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  • En Amazon se promoverá su proyecto

    Patricia González,  (I)  redaccion@revistalideres.ec

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    Andrés Jaramillo aprendió sobre la elaboración de licores junto a su familia, que se ha dedicado a este negocio desde hace seis años. Gracias a esa experiencia, se le ocurrió crear una herramienta dirigida en principio a los bartenders, que les permitiera crear sus propios licores, desde cero, como un chef.

    Esa fue la razón que le motivó a desarrollar un destilador casero, una idea en la que comenzó a trabajar hace cinco años. “Quería que tuviera las mismas propiedades de un alambique, pero mejorado”, comenta Jaramillo, de 32 años, graduado en Marketing y Publicidad, con maestría en Innovación y Estrategia Empresarial.

    La diferencia principal, explica, es la simplicidad: “Todo está condensado al tamaño de una cafetera. Además, no utiliza fuego, es eléctrico, no derrocha agua; para condensar el vapor y convertirlo en líquido nuevamente se utiliza un radiador de aire”.

    Andrés desarrolló el producto de la mano de un equipo de ingenieros de una planta ensambladora de maquinaria doméstica, en Shenzhen, China, que se encargó de hacer tangible el producto que él había diseñado en maquetas.

    El primer destilador le llegó desde China en junio de este año. En la investigación y desarrollo de Easy Destiller, como lo denominó, invirtió USD 12 000.

    Para lograr costear un primer lote de producción con el proveedor chino, Andrés decidió publicar el producto en el sitio Kickstarter, una plataforma que reúne proyectos creativos que buscan auspicio para concretar la creación de un nuevo producto y crecer.

    Los creadores deben ofrecer una recompensa a los contribuyentes. La oferta del emprendedor fue hacer una preventa del producto en USD 399 a través del portal, a un costo mucho menor del que saldrá al mercado oficialmente el próximo año: USD 600.

    La plataforma solo admite proyectos desarrollados en países del primer mundo (con excepción de México). Es por ello que Andrés decidió registrar su empresa, Spirit Hunter, en EE.UU. A finales de septiembre aceptaron el destilador en Kickstarter.

    La meta era reunir USD 20 000 en 45 días. El producto fue un éxito. En menos de una semana se alcanzó el monto y la semana pasada, cuando se cumplía el plazo, se había logrado recaudar más de USD 100 000, correspondientes a más de 250 unidades del destilador, que se entregarán en enero a las personas que lo solicitaron. Los principales compradores provenían de EE.UU. (70%) y los restantes de Europa y Japón.

    El emprendimiento se apoyó en un equipo de mercadeo digital y otro de posventa, en EE.UU. “No solo se trata de un buen producto, sino de comunicar efectivamente sus beneficios”, comenta Andrés.

    Con las primeras ventas, el creador de Easy Destiller se dio cuenta que sus compradores eran aficionados a la medicina natural. Por ello, el producto se entrega con un instructivo y recetario que incluye unas 30 recetas para elaborar aceites esenciales, agua destilada de rosas o hierbas y tinturas (maceración de una planta medicinal en alcohol). Una de las materias primas que se puede utilizar para aceites o tinturas es el cáñamo.

    Recientemente, Spirit Hunter fue invitado por Amazon para incorporarse a la plataforma como parte de su plan de emprendedores innovadores, cuyas cuentas serán administradas y promovidas por la propia plataforma de comercio electrónico en el 2021. La firma solo deberá cumplir con un mínimo de producción mensual de 150 unidades.

    En marzo del próximo año también comenzará a venderse en un local físico, en Miami, junto con ingredientes botánicos a granel. El objetivo es franquiciar la tienda. Y desde enero se ofrecerá en su propia tienda en línea, con productos complementarios.

    12 000 dólares fue la inversión de la empresa en el desarrollo

    Andrés Jaramillo, creador del destilador Easy Destiller, del cual se producirán 500 unidades en un primer lote. Foto: cortesía Spirit Hunter
    Andrés Jaramillo, creador del destilador Easy Destiller, del cual se producirán 500 unidades en un primer lote. Foto: cortesía Spirit Hunter
  • Una iniciativa ecuatoriana está en la búsqueda de pymes innovadoras

    Redacción Líderes (I)

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    El proyecto ‘AEInnova – Innovando Post covid-19’ fue uno de los ganadores de la IV convocatoria al Fondo de Innovación, organizado por la Cooperación Técnica Alemana (GIZ) y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana.

    La iniciativa ganadora fue presentada en conjunto por la Fundación para el Desarrollo Empresarial y Social (Fedes), en asociación con el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca (Mpceip), y la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI). La presentación oficial se realizó de manera virtual este martes 10 de noviembre del 2020.

