Etiqueta: robots

  • Los robots con armas activan un debate global

    Agencia EFE

    (I)

    Los “robots asesinos”, armas capaces de decidir y ejecutar ataques sin intervención humana, son una realidad al alcance de varios gobiernos, pero el mundo sigue dividido sobre cómo responder.

    La amenaza, que hasta hace poco sonaba casi a película futurista, lleva años discutiéndose en Naciones Unidas sin resultados tangibles pese a que la urgencia no hace más que crecer.

    “Estas no son tecnologías del mañana, son posibles hoy, aunque resultan muy poco seguras”, explica Liz OSullivan, miembro de la Campaña Para Detener los Robots Asesinos.

    Esta coalición de 130 organizaciones no gubernamentales, respaldadas hasta por 29 Estados, está promoviendo la negociación de un tratado internacional para prohibir este tipo de armamento.

    Entre sus miembros figura la estadounidense Jody Williams, ganadora en 1997 del Nobel de la Paz por liderar una iniciativa parecida contra las minas terrestres que logró convencer a países de todo el mundo.

    Para Williams, los “robots asesinos” son “inmorales” y tienen que ser prohibidos cuanto antes.
    “Permitir que máquinas, en teoría a través de algoritmos, decidan qué es un objetivo y atacarlo es una de las enormes razones por las que consideramos que cruzan un rubicón”, explica la activista.

    Un “robot asesino” no tiene por qué ser un humanoide de metal armado hasta los dientes como los que ha imaginado a menudo la ciencia ficción. De hecho, su apariencia puede ser la de un simple tanque, avión, barco o sistema de misiles.

    La diferencia está en si opera de forma autónoma, tomando decisiones sin la participación directa de un humano. Los especialistas ven probable que la tecnología se incorpore en un primer momento a drones, pero que luego se extienda a otro tipo de vehículos.

    Los especialistas ven probable que la tecnología se incorpore en un primer momento a drones, pero que luego se extienda a otro tipo de vehículos.

    Dos obstáculos

    Los intentos para frenar el desarrollo de este tipo de armamento se han encontrado hasta ahora con la oposición de grandes potencias que están invirtiendo en la tecnología. “El mayor obstáculo para negociar un tratado sobre robots asesinos son Estados Unidos y Rusia”, señala abiertamente la coordinadora de esta campaña, Mary Wareham.

    Wareham defiende que “la gran mayoría de países” son favorables a legislar, pero están siendo frenados por las potencias militares.

    Aunque son los ejemplos más claros, EE.UU. y Rusia no son los únicos que están apostando por el desarrollo de “robots asesinos”. China, Corea del Sur, Israel o el Reino Unido están trabajando también en este ámbito.

    Los activistas, además, no descartan que otros países como Turquía e Irán puedan estar haciéndolo también. Según fuentes diplomáticas, las potencias, en general, no se oponen de forma explícita a un tratado, pero han ido retrasando y buscando rebajar la ambición de las posibles medidas.

    ¿Es muy tarde?

    “Nunca es demasiado tarde para regular”, responde rápidamente Wareham, que subraya que lo que no quieren las ONG es esperar a que haya un número masivo de víctimas para que el público demande la prohibición de este armamento.

    Por ello, poco a poco, están tratando de despertar el interés de la sociedad, recurriendo a herramientas como un dicharachero robot que pasean por el mundo para advertir sobre el peligro de sus parientes “asesinos”.

    Los jóvenes resultan un público clave y comienzan a tener su voz, como mostró esta semana Mariana Sanz, una estudiante de la Universidad de los Andes en Bogotá, que intervino en un acto en Naciones Unidas para pedir apoyo a los Estados miembros.

    “Resulta muy importante en este momento porque ya hay muchos países en proceso de desarrollo de estas máquinas, de estas armas, y viene con muchos problemas no solo éticos, legales, morales…”, explica.

    “Uno que me preocupa un montón es quién toma la responsabilidad en caso de las consecuencias, que son víctimas”, apunta.

    Activistas y expertos avisan, entre otras cosas, del riesgo de que con estas armas las guerras se conviertan en algo aún más habitual o de que un error de una computadora pueda desencadenar un conflicto imposible de detener.

    Discusiones en la ONU

    Gobiernos de todo el mundo comenzaron a debatir oficialmente en 2014 sobre los “robots asesinos”, unas discusiones que se celebran regularmente en Ginebra.

    En las conversaciones se deben analizar, entre otras cosas, los límites legales y éticos, con una pregunta clave: debe un robot poder decidir sin intervención humana si es preciso matar a alguien?

    La ONU lo tiene claro: “la perspectiva de máquinas con el criterio y el poder para acabar con vidas humanas es algo moralmente repugnante”, advirtió el jefe de la organización, António Guterres, a los líderes reunidos el pasado año en la Asamblea General.

    Entre quienes defienden los avances en este ámbito hay quienes aseguran que estas tecnologías pueden reducir el número de errores y daños colaterales y, de hecho, proteger vidas.

    Pero las máquinas tienen que aprender de alguien y ello amenaza con hacer que se repitan patrones que terminan por perjudicar siempre a los más vulnerables.

