Etiqueta: textiles

  • Lencería de hogar, en todo el país

    Patricia González. (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Un pequeño taller de costura al sur de Quito, donde Eugenia Velásquez elaboraba las muñecas de trapo que vendía junto a su esposo, Patricio Buitrón, fue el lugar donde años después germinó Prismahogar una empresa textil que abastece con su lencería de hogar a almacenes y cadenas comerciales del país.

    El pequeño taller de costura fue creciendo. Un préstamo del Banco de Fomento (actual BanEcuador) les permitió adquirir cinco máquinas de coser para distintas funciones y materia prima. El trabajo se fue industrializando y se decidió incursionar, con el apoyo de un equipo de costureras, en la elaboración de edredones desde el año 1993. Oficialmente, con el nombre de Prismahogar están desde 1995.

    Luego del taller artesanal, los dueños pasaron a una pequeña planta de producción de 500 metros, en el norte de Quito, donde estuvieron cerca de 10 años. Hasta que en el 2003 levantaron un edificio de 3 000 metros cuadrados y cuatro pisos, que incluye taller de corte y costura, área de acolchado, espacios para atención a los distribuidores, un ‘showroom’ para clientes particulares. La inversión fue cercana a los USD 400 000.

    “Los mismos clientes fueron empujándome. Gracias a ellos dimos el salto y dejamos de ser artesanos”, cuenta Eugenia, cofundadora. La empresa familiar es administrada desde hace varios años por una segunda generación. Santiago Buitrón, hijo del matrimonio fundador, a cargo de Recursos Humanos, y Ximena Buitrón, sobrina, en la Gerencia General.

    Para mantenerse a la vanguardia, la empresa solía recorrer ferias textiles en Colombia, Perú, EE.UU., Alemania, México, España, entre otros países, comenta Eugenia.

    La producción se fue diversificando. Hoy, la firma elabora 50 líneas de productos, que incluyen cobertores, sábanas, cobijas, almohadas y complementos: cojines, toallas, manteles, cortinas, almohadas viajeras, batas de baño. Además, cuenta con un segmento para bebés y otro para niños.

    Buscando ser un apoyo en la emergencia sanitaria, por covid-19, la empresa comenzó a elaborar en meses recientes una línea de bioseguridad con mascarillas y overoles, en telas antifluidos. También bufandas.

    La compañía trabaja con más de 100 proveedores, la gran mayoría nacionales. Las telas, en sus distintas variedades, son importadas de China, Taiwán y Paquistán, principalmente.

    Intimoda, una firma importadora y distribuidora de telas, es uno de sus proveedores desde hace más de 20 años. Carlos Jurado, gerente de Producto de la empresa, detalla que le proveen de polialgodón de 144 hilos, microsuede para cortinas y cojines, microfibra “piel de durazno”, tela toalla, entre otras variedades. Al año le venden cerca de USD 500 000 en telas, importadas de Paquistán, de calidad tipo A.

    Los clientes de la compañía se dividen en varios segmentos, según su tamaño. Particulares, que suelen visitar la empresa en su ‘showroom’, tienen cerca de 150. Pero el principal negocio de la empresa es abastecer a almacenes de hogar (cerca de 500 en todo el país) y a las grandes cadenas comerciales, entre ellas Pycca, Corporación Favorita, Todo Hogar, Créditos Económicos, El Rosado.

    A Pycca le provee desde hace cuatro años diversos productos textiles, como sábanas y edredones. “La calidad es bien recibida por los clientes. Los productos se venden con nuestra marca. Son proveedores muy responsables”, señala Laura Pesántez, líder de la categoría de Dormitorios y Baños de esa cadena de almacenes.

    Cosas de Hogar, un almacén localizado en Latacunga, también se abastece con Prismahogar. “Sus productos son de excelente calidad y muy buenos acabados”, comenta Mélida Espinoza, propietaria de la tienda.

    La empresa textil, que factura cerca de USD 2 millones al año, viene fortaleciendo su estrategia de marketing digital desde el 2019. El pasado junio lanzó su tienda virtual en la página web, que con el apoyo de las redes sociales les ha permitido continuar vendiendo durante la cuarentena, con entrega a domicilio.

    Para la gerente general, Ximena Buitrón, la cultura organizacional de respeto que caracteriza a la empresa ha sido clave para mantenerse por tantos años. Santiago Buitrón, jefe de Recursos Humanos, agrega: “la buena administración, el trabajo de equipo y una relación fuerte con clientes y proveedores” han sido claves.

    En la compañía existen estrictos controles de calidad. Las telas que se utilizan para la producción vienen de China, Taiwán y Paquistán. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    En la compañía existen estrictos controles de calidad. Las telas que se utilizan para la producción vienen de China, Taiwán y Paquistán. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

    El gerente
    Santiago Buitrón
    “La sostenibilidad de la empresa en el tiempo ha sido posible gracias a diferentes factores: la buena administración, un trabajo en equipo excelente, tomar buenas decisiones sobre financiamiento e inversión, una relación muy buena con los empleados con una cultura organizacional superfuerte. Hay un compromiso importante de parte de los empleados con la empresa. Mamá tenía una fuerte relación con clientes”.

