Etiqueta: Quinua

  • La quinua espera nuevo impulso

    Cristina Márquez

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    La quinua que se cosechó en el 2016 aún permanece apilada en las bodegas de decenas de agricultores en Chimborazo. Ese año, la demanda se redujo en el mercado internacional por la sobreproducción del cereal en Perú y Bolivia, los precios decayeron y los productores locales están ­desanimados.

    El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y tres organizaciones de productores preparan nuevas estrategias este año para impulsar el consumo interno del producto y promocionar la quinua ecuatoriana en el extranjero.

    “Aún tenemos esperanzas de vender nuestra quinua. Cuando estuvo en apogeo, gracias a este cultivo nuestra comunidad progresó y se detuvo la migración”, cuenta Andrés Pilamunga, socio de Sumak Life, una de las empresas exportadoras de la provincia.

    En su comunidad, Mancheno San Virgilio, antes había 35 familias asociadas a la empresa, pero desde que los precios empezaron a bajar en el 2015, los agricultores empezaron a desanimarse y a optar por cultivos de ciclo corto. Hoy hay 25 socios.

    De hecho, la decisión de cambiar los cultivos se vio en toda la provincia. Según el Magap, para el 2016 la superficie cultivada con el cereal se redujo en un 37,52% en relación con la siembra del 2014, cuando concluía el Año Internacional de la Quinua.

    Es que en 2013 la demanda en el mercado internacional, e incluso el consumo local, se incrementó debido a la publicidad que se realizó para promocionar los beneficios nutricionales del producto.

    Ese año, el quintal de quinua orgánica llegó a venderse hasta por USD 170 y tres empresas de Chimborazo vendieron varios cargamentos a Estados Unidos y Europa. Pero el precio cayó a cerca de USD 43 el quintal, debido a los precios bajos de los países competidores.

    En el 2014, Perú y Bolivia -que acaparan cerca del 90% del mercado mundial- comercializaron 175 000 toneladas del cereal, mientras que para el 2015 la produc­ción se incrementó a 222 000 to­­ne­ladas. Eso causó fuertes estragos en los campos de Chimborazo, donde 3 539 agricultores des­­ti­naron sus campos al cultivo.

    Hoy, el número se redujo a 2 447 agricultores y se prevé que para finales de este año incluso se reducirá más. Algunas de las comercializadoras locales, como Coprobich, solo compraron el 50% de la producción de sus socios por falta de mercado, y otras empresas, como Sumak Life, aún no pueden hacer la compra porque las bodegas permanecen llenas todavía.

    “El precio lo ponen Perú y Bolivia. Para ellos es fácil bajar sus precios, porque tienen una moneda propia, mientras que nuestros costos de producción son más altos porque tenemos dólares”, cuenta Lorena Caichug, directora de la Unidad de Comercialización de Sumak Life.

    Esta empresa tiene finalidad social, por lo que las utilidades que reciben se ven reflejadas en el precio de compra. Mientras en el mercado la quinua orgánica llegó a venderse por USD 43, ellos pagaron a sus socios USD 70.

    Según Caichug, la estrategia para sacar a flote la empresa fue la implementación de una nueva línea de productos elaborados como pop de quinua, galletas y barras energéticas. Desde diciembre pasado estos productos se venden en supermercados.

    “La idea es promocionar con más fuerza nuestra nueva línea. La meta de este año es rebasar el punto de equilibrio”, cuenta Caichug. Sumak Life logró ventas de productos elaborados de USD 50 000 en el 2015, y por USD 62 000 en el 2016.

    La planta de producción de Sumak Life. Esta empresa  tiene una nueva línea de productos elaborados, como pop de quinua, galletas y barras energéticas. Fotos: William Tibán para LÍDERES
    La planta de producción de Sumak Life. Esta empresa tiene una nueva línea de productos elaborados, como pop de quinua, galletas y barras energéticas. Fotos: William Tibán para LÍDERES
  • La quinua orgánica, el trampolín de campesinos

    Agencia EFE

    La quinua, el cereal de moda en Europa y EE.UU., goza de una fama cuyos altos precios no repercuten hasta ahora en los humildes campesinos del altiplano peruano, quienes se han unido para defender y promocionar la calidad de su grano ancestral como trampolín que les saque de la pobreza.

