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  • ‘Los proyectos son el futuro de las empresas’

    Arturo Castillo

    Proyectar es proyectarse. Toda empresa debe desarrollar la capacidad para generar proyectos, que son una posibilidad innovadora, una manera práctica de afrontar el futuro.

    Sin embargo, la proyección de una organización solo es posible desde una relativa estabilidad presente. Efectivamente, se puede querer ser cualquier cosa, entregarse a los más locos sueños y especulaciones, pero ese futuro mítico seguirá siendo una proyección del presente, su consecuencia. De modo que la mejor forma de ‘arreglar’ el futuro es entendérselas con el presente, aquí, ahora.

    Los directivos deberán discutir con honestidad acerca de la realidad presente, hacer un acto de contrición y aceptar que hay cosas por enderezar, que quizás hay que respetar procesos antes de lanzarse a la ansiada transformación organizacional. Claro, capitalizar con objetividad lo que se ha hecho bien. Corrido un plazo, habrá que decidir la proyección de la compañía. Obviamente, el asunto no es tan lineal, tan funcional; a veces es la intuición la que dice si el momento ha llegado.

    Puntualmente, hoy se estila que las empresas armen equipos de trabajo, cuya misión es concebir proyectos para el desarrollo de la organización. A veces son proyectos de incidencia interna, como procesos, normativas, mejoramiento operativo, mientras que otros están orientados a catapultar a la empresa hacia el exterior, con una imagen corporativa más fresca, innovada, con estrategias de marketing, de servicio al cliente, etc.

    Internamente se plantea un reto para los talentos y equipos de la compañía, que deben estar sintonizados con las necesidades de la misma, con la misión y visión establecidas. Hay que advertir, sin embargo, que no se debe asumir la tarea como un ejercicio intelectual improductivo, sino como una estrategia realizable, concreta. La empresa debe estar saneada en todo sentido antes de poner a los equipos a planificar, a imaginar proyectos. No se trata simplemente de tener ocupada a la gente, de asignarle tareas que pudieran distraer su atención de lo relevante de sus responsabilidades.

    De otra parte, algunas compañías han adoptado la llamada variable, un porcentaje del sueldo que se paga en función de las metas cumplidas, a partir de los proyectos planteados. Se trata de una estrategia ambivalente, que puede estimular o matar la iniciativa; que tiende, además, a generar zozobra porque la empresa juega con ese porcentaje del salario. A ello se suma que muchas veces los proyectos se archivan en la gerencia general, que tiene pocas ganas de cambiar las cosas.

  • 24 empresas presentaron sus proyectos de innovación

    Redacción Quito

    Optimizar energía para reducir costos y ser responsables con el medio ambiente; utilizar las redes sociales, como canales directos de comunicación con los clientes; invertir en nueva tecnología. Estas fueron parte de las propuestas presentadas por las 24 empresas participantes en el Primer Congreso de Innovación 2012, organizado por la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).

    Firmas como 3M, Microsoft, Movistar, Multiespacio 2000, Pfizer, Pronaca, General Motors, Xerox, entre otras, expusieron sus experiencias de implementación de proyectos de innovación. Lo hicieron el pasado 24 de abril, en el campus de Cumbayá (nororiente de Quito).

    El evento fue dirigido a estudiantes universitarios, profesionales, empresarios, científicos, investigadores, innovadores y público en general interesado en la innovación empresarial en el mercado.

    Por ejemplo, David Grey, jefe de Responsabilidad Corporativa de Pfizer, explicó el plan empresarial de la farmacéutica denominado Carbono 0. Este busca reducir la emisión de gases.

    La iniciativa consiste en la clasificación de desechos, reciclaje, renovar las instalaciones eléctricas, para ser más eficientes, y así reducir costos y contaminar menos.

    Xavier Vizcaíno, catedrático de la USFQ y organizador del evento, asegura que el tema de la innovación es de suma importancia para el ámbito productivo. Dice que un evento con estas características no había estado presente en la universidad ecuatoriana, por esta razón decidieron realizar este Congreso. “Los siguientes retos que nos hemos planteado como organizadores es abordar temas de la innovación, más cercanos a las personas”.