    400 mil dólares invirtió la empresa en su sede actual.

    8 000 unidades de productos confecciona la empresa al mes.

    8 cadenas nacionales tiene la compañía.

    500 almacenes del país se abastecen de esta firma textil.

    35 personas son empleados de nómina y 30 son maquiladores tercerizados.

    50 líneas de productos fabrica, actualmente, la empresa ecuatoriana.

    Dos trabajadoras de la compañía textil revisan los edredones que se fabrican en la planta de producción. Se manejan insumos importados. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Dos trabajadoras de la compañía textil revisan los edredones que se fabrican en la planta de producción. Se manejan insumos importados. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Esta asociación innova con diseños y puntadas

    Redacción Sierra Norte (I)

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    La confección de vestuario para damas que conjuga el estampado, sublimado y el bordado, es una de las últimas creaciones de la Asociación de Producción Textil Almawa.

    La organización está integrada por 11 mujeres que son oriundas de las parroquias La Esperanza y Angochagua, en el suroriente de Ibarra, que han ganado fama por su habilidad para bordar. También se encuentran socias de la parroquia Olmedo, en Cayambe.

    María Dolores Carlosama, de la comunidad La Magdalena, en Ibarra (Imbabura), labraba con un hilo de tono morado los pétalos de una flor en un suéter, la semana pasada. Esa es otra de las innovaciones en la que trabaja la organización.

    Cuando tenía siete años, Carlosama aprendió a dar las primeras hilvanadas con las indicaciones de su madre María Victoria Pastas. Recuerda que confeccionaban las blusas tradicionales que lucen mujeres kichwas de la zona.

    La campesina, de 43 años, es una de las integrantes fundadoras de la asociación. En esta área rural este oficio ha permitido a las mujeres generar ingresos económicos extras para sus hogares, dice.

    Carlosama alterna esta actividad con las labores de atención a sus tres hijos y su esposo y la crianza de vacas, cuyes y gallinas.

    Mary Collado es la responsable del patronaje y la confección de vestuario. Lleva 14 de sus 34 años en este oficio.

    En un cuaderno cuadriculado, Collado escribía cifras de medidas para obtener el patrón en papel. Luego, comenta que realiza el corte y la elaboración de una falda corta y una blusa estilizada.

    En ese nuevo modelo resalta el uso de la técnica del sublimado. La diseñadora Andrea Bonilla colorea en un papel un boceto de un vestido que previamente fu dibujado. Ahí se va escogiendo las texturas, contrastes, tipos de tela que se va aplicar y siluetas.

    Este arte pasa a fotografía. Luego se hace ajustes de color con un programa informático y finalmente va la impresión. Hay partes que luego serán bordadas.

    Los esbozos están inspirados en elementos de la cultura karanki y en los plantas de los páramos de la región andina.

    El objetivo es generar una cadena de producción. Por lo pronto, sobre la mesa había seis nuevos diseños entre blusa, faldas, vestidos y abrigos. Eso sí, en cada prenda le dan un toque de identidad y contenido.

    Desde este mes, la Asociación instaló en el Centro Cultural El Cuartel una sala de encuentro, exhibición creación y difusión del arte de la región. Es decir, que sea un sitio de aproximación campo ciudad, en donde estas damas indígenas puedan compartir sus conocimientos.

    “Lo que nosotros queremos es promocionar el patrimonio inmaterial de las mujeres de esta región”, comenta Bonilla.

    El local atiende de miércoles a domingo. Se busca aprovechar la afluencia de visitantes, especialmente de otras ciudades, que recorren este icono ibarreño durante los fines de semana.

    Previamente, habían equipado su taller con máquinas de costura y de corte. Estiman que la inversión bordea los USD 10 000.

    La organización está abierta a recibir a nuevas integrantes que tengan conocimientos en las técnicas artesanales.

    En la sala de esta organización  se exhiben una línea de vestuario casual  entre vestidos, faldas, pantalones, faldas  zapatos, para para damas.
    En la sala de esta organización se exhiben una línea de vestuario casual entre vestidos, faldas, pantalones, faldas zapatos, para para damas. Foto: Álvaro Pineda para Líderes
  • Prendas que se exportan a México

    Modesto Moreta

    (I)

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    La ropa interior que diseña y confecciona la Corporación Impactex con la marca Mao ahora se comercializa en cadenas de almacenes de México. La firma ambateña también tiene presencia a escala nacional con sus 2 000 distribuidores.

    La historia de Impactex arrancó en 1999 con el nombre de Impacto Creaciones y una inversión de 60 millones de sucres. Con ese dinero se instaló el taller de producción con la línea de ropa interior. En la actualidad produce prendas de vestir en sus líneas casual damas y la línea para caballeros con boxer. Además, en la confección de pijamas y chompas.

    Para estar al tanto de las tendencias de la moda, la firma asiste a ferias internacionales.
    Además, aplica nuevas tecnologías con telas inteligentes (microfibras) que dan suavidad, comodidad y elegancia al vestir. El uso de este material fue el punto de partida de partida de la marca para llegar al mercado internacional.

