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  • El trabajo solidario es la ruta que marca la carrera de Pedro Morales

    Cristina Marquez

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    Una fotografía antigua se exhibe en una de las paredes de la oficina de Pedro Morales, gerente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Riobamba. En la gráfica, tomada en 1957, se lo ve junto al obispo de esa época, Leonidas Proaño.

    La fotografía muestra uno de los momentos más importantes de la vida de Morales: fue captada cuando se integró la Organización de Jóvenes Trabajadores de Chimborazo, y cuando simultáneamente descubrió en el cooperativismo una oportunidad para el desarrollo colectivo.

    Hoy la institución que él dirige es la sexta más grande del país, según datos de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria: tiene más USD 260 millones en activos y unos 100 000 socios.

    Para Morales, la clave del crecimiento de la cooperativa es la cercanía que mantiene con sus socios y la aplicación de la filosofía que le enseñó Proaño, en su intento de fortalecer la economía de Chimborazo. “De Monseñor Proaño aprendí que el trabajo en equipo y la organización son parte de la solución a nuestros problemas. Esas enseñanzas las replicamos con nuestros socios, promovemos el ahorro con fines solidarios, ellos saben que su dinero se reinvierte y se utiliza para otorgar créditos”.

    Él tenía 20 años cuando conoció al Obispo que influenció su amor por el cooperativismo y la solidaridad. En esa época era difícil acceder a la educación y escaseaban las fuentes de empleo, pero Proaño le vinculó a otros jóvenes con deseos de emprender iniciativas de desarrollo y los organizó.

    Los talleres y capacitaciones con especialistas extranjeros que proponían un sistema financiero cooperativo como alternativa a los bancos marcaron el inicio de su vida profesional. Morales se convirtió en poco tiempo en uno de los líderes más activos de la organización juvenil.

    “Pedro siempre se destacó por su intensa militancia en los momentos políticos más coyunturales de la provincia y la ciudad. Se reunía toda la semana con otros activistas de un origen muy diverso. Había cristianos, socialistas, guevaristas, curas, monjas…”, recuerda Mariana Guambo, otra joven que se formó junto a Proaño.

    Morales fue designado como representante del Ecuador en varios encuentros mundiales de la Juventud Obrera Católica. Además obtuvo una beca en un Instituto de Cooperativas, en Francia, donde estudió el sistema de cooperativas y la organización popular.

    Cuando retornó al país, en 1981, se encargó de promover cooperativas de vivienda que empezaban a formarse en los sectores rurales de Riobamba y luego fue designado subsecretario regional de cooperativas.

    Cuatro años después se vinculó a la Cooperativa Riobamba. Pero antes de su llegada, la entidad no era tan exitosa como lo es hoy. De hecho, estaba a punto de liquidarse debido a una crisis de cartera.

    Morales fue contratado por la Dirección Regional de Cooperativas como interventor; debía organizar la liquidación de la entidad. Pero un grupo de socios le pidió sacarla a flote e impedir su cierre.

    “Eran cerca de 1 000 socios activos y tenían unos 800 000 sucres de capital. Pero la cartera vencida los había superado y no tenían liquidez por una falta de experiencia en la administración”, recuerda Morales. Su primer reto fue recuperar la confianza de los socios. Contactó a un grupo de mujeres artesanas y emprendedores y los convenció de ahorrar, obtener créditos y mejorar sus pequeños emprendimientos.

    Otro reto fue recuperar la cartera vencida e incrementar el patrimonio de la cooperativa. Morales dice que los esfuerzos se enfocaron en la gente trabajadora que no podía acceder a un crédito bancario, como campesinos, agricultores, amas de casa…

    “Estudiamos su comportamiento financiero y los invitamos a ahorrar con nosotros”, dice Morales. El crecimiento de la cooperativa fue inmediato, la entidad incluso llegó a ser tan solvente que resistió la crisis financiera que se produjo en el país debido al feriado bancario en 1999.

    Sonia López, quien actualmente se desempeña como jefe nacional de crédito, es una de las primeras colaboradoras de la Cooperativa. Ella se vinculó a la entidad hace 28 años. “Los valores con los que nos formó el licenciado Morales se convirtieron en una marca de la cooperativa”, cuenta López. Ella dice que la confianza de la gente se ganó con la perseverancia del Gerente y hoy es la fortaleza de la institución.