    El proyecto, dirigido a empresas medianas y grandes, busca generar capacidades y proyectos de innovación que les permitan adaptarse a las condiciones actuales y recuperar su volumen de negocio. Se tiene previsto que se beneficien al menos 10 empresas consolidadas y 15 pymes del ecosistema innovador, vinculadas a la AEI.

    Las empresas participantes recibirán asesoría de un experto y contarán con hojas de ruta con acciones de innovación, para afrontar los desafíos generados por la pandemia. También aumentarán sus capacidades para adoptar nuevas tecnologías y prácticas de sostenibilidad que les permita recuperar su volumen de negocio.

    Además, serán vinculados a una red de expertos y de colaboración mediante una comunidad. El director ejecutivo de la AEI, Andrés Zurita, indicó que esta experiencia piloto es escalable hacia el Mpceip y las cámaras de industrias, para ser replicada en otras empresas y pymes del país.

    Los interesados en participar podrán registrarse en este enlace.

    La presentación del proyecto ‘AEInnova - Innovando Post covid-19’ se realizó de manera virtual este martes 10 de noviembre del 2020. Foto: Facebook Fundación FEDES
    La presentación del proyecto ‘AEInnova – Innovando Post covid-19’ se realizó de manera virtual este martes 10 de noviembre del 2020. Foto: Facebook Fundación FEDES
  • Johanna Ochoa: ‘Se logró que la carrera de Ingeniería Ambiental sea diferente’

    Giovanni Astudillo. Editor (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    En septiembre pasado se concretó uno de los principales proyectos que le han encomendado en su vida: la creación de la carrera de Ingeniería Ambiental en la Universidad del Azuay (UDA). Desde entonces, 12 estudiantes cursan el primer semestre. Son cuatro años y medio de estudio.

    Desde la infancia, la ingeniera Ambiental cuencana, Johanna Ochoa Ruilova, tuvo afinidad por el cuidado de la naturaleza. “Mi carrera, mis estudios, el cargo que tengo me facilitan tener varios campos de acción de esta área”. Cuando fue estudiante en la Politécnica Salesiana estuvo involucrada en el activismo y, ahora, que está dedicada a la investigación aporta desde la ciencia a la protección del ambiente y alternativas para el cambio climático.

    Según ella, uno de sus principales aportes ha sido permitir que en diferentes proyectos, obras o estudios se priorice el ámbito ambiental. Durante su trayectoria ha realizado seguimientos ambientales y fiscalización en proyectos pequeños, medianos y grandes como la construcción del Centro de Reclusión Social de Turi.

    Su primera vinculación con la docencia la realizó en la Universidad de Cuenca en la carrera de Filosofía. Allí, dictó durante dos años la cátedra de Ciencias Naturales y fue directora de prácticas. Su trabajo consistió en enseñar didácticas, estrategias, metodologías… sobre las ciencias naturales y cuidado del ambiente para los futuros docentes.

    La creación de la carrera

    “Mi trabajo en la Universidad del Azuay empezó en enero del 2018. El Rector y el Decano de Ciencia y Tecnología estaban interesados en ofertar la carrera de Ingeniería Ambiental. Me llamaron para generar el proyecto y aprobarlo en el Consejo de Educación Superior.

    Fue un desafío grande porque la idea nuestra como universidad era tener una malla académica y una oferta de estudios diferente a la que se encuentra en otros centros de estudios superiores. Identificamos que muchas veces el cuidado ambiental se está quedando en el romanticismo de cuidar y proteger, pero no hay acciones muy concretas.

    Quisimos destacar el área de ingeniería para que nuestros estudiantes y futuros profesionales estén en la capacidad de hacer cosas con un valor agregado frente a los profesionales de otras universidades. Por ejemplo, desarrollar tecnologías en favor del cuidado ambiental. Además, prevención, mitigación y acción concreta para el cuidado del ambiente.

    En nuestra malla académica se puede visualizar cómo las asignaturas como resistencias de materiales de concreto armado buscan destacar eso en los estudiantes su desarrollo en ingeniería. En saneamiento, por otro lado, que puedan hacer propuestas tecnológicas innovadoras. Todo el 2018 estuve generando y revisando el proyecto de la carrera con las autoridades de la UDA. Fue socializado con el Ministerio del Ambiente para tener la mayor cantidad de aporte. En mayo pasado tuvimos la aprobación”.

    Su paso por Australia

    “En el 2011 gané la convocatoria abierta de la Senescyt y obtuve una beca completa para estudiar un postgrado. Escogí la Universidad James Cook, en Australia. Me permitía ganar experiencia al otro lado del mundo, con personas de otras culturas y tradiciones, pensamientos e ideologías. Estuve prácticamente dos años. Cambié mi forma de ver las cosas.

    Mi maestría en Prácticas del Desarrollo me permitió conocer las experiencias de otras personas y trabajar de forma interdisciplinaria porque en este programa participamos personas con diferentes conocimientos de pregrado.

