Sin necesidad de estar ocho horas en una oficina, cerca de 9 000 ecuatorianos cumplen hoy en día con sus tareas bajo la modalidad del teletrabajo.
Desde el 2016, este sistema está vigente en el país. El modelo permite que la actividad laboral se desarrolle fuera de las instalaciones de una empresa privada o entidad pública. El trabajador cumple con sus tareas, apoyándose en el uso de las tecnologías de información y comunicación.
Estudios sobre la tendencia del trabajo, como The Future of Jobs del Foro Económico Mundial, señalan que los empleos del futuro se van a caracterizar por un entorno laboral flexible, donde las personas podrán trabajar desde cualquier lugar y a cualquier hora.
También podrán colaborar y comunicarse de formas distintas, y aprender a lo largo de su vida laboral, a través de la tecnología.
La adopción del teletrabajo en América Latina presenta un escenario favorable, según el informe ‘Teletrabajo en América Latina’, publicado por 5G Américas.
Esta modalidad tiene una participación cercana al 10% en países como Brasil y Argentina. En el primero se registraron 7,5 millones de personas laborando bajo esa modalidad al 2015.
El país con menor número de teletrabajadores, según el estudio, fue Costa Rica con 20 000.
Cuando se lanzó la iniciativa en Ecuador, la meta fue ambiciosa. Para el 2018, el Gobierno esperaba tener 76 000 trabajadores. En el momento, solo se ha logrado el 12% de esa estimación.
Una de las empresas que se incorporó este mes a la modalidad de teletrabajo fue Telefónica Movistar, que presentó Home Office. La iniciativa propone que, un día a la semana, más de 800 colaboradores trabajen desde casa.
José Manuel Casas, presidente de Telefónica en Ecuador, considera que “es una excelente iniciativa el poder trabajar desde el hogar, ya que el objetivo principal es la búsqueda de la conciliación del trabajo y la vida familiar”.
El directivo afirma que esta modalidad genera grandes beneficios para la empresa y el empleado, y demuestra la confianza corporativa hacia el profesionalismo del trabajador. Una de ellas es el aumento de la productividad, entre el 20% y 40%, según Telefónica, ya que con el teletrabajo se evitan algunos distractores.
Según un estudio realizado por Telefónica Movistar, con la implementación de Home Office se estima que una persona que teletrabaje un día a la semana ahorraría 283 kilos de CO2 equivalentes por año, producidos por la movilidad.
Otra de las empresas que usa ese modelo laboral, de manera oficial desde el 2014, es Seguros Equinoccial. En el 2012, la organización comenzó con el plan piloto.
Inicialmente formaron parte de la iniciativa 25 personas, actualmente son 30. Héctor Castillo, director de recursos humanos de la firma, señala que el objetivo principal del programa es apoyar al equilibrio de la vida personal y laboral de los trabajadores.
Las personas que deseen teletrabajar pueden hacerlo, siempre que cumplan requisitos como aprobar un examen psicológico que demuestre que son trabajadores responsables, ordenados, automotivados y con autocontrol.
Desde hace cuatro años, Wendy Trejo, ejecutiva sénior de la empresa, se acogió a esta forma de trabajo, principalmente para cuidar a su hija que sufre una discapacidad.
Cada día ella cumple con sus tareas laborales, como revisar facturas y a la vez atender a su hija y a su hijo menor. Trejo se siente satisfecha y tranquila de trabajar desde su casa, para ver crecer a sus hijos mientras ella se desarrolla profesionalmente. Para no perder su conexión con el mundo laboral, acude un día a la semana a la oficina.
En Ecuador, 3 517 empresas -tanto públicas como privadas- se han acogido a esta forma laboral, según el Ministerio de Trabajo. Guayas y Pichincha son las provincias con más teletrabajadores.
“Todas las personas pueden acceder a esta modalidad, siempre que las necesidades y naturaleza del servicio lo permitan”, afirma el ministro de Trabajo, Andrés Madero. Aunque tienen preferencia las madres en período de lactancia, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y con enfermedades catastróficas y adultos mayores.
También se toma en cuenta a aquellas personas que viven a más de una hora de su lugar de trabajo.“Es de libre decisión que cada organización seleccione a sus teletrabajadores dependiendo de los perfiles y su giro de negocio”, dice Madero.
El sistema tiene beneficios como mayor motivación del trabajador y más productividad. En Ecuador hay 9 000 personas que trabajan desde casa. Foto: Ingimage
Personas que dan servicios a través de aplicaciones móviles, teletrabajadores que desarrollan tareas para empresas en el exterior, profesionales que realizan actividades de manera autónoma, etc. son parte de las nuevas formas de trabajo que ya se encuentran en el país. Sin embargo, aún no están segmentados en la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En Ecuador, dice la entidad, la encuesta sí recoge a estas personas porque cumplen con las características que se analiza. El estudio mide el trabajo en la ocupación, es decir, todas las actividades hechas por gente de cualquier sexo y edad con el fin de producir bienes o prestar servicios a cambio de una remuneración o beneficios.
Pero, el INEC explica que las nuevas modalidades de trabajo no están segmentadas y que “la encuesta captura a la población que realiza esas actividades de forma agregada, pero no es posible realizar la caracterización específica para la segmentación solicitada”.
Roberto Castillo, director encargado del INEC, señala que la entidad pública se encuentra trabajando en su plan de fortalecimiento de las estadísticas de trabajo 2018-2021.
Como parte de este trabajo, prevé incluir un nuevo clasificador internacional para medir el empleo informal. “También hemos tenido un pedido de cuantificar la economía popular y solidaria”.
