Etiqueta: Quinua

  • Ellos agregan valor a la quinua

    Redacción Quito

    (I)

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    En agosto del 2015, el inicio del proceso eruptivo del volcán Cotopaxi tomó por sorpresa a todo el país. A empresas como Quinoa Cotopaxi estuvo a punto de cambiarles su historia.

    La compañía, que se dedica a la siembra, cosecha, procesamiento y comercialización, nacional e internacional, de quinua al granel e industrializada, tuvo que dejar de operar durante la alerta. Pudo haber quebrado, pero hizo de la crisis una oportunidad.

    Ana Albuja, gerenta de la empresa, señala que ante la emergencia instaló una oficina en Quito y comenzó a desarrollar una serie de productos a base de esta semilla andina. Cuando la situación se normalizó ya contaba con todo para empacar y lanzar el producto al mercado.

    Ella dice que impulsar el negocio no ha sido tarea fácil. “Quinoa Cotopaxi surgió de la necesidad de una familia de agricultores de no entregar su producto, su materia prima, a intermediarios que muchas veces ni siquiera se les podía cobrar. Aprovechando el año internacional de la quinua, en el 2013, decidimos sembrar la semilla para exportación. Fueron 350 hectáreas. Pero el precio internacional bajó drásticamente”.

    El valor del quintal pasó de USD 180 a USD 30 . Esto le llevó a Albuja a pensar que era necesario innovar y sacar productos. Surgieron la premezcla de pan de banana, tres tipos de sopas, etc.

    La quinua que se usa para la fabricación de estos alimentos proviene de la propia producción de la empresa. Se siembra en tierras propias y en la de terceros, en Pichincha y Cotopaxi.

    La compañía recibe semilla en su propia planta de producción, ubicada en la zona de La Calerita, en el norte de Latacunga. La inversión inicial para la construcción y desarrollo de esta área fue de USD 100 000, más un monto similar en la compra de maquinaria.

    Cuando la industria volvió a operar, tras la emergencia del volcán, contaba con 15 productos a base de quinua: sopas, quinotos, premezclas, harina y quinua al granel empacada, destinada a cualquier preparación.

    Para dar a conocer su oferta, Albuja ha participado en ferias internacionales. Esta experiencia le permitió conocer la importancia de las certificaciones para conseguir clientes; cuenta actualmente, con una de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) auditada por la empresa suiza Cotecna y homologada por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa). Asimismo, tiene Haccp, BRC global market, Friend of the Earth, etc.

    Uno de los primeros puntos de comercialización de la firma fue supermercados Coral. En diciembre de 2016, con el apoyo de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación, ingresó a Corporación Favorita con cuatro productos; hoy, allí oferta 10.

    “Al ser productos con base de quinoa no tienen gluten. Son una alternativa elaborada con un superalimento. El sabor y la consistencia es muy similar a los hechos a base de trigo”, indica Corporación Favorita.

    Los alimentos también se venden en los negocios aliados de la aceleradora de emprendimiento Muyu. “Quinoa Cotopaxi es un emprendimiento maduro. Está en el segmento de Muyu Minimarket, en 12 puntos. Trabajamos con ellos hace un año. Sus productos son importantes por las certificaciones alcanzadas y por ser ‘super food’. Son alimentos buenos y con un sabor delicioso”, dice José Luis Benítez, director de Muyu.

    Asimismo, esta organización asegura que la oferta de la empresa latacungueña no está destinada para un nicho, sino que es global.

    Quinoa Cotopaxi también ha llegado a mercados internacionales. El año pasado exportó un contenedor de quinua al granel a Perú y, anteriormente, ya hizo un envío a Kuwait.

    Hace pocas semanas, Albuja viajó a Ámsterdam a la feria de marcas blancas PLMA. Apadrinada por el Import Promotion Desk alemán, fue la única firma ecuatoriana presente en dicha cita; busca ingresar a nuevos destinos.

    También ha comercializado producto en EE.UU. Benítez explicó que Quinoa Cotopaxi participa en su plataforma Muyu Export; a través de esta vía ha llevado muestras a ese país.

    Albuja explica que uno de los elementos que le ha permitido tener éxito es el cumplimiento de las exigencias que implica el contar con certificaciones. La planta, por ejemplo, se construyó con estándares específicos para lograr la inocuidad de los alimentos; de igual forma, el tratamiento exige total limpieza y trazabilidad.

    Una imagen de la planta de producción de Quinoa Cotopaxi, en el norte de Latacunga.  Las trabajadoras se encargan del empaque de premezclas.
    Una imagen de la planta de producción de Quinoa Cotopaxi, en el norte de Latacunga. Las trabajadoras se encargan del empaque de premezclas. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • La quinua, ingrediente clave de esta ‘start up’

    Redacción Quito

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    La quinua que se siembra y se cosecha en Chimborazo tiene un significado especial para Alejandro Lalama. Este riobambeño, que actualmente vive en Estados Unidos, creció en el centro del Ecuador rodeado de plantaciones de quinua, uno de los superalimentos que tienen cada vez más demanda a escala internacional.

    Lalama cuenta, en una entrevista realizada por WhatsApp, que desde su adolescencia tuvo la idea de salir del país y estudiar en el extranjero. “Era un sueño que estoy cumpliendo”.

    Al obtener su título de bachiller, en el 2012, Lalama vio que era tiempo de cumplir su meta. Este emprendedor fue parte de un programa de intercambio estudiantil que lo llevó al estado de Minnesota, en Estados Unidos. Lalama se radicó en una pequeña población, con no más de 3 000 habitantes. Allí se dedicó a estudiar y a perfeccionar el inglés.

    Con la confianza adquirida en un año de intercambio, este ecuatoriano se trazó nuevas metas. Fue así que con el apoyo de sus ‘padres’ de intercambio aplicó para estudiar la universidad. Obtuvo una beca que cubría el 80% de su colegiatura y se inscribió en la Universidad Gustavus Adolphus, en Minnesota.