    Al final fuimos durante dos meses a Indonesia para realizar trabajos de campo. Formamos diferentes grupos y el mío estuvo integrado por 10 estudiantes, de Indonesia, Bangladesh, Vietnam, Camboya y Ecuador. Elaboramos una propuesta de ecoturismo para el poblado de Sugian, en la isla de Lombok. La idea fue aprovechar la riqueza natural de la zona, pero cuidando el ambiente”.

    El aporte profesional

    “Mi experiencia en consultoría se ha centrado en proyectos ambientales. Ahora, uno de los más importantes en los que estoy trabajando es el seguimiento ambiental en la construcción del campus de Baños de la Universidad del Azuay. Allí, funcionará el colegio La Asunción.

    Lo interesante es ver cómo uno genera cambios de hábitos en las personas y que aprendan que al mejorar la gestión ambiental se puede lograr hasta ahorros y mejorar la imagen de quienes están al frente del proyecto”.

    Hoja de vida

    Su formación. En la Universidad Politécnica Salesiana obtuvo el título de Ingeniera Ambiental. También cuenta con una maestría en Prácticas de Desarrollo que alcanzó en la Universidad de James Cook, en Australia. Allí, estuvo el 2012 y 2013.

    Sus actividades. Es Coordinadora encargada de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad del Azuay (UDA). Desde el 2014, también, realiza consultorías ambientales en la empresa Acotecnic.

    Su visión El área ambiental es dinámica e interdisciplinaria, por lo que el aporte es vital. Está involucrada, por ejemplo, con la arquitectura porque se requiere proyectos amigables con el ambiente.

    Johanna Ochoa es la Coordinadora de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad del Azuay. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Johanna Ochoa es la Coordinadora de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad del Azuay. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Arianna Burgos: ‘Para lograr la excelencia es necesario un orden y sacrificios’

    Priscilla Alvarado (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    Segura de sí misma y con todas las ganas de masificar el empoderamiento femenino, así es Arianna Burgos Calderón. Una joven de 24 años de edad que actualmente ostenta el cargo de Vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Samborondón, cantón del Guayas. Además, es la promotora de un programa de emprendimiento femenino lanzado en agosto.

    El programa está dirigido a las mujeres para brindar herramientas para emprender mediante talleres y capacitaciones gratuitas.

    Burgos, abogada de profesión, tiene vocación por la labor social. Al conversar con LÍDERES, destaca su apego con los proyectos que generen impacto social. Lo considera una manera de dejar una huella en la sociedad.

    La joven abogada cuenta que durante su trabajo dentro de la cabecera cantonal pudo acercarse más a las mujeres y conocer sus historias y deseos de superación.

    Afirma que muchas de ellas no se deciden a emprender por miedo al fracaso, porque no saben cómo hacerlo o porque piensan que trabajando pueden descuidar a su familia. De allí nace la idea del programa de emprendimiento y empoderamiento femenino.

    Como lema de vida tiene que: “Todo se trata de organización y equilibrio profesional y personal”. Burgos mantiene la idea de que los jóvenes son capaces de asumir importantes cargos.

    Procesos

    “El fracaso no es más que una oportunidad para aprender y volver a empezar. Es algo a lo que todo emprendedor se enfrenta, pero depende de nuestra actitud verlo de manera positiva.

    Debemos empezar a creer que todo tiene su proceso, muchos quieren ver resultados de inmediato y a la primera caída se rinden. Si juntáramos a todas las personas que piensan así, entenderíamos por qué aún existe la falta de creación de trabajo.

    Hay que entender también que uno de los factores del subdesarrollo en el mundo es la actitud de sus habitantes que no salen de la zona de confort”.

    Corazón emprendedor

    “Espero que el programa Emprendiendo juntas se masifique en el país. Las mujeres no buscamos igualdad de riquezas, sino igualdad de oportunidades. Sé que hay muchas soñadoras en todo el Ecuador con ideas de emprendimiento que necesitan ser potenciadas.

    Esto nos hace pensar que poco a poco adquirimos más libertad para decidir y crear. Por lo que creo que el comercio se puede convertir en la fuente clave para generar ingresos a las familias y por ende, al país”.

    Trabajar unidos

    “Creo que quien solo busca resaltar no está viendo el panorama completo. Más bien creo que rompemos más estereotipos por la justicia y por tener un campo amplio de oportunidades para desenvolvernos.

    Debemos convertirnos en protagonistas de cambios. Yo considero que logramos lo que queremos si nos unimos. El empoderamiento, la motivación y la voluntad debe ser contagiosa sin importar el género. Solo de esta manera podremos hacer que nuestra sociedad evolucione a la par con el mundo”.

