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  • De las tarjetas pasó a los eventos sociales personalizados

    María Victoria Espinosa (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Durante 10 años, Fresh Boom ha sorprendido a sus clientes con diseños personalizados. Ese es el plus de su negocio, que se inauguró en noviembre del 2005 en Santo Domingo de los Tsáchilas, en un local de 5 m².

    Eloy Ríos, propietario del negocio, recuerda que arrancaron con un capital de USD 6 000. Su madre, Clara Luz Claro, viajó a Guayaquil para comprar mercancía como peluches y tarjetas. “Teníamos tan pocos productos, que cuando nos compraban un peluche debíamos reorganizar la vitrina para que no se notara el espacio vacío”.

    Para ganar clientela, Ríos, que había estudiado Diseño, decidió elaborar tarjetas artesanales personalizadas. La caligrafía, con letra a mano alzada, fue clave para atraer a más clientes. Además de la cartulina y el cartón incorporó materiales como la espumaflex, los estampados en tela, maderas y balsa china. “Cuando llegamos desde Santa Marta (Colombia), en el 2005, no nos imaginamos la acogida que tendríamos con un negocio que nació como una venta de peluches”.

    En la actualidad, Ríos tiene un local de 15 por 8 metros, porque en el anterior ya no entraba la clientela, que en sus inicios fue solo de estudiantes de colegios y universidades. Él asegura que para complacer a sus clientes realiza productos en cualquier material e incluso diseña hasta botellas de licor o cajas de chocolate.

    Marcelo Moreira es uno de sus clientes. Él le pidió matrimonio a su novia Andrea López, pero quería hacer algo especial, así que recurrió a Ríos. Él le hizo un baúl en madera, en el que colocó todos los obsequios que la pareja se había regalado durante relación. Al final del cofre se encontraba el anillo. Además, en la casa de la novia se colgaron globos de corazones y un vinil con sus nombres. “No pensé que quedaría todo tan bonito. Eloy se involucra y hace las cosas como si fueran para él”.

    Desde el 2007, Fresh Boom aumentó un nuevo servicio: la organización de eventos, como bodas, cumpleaños, bautizos…

    Clara Luz recuerda que la idea nació luego de que su hijo se encargara de decorar la fiesta de Primera Comunión de uno de sus primos. A los invitados les gustó, así que empezaron a ofrecer el servicio. Los primeros eventos eran pequeños, de hasta 60 invitados, pero en la actualidad han organizado fiestas temáticas para 500 personas. Por eso deben contratar hasta 20 personas, entre decoradores, meseros, chef y operadores en audio.

    Uno de estos eventos fue la fiesta de 15 años de Marvin Mendoza. Ella optó por una fiesta romántica al estilo Venecia. Ríos instaló góndolas en una piscina y las invitaciones se diseñaron como si fueran un pasaporte y el lugar fue iluminado con luces tenues, para simular una noche italiana.

    Cada semana, Fresh Boom agenda un evento grande (de más de 100 personas) y en la semana realiza eventos en la mañana o en la tarde, como reuniones familiares o cumpleaños infantiles.

    Los paquetes varían de acuerdo con los diseños, pero los hay desde USD 30. Ríos realiza decoraciones en Santo Domingo, Manabí y Esmeraldas. Los contactos se hacen a través de las redes sociales. La primera semana de enero organizó una boda en Esmeraldas. “Les comentaron sobre nuestro negocio. Nos contactaron y sin conocer personalmente nuestro trabajo confiaron en nosotros”.

    Para Claro es importante seguir innovando. Así que desde el año anterior también ofrecen a las embarazadas el servicio de ‘body painting’ (pintura corporal en el vientre). Lo hacen dentro del paquete del Baby Shower o de forma individual. Los precios oscilan ­entre USD 15 y USD 25.

    En este emprendimiento, las ventas son variables: hay ocasiones en las que llegan hasta los USD 5 000 o 10 000 semanales o quincenales. “Depende del evento. Tratamos de ofrecer calidad y evitamos cargamos de trabajo para cumplir”, afirma Claro.

    El mes anterior, Fresh Boom firmó un convenio con el Grand Hotel Santo Domingo, para que los eventos que organizan se realicen en sus salones. Ríos se encargará de la decoración y el hotel del sonido y del catering.

    Regalos personalizados
    Eloy Ríos es el encargado de diseñar regalos personalizados con tela estampada, espumaflex, cartón y vidrio. Además, organiza eventos sociales. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Mutualista Pichincha donó una casa en Santo Domingo

    María Victoria Espinosa (I)

    Edison Intriago observaba cada detalle de su nueva casa, ubicada en el noreste de Santo Domingo de los Tsáchilas. La vivienda fue donada por la cooperativa Mutualista Pichincha y está valorada en USD 13 137.

    Intriago postuló a través de la asociación Somos Patria. El gremio se contactó con el Consejo de Protección de Derechos del municipio de Santo Domingo y expuso el caso de Intriago, para que sea evaluado por un Comité especial de la Mutualista Pichincha.