    En el Congreso se desarrollaron cinco mesas redondas con la participación de los estudiantes, representantes de las empresas y académicos del Colegio de Administración de la USFQ. Entre los temas que se trataron estuvieron, investigación, desarrollo y tecnología, innovación, creatividad y paradigmas empresariales.

    Uno de los casos de innovación presentados por los estudiantes de esta universidad fue el de Laboratorio de Desarrollo de Energías Alternativas (Ladea). En este centro de investigación, los alumnos de Ingeniería Química producen biocombustibles, utilizando como materia prima, aceites, plásticos y la reutilización de desechos y desperdicios.

    Diana Vargas, estudiante de la USFQ y que participa en Ladea, comentó que los productos elaborados en este plan se comercializan en departamentos de la universidad. Añade que también buscan mercado en las empresas de Quito.

  • 17 proyectos para instalar 284 megavatios

    Redacción Quito

    La energía solar es una de las energías más abundantes en la naturaleza, pese a ello en el Ecuador esta apenas representó, dentro de la potencia eléctrica instalada en el país, el 0,02% en el 2005. El año pasado fue el 0,08%, según datos del Conelec.

    Este desarrollo se dio básicamente gracias a inversión estatal para dotar de esta energía en zonas alejadas del país, con paneles fotovoltaicos.

    El principal obstáculo de estas energías ha sido el precio y el escaso desarrollo tecnológico para mejorar su eficiencia (actualmente los paneles fotovoltaicos producen en promedio energía tres horas/día). Sin embargo, Galo Abril, titular de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Nórdica, que organizó en noviembre pasado un foro internacional sobre energías renovables, señala que esta tecnología ha avanzado los últimos dos años y en el mundo ya se puede encontrar energía a un costo de 5 y 10 centavos el kW/hora.

    El Conelec aprobó en abril del 2011 una regulación para incentivar la inversión privada en energía no tradicional, que incluyó a varias tecnologías alternativas como energía eólica (viento), solar, biomasa (bagazo de caña), etc. En esta norma planteó precios preferencias para un período de 15 años. En el caso de la fotovoltaica se pagará 40,03 centavos de dólar en proyectos en el Ecuador continental y 44,03 centavos en Galápagos.

    El Conelec defendió estas tarifas al señalar que respondían a las condiciones del mercado a la fecha en que se aprobó la regulación. Sin embargo, el organismo explicó que las leyes permiten realizar ajustes siempre y cuando no se rompa el equilibrio económico del contrato.

    El precio atrajo a las compañías que generan energía fotovoltaica. Se presentaron 17 proyectos por 284 MW, con lo cual se llenó el cupo de incentivos del Conelec. De esa potencia, hasta 200 MW se entregarán a empresas que ofertaron siete proyectos de más de 20 MW y el resto a firmas con iniciativas de pequeña generación. Todo ello representará una inversión de USD 700 millones hasta el 2015. Este semanario contactó a Radical Energy, una de las beneficiadas, pero señaló que hoy emitirá un comunicado para explicar el alcance del proyecto.

    Pero la energía solar también puede generar energía térmica para calentar agua y sustituir el uso de energía eléctrica o de gas en duchas.

    A diferencia de la energía fotovoltaica, en el país existe experiencia en el desarrollo de la energía solar térmica, por lo que podría, además, generar encadenamientos productivos, según un estudio del Centro Ecuatoriano de Derecho Ambiental (Ceda), denominado Hacia una matriz energética diversificada.

    No obstante, este tipo de energía no fue incluida en los incentivos del Conelec establecidos en el 2011. El Ceda pide incluirla, pues el costo de estos paneles en el mercado bordea los USD 950. Con inversión estatal se instalaron 2 632 paneles térmicos para calentamiento de agua en cinco provincias, explica Francisco Beckmann, de Soltec que instaló los colectores junto a Enerpetrol.

    Unos 1 000 beneficiarios ocupaban gas para calentar el agua y el resto ducha eléctrica. Por este último, el ahorro de electricidad es de USD 7 por familia/ mes. En el 2012, el Gobierno invirtió, USD 2, 6 millones en solar térmica y fotovoltaica. Para el 2013 prevé invertir USD 430 000 en energía fotovoltaica.

  • Al plan de financiamiento del METRO todavía le faltan respuestas

    Pedro Maldonado O.