    “Empecé estudiando Economía Gerencial Internacional porque siempre me gustaron la economía y los negocios. Allí vi que las oportunidades están cerca y que debía aprovecharlas”, cuenta Lalama. Este joven riobambeño también estudió Ciencias Políticas y Estudios Económicos Latinoamericanos. Esos conocimientos son parte de sus fortalezas hoy en día.

    Mientras estudiaba, Lalama no olvidaba la quinua que lo rodeó en su infancia. Esa idea y los conocimientos adquiridos en la universidad dieron paso a una ‘start up’. Lalama desarrolló una barra energética a base de quinua, que hoy se vende por canales electrónicos. “Es un emprendimiento social y empresarial. Ayudo a comunidades indígenas y hago negocios, al mismo tiempo”.

    Así surgió Capakñan, que juega con las palabras qhapaq ñan, que en quichua significan ‘camino del Inca’. “Creo que los caminos sirven para conectar y construir”, dice Lalama con emoción al recordar el trayecto que lleva recorrido como emprendedor.

    La idea de las barras energéticas nació hace algo más de tres años y se concretó hace dos. En el proceso, Lalama fue sumando actores que aportan con el crecimiento de esta idea.

    Este superalimento se adquiere a dos organizaciones indígenas productoras de quinua que trabajan en Chimborazo. Una entidad no gubernamental es el puente entre Lalama y los productores de este alimento andino.

    A Lalama también le interesa la parte social, por eso cuenta que con los agricultores de la Sierra Centro con los que trabaja existe un acuerdo en cuanto a la calidad y al precio. Ellos entregan entre 50 y 60 kilos cada mes, según los pedidos que tenga este emprendimiento.

    Las barras energéticas se elaboran en Riobamba en una planta de alimentos que contrata Lalama. “Todo se hace en Ecuador, solo la distribución es en línea en Estados Unidos. Es una ‘start up’ de distribución en la que aplico lo aprendido en la universidad”.

    La iniciativa que lidera Lalama tuvo una suerte de proceso de incubación en la universidad. En un concurso de emprendedores obtuvo el primer puesto. Luego el ecuatoriano representó a la Universidad Gustavus Adolphus a nivel estatal y obtuvo el segundo puesto…

    ¿Cuáles son los avances más recientes de Capakñan? “Ya contactamos con una empresa en Atlanta que se va a encargar de la distribución del producto y en el momento estoy hablando con un grupo de inversionista aquí en Estados Unidos”.

    Según este emprendedor ecuatoriano, la inversión hasta el momento no ha sido tanta. “Lo más importante ha sido el tiempo”.

    Alejandro Lalama (izquierda) es el fundador de este emprendimiento que elabora barras energéticas con quinua. Foto: Cortesía / LÍDERES
    Alejandro Lalama (izquierda) es el fundador de este emprendimiento que elabora barras energéticas con quinua. Foto: Cortesía / LÍDERES
  • Su oferta se vende en el mercado europeo

    Redacción quito  (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    Encontrar productos elaborados que sean sanos y nutritivos para su hijo fue una tarea difícil y, a la vez, una oportunidad para Katherine Guerrón, propietaria de Industria Alimenticia Mikhuna.

    Este emprendimiento nació hace cuatro años. Guerrón decidió crear una empresa que oferte productos saludables. Inicialmente la idea surgió con un enfoque hacia los niños, pero los productos están hechos para que los adultos también los puedan disfrutar.

    La inversión inicial para arrancar con este negocio fue de USD 30 000. “Los recursos se invirtieron en la creación de la marca, diseño de empaques, promoción y otros”, afirma la emprende­dora. A lo largo del funcionamiento de la firma se han realizado otras inversiones para garantizar su expansión.

    La marca comercial es Kinuwa Ancestral Foods. Bajo esta se ofrecen productos hechos con quinua, como barras energéticas, ‘snacks’, cereales, quinotos, premezclas, entre otros. También se comercializa quinua al granel (convencional y orgánica).

    “Quise trabajar en un producto de calidad que refleje que tiene componente ecuatoriano”, dice.

    Por ello, Mikhuna trabaja con agricultores de las provincias de Chimborazo y Cotopaxi.

    Con ellos, la empresa prevé realizar proyectos de responsabilidad social, a través de capacitaciones de economía familiar y comunitaria.

    Por otra parte, maquila con dos compañías nacionales especializadas. “Tienen experiencia, certificaciones y nos aportan mucho para la empresa”, dice Guerrón. Por ahora, la firma no se encargará de la producción.

    Kinuwa se comercializó inicialmente en Ecuador. Hoy tiene presencia en otros países de la región, como Chile.

    Además, la compañía exporta quinua al granel a países entre los que se encuentra Holanda.

    Entre las metas de venta está incursionar en los mercados italiano y alemán, este año.

    La expansión del negocio a mercados internacionales es un aspecto que destaca Carolina Jine, jefa de Exportaciones de Panatlantic. Esta compañía asesora desde hace un año a la firma Mikhuna, en cuanto a procesos de logística internacional.

    La asesora comercial recuerda que los primeros envíos de la marca fueron pequeños y, poco a poco, crecieron. “El último envío fue un contenedor completo a Rumania”, explica Jine.

    La cooperación entre ambas compañías ha sido satisfactoria, gracias al compromiso.

    La responsabilidad con el medioambiente también es parte de los lineamientos corporativos.

    Por ejemplo, los empaques están hechos a base de bagazo de caña de azúcar e impresiones con tinta ecológica.

    El crecimiento exponencial de la firma se refleja también en la facturación. El año pasado cerró con USD 90 000. En lo que va del año, ya casi se iguala el monto total del 2018.

