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  • El riesgo impacta en las tasas y el acceso al crédito de las pymes

    Carolina Enríquez y Redacción Cuenca. (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Expectativa ha generado en actores vinculados con las pequeñas y medianas empresas el anuncio de cambios en la fórmula de cálculo de la tasas de interés.

    El pasado 22 de septiembre, la Junta de la Política Monetaria y Financiera emitió la resolución 0351-O, que establece que los techos máximos de las tasas de interés activas para cada uno de los segmentos crediticios serán fijadas mensualmente por la entidad.

    Para ello, se deberá aplicar una metodología que incorpore, al menos, el costo de fondeo, los costos de riesgo de créditos originados en las pérdidas esperadas e inesperadas, los costos operativos y el costo de capital.

    “Estos factores pueden ayudar a que la tasa de interés se reduzca. Sin embargo, el porcentaje a pagar por un crédito va a depender de la persona que esté pidiendo financiamiento”, explicó Luis Naranjo, jefe de análisis económico de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), gremio en el que el 91,08% de sus asociados son pymes.

    Este argumento responde al riesgo que tienen que asumir las entidades financieras por determinadas operaciones. También explica que las empresas más pequeñas, en términos generales, van a seguir pagando tasas altas porque existe un alto riesgo de que no funcionen y se cierren.

    Para Naranjo, mientras no se defina la fórmula difícilmente se podrán determinar los impactos o beneficios exactos para las pymes.

    Según la Junta, el Banco Central se encargará de los cálculos y para ello tiene un plazo de cinco meses; transcurrido ese tiempo comenzará la aplicación paulatina de la nueva metodología. Hoy, los techos de las tasas se mantienen fijos y sin variación en el tiempo.
    Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), explica que una reducción en las tasas será posible siempre y cuando se cumplan los parámetros técnicos en relación con el riesgo de cada solicitante y si las condiciones del mercado son adecuadas.

    Para el Observatorio de la Pyme, de la Universidad Andina, más allá de lo que decida la Junta, se debe pensar en mecanismos para impulsar el acceso al crédito, con mejores condiciones y tasas.

    Hoy, dice Asobanca, con base en la Junta, existe un subsegmento, dentro del crédito productivo, para pymes. Este último se refiere a las operaciones para personas naturales o jurídicas que registren ventas anuales superiores a USD 100 000 hasta USD 1 millón.

    El estudio ‘La inclusión financiera para la inserción productiva y el papel de la banca de desarrollo’, del 2018, de la Comisión Económica para América Latina, asegura que el acceso a los servicios financieros para las pymes suele restringirse, sea por el precio del dinero o por las condiciones que imponen los entes financieros.

    Prado insiste que para promover un mayor acceso al crédito es importante que la metodología que surja cumpla con criterios técnicos, que permitan incluir los riesgos asociados con la actividad de intermediación financiera.

    Según la Cepal, la responsabilidad en el acceso al crédito de las pymes no solo está en las entidades financieras. El manejo empresarial de algunas de ellas dificulta el financiamiento y provoca, si logran el crédito, que se les fijen tasas más altas. ¿Por qué? “debido a la escasa transparencia contable, dificultades técnicas a la hora de formular proyectos de inversión y estimar costos y ventas. Estos factores endurecen los requisitos de garantías y las tasas de interés”.

    Por ello, Andrés Cordero, docente de la Maestría en Finanzas de la UDLA, dice que las pymes deben empezar a prepararse, controlar cuentas, poseer una contabilidad en regla. “Deberán reflejar que son rentables, formales y que su nivel de riesgo no es tan alto”.
    Un informe del Observatorio de la Pyme, de la UASB, realizado entre mayo y julio, muestra que durante el primer cuatrimestre de este año frente al del 2019 hay mayor percepción negativa de las pymes sobre el acceso al financiamiento.

    El empresario busca opciones de financiamiento

    La Cámara de la Pequeña Industria de Azuay cuenta con 117 afiliados, que laboran en ocho sectores. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    La Cámara de la Pequeña Industria de Azuay cuenta con 117 afiliados, que laboran en ocho sectores. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

    Redacción Cuenca. (I)
    redaccion@revistalideres.ec
    Los trámites y las tasas de interés son los principales limitantes que enfrentan los pequeños empresarios y emprendedores para acceder a un crédito en Ecuador. Por ello, recurren a opciones como la reinversión, buscar fondos de apoyo, entre otras.

    Según Fernando Romero, el presidente de la Cámara de la Pequeña Industria de Azuay, en la actualidad las empresas requieren apoyo por los efectos de la pandemia. “No estamos en una época de ventas ni de demanda normal. La pequeña industria necesita un trato especial para reactivarse. Teníamos mucha esperanza con la banca pública y el crédito de Reactívate Ecuador, pero solo quedó en un anuncio”.

    Romero lidera un gremio que agrupa a 117 pequeñas empresas de ocho sectores como textiles, alimentos, metalmecánica, muebles, entre otros. Él asegura que no están en la capacidad de pagar los créditos, porque las ventas se han reducido y porque sus compradores les pagan en un mayor tiempo, por lo que no es sostenible tener un tipo de financiamiento.
    Además, dice que el alto costo del crédito afecta a la competitividad, porque ese interés se traslada al valor del producto.

    Para Juan Carlos Correa, gerente de El Pinar, no solo las altas tasas de interés frenan la solicitud de créditos, sino también la cantidad de requisitos que se exigen, sobre todo en la banca pública.

    Por ello, él opta por reinvertir sus utilidades para financiar la expansión del negocio, adquirir tecnología o desarrollar productos. “La reinversión es mi opción; y todos, en función de sus posibilidades, deberían hacerlo”.

    El Pinar es una empresa láctea que funciona desde hace 15 años en el norte de Cuenca. Sus principales productos son yogur, leche condensada y bebidas naturales. Durante el 2019 facturó más de USD 1,26 millones y este año prevé llegar a USD 2 millones.

    Sin embargo, Romero señala que pocos sectores o empresas están en la capacidad de recurrir a la reinversión, porque debido a la pandemia sus capitales los han destinado a mantener la mayor cantidad posible de empleados.

    Otra preocupación la expresa el empresario tecnológico Pedro Coellar. Dice que su sector no accede a préstamos porque sus principales activos son el software, que es considerado como intangible, “por lo que no sirven como garantía para los préstamos”.

    En su caso, posee un software sobre automatización de procesos de empresas, que tiene 14 años en el mercado. Coellar forma parte del Clúster Cuatro Ríos Tecnologías de Cuenca, que agrupa a ocho empresas que desarrollan software para la gestión del sector público, administración educativa, automatización de procesos, inteligencia artificial, analítica de datos y atención al cliente, servicios médicos, entre otros.

    Él señala que no es entendible que la banca no considere este tipo de activos, si están avaluados por peritos certificados de la Superintendencia de Compañías como en su caso. Además, asegura, que paga tributos por ese software al Servicio de Rentas Internas (SRI). “Es ilógico que sirva para pagar impuestos, pero no para ser garantía de un crédito”.