    El Metro de Quito es un proyecto que se encuentra en la etapa de buscar recursos. El Gobierno Nacional, el Municipio de Quito, organismos multilaterales y entidades estatales están detrás del financiamiento de la obra, cuya primera etapa de construcción empieza en diciembre; se calcula que estará terminada en el 2016.

    Infografía

    La obra tiene un costo de USD 1 500 millones, según las cifras del Municipio capitalino. Hasta el momento, el Gobierno Nacional, el Cabildo quiteño y el Banco Europeo de Inversiones ya aseguraron su parte para el financiamiento. La entidad europea, por ejemplo, aprobó en julio un crédito por USD 250 millones.

    ¿Qué tan complicado es obtener financiamiento para una obra como la mencionada? Para Édgar Jácome, gerente de la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito, el trabajo para buscar recursos ha sido intenso y duro. “Hace un año y medio tocamos las puertas del Banco Europeo de Inversiones, presentamos el proyecto, generamos el interés y logramos el crédito”.

    Ahora, los responsables de la obra mantienen contacto con organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco de Desarrollo de América Latina, antes llamado CAF (ver página 13)

    Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, considera que en obras de envergadura como el Metro de Quito es importante que exista una licitación abierta a las mejores empresas del mundo, sin ningún prejuicio ideológico. De esa manera, asegura este analista, se obtiene una amplia gama de oferentes lo que permitirá escoger lo mejor con menores costos y con mayores tecnologías.

    La empresa que administre el proyecto, agrega Carrera, tiene que pensar en rentabilidad y eficiencia. “Se requieren aportes del Estado y del sector privado para que sus capitales velen por la eficiencia y por la sostenibilidad del proyecto”.

    Otra opción de financiamiento es mediante la emisión de acciones y emisión de deuda. En esto coinciden Carrera y Juan Fernando Carpio, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito. Este último recomienda que para obtener recursos se hable con gobiernos ‘serios’ que tengan participaciones mixtas con empresas del ramo. “Luego, lo recomendable es llamar a las ‘top 5’ a concursar por la obra”.

    En cuanto a los financistas, los consultados señalan que siempre pesan los multilaterales y su capacidad de entregar créditos. Un ejemplo es lo que ocurre con el tren metropolitano de Bogotá, que tiene recursos del Banco Mundial.

    MIRE EL RESTO DEL INFORME AQUÍ:

    Deuda externa, BIESS, emisión de títulos… son las opciones

    Una asignación permanente debe ser un requisito

    Una opción para los países de la región

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  • Deuda externa, biess, emisión de títulos… son las opciones

    Pedro Maldonado / LÍDERES

    La construcción del Metro de Quito tiene un costo de USD 1 500 millones. Esa cantidad se financiará con recursos del Gobierno central, con presupuesto del Municipio, una titularización del Nuevo Aeropuerto de Quito (NAIQ), con una inversión del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y con préstamos de organismos multilaterales.

    Del total del monto que se requiere, hasta el momento está confirmado el aporte del Gobierno por USD 50 millones, una asignación del Municipio de Quito (este año destinó USD 42,3 millones para gastos) y un crédito del Banco Europeo de Inversiones por USD 250 millones. Es decir, el 22% del costo total (ver gráfico) está confirmado.

    Aún está pendiente la titularización o emisiones de papeles del NAIQ. Con este mecanismo el Metro de Quito espera recibir USD 80 millones; sin embargo, el dinero recién estará disponible a los tres meses de operación de la terminal aérea. Es decir, en mayo del 2013. En lo que tiene que ver con la inversión del Biess, aún se está definiendo el mecanismo.

    Los créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) todavía están en etapa de evaluación.

    En la Empresa Metro de Quito señalan que falta la aprobación de los directorios de ambos organismos. En el sitio web del BID se informa que el financiamiento para el Metro, “está en etapa de preparación”; y en la CAF, el proyecto se encuentra en evaluación. En diciembre se conocerá si existe o no el visto bueno para el proyecto. Para Édgar Jácome, gerente de la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito, los créditos del BID y la CAF “están bien encaminados”; sobre la titularización, señala que es un proceso que no tiene por qué complicarse.