    Referentes en el mundo

    “Yo creo mucho en las mujeres que rompen esquemas, como Michelle Obama y la princesa Diana de Gales, porque demostraron al mundo que la sociedad evoluciona y debemos adaptarnos. Ellas son el reflejo de que un cargo público no es un fin, sino un medio para hacer cumplir derechos y elaborar proyectos que beneficien a la comunidad. Además, nos enseñaron que no importa de dónde vengas ni el género ni el color de piel, todos tenemos la oportunidad de cumplir nuestros sueños y el de los demás”.

    La mujer en el país

    “Cada vez hay más mujeres en la política, en el ámbito empresarial y más mujeres activistas. En las últimas elecciones hubo muchas candidatas a cargos importantes, eso nos da un indicio de que empezamos a creer en nosotras y en nuestro potencial. En el país contamos con alcaldesas, asambleístas, gerentas de empresas… creo que ellas deben ser nuestro referente para empoderarnos y seguir construyendo camino”.

    Las bases
    “La disciplina. Cuando una persona ama lo que hace es necesario tener la voluntad suficiente para prepararse y empezar a ocupar el tiempo más eficientemente. Es un ejercicio diario que permite que todo salga excelente, pero requiere de sacrificios y sobre todo orden. Luegode esto,lascosas fluyen al ritmo que nosotros buscamos ”.

    Datos

    Educación.  Abogada de los Tribunales y Juzgados de la República del Ecuador y Maestranda en Derecho de Empresa por la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UESS).

    Voluntariado. Invitada por la Fundación Tras La Perla en Santa Marta, Colombia y Cofundadora de la Organización Ecuatoriana de la Mujer (OEM).

    Impacto. Una prioridad es impulsar proyectos de impacto social. Le gusta leer, viajar.

    Arianna Burgos, vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Samborondón. Foto: cortesía
    Arianna Burgos, vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Samborondón. Foto: cortesía
  • La ciudad portuaria se levanta en Posorja

    Mónica Mendoza

    Macroeditora (I)

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    Un campamento con zonas de dormitorios, oficinas, maquinaria pesada y grúas gigantes que se mueven junto al mar. Es el corazón de la construcción del Puerto de Aguas Profundas de Posorja (Guayas). Por la vía Data-Posorja es el ingreso temporal a la obra de ingeniería portuaria más moderna que se levanta hoy en día en el país.

    La vía definitiva de 20 kilómetros la construye Herdoíza Crespo y conectará el redondel de Playas hasta la terminal portuaria. Ese es uno de los tres frentes que tiene el proyecto en su primera fase.

    La empresa DP World que recibió la concesión por 50 años comenzó a construir en julio del 2017 y empezará a operar el puerto el 1 de agosto del próximo año, según los planes anunciados. Hasta el 30 de noviembre del 2018 la obra en general de la primera fase del proyecto había avanzado 73%.

    En el ingreso al campamento destacan las banderas de Ecuador y China. Adentro hay señalética en español y chino. De los 1 500 trabajadores de las empresas subcontratistas, más de 100 son de origen asiático. China Harbour Engineering (Chec) construye la terminal que tendrá un muelle de 480 metros de longitud y un patio de contenedores con capacidad para 750 000 Teus (unidad de medida de contenedor de 20 pies) anualmente.

    El pilotaje del muelle está apunto de concluir. Hasta ahora se han colocado 310 de los 380 pilotes a través del sistema cantitravel, que por primera vez se utiliza en el país, según explica Jorge Velásquez, gerente de DP World.

    Es una estructura con vigas de acero, apoyada sobre ruedas que se mueve por rieles. Esta plataforma se autodesliza a medida que se colocan los pilotes. Hay un taladro y una grúa gigantes que se mueven hacia arriba y abajo.

    El campamento de la obra incluye oficinas, dormitorios, maquinaria, etc.
    El campamento de la obra incluye oficinas, dormitorios, maquinaria, etc. Foto: Líderes

    La geotecnia del terreno ha variado, ya que estaba previsto que se colocaran los pilotes entre 38 y 42 metros de profundidad, pero se ha llegado hasta 54 metros.

    Una vez terminados los pilotes se colocará el muelle que se irá armando con las piezas premodeladas. Estas se fabrican en la planta instalada en el campamento.

    “Son como piezas de legos que se irán uniendo para armar el muelle”, señala Velásquez.
    En el campamento también se montó una fábrica de adoquines para construir el patio de contenedores junto al muelle.

    Paralelamente se levantan los edificios administrativos para DP World, Antinarcóticos, Aduanas, los talleres, áreas eléctricas, que estarían listos en junio del 2019. Cuando empiecen las operaciones, 350 personas, entre altos ejecutivos, supervisores, administradores y trabajadores, laborarán en las diferentes áreas del puerto.

    En marzo llegarán 12 de las 15 grúas RTG para el patio de contenedores y 3 de las 4 de las grúas súper Panamax o de pórtico. Este será uno de los hitos de la primera fase, según la empresa. A eso se suma el canal de acceso con el mayor calado en el país, ya que alcanzará 16,5 metros de profundidad.