    El primer envío a México se realizó el 13 de febrero de este año. 60 000 unidades, es decir, 5 000 docenas de ropa interior para hombre salieron desde la planta industrial localizada en la parroquia Atahualpa, del cantón Ambato, en Tungurahua.

    Milton Altamirano, presidente de la Corporación Impactex, cuenta que el proceso para llegar al mercado mexicano arrancó hace dos años. Detalla que por el valor del dólar ha resultado complicado competir en el mercado internacional. “Con el esfuerzo de todo el equipo logramos negociar con una empresa mexicana. Les presentamos nuestro producto y les gustó”.

    Para ingresar al mercado la firma mexicana creó una empresa subsidiaria con la marca Mao México; este proceso duró más de un año. Otro de los puntos positivos es que ya se negocia la expansión de la marca bajo el modelo de franquicia en otros países.

    Según Altamirano, la ropa que exportaron puede usarse para la actividad deportiva de los futbolistas, ciclistas, atletas… También los ejecutivos y estudiantes. “Una de las características es que el sudor es absorbido por la tela y esta es disipada para evitar la humedad. Estas características nos permitió salir al exterior”.

    Las inversiones más recientes hechas por la empresa fueron por USD 1,2 millones a través de un crédito otorgado por la banca privada. Con el dinero se construyó la planta industrial que funciona en un edificio de cuatro plantas. También adquirieron nuevos equipos con tecnología de punta con una inversión adicional de USD 200 000.

    El vocero recuerda que inició como cortador en una empresa de ropa deportiva donde laboró cuatro años. Luego pasó a Produtex, de propiedad de Antonio Villagrán. Allí permaneció 15 años y donde aprendió las técnicas para aprovechar la tela.

    Además, adquirió conocimientos en diseño y confección, hasta que se convirtió en uno de los vendedores de la textilera. Luego instaló su propio taller con la marca Impacto desde su arranque logró trascendencia en el mercado.

    En el 2005, cambió el nombre de la marca a Mao que tuvo una mejor acogida en el mercado. También, construyó un galpón donde montó la factoría. Tres años más tarde, dejó de ser un productor con calificación artesanal y creó la Corporación Impactex Cía. Ltda.

    En la actualidad en su industria trabajan 110 personas y el año pasado facturó USD 4,6 millones. Afirma que nuevamente el sector textil está en crisis por el ingreso de ropa de contrabando de Colombia y Perú, por lo que las ventas bajaron un 25%. “Esperamos que las autoridades nos ayuden impidiendo el ingreso del contrabando, caso contrario se terminará con la industria textil”.

    Otro de los proyectos para este año de Corporación Impactex es reactivar en Colombia la empresa Ecuamoda para potenciar las ventas. Además, planea abrir en Perú un centro de Distribución Regional. También abrió líneas de chompas para niños, jóvenes y adultos, línea deportiva, camisetas, pijamas, boxer…

    Hace 10 años, Novedades Catherine comercializa las líneas de caballeros y damas de Impactex en El Oro. Las ventas anuales presentan un 10% de incremento. Danilo Franco, gerente de esta firma, indica que la marca Mao tiene prestigio en Machala y la provincia. “Es un producto de buena calidad, constantemente está innovando con nuevas tecnologías en telas y son productos que gustan a la gente”.

    En los talleres de la Corporación Impactex, en Ambato, el control de calidad es estricto para evitar fallas en la mercadería.
    En los talleres de la Corporación Impactex, en Ambato, el control de calidad es estricto para evitar fallas en la mercadería. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
  • Las casas de salud son su mercado

    Redacción Quito

    (I)

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    Robert Escobar es de aquellas personas que siempre saben cómo reinventarse. Esa característica tan suya la aplicó en el mundo de los negocios.

    En 2010 transformó un negocio común de confección y venta de cortinas de baño para el sector hotelero en una boyante industria que produce y distribuye cortinas y otros insumos para ambientes hospitalarios del país.

    Los orígenes de Construplast se remontan a 1995. “En ese tiempo empezamos con otro nombre: Homeplast. A lo largo del tiempo innovamos en los productos, según la necesidad de los hoteles. Durante 15 años nos dedicamos a esta actividad”.

    Las cosas marchaban bien hasta que en el 2008 la firma comenzó a enfrentar pérdidas. El exceso de oferta similar a la suya, el conformarse con los productos y materiales que tenía, entre otros factores, la impactaron .

    En medio de una inminente quiebra el dueño supo que urgía una transformación. Investigó, asistió a ferias, se capacitó a escala internacional y comenzó con el negocio de cortinas hospitalarias, elaboradas con materiales que permiten total asepsia, con el nombre comercial de Construplast.

    En 2012, una vez desarrollados los prototipos y hechas las pruebas, se inició la venta. Se trata de productos mitad de PVC y mitad de material textil. Al inicio se importaron, pero luego Escobar optó por producir localmente para generar empleo.