    “Cerramos contratos grandes de exportación. Me ha ido bien gracias al apoyo de Pro Ecuador y a la participación de nuestra empresa en ferias internacionales y ruedas de negocios”, comenta Guerrón.

    Actualmente, la empresaria se encuentra residiendo en Europa, donde está trabajando en negociaciones para abrir una oficina y una bodega en ese continente. Allí espera ganar mercado con la promoción de las bondades de la quinua ecuatoriana.

    Entre los planes de la empresa para ampliar su línea de artículos está usar otros ‘superalimentos’ que se producen en el país.

    Además, este año Mikhuna tiene previsto lanzar la línea de productos alimenticios para bebés de entre 6 meses y 2 años.

    Katherine Guerrón vive, actualmente, en Milán (Italia), donde concreta nuevos negocios para la expansión  de su marca en Europa. Foto: Cortesía: Industria Alimenticia Mikhuna
    Katherine Guerrón vive, actualmente, en Milán (Italia), donde concreta nuevos negocios para la expansión de su marca en Europa. Foto: Cortesía: Industria Alimenticia Mikhuna
  • Quinua, jora y cedrón, en sus recetas de cerveza

    Carolina Enriquez

    Un negocio amigable, abierto a recibir a mascotas, familias, parejas, personas con discapacidad, etc. Se trata de Sinners Microcervecería, una firma que produce cerveza artesanal y que, a la vez, cuenta con su propio pub en el norte de Quito.

    Andrian Romero y Pául Bohorquez son los propietarios de este emprendimiento que opera, formalmente, desde el 2012. Sus inicios, sin embargo, van más atrás.

    “Arrancamos hace ocho años y fue primero un ‘hobby’. No pensábamos en hacer negocio de esta actividad. Hacíamos cerveza en casa, los fines de semana. La familia y los amigos nos convencieron que nos pusiéramos una planta productora y lo hicimos a finales del 2012”, dice Romero.

    Los socios comentan que la preparación de la cerveza surgió a través de un método autodidacta. Además, Romero tiene en la familia de lado de su madre, de origen ucraniano, la tradición de preparar alimentos por ellos mismos; su abuelo destilaba vodka.

    Ambos nombraron a su negocio Sinners (pecadores). La idea es tentar al consumidor a probar cerveza no industrial, conocer nuevos sabores y aromas.

    La inversión inicial fue de USD 25 000. En el garaje de la madre de Bohórquez se instalaron los equipos y se inició la producción con las materias primas importadas.

    En el sector de La Pradera, los socios tienen la planta de producción. En la parte frontal de la construcción funciona el pub cervecero de la marca. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    En el sector de La Pradera, los socios tienen la planta de producción. En la parte frontal de la construcción funciona el pub cervecero de la marca. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

    Los socios arrancaron con tres clientes. La estrategia de comercialización se basó en un puerta a puerta: se acercaban a los restaurantes y ofrecían su producto.

    Ana María López, de Frida Tacos, explica que compra la cerveza de Sinners desde hace tres años, unas 80 al mes. Las que más se demandan son las rojas.

    Los dueños también participaron en ferias en las que se dieron a conocer. Esto fue clave, ya que mucha gente comenzó a llamarles directamente para hacer pedidos.

    Actualmente, Sinners cuenta con un portafolio de 25 a 30 clientes en Quito, Guayaquil y Tulcán. La empresa, además, intenta ingresar al mercado de Cuenca.

    Para crecer, los propietarios hicieron inversiones que les permitieron ampliar su planta de producción. Esta operaba en Pifo.

    Si bien el negocio funcionaba, los jóvenes querían acercarse más al público. Así fue como se les ocurrió la idea de abrir un pub.

    Este se encuentra en el sector de La Pradera. Allí, los emprendedores trasladaron su planta de producción; aunque es más pequeña que la anterior, les resulta más fácil estar en un sitio céntrico.

    Cuando Sinners arrancó solo contaba con dos tipos de cerveza: roja y negra. Actualmente, la empresa cuenta con 28 recetas; seis se producen y venden todo el año, el resto son de temporada.

    De estas últimas, cada mes se ofrece al público una o dos. Algunas de las variedades son negra, con coco y jengibre, tipo belga, con cáscara de naranja, con trigo y miel, con vainilla y toques de café para el desayuno, entre otras.

    Adrián Álvarez ha probado esta última. “Me pareció una cerveza diferente, con un sabor único. La vainilla le da un toque especial, muy agradable. Considero que es una excelente innovación en cuanto a la cerveza artesanal”.

    Los propietarios de Sinners también han querido que algunos de sus productos tengan esencia nacional. Por ello es que cuentan con recetas con quinua, jora y cedrón; otra con arrayán y ají rocoto.

    Los insumos los compran en los mercados de Quito, aunque también realizan caminatas en zonas agrestes en las que consiguen elementos de la naturaleza.

    Bohórquez explica que en el pub trabajan hace año y medio y que están remodelando el sitio (pero siguen abiertos). Espera que en unas tres semanas terminen las mejoras y se ofrezcan amplios servicios a la gente. Por ejemplo, las personas contarán con un área para hacer asados; pueden llevar sus carnes y prepararlas.

    En el sitio ofrecerán pizza, pues consideran que puede haber un maridaje entre la cerveza y diferentes alimentos. Los clientes también podrán solicitar café de especialidad, gracias a una alianza de la firma con la cafetería Isveglio; asimismo, sodas artesanales fabricadas por un proveedor.

    Los dueños quieren desarrollar una cultura cervecera entre sus consumidores. Por eso al pub pueden asistir padres con sus hijos o personas con sus mascotas a saborear las recetas.