Gabriel Recalde, director del Centro de Estudios de la Política Laboral (Cespla), considera que tras este proceso se debería mostrar en la Enemdu, de manera segmentada, el número de trabajadores dentro de las formas de empleo que han aparecido por causas como el avance de la tecnología, el envejecimiento de la población, el crecimiento de las ciudades, crisis económicas, etc.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el empleo estándar (a tiempo completo, subordinado a un empleador y en un lugar definido) está reduciéndose. Entre 2015 y 2017, período en el que también influyó el reducido crecimiento de la economía de la región, el empleo asalariado creció 0,3%, mientras que el por cuenta propia aumentó un 2,8%, según el documento Coyuntura Laboral regional 2018, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
A escala global, cada vez se consolidan las formas no estándar de empleo, caracterizadas por ser temporales o a tiempo parcial, no desarrollarse en un lugar fijo, poco o ningún acceso a la protección social, etc. José Salazar, director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, explica que entre estas nuevas formas laborales se encuentra la economía de los pequeños encargos (repartidores), trabajo a pedido (solo cuando se necesita un servicio), la economía colaborativa (se trabaja con una empresa pero no se es empleado. En esta modalidad se gana un porcentaje por la actividad realizada) y los ‘freelance’ o trabajadores independientes.
EE.UU. ya maneja estadísticas al respecto. Los trabajadores con empleosalternativos representan el 16% de la fuerza laboral. Y se prevé que para el 2020, entre 30 y el 40% serán contratistas independientes, según la OIT.
En Ecuador, según el INEC, los trabajadores independientes son el 23,8%de los empleados plenos y el 53,3% de los subempleados.
La OIT incluye dentro de las nuevas formas laborales a cuentapropistas, micro y pequeños emprendedores. Calcula que el 56% de los trabajadores de la región se incluye en estas categorías.
Recalde considera que de segmentarse la encuesta con cifras sobre nuevos trabajos deberían establecerse dos categorías: trabajo autónomo y semiautónomo.
Los primeros organizan su actividad, no están sujetos a órdenes ni directrices de terceros y no reciben el salario de nadie. Los segundos hacen una actividad personal, directa y de colaboración habitual para terceros sin cumplir jornada laboral y cuyas acciones dependen lo mínimo de la infraestructura de la empresa.
Medición de informalidad, en proceso
El no contar con un indicador específico sobre las nuevas categorías de trabajo en el país repercute en las políticas gubernamentales y limita las acciones para la generación de empleo en las empresas.
Esta transformación laboral plantea a los gobiernos el desafío de cómo regular y responder ante estas realidades, explica José Salazar, director regional de OIT para AméricaLatina y el Caribe. Los datos son necesarios para la toma de decisiones y el impulso de políticas públicas enfocadas en el mercado laboral, dice Gabriel Recalde, director del Centro de Estudios de la Política Laboral. La ausencia de indicadores genera que el gasto público no se enfoque en programas que puedan disminuir el acceso a un empleo digno. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) recomienda que los gobiernos deben impulsar políticas como protección al ingreso en situación de desempleo, incentivos para emprendimiento, empleo protegido y apoyado, entre otras.
En segundo lugar, la invisibilización de los indicadores retrasa la toma de decisiones gubernamentales, para regularizar estas modalidades y para cambiar las reglas de contratación en el sector productivo.
Patricio Alarcón, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), considera que se debe trabajar en reformas laborales, para permitir la contratación por horas, eventual o a plazo fijo.
En esto también coincide Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting. Él considera que la flexibilización ayudará al surgimiento de nuevas iniciativas laborales y para que las actuales empresas puedan contratar personas para temas puntuales. “Únicamente durante el tiempo que dure el proyecto, sin incurrir en elevados gastos de indemnización”, dice Estrada.
Esto no implica precarizar el trabajo, recalca Alarcón, ya que se deben mantener derechos como las prestaciones de ley.
Los trabajadores que se han acogido a nuevas modalidades de empleo sufren las consecuencias de la informalidad.
En las calles de ciudades como Quito o Guayaquil es común encontrarse con personas brindando servicios de movilidad o de entregas a domicilio, a través de aplicaciones móviles.
Son trabajadores que no tienen contrato, ni ingresos fijos, ni seguridad social, pero están presentes en el mercadolaboral.
En el 2018, 46 de cada 100 empleados se encontraban en la informalidad, más que en el 2017, cuando eran 44 de cada 100, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Actualmente, la entidad cuenta con un indicador que identifica a las personas en el sector informal; es decir, si trabajan en unidades económicas que no están registrados ante el Servicio de Rentas Internas (SRI).
Sin embargo, el indicador para medir la informalidad desde el punto de vista del trabajador todavía está en proceso de implementación. “Estamos trabajando con el acompañamiento de la OIT, para la implementación del clasificador internacional del empleo informal”, comenta el INEC Por el momento, estudios particulares dan cuenta de la informalidad desde el factor humano.
Casi la mitad de ecuatorianos admite haber cobrado o recibir ahora ingresos sin prestaciones de ley, según el informe ‘Actualidad del Mercado en América Latina 2018’, de Adecco Argentina.
La segmentación detallada de información estadística contribuirá también a evidenciar la problemática laboral, sobre todo para los jóvenes y adultos mayores de 50 años, considera Estrada.
“Estos dos grupos son los más afectados por la escasez de empleo y a través de las nuevas modalidades de trabajo encontrarían un espacio”.
El INEC construirá nuevos indicadores hasta el 2021
En la actualidad, existen nuevas formas de trabajo que se encuentran plenamente vigentes entre las que está el ‘freelance’ o independiente, conductor o repartidor que colabora para aplicaciones móviles, teletrabajadores que ofrecen servicios en otros países , etc.
Hoy el INEC cuantifica las personas dentro de estos tipos de trabajo en los grandes indicadores vigentes entre los que está el empleo adecuado.
El INEC trabaja en nuevas mediciones que son parte de su hoja de ruta hasta 2021. En el futuro habrá una categorización más segmentada y la entidad está trabajando en el desarrollo de un nuevo cuestionario, el cual parte de un marco conceptual y metodológico (CIET 19), que busca que las definiciones estadísticas sean de fácil comprensión y entendimiento, tanto para la ciudadanía como para los encuestadores, señala el organismo.
La estrategia del INEC tiene el acompañamiento técnico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el aprovechamiento de las experiencias de otros países de la región, la comunicación permanente con los usuarios y el fortalecimiento de las capacidades internas.
