parte de las cadenas a los proveedores. Este documento se encuentra en vigencia en el país desde noviembre pasado.

    “Fue una excelente noticia, porque no salimos del mercado porque nuestro café no fuera de buena calidad, sino por los pagos”, recuerda Núñez.

    Además de este primer pedido para los supermercados Tía, este año la empresa también proveerá productos de línea blanca (producto con la marca de un supermercado), a otra cadena de comisariatos con sede en Quito.

    “En tanto, estamos midiendo tiempos y movimientos para ver cuánto personal más incorporamos en esta nueva etapa”, señala un entusiasta Juan Carlos Núñez.

    Gabriel Ortega, Maestro tostador
    Esta fue la primera empresa en la que encontré un trabajo. Ahora tengo 54 años y  ya llevo 34 trabajando en la fábrica de Café Conquistador. Me acuerdo que cuando entré, al principio trabajaba como barrendero, pero luego con el paso del tiempo, los dueños de la empresa me dieron la oportunidad de aprender a utilizar la máquina de tostar el café. Aunque también he estado en el proceso de moler el grano, pero más que nada me dedico al proceso de tostado todo el día. Me siento a gusto trabajando en esta empresa de café, ya uno se acostumbra al olor también. Aquí soy el empleado más antiguo; hace unos meses me dieron una placa de reconocimiento en la Cámara de Industrias de Guayaquil, en el Hilton Colón, por ser el colaborador más antiguo y también el más bueno. Yo estoy bien en esta empresa, estoy acostumbrado a trabajar con la máquina de tostar el  café. Ahora mi plan es jubilarme en este negocio; quedarme hasta el final aquí.

  • El producto se vende desde los ojos del cliente

    Redacción Quito

    La visión del cliente mientras realiza compras, paga la cuenta en un restaurante, carga gasolina en su vehículo y compra entradas para el cine es lo que muestra el comercial para televisión de la tarjeta de crédito Discover, de Diners Club del Ecuador.

    El recurso utilizado se llama, en lenguaje cinematográfico, cámara subjetiva. Permite que el espectador observe a través de los ojos del protagonista, en este caso, del anuncio comercial.

    El ‘spot’ dura 33 segundos. En ese tiempo se resaltan algunas de las transacciones que el usuario de la tarjeta puede realizar. Jorge García, gerente de Marketing de Diners Club del Ecuador, explica que el grupo objetivo de la tarjeta son jóvenes entre 25 a 35 años, “profesionales que inician su actividad económica”.

    Por esta razón, los creativos del anuncio decidieron utilizar la cámara subjetiva. García señala que este tipo de imágenes son “sumamente interesantes, porque la generación a la que se dirige el anuncio creció con juegos de video que utilizan, por lo general, este enfoque”.

    Carlos Pachano, gerente de Delta Comunicaciones, agencia encargada de la publicidad de Diners Club, indica que con la cámara subjetiva el personaje, o el jugador, se involucra en las acciones que ocurren. “La historia se cuenta en primera persona, no te lo cuenta alguien, no es la historia de un tercero”.

    El gerente de Delta Comunicaciones sostiene que este comercial es distinto a otros que promocionan tarjetas de crédito, debido a que no tiene “escenas cliché como las niñas guapas comprando carteras, o los chicos guapos de viaje”.

    Delta Comunicaciones maneja la publicidad de Diners Club desde hace 45 años. Por esta razón, el costo de este comercial consta en un presupuesto que lo establecen para cada año. Sin embargo, Jibaja señala que una producción de similares características puede llegar a costar entre USD 60 000 y 80 000.

    El ‘spot’ fue filmado en un solo día por Vértigo Films en locaciones de centros comerciales del norte de Quito. La dirección estuvo a cargo de Andrés Gonzáles; en la dirección de arte colaboró el argentino Nacho Lagos. Un equipo de 40 personas entre actores, camarógrafos, editores y asistentes, participó en la producción. Otro detalle: el anuncio se filmó en formato HD con una cámara Canon 5D, con óptica de cine.

    El anuncio está pautado en cuatro canales de la televisión nacional y en cinco de televisión pagada, con preferencia en horarios de la tarde y noche.

  • Su idea generó amistad y un producto ecológico

    Redacción Quito

    Labiales ecológicos y unos cuantos gramos de jovialidad y creatividad son el resultado del emprendimiento impulsado por 14 estudiantes del colegio Los Pinos en Quito.

    En enero de este año se inscribieron en el concurso La Compañía, que organiza la Fundación Junior Achievement. Su primera función fue elegir el tipo de producto que iban a elaborar pare este certamen: un labial ecológico trabajado en picos de botellas recicladas resaltó la creatividad de las estudiantes de quinto curso.

    Para montar su empresa realizaron unas 400 encuestas para definir su público y futuro consumidor. Las preguntas fueron realizadas a hombres y mujeres de 15 a 30 años, dentro y fuera del colegio, para determinar su mercado.