    Esa obra está a cargo de la firma belga Flanders Dredging Corporation, subsidiaria de Jan De Nul.

    “El objetivo es hacer competitivo a Ecuador frente al resto de la región”, añade Velásquez.

    El Puerto de Aguas Profundas recibirá el primer buque el 1 de agosto del 2019.
    El Puerto de Aguas Profundas recibirá el primer buque el 1 de agosto del 2019. Foto: DP World
  • Proyecto Agrupar de Conquito ganó premio internacional

    Carolina Enriquez

    Redactora (I)

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    El proyecto de agricultura urbana participativa Agrupar ganó el premio de plata del Future Policy Award 2018. Este reconoce a las mejores políticas alimentarias basadas en agroecología.

    El anuncio del triunfo lo dio a conocer la Agencia de Promoción Económica de Quito (Conquito), tras recibir información del World Future Council (WFC). India ganó el reconocimiento de oro, mientras que Ecuador comparte plata con Brasil y Dinamarca.

    Agrupar lo ejecuta Conquito desde hace 16 años e involucra a más de 4 500 personas/año en actividades de autoproducción de alimentos. “El proyecto ha incidido de manera importante para que la agricultura urbana se convierta en un indicador de sostenibilidad de la ciudad”, indica la agencia municipal.

    51 políticas de 25 países participaron en el Future Policy Award. Los organizadores de este galardón destacaron el hecho de que el programa cuenta con 3 600 huertos urbanos en 32 hectáreas y más de 21 000 personas capacitadas. “Fomenta la seguridad alimentaria, aumenta los ingresos y mejora las funciones de los ecosistemas”.

    Los ganadores del Future Policy Award se premiarán en una ceremonia que tendrá lugar el 15 de octubre de 2018 en Roma.

    “Al ampliar la agroecología es posible abordar la desnutrición, la injusticia social, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Mediante una formulación de políticas eficaces y holísticas, podemos transformar nuestros sistemas alimentarios para que respeten a las personas y al planeta. Los ganadores del Future Policy Award 2018 demuestran que es factible. Los responsables políticas de todo el mundo deberían seguir su ejemplo e intensificar una acción política ejemplar similar», afirma Alexandra Wandel, directora del WFC.

    Agrupar lo ejecuta Conquito desde hace 16 años e involucra a más de 4 500 personas/año en actividades de autoproducción de alimentos.
    Agrupar lo ejecuta Conquito desde hace 16 años e involucra a más de 4 500 personas/año en actividades de autoproducción de alimentos. Foto: Cortesía Conquito
  • Comfy, una iniciativa enfocada en la salud y la higiene

    Redacción Quito

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    El cuidado del ambiente y la salud de las personas dieron paso a un proyecto innovador que lleva por nombre Comfy. Sus creadoras son Karla Altamirano, de 21 años, y Paula Salazar, de 25.

    Las jóvenes emprendedoras se conocieron en el 2017 dentro de un campamento de emprendimiento que organizó la Universidad Politécnica Salesiana (UPS). Allí surgió una primera idea: un spray regulador de microorganismos, el cual, a través de una aplicación móvil, medía el nivel de contaminación de un baño.

    Esta propuesta no tuvo mayor respuesta, pero eso no desanimó a Altamirano y Salazar. El siguiente proyecto fue elaborar un cobertor de inodoro antibacterial elaborado con papel reciclado. La materia prima de estos implementos de higiene proviene de un proveedor de la Amazonía llamado Chancopac.

    Paula, Ingeniera en Biotecnología egresada de la UPS, se ocupa que la creación del producto sea amigable con el ambiente. Y Altamirano, quien aún cursa el quinto semestre de la carrera de Administración de Empresas en la misma universidad, es responsable de la parte financiera del negocio y de las ventas que se generan dentro de la microempresa.

    Las enfermedades que las personas pueden contraer al ingresar a baños públicos, según explican, varían desde una gripe hasta una infección a las vías urinarias a causa de las bacterias que se propagan en los inodoros. Ellas tienen estudios que señalan que nueve de cada 10 mujeres contraen enfermedades por estos motivos.

    Gracias a la utilidad del producto, estas emprendedoras han logrado ser galardonadas en ferias y concursos a nivel nacional e internacional. Como ejemplos están Young Americas Business Trust, PepsiCo y la Organización de Estados Americanos (OEA), que organizaron el concurso . Eco Reto 9.0. Allí, entre 4 716 participantes, el proyecto ganador fue Comfy.

    Otro de los eventos en el cual participaron se realizó en las instalaciones de la UPS. Dentro de este, las jóvenes lograron el primer lugar con su proyecto innovador. El concurso otorgó como premio un monto de USD 5 000 para el asesoramiento del servicio, cifra que aportó al emprendimiento como parte de su inversión inicial.