A continuación un detalle sobre lo que realiza la entidad ecuatoriana con relación a la encuesta laboral.
Medición La Encuesta utiliza clasificadores internacionales para agrupar las diferentes formas de trabajo en la ocupación. Entre ellos el empleo según condición de actividad, en el sector formal, por situación en la ocupación, etc. Cada uno de los clasificadores toma en cuenta un determinado aspecto relevante de la actividad económica del trabajador.
Proceso El INEC puso en conocimiento de la ciudadanía, en septiembre de 2018, un plan para el fortalecimiento de las estadísticas del trabajo 2018-2021, el cual plantea una hoja de ruta para la construcción de nuevos indicadores que “complementarán el entendimiento de un sistema laboral cada vez más complejo y dinámico” .
Tipos
La entidad trabaja en desarrollar nuevos instrumentos de recolección para medir, a más del trabajo en la ocupación,otras formas laborales como el trabajo de producción para el autoconsumo, en formación no remunerado y voluntario.
Informalidad
También trabaja en la implementación de un nuevo clasificador internacional para medir el empleo informal. El proceso cuenta con el acompañamiento técnico de la OIT.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos trabaja en nuevos indicadores para entender mejor el empleo en el país. Analistas consideran que debe mostrarse de manera detallada el número de trabajadores que son freelance, colaboran en empresas de repartición, etc. Ilustración: Ingimage
El trabajo desde casa mediante el uso de computadoras y conexión a internet puede ser una solución a las ingentes cantidades de contaminación de algunas de las grandes urbes de América Latina, según el especialista en contaminación Víctor Hugo Páramo.
“El teletrabajo y restringir el número de vehículos son medidas que ayudarían a disminuir las emisiones de precursores de ozono”, dice el coordinador general de contaminación y salud ambiental del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.
Algunas megalópolis latinoamericanas como Sao Paulo, en Brasil, y la Ciudad de México sufren la llamada temporada de ozono; la época de año con mayores concentraciones de este gas en la atmósfera y que tiene consecuencias tanto para la salud humana como para la ambiental, afectando a animales y vegetación.
“El ozono es un contaminante secundario, no está emitido por las fuentes principales sino que se forma a partir de precursores, otras sustancias que sí son emitidas por los vehículos, por las industrias, los hogares”, explica el doctor en química industrial.
Por ello, llamó a “evolucionar” en la disminución de estos precursores -óxido de nitrógeno o compuestos orgánicos volátiles, entre otros- proponiendo políticas como el trabajo desde casa o en su defecto los horarios escalonados para que los trabajadores no se agolpen en las carreteras a la misma hora. Otra propuesta beneficiosa sería “hacer que los trámites gubernamentales a los que se desplazan las personas puedan hacerse telemáticamente”.
La temporada de ozono suele darse en la Zona Metropolitana del Valle de México entre los meses de febrero y junio, la llamada temporada seca caliente, meses en los que se da la mayor concentración de ozono.En esta época, de acuerdo con el experto, “hay poca nubosidad y pocos vientos”, condiciones óptimas para que se forme el ozono.
La salud de las personas se ve asaltada “cuando las concentraciones son mayores a las normas de calidad del aire”, pudiendo llegar a provocar dolores de cabeza, irritación inmediata de los ojos o inclusive del tracto respiratorio.“Si las concentraciones suben en demasía puede darle a uno dolor de pecho, sentir molestias para respirar, tos, etcétera”.
En personas de edad avanzada las repercusiones de estas altas concentraciones de ozono pueden agravarse. También los niños, cuyo organismo está en formación, pueden acusar más los efectos.
Los animales también sufren estas afectaciones, ya que según el experto algunos estudios han visto en pequeños animales mayor susceptibilidad a tener infecciones bacterianas.“Les debilita el organismo y son más susceptibles a contraer infecciones”, afirmó, agregando que también daña la vegetación de las ciudades, advirtiéndose necrosis en los tejidos de las plantas, que ven frenado su crecimiento debido a este fenómeno.
Ello impacta sobre todo en los cultivos agrícolas, ya que la productividad disminuye significativamente, “y eso supone menor cantidad de producto agrícola”. En el caso de Sao Paulo, llama la atención el uso desde hace años del etanol como combustible, una fuente muy grande de compuestos orgánicos volátiles que suscitan más cantidad de ozono.
Según el experto, en América Latina, históricamente, han sido más sensibles a medir la cantidad de partículas en el aire. “Casi en todas las ciudades de América Latina vamos a encontrar problemas de partículas pm 25 (partículas finas en suspensión)”, algo que atribuyó a costumbres que ya no se utilizan en países desarrollados, como las ladrilleras artesanales.
¿Fin del tedio laboral? Arturo Castillo, profesor de yoga y experto en RR.HH.
El ideal de una vida libre del tedio del trabajo cotidiano es una promesa incumplida de la tecnología. La Revolución Industrial trastrocó los hábitos y estructuras laborales de sociedades enteras, y aunque se pensó que las máquinas constituirían un alivio para el ser humano, que le permitirían reivindicar su derecho al ocio, la realidad es que le han convertido en su esclavo.
El mito sigue vigente. Por ejemplo, se piensa que el teletrabajo podría darle un giro radical a la actividad laboral y que, nuevamente, los horarios flexibles dejarán a los sujetos en libertad de usar el tiempo ‘sobrante’ para relajarse.
Desde otro análisis, de volverse el trabajo ‘online’ algo masivo y habitual, las repercusiones en la movilidad y conservación del medio ambiente serían significativas. En la escala actual del teletrabajo, es difícil hacer una proyección verdadera de tales incidencias.
Más aún, las estadísticas señalan que los exasperantes congestiones no han sufrido alteración alguna con la suigéneris estrategia. Lo que sí es cierto, en cambio, es que la productividad laboral ha disminuido notablemente.
El trabajo presencial, con su rígido horario de ocho horas, pese a que varios estudios indican que los individuos solo completan unas cuatro horas de productividad real, seguirá vigente por mucho tiempo.