    “Todos los modelos de inteligencia artificial están sesgados”, explica O’Sullivan, que recuerda que esos modelos tienden a ir contra quienes no participan en su creación, es decir, comunidades de color, mujeres o personas con discapacidades. O’Sullivan asegura que la tecnología para crear esas armas ya está disponible, y subraya que cualquiera que diga que puede producirlas de forma “segura” miente.

  • Los robots impactarán en los siguientes 20 años

    Foro Económico Mundial (I)

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    Las próximas dos décadas prometen una revolución a gran escala en nuestras vidas laborales. Antes de estudiar los próximos 20 años, sin embargo, es fundamental analizar la situación actual.

    Ya estamos viviendo en una época de muchos robots y muchos empleos. A medida que la cantidad de robots en el trabajo ha alcanzado niveles récord, vale la pena señalar que, según un informe del mes pasado, en 2018 el nivel de desempleo mundial cayó a 5,2 %, el nivel más bajo en 38 años.

    En otras palabras, la alta tecnología y empleo no tienen que ser mutuamente excluyentes. Estamos viviendo la prueba de eso.

    Dada esta sincronicidad entre el empleo y la tecnología, existen razones para esperar que los empleos sean más accesibles, más flexibles y más liberadores en las próximas dos décadas.

    Entre los cambios que se anticipan está el hecho de que la inteligencia artificial y la robótica, finalmente crearán más trabajo; no habrá falta de empleos sino, de no adoptar las medidas adecuadas, una escasez de personas calificadas para ocupar esos empleos; A medida que el trabajo remoto se convierta en la norma, las ciudades ingresarán a las guerras de talentos del futuro. Desconectar el trabajo de un lugar les dará a las personas una nueva libertad geográfica para vivir donde deseen, y las ciudades y las áreas metropolitanas competirán para atraer a esta nueva fuerza laboral móvil.

    Un estudio de Freelancing America prevé que para el 2027 la mayoría de trabajadores será independiente. El cambio tecnológico seguirá aumentando, por lo que el aprendizaje de nuevas habilidades será una necesidad constante durante toda la vida.

    El debate más constructivo no es si habrá cambios, sino qué hacer para garantizar los mejores y más inclusivos resultados.

    Repensar la educación

    El rápido cambio tecnológico significa que las personas que operan máquinas en continua evolución deben aprender nuevas habilidades rápidamente. Nuestro sistema educativo actual se adapta a los cambios muy lentamente y funciona de manera muy ineficaz para este nuevo mundo.

    Debemos construir un sistema educativo para el aprendizaje permanente, y una cultura que lo promueva. La reconexión del sistema debe comenzar con el jardín de infantes, que debe ser gratuito y obligatorio, mientras que la educación debe seguir siendo igualmente accesible durante toda la vida laboral de una persona.

    Las habilidades, no el historial universitario, serán lo importante para la futura fuerza laboral, así que si bien debemos asegurarnos de que la universidad sea asequible, también debemos asegurarnos de que la educación superior valga la pena, o revisarla por completo y aprovechar enfoques más progresivos para la capacitación de habilidades. Los programas de formación profesional centrados en las habilidades, así como otras formas de aumentar el nivel de las mismas (como las pasantías), deben ser ampliamente accesibles.

    Además, el sistema educativo debe dotar a las personas de habilidades en las que las máquinas no son buenas (todavía). Esto significa metahabilidades como el espíritu empresarial, el trabajo en equipo, la curiosidad, el diálogo, la adaptabilidad, entre otros.

    El cambio de las protecciones sociales laborales

    Los sistemas de impuestos, asistencia médica, seguro de desempleo y jubilación se crearon para la era industrial y no beneficiarán a nadie en el futuro si no se hacen reformas importantes.

    Durante décadas, ese sistema estuvo en consonancia con la forma en que se empleaba a la mayoría de los trabajadores. Sin embargo, según un nuevo informe del Foro, como eso ha cambiado —y de hecho está pasando frente a la gente rápidamente— todas las partes deben “estudiar la desvinculación de los beneficios y las protecciones de empleos a tiempo completo y distribuirlos de manera más equitativa entre la fuerza laboral productiva”.

    Flexibilidad

    Mediante la acción conjunta, el Gobierno y las empresas pueden facilitar la vida de las personas al crear más inclusión. Pueden comenzar a hacerlo al aceptar el trabajo remoto, el horario flexible y el poder de la plataforma.

    Con frecuencia, trabajar en una oficina no es posible ni práctico para los padres primerizos, los padres solteros, quienes viven con una discapacidad o muchos otros en nuestra sociedad, pero si tienen la opción de trabajar desde casa o fijar sus propios horarios.

    El empleo enfrentará grandes cambios en las próximas dos décadas. Para enfrentar esto son necesarios ajustes en la educación, las jornadas, etc.
    El empleo enfrentará grandes cambios en las próximas dos décadas. Para enfrentar esto son necesarios ajustes en la educación, las jornadas, etc. Foto: Ingimage
  • El directorio y los robots

    Salvador Aragón, Director General de Innovación de IE University

    A menudo, los miembros de un directorio se preguntan sobre si su aproximación a los negocios, que tan exitosa ha resultado en su pasado, sigue siendo válida en un contexto de digitalización en innovación permanente. Mi respuesta es invitarles a un ejercicio aparentemente muy sencillo: construir un robot.