    ‘Innovamos en la producción cervecera’

    Andrés Bermeo 
    Jefe de producción

    Estoy en mi cargo hace tres años y medio en Sinners, estoy encargado de la elaboración de la cerveza. Ha sido una experiencia totalmente nueva, súper buenas. Es un tema de producir la cerveza desde otro punto de vista. Yo soy ingeniero en alimentos, así que estoy en la línea de lo que estudié en la universidad. Acá aprendí a hacer cerveza, con Andrian y Paúl. Estoy, prácticamente, la mitad de la historia de existencia de la cervecería. Hemos desarrollado muchos nuevos productos y tenemos cervezas que han ganado reconocimientos internacionales (Ocho medallas: dos de oro, tres de plata y tres de bronce. Han participado tres veces en la copa Cervezas de América). Creo que estamos haciendo las cosas totalmente diferentes. El consumo de cerveza artesanal es, prácticamente, nuevo en Ecuador. No lleva más de 10 años. Es una nueva oportunidad para la gente, para que conozca que hay muchas más opciones de consumo de bebida de moderación. Más allá del vino y la cerveza industrias existen otras posibilidades para la gente.

    Andrian Romero y Paúl Bohórquez son los propietarios de Sinners Microcervecería. Son autodidactas en la preparación de cerveza artesanal. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Andrian Romero y Paúl Bohórquez son los propietarios de Sinners Microcervecería. Son autodidactas en la preparación de cerveza artesanal. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • La quinua, el cereal que empodera

    Agencia EFE

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    (F – Contenido intercultural)

    Diminuta en tamaño pero grande en nutrientes, la quinua ha sumado un nuevo valor a su lista de beneficios en una comunidad de Chimborazo, donde madres indígenas entrelazan el cuidado de sus hijos con la producción del ancestral cereal.

    Cerca de 300 mujeres de la zona de Palmira se dedican desde hace tres años a la siembra y producción de quinua, en el marco de varios proyectos que comenzaron hace ocho años con una inversión de la Cooperación Española de 9,5 millones de euros (USD 10,9 millones), y el acompañamiento de tres organizaciones no gubernamentales.

    Antes de desplazarse a las parcelas, en la comunidad de Nutiluisa, en la zona de Palmira, una docena de mujeres se levanta a las cuatro de la mañana para atender las labores del hogar y preparar a sus hijos para ir a la escuela.

    Ahí, Ana Lucía Cucuri, explica que la junta provincial y la Cooperación Española les prestaron “máquinas, volquetes y monocultores”, para que se ayuden en las tareas del campo.

    “Nos han dado talleres y cursos en donde nos enseñaron a producir abono natural y también a usar la maquinaria”, comenta la indígena, de mirada esperanzadora, contextura delgada y con su negro cabello recogido en trenzas.

    La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), junto a las organizaciones no gubernamentales Maquita y Manos Unidas, desarrollaron el programa con enfoque de género, que promueve el trabajo de la mujer y les da las herramientas necesarias para que emprendan su labor.

    Sonriente, Cucuri tira con fuerza de la palanca para encender la máquina, mete la primera marcha y arranca a la preparación de la tierra para los cultivos al tiempo que, con humildad y entusiasmo, alienta a que más gente se una al grupo de trabajo.

    Esta mujer productora del cereal ancestral se unió al proyecto hace un año y, conjuntamente con un equipo de veinte personas, aporta a la comunidad con la elaboración del abono para el cultivo.

    Pese a que el trabajo es fuerte y el clima frío, las mujeres mantienen su vestimenta distintiva: una falda con corte por debajo de la rodilla, zapatos o alpargatas, poncho de diferentes colores y sombreros blancos con listones negros, que las diferencia de las demás comunidades indígenas de Ecuador.

    La semana pasada, en una ceremonia de agradecimiento a las organizaciones que las han apoyado, una banda del pueblo integrada por niños y jóvenes de la zona entonaron melodías alegres que hicieron bailar a todos, en medio de una fiesta con comida típica y el disfrute de la bebida tradicional de los Andes ecuatorianos: la “chicha”, hecha a base de un fermento de maíz.

    En esa ceremonia, se escenificó una jornada de trabajo con abono para los cultivos de quinua, donde las mujeres esparcían el producto con palas y se ayudaban para empaquetarlo y apilarlo.

    Rafael García, coordinador general de la Cooperación Española, define a la ceremonia desarrollada en Palmira como un festejo de lo logrado en esas altas tierras de los Andes ecuatorianos.

    Según Maquita, el árido suelo del sector fue habilitado para la siembra con el intenso tratamiento de fertilización que las mujeres realizaron durante tres meses.

    Miguel Marcatoma, presidente de la parroquia donde se desarrollaron los proyectos, comenta que “ha sido un trabajo difícil y complejo porque la zona era desértica”, pero ahora lo visualiza como “un sueño hecho realidad”.

    El dirigente parroquial añade que los residentes de la zona están agradecidos por la ayuda y la iniciativa del Gobierno español que benefició a 326 familias en esa parroquia donde más de 400 hectáreas desérticas cuentan ahora con sistemas de riego, cultivo y producción. Ello porque la Cooperación Española en coordinación con Manos Unidas y Maquita aplicaron tecnologías de mecanización en esa zona para mejorar el sistema productivo de la quinua.

    Las mujeres agricultoras trabajan en el sector de Palmira, en Chimborazo. Allí están cerca de sus familias.
    Las mujeres agricultoras trabajan en el sector de Palmira, en Chimborazo. Allí están cerca de sus familias. Foto: EFE
  • La quinua perdió protagonismo por baja en el mercado mundial

    Carolina Enriquez

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    La producción de quinua en el país volvió a reducirse este año. Tras el ‘boom’ de ese cereal, que se produjo en el 2013, los agricultores ahora están desmotivados por la caída del precio en el mercado internacional y la fuerte competencia en precios con la producción de Perú y Bolivia.