En EE.UU. el ‘remote work’ es un excepcional, generalmente para mujeres con hijos o personas con algún tipo de limitación física; y para ‘freelance’. La inequidad salarial es un tema crítico: Los trabajadores de planta sienten que sus colegas electrónicos tienen menos presiones y exigencias, menos tiempo laboral y su cheque es similar.
El temor a aventurarse en lo desconocido, la tiranía del reloj, son hábitos arraigados. Frente a ello, la fantasía tecnológica brinda cierto alivio.
Hay propuestas como el trabajo desde casa o en su defecto los horarios escalonados para que los trabajadores no se agolpen en las calles. Foto: Ingimage
El trabajo desde casa mediante el uso de computadoras y conexión a Internet puede ser una solución a las ingentes cantidades decontaminaciónde algunas de las grandes urbes de América Latina, señaló el especialista en contaminación Víctor Hugo Páramo.
«El teletrabajo y restringir el número de vehículos son medidas que ayudarían a disminuir las emisiones de precursores de ozono», aseveró el coordinador general de contaminación y salud ambiental del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).
Algunas megalópolis latinoamericanas como Sao Paulo, en Brasil, y la Ciudad de México sufren la llamada temporada de ozono; esto es la época de año con mayores concentraciones de este gas en la atmósfera y que tiene consecuencias tanto para la salud humana como para la ambiental, afectando a animales y vegetación.
«El ozono es un contaminante secundario, no está emitido por las fuentes principales sino que se forma a partir de precursores, otras sustancias que sí son emitidas por los vehículos, por las industrias, los hogares», explicó el doctor en química industrial.
Por ello, llamó a «evolucionar» en la disminución de estos precursores –óxido de nitrógeno o compuestos orgánicos volátiles, entre otros- proponiendo políticas como el trabajo desde casa o en su defecto los horarios escalonados para que los trabajadores no se agolpen en las carreteras a la misma hora.
Otra propuesta beneficiosa sería «hacer que los trámites gubernamentales a los que se desplazan las personas puedan hacerse telemáticamente».
La temporada de ozono suele darse en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) entre los meses de febrero y junio, la llamada temporada seca caliente, meses en los que se da la mayor concentración de ozono.
En esta época, de acuerdo con el experto, «hay poca nubosidad y pocos vientos», condiciones óptimas para que se forme el ozono.
La salud de las personas se ve asaltada «cuando las concentraciones son mayores a las normas de calidad del aire«, pudiendo llegar a provocar dolores de cabeza, irritación inmediata de los ojos o inclusive del tracto respiratorio.
«Si las concentraciones suben en demasía puede darle a uno dolor de pecho, sentir molestias para respirar, tos, etcétera», agregó Páramo.
En personas de edad avanzada las repercusiones de estas altas concentraciones de ozono pueden agravarse. También los niños, cuyo organismo está en formación, pueden acusar más los efectos.
Los animales también sufren estas afectaciones, ya que según el experto algunos estudios han visto en pequeños animales mayor susceptibilidad a tener infecciones bacterianas.
«Les debilita el organismo y son más susceptibles a contraer infecciones», afirmó, agregando que también daña la vegetación de las ciudades, advirtiéndose necrosis en los tejidos de las plantas, que ven frenado su crecimiento debido a este fenómeno.
Ello impacta sobre todo en los cultivos agrícolas, ya que la productividad disminuye significativamente, «y eso supone menor cantidad de producto agrícola».
En el caso de Sao Paulo, llama la atención el uso desde hace años del etanol como combustible, una fuente muy grande de compuestos orgánicos volátiles que suscitan más cantidad de ozono.
Según el experto, en América Latina, históricamente, han sido «más sensibles a medir la cantidad de partículas en el aire«.
«Casi en todas las ciudades de América Latina vamos a encontrar problemas de partículas pm 25 (partículas finas en suspensión)», aseguró, algo que atribuyó también a costumbres que ya no se utilizan en países desarrollados, como las ladrilleras artesanales.
Colombia aspira a alcanzar los 120 000 empleados vinculados al teletrabajo en 2018, anunciaron este jueves 2 de julio funcionarios del Gobierno. Foto: Archivo
Traducir textos, desarrollar hojas de cálculo, programar software, componer música, redactar información, etc., son algunas de las actividades que las personas pueden desarrollar a través del teletrabajo.
Esta información la dieron a conocer expertos en la materia, de empresas latinoamericanas, que participaron en el evento denominado Desde Aquí. La empresa del mismo nombre llevó a cabo, el pasado jueves, el primer encuentro de teletrabajo internacional y exportación por Internet.
Agustín Montemuiño, expositor uruguayo de la empresa Innovac, indicó que Ecuador tiene un amplio potencial para que se desarrollen ambas actividades, debido a que más de la mitad de la población usa Internet. En el 2015 el 50,8% lo había utilizado, mientras que en 2016 el 55,63%.
El expositor contó sobre cómo Uruguay se convirtió en el país de la región que más teletrabajadores tiene. Unas 100 000 personas se desempeñan bajo ese modelo.
En otros países, como Chile, el teletrabajo creció en Santiago y Biobío; mientras que en Colombia se registró un desarrollo a escala general, debido al impulso que dio el Gobierno al mecanismo.
Uno de los beneficios que trae el teletrabajo es la posibilidad de que ciudadanos que por situaciones de vulnerabilidad no pueden acceder a un empleo regular logren obtener ingresos de esta manera. Montemuiño contó de casos de personas con discapacidad, transgénero, entre otros.
Durante el encuentro Desde Aquí, también se presentaron empresarios que manejan plataformas para buscar empleos que funcionen a través de teletrabajo.
Entre estas se encuentra Freelancer. Sebastián Siseles, director internacional de la firma, señaló que con este mecanismo una empresa demanda un servicio y una persona lo contacta para ofrecerle ese trabajo.
Se trata de una actividad diferente al empleo común. El trabajador no recibe un salario, pero sí obtiene un ingreso, manejando su tiempo como él lo considere.
