El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) destacó los desafíos de América Latina y el Caribe en temas de tecnologías, enfocadas en la sostenibilidad para garantizar la seguridad alimentaria de la región.
El IICA indicó que la conectividad, la capacitación, el acceso a crédito e infraestructura son elementos vitales para transitar hacia la agricultura 4.0 y garantizar la seguridad alimentaria.
En un foro organizado por la entidad, expertos resaltaron que la región tiene el potencial y la responsabilidad de alimentar a una población creciente, pero necesita, a través de la innovación tecnológica y de buenas prácticas, renovar sus sistemas productivos para hacer un uso más eficiente de los recursos. “La agricultura ha sido capaz de alimentar a los 650 millones de personas del continente y abastecer los mercados internacionales, pero lo que se viene no es más de lo mismo, es una agricultura que tendrá que internalizar más las nuevas tecnologías”, dijo el director general del IICA, Manuel Otero.
Otro de los temas expuestos es que en los últimos años se han desarrollado innovaciones que podrían tener un amplio potencial para aumentar la productividad en el campo, pero en los territorios rurales hay grietas en materia de digitalización que deben cerrarse, para que la tecnología tenga un impacto tangible.
“Tenemos que reconocer que podemos tener por delante la formulación de algunos proyectos que puedan complementar los esfuerzos en la digitalización del agro. Esto es un impulso para encontrar temas de interés común y donde hemos encontrado oportunidades de colaboración con organismos como el IICA”, dijo el decano de la U. Estatal de Nuevo México, Rolando Flores.
Para las autoridades, entre las tecnologías que podrían tener impactos en la agricultura se identificó la inteligencia artificial, la robótica, el machine-learning, el blockchain y aplicaciones móviles para la extensión rural.
Estas herramientas son un medio para lograr la revolución agrícola digital, pero dentro del ecosistema los principales actores son los productores, quienes deben poder usar estas tecnologías y alcanzar sus objetivos económicos, sociales y ambientales.
Entre los elementos que, sumados a la pandemia, han entorpecido la inserción de las tecnologías en los campos es la desconexión entre las más recientes innovaciones y los pequeños agricultores.
La innovación en maquinaria es uno de los principales desafíos de los países, para mejorar la productividad en el desarrollo agroindustrial. Foto archivo LÍDERES
Conseguir que más mujeres, sobre todo jóvenes, se vinculen a la industria tecnológica es el proyecto que impulsan Bárbara Jaramillo y Fabiana Moure.
Ambas son estudiantes de la carrera de Comunicación Organizacional y Relaciones Públicas de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), con experiencia en ‘fintech’ y prototipado de aplicaciones, respectivamente. Juntas Despegamos es el nombre que le dieron a esta iniciativa, que es su proyecto de tesis.
Al inicio buscaban la inserción temprana de niñas y adolescentes en el mundo digital, a través de talleres y webinars en los que pudieran interactuar con lideresas en la industria tecnológica. Pero, sobre la marcha, se dieron cuenta que mujeres adultas, particularmente emprendedoras, estaban interesadas en participar.
Una de ellas es Paulina León, quien forma parte de un grupo denominado Mujeres Ambato y tiene un proyecto para vender vino por catálogo, al que nombró La bodega del catador. Participó en la ponencia de Ivanna Zauzich, gerente de E-Business de SaludSA .
“Me pareció muy bueno. Me gustó la exposición porque está apegada a la realidad. Nos mostró como funciona el mundo del marketing digital. Yo también destaco que la expositora brinde sus conocimientos sin guardarse nada”, comenta la empresaria.
Hasta el momento, se han desarrollado dos webinars a través de Juntas Despegamos. Quedan por realizarse dos más. También se hizo un live en Instagram.
El proyecto arrancó en enero pasado con la investigación. Más adelante, las universitarias comenzaron a concretar alianzas con colegios y colectivos, para que las mujeres que pertenecen a esas instancias puedan acceder a los beneficios de su propuesta.
Entre los grupos a los que han contactado están Ciudad Mujer, de Daule; Mujeres que inspiran, con impacto en la Amazonía; Mujeres Ambato, en dicha ciudad…
Al inicio, comenta Bárbara Jaramillo, se buscaba apoyar a 15 jóvenes de colegios públicos de Quito. Sin embargo, las dificultades derivadas de la pandemia les obligaron a dar un giro a su iniciativa.
Se contactaron con las agrupaciones y se expandieron hacia otras provincias. Cuentan, al momento, con 70 mujeres inscritas para participar en los webinars.
Estos encuentros se realizan a través de la plataforma Zoom, todos los sábados a las 10:00. Las ponentes exponen qué es lo que hacen dentro de la industria tecnológica, explican de qué se trata este sector e interactúan.
Fabiana Moure agrega que las mujeres también aprenden sobre cómo manejarse en comunidades digitales y redes sociales, qué es el comercio electrónico, cómo tener más ventas a través de Internet y cómo utilizar las herramientas.
Las universitarias han registrado que las participantes a los primeros webinars tienen de 23 años en adelante. Al primer encuentro asistieron 30 personas, que pertenecen a diversos sectores entre los que están minería y alimentos.
Para el sábado 14 estaba previsto un webinar con Pierrangela Sierra, CEO de Tipti, para hablar de la importancia de la presencia de mujeres en el mundo digital, por qué se debe levantar el porcentaje de mujeres en ingeniería informática y otras carreras similares y qué profesiones, en el ramo tecnológico, requieren las empresas.
Las impulsoras de este proyecto aún esperan poder impactar en estudiantes de colegio.
