Etiqueta: salario

  • La brecha salarial se incrementa en Chile

    Agencia AFP

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    La brecha de ingreso por sexo empeoró 1,9 puntos porcentuales en Chile y llegó al 31,6% el año pasado en desmedro de las mujeres frente a los hombres, informó la semana pasada el Instituto Nacional de Estadísticas.

    En promedio, los hombres chilenos ganan 587 800 pesos (USD 901) frente a los 402 200 pesos (USD 617) que reciben las mujeres. El comportamiento de la brecha “ha sido bien errático. Entre 2014 y 2015 bajó (3 puntos porcentuales), pero ahora volvemos a ver que aumenta y eso tiene que ver con la incorporación de la mujeres a la fuerza laboral”, explicó la directora del INE, Ximena Clark.

    Las mujeres “tienden a pasar de la inactividad a la ocupación con mayor facilidad (que los hombres) y por eso sus cambios en términos de los ingresos que perciben son más bruscos, porque trabajan o están inactivas”.

    La brecha entre hombres y mujeres tuvo un pico en los últimos año en 2011, cuando llegó a 34,5%, y registró su menor valor en 2014, cuando alcanzó al 29,7%. En tanto, el salario medio para ambos sexos llegó en 2015 a 505 477 pesos (USD 775), lo que implicó una variación anual de 6,8%, con el mayor porcentaje de trabajadores (19,7%) dedicado al comercio. El ingreso mediano, en tanto, que es el que gana la mayor parte de la fuerza laboral chilena -que llega 8,6 millones de trabajadores-, alcanzó los 340 000 pesos (USD 521).

    Al tema salarial se suma la preocupación por la seguridad social. La mayoría de los chilenos (61%) estima que el sistema privado de pensiones debe ser cambiado “por un sistema público solidario”, según un sondeo.

    La encuesta del Centro de Investigación Sociedad, Economía y Cultura de la Universidad de Santiago arroja que el 3% de la población considera que el sistema “es apropiado y debiera conservarse”. El 61% estima que “debiera ser reemplazado por un sistema público solidario”, mientras que un 24% estima que “debiera complementarse con una AFP estatal”.

    Las mujeres chilenas ganan cada mes 402 200 pesos  (USD 617). Foto: EFE
    Las mujeres chilenas ganan cada mes 402 200 pesos (USD 617). Foto: EFE
  • Trabajadores llevan protestas por salario mínimo a la central de McDonald’s

    Agencia EFE

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    Varios miles de empleados de McDonald’s bloquearon el miércoles (20 de mayo) en Chicago los accesos a las oficinas centrales de la corporación, en el suburbio de Oak Brook, en el primero de dos días de protestas para reclamar a los accionistas un salario mínimo de USD 15 por hora.

    Según el Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU) hubo unos 2 500 manifestantes, aunque Deivid Rojas, de la campaña Fight for $15, afirmó en un comunicado que fueron unos 5 000, que duplicaron la protesta del año pasado.

    La manifestación fue encabezada por la estatua de una mujer de color dorado, con un puño derecho en alto y en la otra mano un cartel que decía «Fight/Lucha/$15». También fue desplegada una pancarta donde reclamaban mejor salario y derechos gremiales, en lugar de los cupones de comida que recibirían muchos de ellos del gobierno por sus dificultades económicas.

    Hubo cánticos de «El pueblo unido no será vencido», y «Trabajamos, sudamos y queremos $15 en nuestros cheques», pero tanto la concentración previa como el acto de protesta se realizaron pacíficamente. Agentes policiales de Oak Brook, suburbio ubicado a unas 20 millas de Chicago, acompañaron la movilización de cerca, en bicicleta.

    El año pasado, durante una protesta similar, hubo 138 detenidos por invasión de propiedad privada, entre ellos 101 trabajadores. «No queremos cupones de comida, queremos 15 dólares y derechos sindicales», dijo Adriana Álvarez, que trabaja en un restaurante de Chicago y necesita subsidios estatales para mantener a su hijo de tres años.

    Por su parte, Kwanza Brook, que vino desde Charlotte en Carolina del Norte, dijo que está cansada de ganar USD 7,25 por hora y de «depender» de cupones de comida para alimentar a su familia.

    Heidi Barker, portavoz de McDonald’s, reiteró el miércoles que la corporación no puede influir en el salario que pagan sus franquiciados, aunque dijo que es posible que estos sigan el ejemplo del nuevo director ejecutivo Steve Easterbrook.

