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  • ‘Más mujeres se hacen notar en el mundo de la construcción’

    Redacción Quito

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    Virginia León es madre de un varón de 16 años y dos mujeres de 11 años y de 9 meses, respectivamente. Actualmente, está soltera. Considera que el ser profesional independiente en la construcción le ha permitido equilibrar mejor su trabajo con la maternidad.

    Una de sus pasiones es el fútbol. Lo practica desde la época universitaria. Forma parte de un equipo femenino, con el que se reúne todos los fines de semanas a jugar. Por la cuarentena, se encuentran los juegos suspendidos. En el colegio, practicaba básquet.

    Virginia fue criada por su abuela paterna, en una casa numerosa, donde compartía con primos contemporáneos a ella. Es oriunda de Vinces, Los Ríos, donde vivió hasta culminar el colegio. Desde los 17 años reside en Guayaquil.

    Es Ingeniera civil, egresada de la Universidad Estatal de Guayaquil. Una de sus primeras oportunidades laborales fue en la Corporación Samborondón (anteriormente, Corporación Alborada), dedicada a la construcción de viviendas, donde fue fiscalizadora de obra.

    Al poco tiempo de haber obtenido su título universitario, conformó su equipo de trabajo y
    se convirtió en contratista de acabados, siendo la Corporación su principal cliente en los últimos 10 años. También fue contratista en un centro de rehabilitación del Ministerio de Salud, en Guayaquil.

    En febrero pasado arrancó con un nuevo proyecto inmobiliario; esta vez como la contratista a cargo de la construcción de la obra. Con 37 años, su meta es tener su propia empresa constructora.

    La mujer en la construcción

    “Cuando entré a la universidad realmente éramos muy pocas mujeres. Pero en la actualidad
    veo más participación de las mujeres, tanto como residentes (asistentes) de obras como contratistas independientes, que es mi caso. Algunos ingenieros me cuentan que les gusta contratar a mujeres como residente de obra porque generalmente suelen ser muy responsables y dedicadas. Los obreros siguen siendo únicamente hombres; para estos trabajos se necesita hacer mucho esfuerzo físico. En acabados, he contratado a mujeres
    para la parte de limpieza. Pero en otras áreas como carpintería, electricidad, pintura solo he tenido hombres. Las mujeres no se han atrevido a incursionar en estos oficios, que no implican mucho esfuerzo, sino más bien técnica”.

    Liderazgo

    “Sí hay un liderazgo de las mujeres en el sector, nos estamos haciendo notar. El liderazgo femenino en este campo se distingue en el trato al personal, la forma de dirigir la obra. Yo veo la parte más humana. Mi equipo está contento de trabajar conmigo y eso me da satisfacción, el poder mantener un grupo que trabaje a cabalidad. Los trabajos estaban paradas por la cuarentena, recién nos reactivamos, y el equipo estaba muy dispuesto y entusiasmado por volver. Como persona natural, tengo 50 empleados, la gran mayoría son hombres. Como líder suelo hablar con las cabecillas de cada área y ellos transmiten la información a sus asistentes o ayudantes”.

    Reto

    “Mi siguiente meta es tener mi propia constructora de viviendas, que sean modernas y acopladas a las necesidades de la gente. La mayoría de las constructoras del país son lideradas por hombres. Creo que todas las mujeres que estamos creciendo en esta industria tenemos ese reto, ahorita muchas estamos en un nivel de que guiamos a otros, pero no podemos quedarnos estancadas ahí. Para cumplir esa meta hace falta disponibilidad mental, tener certeza de que lo puedes lograr; requiere además investigación y dedicación”.

    Balance

    “Paso mucho tiempo en casa, porque mi obra no queda lejos. Siempre les comento a mis hijos que tienen ese privilegio, porque hay mamás y papás que salen a trabajar y no vuelven hasta la noche. Al ser independiente, y además tener personal a cargo de vigilar que la obra vaya encaminada, puedo darme tiempo como mamá. El trabajo como independiente favorece el tiempo con la familia. Como mamá, una etapa difícil ha sido esta que estoy viviendo con mi hijo adolescente de 16 años; también el cuidado de la bebé. Gracias a Dios puedo pagar a alguien para que me ayude con el cuidado de la bebé, y cuento con el apoyo de mi mamá. Si te organizas, puedes hacer muchas cosas. Me gusta viajar. Me gusta el fútbol, soy arquera. Lo practico desde la universidad. Y desde hace cuatro años con amigas hemos participado en varios campeonatos”.