    Por esa razón, Coellar dice que su sector crece de manera lenta frente a otras actividades. “Nos desarrollamos en función de los recursos que generamos y que tenemos para reinvertir”.
    Otros empresarios buscan diversas alternativas. Algunas empresas han tenido opciones de contratar créditos públicos y privados, pero no lo han hecho por el tiempo del trámite y el interés.

    Empresarios que forman parte de redes de emprendedores han conocido que en países como Perú y Chile sí se brinda apoyo, en el sentido de cómo acceder a tasas bajas y menos trámites desde que se inició la pandemia.

    Una alternativa que tienen algunos empresarios es el financiamiento, con tazas bajas, que brindan organizaciones. 

    Actores vinculados con el sector de las pequeñas y medianas empresas están a la espera de que se defina la nueva metodología de cálculo de las tasas de interés. Analistas recomiendan a estos negocios que formalicen sus actividades para que den una mejor i
    Actores vinculados con el sector de las pequeñas y medianas empresas están a la espera de que se defina la nueva metodología de cálculo de las tasas de interés. Analistas recomiendan a estos negocios que formalicen sus actividades para que den una mejor imagen.
  • Gema Sacristán: ‘Hoy ser no sostenible es un riesgo’

    Pedro Maldonado

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    ¿Qué son los bonos temáticos y cómo surgen estos instrumentos financieros?
    Hoy existen a escala global dos grandes agendas de desarrollo: la agenda 2030 con los ODS y la agenda de París, que básicamente habla de objetivos de cambio climático. Cada país se compromete con ambas agendas y sus objetivos. Entonces, las necesidades de inversión para lograr esos objetivos son muy importantes. Las necesidades de inversión son muy grandes, se requieren más de USD  650 000 millones al año para los ODS y alguien tiene que financiar eso. El sector privado está tomando un papel más importante, dado que cada país tiene sus retos económicos internos. Los gobiernos se dan cuenta de que solos no podrán financiar estas agendas. Entonces, los ODS y la Agenda de París son el marco de surgimiento de los bonos temáticos, que agrupan a los bonos sociales, verdes y sostenibles.

    Entonces, ¿el sector privado gana protagonismo?
    Surgen oportunidades. Dentro del sector privado, el financiero tiene que jugar un papel para financiar estos retos globales y surgen distintos instrumentos, entre ellos los bonos temáticos.

    ¿Cuál es el rol de cada bono temático?
    Los bonos verdes financian proyectos verdes, energía, agricultura, turismo. Los sociales van más enfocados a educación, salud, inclusión financiera, género. Los sostenibles pueden financiar proyectos verdes y sociales; son una combinación. Esta industria sigue protocolos de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales que especifica cada bono temático. Los lineamientos que se siguen son internacionales y los fija esta asociación. Cada emisión de bonos verdes, por ejemplo, tiene un proceso y compromisos para financiar proyectos verdes.

    En Ecuador, Banco Pichincha es un ejemplo…
    Ellos emitieron papeles y consiguieron USD 150 millones. Los papeles los compraron la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial; Proparco, la agencia de desarrollo francesa, y BID Invest. Nosotros ayudamos a estructurar y para eso se siguió un proceso: identificar la cartera que se va a financiar; luego tener un ‘framework’, es decir especificar para qué se va a usar esa cartera; y después viene una segunda opinión que la da una empresa internacional, que certifica todo el proceso y que el dinero vaya a donde se acordó.

    ¿Cómo está el tema de los bonos temáticos en América Latina?
    Acabamos de sacar en septiembre del 2019 el último reporte de bonos temáticos. Los más desarrollados en la región son los bonos verdes, con el liderazgo de Brasil en el sector de energía, en particular. En Colombia solo hay bonos emitidos por entidades financieras. Hasta septiembre se emitieron USD 13 600 millones en bonos verdes, 1 800 millones en bonos sociales y 1 700 millones en bonos sostenibles. El primer bono verde lo emitió Perú en el 2014, con una empresa de energía eólica.

    ¿Qué ha pasado en Perú tras esa emisión?
    Emitió un bono de inclusión financiera, con la filial de Banco Pichincha Perú. Con lo cual ha pasado una cosa buena con la Bolsa: se publicó una guía de bonos verdes y han tenido algunas emisiones, pero no ha sido el crecimiento tan grande como Brasil.

    ¿Sin contar con Brasil, cómo está la región?
    Brasil y México son los que más bonos verdes tienen. Luego están pasando cosas interesantes. Chile fue el primero en emitir bonos verdes, en euros y dólares y en enero hizo otra emisión de bonos verdes. Esa emisión ha abierto el camino a otros países. Colombia y Perú están viendo oportunidades.

    ¿Cuánto pueden incidir los vaivenes de la economía en la emisión de bonos temáticos?
    La situación financiera hace que las empresas no quieran invertir tanto y ahora vamos a ver qué pasa con los temas políticos y sociales. Poco a poco vamos viendo que las empresas se decantan por un bono temático en lugar de un bono corporativo, porque muestra que las empresas se comprometen con la agenda sostenible. Emitir un bono temático es un compromiso con los grupos de interés, además muestra que la compañía se compromete a informar a los bonistas y al mercado al detallar adónde va el dinero.

    ¿Y cómo reacciona el mercado?
    A escala mundial, cuando la situación es incierta, los mercados se mueven menos. Pero estamos viendo una tendencia de que las empresas piensan en sostenible y hay cada vez más inversionistas con esta sensibilidad.

    ¿Qué papel juega el mercado de valores?
    Tiene que regular e influir. Regular es tener las políticas y la idiosincrasia que faciliten a que la inversión se lleve a cabo. E influir en el sentido de la demanda, dar a conocer el tema, poner en valor lo que se está haciendo. Crear conocimiento y que la gente sepa que estas son opciones. La Bolsa está para facilitar las emisiones y para que otros vengan.

    El reto es grande en Ecuador, dado que la cultura bursátil no está tan desarrollada…

    En general, en América Latina el desarrollo no es tan profundo. Las empresas pueden financiarse por su propios ingresos, por la banca o por el mercado de capitales. Hay una tendencia clara de ir por el mercado de capitales y la banca ve esto como una amenaza por lo que empiezan a incorporar la sostenibilidad y a ayudar a emitir bonos. Los bancos crean productos innovadores en los que el precio no solo se ata al riesgo de crédito, sino a ciertos objetivos sociales o sostenibles, lo que se llama la tasa de interés ligada a sostenibilidad. Si se cumplen ciertos objetivos se baja la tasa de interés, si no se la sube. Esto significa que ser no sostenible es un riesgo.

    ¿Esto es salirse del molde de los negocios?
    Esa es la tendencia. Si soy un inversor comprometido, quiero que mi dinero genere rentabilidad social. La industria financiera sabe que juega un rol porque el futuro será sostenible o no habrá futuro.

    Gema Sacristán La Directora de Negocios de BID Invest, en Washington, explica qué significan los bonos temáticos y cómo estos instrumentos financieros van posicionándose en América Latina. Asegura que más inversionistas también buscan rentabilidad social.
    Gema Sacristán La Directora de Negocios de BID Invest, en Washington, explica qué significan los bonos temáticos y cómo estos instrumentos financieros van posicionándose en América Latina. Asegura que más inversionistas también buscan rentabilidad social.
  • Los períodos de gracia son un riesgo

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    La temporada navideña es el escenario en el que distintas casas comerciales aplican una promoción que puede convertirse en un problema serio. En estos días es común ver en centros comerciales, negocios, redes sociales y hasta en mensajes de texto del teléfono frases como: “compre ahora y pague desde marzo”.