    Francis Prexl, la gerenta de esta iniciativa, comenta que desde que arrancó el proyecto se designaron las áreas de marketing a cargo de María Paula Ordóñez y cuatro personas adicionales; en finanzas, Carolina Chávez, con el respaldo de dos personas; producción, con Estefanía Jiménez y dos ayudantes; y en Recursos Humanos, Juliana Rodríguez y una persona coordinadora.

    El nombre Frog, sapo en traducción al español, fue enlazado a la historia de fantasía en la que la princesa besa al sapo y este se convierte en príncipe.

    Para las jóvenes microempresarias su idea se conecta con esta historia, ya que convierten al pico de una botella reciclada en un labial juvenil y útil, al igual que el anfibio se convierte en humano. “Un beso cambia al mundo”, fue el lema de Frog, utilizado durante estos seis meses de participación y trabajo.

    Para Cristina Donoso, asesora de este proyecto y docente de Economía del colegio Los Pinos, la aptitud, la responsabilidad y el trabajo en equipo hicieron que estas chicas obtengan el segundo lugar en el concurso que cumplió su séptima edición en este año.

    Donoso menciona que la participación en este evento fue válido, para que las chicas encuentren sus destrezas y aptitudes. Recalca también que fueron autónomas y solidarias. Por su parte, ella apoyó con talleres fuera del aula para guiarlas en temas contables y de finanzas solicitados en un informe final por Junior Achievement.

    Las 14 participantes repartieron sus tareas durante el proceso. La producción por ejemplo, se realizó en las casas de las estudiantes. Se contactaron con una empresa de productos químicos que les entregó los componentes para elaborar 210 unidades cada semana.

    Cortar las botella, desinfectarlas, calentar la vaselina sólida y mezclar con el colorante y aromas naturales era el trabajo. Invirtieron alrededor de USD 500 para comprar los ingredientes.

    Dos ferias realizadas en la Universidad de los Hemisferios y la Plaza de las Américas, en Quito, respectivamente dio ingresos a Frog. En la universidad lograron vender a estudiantes y docentes 260 labiales con un valor de USD 2.

    David Prócel, alumno de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de los Hemisferios, impartió tres charlas de apoyo a las estudiantes en temas relacionados con el marketing, la creación de marca y el posicionamiento. “La idea es innovadora y su nombre llama la atención al consumidor”.

  • Por la red llega el producto audiovisual

    Fernando Mendoza

    El paisaje de unas montañas y un lago ilustran la portada en Facebook de la agencia Cool Films. Allí se ofrecen servicios de multimedia, fotografía y video.

    Su ‘fan page’ tenía 273 ‘me gusta’, hasta el miércoles pasado, y gracias a esta red se han promocionado los trabajos audiovisuales de los comunicadores Sebastián y Nicolás Rodríguez, y Juan Madera.

    Ellos empezaron con su emprendimiento hace tres años y gracias a YouTube, Twitter y Facebook se han promocionado en el mercado local. Su oficina es la sala del hogar de Nicolás. En su escritorio se encuentran dos computadoras, una de ellas, Mac; en el piso, junto a la pared, una cámara de video HD y otra de fotografía.

    Juan Madera explica que la especialidad de Cool Films son los videos corporativos y los eventos sociales, como: matrimonios, bautizos, grados, “lo que venga”.

    Ellos no cuentan con un capital para invertir en promoción en medios tradicionales o volantes y gracias a las redes sociales han logrado tener contratos. Según Sebastián, cuando tienen una reunión de trabajo para mostrar sus productos, invitan a los clientes a ver sus creaciones por la página web www.coolfilms.org y así no llevan sus portátiles a las reuniones.

    David Luzuriaga también estudió Comunicación Social. Es amante de la fotografía, videos y de la música. Al igual que los creadores de Cool Films, también puso en marcha Sky Producciones. “Hay meses en los que me como la camisa”.

    Él, cuando no tiene contratos para producir videos o fotografías, aprovecha el tiempo para viajar en su moto a la Costa ecuatoriana y hacer fotografías de paisajes o acontecimientos que le llamen la atención. Regresa a Quito y sube ese material a redes como Flickr www.flickr.com/photos/davidluzuriaga o Facebook. A partir de esa difusión, lo han llamado para desarrollar algún proyecto.

    Luzuriaga se mide a todo tipo de trabajos. Tiene una cámara de video HD y su equipo de fotografía. Sus ingresos dependen de los términos del contrato, por ejemplo, cuando toma fotografías de un evento empresarial cobra entre USD 60 ó 120. Todo depende del tipo de cobertura y de las exigencias del cliente.

    La Pupila Colectivo también es un emprendimiento que encontró en Facebook una vitrina para desarrollar productos audiovisuales. El comunicador Paúl Narváez se ha enfocado en hacer productos para no videntes. “Empecé colgando mi trabajo en mi perfil, pero fui acumulando contactos y creé mi ‘fan page’”.

    Según él, gracias a que sus producciones se encuentran en las redes sociales, una persona se contactó con él para realizar un cortometraje dedicado a las personas no videntes. Como parte de su trabajo elaboró un documental que se llama: ‘Apaguen las luces’. Allí participan en la edición, producción y elaboración del producto, personas no videntes.