    “El año pasado nos quedamos con la quinua guardada en la bodega. No pudimos vender más que la mitad a pesar de que somos socios de Coprobich”, cuenta María Manuela Tene, agricultora de Colta, en Chimborazo.

    Esa provincia llegó a ser la primera productora de quinua a escala nacional. Para este año sólo se sembraron alrededor de 500 hectáreas en Guamote, Colta y Riobamba. La gente optó por reemplazar la quinua con otros cereales como trigo y cebada.

    El declive de la quinua se inició en el 2015, cuando hubo sobreproducción en Perú y Bolivia, los mayores abastecedores del mundo. Los precios bajaron y los exportadores del país perdieron clientes.

    Eso hizo que Coprobich sólo pudiera adquirir el 50% de la producción de sus 120 socios. Ellos envían sus productos a Francia.

    “En el mercado local no hay suficiente demanda, la gente aún no valora nuestro producto y competir con los países vecinos cada vez es más difícil porque su producción se incrementa cada año y la nuestra se reduce”, dice preocupado Manuel Abemañay, gerente de la empresa.

    En el 2016, en Chimborazo había 3539 agricultores que destinaron casi la totalidad de sus campos al cultivo, pero para el 2017 el número se redujo a 2447 agricultores y se prevé que para finales de este año incluso baje más.

    La decepción de los agricultores se produjo debido a las altas expectativas que se prometían respecto a la semilla, cuando en el 2013 se declaró el año internacional de la quinua. Con ese anuncio surgió una campaña para motivar la siembra y el consumo, que alcanzó su punto más alto en el 2015.

    Ese año en el país se sembraron 7 886 hectáreas con quinua y la meta nacional era de 10 000. El Ministerio de Agricultura y Ganadería(MAG) entregó semillas certificadas y kits que contenían insumos orgánicos para la siembra en 19 comunidades.

    Pero ese mismo año los precios cayeron por la sobreproducción a escala mundial. Los agricultores esperaban vender el quintal de quinua orgánica al granel en USD 120 en el mercado internacional, y terminaron comercializándola hasta por USD 25 en las ferias y centros de abasto locales.

    Según Pro Ecuador, a pesar de la acogida de la quinua en los mercados internacionales, la competitividad en precios es el factor que impide el crecimiento de la exportación de quinua ecuatoriana, pero también identificaron ventajas.

    “La variedad de quinua ecuatoriana tiene un alto grado de calidad por la textura para usos industriales, (engrosa mucho y genera altos rendimientos). Es una variedad baja en saponina lo que hace que su escarificado o lavado sea también más amigable y su color dorado da una percepción visual. Es diferente a la quinua de nuestros competidores”

    Según Patricio Juelas, gerente de Sumak Life, la apreciación del dólar influyó en la caída de la quinua. “Nos tocó reducir el 45% de los precios para no perder competitividad en el mercado”.

    Los directivos optaron por una nueva estrategia para no perder la rentabilidad de la empresa, que tiene un objetivo social. Incorporaron a su menú productos elaborados con quinua como galletas, barras energéticas, ‘pop’ de quinua, entre otros, que se comercializan en supermercados locales.

    Los productos elaborados se venden desde diciembre del 2016 y han sostenido a la compañía.

    Sumak Life logró ventas por USD 62 000 con la nueva línea.

    El país apuesta por derivados de Quinua

    En Ecuador, la exportación de quinua es más rentable si son productos elaborados a base de la semilla en lugar de al granel.

    La producción nacional no logra satisfacer los altos volúmenes que demandan los compradores. Según el Ministerio de Agricultura, en el 2017 se produjeron 1 286 toneladas. Bolivia y Perú, líderes en este rubro, sobre las 80 000.

    Carlos Gutiérrez, gerente de Corporación Kunachía, exportadora de productos hechos con superalimentos, dijo que desde hace tres años comercializan bienes con valor agregado a base de quinua (cuatro con chía). “No somos competitivos como país para vender al granel. Por eso tenemos que generar una nueva oferta con snacks, galletas, etc., para competir en mercados internacionales”.

    Vende bocaditos y harina a base de la semilla andina a EE.UU., Canadá, México y Chile; harina solo a EE.UU. Para este negocio la clave es presentar una oferta diversa; analiza colocar a futuro nuevos productos: mezclas para muffins, cupcakes, pizzas, cereales, entre otros.

    Kunachía aprovechó, aunque de una manera diferente, el ‘boom’ de la quinua que arrancó con su Año Mundial (2013). Sus ventas han crecido; en el 2016 vendió 40 toneladas; en el 2017, unas 180.

    Una imagen de la planta en la que se procesan los productos de Kunachía. La empresa también produce y vende snacks de chía, superalimento. Foto: Cortesía Corporación Kunachía
    Una imagen de la planta en la que se procesan los productos de Kunachía. La empresa también produce y vende snacks de chía, superalimento. Foto: Cortesía Corporación Kunachía

    Según Pro Ecuador, en el 2017 las exportaciones de elaborados de quinua crecieron 153,6% respecto del 2016 y en toneladas del 1487%. La oferta incluye harinas, cereales, barras, bebidas y mezclas para diversas comidas.

    En relación con el producto al granel, Xavier Rosero, jefe técnico de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), dice que del 2013 al 2014 la exporta­ción creció en 774%. Pero de 2015 a 2017 el volumen prácticamente no varió; tampoco hubo muchos cambios en cuanto a las exportadoras y países (info).

    Rosero concuerda con Gutiérrez en las diferencias entre el país y los grandes productores a la hora de cumplir con los requerimientos de los compradores.

    Según Fedexpor, Perú y Bolivia satisfacen el 75% de la demanda mundial (Ecuador menos del 2%). Los principales compradores son EE.UU., la Unión Europea (UE), Israel, Suiza, China, etc.