    Son los llamados períodos de gracia, es decir, espacios de tiempo en los que el comprador todavía no empieza a pagar por un bien o un servicio adquirido.

    La opción es tentadora, pero puede convertirse en un gran lío para el consumidor. En la lista de bienes pueden encontrarse electrodomésticos, equipos electrónicos, muebles para el hogar, vehículos, entre otros. Los expertos en educación financiera aconsejan tener claro lo que significan estos períodos de gracia, un nombre que viene del marketing financiero que aplican ciertos negocios.

    Para Sonia Zurita, profesora de Banca y Finanzas en Espae-Espol, los períodos de gracia ayudan al comprador cuando se trata de una compra planeada, cuando es necesaria. Un bien duradero es un ejemplo. “El problema es cuando no es una compra planificada. Allí empiezan los apuros”.

    En este tema juega mucho el tema de los conceptos mal entendidos. Pablo Pérez, consultor y catedrático de la Universidad San Francisco de Quito, comenta que a veces la gente entiende mal lo que es un diferimiento de los pagos.

    Según Pérez, suele pasar que una persona se acoge a los períodos de gracia y como en ese momento no tiene que pagar se queda con dinero y adquiere algo más por lo que sí debe cancelar al hacer la compra. Esto en la práctica significa, según Pérez, una doble compra y un golpe para el bolsillo de las personas.

    El lío está en que el pago diferido no se lo planifica y cuando llega febrero o marzo muchas personas se ven en aprietos. Esto puede generarse porque en diciembre se paga el decimotercero o bonos que entregan los empleadores y existe un mayor ingreso. Pero eso no ocurre en otros meses y las personas tienen una sensación de liquidez que no es real y se animan a comprar aprovechando los períodos de gracia.

    ¿Esto es responsabilidad de las casas comerciales? Zurita dice que es una responsabilidad compartida. “El vendedor está entrenado para vender un producto y convencer de que las cuotas son cómodas. Pero no hablan de costos financieros y además la gente no pregunta por esos costos”.

    Esta catedrática cree que los negocios deberían dar esa información y así el consumidor puede decidir y actuar sin riesgo.

    Para Gary Flor, académico, investigador y consultor en temas de educación financiera, para adquirir un crédito con meses de gracia se debe estar consciente de que al deudor le significará un incremento de la deuda, ya que deberá agregar intereses al capital obtenido.

    “Por eso no es aconsejable asumir ese tipo de deudas. Lo mejor es comprar de contado, en vista que incluso podría obtener descuentos por pagos en efectivo, para lo cual, tener una cultura de ahorro es primordial”.

    Flor añade que en caso de que la persona tenga plena conciencia de la deuda y los costos adicionales que significan los meses de gracia, será recomendable hacerlo cuando no se tenga la suficiente liquidez y el bien a adquirir sea fundamental para el hogar o el negocio y cuando los intereses a pagar no sean muy elevados.

    Unas preguntas

    El comprador tiene que actuar con inteligencia. Está obligado a pensar y calcular cuánto va a tener que pagar en los próximos meses y visualizar el monto global que va a necesitar para pagar.

    Si el pago es en febrero, por ejemplo, hay que tener en cuenta los posibles gastos por carnaval y las vacaciones del período escolar de la Sierra. Pregúntese si su sueldo regular le va a alcanzar. Responda con honestidad y decida.

    Las promociones para comprar ahora y pagar en dos o tres meses pueden ser un problema. Foto: Freepik.es
    Las promociones para comprar ahora y pagar en dos o tres meses pueden ser un problema. Foto: Freepik.es
  • Que todo quede en familia ¿un riesgo?

    Arturo Castillo, para LÏDERES

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    El endogámico dicho de que es mejor que todo quede en familia se ha convertido en un estilo empresarial global, según un estudio realizado por el UBS Investment Bank en EE.UU.

    Según la consultora Ernst & Young, representan más de dos tercios del total de las compañías y entre el 50 y el 80% del empleo en muchos países.

    Ello no significa que la generalidad de las empresas familiares tengan el éxito garantizado. De hecho, muchas compañías familiares de renombre mundial llegan a un tope donde afrontan los dilemas y conflictos, a veces feroces, de la sucesión.

    Típicamente, el fundador es al mismo tiempo el padre drástico y el jefe absoluto, el macho alfa, el líder de la manada, que no siempre está dispuesto a ceder su lugar a los ‘cachorros’, que pugnan por apropiarse de lo que por herencia les corresponde.

    Hace poco, por ejemplo, el traspaso de 20th Century Fox que el multimillonario Rupert Murdoch hiciera a sus hijos Lachlan y James tuvo episodios dramáticos, que bien pudieron servir como guion para producir un ‘thriller’ en sus propios estudios.

    Roger Ailes, hombre de confianza de Murdoch, fue la manzana de la discordia, pues los herederos no veían con buenos ojos el poder e influencia de un extraño dentro del imperio familiar.

    Otro caso icónico de transferencia generacional y de poder empresarial familiar es el del The New York Yankees. Hank y Hal, hijos del millonario George Steinbrenner, aparecieron en escena sin nunca antes haber participado en la compañía, generando dudas e incertidumbre.

    Obviamente, no todos los negocios familiares tienen tal grado de complejidad ni llegan a amasar esas inmensas fortunas. Generalmente, las empresas crecen al tenor de la capacidad de riesgo para integrar al negocio a socios externos.

    En ese sentido, las empresas familiares suelen ser bastante conservadoras, y aunque parecieran estar libres de las demoras burocráticas, la toma de decisiones puede ser lenta y exasperante.

    El lema es que si hay probabilidades de perder el control de áreas claves del negocio, lo mejor es no expandir la compañía.

    Desde luego, nadie tendrá el grado de entrega y de afecto por la empresa como sus propietarios y gestores. Difícilmente alguien estará dispuesto al sacrificio de largos años, con regímenes laborales matadores.

    La rentabilidad y el éxito de algunas empresas familiares radican en la capacidad para tener una sola mente, un mismo enfoque, un solo propósito.

    La certeza habitual del trabajador de que su esfuerzo es para beneficio ajeno, hace que tome ciertas previsiones, cierta distancia emocional, que no rebase un límite autoimpuesto.

    En cambio, en el caso de la empresa familiar, los individuos saben para quién trabajan y para quién son sus desvelos.

    Sin embargo, la verdadera complejidad de las empresas familiares no radica en lo operativo, en lo organizacional, sino más bien en aspectos subjetivos, en cuestiones relativas a las relaciones inter e intrafamiliares.

    Es decir, los lazos consanguíneos no garantizan la exclusión de sentimientos como la envidia, la rivalidad, la búsqueda de poder; la exigencia de privilegios, el afán de control, el autoritarismo.