    El punto de partida es un kit de iniciación a la robótica que contiene todas las piezas para poder construir un robot. Todos los componentes están sin montar, y los miembros del directorio disponer de un tiempo limitado para armar el robot, programarlo y explorar su funcionamiento.

    El comportamiento mayoritario entre los miembros de directorio es el que podemos denominar como “comportamiento orientado a la acción”. Los miembros del directorio se lanzan directamente al montaje, intentando averiguar la funcionalidad de cada una de las piezas y la forma adecuada de combinarla para dar vida a su robot.

    Este proceso de exploración suele ser largo: faltan o sobran componentes, hay piezas que no encajan correctamente y, a menudo hay que deshacer y volver a montar. Nada de ello desanima a los participantes que van aprendiendo progresivamente. Tras unos veinte minutos logran colocar correctamente las piezas. El robot ya tiene forma.

    Pese a este logro, todavía queda pendiente el cableado de los distintos componentes. De cada pequeño motor del robot, sale un cable que debe ser conectado a un pequeño cuadro de conectores situado en el cuerpo central. Todos los cables son iguales, no hay instrucciones y cada conector sólo está identificado por una letra y un número: A1,A2,…, hasta C4. Los miembros de directorio redoblan esfuerzos y optan por probar las soluciones más lógicas: los conectores A corresponden a la cabeza y cuello, los B a los brazos, los C a las piernas. Una lógica aparentemente impecable que, al prender al robot, se demuestra que no es correcta. A partir de ahí comienza de nuevo el proceso, de prueba y error. Tras unos 15 minutos adicionales el robot ya es funcional. Tiempo total: 35 minutos. Resultados: un robot funcional y cinco miembros de directorio satisfechos.

    Sin embargo, de vez en cuando, otro comportamiento emerge, al que he denominado “comportamiento orientado a la integración”. En este caso, mientras sus compañeros inician el montaje del robot, uno de los miembros del equipo tiende a separarse del grupo. Tras unos segundos de duda, toma su celular y comienza a buscar videos explicativos sobre como montar y configurar el robot. Tomando como criterio de búsqueda el nombre comercial del kit, en apenas un minuto es capaz de localizar al menos media docena de videos que de forma detallada exponen como culminar con éxito la tarea encomendada. Dos minutos más tarde, el resto de compañero esa siguiendo de forma detallada las instrucciones y en apenas cinco minutos más, el robot está operativo. Tiempo total: 8 minutos. Resultados: un robot funcional y cinco miembros de directorio satisfechos.

    Estos dos comportamientos ilustran la forma en la cual los directorios abordan su función principal: la construcción de un portafolio de modelos de negocio. La aproximación más común implica que la organización dispone de la mayor parte de las capacidades clave precisas para el éxito, el montaje del robot en nuestro caso. A ello debemos añadir que estas capacidades deben ser ajustadas de forma dinámica mediante un proceso de aprendizaje basado en el método de prueba y error, tal y como se hizo con el cableado del kit. En otras palabras, la prueba y error es el procedimiento natural mediante el que construir relaciones en la organización; relaciones que implicar proveedores, socios de negocio, o las distintas funciones y unidades dentro de la empresa.

    La aproximación minoritaria es radicalmente distinta. La premisa básica es que es a menudo no es necesario desarrollar el modelo de negocio mediante suma de capacidades y ajusta posterior por prueba y error. De hecho, es mucho más eficiente explorar en primer lugar los modelos de negocio existentes y si son los adecuados proceder a su imitación o incorporación al portafolio de modelos existentes. En palabras de uno de estos miembros ‘youtubers’ de director: “para que reinventar la rueda y ya podemos acceder a las instrucciones”.

    Esta doble aproximación tiene profundas repercusiones estratégicas. Los miembros de directorio que prefieren la segunda opción tenderán a explorar modelos de negocio existentes fuera de la organización en integrarlos de forma rápida mediante diversos modelos de asociación que pueden ir desde la adquisición hasta la participación en ecosistemas de emprendimiento o el uso de plataformas. Por el contrario, los miembros de directorio proclives a la primera opción impulsaran la construcción de modelos de negocio propios basados en capacidades ya existentes.

    ¿Cuál de estas dos modalidades es mejor? La respuesta es que todo directorio debe tener una representación adecuada de ambas aproximaciones que depende de la volatilidad de su actividad. En sectores poco volátiles como la minería, el ratio puede ser de 5:1 en favor de la aproximación orientada a la ejecución. Si por el contario, la empresa compite en un sector muy volátil, el ratio podría ser perfectamente el opuesto. En otras palabras, la diversidad del directorio debe reflejar la diversidad deseada de los modelos de negocio bajo su responsabilidad. Y todo ello con una interpelación personal ¿Qué hubiese hecho usted para armar robot?

    Todos los componentes están sin montar, y los miembros del directorio disponer de un tiempo limitado para armar el robot, programarlo y explorar su funcionamiento.
    Todos los componentes están sin montar, y los miembros del directorio disponer de un tiempo limitado para armar el robot, programarlo y explorar su funcionamiento.
  • Estos son los robots colaborativos

    Agencia AFP

    (I)

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    Vestida con un chaleco con correas electrónicas, bolsillos con sensores y walkie talkies en la cintura, una chica con pantalones vaqueros y zapatillas deportivas aprieta un botón y entra en un área donde se desplazan cientos de robots naranjas transportadores: ellos mueven, según un circuito coreografiado por computadora y reajustado constantemente, grandes armarios amarillos que contienen miles de artículos comprados por Amazon, líder de ventas en línea.