Durante el encuentro estuvieron empresas ecuatorianas para ofrecer equipos de computación, financiamiento y asesoría en comercio exterior.
Esto último, debido a que Desde Aquí también tocó el tema de las exportaciones vía Internet, explicó Cynthia Wright, organizadora.
Patricio Morillo fue uno de los participantes en el encuentro. Él tiene la meta de comercializar aceite de coco en el exterior, a través de plataformas en línea. Se trata de un producto cosmético, que ofrece beneficios para la salud y es elaborado con cuidados ambientales.
Empresas ofrecieron productos y servicios en la Cámara
de Comercio de Quito, donde se realizó el encuentro Desde Aquí. Foto: Carolina Enríquez / LÍDERES
Utilizar Internet para conseguir empleo o impulsar la exportación es la alternativa que promocionará Desde Aquí.
Esta compañía desarrollará este 6 de julio el primer encuentro de teletrabajo internacional y exportación por Internet, que también se denomina Desde Aquí. Está dirigido a trabajadores independientes, madres profesionales, estudiantes, artesanos, emprendedores, pequeños empresarios…
La cita se desarrollará en el auditorio del edificio Las Cámaras. Un total de 800 personas podrán conocer sobre ambos procesos: un grupo de 400 accederán al foro de 08:30 a 14:00 y otro del mismo número de 14:30 a 19:00.
Patricia Estupiñán, coordinadora de la cita, dice que la iniciativa surgió en la época en que decayó el empleo en el país. Junto a Cynthia Wright, quien es la organizadora, destaca la importancia de ambas alternativas para apoyar a trabajadores y emprendedores.
Las dos empresarias explicaron que quienes acudan a la cita conocerán sobre cómo subir sus hojas de vida en plataformas para hallar empleo en actividades vía teletrabajo internacional.
Una de estas web es Freelancer, que funciona como bolsa de trabajo en la que una empresa contrata a otra. Otra plataforma es Kubera y permite que alguien solicite una servicio y puede conocer la oferta directa de otra persona.
Wright explica que pueden acceder personas de perfiles vinculados con secretariado, marketing on line, periodismo digital, traducción, música, manejo de software, desarrollo de guiones, etc.
La competencia es fuerte porque en la plataforma están trabajadores de otros países. Por eso en el foro se entregarán tips con los pasos básicos para tener mayores oportunidades para acceder a puestos de empleo diferentes.
“Estamos hablando del futuro del trabajo. La idea es ser freelance y no permanecer en una oficina”, señala la organizadora. Uno de los retos en estos momentos es explicar a la gente que estos empleos son seguros y que sí recibirán dinero cambio de su labor.
Durante el anterior gobierno, el Ministerio del Trabajo delineó la normativa para aplicar el teletrabajo en Ecuador. El entonces ministro, Leonardo Berrezueta, dijo que esta modalidad laboral puede aplicarse bajo acuerdo de las partes involucradas.
El funcionario señaló que el teletrabajo es “una iniciativa que rompe esquemas para que el trabajo sea evaluado por resultados y no por horarios”. Citó un estudio del Ministerio en el que revela que unas 15 200 personas, a escala nacional, teletrabajaban en el 2016 en la empresa privada.
Se esperaba en ese año, según la cartera de Estado, que 76 000 personas lleguen a ocuparse bajo esta modalidad luego de dos años. Sus impulsores señalan que este modelo gana usuarios.
El foro que organiza Desde Aquí cuenta con el auspicio de grandes empresas y organizaciones privadas como Corporación Favorita y la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI).
Expertos internacionales y compañías privadas hablarán sobre la importancia de la tecnología, el acceso al financiamiento, el desarrollo de negocios, etc.
También, estarán presentes entidades públicas como Correos del Ecuador, que hablará sobre su programa de comercialización en el exterior Exporta Fácil.
Esto último para quienes están interesados en el segundo tema del encuentro, vinculado con la exportación a través de Internet.
Al aplicar este mecanismo los emprendedores pueden presentar sus productos, que pueden ser artesanías, ropa, etc., en páginas como Amazon, por ejemplo. “La idea es que se den cuenta donde está la demanda. Es un primer paso para poder convertirse en exportadores más grandes”, explica la organizadora del foro.
Este tipo de venta es una oportunidad para que el exportador muestre su oferta y no espere que los compradores le busquen para adquirir un bien o servicio.
Estefanía Pérez, responsable del programa Emprendedor Global de la AEI, dice que el empresario puede ganar más exportando porque hay mayores posibilidades de vender que en el mercado local.
La Alianza para el Emprendimiento y la Innovación hizo un estudio y determinó que no se ha logrado una expansión de la internacionalización de las empresas porque la exportación se concentra en materias primas o bienes basados en ellas.
La experta explica que para desarrollar una cultura de internacionalización se debe ofrecer capacitación gratuita o de bajo precio. En la cita Desde Aquí, la organización dará una guía básica para la exportación en el país.
Las nuevas tecnologías son aliadas de los emprendedores y los exportadores. Foto: Inginmage
Cerca de 15 500 personas en el país trabajan desde sus casas u otros espacios, fuera de su empresa. Ellas cumplen sus tareas bajo el modelo del teletrabajo.
La práctica consiste en la prestación de servicios en la que no es necesaria la presencia física del colaborador en la oficina; las actividades las puede realizar desde su casa u otros espacios como las salas de ‘coworking’ o trabajo cooperativo según Jaime Guerrero, gerente de la firma G60 Consultores y gestor del proyecto en el Ministerio del Trabajo.
En el Ecuador, las personas que se beneficiaron de esta modalidad -hasta el año pasado- se encuentran principalmente en áreas como la enseñanza, la administración pública y actividades profesionales, según un reporte del Ministerio del Trabajo.
En cuanto a las edades de los trabajadores, estos se encuentran entre los 18 y 59 años, pero la mayoría está en edades comprendidas entre 30 y 39 años. Además, los hombres son mayoría y la modalidad se concentra en las zonas urbanas el país.