    Las ‘guerras santas’ familiares pueden acabar con largos años de esfuerzo
    De otra parte, en las empresas clan son comunes ciertas conductas, como el trabajo obsesivo, la manía del ahorro, la queja crónica, la inconformidad, el sacrificio exhibicionista. Estas formas neuróticas de trabajar pueden atacar a todo el grupo familiar. En esos casos, llegar al hogar deja de ser un consuelo, un remanso. ¿Es el riesgo que hay que correr?

    Muchas compañías familiares de renombre mundial llegan a un tope donde afrontan los dilemas y conflictos, a veces feroces, de la sucesión. Foto: Internet
    Muchas compañías familiares de renombre mundial llegan a un tope donde afrontan los dilemas y conflictos, a veces feroces, de la sucesión. Foto: Internet
  • Isabella Muñoz: El fondo de riesgo es dinero inteligente

    Pedro Maldonado

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    Isabella Muñoz es la directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de Fondos de Capital Privado cuenta la experiencia de esta industria en su país, los retos que enfrentaron y cómo los resolvieron. Las claves, dice, son el marco regulatorio y la confianza empresarial.

    Colombia lleva casi una década en el desarrollo de fondos de capital privado de riesgo. ¿Qué cifras hay?

    Son 12 000 millones dólares que se han levantado en casi 11 años de trabajo para fondos de crecimiento, fondos de adquisición, de recursos naturales y de emprendimiento en más de 10 años de trabajo de la industria de fondos de capital privado de riesgo. El 70% de esos recursos viene de inversionistas locales y el 30% de internacionales.

    ¿Cómo arrancó y evolucionó el proceso?
    No ha sido fácil. En la constitución de este ecosistema hemos tenido que articular a diferentes partes que son piezas fundamentales para haber logrado las metas. Empezamos en 2005 con la llegada de dos inversionistas peruanos que habían hecho banca de inversión en EE.UU. Ellos vieron la oportunidad que tenía Colombia para crear una industria de fondos de capital privado. En ese entonces, en el 2005, el tema regulatorio no era claro; solo se consolidó dos años después, con el apoyo de la Bolsa de Valores, entidades multilaterales y con un trabajo muy articulado con el gobierno.

    ¿El papel que tuvo el Gobierno fue clave?

    El Gobierno es pilar fundamental en la construcción de cualquier ecosistema. Si tienes a entidades privadas, pero si el Gobierno no tiene políticas públicas y un marco regulatorio claro, los inversionistas no van a llegar, por más esfuerzo que se haga.

    ¿Qué pasó con la llegada de esos dos inversionistas peruanos?
    La Bolsa de Valores también fue un actor importante que apoyó lo que proponían esos inversionistas. Ellos se aliaron con instituciones para convencer al Gobierno de que esta industria se podía convertir en un motor de desarrollo económico del país.

    ¿Esos fondos que empezaban a levantarse estaban enfocados en segmentos específicos?

    Eran para empresas en etapas de crecimiento y para hidrocarburos. Solo hasta el 2007 con el apoyo de los actores mencionados se logró materializar el primer marco regulatorio para fondos de capital privado. Eso fue el detonante del crecimiento de esta industria. Muchas cosas pasaron en paralelo, pero el marco regulatorio fue el botón para encender el crecimiento.

    ¿Cuanto tiempo tomó la creación de ese primer marco regulatorio?
    Fueron dos años para un marco inicial. Ese instrumento tuvo su primera reforma en el 2010 y ese fue otro detonante. El proceso estuvo acompañado de un régimen de inversión de instituciones interesadas en participar. Sin ellos no existiría nada.

    ¿Los fondos de capital privado son ya una industria en Colombia?
    Por supuesto. Cada vez más se evidencia, con cifras, que contribuimos al crecimiento del país. Calculamos que el aporte es superior al 1% del PIB de Colombia. Es una industria porque ya existen 87 fondos de capital privado operando, en diferentes sectores, en distintas etapas de desarrollo y en empresas desde inmobiliarias, hasta aeropuertos, retail, servicios…

    Son muchos sectores en los que servimos como mecanismo de financiamiento. De los 12 000 millones de dólares que menciono, cerca de 6 500 millones se han invertido y se ha logrado apalancar a 550 empresas colombianas.

    ¿Cómo reaccionaron las empresas con esta posibilidad de hallar nuevas formas financiamiento?
    Las empresas de Colombia y de la región tienen aversión al riesgo, son cerradas y por ser familiares prefieren tener el cien por ciento de uno, que el diez por ciento de un millón. Entonces fue un proceso de cultura y educación financiera que se ha gestado para llevar conocimiento a las empresas para que abran sus mentes; fue llevarlas de la mano para que sepan escoger el fondo adecuado. Vemos que cada vez son más abiertas y perciben que esto es dinero inteligente. Saben que el inversor crece con ellos, facilita redes de contacto, implementa prácticas de gobierno corporativo y más valores agregados, diferentes al financiamiento en el mercado de valores o de un banco tradicional.

    ¿Qué dificultades se encontraron en el camino y cómo se superaron?
    La primera dificultad fue convencer al Gobierno para escribir una normativa que dé tranquilidad y transparencia. Luego tocó ver quién iba a participar y quién iba a mover la rueda; había que buscar inversionistas y lograr que se motiven. Eso fue un trabajo de educación y acompañamiento con inversionistas institucionales como fondos de pensiones, aseguradoras, multilaterales para que se entienda este modelo. En paralelo se necesitaba de gestores o entidades dispuestas a manejar estos fondos. Y luego nos enfocamos en conseguir empresas que se animen a recibir estos capitales de socios estratégicos. Todo esto fue como un rompecabezas que se fue ajustando, no todo pasó perfecto, pero se logró avanzar.

    ¿Cómo lograron que las empresas rompan barreras y compartan información?
    El gestor tuvo que enamorar a las empresas. En su momento fueron audaces para vender esa oferta de valor, que no era fácil. Fue un asunto de confianza para aceptar esos capitales. También, pesó la experiencia en sectores económicos donde se iban a invertir y conocimiento en vender y comprar compañías. Esto porque al final un fondo compra una compañía, agrega valor y luego deja la compañía. Así surgieron casos de éxito que animaron a otras empresas.

    ¿Cómo se garantizó el correcto manejo de los fondos?

    Allí juegan mucho las prácticas y la gobernanza. La regulación blindó muy bien el modelo para tener mecanismos de gobierno corporativo muy robustos que permitieran, de alguna manera, que los inversionistas estuvieran tranquilos. Esto es un negocio de riesgo, se puede perder todo o ganar cien veces más de lo invertido. En esto, una estructura jurídica robusta permite un seguimiento de las inversiones.

    ¿Y ahora cómo se puede replicar lo hecho en Colombia en países como Ecuador?
    Estamos trabajando con la Aleinaza para el Emprendimiento y la Innovación, con cooperación con de la CAF- Banco de Desarrollo de América Latina para transferir conocimiento y articular el ecosistema ecuatoriano en materia de fondos de capital. La primera etapa será activar el tema regulatorio, así como el asunto de gestores o entidades que manejan los fondos de capital. Luego habrá que abordar el tema de inversionistas y empresas que deseen participar de este modelo. La idea es traer la experiencia de Colombia y para esto articular a los actores es la clave. Hay que acercarse al gobierno, sino los esfuerzos no servirán de nada. Estamos revisando la regulación de Ecuador y comparando con Colombia para darle aire al tema.