    Él es un padre soltero, que debe repartir su tiempo entre cuidar a su hijo Kevin, que tiene el 95% de discapacidad física y mental; y trabajar como vigilante de motocicletas, en el centro de Santo Domingo.

    Hasta esta semana, Intriago vivía con sus familiares, porque el dinero que gana, USD 160, no le alcanza para pagar un alquiler.

    El gerente general de Mutualista Pichincha, René Cordero, aseguró que la entidad bancaria tiene un programa de ayuda social, que se inauguró en el 2012 como un tributo por cumplir 50 años de servicio. En esa primera entrega se construyeron 50 casas en ciudades como Santo Domingo, Quito, Guayaquil, Cuenca, entre otras.

    Este programa está dirigido a familias o personas con discapacidad y de escasos recursos económicos. “En el 2012 cuando donamos 50 casas, una por cada año de vida institucional, en conjunto con la Misión Solidaria Manuela Espejo, nos permitió palpar las necesidades de este sector vulnerable. Y ha sido, desde entonces, nuestro compromiso continuar con este proyecto de donación de casas a personas con discapacidad”.

    En Santo Domingo de los Tsáchilas se han entregado 14 casas desde el 2012. Las viviendas entregadas son de hormigón armado. Tienen 36 metros cuadrados, dos dormitorios, un baño diseñado y equipado para personas con discapacidad, cocina y sala – comedor. “Este año ocupamos el presupuesto para regalos de Navidad en este programa. Cada una de las cuatro casas está valorada en alrededor de USD 13 137”.

    Cada una de las cuatro casas donadas está valorada en alrededor de USD 13 137, Foto: Juan Carlos Pérez/El Comercio
    Cada una de las cuatro casas donadas está valorada en alrededor de USD 13 137, Foto: Juan Carlos Pérez/El Comercio
  • El queso relleno les produce réditos

    María Victoria Espinosa
    redaccion@revistalideres.ec

    Copito es el producto estrella del emprendimiento familiar Rancho Las Marías. Se trata de una golosina elaborada con queso mozarela que en su interior tiene mermelada de guayaba, piña, chocolate o manjar. El producto se distribuye en unos pequeños coches blancos en La Concordia (Santo Domingo de los Tsáchilas) y El Carmen (Manabí).

    Hernán Velásquez, propietario de esta microempresa, recuerda que Copito nació en la cocina de su casa. La familia Velásquez tenía una finca que producía leche. Con 40 litros de leche empezaron a elaborar yogur y luego queso de hoja para el consumo diario. A Velásquez se le ocurrió colocarle dulce de guayaba al queso. “Nos encantó la mezcla de los dos ingredientes y a nuestros vecinos también, así que empezamos a pensar en un negocio propio”.

    Velásquez elaboró un estudio de mercado e investigó cómo se elaboraba el queso a mayor escala. El estudio tomó un año hasta encontrar la fórmula adecuada. El presupuesto con el que empezaron la producción fue USD 100. Luego adecuaron en el patio de su casa una planta, que con el tiempo ha tenido mejoras y se ha equipado con ollas con capacidad para
    4 500 litros. En total la familia ha invertido hasta la fecha unos USD 50 000 con la obtención de los registros sanitarios y la elaboración de la marca corporativa.

    Cuando la planta estuvo lista, el siguiente paso fue la promoción en Santo Domingo. La familia Velásquez salió a las calles de la ciudad para vender el producto. Ellos le explicaban a los ciudadanos cómo se elaboraba Copito y hacían énfasis en que no contenía preservantes o químicos. “El yogur, por ejemplo, no tiene una fórmula artificial. Es a base de frutas y leche. Lo bueno es que ahora las personas eligen productos naturales y eso permitió que los productos tengan acogida”.

    Las ventas personalizadas fueron parte de la estrategia para posicionarse en la provincia. En el 2012 se vendían alrededor de USD 150 diarios. En la actualidad obtienen en el día unos USD 300.

    Para cumplir con la demanda de clientes, que suman 2 000, Rancho Las Marías debió abastecerse de los productores de leche de la parroquia rural Alluriquín, que es netamente ganadera.

    Otra estrategia fue la capacitación a los vendedores. Velásquez no olvida sus inicios en el negocio y acompaña al equipo de ventas. “Converso con el cliente, hago degustaciones, les explico dónde comprar. Eso nos ha ayudado porque logramos en poco tiempo que la marca sea conocida”.

    Martha Loor probó el queso Copito hace dos años. “Recuerdo que el señor (Velásquez) ofrecía degustaciones gratis. Desde entonces empecé a consumirlo”. A ella le gusta porque no es tan salado y el volumen es ideal para hacer pizza o lasañas.

    En la planta, ubicada en el kilómetro 80 de la vía Alóag – Santo Domingo, en el sector El Paraíso (Alluriquín), también se elabora yogur, queso fresco, mozarela, ricota, manjar.