    En los últimos dos años los agricultores, dice Gutiérrez, enfrentaron otro problema. Luego del 2013 el Gobierno empezó a comprar la semilla a precios altos, pero tras las crisis y el terremoto eso cambió, hubo demasiado stock y los valores cayeron.

    Fue entonces que mucha gente se decepcionó del negocio de producción de quinua y optó por otros cultivos. En este escenario, los exportadores usan lo que hay para bienes terminados.

    José Oleas, gerente de Agroalina, exportadora de productos a base de quinua, dice que trabaja con tres haciendas que obtienen la semilla de manera orgánica. “Son plantaciones constituidas grandes, con maquinaria, en Pichincha e Imbabura”. Su planta de producción está en Tabacundo.

    Un inconveniente que ha encontrado entre los agricultores es que trabajan de manera aislada, falta una mayor asociatividad.

    La empresa nació hace tres años. Las primeras exportaciones fueron de dos contenedores con producto al granel; luego, dejaron de hacerlo y se concentraron con bienes terminados bajo la marca de Urcohuasi Farms.

    “El costo del kilo al granel puede ser de USD 2, pero procesado vale 5. No vale la pena comercializar al granel”, manifiesta Oleas.

    Hoy, la empresa tiene más de 20 productos de exportación. Entre ellos están mix con diferentes productos, desayunos, apanaduras, postres entre otros.

    Los agricultores de Chimborazo reemplazaron sus cultivos de quinua con trigo y cebada. Solo 500 hectáreas se sembraron con quinua. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
    Los agricultores de Chimborazo reemplazaron sus cultivos de quinua con trigo y cebada. Solo 500 hectáreas se sembraron con quinua. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
  • EE.UU. e India prueban su quinua

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres,ec

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    Llegar a mercados nuevos y potenciar los tradicionales es la estrategia de Mikhuna Trade. Esta firma se dedica a la industrialización y venta de quinua orgánica, dentro y fuera del país.

    Es una empresa familiar, que nació como una idea de Yolanda Guijarro. “Mi madre quiso trabajar con los denominados ‘super foods’ y apoyarse en mi experiencia en negocios” comenta la gerente, Estefanía Morales.

    Sin embargo, también pesó en el desarrollo del negocio la experiencia de vida de esta emprendedora. Cuando Morales vivía en el exterior, donde estudió, buscaba productos fáciles de cocinar; sin embargo, estos no eran saludables como sí lo es la quinua.

    Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, esta semilla, a la que se le confunde con un cereal, es un producto de alto valor nutritivo, que contiene más proteínas que otros vegetales. Pro Ecuador refuerza este postulado al explicar que, por sus características, se ha intensificado su consumo.

    Esta información fue clave para Morales y su madre. Cuando comenzaron a desarrollar la compañía se enfocaron en la creación de alimentos saludables, orgánicos y de cocción rápida, es decir, que no demoren más de 10 minutos en la estufa.

    La planta de la compañía se encuentra en la vía a Calacalí. Allí los operarios se encargan de la producción, investigación y desarrollo de alimentos. Foto: Cortesía Mikhuna Trade
    La planta de la compañía se encuentra en la vía a Calacalí. Allí los operarios se encargan de la producción, investigación y desarrollo de alimentos. Foto: Cortesía Mikhuna Trade


    La idea fue arrancar con la exportación y luego con la venta en el país.

    Para conseguir clientes, lo primero que hizo Morales fue viajar a ferias internacionales. Su oferta alimenticia se destacaba, pero el empaque no convencía; por ello regresó a Ecuador, desarrolló nuevos empaques y, tras conseguir compradores, expandió su oferta por diferentes destinos.

    Mikhuna Trade vende sus productos bajo la marca Quntu, palabra quichua que significa aroma.

    Los primeros envíos los hizo el año pasado a EE.UU.; se exportó quinua en grano (certificada para la venta en ese país y la Unión Europea) y harina, hecha con la semilla. Más adelante, la compañía contactó a compradores de la India, quienes visitaron la planta de producción y comenzaron a importar en septiembre del año pasado.

    Un nuevo recorrido por ferias internacionales permitió a la compañía enviar sus productos a más países como Chile y, actualmente, acaba de cerrar un contrato para exportar a un distribuidor en Australia. “Nuestro primer contenedor a ese destino sale este mes. Para nosotros es un logro increíble seguir avanzando a otros continentes, exportar a lugares nuevos, diversos. Es verdad que EE.UU. es un mercado súper grande, pero tienes todo el mundo. También estamos interesados en vender a Asia. Japón es uno de los objetivos”, comenta.

    La oferta de productos que esta empresa exporta es amplia. Aunque sí cuenta con quinua al granel, se enfoca en alimentos precocidos a los que se les aumenta agua para su cocción y como acompañante se puede agregar proteínas como carne, pollo, etc.

    Entre estos últimos se encuentran los mix con champiñones o vegetales. Además, la empresa exporta sopas de quinua en sobre, con sabores adicionales como picante, arroz, perejil, etc.

    Con el paso del tiempo, Mikhuna Trade también ha incursionado en la pastelería. Esto se dio debido a que uno de los clientes solicitó productos para la fabricación de brownies.

    Una de las características de la oferta de esta empresa es que la pueden consumir, incluso, las personas celíacas, vegetarianas y veganas. En el primer caso es debido a que la quinua de Mikhuna Trade es libre de gluten.

    Esto lo destaca Carolina Mier, una de las clientes en EE.UU. “Estamos trabajando con la empresa más o menos desde abril o mayo. Existe en este país una nueva tendencia, que es la de consumir muy sano. El mercado de la quinua ha crecido considerablemente, ha sido un boom. Nos parecen interesantes las barras de quinua con frutas, principalmente de aquellas exóticas. Es un artículo nuevo”, dice.

