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  • La evaluación es posible con reportes

    Patricia González

    (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    La responsabilidad social y sostenibilidad de una empresa requieren de una medición adecuada que permita evaluar en el tiempo los avances de las estrategias de sostenibilidad que se están aplicando y, a partir de allí, establecer planes de mejoras.

    “Lo que no se mide no se puede evaluar”, subraya Mónica Torresano, profesora de sostenibilidad y liderazgo, responsable del IDE Business School. Esta medición debe quedar plasmada en los reportes de sostenibilidad, que periódicamente deben presentar las empresas.

    En su nota técnica ‘Responsabilidad Social y Sostenibilidad: Mecanismos de Medición’, publicada este año, el IDE define la memoria de sostenibilidad como un informe sobre los impactos económicos, medioambientales y sociales causados por las actividades cotidianas de una organización.

    Es el medio para comunicar de manera transparente y abierta la gestión de la compañía, añade Torresano, también presidenta de la consultora SostenIR Fábrica de la Sostenibilidad.

    ¿A quién va dirigido el reporte? A los diferentes grupos de interés de la empresa, tanto internos como externos. Entre las diferentes audiencias con interés en conocer estos resultados están: accionistas o dueños de la empresa, inversionistas, entidades de auditoría (social, financiera, laboral o ambiental), Estado, clientes y consumidores.

    Cada uno de estos grupos tiene diferentes objetivos en la medición, detalla la nota técnica de la escuela de negocios. Por ejemplo, los accionistas o dueños requieren disponer de información que les permita establecer un plan de implementación de corto, mediano y largo plazos, que sea coherente con los objetivos planteados por la empresa. E identificar factores de éxito, limitantes y riesgos en la implementación de la responsabilidad social y sostenibilidad.

    Los inversionistas buscan identificar el valor que se crea a partir de su inversión y evaluar la posibilidad de colocar parte de su cartera de inversión socialmente responsable en esta firma.

    Las entidades de auditoría, en cambio, se plantean verificar el cumplimiento de la estrategia establecida por la empresa y medir su impacto en la comunidad, la sociedad civil y el ambiente.

    El Estado busca comprobar el cumplimiento de las normas básicas de responsabilidad social y promover acciones conjuntas. Mientras que clientes y consumidores, quieren conocer cuál es el compromiso con la sostenibilidad y los beneficios tangibles e intangibles de la marca.

    Los informes tienen como base estándares internacionales

    Redacción Quito (I)

    Para elaborar la memoria o informe de sostenibilidad, una de las metodologías de mayor reconocimiento y validez internacional es el Global Reporting Initiative (GRI).

    Se trata de una guía que contiene estándares e indicadores cualitativos y cuantitativos sobre cómo medir y reportar los aspectos económicos, sociales, ambientales y de gobernanza de una organización. El primer GRI fue publicado en el año 2000 y el más reciente, conocido como GRI Estándar, es del 2016.

    Un principio básico dentro de la metodología GRI es la materialidad, es decir, aquellos aspectos que los grupos de interés identifican como relevantes para el desarrollo de su gestión y toma de decisiones. Se comienza con una selección de temas, que luego se transforman en una lista de indicadores que deben pasar por un proceso de comprobación de relevancia, exhaustividad y contexto de sostenibilidad.

    Estos indicadores serán el foco de atención de la empresa para gestionar, medir y reportar en el futuro, explica el IDE Business School en su nota técnica de sostenibilidad.

    Algunos aspectos que deben tomar en cuenta las compañías para su análisis son: estrategia y operaciones; valores, transparencia y gobierno; derechos humanos; público interno; proveedores; consumidores y clientes; comunidad; gobierno y sociedad y medioambiente.

    Grupo Difare es una de las empresas que elabora su reporte anual, con base en los estándares del GRI. Además, su estrategia de sostenibilidad está alineada con la Norma ISO 26000 de Responsabilidad Social y, desde el 2013, la firma suscribió los 10 principios del Pacto Global de las Naciones Unidas, detalla Sylvia Banda, gerenta de Comunicación y Responsabilidad Corporativa de la empresa.

    “Un informe de sostenibilidad representa una carta de presentación de la empresa. Para la elaboración del informe se levanta un estudio de materialidad, que permite conocer las expectativas en lo económico, ambiental y social de nuestros grupos de interés”, explica Banda.

    El reporte anual de Diners Club también se fundamenta en los lineamientos del Pacto Global y del GRI. En su caso, se suman los indicadores para el sector financiero establecidos por la Superintendencia de Bancos del Ecuador.

    Los aspectos prioritarios en su informe 2018 se centraron en responsabilidad sobre productos, aporte a la sociedad, la comunidad, prácticas laborales y ambiente.