    Este año la empresa desarrolló un nuevo producto: un queso que en el interior tiene jamón y está sazonado con especias como el orégano. Desde el próximo año el queso de Rancho Las Marías se podrá encontrar en cadenas de supermercados como Supermaxi.

    Este contacto se obtuvo luego de participar en una rueda de negocios, que se realizó en Santo Domingo a mediados de este año. “La ferias y exposiciones han sido una gran vitrina porque luego los clientes nos llaman para hacer pedidos o nos visitan porque reconocen el logo”.

    El queso con jamón y Copito sobresalieron en la Expotsáchila 2015, que se desarrolló en Santo Domingo del 5 al 8 de noviembre.

    Carmen Armijos es una de los clientes fijos de Rancho Las Marías. Ella conoció el producto a través de las ferias en las que participa la familia Velásquez. “Es un producto que pueden consumir los niños en el receso de las clases o en la tarde”.

    Rancho Las Marías obtuvo un reconocimiento en la feria Somos tus manos Ecuador, que se desarrolló en octubre en Portoviejo (Manabí). Luego de esa experiencia se abrieron otras puertas y ahora Las Marías participará en una feria en Guayaquil donde otras queserías del país.

    Insignia

    “Innovamos para mejorar el producto”

    Ana Velásquez. Gerente

    Esta empresa familiar me ha permitido afianzar y poner en práctica mis conocimientos académicos. Fue un reto para mí gerenciar el negocio, pero con la ayuda de mi familia lo he logrado. Hasta el momento hemos cumplido con las metas y aún tenemos mucho por hacer.
    Siempre me ha gustado innovar y en nuestra planta mezclamos ingredientes hasta obtener un nuevo producto. Ese fue el caso del queso mixto elaborado con jamón y orégano. Ha tenido gran acogida por el sabor.

    Ahora el nuevo reto que tenemos es posicionar los cambios que se le hicieron a la marca corporativa de Rancho Las Marías. Por ejemplo, cambiamos el blanco por el fucsia para darle alegría a la marca y transmitir el amor con el que hacemos nuestros productos. Además queremos ser una marca con la que nos identifiquemos todos.

    Queso
    La familia Velásquez Pincay se unió tras emprender el negocio de yogur y quesos Rancho Las Marías de Santo Domingo de los Tsáchilas. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
  • Este equipo sortea las crisis gracias al negocio de la belleza

    María Victoria Espinosa (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    The Collection Peluquería nació en plena crisis. Era 1999 y este negocio sorteó las adversidades, se reinventó en tres ocasiones, ganó la confianza de los clientes y ya tiene 16 años en el mercado de belleza estética de Santo Domingo de los Tsáchilas.

    En el primer local se invirtieron 16 millones de sucres en 1999. Rossy Bastidas compró ese año una pequeña peluquería en el centro de la ciudad, pero le cambió el nombre a The Collection Peluquería. “Tenía 21 años cuando empecé. Fue difícil demostrarles a los clientes que, a pesar de mi corta edad, yo tenía experiencia”.

    Con el tiempo, la peluquería ganó fama y en tres años ya tenía más de 500 clientes fijos. Esto obligó a que Bastidas contratara dos ayudantes. Además, sus instalaciones se remodelaron en tres ocasiones para brindar nuevos servicios a sus clientes, como una tienda de productos importados para el cabello y una peluquería especializada en niños.

    En la actualidad, en este negocio familiar trabajan 10 operarias. “La clave para llegar a la gente fue mejorar la infraestructura, seguir capacitándonos y utilizar productos de calidad”, señala. Bastidas asegura que antes de comprar un artículo para el cabello o la piel, ella lo utiliza. Si la reacción es favorable, lo usa en sus clientes. “Hay productos que producen alergia o dañan el cabello. Procuramos que eso no suceda”.

    Por ello, implementó una tienda de productos de belleza, que es administrada por su esposo: Andrés López. Él es el gerente de los tres locales. “Estaba haciendo carrera en la banca, pero sentí que mi familia me necesitaba y decidí renunciar y administrar el negocio, que era dirigido de forma empírica”, cuenta López.

    El local de productos de belleza se llama Make Up and Hair. Está ubicado entre la peluquería para señoras y niños. “Solo vendemos marcas de la gama profesional. Pese a que la importación es más complicada por las salvaguardias, apostamos por seguir vendiendo esos productos, aunque las ganancias sean menores”, indica López.

    En este local se invirtieron alrededor de USD 15 000 y se inauguró en el 2013. La pareja también creó la peluquería especializada en niños. El lugar tiene un espacio para que los pequeños jueguen. Las batas que allí se utilizan son de dibujos animados, al igual que los asientos. El reto para el 2016 será instalar una peluquería para hombres y un salón especial para maquillar y peinar a novias y a quinceañeras.

    Este último grupo ha tomado fuerza en los últimos dos años. Además, han asesorado a las candidatas a Reina de Santo Domingo. Esto debido a que son parte del grupo de estilistas del certamen de belleza local.