    Hoja de vida
    Formación. Tiene un título de Ingeniera industrial de la Universidad Javeriana con una especialización en economía en la Universidad de los Andes.
    Cargos. Se desempeña como Directora Ejecutiva de la Asociación Colombiana de Fondos de Capital Privado – ColCapital desde julio de 2013. Cuenta con experiencia en la industria de fondos de capital privado y emprendedor, emprendimiento y estructuración de negocios.
    Experiencia. En la actualidad se desempeña como miembro del comité evaluador del programa Evaluatik de Fenalco y miembro del consejo asesor para el sector privado de USAID / Colombia.

    Fotos: cortesía AEI
    Fotos: cortesía AEI
  • Diego Fabara: ‘Los grandes líderes aprenden a buscar las oportunidades’

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El ecuatoriano Diego Fabara acaba de asumir las funciones de President of Global Risk & Compliance and Chief Risk Officer de American Express. Esta denominación es reconocida en publicaciones como Bloomberg.

    ¿Qué significa ocupar el cargo de President of Global Risk & Compliance and Chief Risk Officer de American Express y ser uno de los latinos de mayor rango en la banca global?

    En lo personal, estoy encantado de asumir esta nueva posición y manejar las funciones claves de riesgo, cumplimiento normativo y bancario en American Express. A lo largo de mi carrera, he encabezado una serie de iniciativas de riesgo y banca, y he tenido una amplia experiencia trabajando con reguladores bancarios y en supervisión de las operaciones bancarias en tres continentes.

    Así que esta es una oportunidad que ciertamente me gusta y me siento preparado para asumir este reto. También estoy emocionado por lo que esto significa para American Express. Asegurar que tenemos un entorno fuerte de control y el cumplimiento de la organización es una de nuestras prioridades más importantes. Y la creación de ‘Global Risk and Compliance’ será parte importante de nuestro esfuerzo global para poner a la compañía en una senda de crecimiento sostenible a largo plazo.

    ¿Cuáles son las responsabilidades que se asumen en este nuevo cargo?

    Como Presidente Global de Riesgos, Cumplimiento Normativo y Banca dirijo nuestras funciones de Riesgo Operacional, Riesgo de Supervisión, cumplimiento y funciones de banca global. Estas funciones proporcionan supervisión, así como la gobernabilidad de los riesgos y garantizar que la compañía opere en una forma sólida y segura dentro de las expectativas de regulación financiera global.

    Como director general de Riesgos, promoveré capacidades fuertes y controles de riesgo, integrados, disciplinados, para asegurar que la empresa alcance un éxito financiero y sea muy respetada en cualquier entorno.

    ¿Cuál es el mayor logro que se podría obtener en el desempeño de estas funciones corporativas?

    En esta posición, estoy comprometido en asegurar que nuestra compañía está posicionada para el crecimiento en el largo plazo. Mediante la centralización de las funciones claves de riesgo, cumplimiento normativo y banca en toda la organización, hemos hecho un paso importante hacia lograr ese objetivo. Espero trabajar con mis colegas en toda la empresa, a fin de prepararnos para aprovechar las nuevas oportunidades e innovar.

    En el plano personal y profesional, ¿qué elementos, desde la perspectiva del liderazgo ejecutivo, contribuyen a cumplir estos nuevos retos?

    Creo que los grandes líderes aprenden a buscar oportunidades en medio de desafíos. Después de unirme a American Express, encima de mis funciones normales, el Directorio de la compañía me pidió que lidere la gestión de las órdenes legales emitidas por los reguladores bancarios sobre nuestra compañía. El proceso no fue fácil, pero desde eso, hemos sido capaces de desarrollar nuevas iniciativas que mejoraron nuestro servicio y ayudaron a nuestra gente a operar de forma más eficiente. Así que, encontrar el lado positivo cuando se navega en medio de retos es clave.

    También es importante para mí, como un líder, mantener a mi equipo motivado e informado en los tiempos difíciles. Incluso, cuando nos enfrentamos a la incertidumbre, el mantenimiento de un diálogo abierto y honesto con mis equipos no solo es agradable, es absolutamente necesario. Me encanta la retroalimentación y animo a mis equipos para que se comuniquen conmigo en cualquier momento.

    De la experiencia asimilada en el mundo financiero, ¿qué actitudes se pueden compartir con quienes buscan alcanzar metas similares?

    Cuando hablo de mi carrera, siempre he dicho que lo importante es aprender lo más que se pueda sobre el negocio. Soy un firme proponente de “movimientos laterales”, o asumiendo nuevas funciones al mismo nivel de forma que se puede obtener una amplia comprensión de cómo funciona una empresa. Muchas personas se enfocan en ser promovidos de posición y rápidamente.

    Pero sé, por experiencia, que cuanto más se entienden todas las áreas funcionales, mejor preparado estará para un ascenso. También, animo a la gente a ser voluntarios para los proyectos que nadie quiere hacerlos por lo difíciles o complicados que son. Esto le permitirá fortalecer sus habilidades y trabajar con diferentes líderes y colegas que apreciarán su espíritu proactivo.

    ¿Cómo servir a Ecuador desde este cargo reconocido por publicaciones internacionales como Bloomberg?

    Estoy orgulloso de mis raíces ecuatorianas y la esperanza de motivar a los ecuatorianos con el ejemplo. Soy la prueba de lo que se puede lograr cuando se trabaja duro para alcanzar sus objetivos. Siempre he seguido mi propio camino y tomado las decisiones que me posicionaría para el éxito en el largo plazo. Ecuador continua produciendo mucho talento.

    Un resumen de su cv
    Sus raíces.
     Diego Paúl Fabara nació en Cuenca y vivió en Quito. Quiso ser jugador del Deportivo Quito, pero migró a EE.UU.

    Su experiencia
    . En Londres fue miembro del Consejo de Directores de Barclaycard de Barclays (2006-07). Es el único latino en la banca alrededor del mundo o en la lista de compañías en Fortune 100 que ha ostentado el cargo de Chief Risk Officer.

    Foto: Cortesía de Diego Paúl Fabara
    Foto: Cortesía de Diego Paúl Fabara
  • Pedro Sánchez: ‘Ecuador, en el grupo de mayor riesgo’

    Xavier Basantes

    Editor del Semanario LÍDERES (I)

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    El Gerente de Coface en Ecuador, Pedro Sánchez, describe la visión de esta multinacional de los seguros corporativos sobre la situación económica del país y la región. Además, analiza cómo se perfila el escenario de corto y mediano plazos para el desempeño empresarial.

    ¿Cuál es la apreciación que tiene Coface sobre el desempeño económico en el mundo y en América Latina (AL)?

    En Coface tenemos nuestro propio índice de medición de riesgo con siete escalas, que van de la A hasta la D, en donde calificamos a los países, según su riesgo país. Es decir, analizamos en dónde hay condiciones favorables o desfavorables para hacer negocios, la situación macroeconómica obviamente, y vemos que hay una reversión de lo que pasaba hasta hace unos años, en donde los países de Europa ahora tienen una mejor calificación de riesgo país. La mayor parte está en una situación mejor: Portugal y España, en una zona como de ‘alerta’ y el área de Grecia y el sur de Europa, con una situación complicada.