    La Universidad de las Américas aplica, en cambio, una metodología propia. Luz Dary Ulloa, jefa de Vinculación con la Comunidad, explica que la evaluación se divide en cuatro ejes: la organización, que incluye lo administrativo y la responsabilidad ambiental en el campus; la docencia, orientada hacia la formación de seres humanos integrales; la gestión social del conocimiento y la participación social o vinculación con la comunidad.

    Para Ulloa, en el sector universitario aún no está clara la diferencia entre vinculación con la comunidad y responsabilidad social universitaria, lo que dificulta la generación de reportes en el área.

    El 38% de las empresas elabora memorias de sostenibilidad

    Redacción Quito (I)

    La elaboración de informes anuales de comunicación de gestión en desarrollo sostenible sigue siendo una práctica minoritaria en el sector empresarial del Ecuador.

    De 105 empresas, evaluadas en el estudio ‘Tendencias de Sostenibilidad 2019’, de Deloitte, solo 38% realiza reportes de sostenibilidad. La cifra reveló un retroceso en relación con la edición previa del estudio, en la que el 55% de los encuestados indicó que presentaba informes. El sistema del Global Reporting Initiative (GRI) continúa siendo el más utilizado por las empresas.

    Sin embargo, sí han existido avances en temas de auditorías. En la actual edición del estudio, un 24% señaló que cuenta con verificación externa de sus informes; el pasado año las firmas que contaban con auditorías se reducían al 15%.

    El valor agregado que brinda el reporte anual a la empresa y a su estrategia es reconocido por el 59% de las firmas encuestadas por Deloitte. “Un reporte bien logrado, con indicadores robustos, enfocados en acciones estratégicas (…) es siempre una buena herramienta de gestión, que va más allá de la comunicación”, señala el estudio de la consultora.

    Sylvia Banda, gerenta de Comunicación y Responsabilidad Corporativa de Grupo Difare, destaca algunos beneficios de contar con informes de sostenibilidad, como el afianzar la confianza de los clientes, acceder a más capital, despertar el interés de otras empresas en crear alianzas, generar un mayor sentido de pertenencia de parte de los colaboradores y contribuir positivamente a la reputación corporativa.

    Para Luz Dary Ulloa, jefa de Vinculación con la Comunidad de la Universidad de las Américas (UDLA), el contar con reportes de sostenibilidad les permite asegurar el cumplimiento de las acciones que lleva a cabo la universidad; además de orientar acciones de mejoras.

    “Para demostrar de manera profunda la efectividad de las estrategias, estas deben ser medidas, con el fin de tomar decisiones y rendir cuentas al interior de la empresas sobre los avances y resultados, para posteriormente traducirlos en impactos al negocio”, subraya Camila Hernández, gerenta de Sostenibilidad de Deloitte.

    El estudio de la consultora cita algunos lineamientos que se pueden tomar en cuenta a la hora de crear un documento de rendición de cuentas: entender el entorno; realizar controles internos de recolección de data y evaluar la opción de un auditor externo; identificar las audiencias y cómo generar un contenido atractivo para ellos; definir los temas prioritarios y alinearlos con las estrategias empresariales; establecer objetivos y métodos basados en la ciencia y diferentes escenarios; realizar un balance sobre los desafíos, las debilidades en la gestión y los obstáculos.

    Los canales de comunicación son claves para una efectiva difusión de la estrategia de responsabilidad social y sostenibilidad de la empresa. El IDE Business School enfatiza que el reporte debe ser puesto a consideración de los grupos de interés por diferentes medios, como publicaciones impresas, páginas web institucionales, grupos focales, etc.

    La Universidad de la Américas tiene un equipo de vinculación con la comunidad. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    La Universidad de la Américas tiene un equipo de vinculación con la comunidad. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Esta marca dona anualmente el 3% de sus ganancias

    Redacción Quito  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    La responsabilidad social no tiene que ver con el tamaño de la empresa. Con apenas dos años en el mercado, la marca de ropa y calzado Looop tiene un modelo de impacto social. Se trata de ‘Compra uno=ayuda a uno’, mediante el cual cualquier persona que adquiera un producto de la firma estará ayudando a una persona en situación vulnerable en Ecuador.

    Desde este año y de manera permanente, la marca decidió donar el 3% de sus ganancias hacia distintas iniciativas. Una de ellas es la campaña ‘Looop for she’, dirigida a mujeres, que llevarán adelante hasta el próximo año.

    Como primer proyecto, en mayo pasado realizaron una donación de 100 chaquetas impermeables, con capucha, a mujeres habitantes de Chimborazo, que trabajan en el campo.

    El objetivo era entregarles una herramienta de trabajo que les sirviera para cubrirse de la lluvia, puesto que anteriormente cuando llovía, al no contar con la vestimenta adecuada, solían mojarse o cubrirse con fundas plásticas, explica Javier Porta, cofundador de la marca, que comercializa principalmente zapatos y chaquetas.