    Este anunció el mes pasado un aumento de 1 dólar por hora a partir del 1 de julio en el salario mínimo que pagan los restaurantes operados por la empresa, y se informó que para fines de 2016, el salario por hora promedio sería de USD 10.

    Sin embargo, ese incremento solamente se aplicaría a unos 90 000 empleados de los 1 500 restaurantes que opera McDonald’s en los Estados Unidos. No están incluidos otros 660 000 trabajadores empleados por los franquiciados que operan unos 12 500 restaurantes en todo el país.

    El aumento de USD 1 fue rechazado por los empleados, y por algunos operadores de restaurantes, que lo consideran un costo adicional en momentos en que las ventas se han reducido por presión de la competencia.

    Las protestas son respaldadas por el SEIU, que ha realizado una campaña de tres años para mejorar las condiciones salariales de los empleados de restaurantes de comida rápida. Su presidenta, Mary Key Henry, sostuvo que McDonald’s comparte la responsabilidad salarial con sus franquiciados, y «debería volcar parte de sus beneficios a los bolsillos de los trabajadores».

    «McDonald’s debe respetar a sus empleados, tanto como a sus accionistas, que en los últimos 10 años recibieron 30 000 millones de dólares», afirmó. La campaña por el aumento del salario mínimo ha logrado victorias en varias ciudades como Chicago, que a partir del 1 de julio aumentará el salario mínimo a USD 10 por hora, hasta llegar a 13 dólares en 2019.

    Esta semana, Los Ángeles votó un aumento del mínimo de USD 9 a USD 15 por hora en 2020. Según la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, 29 estados y Washington DC pagan actualmente salarios mínimos que superan el mínimo federal de 7,25 dólares por hora.

    Aunque McDonald’s es el blanco principal de la campaña, Fight for $15 se convirtió en un movimiento que ha incluido a otros trabajadores, desde empleados de aeropuertos a profesores universitarios de medio tiempo. La protesta se repitió este jueves en la mañana. Según los organizadores entregarán más de un millón de firmas de personas que respaldan el pedido de aumento salarial. 

    Los empleados de McDonald's protestan desde hace varios años por los bajos sueldos. Foto archivo: AFP
    Los empleados de McDonald’s protestan desde hace varios años por los bajos sueldos. Foto archivo: AFP
  • McDonald’s aumenta el salario mínimo de 90 000 de sus empleados en EE.UU.

    Agencia AFP

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    La multinacional estadounidense de comida rápida McDonaldss subirá el sueldo a sus empleados en Estados Unidos más de un 10 %, informó hoy el diario «The Wall Street Journal».

    McDonald’s, que hace frente a una presión cada vez mayor por parte de los sindicatos para mejorar las condiciones de sus trabajadores, aplicará este aumento salarial solo a los empleados de los restaurantes de su propiedad, quedando excluidas las franquicias.

    Se trata de 1 500 restaurantes repartidos por el territorio estadounidense que dan empleo a unas 90 000 personas, una pequeña fracción del total de 14 350 establecimientos McDonald’s del país.

    Según la cadena de comida rápida, las franquicias tienen libertad para establecer sus propias políticas salariales.

    McDonald’s también compensará a sus empleados de más de un año de antigüedad con cinco días anuales de vacaciones pagadas, un beneficio hasta ahora inexistente para los trabajadores de la compañía.

    El primer incremento salarial a los empleados de los restaurantes operados directamente por McDonald’s se producirá a partir del próximo 1 de julio, cuando pasarán a cobrar un sueldo medio de USD 9,90 por hora, y la compañía aseguró que este superará los USD 10 por hora a finales de 2016.

    Actualmente, el sueldo medio de los trabajadores de la cadena de comida rápida se sitúa en USD 9,01.

    «Lo que necesitamos son equipos altamente motivados en nuestros restaurantes. Los trabajadores motivados ofrecen un mejor servicio a nuestros clientes y esto será una parte vital para nuestro relanzamiento», indicó al diario el consejero delegado de McDonald’s, Steve Easterbrook.

    Easterbrook asumió el cargo el pasado 1 de marzo con el objetivo de virar el rumbo de la compañía, cuyos beneficios bajaron un 15% el año pasado como consecuencia de una caída generalizada de las ventas en todo el planeta.