Bárbara Jaramillo y Fabiana Moure son las estudiantes que pusieron en macha el proyecto de inserción. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
Las compañíaspodrán llevar su contabilidad por ordenadores, medios mecánicos, magnéticos y archivos electrónicos, siempre que se permita su posterior verificación y otros requerimientos. Este es uno de los cambios que se incorporó en el proyecto de Ley de Modernización a la Ley de Compañías, que fue aprobado en segundo debate por la Asamblea (22 de octubre del 2020) y, ahora, espera la decisión del Ejecutivo.
Otro cambio relevante es que las acciones de una compañía anónima o sociedad, por acciones simplificadas, podrán estar representadas por certificados ‘tokenizados’. Se entiende como ‘tokenizado’ a la representación de las acciones en un formato electrónico, que esté organizada en una cadena de bloques o cualquier otra red de distribución de datos o tecnología de registro y archivo de información virtual, que sea segura y verificable.
La cadena de bloques o ‘blockchain’ es una tecnología de registro y archivo de información virtual, que organiza los datos en bloques encadenados cronológicamente por una función algorítmica encriptada y confirmada por un mecanismo de consenso.
Para el intendente de Compañías de Quito, Esteban Ortiz Mena, este tipo de tecnología no será incorporada inmediatamente por las empresas, pero es un reconocimiento importante porque moderniza la legislación societaria y Ecuador es el primero en hacerlo en Latinoamérica.
Otro tema, señala Ortiz Mena, es el mejoramiento de los criterios y recomendaciones de ‘doing business’, que es una medición de las regulaciones para hacer negocios del Banco Mundial y su aplicación en 190 economías. Ecuador está en el puesto 129.
“Al poner a la norma en los niveles internacionales, podremos mejorar en los procedimientos”. Ortiz se refiere a la protección de los accionistas minoritarios y mejoramiento para la constitución de los negocios.
Para el Intendente, los cambios que se incorporan permitirán que las empresas mejoren, en distintos momentos, sus procesos y procedimientos. Otras incorporaciones que destaca es la supresión de los comisarios y la posibilidad de que las compañías tengan un solo accionista en su existencia.
Según el presidente de la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional, Esteban Albornoz, fue importante corregir anacronismos y eliminar artículos inútiles e innecesarios.
Albornoz dice que el objetivo fue crear un marco moderno, simplificar trámites y apoyar a la reactivación productiva.
Las reformas se pueden dividir en dos grandes grupos. El primero es la modernización de la norma en aspectos como la eliminación del trámite de oposición a terceros. “Nunca funcionó y dilataba los procesos para la creación y disolución”. Además, se simplificaron los procesos de disolución y se autorizan las juntas telemáticas de accionistas.
El segundo grupo, añade Albornoz, es la innovación y se replican aspectos que funcionan en el exterior. Por ejemplo, con este proyecto ya se puede convocar a una junta de socios con el 15% del capital y en la actual norma solo se puede hacer a partir del 25%.
El abogado societario Marcelo Chico Cazorla cree que hubiese sido importante codificar la Ley de Compañías incluyendo todas las reformas que se han dado. De esa forma, explica, se facilitaba el estudio y aplicación sin tener varios cuerpos legales “para saber qué reforma a qué…”.
Para Chico Cazorla esta nueva norma es de vanguardia, pero no cubre todas las necesidades. Se refiere a la transferencia de las acciones, que requieren la aceptación del 100% del capital y si un socio se opone, no se puede hacer. “Eso puede prestarse a chantajes de los socios minoritarios”.
Según él, esta norma por sí sola no atraerá a la inversión porque el país debe asegurar una estabilidad jurídica, laboral y tributaria.
Menos trámites para atraer la inversión al país
Redacción Quito (I) redaccion@revistalideres.ec
El sector minero mira con optimismo la aprobación de esta nueva Ley de Modernización de Compañías. En la foto el proyecto Fruta del Norte. Foto: Archivo / LÍDERES
Reducción de trámites y agilización de procesos para empresas extranjeras que deseen invertir o abrir sucursales en Ecuador, es lo que trae la Ley de Modernización a la Ley de Compañías.
Esto “impacta directamente en costos, tiempo de ejecución de trámites y noción de los procesos para quienes no están muy familiarizados con nuestra legislación”, se explica desde la Cámara de Comercio de Quito (CCQ). Un elemento clave dentro del texto es que la normativa brinda los mismos derechos e igualdad de condiciones, que tienen las firmas nacionales, a las extranjeras en cuanto a la administración, operación, expansión y transferencia de sus inversiones, tal como lo señala el artículo 17 del Código Orgánico de la Producción.
Miguel Ángel Puente, ex presidente de la Federación de Cámaras Binacionales y socio fundador del estudio jurídico Puente & Asociados, explica que en la Ley anterior existía una limitación para que las sociedades anónimas extranjeras pudieran invertir en firmas de responsabilidad limitada en Ecuador y “no había una razón técnica para ello”.
Hasta antes de la aprobación de la Ley, las sociedades anónimas locales sí podían participar como socias de una firma de responsabilidad limitada local. Hoy, se elimina este tipo de prohibiciones para las empresas extranjeras.
Para la CCQ, la intención modernizadora de la normativa es clara, ya que propone validar los procesos que realizan las compañías usando herramientas telemáticas, virtuales y electrónicas, lo cual agiliza el accionar de los directivos o los procesos administrativos fuera del territorio.
Otras de las innovaciones es la posibilidad de creación de la junta no presencial, con la cual se adoptan acuerdos directamente, sin instalación de sesión formal.
Asimismo, para una inversionista que quiera establecer sucursales en Ecuador, se eliminan una serie de requisitos como certificaciones emitidas por cónsules en el Estado de origen. Ahora, se solicitará la presentación de documentación que acredita la existencia a través de validaciones que emita su propio sistema mercantil.