    ¿Y qué pasa si una de las fuentes de financiamiento se retira? Jácome dice que no se había contemplado esa posibilidad, “porque son créditos absolutamente seguros”. ¿Y si surge un imprevisto? “Buscaremos fuentes alternativas”.

    Los responsables de la obra indican que el Metro será autosustentable con los pasajes que pagará la ciudadanía. El Metro de Quito calcula transportar 400 000 pasajeros por día, en su primer año. A una tarifa de 0,50 los ingresos diarios serán de USD 200 000, lo que implica unos USD 73 millones al año. Si la tarifa prevista se mantiene, el Metro de Quito se pagará en 20 años aproximadamente.

    Para Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, el proyecto debe ser autofinanciable para que no constituya una carga. Si no es autofinanciable, entra al presupuesto del Municipio o del Estado y los que pagan son contribuyentes.

    Mauricio Pozo recomienda tener un plan de contingencia ante una crisis económica o ante fenómenos naturales.

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  • Una asignación permanente debe ser un requisito

    Pedro Maldonado / LÍDERES

    Para la construcción del Metro de Quito, el Gobierno y el Municipio de Quito mantienen un compromiso económico. El primero ofreció USD 50 millones y el segundo, 203 millones.

    Esta última cantidad corresponde a un período de cuatro años, según información de la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito. Estos recursos, que irán para el Metro de Quito, constan en una asignación del Municipio capitalino.

    ¿Obras como el Metro de Quito requieren una asignación en el Presupuesto General del Estado o en el Presupuesto del Municipio? Para Juan Fernando Carpio, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito, lo recomendable es que la asignación se encuentre dentro del presupuesto del Municipio. “Y si existieran fondos del Gobierno central deben ser un ‘headstart’; es decir, una donación por única vez”.

    Mauricio Pozo, ex ministro de Economía y Finanzas, mantiene una tesis similar. Él cree que si el proyecto va a tener un subsidio permanente debe contemplarse en las cuentas fiscales del Estado una asignación continua.

    Otro ex ministro de Economía, Fausto Ortiz, coincide y explica que, en este caso, el Municipio es el encargado de ubicar los recursos que recibe de organismos multilaterales dentro de su presupuesto anual. Por lo general, añade Ortiz, ese dinero puede estar asignado a una entidad o a un departamento específico de un Municipio, por ejemplo, y no necesariamente para una obra. “Lo importante es que los recursos estén registrados; son un activo más de una entidad”.

    Si el Estado se compromete tiene que presupuestar ese gasto, añade Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal. “También debe presupuestar el pago de capital e intereses”.

    La Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito se constituyó a mediados de este año y en el presupuesto del 2012 se contempla USD 42,3 millones para gastos y la misma cantidad para ingresos. Entre los principales gastos presupuestados están la consultoría, obras públicas de transporte, estudio y diseño de proyectos…

  • Una nueva propuesta para atraer inversores

    Ya está en operación la Ordenanza 406, del Distrito Metropolitano de Quito, emitida en junio de este año, que establece el procedimiento para crear alianzas estratégicas público-privadas, que permitirán desarrollar proyectos que la ciudad requiera.

    Así lo dio a conocer Eduardo Dousdebés, secretario Metropolitano de Desarrollo y Productividad. El proceso es sencillo. Cualquier persona o empresa puede proponer a la Municipalidad un proyecto, actividad o emprendimiento de interés público.

    En un inicio, la propuesta debe incorporar una visión general del proyecto y las expectativas financieras y los impactos que podrían tener. Si esa propuesta es aceptada por las autoridades municipales, inmediatamente el proponente deberá elaborar bajo su inversión los estudios técnicos y financieros.

    Acto seguido, el Cabildo llamará a concurso para la adjudicación del proyecto. En esta fase, el proponente tendrá una ventaja de 15 puntos por sobre sus competidores en la puja. Si el dueño de la idea llegara a perder el concurso, quien haya ganado deberá reembolsarle el valor correspondiente a los estudios.

    «La decisión sobre si un proyecto es viable o no para la ciudad o, incluso, las observaciones que se puedan hacer respecto del proyecto, parten de un análisis de varios entes municipales y también de la Secretaría Nacional de Planificación (Senplades). Es una excelente oportunidad para crear proyectos de manera conjunta», señaló Dousdebés.