    Es el nuevo centro de procesamiento de pedidos que Amazon abrió en septiembre en Staten Island, Nueva York.

    S
    obre una superficie de 80 000 m², con el sonido de kilómetros de cintas rodantes, el gigante de Seattle -una referencia en el terreno en pleno auge de los robots capaces de colaborar con humanos- ha desplegado su robótica más avanzada.

    El chaleco tecnológico o “tech vest” que lleva la chica, Deasahni Bernard, de 21 años, es parte de ese despliegue. Utilizado en los almacenes de Amazon desde finales de 2018, permite ingresar de manera segura al área de los vehículos robot, por ejemplo, y recoger un objeto caído al suelo o examinar un robot averiado.

    Basta con presionar un botón y los robots se detienen o disminuyen la velocidad, reajustando su ruta para evitar el lugar donde se va a actuar.

    Amazon cuenta con más de 25 centros automatizados que le han permitido reducir a “menos de una hora (las tareas) que tomaban más de un día” y ahorrar espacio de almacenamiento, explica Tye Brady, jefe de tecnología de Amazon Robotics, filial de robots de Amazon. Y así fortalecer la posición dominante de la empresa en el comercio en línea, convertida en el proveedor de millones de consumidores en todo el mundo.

    Para algunos, estos centros ilustran perfectamente el riesgo de que pronto los humanos pierdan su trabajo desplazados por máquinas inteligentes.

    Pero Tye Brady defiende “los formidables ejemplos” de colaboración en el trabajo entre humanos y robots en Staten Island, un centro que funciona 22 horas de 24 con más de 2 000 empleados de tiempo completo.

    Bajo la atenta mirada de Brady, Deasahni Bernard, quien era cajera de un supermercado antes de entrar en Amazon, lo confirma: “ Lo prefiero mucho más que a todos los trabajos que he tenido hasta ahora ” .

    ¿Y qué están haciendo los empleados de Amazon en esto que Tye Brady llama una “sinfonía” hombres-robots?

    En Staten Island, además de los que usan el “tech vest”, hay quienes desembalan los productos y los clasifican en casilleros, los que colocan en los casilleros los productos destinados al mismo cliente, los que hacen las etiquetas… Todo con la ayuda de pantallas y escáneres que le facilitan su elección del producto o de la etiqueta y permiten rastrear continuamente los productos.

    En cada etapa, el objetivo es “ampliar las capacidades de las personas” para que puedan enfocarse en la resolución de problemas y garantizar la calidad de los productos e intervenir si es necesario, explica Brady.

    El ingeniero, que ha trabajado en el desarrollo de sistemas robóticos para astronautas, está convencido de que el despliegue de robots colaborativos es la clave de la productividad, el crecimiento y los empleos del futuro.

    Desde que Amazon se lanzó de lleno en la robótica con la compra del fabricante de robots de logística Kiva en el 2012, ha contratado a 300 000 personas para alcanzar actualmente los 645 000 empleados en todo el mundo.

    Para este ingeniero de 51 años, “que la robótica y la automatización eliminan empleos es un mito. Los datos son indiscutibles: cuanto más robots agregamos a nuestros centros de pedidos, más puestos creamos”, agrega, sin mencionar los empleos perdidos en las tiendas tradicionales.

    Compartir beneficios

    Muchos sospechan que la compañía fundada en 1995 por Jeff Bezos invirtió en robótica para automatizar, eventualmente, muchos puestos hoy en día ocupados por humanos y aumentar ganancias.

    Pero para Kevin Lynch, un experto en robótica en la Northwestern University, cerca de Chicago, aunque el desarrollo de robots colaborativos es inevitable y sin lugar a dudas destruirá puestos de trabajo en Amazon y en otras partes, también está claro que va a crear otros nuevos. “Es más fácil predecir los puestos que desaparecerán que los que se crearán”.

    “Los robots y la inteligencia artificial brindan beneficios evidentes para el bienestar y la calidad de vida de la humanidad”, sostiene. Pero la distribución equitativa de estos beneficios no lo es tanto, y son necesarias” medidas políticas para garantizar que todos nos beneficiemos de ellos y que no se conviertan en agentes de nuevas desigualdades económicas”.

    “Los robots y la inteligencia artificial son inevitables”, dice. “La cuestión es saber cómo prepararse”.

    Un trabajador de Amazon revisa los recipientes en los que se colocan los productos, en la planta de Staten Island, en Nueva York. Esta ocupa 80 000 metros cuadrados.
    Un trabajador de Amazon revisa los recipientes en los que se colocan los productos, en la planta de Staten Island, en Nueva York. Esta ocupa 80 000 metros cuadrados. Foto: AFP
  • Los robots llegan a las escuelas infantiles chinas

    Agencia AFP

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    Los alumnos de una escuela infantil de Pekín no pueden aguantar la risa al intentar resolver el problema que les ha puesto su nuevo “profesor” , un pequeño robot de cabeza redonda y con cara en forma de pantalla táctil.