    Este año, este emprendimiento trabajó con dos candidatas. Una de ellas fue Dayar Olmedo, reina de Santo Domingo 2015 – 2016. Ella sostiene que el cuidado de The Collection Peluquería fue fundamental para ganar el concurso. “Sabían las tendencias de moda, los colores que me favorecían, resaltaban mis cualidades”.

    En la actualidad tienen 3 000 clientes fijos y la facturación promedio anual es de USD
    200 000
    . Para celebrar los 16 años de aniversario, los emprendedores organizaron un desfile de modas para resaltar las nuevas tendencias de la moda en peinados, maquillaje, tintes y cortes de cabello. Desfilaron las reinas de belleza, conductoras de televisión y clientes. Los próximos años se desarrollará nuevamente este evento, pero con fines benéficos.

    Insignia

    ‘A los clientes doy mi mejor esfuerzo’

    Patricia Muñoz. Estilista

    “Trabajar en The Colletion Peluquería me ha permitido encontrarme con mi vocación. En este negocio he aprendido no solo las técnicas de belleza, sino también me enseñó a tratar con clientes. Sé que estos conocimientos me servirán en cualquier rol que me desempeñe en un futuro. Además, he aprendido a no darme por vencida y a intentar algo hasta conseguirlo, porque mi satisfacción es que la persona a la que atendí haya salido feliz. De lo contrario, mi esfuerzo y trabajo no valieron la pena. Una vez había una cliente muy estricta. Tuve miedo de atenderla, pero di mi mayor esfuerzo. Se fue feliz y desde entonces solo se atiende conmigo. Esa es una satisfacción para mí.

    Me gusta ser parte de este negocio, porque siempre está innovándose. Siempre nos capacitamos o actualizamos nuestros conocimientos. Antes yo no trabajaba y este empleo me enseñó a valorar el dinero; ahora puedo aportar en mi hogar”.

    Peluquería
    Los esposos Rossy Bastidas y Andrés López (centro) fundaron un negocio familiar en el centro de Santo Domingo. Se especializan en peinados, tintes, asesoramiento de imagen, etc. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
  • El estilo ecológico atrae al turista

    Redacción Sto. Domingo (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    El nombre Zaracay resalta en el jardín de uno de los hoteles de mayor trayectoria en Santo Domingo. La edificación se fundó en 1960, cuando la capital de los tsáchilas era apenas una parroquia.

    Hoy, la infraestructura del hotel Zaracay luce renovada. Las cabañas y habitaciones de pambil y caña guadúa fueron reemplazadas por cemento y recubiertas con madera, para que no se perdiera la esencia del negocio turístico: relax y confort ecológico.

    La remodelación se inició en el 2011, cuando cambió de propietario. Milton Torres compró el hotel a la familia Pérez Chiriboga. “La infraestructura había cumplido la vida útil. Debimos reconstruir varios espacios”, señala Torres.

    Allí se invirtieron alrededor de USD 2 millones en la remodelación. Se inició con la recepción; para ello, se importaron pisos en porcelanato y las paredes fueron reemplazadas por ventanales de vidrio, que permiten observar el jardín, una pileta y las palmas.

    En ese lugar antes había chozas para almacenar los productos de limpieza, que se ocupan en el hotel. Los primeros dueños las construyeron cuando todavía el terreno, de 220 hectáreas, era una hacienda llamada El Rocío, en 1953. Allí se alojaron los primeros huéspedes, que eran amigos de la familia Pérez. “Los allegados visitaban el lugar y recorrían las plantaciones de flores y frutas tropicales. Por eso, nació la idea de un hotel en el que se pueda compartir con la naturaleza”, afirma el historiador Juan Vivanco.

    Pero esas cabañas no dejaban observar el paisaje verde desde la recepción a los cerca de 60 huéspedes que a diario visitan las instalaciones. Por eso fueron trasladadas a otros espacios. En la actualidad el hotel de cuatro estrellas ocupa 280 hectáreas.

    Otra de las modificaciones que Torres implementó fue un salón de eventos y amplió el cupo de parqueo de 100 a 200 vehículos.

    Lizardo Suárez, presidente de la Cámara Provincial de Turismo en Santo Domingo de los Tsáchilas, asegura que los años de experiencia (55 años) y las instalaciones con apariencia ecológica han permitido que el hotel sea reconocido en el extranjero. “Es un hotel de primera categoría. Con servicios de lujo. Pero a la vez, brinda al turista un ambiente rústico propio de las construcciones de la nacionalidad tsáchila”.

    Al hotel Zaracay llegan huéspedes de la Sierra, Costa y Amazonía para hacer turismo o negocios. También lo hacen turistas desde Estados Unidos, Suiza, España, entre otros países.

    Además, en el hotel Zaracay se realizan eventos como capacitaciones, fiestas, reuniones de negocios, encuentros políticos, entre otros. Según Torres, de la facturación anual que es de USD 1 millón, el 40% se recauda por los eventos que efectúan marcas o empresas locales y nacionales.