    Además, esta Secretaría dio a conocer que por primera vez en Quito existe un departamento completo de asesoría, apoyo y ayuda en los proyectos de inversión, desde la idea del negocio hasta la inauguración.

    Según cifras de este ente municipal, los potenciales de inversión en Quito giran en torno a metalmecánica, madera, turismo, plásticos y derivados, alimentos procesados, servicios especializados, biotecnología y software, químico y farmacéutico, servicios logísticos y textil.

    • 50% de exenciones tributarias locales por 10 años ofrece la normativa de parques industriales.
  • Los proyectos de titulación aportan al emprendimiento

    Redacción Guayaquil

    Los estudiantes de la Universidad Casa Grande desarrollan ocho casos reales en toda su carrera. En la malla curricular de todas las facultades se incluye la materia Casos, en la que se tratan investigaciones de mercados, sobre comunicación, política o arte dependiendo de su unidad académica.

    El desarrollo de estos proyectos ha llevado a que los alumnos conozcan de cerca el mercado laboral para el que se preparan. Normalmente, estos casos tienen el auspicio y respaldo de entidades como la Corporación de Promoción de Exportaciones del Ecuador, Ministerio Laboral, Agregaduría de Chile, Municipio de Guayaquil…

    La contribución busca resultados enfocados a lo social y empresarial. Por ejemplo, en el 2011, los estudiantes presentaron un plan para mejorar las ventas de bollos de un grupo de comerciantes de Bastión Popular (norte). El proyecto incluyó un diagnóstico del sector y un modelo para el mejoramiento del negocio barrial del grupo de afroecuatorianos «Negros en Pie de Lucha por la Paz». Para incrementar la venta de bollos, sugirieron el nombre del negocio «Los bollos de mi negro» y detallaron la forma de implementar esta estrategia de mejoramiento del negocio. La Universidad continúa desarrollando proyectos similares en zonas periféricas de la urbe porteña.

    José Miguel Campi, coordinador de proyectos de titulación de la Facultad de Comunicación, destaca la labor que se realiza mediante los proyectos de grado. Al menos un 65% de estos proyectos se enfocan en proyectos de aplicación y lo restante en investigaciones.

    Isabella Romero, de 22 años, está realizando su proyecto para graduarse como Licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. El tema que investiga es acerca del comportamiento electoral en Guayaquil. El trabajo de campo la ha llevado a determinar aspectos de los guayaquileños en cuanto a la política. «Es importante conocer de primera mano temas que normalmente los alumnos no lo abarcan», comenta Romero. Otros programas, festivales, cursos y planes que aportan al emprendimiento se dan en la UCG.

  • Los nuevos proyectos en desarrollo sustentable serán reconocidos

    Redacción Quito

    Cinco universidades ecuatorianas están a la espera de los resultados del «Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible – Ecuador 2013«, que se realiza por primera vez en el país.

    Este concurso, organizado por la Constructora Norberto Odebrecht, está dirigido a estudiantes universitarios de cualquier semestre en las carreras de ingeniería, arquitectura y agronomía.

    La convocatoria se abrió en febrero pasado y las universidades tuvieron un plazo de cinco meses para organizarse y desarollar sus proyectos.

    El plazo terminó en septiembre pasado y, a pesar de ser su primera edición en Ecuador, se recibieron 53 proyectos, provenientes de 20 universidades del país.

    El 31 de octubre fueron seleccionados finalistas los proyectos desarrollados por estudiantes de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, la Universidad Estatal Península de Santa Elena, la Escuela Superior Politécnica Nacional y la Escuela Superior Politécnica del Litoral.

    Las propuestas presentan nuevas ideas para el aprovechamiento de hidrógeno como vector energético, viviendas sustentables, filtros para agua contaminada elaborados con base en la caña guadua, barras de nutritivas fabricadas con los excedentes y desechos de banano, arroz, cacao, maíz y soya; y el diseño de un sistema para el tratamiento de agua residual emitida por camaroneras.

    «Este concurso se realiza en países de toda la región, pero debo destacar la participación de Ecuador por la cantidad y la calidad de las iniciativas universitarias», comenta Honorio Brito, responsable de Sostenibilidad y Calidad de Odebrecht.