    De 60 centímetros de alto, el asistente de enseñanza autónomo Keeko está siendo utilizado en 600 escuelas infantiles de China. Cuenta historias y propone a los niños ejercicios de lógica.

    Este robot, blanco y regordete, desprovisto de brazos, se desplaza rodando. Sus cámaras integradas le sirven para orientarse, toda vez que los niños pueden usarlas para grabar videos.

    En China, los robots ya reparten la compra, acompañan a ancianos o informan sobre las leyes. Los diseñadores de la firma Keeko, por su parte, sueñan con generalizar sus asistentes educativos en las aulas.

    En la escuela infantil Yiswind, en las afueras de Pekín, los niños escuchan religiosamente al pequeño profesor androide mientras cuenta, con voz infantil, la historia de un príncipe que se perdió en el desierto.

    La tarea de los niños es reconstituir, con alfombras, el camino que tomó el personaje del cuento y que aparece en la pantalla del robot. Por cada buena respuesta, Keeko reacciona con entusiasmo y en su pantalla aparecen unos ojos en forma de corazón.

    Cirujanos y músicos

    “La educación en la actualidad ya no es unidireccional, con un profesor que enseña y alumnos que aprenden”, declara Candy Xiong, formadora para el uso de Keeko en las escuelas.

    “Con su cabeza y su cuerpo redondos, el robot es verdaderamente entrañable. Cuando los niños lo ven, prácticamente lo adoptan de inmediato”, explica esta exmaestra.

    A parte de en las escuelas infantiles chinas, el fabricante de robots Keeko espera poder llevarlo a otros países de Asia.

    Pekín invierte en la actualidad de forma masiva en el sector de la inteligencia artificial, en el marco de su programa Fabricado en China 2025 , que busca desarrollar la industria de la alta tecnología.

    Según la Federación Internacional de Robótica, China es el país del mundo en el que se usan más robots industriales: ya se cuentan alrededor de 340 000 repartidos por sus fábricas.

    El mercado chino de robots de servicios (desde equipos médicos a aspiradoras automáticas) representó USD 1 320 millones (910 millones de euros) el año pasado. Debería aumentar hasta los 4 900 millones para 2022, según la consultora pekinesa ResearchInChina.

    Pekín acaba de albergar una conferencia internacional sobre robótica, en la que se habló de robots cirujanos o incluso de otros capaces de jugar a bádminton o tocar la batería.

    ‘Más estables’

    Una empresa china presentó el año pasado unos robots muy realistas que pueden conversar, activar un lavavajillas, tener expresiones faciales complejas e incluso relaciones sexuales.

    Basado en la inteligencia artificial, el robot educativo chino iPal, que mide como un niño de cinco o seis años, sigue los pasos de Pepper, el pequeño androide vendido desde 2015 por la casa japonesa SoftBank Robotics (antigua Aldebaran) .

    Pero Xie Yi, directora de la escuela infantil en la que se probaron los robots, considerA que todavía pasará tiempo antes de que los robots sustituyan a los profesores de carne y hueso.

    “Para enseñar, tienes que ser capaz de interacutar, aportar un toque humano, un contacto visual, expresiones faciales. Todo eso es le educación”, comenta. “No es sólo una historia de lenguaje o contenido”.

    Los robots Keeko, que cuestan 10 000 yuanes (1 280 euros) , es decir, alrededor del sueldo mensual de un maestro de infantil, todavía no se han convertido en un una gran ventaja, según Xie. “ ¿Lo que más me gusta de los robots? Son más estables emocionalmente que los humanos ” , apunta.

    Otro ejemplo es del robots repartidores. Estos equipos autónomos sobre ruedas, equipados con GPS, cámaras y radares empiezan a entregar paquetes, compras y comida a los clientes. En este caso, el robot tiene seis ruedas y pesa cerca de 30 kilos.

    Candy Xiong conversa con los niños de la escuela Yiswind, en las afueras de Pekín,, mientras  ellos observan al robot Keeko. Foto: Greg Baker / AFP
    Candy Xiong conversa con los niños de la escuela Yiswind, en las afueras de Pekín,, mientras ellos observan al robot Keeko. Foto: Greg Baker / AFP
  • Las máquinas y los robots ganan espacio laboral

    ROMA. IPS  (I)

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    Cuando el británico Charles Darwin publicó en 1859 su teoría de la evolución, lo más probable es que no previera que un día los robots, y no la naturaleza, se encargarían del proceso de selección de las especies.

    En su obra ‘El origen de las especies por medio de la selección natural’, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida, Darwin introdujo la teoría científica de que las poblaciones evolucionan en el transcurso de las generaciones a través de un proceso de selección natural.

    En la actualidad, la llamada “cuarta revolución industrial” está trastocando esta teoría, ya que el proceso de fabricación dio pie a un proceso tan rápido de automatización que las máquinas reemplazarán cada vez más a los trabajadores humanos.

    Se calcula que en el 2040 hasta 40% del proceso de producción será manejado por robots. Las máquinas son ahora capaces de resolver problemas planteados por otras máquinas.

    La británica Universidad de Oxford prevé que las máquinas y los robots realizarán la labor de casi la mitad de los empleos de EE.UU. en los próximos 20 años. Y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala en su informe ‘El futuro del trabajo en cifras’, que algunos estudios sostienen que el 47% de los empleos de Estados Unidos están sujetos a sustitución, así como 39% en Alemania y 35% en Gran Bretaña.