    La Cooperativa Riobamba reportó un crecimiento anual del 10,43% en el 2016, pese a la recesión económica, que influyó en la colocación de créditos. Esta entidad ahora cuenta con agencias en cinco cantones de Chimborazo, en Quito y Cuenca.

    Fotos: Ángel Barona para LÍDERES
    Fotos: Ángel Barona para LÍDERES
  • Lo ancestral inspiró la línea de comida de Soysan

    Cristina Marquez

    (F)
    Contenido intercultural

    Los vegetales y frutas orgánicas que se producen en comunidades indígenas de Chimborazo son la materia prima y la inspiración de los alimentos de Soysan, una microempresa que elabora productos saludables y versiones actuales de recetas ancestrales.

    La oferta de la marca es una línea de comida rápida pero saludable. En el menú se incluyen tortas, buñuelos, galletas, empanadas, emborrajados, cebiches… hechos con quinua, amaranto, chochos, avena, mashua, camote, etc.

    Mariana Auquilla es la propietaria. Ella cuenta que su empresa inició como una terapia para superar la muerte de su hijo. Además, fue diagnosticada con leucemia, por lo que los médicos le prescribieron comida saludable.

    Así empezó a experimentar en la cocina. En sus primeras creaciones, transformó los vegetales, frutas y cereales en postres y bocadillos. “Tenía problemas para seguir las indicaciones de los médicos porque la comida saludable no tenía un sabor agradable. Así que decidí transformarla”.

    Auquilla se dedicó por cuatro años a inventar nuevas recetas y a buscar en las comunidades a productores con métodos agrícolas orgánicos. Su sazón y sus nuevos productos eran tan agradables al gusto que sus familiares y amigos le sugirieron convertir su pasatiempo en un negocio.

    Así, en el 2007 se oficializó la empresa. Auquilla invirtió USD 15 000 en la adquisición de amasadoras, extractores de leches vegetales, un horno y otros equipos de cocina. El local de ventas se instaló en el Centro Histórico de Riobamba.

    Uno de los productos estrella de la empresa son las tortas andinas. Están hechas de productos nativos de la Sierra como camote, ocas, mashua, chocho y quinua. Se combinan con cítricos de la Costa y hierbas aromáticas.

    Por eso son las favoritas de los más pequeños. “Es la mejor forma de alimentarse de forma saludable y de abrir el apetito con sabores agradables”, cuenta Auquilla.

    Las fórmulas están patentadas y el objetivo a largo plazo es obtener los registros sanitarios para comercializarlos en tiendas y supermercados. Cada uno cuesta entre USD 0,60 y 2,50.

    La empresa lidera una asociación integrada por productores agrícolas, comercializadores y prestadores de servicios como catering, limpieza y mantenimiento de instalaciones. La asociación de desarrollo comunitario se denomina Esthela Maris y está integrada por 15 personas.

    El propósito de la asociación es generar fuentes de empleo para los socios y más oportunidades de desarrollo. “El objetivo es el beneficio colectivo. Aún estamos en proceso de organización, pero aspiramos capitalizarnos con pequeños empleos y posicionarnos en Riobamba”.

    Ella cuenta que la idea de fundar la asociación surgió precisamente de esa empresa. Los proveedores de productos agrícolas, sus ayudantes de cocina, los comercializadores de productos e incluso quienes aportaban en el mantenimiento de los equipos decidieron unirse para integrar una nueva empresa asociativa.

    Detalles

    Soysan comercializa sus productos en las ferias artesanales de todo el país. También se atienden envíos a otras ciudades bajo pedido.

    La empresa también produce leche de soya y leche de mungo, una variedad nativa de fréjol . Esos son los productos más solicitados por los clientes vegetarianos.

    La Asociación Esthela Maris es parte de la base de emprendimientos del Instituto de Economía Popular y Solidaria.

    Alexandra Ortega, María Nagua, Mariana Auquilla, Cristina Lema y José Malán son parte de Esthela. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Alexandra Ortega, María Nagua, Mariana Auquilla, Cristina Lema y José Malán son parte de Esthela. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Sariv cree en la chicha de maíz morado

    Cristina Marquez

    Contenido intercultural

    El sabor dulce y las propiedades energéticas de la chicha morada motivaron a los agricultores de tres parroquias de Riobamba a iniciar una empresa comunitaria. Sariv es un emprendimiento asociativo que busca rescatar y difundir esta bebida.