    ¿Qué pasa en la región?

    Hace algunos años, los países de AL estaban mejor -con el ‘boom’ de los commodities e incrementos de precios-, y la situación de riesgo había bajado considerablemente. Ahora, con la caída de los precios de las materias primas, nuevamente AL está en la lupa con un incremento del riesgo país.

    ¿Cómo está Ecuador?

    Ecuador, de lo que tenía una calificación de ‘B’ ahora está en una calificación de ‘C’. Es decir, ha sido degradada. En la última revisión de riesgo país que hizo Coface ha tenido una baja en su calificación.

    ¿Cuándo se dio esa baja?

    Se produjo en el último trimestre del 2015. Desde octubre, Ecuador ya tiene la calificación de ‘C’.

    ¿Qué significa tener ‘C’?

    Significa que es una nación de ‘riesgo sensitivo’. Aún no está en una situación de riesgo extremo. Esta medición se da cuando analizamos los factores macroeconómicos y a los sectores productivos. Como tenemos clientes de diferentes sectores, medimos en dónde hay demoras y problemas de liquidez por parte de las empresas. En Ecuador empezamos a detectar que hay empresas impagas y están quedando mal con los clientes. Todo eso se analiza y se tiene una calificación de riesgo.

    Además de Ecuador, ¿qué otros países están en ese nivel de ‘riesgo sensitivo’?

    Brasil tiene una baja de calificación en sus niveles de riesgo, por todo lo que sucede en ese país: devaluación, caída de los precios de los commodities, situación política complicada que ha agravado todo, y eso también ha ido afectando a toda la región. Eso también ha complicado a Argentina.

    ¿Solo Brasil están en ese nivel de ‘riesgo sensitivo’?

    Argentina también está en ese nivel. En donde Coface tiene presencia, los ‘más riesgosos’ ahora son Ecuador, Brasil y Argentina. Con niveles de riesgo importantes, pero menores que estos países están México, Colombia, Perú. Chile es el que mejor calificación tiene en la región actualmente.

    ¿Qué pasa con Bolivia?

    Allí no tenemos operaciones. Pero Bolivia es una economía que tiene un desempeño interesante, a pesar de lo que ha pasado con los commodities. Bolivia ha tenido un crecimiento importante en los niveles del PIB per cápita y un crecimiento sostenido de los más altos de la región. No le golpea tanto la situación actual, por las decisiones de política económica.

    ¿Qué ha ocurrido con los sectores productivos en AL?

    En Coface vemos que en el sector del acero y metal, entre marzo del 2014 y octubre del 2015, se agravó y complicó en toda AL. Una de las causas fue la afectación del sector automotriz y de la construcción. Este sector de la construcción, que en Colombia y Ecuador tenía en el 2014 niveles buenos de riesgo, en el 2015 llegó al ‘riesgo sensitivo’.

    ¿Qué sucede en Ecuador?

    A este sector de la construcción lo estamos monitoreando en Ecuador, porque se está complicando aún más. Esto tiene que ver mucho con las deudas que tiene el Estado con sus proveedores. Este ha sido un efecto dominó, que ha llevado a las empresas constructoras a quedar mal con sus proveedores de materia prima. En fin.

    ¿Cuál es la situación en otros sectores productivos?

    En el de alimentos y agronegocios, salvo Brasil y Ecuador, que en el 2014 estuvo complicado, en el resto de AL se ha complicado considerablemente. Ahí por ejemplo, la devaluación en diferentes países y que pueden resultar conveniente para exportar, juega en contra de otros países que demandan esos productos.

    En químicos, Ecuador y Perú están en un nivel de riesgo intermedio, pero el resto de AL se ha complicado. Este es un efecto de la caída del precio del petróleo, porque ha bajado la demanda de insumos químicos, además, en el sector agroexportador, que ha bajado sus exportaciones. Por ejemplo, en el florícola, ante la caída de la demanda de Rusia, bajó la demanda de fertilizantes. En Ecuador también se han encarecido los productos tecnológicos, en donde ha habido un impacto por la aplicación de salvaguardias.

    ¿Hay algún sector productivo que no esté afectado?

    Por el momento, el sector del retail (supermercados), pero nuestra evaluación fue hasta octubre del 2015. Aunque, por la caída de la demanda en el último trimestre, ya se sienten los efectos. En enero se sintieron muchos descuentos.

    Con base en este diagnóstico, ¿qué se puede esperar en el desempeño durante el 2016?

    En AL vemos, a lo largo del 2016 y hasta mediados del 2017, una situación de riesgo sensitivo general. A mediados del 2017 esperamos ir saliendo de esta situación y alcanzar ciertos niveles de estabilidad económica. La recuperación de China no será tan rápida; el precio del petróleo va a seguir bajo y se espera que siga cayendo, por la presencia de Irán en el mercado.

    ¿Cuáles son las expectativas para la industria en Ecuador?

    Las oportunidades para Ecuador pueden venir si se concreta el acuerdo con la Unión Europea y abrir mercados en otras regiones. Allí deberían estar los esfuerzos públicos y privados, para armar rápidamente una estrategia comercial. No estamos en el mejor escenario, no es que con un dólar revalorizado nuestras exportaciones sean más competitivas, pero es una opción. Además, el mercado interno está deprimido.

    Sánchez es Country Manager de Coface en Ecuador desde junio del 2015. Esta multinacional de los seguros de crédito tiene presencia directa en 67 países y atiende a una cartera de clientes con 37 000 empresas, en 200 países. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES.
    Sánchez es Country Manager de Coface en Ecuador desde junio del 2015. Esta multinacional de los seguros de crédito tiene presencia directa en 67 países y atiende a una cartera de clientes con 37 000 empresas, en 200 países. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES.
  • El efecto del ‘default’ del 2008 se siente hoy

    Pedro Maldonado O. (I)

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    redaccion@revistalideres.ec

    Pedro Romero, catedrático y analista económico, habla sobre el crecimiento del riesgo país de Ecuador. Él asegura que es necesario enviar señales favorables a los mercados internacionales y a los inversionistas. Advierte más problemas para financiar el Presupuesto.

    El pasado 18 de agosto el riesgo país de Ecuador se ubicó en 1 157 puntos, el de Colombia estuvo en 262 y el de Perú en 216. ¿Cuáles son los efectos del crecimiento del riesgo país de Ecuador?

    Uno de los primeros efectos es el hecho de que empezamos a tener más dificultades para conseguir créditos. El tener un mayor riesgo país implica que aquellos prestamistas internacionales que estarían interesados en el país ahora van decir que es más riesgoso prestarle a Ecuador y van a preferir otros clientes menos riesgosos, como Colombia o Perú. La prueba de ello es lo difícil que le ha resultado al Ministerio de Finanzas conseguir créditos internacionales en los últimos meses. Esto refleja que Ecuador no es considerado por los mercados internacionales como un sujeto de crédito de bajo riesgo.

    ¿Tal como pasaría con una persona natural que busca crédito en la banca?