    El Gerente asegura que la acogida se debe a que tienen equipos de audio y video de alta tecnología y los ambientes espaciosos permiten privacidad y a la vez que los grupos realicen desde dinámicas hasta presentaciones de candidatas a reina, etcétera. Los precios para grupos dependen de la cantidad y el tipo de servicio que escojan como por ejemplo alimentación, hospedaje, animación.

    El empresario Rogelio Zúñiga afirma que para cerrar negocios del sector agrícola escoge a Santo Domingo, porque es el punto neutro entre la Costa y la Sierra. “Mis socios de las dos regiones se hospedan en el hotel Zaracay por la seguridad y la comodidad en las instalaciones”, dice. Al mes, se realizan hasta 40 eventos en los cinco salones del hotel.

    Para el 2016 se implementarán alianzas con operadoras turísticas internacionales: se armarán paquetes ecológicos y culturales.

    La gestión

    Fanny Uribe

    La experiencia y la innovación nos han permitido posicionarnos en el mercado. Apostar por el turismo ecológico no es fácil; por eso es importante diversificarnos. De esa forma no limitamos nuestros servicios. Administro el hotel desde hace 26 años. He visto su crecimiento y me siento orgullosa de trabajar en un lugar que es parte de la historia de Santo Domingo. Además, ayudamos a fundaciones como Operación Sonrisa. La labor social nos motiva y da un valor agregado a nuestro trabajo.

    Hotel Zaracay
    El empresario y palmicultor Milton Torres adquirió el hotel hace cuatro años. Las ganancias las ha invertido en remodelaciones con estilo ecológico y elegancia. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
  • El maní crocante de Santo Domingo tiene sabor filipino

    María Victoria Espinosa (I) 
    redacción@revistalideres.ec

    El maní crocante no tiene ni una gota de aceite. El filipino Steve Sia elaboró varias fórmulas hasta lograr un ‘snack’ para que los niños y adultos mayores pudieran ingerirlo sin repercusiones en la salud. Es bajo en sal y azúcar. Solo tiene la grasa vegetal propia del grano.

    La marca Hermoso manní se distribuye desde hace tres años. La desarrollaron los esposos Steve Sia y Lorena Piedra. Ellos vivían en EE.UU., pero Piedra, que es ecuatoriana, extrañaba a su familia que es oriunda de la parroquia rural Valle Hermoso, de Santo Domingo de los Tsáchilas.

    En ese lugar, construyeron una planta para fabricar un maní crocante, parecido al que se comercializa en Asia. Pero con la diferencia de que solo utilizarían materia prima ecuatoriana. “Fue difícil encontrar una receta que se ajustara a la realidad nacional”, dice Sia. Ahí se produce a diario hasta 6 000 fundas de maní, que se distribuyen en seis supermercados a escala provincial y nacional.

    Luego de probar con varias harinas, la pareja descubrió que la harina de la arveja proporcionaba el toque crujiente al maní. Entonces, el siguiente paso fue importar máquinas específicas en las que invirtieron USD 35 000.

    Sia recuerda que al principio amigos y familiares le aconsejaban que hiciera un producto más comercial. Pero su idea era un maní saludable sin preservante, colorantes y con la porción adecuada de 25 gramos, que equivalen a 150 calorías basadas en una dieta de
    2 000 calorías diarias. El precio de cada funda es de USD 0,30.

    El filipino asegura que el éxito de su negocio radica en la selección del maní. Entre tres personas se encargan de escoger los maníes que no tengan desperfectos. Estos se hornean y recubren con la harina y se dejan secar para ser empaquetados en unas fundas amarillas con letras rojas y azules, que para los dueños de la marca significa que el producto es ecuatoriano. Además en la funda se dibujaron unas montañas y un valle de maní. Esto simboliza a la parroquia Valle Hermoso. “Mi esposa es de este lugar y su familia luchó para que se realizaran obras importantes. Quise rendirles un homenaje y que las personas conozcan más sobre la parroquia”.

    Desde hace tres meses, el maní se distribuye en las cadenas de supermercados Supermaxi y Tía. También en los almacenes mayoristas de Santo Domingo.

    Sia asegura que pusieron énfasis en la negociación con estos supermercados, porque durante más de un año intentaron posicionarse en tiendas locales, pero no obtuvieron el resultado esperado. “Debíamos dar crédito. Hubo personas que no nos cancelaron y debíamos pagar a vendedores. Preferimos que sean las cadenas grandes quienes lo distribuyan”.

    Para que la idea funcione, empezaron a dar a conocer el producto en las ferias del país. Han visitado Santo Domingo, Los Ríos, Manabí, Napo, Guayaquil, Loja y Quito. Ellos obsequian el producto, explican sobre el proceso de elaboración y en dónde pueden comprarlo. “Pensarán que perdemos dinero al regalarlo, pero hay marcas con más de 20 años en el país y competir con empresas consolidadas es difícil”.

    En el 2013 recibieron un reconocimiento del Ministerio de Turismo por la innovación en ferias. Betsy Sandoval tiene una tienda donde distribuye Hermoso manní. Lo compra en almacenes Aldeán. Ella recuerda que hace seis meses era difícil venderlo, pero empezó a ofertarlo con las gaseosas y cervezas. Desde entonces, los vecinos lo compran como un ‘snack’ para las reuniones sociales.