    “El hecho indiscutible es que la estructura ocupacional cambiará y las tareas requeridas para llevar a cabo el trabajo también cambiarán. La sustitución puede significar la destrucción de ciertos empleos, pero no la destrucción del empleo”, según la OCDE.

    Esta organización, que agrupa a casi el 20% de los países – aquellos considerados más desarrollados –, en un informe titulado Empleo y desempleo en cifras sostiene que hay más de 40 millones de desempleados en el área de la OCDE. eso representa ocho millones más que antes de la crisis actual, lo que significa un millón de puestos de trabajo perdidos anualmente en los últimos ocho años.

    A esto se suma, el hecho de que uno de cada tres puestos de trabajo se considera precario en los países industrializados y que los trabajadores ganan entre 15 y 20% menos que en el año 2009.Pero, estas cifras son vistas positivamente por el sector empresarial, ya que implican una reducción creciente de los costos de producción.

    ¿Qué hacer con los seres humanos entonces? Los políticos recién empiezan a pensar en la manera de enfrentar este desafío. Una de las fórmulas más de moda es la del ingreso básico, que implica que todos los ciudadanos o residentes de un país reciban regularmente una suma incondicional de dinero, además de los demás ingresos que pudieran recibir.

    Según sus defensores, el sistema sería financiado por las ganancias de las empresas públicas. ¿Pero dónde encontrarán los gobiernos los recursos? ¿De qué elementos presupuestarios nacionales se deducirán estos importes?

    De esta manera, los ciudadanos se mantendrán con vida, se quejarán menos del fracaso de los gobiernos en la creación de oportunidades de trabajo, mientras consuman lo que producen las empresas.

    La desigualdad

    La concentración. Roberto Savio, fundador de IPS y Other News, en una conferencia en la Academia Diplomática de Chile, mencionó datos impactantes. En 2010, 388 personas acumulaban la misma riqueza que 3 200 millones de personas del planeta. En el 2015 fueron 62.

    El empleo. Según la Organización Internacional del Trabajo será necesario crear 600 millones de nuevos puestos de trabajo para el 2030, solo para mantener el ritmo de crecimiento de la población en edad laboral, especialmente del sur.

    La Universidad de Oxford prevé que en 20 años, las máquinas harán la labor de la mitad de empleos de EE.UU. Foto: Cortesía
    La Universidad de Oxford prevé que en 20 años, las máquinas harán la labor de la mitad de empleos de EE.UU. Foto: Cortesía
  • Los robots, el arma de la industria textil japonesa frente a la competencia

    Agencia AFP

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    En el sector textil, donde la competencia es feroz a base de emplear mano de obra barata, Japón ha encontrado la respuesta definitiva: los robots.

    En la fábrica de Shima Seiki, en el oeste del país, la ropa se hace en pocos minutos, gracias a unas máquinas capaces de elaborar un jersey sin costuras en media hora apoyando simplemente un botón.

    El sistema WholeGarment, patentado por el grupo japonés está siendo además utilizado en otras partes del mundo por fabricantes como la marca italiana de lujo Max Mara.

    Dicho sistema cuenta con un sistema de concepción digital que permite elegir modelo, color y corte.

    “Todo el mundo se iba al extranjero, a destinos más baratos. Nosotros queríamos impedir eso” , explica Kenji Iwamoto, un responsable de la compañía, que en los años 1990 dio un salto tecnológico para no naufragar en un sector tan competitivo.

    Con el sistema WholeGarment, un trabajador gestiona simultáneamente 10 máquinas. Además, emplea la cantidad justa de materia prima para fabricar prendas de una sola pieza, ya que con las máquinas se prescinde del corte y la costura, y no sobra nada.

    Unas 800 empresas de todo el mundo emplean este dispositivo, lo que le da a Shima Seiki una parte de mercado del 60% a nivel planetario.

    Y ésta es solo una de las distintas estrategias de los japoneses para preservar la industria textil en su país, aprovechando técnicas para elaborar prendas que no pueden hacerse en otro lugar a un coste inferior.

    Para los jóvenes diseñadores como Motohiro Tanji y Ken Oe, producir fuera de Japón es sencillamente inconcebible.

    “Para mí es más fácil trabajar con japoneses” , dijo Tanji a la AFP tras la Semana de la Moda de Tokio, el mes pasado.

    “Mis diseños son complejos y exigen un alto nivel de competencia técnica que puedo encontrar aquí” , precisó.

    Ropa a medida hecha automáticamente 

    La firma Coohem, de Ken Oe, emergió tras el rescate de la empresa textil fundada hace 64 años por su abuelo Yonetomi y víctima de la recesión de los años 1990.

    Ken Oe, llegado a la empresa hace seis años, trajo con él herramientas digitales punteras para crear trajes de tweed de alta costura, que ahora se venden en ilustres establecimientos como Jeffrey, en Nueva York, y Harvey Nichols, en Hong Kong.

    “Utilizamos unos cinco hilos en el momento de concebir los tejidos originales, que otras marcas no pueden copiarnos”, se felicita Oe.

    En 10 años, las exportaciones de ropa japonesa de punto han aumentado un 40%.