    La empresa elabora y comercializa dos tipos de chicha hecha a base de maíz morado andino, una variedad nativa de la serranía que estuvo cerca de desaparecer debido al poco valor que tenía en los mercados locales.

    Los agricultores plantaban esta variedad meses antes de finados, pero incluso en esas fechas las ventas eran bajas pues aparecieron en el mercado una variedad de harinas precocidas, con aditivos y saborizantes para preparar la tradicional colada morada.

    La chicha de jora preparada con maíz morado, que antaño solo se consumía en celebraciones especiales, fiestas andinas y ceremonias rituales, también dejó de prepararse. La tradición empezó a desaparecer cuando las gaseosas y otras bebidas azucaradas coparon las vitrinas de las pequeñas tiendas en las comunidades.

    Eso se reveló en un estudio realizado por la Fundación Andinamarka y la Asociación Kamachw Provincial Chimborazo, organizaciones que trabajan en la recuperación de la soberanía alimentaria y el rescate de alimentos andinos.

    De hecho, el emprendimiento surgió como una respuesta a los resultados alarmantes de esa investigación. “Quisimos ofertar una bebida saludable como alternativa a todos los refrescos hechos con grandes cantidades de azúcar, colorantes y saborizantes artificiales”, dice Segundo Cuji, presidente de la Asociación.

    Así, se unieron 15 socios y 23 agricultores de Cacha, Licto y Calpi. Ellos consiguieron donaciones de organizaciones no gubernamentales, aportaron sus ahorros y solicitaron un préstamo a la Corporación Financiera Nacional para iniciar el negocio.

    Lograron sumar USD 145 000 que invirtieron en la adquisición de equipos para la planta de producción, ubicada en la comunidad Bayushí, a 10 minutos de Calpi. En el mercado no habían maquinarias para elaborar chicha, pues ninguna otra empresa la produce en el país. Fue necesario diseñar equipos exclusivos.

    Transformar la receta tradicional de la chicha de jora y la chicha morada en una bebida comercial no fue una tarea fácil.

    Una comisión se dedicó a investigar las recetas y procesos de preparación durante un año. Colaboraron todos los abuelos y papás de los socios. Además, en el país no había información sobre el maíz morado, ni investigaciones sobre su uso en la industria alimenticia.

    “Buscamos el respaldo de las Universidades de Riobamba pero nadie sabía cómo procesar el maíz morado. Para empezar nuestra producción tuvimos que estudiar y prepararnos por nuestra propia cuenta”, afirma Sandra Pagalo, administradora de Sariv.

    La empresa se inició en el 2010, pero empezaron su producción a finales del 2011. En un inicio solo elaboraban 100 litros mensuales de los dos tipos de chicha. En la actualidad producen 400 litros que se distribuyen a los centros comerciales Camari en Quito y a las ferias artesanales de Riobamba. La chicha se vende en una presentación de 330 mililitros y cuesta USD 0,70.

    En la planta de producción laboran cuatro personas que se encargan de todo el proceso de elaboración. Primero lavan y seleccionan el maíz, luego lo cocinan y procesan para obtener los dos tipos de bebida.

    La chicha morada es más ligera y se envasa después de ser procesada. La chicha de jora, en cambio, se deja fermentar al menos siete días antes de envasarse. Por eso su sabor es más intenso. Las ganancias se convertirán en capital semilla para nuevas ideas.

    Segundo Cuji, Héctor Pagalo y Sandra Pagalo muestran la bebida que produce Sarvi, en Riobamba. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Segundo Cuji, Héctor Pagalo y Sandra Pagalo muestran la bebida que produce Sarvi, en Riobamba. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Las fórmulas magistrales se mantienen en Riobamba por 74 años

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    Redacción Sierra Centro 

    Una parte de la Botica Bristol, situada en el Centro Histórico de Riobamba, está congelada en el tiempo. Las recetas de las 400 fórmulas magistrales, los procedimientos artesanales e incluso los muebles antiguos de madera de los laboratorios permanecen intactos desde que fue fundada en 1942.

    Según Daniel Rivas, administrador y nieto del fundador de la empresa, el mantener la autenticidad de los productos cosméticos y medicinas creados por su abuelo es la estrategia que les permite competir con las grandes cadenas farmacéuticas del país.

    La Botica Bristol funciona en la casa patrimonial -construida en 1908- de Julio César Rivas y su esposa Luisa. Ambos fundaron el emprendimiento que hoy es una empresa familiar con ingresos anuales por unos USD 500 000.