    Actualmente, la firma tiene su propio taller, ubicado en el valle de Los Chillos. También maquila productos en cuatro fábricas en Quito, Santo Domingo y Ambato; gracias a ello se genera empleo indirecto a 10 personas.

    “Están en constante capacitación. Nosotros les damos la materia prima y ellos confeccionan. Hemos ido mejorando cada año. Hoy estamos en un momento exitoso de la empresa”, dice Escobar. Construplast ha entregado material a casas de salud públicas y privadas en todas las provincias del país, incluido el territorio insular.

    El portafolio de productos incluye también parachoques de camillas (láminas que evitan que los golpes de las camillas contra las paredes las dañen), cortinas de baño hospitalarias, rieles, portasueros, esquineros de PVC, pasamanos, señalética, etc.

    Estos materiales se venden e instalan de manera directa, aunque Construplast también los comercializa a intermediarios como cortineros, contratistas, constructores, etc.

    Renato Ramos, proveedor del Estado en construcción de centros de salud, es uno de los consumidores. Desde hace dos años y medio adquiere los productos de la firma quiteña y destaca que son certificados por el Ministerio de Salud. “Cumplen con las normativas de calidad. Compramos todo lo que son cortinas cubiculares y de baño”.

    Los centros hospitalarios aprovechan que los productos de PVC de Construplast vienen con un tratamiento antibacterial. Escobar asegura que se innova permanentemente y que gran parte del desarrollo de esta empresa familiar se debe a la visión corporativa que ha implementado.

    Desde el 2012 trabajan en la compañía los tres hijos de Escobar. Se trata de Thalía, quien se encarga del servicio al cliente; Robert Andrés, gerente administrativo; y Daniela, quien, actualmente, es la gerenta General.

    Esta última comenta que también comercializan sus productos en oficinas, colegios, entidades públicas y compañías de diferentes sectores.

    La meta de la empresa es llegar al mercado regional. Por ahora ha enviado muestras a Colombia y, como parte del proceso de internacionalización, participa en diferentes ferias de proveedores médicos tanto a escala nacional como internacional.

    Construplast sigue desarrollando nuevos productos. Uno de ellos son las manillas para el ingreso de visitas en hospitales públicos del país.

    Personaliza los productos para las diferentes instituciones. En su ‘show room’, en el norte de Quito, se puede apreciar cortinas hospitalarias para las casas de salud del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

    En otros centros como Corporsano, que se dedica a la rehabilitación, se destaca la rapidez de la empresa en la entrega de los productos. “Son proveedores nuestros hace unos cinco años. Dan un servicio excelente a costos justos. Compramos cortinas hospitalarias, señalética, etc., para varias sucursales. Nunca hemos tenido inconvenientes con ellos”, comenta María del Pilar De Jerónimo, administradora del sitio.

    La planta de producción de la empresa se encuentra en el valle de Los Chillos, al oriente de Quito.  Allí trabajan seis personas de forma directa.
    La planta de producción de la empresa se encuentra en el valle de Los Chillos, al oriente de Quito. Allí trabajan seis personas de forma directa. Foto: Líderes
  • En Perú, él utiliza blockchain en el agro y los textiles

    Pedro Maldonado

    Juan Francisco Bolaños está metido de lleno en el mundo del blockchain y las criptomonedas. Este quiteño de 43 años puede presumir -pero no lo hace- de un conocimiento avanzado en esos temas, que son parte de los más recientes desarrollos tecnológicos que sacuden al planeta y cuyas posibilidades recién se empiezan a conocer.

    Él se define como un emprendedor nato y su hoja de vida así lo confirma. Lleva 15 años de experiencia en áreas como agroindustria, comercio exterior, pymes, servicios financieros, entre otras.

    Pero lo que ahora marca cada una de sus jornadas es el blockchain. La pasión por esta materia lo llevó a fundar, en Lima, Blockchain Andina, una firma dedicada a esta tecnología disruptiva y que a su criterio está en una etapa de desarrollo incipiente.

    Con estudios en agronomía, este quiteño siempre se mostró interesado por la tecnología. Cuando se graduó de la universidad tuvo su primer emprendimiento: con dos socios más fundó una exportadora de frutas tropicales que tuvo en la uvilla uno de sus productos bandera. Bolaños estaba a cargo de temas administrativos y de las ventas. “Nunca ejercí de agricultor”, cuenta este esposo y padre de familia.

    La empresa de frutas cerró en el 2014, pero Bolaños ya pensaba nuevos proyectos vinculados al mundo tecnológico. Para ese entonces ya había escuchado del bitcoin, la criptomoneda que tuvo su boom en 2017. Este emprendedor investigaba su uso y potencial.

    En el 2016, viajó a Perú por un tema de trabajo en una empresa vinculada con el sector gastronómico. Se radicó en Lima seis meses, tiempo que aprovechó para conectarse con otros emprendedores con los mismos intereses.