    El cobertor se ha distribuido hasta la fecha por Quito, Guayaquil y Cuenca, dentro de universidades. En cuanto a las ventas se gestionan bajo pedido y sus costos varían entre los USD 0,40 por unidad hasta los 2,50 por una caja con cinco cobertores.

    Desde noviembre de 2017, las ventas de Comfy vienen creciendo. En principio no superaban los USD 80 al mes. En la actualidad facturan hasta USD 200.

    A pesar de que en un inicio Comfy se enfocaba en el cuidado únicamente de la mujer, las emprendedoras han empezado a desarrollar productos para todo tipo de público, enfocándose en la óptima salud de sus clientes. Sin embargo, como Salazar manifiesta, su target varía especialmente entre mujeres de 35 a 40 años.

    Roxana Hinojosa, estudiante de la universidad en donde se desarrolló la idea del cobertor antibacterial, comenta que este producto fue creado con la intención de facilitar la comodidad y seguridad de la mujer a la hora de ir a un baño público. Ella confía en el producto para evitar el contagio de enfermedades a causa de la insalubridad que se propagan en estos servicios.

    Por otro lado, Andrea Flores, próxima a graduarse de la UPS, expresa su satisfacción al utilizar el producto por los beneficios que brinda a las mujeres y sobre todo por el precio accesible con el que cada unidad de cobertor se comercializa al mercado.

    Karla Altamirano y Paula Salazar, fundadoras del emprendimiento Comfy. Las jóvenes buscan introducir su producto a grandes mercados. Foto:  Patricio Terán / LÍDERES
    Karla Altamirano y Paula Salazar, fundadoras del emprendimiento Comfy. Las jóvenes buscan introducir su producto a grandes mercados. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Este equipo apuesta por los juguetes electrónicos

    Pedro Maldonado

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    El desarrollo de juguetes electrónicos en el país es el principal fin que tienen tres estudiantes de Ingeniería en Sistemas, con el apoyo de un catedrático de la Universidad Católica del Ecuador.

    Como parte de su proyecto de fin de curso, durante el semestre pasado, armaron en un mes un prototipo de vehículo robótico que se mueve gracias a los comandos que le llegan a través del manejo de una aplicación.

    Francisco Rodríguez, catedrático de la escuela de Ingeniería en Sistemas, comenta que en la programación y el desarrollo del vehículo se observa el interés de sus estudiantes de innovar en materia de tecnología.

    La primera idea que tuvieron fue la creación de un automotor, con cámara, que pudiera ingresar a lugares de difícil acceso como tuberías, construcciones, zonas de desastre, etc. Pero también vieron la posibilidad de usar la unidad como un juguete.

    Andrés Vásquez, Cristofer López y David Estrella son los jóvenes responsables del proyecto. “En el país no hay fabricación de este tipo de productos. Queríamos hacer algo nuestro, algo que hubiéramos querido tener en nuestra infancia”, dicen.

    Lo que primero armaron fue el vehículo; para su funcionamiento aplicaron hardware y software libre. A través de la aplicación Inventor, desarrollada por el Massachusetts Technology Institute (MIT) mueven el auto, prenden las luces o pitan.

    Para evitar el uso de cables utilizan tecnología bluetooth. Los usuarios pueden mover el vehículo, usando la ‘app’, desde cualquier dispositivo electrónico.

    Si se instala una cámara, sea del celular o independiente, se puede ver de manera remota por dónde se moviliza la unidad en la superficie en la que se encuentre. Esto lo convierte en una buena alternativa si desea controlar su casa o a los niños. Se lo puede hacer desde cualquier dispositivo.

    A los estudiantes les costó, aproximadamente, USD 80 todo el proyecto. Pero ahora ellos se encuentran buscando alternativas para reducir el monto hasta lograr un gasto de USD 30.
    El prototipo participará en la próxima convocatoria del Banco de Ideas. Además, a través del departamento de patentes de la Universidad se busca registrarlo y evitar que plagien la idea.

    Rodríguez indica que cada semestre participan unos 40 estudiantes en el desarrollo de equipos. Anteriormente se han generado innovaciones como sensores de gas para cocinas, domótica para casas inteligentes, alcoholímetros, entre otros.

    “Nos interesa desarrollar otros juguetes como drones y potenciar la tecnología”, explica Cristofer López. Entre los planes que tienen a futuro está desarrollar un emprendimiento y poder comercializar sus innovaciones.

    La universidad, añade el profesor, impulsa a los estudiantes a que generen empresas y creen oportunidades de trabajo.

    Datos

    Meta. El objetivo que tiene el catedrático es crear nuevos proyectos que aporten para el desarrollo de la sociedad ecuatoriana. Entre los proyectos que han desarrollado está el de implementación de soluciones domóticas o de tecnología inteligente, para mejorar la calidad de vida de las personas.