    Insignia

    “Creamos un producto saludable”

    Lorena Piedra. Administradora

    Mi esposo Steve y yo iniciamos este negocio con varios temores, porque el producto que ofertamos no es el más popular. Con el tiempo, empezamos a mostrarle a las personas que hay ricas recetas saludables para los aperitivos de media mañana o tarde. Para realizar este producto, Steve debió intentar varias fórmulas para lograr la ideal. Nuestra meta es colocar el producto en los bares estudiantiles. Para ello ajustamos más la fórmula a las necesidades de los niños y también de los adultos mayores.

    Ahora, me encargo de lo administrativo y mi esposo de la planta. Debo estar pendiente de cada negociación, para cumplir con los clientes y para que la marca se posicione en el mercado nacional. Sabemos que no es una tarea sencilla, pero de a poco estoy segura que lo lograremos. Hemos ganado experiencia. Aprendimos cómo negociar y creemos que tenemos un producto de calidad, que en el futuro dará trabajo a los santodomingueños.

    maní crocante
    El filipino Steve Sia llegó al país hace cuatro años para instalar una planta de maní crocante. Ha invertido USD 100 000 en la adecuación del mobiliario y en la construcción. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
  • Esta hostería se consolida gracias a la unidad familiar

    María Victoria Espinosa (I)
    redacción@revistalideres.ec

    El terreno donde hoy funciona la hostería D’Carlos era un potrero ubicado en la vía Santo Domingo – Las Mercedes.

    Pero Carlos Vélez se planteó convertir ese sitio en uno de los primeros balnearios del cantón. Él recuerda que desde que tenía 10 años quiso emprender un negocio turístico. Pero el sueño se cumplió en 1999, cuando adquirió un lote de 6 000 m2, en 6 millones de sucres (USD 240, en la época).

    Dice que esos eran sus únicos ahorros y no le alcanzaba para adecuar el lugar. Sin embargo, se propuso una fecha para inaugurar la primera ‘salsoteca de campo’: 18 de diciembre de 1999. Vendió la radio de su taxi para levantar un techo con paja toquilla y caña guadúa. Ese lugar serviría como una pista de baile. “Un club de fútbol me prestó las sillas, alquilé un discomóvil y abrí mi negocio”.

    Recuerda que cientos de personas asistieron ese día y uno de los motivos para atraer al público fue que en Santo Domingo no había espacios para bailar, jugar fútbol y bañarse en el río. Para el primer aniversario se le ocurrió llevar al artista lojano Máximo Escaleras. Allí identificó una nueva puerta para el emprendimiento, porque en este cantón tampoco se organizaban conciertos a menudo.

    Desde entonces, la ‘salsoteca’ se convirtió en balneario. Allí se construyó una piscina (hoy suman cuatro) y se organizaban presentaciones de artistas internacionales, sobre todo de Colombia.

    Pero según Vélez, para que un negocio progrese se debe innovar. Hace cinco años, los conciertos dejaron de ser rentables, así que el negocio familiar empezó a perfilarse como una hostería.

    Por ello, este emprendedor adquirió una hectárea de terreno a los costados del negocio, para construir una piscina de tilapias, desarrollar áreas ecológicas, edificar 14 habitaciones, colocar un sauna y habilitar un ‘hidromasaje natural’. Este último se ha convertido en un atractivo del lugar.

    Para Édgar Quimbo, de la operadora Blue Planet Ecuador, esos nuevos servicios hicieron que la hostería D’Carlos fuera considerada un atractivo para ofertar al turismo internacional. “Los extranjeros, por lo general, buscan lugares donde descansar y estar en contacto con la naturaleza”.

    En la actualidad, D’Carlos tiene clientes fijos de Alemania, Estados Unidos, Polonia, entre otros. Más de 10 000 personas visitan anualmente este negocio familiar.

    El quiteño José Carranco es uno de ellos. Cada año se hospeda con su familia en temporada de vacaciones escolares (julio-agosto). “Tienen lugares para niños y adultos; realizan concursos divertidos y podemos visitar a los tsáchilas”.

    Para que la estancia sea divertida, Vélez diseñó una ruta en forma de zigzag en el bosque. “El turista ingresa por un sendero y debe atravesar obstáculos. Al terminar, sale por otra ruta y piensa que el bosque es inmenso, pero tiene menos de una hectárea”.

    Pero estas ideas no las ha planteado solo. Sus hijos Miguel, Roberto, Génesis y su esposa María Mendieta son sus consejeros. Ellos siguieron carreras afines al turismo y se encargan de la publicidad y los paquetes de servicios.

    De hecho, en los últimos años han impulsado los paquetes empresariales y también para personas con discapacidad y de la tercera edad. “Adecuamos caminos y habitaciones específicas para que ellos se sientan cómodos”.