    Otro ejemplo es Seiren, conocido por sus cortinas e interiores de coches. La empresa ha lanzado una línea de ropa a medida, comercializada con la marca Viscotecs, que desde septiembre puede encontrarse en los lujosos almacenes Takashimaya de Tokio.

    Los clientes pueden elegir entre una rica gama (modelos, tejidos, colores y largos) , propuesta en una tableta que muestra su foto vestidos con la prenda.

    Los datos de concepción son enviados de forma digital a la fábrica de Seiren, en el centro del país, donde la prenda es creada por máquinas de corte e impresoras de tinta y entregada a la tienda en un plazo de tres semanas.

    El proceso tiene además la virtud de poder transformar la industria de la moda, reduciendo el stock de artículos no vendidos.

    Además, el uso de impresoras de tinta reduce en un 80% la cantidad de agua y electricidad necesaria respecto al proceso clásico de tinte, según Nami Yoshida, portavoz de Seiren.

    Eso sí, las prendas en cuestión están lejos de encontrarse al alcance de todos los bolsillos. Para un vestido así fabricado, hay que prever entre 65.000 y 80.000 yenes (de 600 a 730 dólares) .

    Japón ha encontrado la respuesta definitiva en cuanto al empleo de mano de obra barata. Foto: Flickr
    Japón ha encontrado la respuesta definitiva en cuanto al empleo de mano de obra barata. Foto: Flickr
  • Los robots, el arma de la industria textil japonesa frente a la competencia

    Agencia AFP

    En el sector textil, donde la competencia es feroz a base de emplear mano de obra barata, Japón ha encontrado la respuesta definitiva: los robots.

    En la fábrica de Shima Seiki, en el oeste del país, la ropa se hace en pocos minutos, gracias a unas máquinas capaces de elaborar un jersey sin costuras en media hora apoyando simplemente un botón.

    El sistema WholeGarment, patentado por el grupo japonés está siendo además utilizado en otras partes del mundo por fabricantes como la marca italiana de lujo Max Mara.

    Dicho sistema cuenta con un sistema de concepción digital que permite elegir modelo, color y corte.

    “Todo el mundo se iba al extranjero, a destinos más baratos. Nosotros queríamos impedir eso”, explica Kenji Iwamoto, un responsable de la compañía, que en los años 1990 dio un salto tecnológico para no naufragar en un sector tan competitivo.

    Con el sistema WholeGarment, un trabajador gestiona simultáneamente 10 máquinas. Además, emplea la cantidad justa de materia prima para fabricar prendas de una sola pieza, ya que con las máquinas se prescinde del corte y la costura, y no sobra nada.

    Unas 800 empresas de todo el mundo emplean este dispositivo, lo que le da a Shima Seiki una parte de mercado del 60% a nivel planetario.

    Y ésta es solo una de las distintas estrategias de los japoneses para preservar la industria textil en su país, aprovechando técnicas para elaborar prendas que no pueden hacerse en otro lugar a un coste inferior.

    Para los jóvenes diseñadores como Motohiro Tanji y Ken Oe, producir fuera de Japón es sencillamente inconcebible.

    “Para mí es más fácil trabajar con japoneses”, dijo Tanji a la AFP tras la Semana de la Moda de Tokio, el mes pasado.

    “Mis diseños son complejos y exigen un alto nivel de competencia técnica que puedo encontrar aquí”, precisó.

    Ropa a medida hecha automáticamente 

    La firma Coohem, de Ken Oe, emergió tras el rescate de la empresa textil fundada hace 64 años por su abuelo Yonetomi y víctima de la recesión de los años 1990.

    Ken Oe, llegado a la empresa hace seis años, trajo con él herramientas digitales punteras para crear trajes de tweed de alta costura, que ahora se venden en ilustres establecimientos como Jeffrey, en Nueva York, y Harvey Nichols, en Hong Kong.

    “Utilizamos unos cinco hilos en el momento de concebir los tejidos originales, que otras marcas no pueden copiarnos”, se felicita Oe.

    En 10 años, las exportaciones de ropa japonesa de punto han aumentado un 40%.

    Otro ejemplo es Seiren, conocido por sus cortinas e interiores de autos. La empresa ha lanzado una línea de ropa a medida, comercializada con la marca Viscotecs, que desde septiembre puede encontrarse en los lujosos almacenes Takashimaya de Tokio.

    Los clientes pueden elegir entre una rica gama (modelos, tejidos, colores y largos), propuesta en una tableta que muestra su foto vestidos con la prenda.

    Los datos de concepción son enviados de forma digital a la fábrica de Seiren, en el centro del país, donde la prenda es creada por máquinas de corte e impresoras de tinta y entregada a la tienda en un plazo de tres semanas.

    El proceso tiene además la virtud de poder transformar la industria de la moda, reduciendo el stock de artículos no vendidos.

    Además, el uso de impresoras de tinta reduce en un 80% la cantidad de agua y electricidad necesaria respecto al proceso clásico de tinte, según Nami Yoshida, portavoz de Seiren.

    Eso sí, las prendas en cuestión están lejos de encontrarse al alcance de todos los bolsillos. Para un vestido así fabricado, hay que prever entre 65 000 y 80 000 yenes (de USD 600 a 730).