    La ONG Avanti les brindó apoyo en una primera donación de 50 chaquetas, en la parroquia de Pistishí, específicamente en el contacto con la comunidad, la gestión de convocatoria y la identificación de las beneficiarias, detalla Juan Merlo, coordinador de la organización, que desde hace 10 años trabaja en Chimborazo.

    Elvira Guaylla, líder de la comunidad de Tolpe, en Pistishí, cuenta que ahora en la temporada de invierno las mujeres están dando más uso a las chaquetas para evitar mojarse. “Caminan entre una hora y hora y media de la casa a sus trabajos. Las chaquetas les protege de la lluvia. Además, pueden permanecer más tiempo en el campo con sus animales, antes si llovía, volvían pronto”.

    Adicionalmente, Looop entregó otras 50 chaquetas a trabajadoras de comunidades cercanas.

    El proyecto de donación llevó previamente un proceso de preparación de seis meses, que incluyó visitas a los poblados que serían beneficiados. Hoy se encuentran en la medición.

    Uno de los efectos que han hallado, comenta Porta, es un mayor empoderamiento de las mujeres, al contar con una herramienta que les permita ser más productivas y les ayude a prevenir enfermedades, al cubrirse de la lluvia.

    En la misma línea de ayudar a mujeres, Looop impulsa otra iniciativa, denominada #Yoteayudo, en colaboración con la marca Tippytea y Reciveci, una ONG que ofrece apoyo a mujeres recicladoras de base en Quito.

    Para este proyecto se donarán zapatos de Looop, que por su diseño son acordes para el trabajo de las recicladoras. “Son de suela de EVA, que es flexible, liviana y resistente”, indica Porta.

    Por cada 50 tazas de té que se consuman en sus locales, Tippytea dona el valor de la mitad de un par de zapatos. Además de dar visibilidad a la campaña.

    Las mujeres que serán beneficiadas realizan sus labores en la avenida República del Salvador, del norte de Quito. La donación está prevista para este mes.

    “Podemos ser rentables, pero también hacer el bien. Los consumidores hoy eligen empresas con responsabilidad social”, comenta Jimena Romero, cofundadora de Looop, sobre la decisión de generar iniciativas de impacto social.

    Datos

    ‘Looop for she’ es el nombre de una campaña que impulsa la marca Looop y que tiene como fin ayudar a mujeres en situaciones vulnerables.

    El primer proyecto de la campaña consistió en la donación de chaquetas a mujeres que laboran en el campo, en la provincia de Chimborazo. Participó la ONG Aventi.

    Una segunda iniciativa,  que llevan a cabo junto a Tippytea y la ONG Reciveci, consiste en la donación de zapatos a mujeres recicladoras de base que laboran en el norte de Quito.

    Las mujeres trabajadoras en Pistichí, en Chimborazo, utilizan las chaquetas de Looop para cubrirse de la lluvia. Foto: Cortesía Looop
    Las mujeres trabajadoras en Pistichí, en Chimborazo, utilizan las chaquetas de Looop para cubrirse de la lluvia. Foto: Cortesía Looop
  • El arreglo de zapatos y el empleo formal se juntan

    Redacción Líderes

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    Las manos sucias y maltratadas de los betuneros ahora lucen limpias y rompen con los estereotipos de este tradicional oficio, que gracias a un emprendimiento social se ha dignificado.

    Il Shine es el nombre del servicio de renovación de calzado, que desde hace cuatro años impulsa el desarrollo y la formalización de los betuneros.

    En un inicio, ocho personas tuvieron la oportunidad de ejercer este oficio con un salario digno, beneficios de ley y capacitación permanente, cuenta Mónica Gallardo, gerente propietaria de Il Top Service, empresa que impulsó este emprendimiento.

    Actualmente, Evila Tulma, que empezó a trabajar en el proyecto hace tres meses, es la única que se encarga del trabajo de renovación y limpieza.

    El nuevo aeropuerto Mariscal Sucre fue el primer espacio donde se brindó el servicio, el cual tuvo como clientes a altos ejecutivos, que aprecian la calidad de los productos y del trato.
    Marcelo Muñoz es uno de ellos. Él conoció el negocio en sus frecuentes viajes y ahora acude entre tres a cuatro veces por semana al puesto permanente, que está en el Centro Comercial Iñaquito (CCI), en la ciudad de Quito.

    El personal de limpieza invita a Muñoz a sentarse en “el trono Il Shine” para que tenga una experiencia de servicio personalizado.

    El trabajo se realiza en medio de un diálogo amenos entre el cliente y el betunero, en este caso la misma Mónica Gallardo, quien como buena jefa sabe del oficio al revés y al derecho, para poder enseñarle a sus trabajadores.