    Esta ingeniera civil tieneexperiencia como contratista en proyectos de construcción de viviendas. Valora ser profesional independiente.
    Esta ingeniera civil tiene experiencia como contratista en proyectos de construcción de viviendas. Valora ser profesional independiente. Foto: Cortesía
  • Rocío Vásquez Alcázar: ‘El libro es el mejor amigo de una persona’

    Giovanni Astudillo
    Editor (I)

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    Rocío Vázquez Alcázar tenía 12 años cuando incursionó en una experiencia trascendental en su vida. Su madre Agustina, quien era una gran lectora, le abrió su biblioteca. No le dio ni le sugirió ningún libro, solo le dijo “aquí tienes todo”.

    Desde entonces empezó una suerte de exploración y fue encontrando espléndidas publicaciones, recuerda la empresaria cuencana. También, tenía otras motivaciones para leer. Su tía Pilar Alcázar había sido una de las primeras españolas que se había graduado de periodista en ese país y a los 27 años escribió un libro, que no fue publicado.

    A Vázquez le cautivó la lectura porque podía transportarse a realidades diferentes o acceder a lugares ficticios o reales mediante un libro. En esa época, era introvertida y los textos eran su gran compañía. Ella aprendió de su madre que el mejor amigo que tiene una persona es un libro.

    Las publicaciones de Erich Fromm se convirtieron en sus favoritos, al igual que los textos de Hermann Hesse, como ‘El lobo estepario’ y, fundamentalmente, la novela ‘Siddhartha’, que fue escrita en 1922. Sobre este último hizo su proyecto de libro leído cuando estuvo en el colegio.

    Vázquez siguió incursionando en la literatura y nunca ha dejado de leer, sobre todo, literatura universal. No puede dormir sin leer y siempre tiene dos libros en su velador. Le gusta el papel y subrayar.

    Las biografías son otro de sus géneros favoritos porque se interesa por los personajes que han marcado la historia de la humanidad. Destaca las publicaciones de autores como Stefan Zweig.

    Su padre, Guillermo Vázquez Astudillo, le incentivó para que se interesara por las biografías y que así conozca facetas poco difundidas de los personajes.

    Entre su interés literario está la historia para aprender sobre las civilizaciones precolombinas. Ha revisado publicaciones de escritores peruanos y ecuatorianos. Ha leído textos sobre administración de empresas porque ha tenido que trabajar en ese campo y “una de las formas de aprender es leyendo”.

    Vázquez tuvo un punto de inflexión el 4 de abril del 2009, cuando tuvo un problema de salud que marcó un antes y un después. Fue una gran oportunidad que la vida le dio para saber dónde estaban sus prioridades. No fue algo negativo sino lo contrario, destaca.

    Ella empezó a preguntarse qué hace en este mundo y por qué no se fue y es una sobreviviente. “La sociedad se encarga de marearnos, hay mucho circo, diversión y entretenimiento y la energía la ponemos en trabajar, consumir…, pero nos olvidamos de que el ser humano tiene un alma, que tiene un propósito de vida”.

    La lectura le ayuda en esa búsqueda para comprender muchas cosas. Ella práctica yoga, que le permitió autoconocerse mejor.

    Destaca libros como la ‘Autografía de un Yogui’, de Paramahansa Yogananda, que la leyó en su juventud. Ahora, su lectura se centra el Kriya Yoga, que es una guía para quien quiere conocerse. Ha leído el ‘Yoga de Jesús’, ‘El Bhagavad Guita’, entre otros.

    Rocío Vázquez prefiere las publicaciones en papel y no las digitales.
    Rocío Vázquez prefiere las publicaciones en papel y no las digitales. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
  • Patricia Vera: ‘El trabajo profesional demuestra que uno tiene capacidad’

    Vanessa Silva (I)

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    Patricia Vera Nieto se relacionó con la jurisprudencia desde niña. Creció rodeada de abogados en su familia. Su abuelo, su padre y varios de sus tíos ejercieron la profesión en distintos ámbitos. Eso la motivó a seguir sus pasos, por la posibilidad de vincularse a la carrera diplomática, más que por el interés en la parte litigante.

    Cuando cursaba el segundo semestre de Derecho en Universidad de las Américas descubrió que lo suyo era el arbitraje. Esa determinación la llevó a abrirse camino por cuenta propia y dejar su marca en el camino.

    Posee una amplia hoja de vida forjada en once años de trayectoria, en los que hizo de todo, desde servir café hasta coordinar una oficina de arbitraje. Esto le ha permitido aprender, y entender, la importancia que tiene cada elemento en un equipo de trabajo. Su principal aspiración profesional es convertirse en árbitro oficial y ejercer la docencia.