    Con el anuncio de este 1 de abril, McDonald’s sigue la estela del gigante minorista Wal-Mart, que también anunció una subida salarial a sus empleados hasta los USD 10 por hora.

    McDonald's dejará de servir pollo criado con antibióticos en todos sus locales de Estados Unidos. Foto: AFP
    McDonald’s dejará de servir pollo criado con antibióticos en todos sus locales de Estados Unidos. Foto: AFP
  • Europeos y latinoamericanos piden a líderes que garanticen empleo ‘decente’

    Agencia EFE

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    Representantes de la sociedad civil europea y latinoamericana han solicitado a los jefes de Estado de ambas regiones que garanticen el acceso a un empleo «decente» con salarios «dignos» y apliquen políticas públicas para combatir la desigualdad, informó este 16 de marzo el Comité Económico y Social Europeo.

    Éstas son algunas de las recomendaciones elaboradas por unos 120 representantes de la sociedad civil de ambos bloques, que se reunieron en Bruselas para preparar propuestas de cara a la cumbre que celebrará junio la Unión Europea (UE) con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en la capital belga.

    El acceso a un empleo «decente» que garantice mayor seguridad de los trabajadores debe ser prioritario, señalaron los representantes de la sociedad civil en una declaración conjunta que el Comité Económico y Social Europeo dio a conocer. También solicitaron políticas públicas de empleo que ayuden a reducir desigualdades y la brecha salarial entre hombres y mujeres.

    Tras insistir en la necesidad de poner en marcha planes específicos para los sectores más vulnerables, los firmantes pidieron un aumento de salarios hasta «niveles dignos», el fomento del espíritu emprendedor y la lucha contra la desigualdad. En ese sentido, demandaron un sistema de protección social integrador en ámbitos como la alimentación, salud, atención sanitaria, pensiones, desempleo o la protección de la infancia.

    Los representantes consideraron que una educación pública «gratuita, universal y de alta calidad» es fundamental para alcanzar la igualdad de oportunidades y reducir la pobreza. Por ello, demandaron que se fomenten los intercambios educativos y las prácticas orientadas a la inserción laboral, pues «los intercambios de conocimiento son clave para una mejor integración» entre las regiones.

    Asimismo subrayaron la necesidad de fortalecer la Asociación Estratégica Birregional entre la Unión Europea y América Latina para «actuar conjuntamente a favor del desarrollo». «Los valores, las raíces históricas, la democracia compartida y los flujos migratorios» son los cimientos de una colaboración estratégica «que pocas otras áreas del mundo poseen y que sería lamentable desaprovechar», precisaron.

    También incitaron a negociar acuerdos más concretos, viables y basados en una relación equitativa «con una mayor participación de la sociedad civil» entre los dos bloques. «Abogamos por estrechar los lazos comerciales y de inversión entre ambas regiones», señalaron.

    En cuanto al cambio climático, los representantes exigieron «compromisos de adaptación o mitigación» para que todos los países sean capaces de contener el aumento de la temperatura global hasta un máximo de 2°C. «La transición a una economía con bajas emisiones de carbono constituye un factor importante para el desarrollo sostenible«, añadieron tras pedir que el cambio climático se convierta en un elemento clave de la Asociación Estratégica UE-Celac. A su juicio, hace falta «establecer un marco normativo que favorezca la producción de energía limpia de forma descentralizada e independiente», así como desarrollar una política ambiental «para enfrentar las asimetrías entre países».

    Avanzar en el desarrollo sostenible implica tanto inversiones públicas y privadas en educación, investigación, innovación o infraestructuras como una mejor distribución de la riqueza, dijeron.

    Los firmantes calificaron la contratación pública como «vector» necesario para impulsar fines sociales y medioambientales, un empleo digno, servicios de calidad, eficiencia energética y protección del medio ambiente. Incentivar la transparencia de las contrataciones y combatir la corrupción son algunas de las metas que plantearon a los líderes europeos y latinoamericanos.

    También demandaron a la UE que aumente los niveles de ayuda oficial al desarrollo, al tratarse de «un factor muy valioso para promover el progreso económico y sigue siendo una fuente importante de financiación».