    Las barras se venden en supermercados y tiendas de especialidad. Asimismo, en cafés gourmet de EE.UU.

    La empresa, en su afán innovador, también ha comenzado a exportar amaranto. Este es un grano andino de color morado, que se cultiva en los valles interandinos de la Sierra.

    El producto se exporta a los EE.UU. al granel. Sin embargo, como es poco conocido la venta es aún marginal.

    Este es un producto con alto potencial. Según el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (Iniap), las hojas de esta planta se han usado, tradicionalmente, como aromatizantes y colorante de comida.

    Cifras

    1 Plataforma electrónica usa la firma para la exportación. Se trata de Amazon.

    1 Planta de fabricación tiene la empresa, ubicada en la vía a Calacalí. Hubo un tiempo que maquiló las barras de quinua.

    4 Compañías son aquellas para las cuales ahora la firma maquila. Dos son nacionales y dos internacionales.

    1 Año y medio tiene la empresa. Actualmente, también comercializa en el mercado nacional. Vende en supermercados.

    La gerente
    Estefanía Morales 

    Crear Mikhuna Trade
    es un sueño cumplido, es la meta que me propuse cuando realizaba mis estudios en negocios internacionales fuera del país. Hacer crecer a la firma es un reto que lo enfrentamos a diario con proveedores, empleados, clientes locales e internacionales. Uno de los pasos importantes que hemos dado es haber logrado entrar con nuestros productos Quntu a mercados como el de la India y Australia.

    Estefanía Morales, gerenta de Mikhuna Trade. Foto:  Julio Estrella / LÍDERES
    Estefanía Morales, gerenta de Mikhuna Trade. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Quinua orgánica de exportación

    Carolina Enriquez

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    Comer sano siempre ha sido parte del estilo de vida de los integrantes de la familia Oleas. Esa costumbre la trasladaron a Agroalina, la empresa de alimentos que crearon hace tres años.
    Se trata de una procesadora y exportadora de quinua y productos hechos a base de este cereal, que nació en los páramos de Tabacundo, en el norte de Pichincha. En la hacienda Urcohuasi, que dio el nombre a una de las dos marcas de la firma, se siembra y cosecha este alimento andino.

    Este proceso es orgánico, lo que genera valor agregado tanto al grano en bruto como a los productos que industrializa la compañía. Así lo indica José Oleas, gerente y uno de los socios de Agroalina; los otros tres socios son sus hijos: Andrés, Dominique y Denise.

    Esta última dice que eligieron trabajar con quinua porque se trata de un superalimento. Además, en la época en la que se creó la empresa el kilo de este producto valía USD 20 en el mundo, es decir, un precio muy alto en el mercado.

    Aunque este se estabilizó en USD 3 existe la conciencia de que existe una amplia demanda del grano. Esto lo conocieron los socios en la investigación para el desarrollo de la agroexportadora.

    A diferencia de otras compañías, Agroalina primero encontró los clientes y luego comenzó a exportar. Además, no inició comercializando en el mercado local sino exportando sus productos.

    Al visitar innumerables ferias tanto José como Denise descubrieron que los consumidores buscan productos listos. Con un capital inicial de USD 225 000 arrancaron la empresa: sembraron los cultivos orgánicos, compraron maquinaria, montaron la planta procesadora, cosecharon…

    La primera exportación de Agroalina fue en marzo del 2017. Iniciaron con dos productos: el paquete de quinua orgánica y la harina del cereal andino.

    De ese momento acá el crecimiento ha sido permanente. Actualmente, la empresa tiene más de 20 productos de exportación.

    Como parte de la marca Urcohuasi Farms se encuentran: mix de quinua con productos como champiñones, tomate, piña y coco, chili y paprika, etc.; desayunos hechos con el grano más chocolate y fresas, zanahorias y pasas, manzanas y canela; postres y apanaduras. La marca Omina, por su parte, ofrece ‘smoothies’ de quinua y proteína.

    El 60% de los envíos de la empresa va a México. Entre los principales clientes en ese país se halla Walmart México, al que entregan el producto directamente.

    Denise Oleas destaca el hecho de que sus productos hayan pasado auditorías (salud, calidad, etc.) de la cadena estadounidense, sin ningún tipo de observación.

    Los productos de la empresa también se han enviado a Colombia y España. Incluso, se venden en tiendas de Barcelona.

    En esa ciudad, además, Agroalina cuenta con una empresa hermana para impulsar la comercialización de su oferta en Europa.

    Uno de los aspectos que más se valora en ese mercado y en el mundo es que los productos no contengan químicos. De hecho, la agroexportadora tiene un certificación orgánica entregada por BCS, que sirve para ingresar a EE.UU. y la Unión Europea.

    Esto lo rescata el Ministerio de Comercio Exterior, que incluyó a la empresa en el catálogo Ecuador Certificado. La entidad resalta que la empresa “ha creado una red de pequeños y medianos agricultores de comunidades rurales, quienes proveen de materia prima en cumplimiento de los más altos estándares de calidad”.

    Los productos de Agroalina también se comercializan en el mercado local. Algunos de los puntos de venta son Fybeca, Supermaxi, Floralp Delicatessen, tiendas orgánicas, entre otros.

    “Vendemos sus productos desde julio del año pasado. Tienen buena calidad y los clientes están contentos. Son innovadores y tienen sabores diferentes a los que existen en el mercado. Tenemos quinua en grano en funda, harina de quinua, producto al peso y los mix con diferentes sabores”, indica Amanda Purtschert, gerente de Floralp Delicatessen.

    Entre los planes que tiene Agroalina están seguir creciendo, incrementar las ventas y llegar a nuevos mercados como EE.UU.

    La empresa busca mantener su calidad y su imagen. De hecho, sus empaques, según Denise, tienen un look orgánico. Ahora la firma prevé impulsar una campaña para que se reutilicen las fundas que tienen cierres automáticos.