    Mientras el kilo de quinua puede alcanzar en supermercados del hemisferio norte hasta los 15 euros o dólares, los productores de la región peruana de Puno, fronteriza con Bolivia, apenas reciben 4 soles (USD 1,23) por kilo.

    “Eso es completamente injusto, porque no cubre los costos y el esfuerzo de los productores”, afirmó el coordinador nacional del Programa Conjunto de Granos Andinos, Miguel Maldonado, gestor de esta iniciativa de las Naciones Unidas para mejorar la calidad de vida de los campesinos peruanos de Puno y Ayacucho.

    El proyecto, financiado por el Fondo para el Logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDGF) a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), fomenta desde el 2015 la producción de quinua orgánica para venderla a través de cooperativas y la marca Aynoka en el mercado local y y extranjero.

    “No pueden competir y presionar si van solos al mercado. No es lo mismo ofrecer 30 toneladas que ofrecer una”, defendió Maldonado durante una visita a pequeños agricultores de Puno de representantes de Naciones Unidas.

    El objetivo es diferenciar la quinua de Puno como un producto oriundo y ancestral de la región, donde la planta, que crece de manera endémica a 3 800 metros sobre el nivel del mar, es objeto de veneración y se la adora con bailes tradicionales desde hace siglos, como parte del calendario agrícola andino.

    Hasta ahora unos 1 900 campesinos, dueños de pequeñas parcelas en las frías tierras cercanas al lago Titicaca, recibieron consejos para mejorar sus cultivos como parte del Programa Conjunto, implementado por la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Unesco. Estos productores buscan seguir expandiendo su producto.

    Foto: Referencial para LÍDERES
    Foto: Referencial para LÍDERES
  • La quinua y la chía son las estrellas de su bebida natural

    Sofía Ramirez

    Bebidas naturales, con quinua y chía o miel de abeja para endulzar postres; o arroz con pollo instantáneo son algunos de los productos que ofrece Agrodely.

    La empresa, que está en el mercado desde octubre del 2014, se encarga de elaborar bebidas y alimentos deshidratados con un solo objetivo: incentivar una buena alimentación.
    El emprendimiento ofrece sus bebidas bajo las marcas Chialiv, Quinoaliv, Livtea, Mieliv. En alimentos maneja Delilunch. Además, oferta semillas empacadas de chía y aguacate.
    El gerente general de la firma familiar, Édison Carrillo, indica que el uso de la quinua y la chía le ayudan a innovar. Los dos son considerados los superalimentos de las nuevas generaciones.
    Carrillo, de 29 años e ingeniero comercial graduado en la Universidad del Pacífico, detalla que la tradición de su familia está en el negocio de los alimentos.
    Incluso su hermano, David Carrillo de 27 años, a pocos días de graduarse como ingeniero en alimentos se unió a la idea de crear una nueva empresa de bebidas funcionales, libres de gluten y transgénicos.
    En febrero del 2014, los hermanos Carrillo ideaban el plan de negocios e incluyeron la chía por los valores nutritivos. Así nació la empresa Agrodely.
    En los primeros meses de constituirse la empresa, los emprendedores elaboraron su producto estrella: la Chialiv. La bebida combina la chía con la guanábana, frutos rojos, maracuyá y coco. Son libres de colorantes artificiales y preservantes, dice Carrillo.
    Posteriormente la empresa lanzó al mercado las bebidas de chocolate, vainilla sin lactosa y endulzadas con stevia. El desarrollo de productos permitió que en octubre del 2014 la empresa ingresara a una cadena de supermercados a escala nacional.
    La planta de producción, de propiedad de la familia de los jóvenes quiteños, se ubica en el sector industrial de Carcelén, en el norte de Quito. Allí procesan toda la materia prima orgánica que se adquiere a proveedores de Azuay, Pichincha, Imbabura y Bolívar.
    Luego, en la planta se selecciona la materia prima, se cumplen procesos de esterilización, enfriamiento y otros. También, hay un departamento donde se deshidratan los alimentos y las infusiones.
    Además, la empresa tiene un equipo para el etiquetado y empaques. Las bebidas especialmente son envasadas en botellas de vidrio “para conservar los nutrientes de los ingredientes y el sabor”.
    En el 2015, Agrodely introdujo dos marcas: Delilunch -arroz con pollo instantáneo- y la infusión de té, Livtea. Esto con la idea de ganar nuevos mercados.
    En cuanto a proveedores, el emprendedor explica que trabaja con productores que tienen certificaciones que respalden a la materia prima como orgánica, en tema de quinua y cacao.
    Luis Montaguano es proveedor de frutas como la guanábana para Agrodely hace un año. Afirma que él también crece con la compañía a medida que la demanda aumenta. La inversión del emprendimiento para comprar este y otros insumos al mes es de USD 20 000.
    Las ventas de Agrodely se han enfocado especialmente en cadenas de supermercados. La firma Proglobal se encarga de distribuir el producto en más de 20 puntos de venta a escala nacional. Afirman que trabajan con Agrodely desde este año. En el 2017, la firma presentará una bebida energizante natural y también piensa en exportar a Colombia y Panamá.