Andrés Ycaza, síndico de la Cámara de Minería, explica que toda reducción de trámites y procesos ayudan al sector, que durante los dos primeros trimestres de este año recibió cerca del 30% del total de lainversión extranjera directa (IED), según el Banco Central.
“Creo que va a haber una agilización en la ejecución de la inversión minera y eso es sano. Quizás eso repercuta en números a fin de año. Pero, sobre todo, va a mejorar en el clima de inversión en Ecuador”, señaló el jurista.
La mirada desde el exterior para el país no es de las mejores. Según el estudio Doing Business de este año, Ecuador no ocupa las primeras posiciones en cuanto a facilidades para hacer negocios.
Ycaza espera que eso cambie y destaca otros avances dentro de la norma, como el cierre de compañías más ágil o la menor presión en cuanto a reportes. Cree que el no tener que presentar las certificaciones consulares es el tema más positivo, ya que hay países inversores en los que la presencia de dependencias diplomáticas ecuatorianas es mínima.
La Superintendencia de Compañías tiene dependencias en Guayaquil, Quito, Cuenca (foto), Loja, Ambato, Machala, Portoviejo. En el país están registradas 72 064 sociedades. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
Software Enterprise Services (SES), empresa peruana que ofrece soluciones vinculadas a las tecnologías de la información, abrió una sucursal en Ecuador, país al que ha exportado sus servicios desde hace tres años y medio.
Con 14 años en el mercado, esta compañía se especializa en el desarrollo de software para mayor eficiencia de los procesos empresariales, en sectores como banca, seguros, industrial y educativo. Su nómina actual es de 250 personas.
La firma tiene presencia en ocho países: Canadá, México, Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay y Chile; con oficinas en dos de ellos (Costa Rica y Ecuador). En conjunto tiene un portafolio cercano a 25 clientes.
Tras participar en una licitación, SES recibió este año un apoyo económico de parte del Gobierno peruano, por USD 100 000, para su crecimiento comercial en algún mercado internacional.
La firma escogió Ecuador, donde el capital previsto de inversión es de USD 140 000, explica Juan Huapaya, director general de la compañía tecnológica. “Hemos decidido abrir sedes en países donde vemos una oportunidad de crecimiento local y este es uno de ellos”, subraya.
Hasta el momento la empresa venía ofreciendo sus servicios en Ecuador a un cliente del sector financiero, con el desarrollo y soporte de su software principal y la provisión de personal especializado a disposición del cliente, mediante subcontratación. “Nos va muy bien. Nos renovó los contratos de servicios”, indicó Huapaya, quien adelantó que acaban de concretar con dos nuevos clientes, también de la banca.
Otro de los productos que ofrece la compañía es la automatización de procesos administrativos con la tecnología RPA, mediante el uso de robots de software. Como socios de IBM y Microsoft, cuenta con soluciones inteligentes de negocios, basadas en analítica de datos. Además, tiene una plataforma móvil para llevar la oficina a trabajos de campo.
Eduardo Gabela, quien tiene experiencia en áreas comerciales y de servicio al cliente en multinacionales, es el vicepresidente de Negocios para Ecuador. Detalla que las conversaciones para abrir la oficina en el país comenzaron hace un año. El proceso conllevó un estudio del mercado.
“Los clientes se sienten más cómodos con una empresa que les pueda brindar soporte local, pese a que podemos operar desde cualquier parte”, comenta Gabela. Añade que en la mayoría de casos los clientes también prefieren que la facturación sea local, porque se disminuye la carga impositiva.
La firma, que factura entre USD 6 y 7 millones al año, está en proceso de evaluación de perfiles para la contratación de personal en su sucursal local, que arrancó a operar oficialmente en septiembre. “Empezaremos con una nómina de entre 10 y 20 personas”, indica el Director general.
Para este año espera facturar en el país unos USD 150 000 y para el 2021 el objetivo es cerrar con USD 1 millón. Los planes son crecer hacia otros ramos como las telecomunicaciones, industrias y retail, con el fin de optimizar los software de estas compañías y ofrecer nuevas soluciones.
La empresa de tecnología, de origen peruano, tiene una nómina cercana a las 250 personas. Foto: Cortesía SES
En un año donde la economía se ha visto afectada por la emergencia sanitaria, hay empresas que han decidido continuar invirtiendo en sus procesos de producción, con el objetivo de crecer en el mediano plazo.
Es el caso de Oriental Industria Alimenticia, que este año invirtió USD 2 millones en la adquisición de nueva maquinaria, para las líneas de fideos instantáneos y de láminas de masa precocida de harina de trigo fortificada.
La maquinaria, importada desde China, se encuentra en funcionamiento desde agosto pasado, asegura Yuri León, directora de la Unidad de Alimentos de Oriental Industria Alimenticia. El objetivo de esta reciente inversión, explica, es incrementar los volúmenes de producción, generar nuevas fuentes de empleo y satisfacer las necesidades de sus consumidores nacionales e internacionales.
En fideos instantáneos, la empresa produce al año 3,8 millones de kilos. La ejecutiva señala que con la nueva tecnología prevén triplicar la producción en instantáneos y masa precocida, en su planta Estambul, ubicada en la provincia de Los Ríos, en la que también elaboran salsas y harinas.
Además, esperan un incremento del 5% de plazas de empleo en esa planta de producción. La empresa también tiene otra fábrica en La Maná, Cotopaxi, donde elaboran sus líneas de tés y bebidas. En total, Oriental emplea a 657 trabajadores directos y genera cerca de 1 200 empleos indirectos.
La compañía alimenticia elabora más de 100 productos, agrupados en cuatro categorías: fideos y pastas, salsas y aderezos, harinas y misceláneos, té y bebidas.