    Procesos. Todas las innovaciones se realizan con mano de obra ecuatoriana y con la intención de conseguir la propagación de estos proyectos a bajo costo. Los alumnos realizan en sus investigaciones un estudio para analizar si productos similares en el país. Si constatan las necesidades existentes proceden al desarrollo de la tecnología.

    Andrés Vásquez, Cristofer López y David Estrella junto al catedrático Francisco Rodríguez, en la PUCE. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Andrés Vásquez, Cristofer López y David Estrella junto al catedrático Francisco Rodríguez, en la PUCE. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Caridad Araujo lucha desde el BID para que se reduzca la inequidad

    Carolina Enriquez

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    La inquietud que le causaba mirar en los fríos amaneceres quiteños a niños que no podían ir a la escuela o que lo hacían en condiciones difíciles mientras ella se trasladaba abrigada en su recorrido escolar marcó mucho de lo que ahora es María Caridad Araujo.

    Esta economista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) supo desde la inocencia de la niñez que debía hacer algo para modificar la desigualdad existente. Al salir del colegio, consideró que la carrera de economía podría ayudar en ese objetivo.

    “Da un conjunto de herramientas rigurosas para entender la realidad social y , ojalá, para proponer políticas que te ayuden a corregir esa inequidad”, comenta. Se matriculó en la Universidad Católica.

    Le llamó la atención la posibilidad de estudiar la especialidad vinculada al medioambiente, porque se analiza la equidad que debe existir en el planeta entre una y otra generación. En 1997 se graduó y su siguiente paso fue realizar sus estudios de posgrado en esa rama.

    Gracias al apoyo de algunos familiares que le guiaron y su tenacidad por aprender más postuló a un programa de doctorado en la Universidad de Berkely, en California, y resultó aprobada. Para ello usó todos los ahorros que tenía.

    Durante todos los años de estudios universitarios ella trabajó en entidades vinculadas a lo social, el desarrollo, el medioambiente y la economía. Una de ellas fue la fundación Futuro Latinoamericano, donde se desarrollan diálogos de políticas para construcción de consensos y resolución de conflictos ambientales, en la que Yolanda Kakabdse fue su “mentora”.

    Esta última la define como una profesional que “no conoce la mediocridad”, que puede “combinar su conocimiento, con el amor al Ecuador y su interés por contribuir a las soluciones del país en los económico y social”, así como modelo para los jóvenes de hoy.

    María Caridad también trabajó en Ildis, el Ministerio de Finanzas y Cordes. Su paso por esta última institución le permitió, como ella dice, formar parte de la historia nacional. “Fui asistente de investigación del proyecto Gobernabilidad, para entender los problemas del Ecuador en esta área. Era la época en la que se formó la Asamblea Constituyente. Nuestro proyecto, de alguna forma, dejó de ser solo de investigación y pasó a ser un insumo en ese proceso”, recuerda.

    Tenía entonces 23 años y esas experiencias influyeron en su vida futura en EE.UU. Cuando llegó a Berkely quiso orientar su carrera al tema de recursos naturales, pero descubrió que allí se analizaban aspectos muy locales; el desarrollo, sin embargo, le llamó la atención y se especializó en ello.

    Su graduación como PHD en UC Berkeley. Foto: Cortesía BID y Archivo / LÍDERES
    Su graduación como PHD en UC Berkeley. Foto: Cortesía BID y Archivo / LÍDERES

    Ella destaca de esa época a sus compañeros, a quienes cataloga como muy inteligentes y dedicados. Son académicos destacados, a escala internacional, con quienes conformó un equipo de fútbol, mantiene una gran amistad y colabora todavía en proyectos.

    Una de ellas es Karen Macours, profesora en el programa de economía de Paris School of Economics. Ella destaca la experiencia de María Caridad y, sobre todo, la cercanía de ambas para involucrarse y resolver sus problemas.

    La época de Berkely también influyó en su vida personal, pues allí conoció a su esposo. Con el paso del tiempo las decisiones de uno se convirtieron en las de pareja; se casaron en 2002 y optaron por vivir y trabajar en Washington.

    En esa ciudad trabajó durante dos años como docente en el programa de maestría de políticas públicas de la Universidad de Georgetown. En ese tiempo, además, se vinculó con proyectos de investigación en el Banco Mundial, al que luego se unió definitivamente.

    Trabajó en temas de combate a la pobreza y educación en la zona sur de Asia (Mongolia, Camboya, Filipinas, etc.), Europa Central y en Ecuador. En el país participó en la evaluación del funcionamiento del bono de desarrollo humano.

    En 2009, sin embargo, recibió una invitación del BID para que forme parte del grupo. Ella estaba cuidando de sus hijas pequeñas y no tenía pensado un cambio.Tras una reunión analizó la opción, aplicó a la posición y se unió al equipo, pero con licencia del BM por cuatro años. Luego de ese tiempo renunció y se quedó permanentemente en el BID. “Desde el inicio me permitió impulsar proyectos innovadores. Siempre me dan desafíos”, comenta.