  • La quinua y la chía son las estrellas de su bebida natural

    Sofía Ramirez

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    La empresa, que está en el mercado desde octubre del 2014, se encarga de elaborar bebidas y alimentos deshidratados con un solo objetivo: incentivar una buena alimentación.

    El emprendimiento ofrece sus bebidas bajo las marcas Chialiv, Quinoaliv, Livtea, Mieliv. En alimentos maneja Delilunch. Además, oferta semillas empacadas de chía y aguacate.

    El gerente general de la firma familiar, Édison Carrillo, indica que el uso de la quinua y la chía le ayudan a innovar. Los dos son considerados los superalimentos de las nuevas generaciones.

    Carrillo, de 29 años e ingeniero comercial graduado en la Universidad del Pacífico, detalla que la tradición de su familia está en el negocio de los alimentos.

    Incluso su hermano, David Carrillo de 27 años, a pocos días de graduarse como ingeniero en alimentos se unió a la idea de crear una nueva empresa de bebidas funcionales, libres de gluten y transgénicos.

    En febrero del 2014, los hermanos Carrillo ideaban el plan de negocios e incluyeron la chía por los valores nutritivos. Así nació la empresa Agrodely.

    En los primeros meses de constituirse la empresa, los emprendedores elaboraron su producto estrella: la Chialiv. La bebida combina la chía con la guanábana, frutos rojos, maracuyá y coco. Son libres de colorantes artificiales y preservantes, dice Carrillo.

    Posteriormente la empresa lanzó al mercado las bebidas de chocolate, vainilla sin lactosa y endulzadas con stevia. El desarrollo de productos permitió que en octubre del 2014 la empresa ingresara a una cadena de supermercados a escala nacional.

    La planta de producción, de propiedad de la familia de los jóvenes quiteños, se ubica en el sector industrial de Carcelén, en el norte de Quito. Allí procesan toda la materia prima orgánica que se adquiere a proveedores de Azuay, Pichincha, Imbabura y Bolívar.

    Luego, en la planta se selecciona la materia prima, se cumplen procesos de esterilización, enfriamiento y otros. También, hay un departamento donde se deshidratan los alimentos y las infusiones.

    Además, la empresa tiene un equipo para el etiquetado y empaques. Las bebidas especialmente son envasadas en botellas de vidrio “para conservar los nutrientes de los ingredientes y el sabor”.

    En el 2015, Agrodely introdujo dos marcas: Delilunch -arroz con pollo instantáneo- y la infusión de té, Livtea. Esto con la idea de ganar nuevos mercados.

    En cuanto a proveedores, el emprendedor explica que trabaja con productores que tienen certificaciones que respalden a la materia prima como orgánica, en tema de quinua y cacao.
    Luis Montaguano es proveedor de frutas como la guanábana para Agrodely hace un año. Afirma que él también crece con la compañía a medida que la demanda aumenta. La inversión del emprendimiento para comprar este y otros insumos al mes es de USD 20 000.