    La violencia en las oficinas disminuye la felicidad e impacta directamente en la productividad de las empresas. Foto ilustración: Inimagine
    La violencia en las oficinas disminuye la felicidad e impacta directamente en la productividad de las empresas. Foto ilustración: Inimagine
  • El salario femenino, protagonista en la fiesta del Oscar

    Diario La Nación de Argentina

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    Esta vez, el salario de las mujeres tomó un rol protagónico en la entrega de los Oscar, el domingo 22 de febrero del 2015, gracias al discurso de Patricia Arquette, en el momento de aceptar el premio a la mejor actriz de reparto. «Las mujeres hemos luchado por todos los derechos de otras personas. Es tiempo de que tengamos igualdad salarial e igualdad de derechos«, dijo, provocando la ovación de Meryl Streep, Jennifer Lopez y Shirley MacLaine, entre otras superestrellas que parecieron haber vivido en carne propia la desventaja económica femenina ante el salario de los hombres.

    Más tarde, Arquette se explayó y dijo que a medida que las mujeres iban cumpliendo años, menos dinero ganan. «El porcentaje más alto de chicos pobres viene de hogares monoparentales, cuya cabeza es una mujer. Es inexcusable que hablemos de los derechos de las mujeres, pero que no los tengamos en América.»

    A principios de 2014, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se había referido a una brecha de 77 centavos por dólar en materia salarial a favor de los hombres. Este gap del 23% implica, según la Casa Blanca, que las mujeres deben trabajar 68 días más que los hombres para percibir el mismo salario.

    El tema trasciende fronteras. Por ejemplo, según el Sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), en España, una mujer cobra un 30% menos que los hombres en el mismo puesto y debe trabajar 82 días más al año para cobrar lo mismo que su par masculino.

    En la Argentina, según últimos datos del Ministerio de Trabajo de 2012, la brecha salarial en el empleo registrado es del 25,4%. En la industria es del 19,6%; en el comercio, 17,4%, y en servicios, 27,5 por ciento.

    Sin embargo, un informe de Idelas-Uces de 2013 establece que según el Indec, a fines de 2012 los varones ganaban por mes, en un trabajo similar, más que el sexo opuesto: $ 3900 vs. $ 3000, es decir, un 30% más.

    Pero, el tema salarial no es el único donde las mujeres pierden. Un informe de la OCDE consigna que tienen un 20% menos de posibilidades de obtener un empleo. Además, otro trabajo de la OIT del 12 de enero último demuestra que la mujer todavía tiene que superar obstáculos considerables para ocupar el cargo directivo máximo o integrar las juntas de administración de las empresas. «Cuanto mayor son las dimensiones de la empresa, más difícil será para la mujer ocupar el cargo de ejecutiva máxima. Menos del 5% de los directivos de las principales empresas del mundo son mujeres», explica el nuevo relevamiento.

    Hay varios estudios que establecen las ventajas para las empresas de tener más ejecutivas en cargos directivos. Como consigna el informe de la OIT, la organización Catalyst (una ONG de Estados Unidos que estudia el lugar de la mujer en las empresas) demostró en 2011 que las empresas de Fortune 500 con más mujeres en la dirección eran más rentables que las demás. Sin embargo, la encuesta de la OIT define que el 87% de las juntas de las empresas están presididas por un hombre.

    «Algunos especialistas califican el progreso como glacial y consideran que a menos que se adopten medidas, lograr la paridad en la cúspide podría llevar 100 o 200 años», declara la OIT.

    Patricia Arquette dijo que a medida que las mujeres iban cumpliendo años, menos dinero ganan. Foto:  Mitchell Haaseth/ NBC.
    Patricia Arquette dijo que a medida que las mujeres iban cumpliendo años, menos dinero ganan. Foto: Mitchell Haaseth/ NBC.
  • Eddy Troya: ‘En el aumento del salario se corre el riesgo de una decisión populista’

    Carolina Enríquez /Redacción Quito

    Al Consejo Nacional de Salarios le quedan 21 días para definir en qué porcentaje se incrementará el sueldo básico unificado (SBU) del 2013. Si no lo hace será el Ministerio de Relaciones Laborales, como en los últimos 7 años, el que determine el alza.

    Esta ocasión, sin embargo, tiene una particularidad: se definirá el sueldo para un año electoral. Esto ha despertado incertidumbres en los representantes de entidades de recursos humanos, entre los que está Eddy Troya, Director de Gestión del Talento Humano de Fundecom. Este sector teme que el alza no se defina técnicamente sino, más bien, de forma populista.