    Allí conoció a Marco Esparza Montejo. Los dos y un tercer socio de origen italiano fundaron Blockchain Andina. “El objetivo fue usar esta tecnología para solucionar problemas de la vida real”. La firma desarrolla aplicaciones blockchain para los sectores agrícola y textil, por ahora.
    Esparza dice que Bolaños es un experto en comunicar en lenguaje simple temas de alta complejidad tecnológica. “Es responsable y puntual. Tiene un carácter fuerte y la experiencia le enseñó a desconfiar y a decir las cosas en la cara”, señala su socio.

    Para Bolaños el blockchain es una tecnología que genera transparencia y confianza. “Por su naturaleza, toda información almacenada en blockchain goza de confianza por sí misma. Es como una declaración juramentada ante un notario, pero con la diferencia de que utiliza un algoritmo matemático que establece las reglas de consenso entre los participantes”.

    ¿Es un mundo ideal? Bolaños responde que no es la panacea, pero asegura que es una herramienta que soluciona problemas mejor que antes. “Permite distribuir información de manera neutra y sin censura. No requiere una estructura jerárquica y centralizada. La información que se genera es auditable en tiempo real y alterarla es casi imposible por el tiempo que se requeriría”, dice Bolaños, tuitero empedernido y lector de tecnología y budismo.

    Luis Espinosa Goded, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito, lo conoce hace algo más de tres años por el mutuo interés que tienen en las criptomonedas. Sobre Bolaños destaca su humildad y tranquilidad. “Habla poco, pero sabe mucho”, dice Espinosa Goded y recuerda que cuando fue a una reunión sobre monedas virtuales no tenía mayor expectativa. “Pensé que me iba a encontrar con una persona que decía saber el tema. Pero al conversar en detenimiento me di cuenta de que Bolaños entiende muy bien el asunto y sus implicaciones”.

    Este catedrático lo describe como una persona callada. “Sabe mucho, pero también escucha mucho y así es como se aprende. Se dedica a conocer un tema primero. Es impresionante ver todo lo que está haciendo hoy”.

    Bolaños es un declarado defensor del movimiento libertario. Además, se considera una persona a la que le gusta provocar y salirse de los esquemas. Participa en debates en redes sociales, pero también es invitado con frecuencia a conferencias sobre blockchain.

    Hace dos semanas participó en una jornada organizada por Libre Razón, un ‘think tank’ ecuatoriano. Paz Gómez, una de las impulsoras de este grupo, conoce a Bolaños desde hace ocho meses por su participación en el blog Academiablokchain, una plataforma que promueve la educación alrededor de esta tecnología.

    Gómez lo considera una persona dedicada y disciplinada. “Es un emprendedor con mucha autoformación. Además es muy organizado y sabe transmitir sus conocimientos de una manera sencilla y clara”.

    Juan Francisco Bolaños lleva cerca de 15 años en el mundo de los negocios. Desde una empresa exportadora de frutas, hasta charlas y reuniones con empresarios en Perú. Fotos: Armando Prado / LÍDERES
    Juan Francisco Bolaños lleva cerca de 15 años en el mundo de los negocios. Desde una empresa exportadora de frutas, hasta charlas y reuniones con empresarios en Perú. Fotos: Armando Prado / LÍDERES
  • 11 empresas se aliaron para vender en la web

    Redacción Cuenca

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    Un total de 11 pequeñas y medianas empresas del sector textil azuayo ofertan sus productos mediante www.textimall.com, desde la semana pasada.

    Se trata de una plataforma web que fue presentada en la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca. Esta iniciativa se concretó con el apoyo de este gremio productivo y del proyecto Al Invest 5.0, que se desarrolla en Latinoamérica con apoyo de la Unión Europea y que impulsa desde hace dos años el mejoramiento de las capacidades empresariales de las pequeñas y medianas empresas.

    Textimall es un proyecto de asociatividad que se ejecuta como una estrategia de colaboración colectiva y que busca el cumplimiento de objetivos comunes como superar la individualidad empresarial, crecer con una competencia justa e ingresar a nuevos nichos de mercado.

    Por ello, en esta página web se ofertan más de 2 000 ítems que fabrican las 11 empresas participantes. Van desde uniformes, artículos para el hogar, ropa deportiva hasta prendas de vestir para hombres, mujeres, niños y mascotas.

    En esta iniciativa participan las compañías cuencanas Zhiros, Bordenim, Kálido, Carleo, LH Uniformes, Trapitos y Dágaro Night. Además, ML Mujer, Betoven Pet Shop, Fais y Réfere.

    Según Mónica Ortega, gerente de Dágaro Nights, firma que fabrica pijamas y ropa para hogar y spa, la expectativa es alta porque es importante incursionar en el comercio electrónico y lograr una mayor cercanía con los clientes. Además, esta alternativa permite ofrecer productos a menores precios porque no se invierte en una tienda convencional.

    El director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Andrés Robalino, comparte la visión de que la asociatividad es fundamental para mejorar los niveles de competitividad de las empresas que tienen productos de calidad.

    Según él, es importante esta herramienta tecnológica para ganar un posicionamiento de las marcas en un mercado competitivo. “Espero que este tipo de iniciativas sean reproducidas por otros sectores y que el mercado potencial no solo sea el país, sino el mundo”.