    Exactamente. El ‘default’ del 2008 con la declaratoria de una parte de la deuda externa ecuatoriana como ilegítima alivió en ese momento los pagos de la deuda del Gobierno. Pero hoy en día eso tiene repercusión, precisamente cuando tenemos necesidad de financiamiento para cubrir el déficit fiscal. Cuando nosotros vamos al mercado internacional nos encontramos con que hay países que reciben préstamos a tasas del 3% y nosotros conseguimos montos pequeños a tasas de interés del 7%, 8% o más.

    ¿Una decisión que se calificó por las autoridades del país como soberana hoy trae efectos a la economía?

    Claro. Además, otra consecuencia es que si no se tienen muchas fuentes de financiamiento internacionales se acude a la deuda interna a través del IESS y eso genera presión sobre las tasas de interés nacionales. Por otro lado está la necesidad de realizar ajustes que no estaban en las proyecciones, como los ajustes efectuados en gasto corriente y gastos de capital. Entonces se hace la preventa de petróleo y se sustituyen las medidas iniciales. Otra manera de enfrentar la situación es subiendo los ingresos y eso se refleja en incremento de impuestos en los últimos meses. Los mismos proyectos del Gobierno respecto de las herencias y a la plusvalía, así como las salvaguardias comerciales, apuntan a ingresos tributarios adicionales para financiar el gasto.

    ¿Cómo se refleja todo esto en el día a día del ciudadano?

    En los últimos ocho años el gasto público, apoyado en los altos precios del barril de crudo, se convirtió en la variable principal para sostener el crecimiento económico, tanto por el lado del empleo como de la obra pública. Luego, cuando el gasto público se desacelera por la caída del petróleo, la consecuencia es que el crecimiento económico disminuye. En el primer trimestre de este año el PIB ecuatoriano creció 3%, el nivel más bajo de los últimos años y existen estudios que señalan que en los dos últimos trimestres del 2015 habría una caída en el crecimiento y terminemos el año con un 1% de crecimiento (NDLR: la previsión oficial es que el PIB crezca este año 1,9%).

    ¿Pero qué pasa con las personas? ¿Cómo sienten los efectos de la desaceleración?
    Pueden darse atrasos en los pagos a los contratistas del Estado, despidos en entidades públicas, disminución del consumo con efectos en los indicadores de desempleo. Ahora en la época de regreso a clases los precios de los útiles escolares se elevaron frente al año pasado, por efecto de las salvaguardias.

    ¿Todo esto ocurre por el nivel que tiene hoy el riesgo país o es la suma de factores?

    Es por la suma de factores como el nivel del riesgo país, la caída precio del crudo en los mercados, la apreciación del dólar, la desaceleración de China. Los precios del camarón, por citar otro ejemplo, han caído por la disminución de la demanda y eso también nos afecta. Todos esos factores han coincidido este año y, a diferencia de la crisis financiera global del 2008 y 2009, este bajón de la economía parece que va a extenderse hasta el 2016 o el 2017. Endeudarse agresivamente con la preventa de petróleo y la búsqueda de financiamiento externo son medidas que no son las más adecuadas, si no se las acompaña con una política como la reducción de gasto corriente o revaluar que las inversiones de capital no sean solo estatales y vayan de la mano del sector privado.

    ¿Pero ahora el sector público habla con el privado?

    Es lamentable es que ahora se busque apoyo en el sector privado, luego de más de ocho años del Gobierno y cuando el precio del petróleo está a la baja. Antes no se acudió al sector privado y eso ­ahuyentó la inversión. Pero ahora, el mayor riesgo país implica menos disponibilidad de que inversionistas extranjeros lleguen al país con capital.

    ¿Qué alternativas les quedan a las autoridades?

    El Gobierno ha adoptado ya su solución: endeudarse con gobiernos, bancos, inversionistas, etc. Además, trata de reducir el gasto corriente y busca nuevos ingresos con más impuestos. Pero existen otras alternativas. Por ejemplo, si el Gobierno promueve la producción, lo lógico sería darle incentivos al sector privado nacional con reducción de tributos, como el Impuesto a la Salida de Divisas, que ya está en camino; también se debe considerar reducciones en el pago del Impuesto a la Renta, como ocurre en otros países. Esto puede aliviar la situación e impulsar la producción nacional. Además, es necesario ser transparente en el gasto fiscal. Todo lo anterior son señales importantes para los mercados financieros internacionales que nos observan.

    ¿Todas estas sugerencias reducirían el riesgo país?
    No necesariamente enseguida. Hay que aceptar que en la actual coyuntura internacional tenemos un año difícil y en el 2016 sería más complicado conseguir financiamiento externo. Es mejor empezar el ajuste nosotros mismos. El primer paso, insisto, es transparentar el gasto. No tiene que ser una medida de ‘shock’, sino gradual y transparente. De esa manera se envían señales a los mercados, tanto local como ­internacional. Hay que enviar señales de compromiso.

    Su trayectoria

    Formación. Estudió Economía con especialización en Finanzas, en la Escuela Politécnica del Litoral. En el 2007 obtuvo una maestría y en el 2009 un doctorado en Economía, en la Universidad de George Mason, en Virginia, EE.UU.

    En el sector privado. Trabajó en Solbanco y en el Instituto Ecuatoriano de Economía Política, con sede en Guayaquil.

    En la academia. Desde el 2009 se vinculó como profesor en la Universidad San Francisco de Quito. Es investigador del Instituto de Economía San Francisco Business School. Utiliza métodos de investigación desarrollados por la ciencia de la complejidad y la economía experimental.

    Pedro Romero es catedrático y analista económico. Foto:  Pavel Calahorrano / LÍDERES.
    Pedro Romero es catedrático y analista económico. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES.
  • Grecia y Puerto Rico ponen de relieve riesgos del alto endeudamiento global

    Agencia EFE

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    Las actuales crisis de Grecia y Puerto Rico han puesto sobre la mesa los riesgos de los altos niveles de endeudamiento global y sus perniciosos efectos sobre los esfuerzos para revitalizar economías golpeadas por la recesión y con dificultades para retornar al crecimiento.

    Si bien la aguda crisis global parece haber quedado atrás, lo que restan son sus consecuencias, con países altamente endeudados y muy dependientes de los bajos costes de financiación que van asociados a la expansiva política monetaria, especialmente en las economías avanzadas.

    «El mundo después de la crisis es un mundo de alta deuda, y no requiere mucho, solo un mal shock para que las dinámicas de deuda se salgan de control«, advirtió Olivier Blanchard, el prestigioso economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), al presentar este mes la nueva actualización del informe de cabecera de la institución Perspectivas Económicas Globales.

    Para Blanchard, el mediocre crecimiento global está en parte lastrado por los altos niveles de deuda, por lo que anticipó que en el actual contexto «debemos estar preparados para episodios como estos», al comentar los casos de Grecia y Puerto Rico.

    Desde 2007, la deuda global no ha dejado de crecer, y lo ha hecho a un ritmo preocupante.
    En 2014, la deuda global total (de gobiernos, empresas y hogares) alcanzaba los USD 199 billones, USD 57 billones más que en 2007, de acuerdo con un informe del McKinsey Global Institute.