“Al momento, se ha incrementado la producción de pastas y fideos (en especial las instantáneas), por la practicidad de estos productos en esta época de confinamiento”, explica León, al referirse al desempeño de la empresa durante la pandemia de covid-19.
La firma no detuvo la actividad en sus plantas durante los primeros meses de la emergencia sanitaria, pero laboró solo con el 70% del personal, con reducción y ajustes de horarios. Actualmente, las dos fábricas están completamente operativas.
Esta industria de alimentos exporta sus productos a más de 12 países y se encuentra trabajando para lograr ingresar a Centroamérica hasta finales del 2020.
Adaptándose a los cambios de consumo que ha generado la pandemia, la empresa implementó un nuevo canal de ventas en línea: Oriental Shop, disponible en su página web. Por medio de esta plataforma, los clientes pueden comprar productos a domicilio. También abrió un canal de solicitudes por Whatsapp, con plazos de entrega de entre 24 y 72 horas.
Con la reciente inversión en tecnología, la empresa tramita un contrato de inversión con el Estado por un plazo de 12 años, el cual le permitiría beneficiarse de exoneraciones tributarias, mientras genere empleo en una zona prioritaria, como Los Ríos. Durante ese período, tendría exención del impuesto a la renta en la utilidad generada en las líneas de fideos y masa precocida.
El contrato fue ingresado a inicios de año, precisa León. No obstante, como producto de la pandemia, se ha retrasado su aprobación y al momento se encuentra en revisión por parte del Ministerio de Producción, Comercio e Inversiones y Pesca, añade. “Esperamos contar con la aprobación del mismo hasta finalizar el año en curso o a inicios del próximo”.
Entre enero y agosto del 2020, en el país se suscribieron 28 de estos convenios por USD 400 millones, que comprometen la inversión de empresas privadas en seis sectores productivos. Otro de los beneficios contemplados en la Ley de Fomento Productivo para las compañías que realicen nuevas inversiones es la exoneración del impuesto a la salida de divisas (ISD).
2 millones de dólares fue la cifra de inversión en las líneas de fideos y masa precocida.
En la planta Estambul, ubicada en la provincia de Los Ríos, se elaboran fideos, harinas, salsas, entre otros productos. Está operativa al 100%. Foto: cortesía Oriental / LÍDERES
La emergencia sanitaria obligó a muchas empresas del país a operar bajo la modalidad del teletrabajo. En la mayoría de los casos sin contar con una planificación previa y con la necesidad de hacer inversiones para ajustarse a esta nueva forma de operar.
De 6 395 empresas que están aplicando teletrabajo, el 91,4% son medianas, pequeñas y microempresas, según datos del Ministerio del Trabajo, al 17 de septiembre.
El sector comercial es el que más ha optado por esta alternativa, indistintamente del tamaño del negocio. Pero son los profesionales de la enseñanza quienes más se encuentran teletrabajando.
En firmas medianas y pequeñas, el teletrabajo ha sido principalmente utilizado para las áreas administrativas, financieras o de mercadeo y ventas, según gremios de este grupo de negocios.
No obstante, Wilson Araque, director del Observatorio de la pequeña y mediana empresa (pyme), de la Universidad Andina Simón Bolívar, considera que lo que se realiza actualmente no es ‘teletrabajo’, porque no hubo una planificación previa. “Por la emergencia, las personas y las empresas llevaron el trabajo a la casa. Y en el camino se han ido encontrando las mejores prácticas”.
Araque explica que el teletrabajo requiere de un análisis de puestos de trabajo y del personal que pueda adaptarse a esa modalidad. Además, señala, se debe proveer de la infraestructura física y tecnológica adecuada, capacitar al personal y llegar a un acuerdo sobre la jornada. Por último, debe haber una evaluación del trabajo con indicadores.
De acuerdo con una encuesta del Observatorio, el 52,3% de estas firmas está laborando bajo ambas modalidades: presencial y teletrabajo. El sondeo fue realizado entre mayo y junio a 576 empresas en cuatro grandes provincias.
Hasta antes de decretarse la cuarentena por el covid-19, el teletrabajo era una modalidad utilizada por apenas 1 885 trabajadores del país. Con la emergencia, hasta el pasado 17 de septiembre había 437 703 teletrabajadores, del sector público y privado.
Ante este cambio en la operatividad laboral, el Ministerio de Trabajo expidió el pasado 14 de septiembre las directrices para regular la aplicación del teletrabajo conforme lo establece la Ley Orgánica de Apoyo Humanitario.
El acuerdo señala que el trabajo remoto es aplicable para cualquier tipo de contrato, en jornada completa o parcial, sin exceder los límites establecidos en el Código del Trabajo. También determina que el empleador deberá proveer los equipos, lineamientos e insumos necesarios para el desarrollo del teletrabajo. Por su parte, el trabajador será responsable del cuidado y custodia de las herramientas y equipos entregados.
Las inversiones que amerita la adopción del teletrabajo son uno de los retos a los que se enfrentan las pequeñas y medianas empresas, que a diferencia de las grandes no contaban con un soporte tecnológico robusto, señala el Director del Observatorio de la Pyme.
Marco Carrión, presidente de la Cámara Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa (Canape), corrobora que algunas compañías han invertido en computadoras, licencias de softwares, sistemas contables en línea, ampliación del ancho de banda en los hogares y capacitaciones.
El equipo de 4Mommy, una microempresa que vende ropa en línea para mujeres embarazadas y bebés, está operando completamente en teletrabajo. Son cuatro personas: sus fundadores y gerentes, Jessica Proaño y Gabriel Araujo, una contadora y un diseñador. Las piezas se mandan a confeccionar en cuatro talleres.