    La relación precio-servicio es adecuada, señala Muñoz, quien valora el cuidado de su calzado.
    La renovación para zapatos incluye el lustrado, encerado y arreglo de fallas; cuesta USD 2 y para los de zapatos de gamuza el valor sube a USD 3. Dependiendo del grado de suciedad o maltrato del calzado, el tiempo de la limpieza dura entre 10 a 30 minutos.

    Il Shine utiliza productos propios e importados, que se aplican según el estado, la calidad y el color de los zapatos. Entre las variedades de su autoría, la empresa tiene un champú especial para quitar la grasa en la gamuza, cuyo costo es de USD 10.

    En épocas altas, como Navidad, el negocio también funciona en el Centro Comercial El Recreo, al sur de Quito. Gallardo espera volver a este lugar en el mes de mayo.

    Para la incorporación de los servicios de Il Shine en centros comerciales, estos lugares también han aplicado programas de responsabilidad social, al reducir los costos de alquiler de los estands.

    Desde hace algunos meses, el emprendimiento ha ampliado su oferta. Por ejemplo, ahora brindan el servicio de renovación de carteras y cinturones de cuero.

    También, para mayor facilidad de sus clientes, han incursionado en el servicio a domicilio, en las zonas cercanas al CCI. Para solicitar el trabajo, los interesados deben tener al menos cinco pares de zapatos que requieran mantenimiento. Al valor del servicio se le agrega USD 1,50 por el traslado.

    Otra novedad es la reparación de calzado, a través de un zapatero profesional. Las personas dejan sus zapatos en el estand de Il shine y después de dos días los reciben totalmente reparados y limpios.

    El crecimiento del negocio depende de la fidelidad y recomendación de los clientes.
    También, en la actualidad, las redes sociales juegan un papel muy importante para la promoción de la actividad de betunería. A través de estos espacios, los clientes compran los productos o solicitan el servicio a domicilio.

    Gallardo empezó este proyecto con USD 45 000. En los cuatro años de funcionamiento ha recuperado la inversión y, hoy en día, cuenta con ganancias.

    La facturación mensual de un puesto es de aproximadamente USD 1 200. Para expandir el servicio, Gallardo busca vender franquicias a empresarios que estén interesados en apoyar a betuneros informales o desempleados; o generar alianzas con empresas.

    Gallardo empezó este proyecto con USD 45 000. En los cuatro años de funcionamiento ha recuperado la inversión y, hoy en día, cuenta con ganancias. Foto: Diego Pallero / LIDERES
    Gallardo empezó este proyecto con USD 45 000. En los cuatro años de funcionamiento ha recuperado la inversión y, hoy en día, cuenta con ganancias. Foto: Diego Pallero / LIDERES
  • Combustibles amigables para el cemento

    Redacción Quito

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    La empresa cementera Unacem ha logrado sustituir los combustibles fósiles, que requiere para la elaboración del cemento, en un 31,5%. Gracias a ello, la firma ha disminuido sus emisiones de dióxido de carbono, gas de efecto invernadero, al ambiente.

    Unacem arrancó con su proyecto de responsabilidad social en el 2010. “Está enfocado en el crecimiento sustentable del sector. Creemos en el uso eficiente de los recursos”, señaló Patricio Díaz, gerente de Ecología Industrial de la compañía.

    Los combustibles fósiles, que provienen del petróleo y el carbón, han sido utilizados por años para obtener la energía calórica, que permite la transformación de la materia prima (caliza y arcilla) en clínker, principal componente del cemento.

    Ahora, Unacem está apostando por combustibles alternativos, más amigables con el ambiente. Uno de ellos es la biomasa, que proviene de la cascarilla de la palma africana. Esta cascarilla es un residuo que genera la industria productora del aceite vegetal de palma africana.

    “Es un proyecto altamente tecnológico alto que ha demandado estudios y pruebas”, comenta el representante de la firma. En la adecuación de tecnología, Unacem invirtió USD 2 800 000.
    En el 2016, la empresa alcanzó el 19,15% de sustitución. Esto equivale a 33 mil toneladas de cascarilla de palma africana. Para este año, proyectan llegar al 24%.

    El proyecto de sustitución de combustibles fósiles por biomasa obtuvo la certificación MDL (Mecanismo de Desarrollo Limpio), ante las Naciones Unidas, por permitir la reducción de CO2. En el 2016, Unacem dejó de emitir 57 mil toneladas de CO2 al ambiente, con el uso de la biomasa.

    Otro combustible alternativo al que está apostando la empresa, desde el 2015, como insumo para la elaboración del cemento, es el aceite para vehículos usado.

    Los aceites que se utilizan para este fin son los que recolectan los talleres mecánicos cuando se realiza el cambio de aceite a los autos; es decir, los que ya cumplieron su función. “Esto es desecho altamente contaminante que puede terminar en suelos y aguas”.