    ¿Cabe la posibilidad de que el tema electoral pese en la definición del nuevo salario básico?

    Es posible que sí. Sobre todo, si en el juego de las ofertas de los candidatos entra este elemento. Tuvimos la experiencia de lo que pasó con el Bono de Desarrollo Humano, que fue manejado con un criterio de demostración de fuerza de los actores políticos. Sería irresponsable si se maneja esto políticamente.

    ¿Por qué?

    Porque impactaría directamente en las empresas, que enfrentarían un peso mayor en el costo de producción. Si hay un alza populista algunas firmas podrían asumir esta situación, pero otras no. Ahí es cuando se genera inestabilidad laboral, incremento del desempleo y contracción de la economía.

    ¿Se ha producido algo así anteriormente?

    Justamente antes de la dolarización, la definición salarial estaba marcada por componentes de orden político. Eso estaba unido a la inestabilidad, particularmente económica, que se vivía a fines del siglo pasado. De ahí que se debían hacer ajustes salariales de forma semestral (en julio de 1999, año de la crisis financiera, se incrementó la llamada ‘bonificación complementaria’, que era un monto extra sobre el sueldo. Eso permitió un alza del ingreso en 15%).

    ¿Ayudaba esto al trabajador?

    El aumento no servía de mucho, porque al haber una inflación que crecía aceleradamente siempre había un desfase. Se aumentaba el sueldo pero a la par subían los precios y eso se comía todo el dinero que se ganaba. Si antes del alza faltaban recursos, cuando se incrementaban los costos faltaban mucho más.

    ¿Qué pasó al llegar la nueva moneda?

    Se generó estabilidad y conforme pasó el tiempo en la definición del salario básico se fueron incluyendo elementos de carácter más técnico.

    ¿Considera que el proceso es técnico cuando empleadores y trabajadores hacen propuestas en defensa de cada uno de sus sectores y es el Gobierno el que toma la decisión final?

    Me refiero a que se toman en cuenta ciertos aspectos de orden técnico como, por ejemplo, la productividad. Sin embargo, el proceso de negociación no ha cambiado. Cada parte hace planteamientos totalmente opuestos. Por un lado está la demanda excesiva y por otro la propuesta más baja, por lo que es el Estado el que termina dirimiendo. Este modelo de revisión salarial no debería seguirse aplicando, sino que el proceso debería ser mucho más profundo.

    ¿A qué se refiere con ello?

    En primer lugar a que el diálogo de la comisión tripartita del Conades (Gobierno, empleadores y trabajadores) sea permanente. A ello se debe sumar la participación y aportes técnicos de entes autónomos que conozcan del tema salarial y el de recursos humanos. Las organizaciones de este tipo tienen la capacidad de conjugar la posición de patronos y empleados, así como de hacer planteamiento técnicos.

    Nada de esto se produce. ¿Qué efectos ha traído para el país los incrementos salariales, tal cual se han definido durante los últimos años?

    Los incrementos, sea cual sea la forma en la que se definieron, han traído dos efectos. Por un lado, crecimiento del poder de compra de la clase media y reducción de los niveles de pobreza, lo cual es bueno. Sin embargo, del otro lado, las compañías han tenido que enfrentar el impacto y perder márgenes de rentabilidad para pagar el salario y todo lo demás que establece la ley, como décimos, afiliación, etc.

    ¿Qué han hecho las empresas ante esto?

    Han llevado a cabo tres acciones: optimización de costos, control de gastos y, en algunos casos, reducción de personal ajustando procesos operativos. Ciertas empresas, además, han trasladado al consumidor el impacto de las últimas alzas salariales. Pese a esto la situación no ha sido crítica, porque los empresarios han trabajado en mejorar su productividad.

    Si la situación está bien, ¿es posible llegar a alzas como las que proponen los trabajadores (que alcancen el costo de la canasta)?

    Eso sería una medida populista. Aunque en el país existen empresas que ya pagan a todos sus trabajadores más del salario básico e incluso ya llegan al costo de la canasta básica. Son los megaempleadores.

    ¿Qué porcentaje de las firmas en Ecuador?

    Debe ser el 35% de las existentes. Sin embargo, un incremento exagerado impactaría en las finanzas de un 65% restante de negocios y se correría el riesgo de un cierre masivo. La situación sería muy grave, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.