    Los resultados serán anunciados este jueves 21 de noviembre en la Capilla del Hombre, en el norte de Quito. De los cinco finalistas, tres recibirán un premio económico mientras que el cuarto y quinto lugar recibirán una mención de honor. Los ganadores serán dados a conocer a través de los medios.

  • Un proyecto por cada estudiante es la meta

    Redacción Quito

    Los negocios y el desarrollo de nuevos proyectos son el eje transversal aplicado en todas las carreras de la Universidad San Francisco de Quito. Sus aulas son espacios para la creación de planes de negocios, estrategias comerciales, producciones, inventos tecnológicos e investigaciones científicas desarrolladas por más de 6 000 estudiantes, en 10 colegios académicos.

    «Lo que se ve en las aulas es apenas una parte del mundo universitario. Aquí existe un mundo paralelo en el que los estudiantes desde el primer año impulsan sus propias iniciativas y comienzan a generar ideas», cuenta Hugo Burgos, decano del Colegio de Comunicación y Artes Contemporáneas en el que estudian 628 alumnos.

    Para el período 2012-2013, cerca de 1 500 estudiantes entraron a este centro académico, que, según sus autoridades, gradúa al 85% de los estudiantes que ingresan a sus aulas.

    El 1 de septiembre pasado la USFQ cumplió 25 años de existencia. La misión estuvo clara desde un inicio: sus fundadores querían crear una universidad ecuatoriana privada de alta calidad académica. La primera promoción, que ingresó en 1988, estuvo conformada por 130 estudiantes que recibían clases en una casa alquilada en el norte de Quito.

    El actual campus es muy diferente y está ubicado en Cumbayá. Allí funcionan 10 colegios académicos de Administración para el Desarrollo, de Arquitectura y Diseño Interior, de Ciencias Biológicas y Ambientales, de Ciencias de la Salud, de Ciencias e Ingeniería, conocido como El Politécnico; el Colegio de Ciencias Sociales y Humanidades, de Comunicación y Artes Contemporáneas, de Hospitalidad, Arte Culinario y Turismo, de Jurisprudencia y la Escuela-Instituto de Música Contemporánea.

    Gangotena explica que a lo largo de carrera, los estudiantes adquieren destrezas prácticas para conectar sus estudios con el mundo empresarial, para la investigación y la tecnología. Prueba de ello son los proyectos que se desarrollan en El Politécnico, en el que sus 1 054 alumnos, con la guía de sus tutores, han diseñado, fabricado y programado un submarino, un carro de exploración remota y un avión no tripulado.

    Nicolás Soria es el coordinador del Proyecto Galápagos UAV y explica que el objetivo es armar una flota de monitoreo tecnológico para las Islas Galápagos. Su colega, Bernard Herrera, como profesor de robótica, trabaja de cerca en este proyecto y sus alumnos aprenden a diseñar y fabricar desde las piezas para los vehículos, hasta programar los mismos.

    El emprendimiento no es algo exclusivo de las carreras administrativas, explica Magdalena Barreiro, decana del Colegio de Administración para el Desarrollo, desde donde se coordina la semana del emprendimiento en cada semestre. «Aquí se trata de dar la mayor realidad posible con facilidades y dificultades para desarrollar un negocio en el Ecuador».

    Giovanni Rosanía es coordinador de Autoconocimiento. Él explica que antes el curso de emprendimiento era opcional, pero ahora es obligatorio para todos los estudiantes sin importar su carrera «Se trata de promover el espíritu emprendedor. Esa es la base».

    La USFQ en cifras
    La nómina.  La Universidad San Francisco de Quito tiene 300 profesores trabajando a tiempo completo y 160 personas en tareas administrativas.En la investigación.  Docentes universitarios como Édgar Carrera y Bruce Hoeneisen son parte de los equipos que descubrieron el Bosón de Higgs, investigación en el campo de la física, premiada con el Nobel de Física.En emprendimiento.  El curso de emprendimiento que dicta la universidad este semestre reunió a alrededor de 200 estudiantes de la San Francisco y la presentación de los proyectos de los estudiantes se realizó en el centro comercial Paseo San Francisco.