    Unacem obtiene los aceites a través de gestores ambientales, que recolectan el residuo en mecánicas del Distrito Metropolitano de Quito y del norte del país.

    Una vez que la empresa recibe el aceite, lo limpia y se utiliza como combustible para obtener la energía calórica, requerida para convertir la materia prima en clínker.

    En el 2016, la empresa cementera alcanzó un 12,41% de sustitución de combustibles fósiles por el aceite usado de carros, lo que equivale a 3 450 000 galones de aceite, que no contaminaron el ambiente. En el cambio u actualización de equipos, la firma invirtió USD 500 000.

    Este segundo proyecto obtuvo licencia ambiental del Ministerio del Ambiente, en el 2015.
    Díaz explicó que a futuro el plan es captar nuevos residuos peligrosos, generados por otras industrias, para convertirlos en combustibles, entre ellos aceites dieléctricos y basura común.

    Adicionalmente, desde este mes la empresa comenzará a trabajar en un proyecto para la destrucción de gases contaminantes, contenidos en sistemas de refrigeración. Estos gases también contribuyen a la destrucción de la capa de ozono.

    Esta iniciativa la está trabajando Unacem junto al Ministerio de Industrias y Productividad.
    “La idea es captar las refrigeradoras que quedan sin uso y destruir los gases que estas generan, en nuestros hornos”, explica el vocero. Las refrigeradoras serían recolectadas por gestores, que las convertirían en chatarra y se encargarían de entregar los gases a la planta de Unacem.

    El gerente de Ecología Industrial de la firma cementera recordó que estos proyectos que lleva adelante la empresa están enmarcados en el objetivo nueve de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas: “Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación”.

    La empresa cementera produjo el pasado año 1 200 000 toneladas de cemento. Fotos:  Cortesía Unacem / LIDERES
    La empresa cementera produjo el pasado año 1 200 000 toneladas de cemento. Fotos: Cortesía Unacem / LIDERES
  • La RSE pasó a ser un nuevo espacio de acción empresarial

    Redacción Líderes

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    La responsabilidad social empresarial (RSE) era un concepto casi inexistente hace 20 años, en el Ecuador. Con el tiempo, esas tres palabras se convirtieron en una suerte de sinónimo de vinculación con la comunidad y de la oportunidad de fortalecer los negocios, tomando en cuenta a empleados, clientes , proveedores, accionistas y más actores vinculados con una empresa.

    La responsabilidad social es, en pocas palabras, una nueva forma de hacer negocios donde se gestiona tanto el ámbito económico, social y ambiental.

    En Ecuador, el concepto empezó a tomar fuerza hace unos diez años aproximadamente y se viene consolidando poco a poco.

    Las empresas, en especial las grandes, tienen más claro el camino a seguir en esta materia. Ciertas firmas ya cuentan con departamentos dedicados exclusivamente a promover la RSE, así como personal especializado en el tema. Además, elaboran cada año sus memorias de sostenibilidad en las que detallan las acciones en favor de sus públicos.

    Para las pequeñas y medianas empresas, el tema aún no está tan desarrollado. Por su naturaleza las prioridades son otras, aunque es grato encontrar casos de empresas, de distintos tamaños, que ya hablan del tema y que se preocupan de controlar los impactos que causan en la sociedad.

    Los expertos en la materia consideran que el crecimiento de la sostenibilidad va a ser natural en función de las necesidades de cada grupo de interés, de cada empresa y sus impactos en la sociedad. La clave es pensar en que la RSE es una inversión de largo aliento.SPgB

    Con esta nueva forma de hacer negocios se  gestiona el ámbito económico, social y ambiental. En el país hay avances.
    Con esta nueva forma de hacer negocios se gestiona el ámbito económico, social y ambiental. En el país hay avances.
  • Consorcio para la Responsabilidad Social celebró sus 12 años de fundación

    Patricia González

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    El Consorcio Ecuatoriano para la Responsabilidad Social (Ceres) celebró su duodécimo aniversario con el Encuentro Ceres 2017, que tuvo lugar este miércoles 8 de noviembre del 2017, en el Hotel JW Marriot Quito.

    Encuentro Ceres 2017 fue una oportunidad para debatir sobre la ética y la transparencia en los negocios para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que forman parte de la Agenda de Desarrollo 2030 de las Naciones Unidas.

    “El 2% del PIB mundial se pierde por la corrupción. Esto incide en la consecución de los ODS”, señaló Roberto Romero, presidente de Ceres, en sus palabras de bienvenida.

    El evento contó con la participación de Pablo Zambrano, vicepresidente de la Cámara de Industrias y Producción, y de Jorge Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional Anticorrupción.