    ¿Es factible, en tal caso, que se pague el denominado ‘salario digno’?

    Las empresas están obligadas a pagar el salario digno, que no es otra cosa que la división del valor de la canasta básica para 1,6 perceptores por hogar. Las organizaciones sindicales no están de acuerdo con esto, pues aseguran que debe ser el total de la canasta y eso, como dije, no es factible para las empresas.

    ¿En qué porcentaje afectan el alza salarial y el pago del básico en el costo de producción?

    Eso dependen del giro del negocio. En servicios, por ejemplo, puede llegar a impactar en un 60%; en la construcción, alrededor de un 30%, entre otras. Es bastante posible que esa carga se traslade al cliente, pero no siempre es posible para las compañías.

    ¿Por qué razón?

    Al haber competencia y regulaciones no se puede trasladar todo el peso de los ajustes salariales al comprador. Ahí es cuando patronos y empleados deben trabajar por la empresa y por el tema salarial.

    En este último punto, hay sectores en los que ninguna de las partes muestra interés…

    Esto se produce, porque la plataforma de negociación está alejada de la realidad del sector o porque no comparten las condiciones de negociación.

    Psicólogo industrial especialista en RR.HH.

    • Formación. Dr. en Psicología organizacional y tiene un masterado en programación neurolingüística.
    • Experiencia. 19 años de trayectoria en temas de RR.HH. en empresas nacionales y multinacionales.
    • Cargo. Es Director académico de la Asociación de Gestión Humana del Ecuador.
  • El memo de la semana: El aumento en el salario

    Empleadores y trabajadores están a la expectativa de la definición, por parte del Conades, del incremento salarial que se aplicará en el 2013. Desde la perspectiva oficial, el objetivo es que esos nuevos ingresos cumplan el objetivo de eliminar la brecha entre el salario básico unificado y el denominado salario digno, algo que es probable que pueda ocurrir para el próximo año. Aunque muchas empresas pagan eso y, en ciertos casos, mucho más. El año pasado el aumento fue del 10,6%.

    La inflación proyectada para el próximo año (3,82% según las directrices de la Pro forma del 2013) y la productividad serán los dos ejes sobre los cuales se sustente el alza salarial. En este ámbito es indispensable que la decisión sea tomada en la instancia correspondiente; es decir, en el Consejo Nacional de Salarios. Eso, porque ante la falta de acuerdos en esta instancia durante los últimos años, ha sido el Gobierno el que ha establecido el monto a subir.

    Sin embargo, de producirse un nuevo desentendimiento en el Conades se corre el riesgo de que el incremento salarial adquiera tintes políticos, por la inevitable incidencia de la próxima campaña electoral. Un ejemplo de aquello es el tratamiento que se dio al aumento del Bono de Desarrollo Humano, que desde enero pasará de USD 35 a 50.

    El justo derecho de los trabajadores por un mejor ingreso debe ser compatible con el desarrollo económico y productivo de las empresas en el país; estas, a su vez, demandan reglas claras para ejecutar y proyectar sus planes de inversiones, para el mediano y largo plazos. Más aún cuando todos los escenarios económicos apuntan a reflejar el 2013, como un año de menor crecimiento económico, entre 3 y 4%.

  • Las diferencias salariales persisten

    Redacción Quito

    Aunque se han realizado esfuerzos importantes, los hombres todavía ganan un mejor salario que las mujeres en el ámbito local.

    Los datos muestran un cambio significativo en la fuerza de trabajo en el país, con una presencia creciente de mujeres en posiciones de liderazgo, representando 27% del nivel ejecutivo, anota un estudio elaborado por la firma consultora Deloitte, realizado en el 2011, el más reciente sobre el tema.

    Pero, según el mismo informe, la brecha de salarios entre hombres y mujeres en el país es del 15% en promedio.

    De igual modo, a medida que el nivel de jerarquía es mayor, la brecha aumenta hasta llegar a una diferencia del 28% en el nivel de directores.

    Los datos coinciden con el estudio ‘Nuevo Siglo, Viejas Disparidades‘, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el 2012. De acuerdo con este documento, los hombres ganan en Ecuador un 3% más que las mujeres, pero al comparar hombres y mujeres de la misma edad y del mismo nivel educativo, los hombres ganan casi un 15% más que las mujeres.

    Para los expertos consultados, estos índices responden principalmente a factores culturales e, incluso, estereotipos.