    Las ventas de Agrodely se han enfocado especialmente en cadenas de supermercados. La firma Proglobal se encarga de distribuir el producto en más de 20 puntos de venta a escala nacional. Afirman que trabajan con Agrodely desde este año. En el 2017, la firma presentará una bebida energizante natural y también piensa en exportar a Colombia y Panamá.

    Édison y Santiago Carrillo le dan vida a Agrodely. La empresa presenta bebidas orgánicas elaboradas con quinua y chía. También procesa miel de abeja y comida lista para consumir. Fotos: Patricio Terán/ LÍDERES
    Édison y Santiago Carrillo le dan vida a Agrodely. La empresa presenta bebidas orgánicas elaboradas con quinua y chía. También procesa miel de abeja y comida lista para consumir. Fotos: Patricio Terán/ LÍDERES
  • Quinua, chía y arroz son el tesoro de esta iniciativa

    Sofía Ramirez

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    La quinua y la chía son una suerte de tesoro de los andes para la empresa Inca’s Treasure. Estos alimentos y otros, como el amaranto y el arroz, también son valorados como tesoros por sus valores nutricionales, indica Ahmad Ashrafi, gerente general de este emprendimiento.

    La empresa procesa y comercializa esos alimentos y tiene la consigna de revalorizarlos, además de posicionar la marca al mercado extranjero. Inca’s Treasure también incorpora en su portafolio otros productos como el cacao nib y la uvilla deshidratada.

    El camino de la búsqueda del tesoro para Ahmad Ashrafi se inició cuando tenía cinco años. A esa edad -dice- ya tenía una conexión con la tierra; con cultivos y con la enseñanza que dejó en la familia su abuelo Mahmud Ashrafi.

    Al crecer y graduarse del colegio, este joven quiteño optó por estudiar ingeniería comercial en el Babson College (EE.UU.). En ese país encontró la primera pista para encontrar el tesoro: “en un supermercado vi que ofrecían quinua y chía peruana”.

    En ese momento pensó que el producto ecuatoriano tenía una buena oportunidad de ingresar a otros mercados. Al regresar al país, en el 2013, el quiteño inició un proyecto piloto para el cultivo de quinua en Pifo, una parroquia ubicada al oriente de Quito. Durante este tiempo, Ahmad Ashrafi contó con el apoyo de Germán Espinosa, experto en agricultura y actual socio de Inca’s Treasure.

    Espinosa, de 65 años, detalla que cuando Ashrafi decidió implementar el proyecto piloto de cultivo de quinua, le enseñó la técnica que anteriormente aplicaba en sus propiedades ubicadas en Latacunga. Esta consiste en germinar y trasplantar la quinua, para obtener el número adecuado de plantas por hectáreas. “Hay mayor rendimiento del cultivo con este proceso”, dice Espinosa.

    Dos años después de mantener estos cultivos, en abril del 2015, Ashrafi dio a conocer lo que él llama “el auténtico tesoro de los Andes” con Inca’s Treasure. El emprendimiento se maneja con cultivo de rendimiento, planta de procesamiento con alta tecnología que permite una mejor selección de granos y limpieza.

    Los productos de Inca’s Treasure son 100% naturales; la materia prima proviene de cultivos orgánicos de la Amazonía, Cotopaxi, Carchi, Pichincha y Santa Elena; además los productos son libres de gluten y transgénicos, asegura Ashrafi.

    La planta procesadora de los “tesoros” andinos se ubica en Saquisilí (Cotopaxi). En el lugar, se clasifica y envasan hasta dos toneladas de granos por hora.

    La marca tiene dos presentaciones: una en cajas y otras en frascos con material amigable al ambiente. Además las etiquetas, debido al troquelado frontal en formas de figuras incaicas, permiten que el consumidor vea el producto.

    María Cristina Pólit, gerenta de Desarrollo de Negocios de la empresa Imprenta Mariscal, firma que imprime las etiquetas, señala que se utiliza tecnología digital para este insumo.
    Este año, Inca’s Treasure se plantea nuevas rutas de crecimiento. La primera es posicionar el producto a granel en los mercado europeo y de EE.UU.; otro camino a seguir es el fortalecimiento de sus canales de comercialización como autoservicios.