En cuanto al número de empresas que aplican esta modalidad no existen cifras consolidadas, aunque Guerrero explica que el número crece con el tiempo.
Las autoridades del Ecuador ya dieron los primeros pasos para formalizar y legalizar el teletrabajo. En agosto del año pasado, el Ministerio del Trabajo emitió un acuerdo ministerial para regular esta condición, por ahora solo en el sector privado.
El reglamento indica que los empleados de una empresa pueden aplicar al teletrabajo en dos modalidades: el permanente, que es cuando el trabajador realiza siempre sus actividades fuera de la oficina; y el parcial, en el que el colaborador realiza su jornada habitual fuera de la oficina hasta un máximo de 24 horas por semana. El resto de tiempo tiene que acudir a su empresa.
Con la normativa se espera que 76 000 trabajadores cumplan sus funciones de manera remota o a distancia hasta el próximo año; y se espera llegar al 2% de la Población Económicamente Activa en los próximos cuatro años, es decir unas 156 000 personas. En cuanto a las condiciones que aplican para el colaborador, la normativa señala que los trabajadores gozarán de los mismos derechos y obligaciones que los compañeros que asisten todos los días a la oficina.
Las empresas están obligadas a tomar medidas para evitar el aislamiento del trabajador. Además, deben proveer de todos los recursos tecnológicos que se requieran, de ser el caso.
Francisco García, gerente general de Soluciones de Talento Humano, sostiene que la incidencia del teletrabajo es aún incipiente en el país debido al desconocimiento. Comenta que las pocas empresas que aplican el sistema, en su mayoría son multinacionales, que a través de políticas internas permiten una mejor gestión del talento humano.
Para el experto, la modalidad tiene diversos beneficios. Uno es la movilidad: para los colaboradores que viven lejos de su sitio de trabajo el teletrabajo les permite ahorrar entre una o dos horas diarias que usan para el traslado.
También se reduce el consumo de energía en la oficina, impresiones, papel, entre otros. Según un estudio de Microsoft, los gastos de oficina pueden bajar un 40%.
Otro punto a favor del teletrabajo es la retención del talento humano que encuentra en este mecanismo una motivación.
Guerrero detalla que hay un solo aspecto negativo que podría presentar el teletrabajo: el aislamiento del colaborador. Por eso el experto reitera que es importante que las empresas tomen en cuenta políticas y programas que permitan la comunicación diaria y directa con los empleados que aplican esta modalidad.
Por ejemplo, el envío de comunicación institucional y la convocatoria a actividades deportivas, jornadas de integración y reuniones por lo menos una vez al mes.
La normativa del teletrabajo en el sector público aún no está vigente. Esto porque hay una serie de ajustes que se deben realizar y que están a cargo del Ministerio del Trabajo, en donde se implementó un programa piloto.
La disciplina es vital para ser productivo
Las 04:30 de la mañana es la hora en la que Wendy Trejo, de 44 años, se despierta todos los días. Primero alista a sus hijos para dejarlos en la escuela en el sur de Quito y luego prepara el desayuno para su esposo.
Luego, a las 08:00, organiza su material de trabajo para empezar su jornada laboral, desde casa.
A partir de abril del 2015, Trejo quien es ejecutiva senior de Operaciones en Seguros Equinoccial, usa esta modalidad de trabajo.
Desde su oficina instalada en la sala de su casa, ubicada en el sur de Quito, todos los días realiza el pago a proveedores, ingreso de cheques al sistema de la empresa y cobros por indemnizaciones.
La quiteña detalla que su productividad se mide de acuerdo a las metas plantadas cada mes por la firma. Por ejemplo, la compañía le entrega de manera diaria, un número de facturas que debe ingresar al sistema. “La disciplina es la clave para cumplir los objetivos” cuenta Trejo. Por eso, su rutina de trabajo en casa, no ha cambiado en los últimos cuatro años en comparación cuando asistía a las oficinas de la aseguradora.
Para que la compañía valide su solicitud, le realizaron pruebas psicológicas. Incluso la visitadora social y el encargado de salud ocupacional en la aseguradora acudieron al inmueble de Trejo en diciembre del 2014, para dar el visto bueno a su pedido.
Al aceptar su solicitud, Seguros Equinoccial instaló en su casa un escritorio, el sistema para que cumpla sus tareas y los equipos informáticos para que Trejo cumpla su trabajo. En otras empresas también se aplica esta modalidad entre los colaboradores.
María Isabel Peñaherrera, gerente de Educación de Microsoft Ecuador, se mueve bajo el sistema de teletrabajo desde hace un año. Todos los días tiene videoconferencias, reuniones y agendas que se gestionan a través de aplicaciones en la nube. Detalla que cada mes la compañía evalúa su gestión, de acuerdo a un esquema de competencias y esquemas.
La idea es que desde su casa, su trabajo sea más productivo y rentable. Por eso Peñaherrera cumple con los parámetros planteados. Pero también, una vez por semana acude a la oficina para trabajar desde allí. De esa manera se mantiene en contacto con sus compañeros.
Para María Cecilia Holguín, el teletrabajo también ha sido clave para generar su propio emprendimiento. La especialista en marketing, en noviembre pasado creó una bolsa de empleo para madres llamada Lila Working Moms.
Ella afirma que antes de ser madre primeriza trabajaba en el área de marketing de una empresa estatal. Pese a que la compañía le dio la licencia de maternidad -de acuerdo a la ley- sintió que necesitaba compartir más tiempo con su hija recién nacida.
Por eso renunció. Y al cabo de unos tres meses empezó a desarrollar su proyecto. La bolsa de empleos Lila Working Moms ayuda a encontrar trabajo flexible o por proyectos a las madres.
A la fecha, al portal se inscribieron 1 570 madres y 26 pymes y emprendimientos inscritos. Impaqto es un espacio de coworking que cuenta con 14 oficinas en el norte de Quito. Su gerenta, Michelle Arévalo Carpenter, explica que esos espacios son usados por empresas pequeñas y también hay espacio para 90 emprendedores y teletrabajadores.