    Rivas diseñó 400 fórmulas magistrales entre productos cosméticos y recetas médicas. En los años 40, los médicos recetaban compuestos químicos y los boticarios los elaboraban en sus laboratorios artesanales. Él era considerado uno de los mejores boticarios de la región.

    Desde su fallecimiento, lo único que se cambió en el laboratorio son las balanzas electrónicas, que reemplazaron a las antiguas pesas metálicas. Las materias primas, los procedimientos artesanales y hasta los frascos antiguos se mantienen tal como al principio.

    Algunos de los compuestos más antiguos, que actualmente se consideran los productos estrella, son las lociones faciales, las cremas hidratantes, el champú de distintos tipos, entre otros. La loción de rosa mosqueta para disminuir cicatrices y el champú de médula de res para fortalecer el cabello, por ejemplo, son de los productos más comprados.

    La crema hidratante corporal Hidraurea también está en el ‘top ten’ de ventas. De hecho, esa fórmula se considera uno de los secretos de belleza de las mujeres riobambeñas. Un estudio de laboratorio comprobó que la crema puede recuperar hasta las pieles más secas y sensibles.

    El despunte de la industria farmacéutica a partir de 1960, mermó el crecimiento del negocio. Sin embargo, la estrategia de mercadeo y la fama de las fórmulas, que incluso se consideran una tradición riobambeña, les mantuvo firmes en el mercado. Actualmente en el Ecuador solo existen seis boticas con laboratorios propios.

    “Cerca de nuestra botica hay 18 farmacias de cinco grandes cadenas. Pero hemos podido competir gracias a la calidad y efectividad de los productos que vendemos, a la atención personalizada y a la creatividad”, comenta Rivas, quien tiene 33 años.

    Él asumió la administración del negocio familiar en el 2012. Como parte de su plan de negocios, Rivas modernizó el logotipo de la empresa, llevó la promoción de la marca a las redes sociales e inició un nuevo proyecto de boticas comunitarias.

    Esa estrategia de marketing se tradujo en un crecimiento de las ventas. En el 2012 la empresa facturó USD 412 000 y para el 2015, con las nuevas estrategias subieron a 565 000. Ese año se vendieron 55 900 unidades de 220 tipos de productos elaborados en los laboratorios Bristol.

    Entre los planes de crecimiento de la botica, consta la obtención del registro sanitario para las diez fórmulas más vendidas. Eso les permitiría vender sus cosméticos en otros puntos de expendio como supermercados y tiendas. Ese trámite está en proceso y se prevé concluir a mediano plazo. Y la tradición continúa.

    Daniel Rivas, administrador y nieto del fundador de la empresa, enseña las instalaciones del negocio. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Daniel Rivas, administrador y nieto del fundador de la empresa, enseña las instalaciones del negocio. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • El vehículo inclusivo, en su taller

    Cristina Márquez (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Las bicicletas, motos y automóviles se convierten en nuevos objetos cuando ingresan al taller de Inclusivo. Esta iniciativa riobambeña se dedica a transformar todo tipo de vehículos convencionales en vehículos para personas con algún tipo de discapacidad.

    Juan José Ruiz, de 36 años, es el propietario de la microempresa y el creador de las innovadoras soluciones que se entregan a personas de escasos recursos económicos. Él combina piezas metálicas con motores, dispositivos eléctricos, pedales y otros artefactos, para ensamblar sus proyectos.

    El resultado final es un vehículo adaptado a su nuevo conductor. Cada detalle mecánico está pensado en la estatura, el tipo de discapacidad, el grado de motricidad y otros aspectos de los clientes.

    La cualidad más importante es que los vehículos tienen un bajo costo y son accesibles a todo el público. “El propósito de la empresa no es ganar dinero sino aportar soluciones de movilidad a las personas que lo necesitan”, cuenta Ruiz.

    Él fundó Inclusivo en el 2012, después de que un accidente laboral le causara una incapacidad temporal. Durante casi un año, él no pudo mover sus rodillas y experimentó todas las dificultades que las personas con discapacidades enfrentan a diario.

    “El transporte público no está pensado para las personas con discapacidad y moverse en taxi o contar con un vehículo propio es demasiado costoso y no todas las personas pueden hacerlo”, cuenta el emprendedor.