    El Gerente
    José Oleas

    Durante 40 años estuve dedicado a la actividad de seguros. Esta empresa se trata de un segundo aliento de la vida. Es una compañía totalmente distinta, agroindustrial. Quiero que trascienda, que sea un negocio para mi familia, para mis nietos. Me encanta el campo, ver como crece la quinua. Las plantas alcanzan casi dos metros de altura. No se imagina la alegría y la felicidad que es ver la generosidad de la tierra, del entorno y eso poder trasladar a un negocio, a la comunidad.

    Las cifras

    De 20 a 30 hectáreas siembra la empresa de quinua en las 50 hectáreas con las que cuenta la hacienda.

    1 tonelada por hora es la capacidad de procesamiento que tiene la planta procesadora. La industrialización se realiza con base en los pedidos.

    4 contenedores exportó la compañía en el último año. En la próxima venta se enviarán dos contenedores.

    80% de lo que se procesa va al mercado internacional y el resto al local.

    La planta de producción de la firma se encuentra en tabacundo, en el norte de Pichincha. La empresa tiene en la actualidad 12 trabajadores en distintas áreas. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
    La planta de producción de la firma se encuentra en tabacundo, en el norte de Pichincha. La empresa tiene en la actualidad 12 trabajadores en distintas áreas. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
  • La próxima semana se celebra la Semana de la Quinua

    Patricia González

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    La Semana de la Quinua se celebra del 2 al 7 de octubre en las provincias de Chimborazo, Carchi y Cotopaxi, informó el Ministerio de Agricultura y Ganadería.

    En el marco de la celebración, el miércoles 4 de octubre del 2017 se inaugurará una planta de procesamiento de quinua, en la provincia del Carchi, y el jueves 5 tendrá lugar el II Congreso Internacional de la Quinua, en la Universidad Politécnica Estatal del Carchi.

    El sábado 7 de octubre se celebrará la final del Concurso de Cocina Regional con Quinua, con la participación de escuelas y facultades de gastronomía y comunidades.

    La ministra de Agricultura y Ganadería, Vanessa Cordero, señaló que uno de los objetivos de llevar a cabo estas actividades es incentivar el consumo del grano en el país, que actualmente es de 0,18 Kg. por persona al año, mientras que en Colombia alcanza los 2,5 Kg. por persona al año.

    En exportaciones, Ecuador registró hasta agosto 850 toneladas métricas de quinua, principalmente hacia Estados Unidos, Reino Unido, Unión Europea, Marruecos, Canadá, Chile, entre otros destinos, informó Cordero.

    Los eventos son organizados por la cartera de Agricultura y Ganadería, con el apoyo del Ministerio de Comercio Exterior, el Ministerio de Turismo, ProEcuador, los Gobiernos Autónomos, entre otras entidades.

    Balance del viaje a España

    La ministra de Agricultura y Ganadería viajó a España, del 18 al 22 de septiembre. Como balance del viaje, precisó que se pactó la firma de alrededor de ocho convenios marcos, con distintos organismos públicos y privados.

    “Nos colaborarán en dotación de riego, asistencia técnica, investigación e innovación. La idea es poder hacer convenios tripartitos, en los que participen también nuestras universidades”, señaló Cordero.

    Subrayó que esa colaboración será de importancia para reactivar el campo ecuatoriano. “Vendrán técnicos desde España, así como también estamos gestionando un proyecto en el que podamos llevar a nuestros agricultores hasta España para que puedan observar su modelo de cooperativismo”, detalló la ministra.

    En la serranía la quinua se produce en  Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi y Chimborazo, según Pro Ecuador. Foto: Archivo / LÍDERES
    En la serranía la quinua se produce en Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi y Chimborazo, según Pro Ecuador. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Tres centros de estudio investigan a la quinua

    Redacción Quito

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    La quinua es el centro de una investigación en tres universidades. Encasillada en la categoría de ‘superalimentos, la quinua se consume durante siglos en América Latina y en la última década su popularidad ha crecido.

    En Ecuador, un grupo de investigadores de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), Escuela Politécnica Nacional (EPN) y la Universidad Técnica de Ambato (UTA), se propuso potenciar las características nutricionales y crear un valor agregado a este producto andino. Su proyecto pretende descubrir aplicaciones tecnológicas en semillas y pseudocereales para el desarrollo de nuevos alimentos.

    “La quinua no ha tenido un aprovechamiento nutricional óptimo. Con esta iniciativa buscamos dar un valor agregado único a nivel productivo e investigativo”, menciona Jenny Ruales, docente investigadora de la EPN.

    La propuesta multidisciplinaria reunirá a especialistas en alimentos, biotecnología, investigación y visibilización científica. “El objetivo es el desarrollo de aditivos o ingredientes que contengan las propiedades nutricionales, biológicas, físico-químicas, sensoriales y reológicas óptimas de la quinua, amaranto y chía”, dice Ruales.

    El proceso implica aislar las proteínas y convertirlas en polvos para el uso gastronómico. El Decano de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería e Industrias de la UTE, Juan Bravo, explica que una vez se tenga este ingrediente se harán pruebas para analizar la aceptación de los alimentos.

    La investigación durará un año y tiene el apoyo de la Red Nacional de Investigación y Educación del Ecuador. Al ser uno de los proyectos ganadores de la XI Convocatoria del Concurso Ecuatoriano de Proyectos en Redes Avanzadas tendrá un financiamiento de aproximadamente USD 60 000.

    Investigadores de tres universidades ecuatorianas se unieron para descubrir aplicaciones tecnológicas en semillas y pseudocereales. Foto: Cortesía / UTE
    Investigadores de tres universidades ecuatorianas se unieron para descubrir aplicaciones tecnológicas en semillas y pseudocereales. Foto: Cortesía / UTE