    Por ahora, estos productos andinos se venden a escala nacional en 13 tiendas especializadas en ‘superalimentos’ y en dos cadenas de supermercados. La expansión está en marcha.

    Ahmad Ashrafi  es el fundador de este emprendimiento. Las oficinas están en Quito y la planta de producción se encuentra en Saquisilí.
    Ahmad Ashrafi es el fundador de este emprendimiento. Las oficinas están en Quito y la planta de producción se encuentra en Saquisilí.
  • Una alternativa para alimentar y vender a veganos

    Agencia AFP

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    Un concentrado en polvo de proteínas de quinua, el cereal andino considerado como un superalimento, puede en el futuro remplazar a la carne y a los productos de origen animal para los veganos en el mundo.

    Este es el proyecto que las investigadoras de la Facultad de Tecnología de la Universidad de Santiago de Chile, la chilena Rosa Navarro y la argentina Silvia Matiacevich, están llevando a cabo desde hace dos años.

    Navarro, que realiza esta investigación para su doctorado bajo la supervisión de Matiacevich, recuerda que la quinua presenta los mismos aminoácidos que tienen las proteínas de la carne, “sobre todo los esenciales”.

    En este sentido la quinua es el mejor sustituto de las proteínas que contienen los alimentos de origen animal, más completa que la popular soja, el chía, la linaza o hasta el propio amaranto, otro cereal andino parecido.

    El proceso, en el que lleva trabajando dos años, consiste en proceder a “emulsiones líquidas a base únicamente de proteínas de quinua, sin ningún aditivo, que se pueden mantener prácticamente estables por 25 días, sin que se contaminen y en buena apariencia”, dice Navarro, ingeniera de alimentos de 31 años.

    Estas emulsiones se deshidratan y se convierten en polvo para ser incorporado por ejemplo en un yogur o cualquier otro alimento con el fin de enriquecer sus propiedades, agrega.

    “Tenemos las dos versiones, líquida y en polvo, para ofrecer como un producto funcional y saludable porque incluso si alguien es alérgico a la quinua no necesariamente lo es a sus proteínas, ya que no está consumiendo el grano entero”, dice Navarro, que muestra el blanco líquido encapsulado en tubos de ensayo que saca de una refrigeradora.

    Los vegetarianos y todavía más los veganos -que solo ingieren alimentos de origen vegetal- necesitan consumir grandes cantidades de productos para alcanzar la misma cantidad de aminoácidos que obtendrían comiendo carne y tomando leche.

    Ahora hay que hacer “pruebas de consumo” en un laboratorio para evaluarlo como ingrediente y buscar alguna empresa interesada que lo desarrolle para su comercialización, dice Navarro.

    Catalogada por la FAO en 1996 como una de las semillas de mayor potencial para la humanidad por su capacidad de combatir problemas de desnutrición en el mundo, la quinua se cultiva sobre todo en Perú, Ecuador y Bolivia, aunque en Chile se están extendiendo las plantaciones por varias zonas.

    Bajo la dirección de Matiacevich, el departamento también ha desarrollado un recubrimiento natural para la conservación de los alimentos que mantiene el producto fresco por más tiempo sin sufrir alteraciones. Esto podría ayudar a las industrias para producción, comercialización, etc.

    Después de demostrarse la utilidad de ese invento con los arándanos, los exportadores de carne de cerdo le han pedido a Matiacevich que ponga a punto un recubrimiento que conserve la carne que exportan a China por 70 días, ya que la travesía dura 50.

    En la serranía la quinua se produce en  Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi y Chimborazo, según Pro Ecuador. Foto: Archivo / LÍDERES
    En la serranía la quinua se produce en Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi y Chimborazo, según Pro Ecuador. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Tres factores impactan a la venta de quinua

    Cristina Márquez
    Contenido intercultural (F)

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    La quinua orgánica que los productores de Chimborazo esperaban vender en el extranjero a USD 120 el quintal, hoy se comercializa en los mercados locales hasta en USD 25. La sobreproducción, la caída del precio en el mercado internacional y la pérdida de compradores preocupa a cerca de 4 000 agricultores de esa provincia.