    Esa experiencia lo motivó. Transformó un espacio de su casa, situada en el centro de Riobamba, en un taller al que llama ‘el laboratorio de los sueños’, pues según él, al igual que en el laboratorio de Frankenstein, allí se crea nueva vida.

    Ruiz invirtió unos USD 15 000 de sus ahorros y algunos aportes solidarios de sus familiares y amigos, para adquirir máquinas soldadoras, cables y otras herramientas. Lo demás es cuestión de imaginación y creatividad.

    También se apoyó en sus estudios en la especialidad de electricidad, que cursó en el Instituto Carlos Cisneros, y en los conocimientos sobre mecánica que aprendió de su padre Luis Ruiz.
    El primer prototipo que diseñó se denominó ‘Inclusivo 1’. Ese vehículo está diseñado para las necesidades de movilidad de las personas que padecen la enfermedad ósea de Paget.

    Tiene la misma funcionalidad que un scooter eléctrico que en Estados Unidos y Europa cuesta entre USD 3 000 y 6 500. Pero su versión tuvo un costo final de USD 2 000, incluyendo el costo de la adquisición de una motocicleta de segunda mano.

    El ‘Inclusivo 1’ es la adaptación a una motocicleta automática, por lo que no requiere de embrague ni marchas, se manipula únicamente a través de botones instalados en el volante. Antes de diseñarlo Ruiz estudió cuidadosamente el tipo de discapacidad de su primer cliente, Galo Uvidia. Le realizó exámenes psicosensométricos y psicológicos.

    “Eso nos diferencia de cualquier otra marca disponible en el mercado. Todos tienen vehículos estándar para cada discapacidad, mientras que nosotros lo construimos en torno a las necesidades de cada persona”, afirma Ruiz.

    Tras tres meses de evaluaciones surgió el diseño del vehículo. La dificultad para mover las extremidades superiores se solucionó con un volante fácil de manipular y con botones y palancas más sensibles. Para asegurar la estabilidad y el equilibrio del vehículo, se modificó también el sistema de dirección de la motocicleta. Se instalaron dos llantas delanteras y una posterior aseguradas con una estructura metálica que impide que el vehículo se voltee.

    Según un estudio de mercado que se realizó antes de la creación de la empresa, en Chimborazo hay alrededor de 12 300 personas con discapacidad física. Y solo un 10% pertenece a un grupo económico activo y cuenta con los recursos para adquirir estos vehículos.

    El diseño fue presentado a entidades que promueven la inclusión de personas con discapacidad, sin embargo, ninguna apoyó el proyecto por lo que la empresa se financia con autogestión. De todos modos, él sigue con su misión.

    El cliente

    ‘Mejoré en mi trabajo de mensajero’

    Galo Uvidia. El primer cliente de Inclusivo

    Tengo 41 años y convivo con la enfermedad ósea de Paget. Es degenerativa y hace que mis huesos se encojan; no puedo mover las piernas y la motricidad de mis brazos es limitada.
    Hace tres años me movilizaba por las calles de la ciudad de Riobamba en una silla de ruedas convencional. Pero era difícil maniobrar adecuadamente y estuve cerca de accidentarme varias veces. Además, muy pocas personas me ayudaban.

    Desde que tengo el vehículo mi vida ha cambiado; ahora puedo movilizarme con facilidad y en poco tiempo, y gracias a eso pude mejorar en mi trabajo como mensajero en el Municipio de Riobamba.

    La moto inclusiva alcanza hasta 60 kilómetros por hora, funciona con gasolina y puede recorrer hasta 400 kilómetros con 10 litros de combustible.

    Antes me demoraba más de una hora desde el Municipio hasta el Instituto Carlos Garbay. Ahora voy más rápido y los automóviles me respetan.

    Juan José Ruiz, de 36 años, es el propietario de la empresa y el autor de las innovadoras soluciones de transporte. Su taller se encuentra en Riobamba. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Juan José Ruiz, de 36 años, es el propietario de la empresa y el autor de las innovadoras soluciones de transporte. Su taller se encuentra en Riobamba. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • La motivación del TEDx llegó a Riobamba

    Cristina Márquez (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Cómo hacer realidad los sueños mediante la fuerza de las ideas fue la temática principal que se abordó en el evento TEDx, que se realizó en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, la semana pasada.

    12 emprendedores, investigadores y artistas de Uruguay, Argentina y Ecuador, compartieron sus historias de vida con decenas de estudiantes y profesores de esta entidad académica. El TEDx es un evento que cuenta con una licencia internacional de Independendly Organized TED Event y consiste en una serie de charlas de no más de 18 minutos con personas que triunfaron con sus ideas y emprendimientos.