    Hoy es Directora del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana (Amcham) Quito.

    El oficio

    “Mi papá trabajó 32 años en la Procuraduría General del Estado. Fue uno de los abogados que tuvo que llevar la defensa del Estado en el caso de Consuelo Benavides y los hermanos Restrepo. Ese caso estuvo muy presente en mi casa. Me gustaba el concepto de ayudar a las personas, no solo defenderlas sino tratar de remediar el problema o lo que haya pasado.

    Si bien es cierto a veces puedes ser el abogado que acusa o defiende, creo que la idea siempre es sacar el menor daño para tu cliente o para quien estás representando.

    En la universidad siempre participé. Hubo un concurso de Derechos Humanos interno, que ganamos con mi grupo. Luego tuve la posibilidad de trabajar en un estudio jurídico, tenía que ir a los juzgados civiles todos los días. Ahí tuve claro que no quería ser una abogada litigante Después obtuve una pasantía en la Cámara de Comercio de Quito, en el área legal y de investigación”.

    El aprendizaje

    “Los cambios son oportunidades. Lo más importante es tener la predisposición de hacer las cosas. En el camino siempre se tendrá que pasar por un poco de todo. Cuando era asistente me mandaban a notificar, me pedían café para audiencias de arbitraje. He hecho de todo.

    Eso me ha permitido realizar de una mejor manera mi trabajo. Sigo aprendiendo porque en los casos siempre pasan cosas distintas y lo ves desde otras perspectivas.

    Ahora soy árbitro en un centro de arbitraje de Cuenca al que me invitaron porque les interesó mi perfil y porque estaban ampliando la lista de árbitros mujeres. Es todo un reto”.

    Arbitraje vs. mediación

    “El arbitraje es un proceso formal. Es como un juicio, rigen términos. La mediación es mucho más flexible. Tiene un manejo distinto, porque si se tiene que cambiar una fecha de una convocatoria a una reunión, lo haces por teléfono y no pasa nada; pero en arbitraje siempre tiene que haber una resolución o providencia, para que se notifique a las partes.

    En arbitraje las partes acuden con la representación de un abogado, en la mediación no. Yo estuve en una etapa muy corta en el área de mediación, tenía que coordinar entre los mediadores y las partes.

    En el arbitraje las partes pueden proponer qué árbitro desean que resuelva el caso, porque se conoce su trayectoria”.

    Las barreras

    “En el mundo del Derecho las personas están acostumbradas a ver al abogado hombre y mayor. En la Cámara de Comercio de Quito, cuando era la coordinadora del área de arbitraje (quien notifica y lleva el caso), vino a verme un abogado que tenía una duda y cuando salgo a recibirlo me dijo que él quería hablar con el abogado que lleva el caso. Cuando le respondí que era yo, se sorprendió.

    El trabajo profesional y pulcro es lo que va a demostrar que se tiene la capacidad de hacer las cosas. Apoyo a algunas organizaciones enfocadas en el trabajo de fomentar la equidad para abogadas. Desde la Amcham lideramos un proyecto Mentoring para mujeres, en conjunto con el Club Español del Arbitraje.

    Ahora hay más espacios para las mujeres. Tuve la oportunidad de participar como expositora en la primera conferencia a nivel latinoamericano solo de mujeres, fue en enero, en Lima. Estuvimos 45 expositoras de todo el mundo”.

    Esta abogada es hoy en día ladirectora del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana
    Esta abogada es hoy en día ladirectora del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Desde Holanda lucha por la equidad de género

    Pedro Maldonado

    Editor (I)

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    Hace unos 25 años hablar de equidad de género en las empresas y en la sociedad en general no era tan común como lo es ahora. Pero en 1995, la ecuatoriana-holandesa Diana van Maasdijk ya tenía claro que el tema sería fundamental en el mundo corporativo, así como en el día a día de las personas en distintos ámbitos.

    De padre holandés y madre ecuatoriana, esta mujer nacida en Quito, en 1971, ha vivido en Ecuador, Estados Unidos, Senegal, Perú, Holanda… Ese bagaje cultural, en el que se incluyen estudios universitarios en Nueva York y Washington, es la base de esta mujer, que lleva más de dos décadas enfocada en temas de alto impacto social, como la igualdad de género, el feminismo, el desarrollo y la lucha contra la pobreza.