Anteriormente, el emprendimiento funcionaba en una oficina en el norte de Quito, que ahora solo alquilan por medio tiempo y usan como bodega. Para trabajar en casa, Proaño y su esposo acondicionaron un sitio, compraron un escritorio, una silla, una impresora y contrataron un plan de Internet con más ancho de banda.
Adicionalmente, adquirieron una licencia de Microsoft para uso de todo el equipo, desde sus casas. “Nos reunimos por Teams. Nos mantendremos así al menos en los siguientes meses”, añade Proaño, para quien esta manera de trabajar le ha resultado efectiva.
No todos los pequeños negocios tienen capacidad para invertir en infraestructura tecnológica. Para el titular de la Canape esto ha incidido en el quiebre de empresas. “Del 30 al 35% de las pymes han cerrado o están evaluando cómo reactivarse”, dice Carrión.
Otras no han optado por el teletrabajo por la naturaleza de su operación. Cerca del 90% de las firmas agremiadas a la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi) son industrias, lo que hace necesaria la actividad presencial para funcionar. “Algunas están teletrabajando pero solo en la parte administrativa y financiera”, señaló Gustavo Ruiz, presidente de la Capeipi.
Bossbran, una empresa de alimentos, está operando de manera presencial. Solo en los primeros meses de la pandemia mantuvo a cuatro personas de las áreas de recursos humanos, mercadeo y finanzas en teletrabajo, señala el gerente, Daniel Karolys.
Sobre el impacto del teletrabajo, el Presidente de la Capeipi señala que ha facilitado la “maduración tecnológica”, para las pymes, que en muchos casos habilitaron sus ventas en línea, producto de la emergencia.
Más demanda en sitios de coworking en el país
De esta manera lucen las instalaciones de uno de los coworkings de Impaqto. Tiene cinco sedes en dos urbes. Foto: Cortesía Impaqto
Redacción Quito (I) redaccion@revistalideres.ec Dueños de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), emprendedores, profesionales independientes y teletrabajadores buscan lugares de ‘coworking’, como una alternativa para realizar sus actividades en espacios de bioseguridad.
Según la Superintendencia de Compañías hay nueve sociedades inscritas con el nombre de ‘coworking’ en el país, aunque las actividades registradas por cada una difieren. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), por su parte, indicó que no tiene datos específicos sobre coworkings en el país.
Lo que sí es seguro es que durante los primeros días de la pandemia, estos lugares tuvieron que cerrar sus puertas; ahora, tras aplicar medidas de desconfinamiento, están activos. En sus instalaciones los usuarios pueden mostrar sus productos, realizar reuniones, contar con Internet de alta calidad, acceder a muebles ergonómicos y evitar el estrés que les puede generar trabajar en casa.
Uno de estos sitios es Workshop Coworking, ubicado en Urdesa, Guayaquil. En la cuarentena brindó servicios, como capacitaciones, de manera virtual; el espacio físico lo reactivó a inicios de mes.
Guillermo Vizcaíno, CEO de este lugar, indica que poco a poco han llegado las personas; actualmente, de 10 a 20 a la semana. Antes del covid-19, lo hacían 500 en ese mismo período. Además de alquiler de espacios de trabajo y oficinas, Workshop ofrece talleres digitales y ‘starter kits’ (servicios para emprendedores como manejo de redes sociales, fotografía de producto, entre otros).
Entre las personas que acuden allí están aquellas pertenecientes a empresas pequeñas que antes alquilaban oficinas y decidieron reducir gastos, emprendedores…
Una de ellas es Diana Carbonari, CEO de Pigro. Se trata de una cadena de restaurantes activa hace 12 años ubicada en algunas playas de Santa Elena, ahora también cuenta con una línea de productos empacados listos para cocinarse.
Acostumbrada a recibir grandes grupos de personas, la pandemia le obligó a hacer ajustes. Decidió mostrar sus productos en una percha refrigerada en Workshop, para que la gente que labora en el sitio los pueda consumir.
También exhibe su oferta en el lugar Belén López, dueña de Payfer, un negocio de cosméticos. “Nos ayuda mucho porque nos permite visualización y un nuevo punto de venta. Es un sitio con altas medidas de bioseguridad. Estamos hace siete meses”.
Hoy, vende sus productos allí y en una tienda de artículos orgánicos. Antes estaba en otros sitios, pero tras la pandemia estos cerraron, lo que generó un problema.
Compañías vinculadas con los recursos humanos como Adecco dicen que habrá un repunte de los ‘coworkings’. “Hay, incluso, espacios tipo cápsulas para ofrecer seguridad y aislamiento. También existen los ‘coworking’ virtuales para conectarse con más usuarios”, señala Sebastián Lima, director de calidad, servicio y selección de la firma en Ecuador.
Impaqto, con cuatro sedes en Quito y una en Cuenca, abrió sus puertas al público apenas se pasó del semáforo rojo al amarillo en ambas ciudades. En esa coyuntura, aún en pandemia, se detectó que mucha gente que no tenía las herramientas para trabajar en casa (conexión de red de calidad, escritorio, espacio silencioso y más) comenzó a salir a cafeterías a laborar y no era lo más adecuado. Impaqto se puso manos a la obra para ofrecer a estas personas un área laboral física segura y una comunidad virtual.
Comadres es una comunidad de mujeres emprendedoras en Guayaquil, que estuvo activa de manera digital en la pandemia y ahora físicamente. Ahora ofrece espacios de trabajo, charlas, tienda de exhibición. “Ayuda a negocios que buscan no incurrir en gastos”, señalan sus representantes.