    Esta plataforma fue desarrollada con la colaboración de Welfare Consultores y el respaldo técnico de La Motora Digital. Estas firmas trabajaron en el desarrollo de la web, que tiene fotografías, descripciones y los precios de cada uno de los productos.

    Pedro Crespo, gerente de Welfare Consultores, destaca los beneficios de esta plataforma. Entre otros que se puede adquirir productos de diferentes empresas en una sola transacción. Estos son consolidados en un solo paquete que es enviado al comprador.

    Además, dice, esta web brinda todas las seguridades que se exigen en el ámbito internacional para realizar las transacciones en Internet. Agrega que los pagos se pueden realizar mediante la aplicación cuencana Payphone, que cuenta con todas las seguridades internacionales. La otra alternativa es cancelar mediante transferencias bancarias.

    La presentación del sitio web se realizó el jueves pasado en la Cámara de Industrias, Producción y Empleo. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    La presentación del sitio web se realizó el jueves pasado en la Cámara de Industrias, Producción y Empleo. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Hamacas con estilo y personalizadas

    José Luis Rosales

    Contenido intercultural

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    La fabricación de hamacas, con hilos de algodón y diseños personalizados, es la nueva propuesta de la empresa Aly Textiles, de Otavalo.

    La firma, que tiene como socios a cuatro integrantes de la familia Lema, de la comunidad indígena de Peguche, se dedica a la confección de estas camas colgantes. Estas tienen una creciente demanda, especialmente en la Costa y por parte de turistas extranjeros.

    La planta, que abarca un área de 885 metros cuadrados (m2), opera desde febrero del 2017.
    La idea de aliarse para aprovechar el potencial que tiene cada uno de los socios surgió hace tres años, recuerda Reymi Lema, presidente de esta firma. Sin embargo, reconoce que por la especialidad que domina cada artesano, no fue un camino sencillo.

    Efraín Lema se dedica a la fabricación de cobijas de hilo acrílico; su hermana, Florinda, produce el cordón para las hamacas. Los dos heredaron la vocación textil de su padre, César, uno de los más famosos tejedores de la localidad.

    Mientras que David y Reymi, hijos de Efraín, se dedican a la confección de bolsos y de ponchos, respectivamente.

    Tras dos años de preparativos lograron instalar esta fábrica de producción de hamacas, algunas con diseños preincásicos. “Todavía es un mercado que falta ser explotado”, asegura Reymi.

    Está equipada con siete telares mecánicos, en los que se produce 120 unidades al día.
    Los aparatos se adquirieron de medio uso a una empresa proveedora de hilos, en Quito. Mientras que la urdidora, que permite la preparación de una diversa gama de hilos, la trajeron de Colombia.

    Entre las innovaciones está el reemplazo del hilo acrílico por el de algodón, que aseguran brinda una contextura más fresca. Incluso, las máquinas están calibradas para el grosor y textura de la fibra.

    Además, los lienzos que se elaboran en estos artefactos son más anchos, miden 3,50 metros. Los más comunes son de 1,62 m. En el plantel textil, actualmente, laboran tres personas, además de los socios que colaboran en los procesos de fabricación.

    Textiles Aly crece paulatinamente. Reymi Lema, ingeniero en Producción Industrial de profesión, asegura que han ido evolucionando de acuerdo con las exigencias del mercado. “Ahora tenemos muchos pedidos de diseños personalizados, con letras”.

    Por ello, está en marcha el proyecto de adquisición de dos telares de Jacquard, que serán acoplados a las máquinas en la parte superior. Las denominadas cabezas posibilitarán que los hilos de la urdimbre tengan un movimiento independiente, que permita conseguir el dibujo deseado.

    El presupuesto para la adquisición, transporte y puesta en marcha bordea los USD 85 000. La inversión se financiará con un crédito bancario. Los socios barajan dos opciones: comprarlas en Italia o China.

    Para los Lema, este no es un proceso nuevo. Hace cerca de tres años, Efraín decidió introducir un Jacquard en una de las máquinas de fabricación de cobijas.

    La firma textil se apalanca en los canales de distribución que ha conquistado el patriarca. Poseen almacenes en Otavalo, Quito y Guayaquil, en donde también ofrecen manteles, cobijas, ponchos, bufandas y chalinas.

    También tienen distribuidores en esas ciudades, así como en Ambato, Cuenca, Salinas, entre otras urbes, que son visitadas por turistas, especialmente foráneos.

    Además, atienden la demanda de clientes de Pasto, en Colombia.

    Efraín Lema considera que eso lo ha conseguido en las tres décadas de trabajo en la rama textil. Recuerda que cuando se independizó de su padre, elaboró y comercializó tela de bayeta.

    Por esos años sus principales clientes estaban en Cuenca, a quienes les visitaba en cada local para ofertar sus creaciones.

    Si bien hasta ahora mantienen las visitas, los pedidos también llegan a través de las redes sociales. En la cuenta de Facebook de Aly Textiles se exhiben los últimos modelos y precios de las prendas que elaboran.