    María Caridad Araujo con  un grupo de ponentes. Foto: Cortesía BID y Archivo / LÍDERES
    María Caridad Araujo con un grupo de ponentes. Foto: Cortesía BID y Archivo / LÍDERES

    En el sitio desarrolla programas de protección social, combate a la pobreza y desarrollo infantil. Genera mecanismos para evitar que más personas vivan las necesidades que ella evidenció en la niñez.

    Su actual jefe y titular de la división de protección social y salud del BID, Ferdinando Regalia, destaca de María Caridad su visión estratégica y conocimiento técnico de la agenda de desarrollo humano en la región y a escala global.

    Datos

    Familia. Está casada y tiene dos hijas. Regresa siempre que puede a Ecuador. Tiene una relación especial con sus padres. Destaca sus virtudes.

    Actividades. Gusta mucho de la naturaleza y de la literatura. Cuida de las plantas que tiene en su jardín. Entre las cosas que más le gusta hacer es cocinar. Es reconocida en Washington por la preparación de fanesca de manera tradicional.

    María Caridad Araujo en las oficinas del BID en Quito. Foto: Cortesía BID y Archivo / LÍDERES
    María Caridad Araujo en las oficinas del BID en Quito. Foto: Cortesía BID y Archivo / LÍDERES
  • Una idea innovadora para procesar los desechos orgánicos

    Marcel Bonilla

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    Tres estudiantes de igual número de carreras de la Universidad Católica de Esmeraldas se juntaron para proponer un proyecto innovador denominado Sistema de biodigestión anaeróbica.

    Esta idea de innovación consiste en procesar 10 metros cúbicos de desechos orgánicos por día. El procesamiento produce energía para siete horas de cocción de alimentos de forma ininterrumpida y produce biofertilizante.

    La propuesta de los estudiantes Andrés Cuero y Janier Rojas (Diseño Gráfico), Jorge Luis Guerra (Gestión Ambiental) y Erick Paul Sosa (Lingüística), fue la ganadora en el encuentro internacional denominado Hult Prize at Pucese, realizado en Esmeraldas.

    Hult Prize es una plataforma global de innovación y emprendimiento estudiantil. Cada año más de 1 000 universidades, de unos 100 países, cuentan con alrededor de 50 000 aplicantes anuales, que proponen ideas de impacto global. Entre ellos se cuentan universitarios ecuatorianos.

    Este año, 14 de los seleccionados fueron personas que fundaron sus compañías como parte de la Incubadora Global de Hult Prize.Los estudiantes de la Universidad Católica, sede Esmeraldas, como parte del premio al primer lugar obtenido en Esmeraldas, recibieron una mención para participar en la regional de San Francisco en Estados Unidos, en marzo de este año, con otras universidades el mundo.

    Andrés Cuero, estudiante de Diseño Gráfico de la Universidad Católica, cuenta que la exposición del proyecto duró 10 minutos y se hizo en inglés, con oportunidades para la retroalimentación.

    “Hemos visualizado este proyecto como una forma de emprender con innovación desde las aulas universitarias y de generar nuevos empleos para la provincia y el país”, señala Cuero.
    Roxana Benítez, de la Unidad de Emprendimiento de la Universidad Católica de Esmeraldas, explica que el programa Hult Prize premió solo a dos universidades del país: la Espoch y Pucese, por ser las dos mejores propuestas.

    Estas intervenciones permite que los participantes aprendan técnicas de innovación, creatividad, trabajo en equipo, presentaciones de negocios, hablar en público, liderazgo, empatía y comunicación intercultural.

    “Hemos realizado ejercicios para resolución de conflictos, desarrollo e innovación de modelos de negocio, entre otras habilidades blandas para empleadores que buscan talento milenial de alto nivel”, señala la vocera de la Universidad Católica de Esmeraldas, Aitor Urbina.

    Hult Prize fue fundada en el año 2009 por el emprendedor social Ahmad Ashkar. Ha sido nombrada por el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, como “una de las 5 ideas top” para cambiar el mundo.

    La organización se apalanca de los aprendizajes y experiencias construidas por Hult Prize, en los últimos ocho años, para replicar el modelo en Ecuador, usando estudiantes locales a través de 40 campus de 36 universidades.

    Entre esas universidades se encuentra la Pucese. El reto a resolver este año fue el “Aprovechamiento del poder de la energía para cambiar la vida de 10 millones de personas”.

    Los estudiantes que idearon el sistema de biodigestión anaeróbica posan en la ceremonia de premiación que organizó HultPrize. Foto: Cortesía Pucese
    Los estudiantes que idearon el sistema de biodigestión anaeróbica
    posan en la ceremonia de premiación que organizó HultPrize. Foto: Cortesía Pucese