    Las primeras cosechas de este año empezarán en tres meses y los soberados de las casas (bodegas para almacenar granos), aún están llenos de la producción de agosto pasado. La quinua debía enviarse a EE.UU., Francia y Canadá, pero los bajos precios que ofertaron Bolivia y Perú les restaron compradores.

    Los socios de la empresa comunitaria Coprobich, por ejemplo, solo pudieron vender el 50% de su cosecha. Ellos esperaban comercializar este año 11 000 quintales de quinua orgánica a tres importadores, pero solo lograron vender 5 550 quintales al consorcio francés Ethiquable. “En el mercado local no hay suficiente demanda, la gente aún no valora nuestro producto”, dice preocupado Manuel Abemañay, gerente de la empresa.

    Para los socios de esta organización, el origen de la crisis en el mercado se debe al incremento de competidores y a la sobreproducción en los campos. De hecho, la siembra de quinua se incrementó de 400 hectáreas en el 2013, a 1 500 hectáreas en el 2015.

    “Toda la gente empezó a cultivar la quinua por la campaña atractiva que hizo el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca. Entregaron insumos, semillas y asesoría técnica pero no había un mercado seguro”, afirma Abemañay.

    Las 500 familias de Riobamba, Colta y Guamote que integran esta organización apostaron por este cultivo debido a la rentabilidad que tuvieron el año pasado. En el 2015 ellos produjeron cerca de 60 toneladas de quinua, que vendieron a empresas de Canadá, EE.UU. y Francia a USD 5 200 cada una. Este año solo venderán 27 toneladas a USD 2 200 cada una.

    Los directivos de la organización ya trabajan en la estructuración de un nuevo plan de negocios para enfrentar la situación. Un análisis del mercado interno está en curso y esperan incrementar una línea de productos derivados de la quinua, pues la demanda aún está insatisfecha.

    La caída del precio sorprendió a Francisca Morales. Ella usó el 90% de sus dos hectáreas de terreno a la siembra de quinua. Pero solo pudo vender 20 quintales, de los 70 que cosechó. “No me queda más opción que sacar la quinua al mercado de Riobamba. No me puedo quedar con el producto guardado”, cuenta afligida.

    Morales calcula que invirtió cerca de USD 55 por cada quintal que cosechó y esperaba recuperar el dinero para subsistir junto a su familia de siete miembros este año.
    Lo mismo le ocurrió a Manuel Mocha, de la comunidad Ocpote. Él cosechó 96 quintales de quinua, pero solo pudo comercializar 25. “Estamos muy desanimados porque las pérdidas de este año son de grandes proporciones. Para sobrevivir este año tendré que volver a trabajar en la ciudad”.

    Para Patricio Juelas, gerente de Sumak Life, otra empresa comunitaria, la caída de la quinua en el mercado internacional se debe a la sobreproducción en Bolivia y Perú, que acaparan casi el 90% de la demanda mundial.

    En el 2014 ambos países comercializaron 175 000 toneladas del cereal, mientras que para el 2015 la producción se incrementó a 222 000 toneladas. Mientras que Ecuador incrementó su producción de 7 000 toneladas en el 2014, a 10 000 en el 2015.

    “La apreciación del dólar también afectó porque nos obligó a reducir precios en un 45% porque perdimos competitividad”, afirma Juelas. Para no desmotivar a los productores, Sumak Life optó por hacer los pagos inmediatos y en efectivo este año para así generar liquidez de capital. La empresa teme que los agricultores dejen de apostar por la quinua, pues a pesar de la sobreproducción la demanda internacional sigue alta.

    Otra estrategia de los productores es la exploración de mercados. En China, por ejemplo, se avizora un panorama más alentador para el cereal.