    Algunos datos

    Locales.  Aly Textiles tiene sus almacenes en Otavalo, Quito y Guayaquil. En la primera urbe su local está ubicado en las calles Quiroga y Sucre.

    Ventas. Existen comerciantes otavaleños que llevan los productos de esta compañía textil a EE.UU. y Europa.

    Ferias.  Los diseños de Aly Textiles se han exhibido en festivales como el Carnaval de Pasto, en Colombia, que resaltan la tradición y el arte.

    Decoración.  Los textiles de esta firma también son ideales para la decoración.

    Pedidos.  Se puede realizar al teléfono: 098 923 0118.

    Integrantes de la familia Lema muestran algunos de los productos que ofrecen en los locales de su sociedad. Foto: José  Luis Rosales / LÍDERES
    Integrantes de la familia Lema muestran algunos de los productos que ofrecen en los locales de su sociedad. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
  • 10 empresas ecuatorianas estarán en Colombiatex

    Carolina Enriquez

    10 empresas ecuatorianas participarán en la feria de negocios textiles Colombiatex.
    El encuentro, que se realizará entre el 23 y el 25 de enero del 2018 en Medellín, reunirá a 550 expositores de las industrias de textiles, confección y calzado para mostrar su ofertas a alrededor de 16 000 compradores de más de 60 países.

    Del total de compañías ecuatorianas que participarán, siete pertenecen a la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE) y están vinculadas a la producción y venta de cobijas, hilos, prendas, colchones, paños, trapeadores, fibras sintéticas, telas, etc.
    Deltex Industrial, Pinto, Enkador, Ennotex, Francelana, Robot y Sintofil son las compañías nacionales que llevarán su oferta.

    “La exhibición de la oferta local en Colombiatex es parte del plan integral de fomento a las exportaciones que desarrolla AITE con la colaboración de ProEcuador, cuyo objetivo es triplicar el volumen actual de ventas internacionales de la industria hasta 2022, para llegar a los USD 350 millones”, indica un comunicado de la Asociación.

    Javier Díaz, presidente del gremio, explica que la feria es un evento clave en la Región para presentar los productos ecuatorianos.

    La feria tiene el objetivo de actualizar conocimientos y tendencias sobre la industria textil y la moda, así como contactar entre sí empresarios del ramo.

    Deltex Industrial
    Deltex Industrial
  • Los textiles y la moda de Colombia ponen la mira en Europa y África

    Redacción Líderes y EFE(I)

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    La industria textil-confecciones de Colombia, que el año pasado exportó USD 430 millones, quiere conquistar los mercados de Europa y África para diversificar las ventas. En la actualidad están enfocadas mayoritariamente a Estados Unidos, indicó una fuente oficial.

    “El grueso de nuestro comercio exterior va para Estados Unidos pero queremos apostarle a Europa y África, por lo que estamos trabajando no solo en la diversificación de mercados sino también de los canales”, declaró Felipe Jaramillo, presidente de ProColombia. Esta entidad gubernamental fomenta las exportaciones no tradicionales de su país, el turismo extranjero y la marca país.

    Para lograrlo, en la edición 28 de Colombiamoda, la feria más importante del sector en América Latina que se realizó la semana pasada en Medellín, ProColombia espera superar los negocios por USD 50 millones que ayudó a generar en la pasada edición.

    Entre las acciones que impulsarán a cumplir ese propósito, Jaramillo destacó la invitación que hizo la entidad a 500 compradores de distintos países, entre los que figuran algunos procedentes de Israel, China e India, que por primera vez asisten al evento.

    Con ello se buscará que el número de empresas colombianas del sector que exportan supere el 9% actual, por medio de la innovación y la tecnología, y más allá de prendas como “jeans”, vestidos de baño y fajas, que son ya mundialmente conocidos.

    “Creemos que el éxito hacia el futuro pasa por la internacionalización y para ello resulta fundamental ahondar esfuerzos para seguir diferenciando las confecciones y textiles colombianos por la calidad y el valor agregado”, comentó el alto funcionario.

    Según información oficial de Colombiamoda, el evento cerró con USD 179 millones en expectativas de negocios. La feria se desarrolló desde tres ejes fundamentales: negocios, moda y conocimiento. En esta edición los negocios estuvieron más bajos que la expectativa que teníamos: tuvimos mayor porcentaje de compradores que manifestaron su intención de compra, pero bajó su tique promedio a la mitad, lo que demuestra que son más cautelosos a la hora de invertir.

    “Podemos confirmar que el ejercicio comercial estuvo activo y eso evidencia la importancia de plataformas como la feria Colombiamoda que ayudan a dinamizar el sector para el segundo semestre del 2017”, dijo Carlos Eduardo Botero Hoyos, presidente de Inexmoda.

    De 23 412 asistentes a la muestra comercial de Colombiamoda, en total, 12 394 compradores (87% nacionales y 13% internacionales), provenientes de 56 países, coincidieron en la Feria con un propósito en común: explorar nuevas oportunidades y acceder a la oferta de alto nivel que incluyó propuestas innovadoras.