    “El objetivo es motivar a los asistentes contándoles cómo la perseverancia y las soluciones creativas hacen posibles los sueños de una forma práctica y a través de historias reales e inspiradoras”, cuenta Wilson Castro, uno de los organizadores.

    El modelo es simple: cada ‘speaker’ comparte su visión del éxito y propone fórmulas para lograrlo. También comparten sus investigaciones y proyectos como un ejemplo de lo que se puede lograr “cuando no se pierde la motivación”, afirma Castro.

    Con un aforo lleno, el evento se inició con la prodigiosa voz de Mariela Condo, una mujer indígena que se convirtió en una de las cantautoras icónicas del país. Ella contó su historia cantando.

    “La gente debe saber que la inspiración está en todas partes, solo se requiere creatividad y dinamismo. Mis canciones nacieron de cuestionarme a mí misma y de enfrentarme a mis ideas”, dijo.

    Ella también presentó a su hermano Inti Condo. Su conferencia fue una de las que más llamó la atención. A sus 29 años, él desarrolló tecnologías como un traje para personas con discapacidad visual, equipado con sensores y un sistema de alertas que les permite esquivar obstáculos.

    “Cuando investigaba en las calles, la gente me miraba con mi atuendo originario y pensaba que era vendedor ambulante. Pero me propuse demostrar que la gente indígena puede alcanzar mucho más que eso”, contó Inti.

    Ana María Allaica, una de las asistentes, escuchó con atención su participación. “Para mí fue impresionante su historia y me sentí identificada. También sentí vergüenza por haber dejado de utilizar mi anaco para venir a clases solo porque algunos compañeros me molestaban”.

    Condo habló de la tecnología con corazón Puruhá. Según él la falta de acceso de las comunidades a las nuevas tecnologías es una limitante, pero se puede superar con creatividad.

    Sobre Tedx

    Esta fue la primera ocasión que esta actividad se desarrolla en Riobamba. Desde 1994, el evento se realiza en Estados Unidos, México, Argentina, España, Australia… y ha contado con la participación de emprendedores como Bill Gates, Sergey Brin, Larry Page, etc.

    Otra presentación fue la del argentino Horacio Puebla. Él se unió a Leo Buernett Lisboa en el 2005 y bajo su dirección esta oficina alcanzó el ‘top 5’ de Creativity, de Advertising Age. Tiene cerca de 300 premios.

    TEDx Riobamba
    El TEDx Riobamba se realizó en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, la semana pasada. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Cooperativa en Riobamba niega rumores de cierre, pero no convence a sus clientes

    Cristina Márquez

    Este miércoles 19 de agosto del 2015, decenas de socios de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Acción Rural se aglomeraron en los exteriores de las dos agencias que funcionan en Riobamba, en la Sierra Centro del Ecuador, para retirar el dinero de sus ahorros y pólizas. Esto tras el rumor de que esta entidad habría quebrado.

    Los socios formaron largas filas y en la tarde incluso fue necesaria la intervención policial, pues la gente ingresó por la fuerza a las instalaciones exigiendo respuestas. Los directivos de la Cooperativa, por su parte, desmintieron los rumores y trataron, sin éxito, de calmar a la gente.

    “Ustedes saben que la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria cuenta con un seguro que le devolvería a los socios su dinero en caso de falta de liquidez, pero este no es el caso. Los rumores son falsos”, dijo Nelson Vargas, asesor de gerencia de la entidad.

    Hasta cerca de las 22:00, los socios seguían en los exteriores de la agencia matriz de la Cooperativa. Carmen Morocho es una de las socias que se siente perjudicada. Ella depositó USD 80 000 en una póliza que vencía hoy, sin embargo no pudo retirar su dinero.

    En las próximas horas se espera el pronunciamiento oficial de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria para conocer la situación real de la Cooperativa. Diario EL COMERCIO trató de contactar a Luis Aimacaña, principal de esa entidad, sin embargo no contestó su celular y en su oficina indican que está fuera de la ciudad.

    Los socios se acercaron a las agencias para retirar el dinero de sus ahorros y pólizas. Foto: Tomada de Pixabay.
    Los socios se acercaron a las agencias para retirar el dinero de sus ahorros y pólizas. Foto: Tomada de Pixabay.