    Zambrano explicó que la ética es una exigencia social, que engloba distintos ámbitos, entre ellos, el respeto al ambiente, comercializar a precios justos, calidad y origen de los productos, la cadena de valor, entre otros. Añadió que la ética es una fuente importante de ventaja competitiva, que genera buena reputación.

    Rodríguez, por su parte, dedicó su ponencia a los problemas de corrupción en el país. Aseguró que en los últimos 10 años la corrupción causó pérdidas por USD 30 000 millones en el país. “Lo primero que hay que combatir es la impunidad”, subrayó.

    Al cierre del encuentro Ceres 2017 se presentó la publicación Postales RSE, una muestra de 97 proyectos de responsabilidad social desarrollados por miembros de la organización.

    “Es un material de trabajo. Para inspirarnos, para mapear lo que hacen otros, para hacer alianzas. Por un Ecuador más sostenible” resaltó Ricardo Alvarado, coordinador de Comunicaciones de Ceres, en la presentación del catálogo.

    Encuentro Ceres 2017 fue una oportunidad para debatir sobre la ética y la transparencia en los negocios. Foto: LÍDERES
    Encuentro Ceres 2017 fue una oportunidad para debatir sobre la ética y la transparencia en los negocios. Foto: LÍDERES
  • El foco está en la responsabilidad social

    Diana Serrano

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    Materiales interactivos creados para el aprendizaje de personas con discapacidad visual, innovaciones en teleasistencia, programas de desarrollo para sectores rurales son algunos de los siete proyectos de vinculación con la comunidad, en los que trabaja este año la Universidad de las Américas (UDLA).

    Esta institución impulsa más de 40 proyectos de responsabilidad social desde 2013, con una inversión de unos USD 700 000 y que beneficia a unas 280 000 personas, principalmente de la zona noroccidental del país, señala Luz Dary Ulloa, coordinadora de Responsabilidad Social y Vinculación con la Comunidad.

    Cada carrera cuenta con materias enfocadas en vinculación con la comunidad. Los docentes junto con los estudiantes proponen proyectos para beneficio de la comunidad, como parte de su formación. “Hacemos un diagnóstico con levantamiento de línea base para identificar las necesidades de la población y planteamos los proyectos”, puntualiza Ulloa.

    La Facultad de Comunicación y Artes Audiovisuales, por ejemplo, presentó hace dos semanas tres proyectos. El primero consiste en muñecos brailles interactivos para el aprendizaje de personas con discapacidad visual de la Fundación ‘Dr. Oswaldo Loor’, en Portoviejo. Este proyecto beneficia actualmente a 21 827 personas.

    El segundo es una serie animada educativa en 3D, denominada Bichejos, que expone problemas por los que atraviesan niños y jóvenes del país como maltrato, abandono, entre otros. Este plan beneficia 3 200 personas.

    El tercero es el videojuego Dot, que fomenta la cultura de donación. Este proyecto se trabaja con el Instituto Nacional de Trasplante de Órganos y Tejidos (Indot) y tiene unos 100 000 beneficiarios.

    El trabajo en estos proyectos no solo implica una calificación o que los alumnos adquieran conocimientos teóricos, sino que tengan un acercamiento con la realidad social.

    Por su parte, la Facultad de Ingeniería Electrónica y Redes trabaja en un proyecto de tele-asistencia, por medio de un botón de emergencia para personas con discapacidad, adultos mayores o personas que necesitan apoyo y permanecen solas en casa.

    El proyecto utiliza comunicación vía telefonía móvil, para enviar el mensaje de teleasistencia, explica Héctor Chinchero, docente de la Facultad. El dispositivo, cuyo desarrollo empezó este año, se implementará en la zona de Nanegal, en Pichincha.

    Otros programas universitarios también se ejecutan en zonas rurales. Por ejemplo, la Facultad de Ingenierías y Ciencias Agropecuarias inició un proyecto de módulos de captación, recolección y almacenamiento de agua lluvia; así como perfeccionamiento de la producción agropecuaria, cultivos verticales y otros.

    En estas zonas también han surgido varios emprendimientos en los últimos años, motivo por el cual se ejecuta un proyecto de asesoramiento microempresarial, que actualmente se aplica en las parroquias de Pisulí y Nono.

    Conjuntamente se trabaja en la creación de cajas de ahorro comunitarias para incentivar nuevos emprendimientos.

    Gabriela Troya, Pamela Echeverría, Paulo Guerra, Ana Belén Villavicencio, Álvaro Calderón y Carolina Loor. Foto: cortesía UDLA
    Gabriela Troya, Pamela Echeverría, Paulo Guerra, Ana Belén Villavicencio, Álvaro Calderón y Carolina Loor. Foto: cortesía UDLA
  • Un negocio que se desenvuelve entre seres mágicos

    Modesto Moreta

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    El mundo de Verónica Chuquín es dar vida a elfos, brujas, duendes, magos, dragones, mantras, hadas y una diversidad de seres mágicos que exhibe en cada rincón de su taller localizado en el ingreso norte de Ambato.