  • Los robots llaman a la puerta de los hogares españoles

    Agencia AFP

    Una selección de los robots domésticos más avanzados se ha dado cita en Madrid en una feria abierta hasta el domingo, con el objetivo de promocionar los autómatas que “pronto entrarán en nuestras casas”.

    El producto estrella de la primera edición de la Global Robot Expo, la mayor feria dedicada a la robótica doméstica que se celebra en España, –octavo fabricante mundial de robots — es Peeper, un androide fabricado por la compañía francesa Aldebaran.

    Con un metro veinte de altura, éste puede reconocer e interactuar con humanos para hacerles de guía en una empresa o mayordomo en un domicilio.

    Las facultades de este autómata ilustran las posibilidades de la robótica doméstica, un sector que se encuentra “en fase embrionaria, pero que pronto experimentará una explosión que hará que los robots estén presentes en nuestras vidas cuotidianas de manera continua”, aseguró el director general de la feria, Enric Forner.

    Aunque no es exactamente un robot, en la muestra también se cuentan un traje metálico o exoesqueleto que facilita la movilidad o la foca electrónica Paro con fines terapéuticos.

    La Global Robot Expo, que prevé una asistencia superior a las 1 500 personas diarias, cuenta con la participación de más de 130 empresas y con la colaboración de la embajada del Japón, todo un referente mundial en la implantación de la robótica doméstica.

    “Los robots contribuyen a mejorar nuestra calidad de vida e incluso pueden mejorar nuestra salud”, afirmó a la AFP el creador de Paro, el japonés Takanori Shibata.

    Sin embargo, la comercialización de la robótica en Europa “debe producirse de forma distinta a la japonesa, ya que ellos tienen otra mentalidad”, matizó Pablo Medrano, director general de Casual Robot.

    “Aquí los robots tendrán que realmente ser útiles, que no sólo resulten atractivos por el producto en sí”, añadió.

    Los elevados precios de fabricación y su complejo uso dificultan la venta de los robots asistenciales a los particulares, pero éstos “pueden ser de gran utilidad para las grandes empresas que cuenten con los medios suficientes para adquirirlos”, afirmó Charles de Castelbajac, el gerente de producción de la empresa suiza F&P Robotics AG.

    Durante los próximos cinco años, los expertos prevén que el valor de mercado mundial de la tecnología robótica se incrementará de los 20 000 millones de euros actuales a los 80 000 millones, según el director de la feria.

    La Comisión europea invertirá 700 millones hasta 2020 (con el programa SPARC) para consolidar este sector en el viejo continente.

    130 empresas participan en la La Global Robot Expo, que se realiza en Madrid. Foto: AFP
    130 empresas participan en la La Global Robot Expo, que se realiza en Madrid. Foto: AFP
  • Intel invierte en una empresa que desarrolla robots para hoteles

    Agencia EFE

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    La empresa estadounidense Savioke, creadora de unos pequeños robots para hoteles, anunció el miércoles 13 de enero del 2016 que ha recibido una inyección de USD 15 millones liderada por Intel Capital, el brazo de inversión del gigante de semiconductores Intel.

    La firma EDBI, brazo de inversión de la agencia de desarrollo de Singapur y Northern Light Venture Capital participaron también en la ronda de financiación de UDS 15 millones, en la que la mayor aportación vino de Intel Capital, aunque no se especificó el monto.
    Savioke señaló en un comunicado que utilizará los fondos para aumentar las ventas, la mercadotecnia y el desarrollo de nuevas funciones para su robot Relay.

    El robot, de unos 90 centímetros de altura, entrega comida, pasta de dientes, toallas y otros objetos en las habitaciones de los clientes de hoteles.

    El «trabajo» de Relay comienza cuando un cliente llama a recepción para solicitar servicio de habitaciones.

    En ese momento, el recepcionista abre el compartimento situado en la parte frontal del robot, introduce los objetos que ha pedido el cliente y teclea el número de habitación.

    Relay, que activa el botón del ascensor vía remota, llama al teléfono de la habitación cuando llega a su destino.

    La tapa posterior se abre inmediatamente cuando el cliente abre la puerta para que retire los objetos.

    Una vez finalizado el trabajo, Relay pregunta al cliente si está contento con su servicio mediante un mensaje en la pantalla posterior y abre y cierra los ojos, y realiza un pequeño baile con sonidos electrónicos cuando el huésped presiona el botón de cinco estrellas para expresar su satisfacción.

    «Durante décadas los robots resultaban demasiado complejos, caros y no lo suficientemente seguros para coexistir en ambientes humanos», afirmó en un comunicado Steve Cousins, consejero delegado de Savioke.

    El ejecutivo señaló que los avances en la robótica y el abaratamiento del hardware y otros componentes han cambiado esa situación y permiten que los robots puedan estar «a nuestra entera disposición».

    Savioke ha recaudado 17,6 millones de dólares desde su creación en el año 2013.
    La empresa tiene 15 robots Relay en seis hoteles, donde realizaron más de 11.000 entregas el año pasado.

    Proyección de una gran estatua de uso de software de Intel Tecnología en Las Vegas , Nevada. Foto: AFP
    Proyección de una gran estatua de uso de software de Intel Tecnología en Las Vegas , Nevada. Foto: AFP