    Van Maasdijk es la cofundadora y CEO de Equileap, una organización que mide el equilibrio de género en empresas a escala global (ver nota compartida). El tema de la equidad se grabó en ella desde la infancia, cuando su papá la llevaba a ella y a sus dos hermanos menores de cacería, a acampar en el Cotopaxi o a cualquier actividad fuera de casa. “No había ninguna diferencia por ser mujer”, cuenta en un salón de la casa de su madre, la escritora Edna Iturralde.

    Diana Van Maasdijk junto a Jo Andrews, cofundadora de Equileap.
    Diana Van Maasdijk junto a Jo Andrews, cofundadora de Equileap. Foto: Cortesía

    Ese equilibrio, sin embargo, no era igual en la escuela o el colegio, en donde sí notaba una marcada diferencia en el trato y las actividades cotidianas. “Pero gracias a los valores que tuve en el hogar supe que las mujeres podíamos lograr las metas que nos planteáramos”.

    Casada con un ciudadano francés al que conoció en Estados Unidos, durante los estudios universitarios, Van Maasdijk recuerda que cuando cursó su master en desarrollo internacional ya sentía la necesidad de discutir sobre la igualdad de género.

    En 1995 esta mujer tuvo un desafío. Su pareja, que luego se convirtió en su esposo, consiguió un trabajo en Senegal. En el país africano estuvo un año, tiempo al que califica como muy duro pero al mismo tiempo una experiencia muy enriquecedora. “Se notaba mucho el colonialismo francés y se sentía la división racial, religiosa y de nacionalidad, era difícil entrar, ser parte de la cultura”.

    Empezó a buscar trabajo y luego de golpear varias puertas se conectó, gracias a su pasaporte holandés, con una organización no gubernamental que trabajaba en temas como la mortalidad materna. “Fue mi debut en lo que era desarrollo económico en un país como Senegal”. Esa experiencia fue un punto de inflexión para la carrera profesional de esta madre de tres varones que practica yoga con frecuencia para despejar la mente y recuperar energías.

    Van Maasdijk y su esposo terminaron sus trabajos en Senegal y se radicaron en Ámsterdam, en agosto de 1997. Allí esta ecuatoriana-holandesa se vinculó con World Population Foundation, una organización que trabajaba en temas como derechos sexuales y reproductivos, planificación familiar, entre otros temas. Su camino con las mujeres en situaciones vulnerables continuaba.

    Jo Andrews es la otra cofundadora de Equileap y describe a Van Maasdijk como una mujer extraordinaria. “Diana tiene el inusual talento de combinar un tremendo espíritu emprendedor con un profundo deseo de mejorar la calidad e vida de las mujeres. Además su enfoque es tratar de impactar en millones de mujeres a la vez. Lo está logrando con determinación y coraje”.

    Andrews recuerda que cuando fundaron Equileap las dos tuvieron que aprender sobre el mundo de las inversiones y las finanzas. “Diana demostró su capacidad e inteligencia y en cuestión de unos meses fuimos capaces de convencer a inversionistas para que con fíen en lo que hace Equileap”.

    Ximena Ferro conoce a Van Maasdijk desde la infancia y asegura que Diana tiene un corazón de oro y busca justicia en todo lo que hace. “Quiere que las mujeres tengan las mismas oportunidades laborales que los hombres”.

    Según Ferro, gracias al trabajo que realiza su amiga, multinacionales de todo el mundo han entendido la importancia de involucrar a las mujeres en cargos gerenciales. “En los próximos años veo a mi amiga dando un giro importante a escala mundial”.

    Van Maasdijk mira hacia atrás y siente que existen avances en el tema de la equidad de género, pero también reconoce que aún hay mucha tarea por delante. Cuenta que al ver los informes mundiales de brechas se encuentran disparidades. Como ejemplo indica que en Holanda la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 17%.

    “Me temo que no hay aún un verdadero cambio cultural y socioeconómico, aunque sí hay cambio de actitudes. La equidad no es solo buena para la sociedad, sino para la economía y el mundo”.

    aparece trabajando para la organización  MamaCash en el Ulambataar, Mongolia.
    Diana Van Maasdijk aparece trabajando para la organización MamaCash en el Ulambataar, Mongolia. Foto: Cortesía

    Trabajo a favor del balance de género

    Como parte de su crecimiento profesional Diana Van Maasdijk se vinculó con el mundo de la banca. Fue directora de Filantropía en ABN Amro, en Holanda.

    Allí conoció y entendió cómo se utilizan las donaciones de los filántropos. Supo, por ejemplo, que estos benefactores dejaban en manos de los bancos parte de su dinero y que los intereses de esas inversiones se donaban. “Descubrí que había filántropos que no sabían que sus donaciones iban a temas sociales, mientras que sus inversiones iban al mismo tiempo a compañías que causaban el daño que ellos querían combatir”. Resultaba paradójico.