    Parecen salidos de los cuentos y lugares mágicos. Colores verde, amarillo, café y lila, predominan en las pequeñas, medianas y grandes figuras con orejas alargadas y puntiagudas.

    Esta artesana ibarreña radicada en Ambato, hace cuatro años y medio fundó su emprendimiento denominado Verukarte cositas hechas con amor. Ahí moldea las figuras que ella misma las imagina y los recrea en muñecos que sirven como recuerdos, adornos o para decorar espacios casas, jardines, casas comerciales o llaveros.

    Su emprendimiento cuenta con cinco líneas de trabajo como pintura, escultura, cerámica, tallado en madera, línea de seres mágicos, figuras personalizadas bajo pedido y carros alegóricos. El año pasado facturó USD 30 000.

    Esta misma magia transmite cuando diseña y confecciona los gigantes carros alegóricos que cada año crea y construye para los desfiles de fiestas emblemáticas como de la Fruta y de las Flores en Ambato. Además, de las ciudades de Guayaquil, Riobamba, Quito, Ibarra y otras ciudades.

    Cuenta que los seres mágicos es una línea que está en apogeo y tiene gran demanda en el mercado local y nacional. Estas figuras son elaboradas con porcelanicron o masilla polimérica. Las fórmulas con que elabora la materia prima las patentó en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI). Además, creó una pasta que resplandece en la oscuridad.

    La joven artista arribó a Ambato hace 17 años en busca de trabajo y con el propósito de finalizar sus estudios. Comenzó construyendo maquetas para estudiantes, tallado en madera y los seres mágicos, que aún no eran conocidos.

    Con su habilidad y conocimiento en arte montó su microemprendimiento. La inversión inicial fue de USD 5 000 que lo hizo a través de un crédito en una institución financiera. Con los recursos financió la compra del instrumental, materiales como telas, fibra de vidrio, latón…

    Dice que de pequeña su padre Marcelo Chuquín le enseñó este arte que tiene más de tres generaciones en Imbabura. En sus inicios facturaba 2,5 millones de sucres, es decir, USD 100 al mes. Ahora además trabaja en la construcción de carros alegóricos.

    Al mes produce en forma artesanal 500 figuras mágicas de 30 centímetros. También, de 5 y 10 centímetros, uno, dos y cinco metros de alto, todo depende de la necesidad del cliente.

    Chuquín contó que los 106 seres mágicos que tiene creados los patentó en el IEPI. Una de sus colaboradoras y clientes es Lourdes Gutiérrez. Trabaja hace 10 años en la confección de los carros alegóricos para la Fiesta de la Fruta y en la elaboración de muñecos personalizados.

    Cuando inició no tenía conocimiento de este arte, pero poco a poco alcanzó esta habilidad artesanal. Participa en las ferias en diversos sectores del país. Ahí comercializa lo que producen en forma artesanal. Lo importante es que seguimos capacitándonos y adquiriendo experiencia.

    Verónica Chuquín es la mentalizadora de este emprendimiento, en Ambato. Foto: Modesto Moreta/ LÍDERES
    Verónica Chuquín es la mentalizadora de este emprendimiento, en Ambato. Foto: Modesto Moreta/ LÍDERES
  • Productos de belleza y salud con responsabilidad social

    Redacción Quito

    Un descuido hizo a René Freire encontrarse con las propiedades benéficas de la manteca de Karité en un viaje a África; sin embargo, esta mujer emprendedora no sabía que esto le llevaría a arrancar con su propio negocio.

    Freire comenta que durante toda su vida había sufrido de alergias y otras afecciones a la piel, por lo que había tenido que gastar grandes sumas de dinero en cremas destinadas a estos cuidados. Así, al olvidarse sus productos en un viaje a África , le recomendaron usar la manteca de Karité, un producto orgánico con propiedades curativas.

    La emprendedora había trabajado en España durante 20 años y al regresar al Ecuador, se dio cuenta que no quería laborar para una empresa privada y que la única solución para salir adelante era fundar su propia empresa.

    René Freire decidió vender su casa en España para conseguir la inversión inicial de USD 28 000 para empezar con su emprendimiento Fremeé. Una empresa dedicada a la elaboración de cremas y cosméticos orgánicos a base de la manteca de Karité.

    Sin embargo, para que la empresa logre tener un mayor empuje, Freire decidió unir a su amiga de toda la vida y ex policía, Ximena Hernádez. Juntas, hace dos años, montaron un laboratorio para empezar a trabajar en las fórmulas y el proceso de investigación.