    Francisca Morales, Manuel Mocha y Manuel Abemañay revisan los sembríos de quinua de la empresa comunitaria Coprobich, en Riobamba. Sus ventas disminuyeron. Fotos: Raúl Díaz para LÍDERES
    Francisca Morales, Manuel Mocha y Manuel Abemañay revisan los sembríos de quinua de la empresa comunitaria Coprobich, en Riobamba. Sus ventas disminuyeron. Fotos: Raúl Díaz para LÍDERES
  • Perú es el primer productor mundial de quinua con 110 000 toneladas en 2015

    Agencia EFE

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    Perú es el primer productor mundial de quinua, con un volumen de 110 000 toneladas registrado en 2015, y es también el primer exportador mundial de este grano con ventas por USD 196 millones el año pasado, según datos del ministerio de Agricultura difundidos el lunes 8 de febrero de 2016 en Lima.

    El responsable de la Dirección General de Seguimiento y Evaluación de Políticas del ministerio, Christian Garay, informó que la producción de quinua en diciembre pasado ascendió a 1 800 toneladas y que la región surandina de Arequipa ocupa el primer lugar en rendimiento de producción por hectárea.

    «Hemos superado a Bolivia como el principal proveedor de quinua en el mundo, exportamos quinua orgánica de primera calidad, principalmente a los mercados de Estados Unidos y Canadá, sin embargo, se exporta también a varios países de Europa«, manifestó Garay en entrevista con el diario El Peruano.

    La quinua junto a la kiwicha y la cañihua son granos andinos de alto valor nutricional considerados por el gobierno prioritarios para la seguridad alimenticia de la población, y, en forma paralela, la gastronomía la ha introducido en una serie de recetas innovadoras.

    Las exportaciones de quinua a Estados Unidos ascienden a 18 000 toneladas anuales, mientras que las ventas a Canadá son de aproximadamente 3 000 toneladas al año.
    Otros destinos de la quinua en el mundo son Polonia, Tailandia, Singapur, China, Taiwán, Malasia, Corea del Sur, Arabia Saudita, Rumanía y Portugal.

    La quinua junto a la kiwicha y la cañihua son granos andinos de alto valor nutricional
    La quinua junto a la kiwicha y la cañihua son granos andinos de alto valor nutricional
  • Rueda de negocios de la quinua calcula ventas por USD 3 millones

    Sofía Ramírez (I)

    56 organizaciones de productores de quinua de provincias como Cotopaxi, Pichincha, Imbabura, Carchi entre otras participaron en la ‘II Rueda de Negocios de la Quinua’ desarrollada hoy, viernes 20 de julio del 2015 desde las 10:00 hasta las 14:30, en el auditorio del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuacultura (Magap), en el norte de Quito.

    El objetivo del encuentro es concretar un volumen de venta de 2 000 toneladas métricas de este cereal. Es decir, USD 3 millones indicó Carol Chejab, subsecretaría de comercialización de esta Cartera de Estado.

    Para esto, se establecerán contratos donde se incluyan tres elementos importantes como la calidad del producto, períodos de entrega y precios referenciales.

    En el encuentro, que se desarrolla por segunda vez, también participaron empresas procesadoras como Prodicereal, Cereales La Pradera, Disproimp, Inagrofa, entre otras. Por ejemplo, Pablo Vergara, representante de Proquinua tiene un interés de compra de 1 000 toneladas de quinua orgánica y convencional, para procesamiento y exportación.

    Asimismo, productores locales como Ana Albuja, gerente de la fábrica Quinoa Cotopaxi quieren consolidar negociaciones con empresas comercializadoras del cereal a escala nacional. Al momento esta empresa trabaja con 20 productores locales y siete haciendas de Latacunga, Salcedo, Tabacundo, El Quinche y Machachi. Su capacidad anual de cosecha es de 4 000 quintales.

    En la primera rueda de negocios realizada el año pasado se estableció proceso de articulación entre productores locales y empresarios para las primeras negociaciones.

    En el 2015 la producción de quinua alcanzó las 10 161 toneladas métricas con una superficie sembrada de 6 477 hectáreas, según cifras del Magap.