El requerimiento de oficinas bajó en tres ciudades
La Torre de Negocios de El Dorado, en el centro de Cuenca, tiene espacios desocupados. Gloria Haya realiza la limpieza. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
Redacción Cuenca (I) El norte de Guayaquil y Quito, y el Centro Histórico de Cuenca son las zonas donde existen más oficinas desocupadas en esas ciudades. El cierre de las empresas o el teletrabajo, que aumentó por el covid-19, son las principales causas para esa situación.
Hace dos semanas, la Asociación de Corredores de Bienes Raíces de Guayas realizó una encuesta a sus 150 socios activos sobre el comportamiento del mercado inmobiliario. Allí se determinó que, en la actualidad, creció la oferta de venta de oficinas en un 55%, con relación a lo que ocurría hasta antes del inicio de la pandemia. Además, casi no existe demanda.
Sue Murillo es la presidenta de esta asociación. Según ella, las oficinas son generadoras de ingresos y trabajo, pero -ahora- al existir el teletrabajo y por la crisis económica se desocuparon algunas instalaciones para generar ahorros en las empresas que arrendaban. Ella agrega que el mercado de bienes raíces relacionado con la venta o alquiler de oficinas está totalmente frenado y la desocupación es muy alta en Guayaquil. “Existe una sobreoferta, tanto en alquiler como en venta”. Estima que la situación recién se podría estabilizar a mediados del 2021.
Murillo señala que, actualmente, es complicado alquilar estos espacios porque las empresas no lo requieren pues tienen a sus empleados laborando en casa. Ella añade que los dueños tienen complicaciones porque deben seguir pagando alícuotas de seguridad, mantenimiento y limpieza, pese a tener espacios desocupados.
Por ello, dice, hay quienes decidieron venderlas porque, además, sus ingresos se han reducido en la presenta crisis. “Necesitan tener liquidez disponible, incluso, hasta para capitalizar sus negocios”.
Pero allí surge otro problema que es la falta de compradores y los que existen buscan ofertas bajas y que tengan los servicios necesarios y, encima, puedan acceder a financiamiento. En el estudio de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces de Guayas se determinó que el 60% de los activos que comercializan sus afiliados son a crédito.
En la capital azuaya ocurre una situación similar. Para Marco Rodríguez, expresidente de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces de Azuay, las zonas de El Ejido (centro-sur) y el Centro Histórico es donde más se ha reducido la demanda de oficinas.
Él dice que debido a esta situación el precio de los arriendos de oficinas se redujo entre un 30% y 40%. Incluso se registran renegociaciones de contratos.
“Hay empresas o propietarios que quieren vender sus instalaciones, pero les decimos que, al ser una época complicada, es mejor esperar si su situación económica lo permite. Si no hay como arrendar, es mucho más complicado vender”, señala Rodríguez.
Agrega que los abogados, arquitectos, consultores, contadores y otros profesionales son los que más desocuparon oficinas en Cuenca porque están teletrabajando y buscan ahorrar el alquiler.
Ese criterio es compartido por el presidente de la Cámara de la Pequeña Industria de Azuay, Fernando Romero. El representante empresarial asegura que sus agremiados al ser principalmente manufactureros requieren de personal en las plantas, por lo que deben mantener las infraestructuras, que -en algunos casos- son propias. Él explica que, si bien tienen personal teletrabajando, cuentan con otros colaboradores en producción que deben estar físicamente en las fábricas.
La capital del país El norte de Quito. Según Isabel Ayala, agente de Bienes Raíces de Re/Max, en el norte de Quito hay oficinas desocupadas o en venta. Asegura que los pocos compradores quieren descuentos importantes. “Ellos alegan que todos los valores se han reducido”.
La devolución. Ayala dice que las pequeñas empresas son las que más han devuelto sus locales alquilados por la crisis. Agrega que estas firmas han cerrado o entregado sus locales porque se acogieron a la modalidad del teletrabajo. “El valor del arriendo se ha reducido entre un 6% y 10%, dependiendo del caso y zona”.
El Acuerdo 181 del Ministerio del Trabajo señala que los empleadores deben proveer los equipos, lineamientos e insumos necesarios para el desarrollo del teletrabajo. El trabajador, por su parte, es responsable del cuidado y custodia de las herramientas y equipos entregados por la empresa. Foto: Freepik.es
La tecnología puede ser un gran aliado, pero rara vez será la fuente de soluciones iniciales. Las soluciones, las propuestas de cambio, así como las innovaciones iniciales vienen de tu gente.
Hay que ser bien claros con esto y tener cuidado con nuestro enfoque: la mejor solución tecnológica no hará que tu equipo se vuelva más comprometido ni más resiliente. Tampoco te dará la energía necesaria para los retos actuales, y, en definitiva, no será el sustituto de tu gente en cuestión de generación de ideas e innovaciones para que tu negocio evolucione.
La tecnología es un excelente acelerador, pero las personas son los iniciadores y activadores de las soluciones.
En estos meses se escucha mucho sobre digitalización, y está bien. Solo me gustaría que a la par y con más fuerza, se escuchara sobre los programas de bienestar para nuestra gente. No se trata de ser una asociación benéfica. Se trata de instaurar más humanidad, para lograr un beneficio mutuo: Si cuidas a tu gente, la gente cuidará más de tu empresa, se generará más innovación y finalmente más opciones para todos.
La pandemia ha puesto en relieve la importancia de la preparación digital de las empresas. La crisis reveló que las firmas que tienen soporte tecnológico tienen más opciones para competir y, por ende, perdurar luego del covid-19.
El comercio electrónico, la salud y la educación fueron los sectores que más demandaron soluciones tecnológicas, de acuerdo con los expertos consultados.
Ese servicio en estas actividades fue vital para que las personas puedan realizar sus tareas desde la comodidad de sus hogares, señala Marcelo Delgado.