    Después de un año de pruebas e investigación, las dos socias lograron sacar los primeros productos de Fremeé. Sin embargo, las emprendedoras se encontraron con algunos obstáculos, como la falta de aceptación del uso de productos 100% orgánicos.

    Por este motivo, y sin renunciar al proyecto, Fremeé decidió aplicar esencias naturales para realizar cosméticos con menos porcentaje de Karité, pero con iguales propiedades benéficas de hidratación y regeneración para la piel.

    Según la fundadora del proyecto, René Freire, uno de los pilares más importantes que tiene este emprendimiento es el trabajar con responsabilidad social. Gracias a la ONG española con la que Freire ha laborado desde hace más de 20 años, ella logró hacer contactos para trabajar con asociaciones de mujeres en África, de quienes Fremeé exporta el Karité, materia prima de sus productos.

    Hoy en día, Fremeé produce una gran variedad de productos orgánicos con costos que oscilan entre 10 Y 30 dólares. En el catálogo de la empresa se encuentra una línea de productos para mujer, con aromas como mango y pera, y una línea para hombre con aromas como whiskey.

    Además, hace algunos meses, la empresa ha logrado comercializar sus productos en la cadena de supermercados Megamaxi. Las socias esperan a futuro, poder realizar convenios con asociaciones de mujeres ecuatorianas para poder utilizar materia prima nacional que beneficie a otras mujeres emprendedoras del pais.

    Esta empresa quiteña utiliza la manteca de Karité para elaborar cremas orgánicas para el cuidado de la piel. Foto:  Julio Estrella / LÍDERES
    Esta empresa quiteña utiliza la manteca de Karité para elaborar cremas orgánicas para el cuidado de la piel. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • La reutilización de aceite y filtros es parte de su plan

    Redacción Quito

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    El aceite para carro, los filtros y las franelas con líquidos automotrices son considerados desechos peligrosos para el ambiente. Ante esto, Teojama Comercial apostó por reforzar su programa de reciclaje de estos insumos.

    Teojama, una empresa dedicada a la comercialización de camiones pesados, desarrolló en el 2014 un programa para el tratamiento de estos materiales y sustancias.
    Si estos productos entran en contacto con el agua pueden afectar a la salud de las personas, a la flora y a la fauna del país.
    Para David Álvarez, jefe de Seguridad, Salud y Ambiente de la firma de vehículos pesados, la empresa cumple con el objetivo de cumplir con la normativa vigente y, sobre todo, ayudar al cuidado del ambiente. “Las autoridades de Gobierno siguen de cerca la manipulación de estos insumos”.
    Gracias a esta iniciativa, la firma recopiló desde un total de
    114 448 litros de aceite usado durante el año anterior. Además se recolectaron 7 216 kilos en filtros.
    Tanto el aceite como los filtros se entregan a diferentes gestores ambientales que operan en Quito.
    Cada uno de los productos contaminantes tiene su empresa que se hace cargo de la eliminación de los desechos peligrosos o la reutilización de los mismos.
    Para ello se elaboró un plan de manejo ambiental, que les permite tener los lineamientos necesarios para la manipulación de los insumos o líquidos contaminantes generados por este sector, explica Álvarez.
    Esta iniciativa ambiental se realiza no solo en la capital. También se ha extendido en las nueve agencias que tiene Teojama Comercial a escala nacional.
    Según el Jefe de Seguridad, Salud y Ambiente de Teojama, lo importante es que varios productos se reutilizan para evitar gastos de las empresas de gestión ambiental y de otras firmas que ocupan ese aceite. Cuando una empresa utiliza ese aceite u otro producto ahorra. También, se impulsa a cuidar el ambiente. “Cada firma tiene presente la calificación ambiental, que garantiza su labor”, asegura Álvarez.
    Luego de extender su programa de responsabilidad social en sus agencias, Teojama estima que apoyará más este programa, que se extenderá en el tiempo.
    La capacitación a los transportistas es otro pilar del programa de responsabilidad de esta empresa.
    Durante el año, la firma organiza 50 talleres para incentivar a los transportistas para que realicen un mantenimiento constante de sus vehículos y así apoyen al cuidado del ambiente, afirma Geovanni Proaño, gerente de Servicios de Teojama Comercial.
    Los talleres duran cuatro horas y se realizan una vez a la semana. A estos cursos llegan hoy en día 27 personas.
    La tecnología es otro eje de su plan de responsabilidad ambiental. La empresa hizo una inversión en maquinaria para mejorar los procesos para los vehículos y que se evite el consumo innecesario de combustibles, señala. “Con el uso de tecnología reducimos el impacto en el ambiente”.

    En las agencias de Teojama Comercial se recicla aceite usado, filtros e insumos con líquidos automotrices. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    En las agencias de Teojama Comercial se recicla aceite usado, filtros e insumos con líquidos automotrices. Foto: Galo Paguay / LÍDERES