    Roberto Vélez asegura que uno de sus logros fue haber calificado para que empresas como Despegar.com oferten la hostería, en la que se ha invertido USD 400 000.

    Para el presidente de la Cámara provincial de Turismo, Lizardo Suárez, la hostería D’Carlos se ha posicionado en Santo Domingo gracias a la calidad del servicio y la innovación. “Cada mes ofrecen algo nuevo. Desde una estatua hasta un platillo o un sendero. Eso marca la diferencia”.

    INSIGNIA

    ‘He fusionado la teoría con la experiencia’

    Miguel Vélez. Administrador

    Desde hace 16 años trabajo con mi familia en este negocio. Empecé ayudándole a mi padre a limpiar mesas, atender a los clientes, cobrar, etc. Ahora me desempeño como administrador.

    Esta experiencia me ha ayudado en varios ámbitos de mi vida. Por ejemplo, ahora que estudio marketing puedo complementar la teoría con la práctica.

    Este negocio me ha ayudado a reinventarme cada día. Por ejemplo cuando tenemos grupos con alguna discapacidad nos esforzamos más para que se diviertan. De hecho, hemos modificado varios espacios para que se sientan cómodos. Una de las fortalezas de trabajar en turismo es que permite que el negocio innove cada día. Por ello siempre estamos pendientes de las tendencias mundiales y de cómo podemos adaptarlas a la hostería.

    Trabajar con la familia es aún más gratificante, porque nos volvemos un solo equipo y miramos hacia un objetivo común. Además, siempre buscamos la forma de hacer sentir bien a los turistas.

    hostería D’Carlos
    La familia Vélez se dedica al turismo desde hace 16 años. Ellos son los propietarios de la hostería D’Carlos, ubicada en el kilómetro 7 de la vía Santo Domingo – San Miguel de los Bancos. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
  • La herencia familiar va en el café

    María Victoria Espinosa (I)
    mespinosa@elcomercio.com

    La innovación del producto fue la clave para que el emprendimiento Café Español no desapareciera. En el 2005, cuando las firmas internacionales empezaron a promocionar el café instantáneo, la iniciativa de la familia Gutiérrez empezó a sufrir una crisis.

    Ricardo Gutiérrez, su gerente propietario, recuerda que durante varias noches pensaba en cómo innovar la producción. Luego de una investigación, empezó a elaborar una bebida de características similares basada en la haba.

    Durante ocho meses hizo más de 10 pruebas para obtener un sabor ácido como el del café. Los primeros catadores fueron sus hijos. Cuando la preparación cumplió con algunas de las expectativas empezó a probarlo con los clientes. “Si hacían ‘caras’ o no pedían otro, entonces sabía que le hacía falta algún detalle. Hasta que las personas lo aprobaron”.

    Una de las ventajas del café de haba, dice el Gerente, es que combate el insomnio a diferencia del café normal, que a ciertas personas les disminuye el sueño.

    Fernando Rojas toma este producto desde hace un año. Él indica que tenía problemas para conciliar el sueño debido al estrés. Por ello tomaba pastillas para dormir, pero la dosis cada vez debía ser mayor para que hiciera efecto. “En una feria conocí a Ricardo Gutiérrez y me lo recomendó. Lo tomo una hora antes de acostarme y el efecto es muy bueno”, señaló. Además es una alternativa para las personas que no pueden consumir productos con cafeína.

    Ahora se ofertan dos productos. El de empaque rojo es café natural y el verde es de haba. Los dos tienen su nicho de clientes. En el mes se venden unas 5 000 fundas de las dos variedades del producto.

    Desde 1995 que la planta se instaló en Santo Domingo, la familia Gutiérrez asistía a ferias en diversas urbes para promocionar la bebida. En ese tiempo, la producción era artesanal. Nueve trabajadores se encargaban de secar, tostar y empacar el café manualmente.

    Ahora, de ese proceso se encargan cuatro empleados por las inversiones en máquinas especializadas. En el 2003, por ejemplo invirtieron en un equipo que empaca 35 fundas por minuto. Este aparato costó USD 18 000.

    Además se adquirieron molinos industriales, que pese a triturar la semilla, no hacen que pierda el olor. “Para trabajar con café se debe ser muy cauteloso. Este producto es similar a los perfumes. La fórmula debe ser exacta, para no afectar el olor y la textura”.

    La marca Café Español se creó en Ambato (Tungurahua) en 1945. La fundó Luis Gutiérrez, el padre de Ricardo, quien nació en España. De ahí se deriva el nombre.

    El empresario recuerda que su padre instaló el negocio con ayuda de españoles que radicaban en Guayaquil y también se dedicaban al cultivo de café. En 1970, el negocio familiar pasó a manos del hijo mayor: Vicente Gutiérrez. Él se hizo cargo por 12 años. Luego se heredó a los hijos Gonzalo y José.

    Ricardo Gutiérrez se dedicaba al negocio de la ferretería, hasta que en 1995 decidió desempolvar la tostadora e inició el negocio en Santo Domingo. Una de las ventajas de hacerlo en la tierra tsáchila es la cercanía con los productores de Manabí, y también de Loja, “donde se cultiva el mejor café”.