Hasta el momento unas 12 personas utilizan este espacio. Ella comenta que desde este año, se evidencia que el coworking es un complemento del teletrabajo.
Las empresas tienen que facilitar las tareas
Las empresas también deben propiciar espacios para el teletrabajo.
La normativa vigente indica que en los contratos con los trabajadores deben establecer las labores a realizarse, así como la remuneración y otros beneficios. También debe indicar las modalidades para la entrega de informes de trabajo y proveer las tecnologías que necesiten los empleados.
El director de Recursos Humanos de Seguros Equinoccial, Héctor Castillo, explica que 20 colaboradores, de 354 que están en nómina, aplican al teletrabajo completo y parcial. El ejecutivo explica que hace seis años se implementó la modalidad, como una necesidad de apoyo a los colaboradores que tenían limitaciones médicas o de cuidados especiales de familiares.
Los resultados que ha obtenido la firma es el incremento de producción entre un 20% y un 30%, dice Castillo. Es decir si un empleado emitía ocho pólizas de seguros al día, ahora coloca entre 10 y 11 pólizas.
Mientras que Francisco Villagómez, gerente de Servicios de Business IT, explica que en el caso de su firma el primer paso para determinar si alguien puede aplicar el teletrabajo es el levantamiento de un perfil social. Con esta evaluación se determina si el empleado podrá trabajar solo y cumplir las tareas encomendadas.
Robert Minga, gerente de Soluciones en la Nube de Microsoft Ecuador, indica que la compañía paga en algunos casos el servicio de Internet y también provee de las diferentes sistemas que se utilizan para videoconferencias.
Minga detalla que los beneficios son múltiples como ganar dos horas para mejorar la productividad y el fortalecimiento de las relaciones familiares. Pero la cercanía con los compañeros de trabajo se puede debilitar un poco, dice. Por eso Minga aconseja que por lo menos una vez a la semana, el teletrabajador acuda a la oficina.
Wendy Trejo, colaboradora de Seguros Equinoccial, aplica al Teletrabajo desde el 2015. La aseguradora instaló en su hogar todos los sistemas para que ella cumpla su trabajo. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES
Toyota Motor planea introducir un sistema de teletrabajo este verano para permitir que unos 25 000 empleados desempeñen gran parte de sus cometidos desde casa de cara a mejorar la conciliación entre la vida laboral y la familiar, según se anunció hoy, 9 de junio.
El líder mundial del automóvil negocia en estos momentos las condiciones del plan con los sindicatos, con el objetivo de ponerlo en marcha a comienzos de agosto, confirmó hoy a Efe una portavoz de la empresa.
El programa podría extenderse a casi un tercio de la plantilla que trabaja en la empresa matriz del fabricante de automóviles, que tiene a unas 72 000 personas en nómina.
La medida afectará a personal que lleve más de cinco años en Toyota y trabaje en la sede que la empresa tiene en Aichi (centro de Japón) dentro de los departamentos de recursos humanos, contabilidad o ventas, además de algunos empleados en I+D y otras áreas de ingeniería, detalló el diario nipón Nikkei.
El plan permitiría que estos trabajadores trabajaran con un ordenador desde casa la mayor parte del tiempo, hasta el punto de que solo les resultaría necesario estar en la oficina un mínimo de dos horas a la semana.
Para prevenir cualquier tipo de filtración de datos la compañía destinará a los empleados del programa equipos informáticos que solo funcionan como clientes que dependen de un servidor central.
Toyota espera que este sistema de trabajo flexible le ayude a retener capital humano cualificado y experimentado, ya que por ejemplo permitiría a los empleados varones dedicar más tiempo a sus hijos y ayudaría a que las trabajadoras no abandonen sus puestos tras casarse o dar a luz (una costumbre muy extendida en Japón).
También ayudaría a reducir el número de empleados que renuncian a sus trabajos para cuidar de sus progenitores ancianos, un problema común en el país asiático debido a la alta esperanza de vida y cada vez más creciente por el envejecimiento poblacional.
Japón está aún lejos del nivel en cuanto a teletrabajo de países como Estados Unidos, donde algunas grandes empresas (especialmente las de los sectores tecnológicos) ya permiten que entre un 10 y un 20% de sus plantillas trabajen a distancia.
Sin embargo, un reciente sondeo del Ministerio japonés del Interior y Comunicaciones muestra que la proporción de empresas niponas que permiten el teletrabajo pasó del 2% en 200 al 11,5 en 2014.
Toyota prevé invertir cerca de USD 50 millones en cinco años para acelerara la investigación sobre inteligencia artificial. Foto: AFP
Una vez al mes, los empleados de la firma multinacional Kimberly-Clark en Ecuador adoptan una modalidad de trabajo, que poco a poco va ganando fuerza entre las empresas del país. Un día, cada cuatro semanas, los trabajadores de las áreas administrativas de esta firma, que tiene 20 años de presencia en el país, laboran desde sus hogares.
Aunque lo hacen de forma parcial, ellos son parte de una modalidad de empleo que, pese a no ser nueva, recién ahora está ganando impulso: el teletrabajo, o ‘homeoffice’ según otras definiciones.
En el Convenio sobre Teletrabajo de la Unión Europea, del 2002, ya se acordó una definición para esta alternativa al trabajo en oficina: “El término teletrabajo, cuya definición ha planteado históricamente diversas dificultades, se consigna en el acuerdo para aludir al trabajo en el que se utilizan las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y que se lleva a cabo de manera regular fuera de las instalaciones del empleador”. Así se define esta modalidad. En ese sentido, el convenio cobija diversos tipos de empleados, así por ejemplo los trabajadores ‘móviles’, y los que ejecutan su labor desde su domicilio.
Los datos más cercanos sobre teletrabajo en Latinoamérica se desprenden de un estudio del 2013 de la Cepal, que no incluye a Ecuador, pero coloca a México, Chile y Brasil, como ejemplos de una mayor penetración de esta modalidad de empleo en la región.