    Eso supone cerca de USD 27.500 millones por cada habitante del planeta. Las economías en desarrollo suponen cerca de la mitad de este aumento, mientras que en las avanzadas el crecimiento se ha disparado en el sector público, al tiempo que en el privado el proceso de desendeudamiento ha sido limitado.

    China, por ejemplo, ha visto crecer su deuda total de USD 7 billones a USD 28 billones en 2014. A la cabeza de los países más endeudados se encuentra Japón, con una deuda pública en relación al PIB del 242%; seguido de Grecia, con un 177%; Jamaica, con un 140%; y Portugal e Irlanda, por encima del 130%, de acuerdo con las cifras del FMI.

    Puerto Rico, cuyo estatus como estado libre asociado en EEUU complica la resolución legal de una posible suspensión de pagos, ya ha anunciado que los USD 72 000 millones que acumula de deuda son «impagables».

    La consiguiente carga que eso implica, particularmente para economías con dificultades para crecer, ha impulsado que el debate académico sobre la efectividad de la austeridad para reequilibrar las cuentas públicas salte a la opinión pública.

    Precisamente, el FMI, que ha sido tradicionalmente un defensor de las posturas ortodoxas de reducción de déficit para encauzar la economía, ha ofrecido, de la mano de los errores cometidos en los dos programas de rescate previos en Grecia y el liderazgo de Blanchard, un cierto cambio de perspectiva.

    Hace dos semanas, en el diario The New York Times, el premio Nobel de Economía Paul Krugman reconocía los recientes y «acreditados» datos del FMI que subrayan que «la reducción abrupta del gasto en una economía en depresión supone un fallo terrible, y que los intentos para reducir altos niveles de deuda a través de la austeridad son contraproducentes».

    Por ahora, aseguran los expertos, esta elevada deuda global ha sido soportable debido a los excepcionalmente bajos tipos de interés impulsados por los cuatro principales bancos centrales (la Reserva Federal de EE.UU, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra).

    Sin embargo, la prueba de fuego está a la vuelta de la esquina. La mayoría de los economistas coinciden en que el esperado alza de tipos en EE.UU., el primero desde 2006 y previsto para antes de que acabe el año, generará a buen seguro episodios de volatilidad financiera pese a los continuos avisos de la Reserva Federal.

    Esos episodios serán más peligrosos cuanto mayores sean los niveles de endeudamiento y vulnerabilidad fiscal de las economías. 

    La Bolsa de Atenas retomará su actividad con fuertes limitaciones para los inversores nacionales, por la crisis financiera que atraviesa. Foto: EFE
    La Bolsa de Atenas retomará su actividad con fuertes limitaciones para los inversores nacionales, por la crisis financiera que atraviesa. Foto: EFE
  • Banco central griego alerta sobre posible salida de su país de la eurozona

    Agencia AFP

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    El Banco central griego advirtió este miércoles 17 de junio del 2015 que Grecia podría salir de la zona euro si no hay acuerdo con los acreedores, mientras el primer ministro Alexis Tsipras se mantiene inflexible en víspera de un Eurogrupo dedicado a la crisis con Atenas.

    “La incapacidad de llegar a un acuerdo supondría el inicio de un doloroso camino que llevaría a un impago de la deuda de Grecia y luego a una salida del país de la zona euro y, muy probablemente, de la Unión Europea” (UE) escribe el banco central en su informe anual sobre la economía del país, publicado hoy.

    Desde hace varias semanas Atenas negocia con sus acreedores (UE, FMI y Banco Central Europeo) la aplicación de una serie de reformas económicas a cambio de la entrega de un nuevo tramo de préstamos de 7 200 millones de euros, vital para el país, ya casi sin liquidez.

    Pero la incomprensión entre ambas partes parece haber crecido en los últimos días. Atenas y sus socios europeos vuelven a reunirse mañana en Luxemburgo en el cónclave de los ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo).

    No hay mucho optimismo. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, confió a parlamentarios de su país que tiene pocas esperanzas de lograr un acuerdo con Grecia en esta reunión.

    Además, Tsipras estará ese día en Rusia en un foro económico en San Petersburgo, ignorando así un llamado de Estados Unidos, el martes por la noche, de que tomara una “iniciativa seria” para salir del callejón sin salida.

    El primer ministro heleno mantuvo en cambio hoy un discurso duro e inflexible. “Si Europa insiste en esta incomprensible fijación” de pedir una reducción de las pensiones griegas, “tendrá que asumir el precio de las consecuencias, que no beneficiarán a nadie” en el continente, aseguró.

    La víspera, ante los diputados de su partido de izquierda radical Syriza, Tsipras atacó a las “instituciones” de los acreedores, las acusó de querer “humillar” al pueblo griego, y atribuyó al FMI la “responsabilidad criminal” de la situación de su país, que lleva seis años sumido en la recesión.

    Grecia, sin liquidez

    Un acuerdo es sin embargo indispensable para que Grecia pueda recibir de sus acreedores ese último tramo de 7 200 millones de euros correspondientes al plan de rescate internacional de 2012.

    Según un especialista interrogado por la AFP, Grecia no tiene ahora liquidez suficiente para pagar este mes, al mismo tiempo, salarios y pensiones y los 1.500 millones de euros debidos al FMI que llegan a vencimiento el 30 de junio.

    La última ocasión para lograr un compromiso sería una solución también de último minuto, en la cumbre europea prevista a fines de junio, o una cumbre excepcional convocada en el intervalo.

    Para evitar un fracaso, en su informe el banco central griego hace un llamado a ambas partes a ser flexibles. Por un lado, invita al gobierno griego a reconocer que la reducción de los objetivos de superávit primario (del 3% al 1%) aceptada por la UE y el FMI le da “el tiempo necesario para su ajuste presupuestario y algunos grados de libertad suplementaria en la conducción de la política presupuestaria”.

    Por otro lado, insta a los acreedores a “reafirmar y formular en términos más precisos su voluntad” de conceder a Grecia una reducción de su deuda pública“ como se previó inicialmente en 2012”.

    Las presiones desde Syriza

    En fin, el gobierno griego está sometido a las presiones de su propio partido, Syriza, parte del cual se opone a cualquier concesión a los acreedores que viole promesas electorales.

    El parlamento griego asistió este miércoles, en presencia de Tsipras, a las primeras conclusiones de los expertos que desde abril trabajan en el seno de una “Comisión para la verdad sobre la deuda pública” griega.

    Según uno de sus miembros, la Comisión considera que “Grecia no debería pagar su deuda ya que es ilegal, ilegítima y odiosa”, y que el país ha sido víctima de un “ataque concertado” de sus acreedores, destinado únicamente a trasladar la deuda que pesaba sobre los bancos privados -franceses, alemanes y griegos- hacia el sector público, es decir a cargo de los ciudadanos griegos.

    El primer ministro griego Alexis Tsipras aseguró que si Grecia no logra cerrar con los acreedores un acuerdo, la zona euro tendrá que "cargar con las consecuencias" de un "no" heleno. Foto: EFE
    El primer ministro griego Alexis Tsipras aseguró que si Grecia no logra cerrar con los acreedores un acuerdo, la zona euro tendrá que «cargar con las consecuencias» de un «no» heleno. Foto: EFE