    Tania Moscoso, gerenta de Consultoría de Capital Humano de Deloitte, señala que esto obedece a «un concepto errado», de que las mujeres son menos productivas, porque tienen un rol de madre en el hogar. «Ese rol de la mujer en el hogar implica un esfuerzo adicional; no solo de la mujer sino de la corporación».

    Ella considera que cada vez un mayor número de empresas incorpora dentro de sus políticas la flexibilidad laboral, un factor que, según la ejecutiva, puede contribuir a una mayor equidad.

    Eddy Troya, gerente de Human Plus, considera que la cultura ecuatoriana aún es machista. «Aunque algunas empresas están gerenciadas por mujeres, la generalidad es que se privilegie al hombre». Otro factor es la educación. «El rol para el cuidado de los chicos hace que la mujer no pueda seguir preparándose». A esto se suma una estructura de políticas estatales que no privilegian lo suficientemente en el ámbito laboral a la mujer.

    Moscoso indica que países europeos y de la región están haciendo esfuerzos interesantes para reducir esta brecha. Comenta que una ley en Francia estableció que para el 2016, el 40% de mujeres ocupe cargos directivos en las corporaciones. En Colombia se introdujo una ley que fija que hombres y mujeres deben tener iguales condiciones salariales.

    Según el estudio del BID, las mujeres en América Latina solo ocupan el 33% de las profesiones mejor pagadas en la región (arquitectura, la abogacía o la ingeniería). A pesar del avance en años de escolaridad (0,5 años más que los hombres), la mujer tiende a concentrarse más en carreras como Psicología, Enseñanza o Enfermería. En Ecuador, las mujeres escalan posiciones en las áreas de Recursos Humanos, Marketing y, últimamente, Finanzas, dice Troya.

  • El salario es un indicador poderoso en las empresas

    Por Johan Stuve (I) Consultor de The Edge Group en Ecuador

    Hoy en día es una práctica común en las organizaciones modernas, realizar estudios o mediciones de clima organizacional, evaluaciones de desempeño o desarrollo, diagnósticos de cultura, etc. Muchas veces los resultados de esos estudios o mediciones ratifican la percepción e intuición de los líderes de la organización. Pero también en ocasiones, arrojan resultados inesperados que alertan o cuestionan algunas políticas y estrategias de la empresa.

    Este último es precisamente el caso que se presentó al indagar el nivel de satisfacción sobre los ingresos que reciben los trabajadores ecuatorianos. Este curioso dato forma parte del estudio sobre la felicidad en el trabajo que el Grupo The Edge, junto a IPSOS y Happiness at Work estuvo corriendo a principios de año, y que próximamente se publicará.

    ¿Cree que recibe una paga justa por el trabajo que realiza? Esta fue una de las 40 preguntas que le hicimos a 1 034 trabajadores del Ecuador. Pero antes de revelar los resultados, ¿qué cree que hubiesen respondido los trabajadores de la empresa en la cual trabaja? Cuando informalmente hicimos esta pregunta a varios líderes de organizaciones, la mayoría de ellos respondió que creerían que su gente respondería que «no reciben una paga justa». Pero los resultados generaron una sorpresa para los ejecutivos.

    Al ver los resultados de la medición podemos observar que solo un 20% de los encuestados considera que recibe una paga injusta. Por el contrario, un 80% considera que si recibe una paga justa o está cerca de hacerlo.

    Esto no necesariamente significa que los trabajadores están satisfechos con sus niveles de ingreso, o que pueden cubrir sus necesidades básicas con ellos. Pero si es un indicador poderoso de que existen otros elementos que son más relevantes que el dinero y que movilizan la felicidad en el trabajo.

    Por ejemplo, uno de estos otros elementos es la inseguridad que sienten los trabajadores ecuatorianos con respecto a la posibilidad de perder su trabajo.

    El 40% de los trabajadores ve afectada negativamente su felicidad en el trabajo por el temor a perderlo en los próximos seis meses. Esa sensación o percepción de inestabilidad, afecta la productividad y desempeño de los trabajadores.

    El reto

    Transmitir tranquilidad. En la medida en que las organizaciones puedan transmitir tranquilidad sobre este aspecto, tendrán colaboradores más enfocados en sus funciones, y como consecuencia mejores resultados La próxima semana. El último adelanto, antes de publicar el estudio total.