En las páginas web especializadas en la búsqueda y la oferta de empleo, se puede hallar decenas de propuestas de teletrabajo en Ecuador. Las opciones de posibilidades laborales sin embargo se concentran en las áreas de atención al cliente, servicios de ‘call centers’ y de ‘contact centers’, en tareas de análisis de datos, como también en el desarrollo de estrategias de marketing.
Para Andrés Erráez, consultor laboral, las ventajas del teletrabajo son muchas, tanto para el empleador como para el empleado. “Obviamente, para las empresas una de las mayores ventajas es el ahorro de recursos, tanto en infraestructura como en gestión de personal: menos gastos de luz, servicios de alimentación, si esta es subvencionada por la empresa, entre otras posibilidades”.
Erráez precisa que no todas las empresas pueden implementar en el 100% de sus empleados la modalidad del teletrabajo. “Todo depende del perfil de su negocio. Una fábrica solo podría hacerlo con las áreas administrativas, y estas a su vez podrían adoptarse modalidades mixtas, que impliquen trabajar unos días en la oficina, y otros desde el hogar”.
El teletrabajo es una opción que las empresas consideran dentro de los esquemas de flexibilidad laboral. Para el empleado, la modalidad trae beneficios. Uno de ellos es dedicarle mayor tiempo de calidad a su familia.
En el país hay propuestas para impulsar el teletrabajo, y que no necesariamente provienen desde las propias empresas. En enero pasado, la Agencia de Productividad y Desarrollo Económico de Quito (ConQuito) organizó jornadas de capacitación en teletrabajo. La meta de la entidad fue atraer a unas 6 000 personas. La iniciativa se concretó tras un proyecto piloto que llegó a 250 personas en el 2015. Según ConQuito, estas personas capacitadas lograron en su gran mayoría conseguir un empleo bajo esta modalidad.
En Kimberly-Clark Ecuador decidieron ir más allá en la implementación del teletrabajo. Siguiendo una estrategia que ya se aplica en la mayoría de los países en los que opera, en Ecuador decidió que 45 empleados de su oficina administrativa en Quito laboren bajo esta modalidad.
Alejandro Gutiérrez, gerente de Recursos Humanos de la compañía, menciona que desde marzo próximo sus empleados en la capital trabajarán desde sus hogares. Actualmente, el 35% de sus empleados trabaja desde sus hogares, un día al mes.
“La base de toda esta metodología es la confianza, porque medimos a nuestros empleados por resultados, no tanto por horario”, manifiesta Gutiérrez.
Las empresas que optan por esta modalidad de trabajo deben dotar a los empleados de herramientas que les permitan realizar sus tareas desde el hogar. Una de ellas es la instalación de software para interactuar a distancia a través de voz o videoconferencia. En el caso de Kimberly-Clark Ecuador, esta además de haber capacitado a sus empleados en teletrabajo con meses de anticipación, también los dotará de facilidades como auxilios monetarios, mobiliario y herramientas tecnológicas para la conexión desde las portátiles o las computadoras de sus hogares.
Gutiérrez considera que hay otras ventajas para el empleador que opta por el teletrabajo, como para el empleado. “Hay una mayor inclusión del personal con discapacidad, una disminución de costos administrativos, reducción del ausentismo; y para el empleado, la ventaja de la elección del entorno de trabajo”.
Esta modalidad es oportuna en una época en la cual se analizan jornadas parciales de trabajo. En Ecuador ya se aplica esta iniciativa en firmas como Kimberly-Clark.
Colombia aspira a alcanzar los 120 000 empleados vinculados al teletrabajo en 2018, anunciaron este jueves 2 de julio funcionarios del Gobierno al señalar que el país es tercero en América Latina, por detrás de Argentina y Uruguay, en la implementación de estos programas.
«Buscamos en 2018 tener 120 000 teletrabajadores en el país», dijo en declaraciones a periodistas la viceministra general de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC), María Carolina Hoyos.
La funcionaria, que participó en la firma de un convenio entre el MinTIC y la iniciativa PEMS (Planes Empresariales de Movilidad Sostenible), liderada por la Fundación Chevrolet, indicó que el país adoptó el teletrabajo en el 2012 y desde entonces se han sumado alrededor de 48.000 empleados.
«El teletrabajo tiene muchos impactos positivos, uno de ellos es por ejemplo que las personas con algún tipo de discapacidad puedan entrar a la fuerza laboral; otra es que las mujeres cabeza de familia puedan (…) acompañar a sus niños pero queden a un clic de distancia de ser productivas», agregó Hoyos.
Además resaltó el impacto medioambiental positivo que tiene para el planeta esta iniciativa porque lo reduce los desplazamientos diarios y la contaminación emitida por los vehículos.
El viceministro de Relaciones Laborales y de Inspección, Enrique Borda, explicó a Efe que 4.572 empresas en todo el país se han vinculado a programas de teletrabajo, de las cuales 215 han suscrito el pacto promovido por el Gobierno.
Borda señaló que de alcanzar la meta de 120.000 personas vinculadas al teletrabajo, Colombia se «acercaría al 12 o 13 % de penetración», frente al 20 % que actualmente registra Estados Unidos.
Sobre la experiencia en la región el viceministro destacó los casos de Argentina y Uruguay. «Esos dos países están a la delantera y en niveles de penetración de teletrabajo cercanos a los que tienen los Estados Unidos, de un 20 %. Colombia sigue después y con estos esfuerzos que estamos haciendo, esperamos ponernos al mismo nivel más o menos en unos cinco años», agregó.
El director de la Fundación Chevrolet, Javier Uribe, explicó a Efe que el PEMS firmó hoy un acuerdo con el Gobierno para que las empresas que hacen parte de esa red se sumen al teletrabajo
PEMS es una iniciativa nacida en 2010 que encabezan la Fundación Chevrolet, la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) y la Universidad de Los Andes y agrupa a firmas privadas y públicas.
Colombia aspira a alcanzar los 120 000 empleados vinculados al teletrabajo en 2018, anunciaron este jueves 2 de julio funcionarios del Gobierno. Foto: Archivo