Él es el gerente general de Interpro, que es una empresa cuencana que desarrolló un software especializado en la gestión de proyectos de construcción.
Pese a que esta actividad fue una de las más golpeadas durante la emergencia por la paralización de actividades, Delgado destaca que con este software fue posible que, constructoras del sector privado, puedan seguir laborando.
Además, las ventas de su programa se incrementaron en al menos un 10%, a pesar de la paralización por el estado de excepción.
Interpro se destaca porque permite analizar precios unitarios, realizar presupuestos, planificar un cronograma valorado de trabajo, desagregación tecnológica, elaborar fórmulas polinómicas, realizar planillas y otros aspectos de proyectos de construcción.
El representante del software explica que, si bien hubo interés de los privados, la demanda en el sector público cayó. “Los gobiernos provinciales y juntas parroquiales, que son los que adquieren el programa, estaban enfocados en otras prioridades”.
Para los negocios que se insertaron en el comercio electrónico, la demanda se enfocó en aplicaciones móviles y plataformas para vender en línea, marketing digital y la inclusión de botones de pago, asegura Pedro Crespo, director comercial de La Motora.
La joyería Guillermo Vásquez fue una de ellas. Crespo indica que la firma robusteció la plataforma que ya mantenía para que el comercio pueda ser eficaz con un correcto manejo de inventarios, facturación electrónica, métodos de pago y, sobre todo, la conexión con aplicaciones móviles Android y IOS.
En respuesta a una demanda significativa, muchas plataformas enfocadas en el sector educativo que estaban presentes en el país se fortalecieron. En los colegios, por ejemplo, se incluye a Idukay como una de las opciones para automatizar procesos académicos y mejorar la comunicación entre maestros, alumnos y padres.
Mikareno es otro sistema que también despuntó. El mes pasado, a través de redes sociales, informó que se unió al trabajo de una universidad. Esta plataforma está presente en el país desde hace seis años y se enfoca en la gestión educativa y administrativa.
Según información de la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones, en promedio, el consumo de datos aumentó entre un 30% y 50% durante la pandemia. En esta línea, el acceso a tecnologías y plataformas subió.
El potencial El acceso. El 70% del tráfico a plataformas tecnológicas se realiza desde dispositivos móviles, de acuerdo con datos de las analíticas de Google.
El consumidor. Según el INEC, 45 hogares de cada 100 tienen acceso a Internet. Representa un crecimiento de 8,4 puntos con relación al 2018.
Otras urbes. De acuerdo con un estudio de BuenTrip Hub, en Loja, Manta, Ambato, Ibarra, Riobamba, Portoviejo, entre otras, funcionan más ‘startups’. 50 % de crecimiento en el consumo de datos móviles se ha registardo durante la pandemia
El cuencano Marcelo Delgado lidera la empresa Interpro, que desarrolló un software especializado en la gestión de proyectos de construcción. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
Fundada en 1985, Simed es una empresafamiliar ecuatoriana creada para ofrecer equipos y reactivos de diagnóstico médico.
A lo largo de los años, ha ampliado sus servicios a otras tres unidades de negocio: laboratorio general, biociencias y atención hospitalaria. Conformada por 157 trabajadores, la firma extendió sus operaciones a Perú en el 2013 y comenzó a cotizar en la Bolsa de Valores de Quito en el 2012.
La firma trabaja para contribuir con la salud de las personas y dotar de insumos, materiales y servicios relacionados, con una propuesta de valor basada en el liderazgo de producto y la excelencia operativa que asegura la satisfacción del cliente.
En la búsqueda de extender sus servicios de salud, Simed trajo al país equipos de tecnología de punta para la extracción del plasma de la sangre. En la actual coyuntura, estos se utilizan para transferir el plasma de pacientes recuperados de covid-19 a aquellos que aún están lidiando con los síntomas la enfermedad.
Esto con el objetivo de que puedan recuperarse más rápidamente ya que en el plasma de los pacientes recuperados están los anticuerpos que permiten combatir la enfermedad.
Los equipos se denominan máquinas de aféresis, que llevan a cabo el proceso de manera segura.
Las máquinas para la extracción de plasma convaleciente surgieron a raíz de otras pandemias como la tifoidea o el síndrome respiratorio de Medio Oriente. “Antes no existían procesadores celularesautomatizados. De hecho, hace 50 años se conectaba al donante con el receptor que recibía la sangre de manera directa. Las máquinas de aféresis que existen en América Latina ingresaron hace aproximadamente 10 años”, afirma AlexandraCaro bacterióloga con Especialización en Banco de Sangre y gerente de Producto en Simed.
Las máquinas de aféresis tienen dos objetivos principales: el primero es colectar un componente de la sangre para que luego sea transferido, como en el caso de la extracción del plasma convaleciente de pacientes recuperados.
El segundo objetivo de las máquinas de aféresis es que sirva de manera terapéutica para diversas enfermedades autoinmunes.
La CruzRoja emprendió un proyecto que consiste en que las personas recuperadas de covid-19 se acerquen a donar su plasma y así se logre salvar más vidas.
Simed es parte de este proyecto y fue escogido por la Cruz Roja debido a su experiencia y altos estándares, además de que ya existía una relación comercial previa de por medio. En el Hemocentro de la Cruz Roja están instaladas máquinas de aféresis de Simed y por eso surge esta alianza estratégica.
“Este proyecto durará hasta que aparezca un tratamiento efectivo para combatir el covid-19. Esta es una alternativa terapéutica y nosotros, como firma que practica la responsabilidad social empresarial, apoyamos a esta campaña hasta que lo necesiten los pacientes que resultaron contagiados”, explica Alexandra Caro.
El plasma convaleciente se administra en las casas de salud donde están hospitalizados los pacientes con covid-19.