    Productores locales participaron en II Rueda de Negocios de la Quinua, en Quito. Foto: Vicente Costales/ EL Comercio
    Productores locales participaron en II Rueda de Negocios de la Quinua, en Quito. Foto: Vicente Costales/ EL Comercio
  • Lo social y lo gourmet, juntos en una sola receta

    Pedro Maldonado O. Twitter: @pedromal

    Un emprendimiento social. Isabel Dávalos describe en esas tres palabras la tarea que desarrolla Urcupac, una empresa ecuatoriana que trabaja en conjunto con productores de quinua de Pichincha e Imbabura.

    Dávalos es la gerenta de esta iniciativa. Ella indica que el grupo Cepsa, al que pertenece Urcupac, se caracteriza por ser importador. «Lo que quisimos -explica la ejecutiva-, fue desarrollar un producto con calidad de exportación».

    En esta tarea, Dávalos y su equipo barajaron algunas ideas, siempre pensando en trabajar con materia prima ecuatoriana. Primero, analizaron hacerlo con café y luego con cacao. Finalmente, decidieron apostar por la quinua. «Era un producto interesante por sus características nutricionales, su versatilidad como materia prima y su historia ligada al mundo indígena, que además permitiría diversificar la actividad del grupo Cepsa», explica la representante de Urcupac.

    Así, hace 2 años, empezó el proceso de desarrollo de productos con base en quinua. Lo primero fue contactar con productores de este cereal. La empresa ubicó a agricultores en localidades como Tabacundo, Chaupiloma y otras asentadas en Pichincha e Imbabura. «Con las comunidades nos ha ido excelente. Su conocimiento sobre la quinua y el cuidado que tienen al manipularla es increíble. Además, es un trabajo de mujeres principalmente», explica Dávalos.

    Este emprendimiento también se apoya en haciendas de las zonas mencionadas, que producen quinua. En la actualidad, Urcupac tiene acuerdos por lo menos con 30 productores y haciendas.

    La quinua que compra -el año pasado fueron 50 toneladas y este año se espera duplicar esa cifra-, permite que la empresa ofrezca productos con valor agregado.

    Para llegar a ese punto fueron necesario casi dos años de estudios, de probar ideas y desarrollarlas. En el proceso Urcupac cuenta con la ayuda de otra empresa de alimentos, con sede en Quito, que se encarga de maquilar el producto.

    Finalmente, en noviembre del año anterior, Urcupac empezó a comercializar sus productos: Quinotto, que se trata de una mezcla de quinua blanca con vegetales y especias; sopa de quinua y maní; y quinua en grano. Los dos primeros ya se comercializan en cadenas como Supermaxi, de Corporación Favorita.

    Un vocero de la firma señala que la cadena oferta a sus clientes alternativas de buena alimentación. «Esa fue la principal motivación para apoyar el desarrollo de una nueva cultura gourmet, como la de Urcupac, que presenta sabores y preparaciones diferenciadoras».

    La misma fuente señala que el reto para la empresa está en la comunicación y promoción de los productos. En octubre del año pasado, este emprendimiento envió muestras de sus productos a Australia y Venezuela. El producto de esta empresa es bien valorado por ProEcuador, el instituto de promoción de exportaciones e inversiones del Ministerio de Comercio Exterior.

    Edwin Gaviria, funcionario de ProEcuador que trabaja con productores de quinua, señala que este emprendimiento tiene mucho potencial. «La quinua tiene un alto valor nutricional y el consumidor, a escala mundial, prefiere cada vez más esta clase de productos. Urcupac desarrolló un producto para un segmento muy específico».

    Dávalos está consciente de que la iniciativa está en etapa de crecimiento. No obstante, comenta que entre los planes para este año se encuentra la meta de exportar a Colombia, EE.UU. y Europa.

    El compromiso

    Comercio justo. La empresa trabaja bajo los principios de comercio justo, para alcanzar un crecimiento conjunto entre los asociados y Urcupac.

    Otros productos. Este emprendimiento promueve el cultivo de quinua en la Sierra; además, fomenta la producción de amaranto y chocho.

    El Grupo Cepsa.  Urcupac es parte del Grupo Cepsa, que desde hace 50 años trabaja en el país con la representación de derivados de petróleo y con marcas del sector automotor. Entre las metas de este año está consolidar el mercado local y obtener certificaciones de calidad.