    Pero la desventaja es que el fruto no puede almacenarse por más de un mes. La humedad provoca que se llene de hongos y se pierdan propiedades. Por ello, los tres proveedores de Café Español surten el negocio según la necesidad de la planta. “Para cubrir la demanda deberíamos adquirir 150 quintales en el mes, pero para no perder se hacen dos o tres pedidos cada 15 días”, señala.

    Ahora el reto de la empresa es exportar a Rusia el café de haba. Las primeras muestras fueron enviadas a través del Ministerio de Industrias y Productividad.

    INSIGNIA

    “La rigurosidad ayudó en el crecimiento”

    Santiago Gutiérrez, jefe de producción

    Me encargo de la producción del café; es decir, de tres procesos en la planta: la tostada del café y la haba, moler el producto y empacarlo. En 150 kilos nos demoramos dos horas en la producción. Eso debido a la tecnificación de los últimos años de la planta.

    Inicié este trabajo cuando tenía 19 años. Ya han pasado 21. En este tiempo he aprendido a ser exacto y a perfeccionar mi labor, ya que de mi esfuerzo depende que la calidad del producto no baje. Pero no siempre fue así. Al principio tuve muchas equivocaciones. Recuerdo que una vez por descuido no controlé la temperatura y el café se tostó por fuera, pero por dentro estaba crudo. La consecuencia fue que perdí tiempo y recursos económicos y materiales. Desde entonces soy riguroso y muy responsable en el control de la temperatura.

    Café Español
    Ricardo Gutiérrez es el propietario de Café Español, cuya planta está ubicada en el km 1,5, de la vía a Chone. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
  • Las mermeladas que llegan hasta Europa

    Red. Santo Domingo (I)

    Desde dos marmitas de acero se expande un humeante olor de diversas frutas que se cuecen de una manera vertiginosa. Con una vigorosa cuchara, Estela Cuello agita los 125 kg de piñas y guayabas para que la cocción sea más consistente.

    El mismo instante lo aprovecha para dosificar la cantidad de azúcar que se requiere para preparar la mermelada. Esta es la especialidad de la Asociación Nueva Aurora de Santo Domingo.

    La microempresa se especializa en la preparación de este producto, desde hace 16 años. En este lapso su marca ha llegado a Italia, España y Bélgica. 13 lideresas impulsan este emprendimiento con perseverancia y son quienes mantienen un estricto parámetro de calidad.

    Nelly Cevallos, una de las emprendedoras, indica que para la preparación de la mermelada no utilizan ninguna clase de preservante. La única fórmula es agregar el 70% de la fruta y el 30% de azúcar. Esa precisamente es una característica que aprecia el consumidor europeo.

    La Asociación Nueva Aurora surgió de una capacitación de la Fundación Maquita Cushunchic Comercializando Como Hermanos (MCCH). Las integrantes recibieron capacitación en temas relacionados con las técnicas básicas de la elaboración de la mermelada y los primeros pasos para crear una microempresa.

    Carlos Ponce, funcionario de MCCH, recuerda que la idea era activar más de 50 emprendimientos basados en la preparación de dulces. Pero de estos solo sobrevivió la Asociación Nueva Aurora, que ahora tiene su propia planta con despulpadoras, esterilizadoras de frascos, calderos y trituradoras.

    Todo vino de menos a más. Los inicios fueron en la Casa comunal del sector Nueva Aurora (al sur de Santo Domingo), donde se realizaban los primeros ensayos con el producto. La producción inicial fue de 3 000 frascos, que se vendieron en ese barrio y en otros de Santo Domingo. No obstante, gracias a los contactos internacionales de MCCH se corrió la voz de que en Ecuador se preparaba una mermelada 100% pura. Eso catapultó a las emprendedoras para su primera experiencia en exportación. Al principio enviaron a Europa unas 10 000 unidades de mermelada.

    Ahora Mary Oñate, una de las integrantes del emprendimiento, asegura que en un mes se hacen envíos de hasta 20 000 frascos. «Esto no es fijo; todo depende de los pedidos que se hagan».

    Cada unidad se vende a USD 1,29 y financia la compra de ingredientes, mantenimiento de los equipos, pago de sueldos… La fundación MCCH se encarga de llevar la contabilidad del negocio y de los trámites aduaneros para exportar la mermelada por el Puerto de Guayaquil.

    Ellos se basan en los principios del comercio justo que promueve una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores, agrega Carlos Ponce.

    Las herramientas de trabajo están en un área similar a un galpón, de 9 x 18 m2, en el barrio Nueva Aurora. Allí, tres veces al mes, las 13 emprendedoras con mandiles, gorros, guantes y otras protecciones, se concentran para elaborar las porciones de los pedidos.

    Las mermeladas de mayor atención son las de piña, naranja, papaya y mango. Cerca de nueve horas en un día, las mujeres se toman para cumplir con los pedidos a sus consumidores.