Esta decisión de transfusión de plasma es médica y la toman los especialistas tratantes de las personas afectadas por covid-19.
El proceso de extracción de plasma convaleciente se pone en marcha cuando personas que ya se recuperaron del covid-19, se aceran a la CruzRoja u hospitalespúblicosy privados para hacer su donación. En estos sitios, el donante se conecta a unos procesadores celulares automatizados.
En su interior, estas máquinas tienen una centrifuga que separa los diferentes componentes de la sangre. En este caso, se separa el plasma del paciente recuperado.
Este es el que se va a utilizar para la transfusión a pacientes graves con covid-19 que están en una unidad de cuidados intensivos o conectados a un respirador.
Las entidades que aceptan la donación de plasma a escala nacional son la Cruz Roja Ecuatoriana en Quito y Guayaquil, el Hospital Metropolitano, el Hospital Carlos Andrade Marín (Quito), y el Hospital de Especialidades Teodoro Maldonado Carbo (Guayaquil).
En países desarrollados y golpeados fuertemente por la pandemia como EE.UU., Reino Unido y España, entre otros, la práctica de donación de plasma ha sido ampliamente difundida.
En un reporte publicado en la Sociedad Estadounidense de Hematología se señala que esta práctica médica data de hace casi 100 años y ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de la rabia, la hepatitis B, la polio, el sarampión, la influenza y el Ébola.
Estudios citados por este cuerpo médico señalan que el uso de el plasma para tratar pacientes severamente afectados con covid-19 tiene resultados positivos.
Hasta principios de junio, en EE.UU. se había realizado la transfusión de 7 000 unidades de plasma convaleciente en 5 000 enfermos afectados con covid-19.
El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS por sus siglas en inglés) también tiene un programa para donación de plasma. Hasta el viernes pasado, 17 131 unidades de plasma fueron recolectadas para distribuirse entre 175 hospitales de país europeo.
La máquina de aféresis Trima extrae el plasma del paciente recuperado de covid-19 que contiene anticuerpos para los pacientes más graves. Foto: Cortesía Simed
A través de la tecnología se está logrando remover los obstáculos que existían con relación a la inclusión financiera. Así lo indicó Jorge Rubio, líder global de finanzas inclusivas de Citi.
La información la dio este 14 de julio del 2020 durante una presentación virtual.
Sus afirmaciones se sustentan en el reporte GPS, bancarizando al siguiente millón, elaborado por la entidad bancaria.
Según datos del Banco Mundial del 2017, explicó, un 31% de la población adulta en el mundo no tiene acceso a servicios financieros, es decir una cuenta bancaria formal. Sin embargo, en América Latina ha habido un avance importante en los últimos siete años.
“Se espera que en los próximos tres años, el número de no bancarizados caiga de 1 700 millones a solo a 1 000 millones. Es decir, 700 millones de persona se espera que se sumen al sector financiero formal”, comentó.
Uno de los retos para lograrlo, sin embargo, es la brecha de género. En la región, existe una diferencia, entre hombres y mujeres, de entre 5% y 6% en cuanto a la tenencia de cuenta bancaria.
Rubio explicó que otro de los obstáculos de bancarización es que las personas no tienen el dinero suficiente para mantener los balances que se requiere (34%), los costos (18%), la distancia o no existencia de sucursales bancarias (13%), entre otros.
A pesar de las barreras, sin embargo, ha habido mecanismos tecnológicos que poco a poco están acercando a la gente al sistema financiero. Rubio destacó el caso de Ecuador, al que catalogó como precursor del desarrollo de los corresponsales no bancarios.
“Son tiendas que ya venían vendiendo tiempo aire y luego se convirtieron en sucursales bancarias para colocar créditos, seguros, hacer pagos de servicios, etc”, indicó.
Para Citi, las tiendas son actores muy importantes para la inclusión. Sin embargo, la mayoría no ha logrado incorporar la tecnología para sus propios procesos y siguen cobrando en efectivo, asunto que por cuestiones de covid-19 no es del todo segura.
El líder de Citi asegura que esto no se ha logrado por comportamientos históricos: negocios familiares que han venido operando de esa manera por generaciones.
Cambiar el comportamiento no es sencillo, dice. “Requiere de la colaboración de todos los actores: bancos, empresas de tecnología, multinacionales de venta de productos, etc. Necesitan motivaciones reales. Otro aspecto que influye en el problema es la cuestión fiscal; muchos tenderos operan en la informalidad. No quieren que su información se digitalice y tengan que ser fiscalizados. Se requiere también el apoyo del Gobierno ahí”.
Otro elemento que impulsa a más gente a tener cuentas o tarjetas es el hecho de la aparición de plataformas de servicios de transporte, de comida, de traslado de productos, etc., cuyos pagos, usualmente, se los hace de manera digital.
Asimismo, aunque no es un modelo digital, la entrega de microcréditos, principalmente en la subregión andina, ha permitido que más personas se bancaricen. “Atienden a la base de la pirámide, son profundos en su penetración en zonas rurales”.
Estas entidades todavía no operan del todo en plataformas digitales, pero ya comienzan a utilizar ciertas herramientas para mezclar con el modelo tradicional.
La pandemia es otro de los factores que ha impulsado a que tanto los bancos como las personas utilicen la tecnología para una mayor participación. En algunas zonas rurales, donde funciona el microcrédito grupal, particularmente en Perú o Bolivia, se ha hecho reuniones a través de WhatsApp entre los beneficiarios de créditos y sus agentes.
Imagen referencial. Un 50% de la población en el mundo no tiene acceso a servicios financieros, es decir una cuenta bancaria formal según datos del 2017 del Banco Mundial. Foto: Archivo / LÍDERES