    Estuvieron 600 expositores, 88% nacionales y 12% internacionales, todos participantes del eje de negocios de Colombiamoda 2017 y Textiles2; esta, la apuesta del segundo semestre del sector.

    La edición de Colombiamoda de este año contó con la participación de 600 expositores y cerca de 23 500 asistentes al evento. Foto: Joaquín Sarmiento / AFP
    La edición de Colombiamoda de este año contó con la participación de 600 expositores y cerca de 23 500 asistentes al evento. Foto: Joaquín Sarmiento / AFP
  • Su idea: el uniforme corporativo

    Redacción Quito

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    Uniformes para oficina, escolares y para fábricas; hechos a la medida y con diseños y patrones de acuerdo al usuario. Ese es el trabajo que realiza Textiles Merac. La empresa hace seis años se encarga de la confección y bordado de estos insumos.

    Isabel Mera, de 30 años, es la gerenta general de la firma. La quiteña, quien está estudiando un masterado en Dirección de Empresas de Moda en España, detalla que la empresa familiar se creó al ver una oportunidad de negocio: la confección de uniformes para el sector empresarial.

    Mariana Criollo es una pieza clave: ella es mamá de Mera y la gerenta de Producción: Su tarea se concentra en la supervisión del manejo de la firma en Quito, mientras su hija termina sus estudios de especialización.

    Mera cuenta que antes de graduarse de la carrera de Ingeniería en Comercio Exterior -de la Universidad Católica de Quito- profundizó conocimientos acerca de la industria textil. La información le ayudó a detectar una nueva oportunidad de negocio: la obligación del uso de uniformes en empresas privadas y estatales.

    Por eso fundó Textiles Merac. Sin embargo, la quiteña detalla que para la confección de uniformes quería darle un valor adicional: elaborar los diseños a través de patrones.
    En diseño, el patrón es una plantilla elaborada en papel; esta se dibuja sobre el tejido para luego armarlo y confeccionarlo.

    Esta característica explica Mera le da un toque especial a sus productos: “con los uniformes también se posiciona la imagen corporativa”, asegura la empresaria.

    Para reunir el capital inicial de Textiles Merac, la mujer acudió a sus padres para el primer préstamo. Con el dinero compró máquinas bordadoras, de confección y materia prima.
    La primera producción -en el 2011- se enfocó en atender la necesidad de una entidad bancaria privada.

    En el 2012 además de implementar nuevas máquinas la iniciativa lanzó la línea de lencería hospitalaria y hotelera. Además, incursionó en la confección de sábanas, disfraces y artículos promocionales como gorras, banderas y otros.

    La primera planta de la empresa está ubicada en el norte de Quito. Ahí se elaboran las muestras de los diseños de uniformes. Y en la segunda planta, localizada al sur de la capital, se confecciona a escala industrial, los uniformes. Los espacios donde se produce son arrendados.

    A la fecha, Textiles Merac elabora uniformes industriales, corporativos, ejecutivos, hospitalarios y para restaurantes.

    Los procesos incluyen insumos nacionales y materia prima que resulta de procesos de reciclaje, como el ‘denim’, que es un tejido que resulta de botellas recicladas explica Mera.
    El Almacén Puebla, ubicado en el norte de Quito, es proveedor de Textiles Merac hace cinco años. El almacén le vende hilos, agujas, elásticos entre otros insumos dice Fernanda Vázquez.

    Con esta materia prima, la empresa empezó a captar clientes en sectores como telecomunicaciones, restaurantes, entre otros.

    Desde el 2013, DirecTV es cliente de Textiles Merac. Leonardo Cisneros, analista de Compras de la empresa indica que Merac aplicó a los procesos de compra y ganó algunos proyectos para elaborar desde los uniformes para el personal técnico y de ventas, hasta elaborar productos promocionales como gorras y pulseras.

    Cisneros afirma que el tallaje de Textiles Merac es el valor agregado, además de la calidad en el producto y confección.

    Para este año, la empresa se prepara para montar una planta propia. También, está en negociaciones para exportar a países como Bolivia, en la línea de lencería hospitalaria ; además se alista para nuevas líneas de producción.

    La gerente Isabel Mera 

    Queremos ganar nuevos clientes. Por eso es importante cumplir procesos de calidad. Para eso hemos trabajado arduamente y el año pasado obtuvimos una calificación del 100% durante la evaluación de procesos y fabricación emitida por la SGS. También hemos trabajado con el sector público y somos proveedores reconocidos del Servicio de Compras Públicas. Este año nos fijamos nuevas metas, como la creación de una nueva sublínea de moda.

    Mariana Criollo, gerenta de Producción de Textiles Merac, exhibe uno de los uniformes que confecciona la firma. La empresa nació en el 2011. Foto: Armando Prado/ LÍDERES
    Mariana Criollo, gerenta de Producción de Textiles Merac, exhibe uno de los uniformes que confecciona la firma. La empresa nació en el 2011. Foto: Armando Prado/ LÍDERES