    Esa realidad motivó a esta ecuatoriana-holandesa a pensar en un modelo de inversiones de impacto social. Así fue que dejó su trabajo en el banco y fundó Equileap, en el 2016. Esta organización asentada en Ámsterdam recopila datos e información sobre la igualdad de género en el sector corporativo. Equileap procesa esa información, elabora índices y reportes sobre balance de género. Toda esa información se vende a empresas e inversionistas privados e institucionales.

    “Con el equipo creamos el modelo para calificar a las compañías midiendo temas como balance de género, brecha salarial, licencias de maternidad o paternidad. La idea es encontrar empresas que tengan un balance”.

    En el reporte de equidad de género del 2018 elaborado por la organización que dirige Diana Van Maasdijk se encuentran alrededor de 3 000 compañías que tienen una capitalización de mercado superior a dos billones de dólares y que están ubicadas en 23 países desarrollados.

    Las tres compañías líderes del listado del año pasado fueron General Motors (EE.UU.), L’Oreal (Francia) y Kering (Francia).

    Diana van Maasdijk  Es la cofundadora y CEO de Equileap, una organización que apunta a acelerar el progreso hacia la igualdad de género en las empresas
    Diana van Maasdijk es la cofundadora y CEO de Equileap, una organización que apunta a acelerar el progreso hacia la igualdad de género en las empresas. Foto: Vicente Costales / Líderes
  • Viajar y emprender son la esencia de esta mujer

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario LÍDERES (I)

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    Ingeniera en sistemas. Estudió un MBA con especialidad en marketing. Trabajó en dos multinacionales y luego fundó un restaurante en el centro de Quito, en el que “se sufrió mucho”. Luego se mudó al Perú para trabajar en una compañía de la industria panificadora. Allá siguió estudiando y emprendió nuevamente, pero en el sector del comercio electrónico.

    Desde el 2013 empezó a viajar por el mundo con la meta de conocer y aprender de la mayor cantidad de culturas posibles. Ya ha visitado 27 países y ahora Ivette Montalvo se encuentra ‘radicada’ en la India, donde tiene un nuevo emprendimiento vinculado con las artesanías y el diseño.

    Quienes la conocen coinciden en que se trata de una mujer que siempre quiere aprender, que no le gusta la rutina y que cuenta con ideas frescas y creativas.

    Con 44 años de edad, esta ecuatoriana que fue una pionera del fútbol femenino en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, se encuentra hoy en Mumbai, una de las principales ciudades de la potencia asiática, con más de 18 millones de habitantes. Esta megaurbe de la costa oeste de la India es una suerte de base de operaciones de esta ecuatoriana que ama viajar y descubrir lugares.

    Ivette Montalvo en su trabajo en Perú. Foto: Cortesía
    Ivette Montalvo en su trabajo en Perú. Foto: Cortesía

    Desde Mumbai recorre distintos puntos del país asiático. Además allí tuvo la idea de crear Ewet, una marca de pañuelos de seda. Para esto Montalvo recorrió diferentes lugares y como una apasionada por el diseño y buena emprendedora dio forma a un negocio que crece con el tiempo.

    Cuando habla de sus viajes, Montalvo lo hace con pasión y alegría. En una entrevista que concedió a LÍDERES hace dos semanas, vía Skype, cuenta que su primer viaje lo hizo en el 2013. En ese entonces tenía terror de viajar sola. Pero venció sus miedos y ahora nada la detiene. “He recorrido 27 países, siendo Bangladesh el país más retador y la India el más encantador. En África, Tanzania se lleva el título de maravilla natural”. También estuvo en Ghana, donde trabajó como voluntaria para Global Mamas, una organización no gubernamental que empodera mujeres: “fue el país que más crecimiento personal me ofreció”.
    Una de las representantes de Global Mamas, Kristin Johnson, escribió a Montalvo una sentida carta de agradecimiento. “Recordamos mucho el increíble trabajo que hiciste con nosotros. Tu sentido percepción es fenomenal”.

    En la carta Johnson hace hincapié en los esfuerzos de Montalvo. “Quiero que sepas que tus planes tuvieron y tendrán un alto impacto en la labor que realizamos y en el futuro de Global Mamas”.

    Luego de brillar en multinacionales decidió dejarlo todo y ahora viaja por el mundo buscando experiencias y haciendo negocios.
    Luego de brillar en multinacionales, Montalvo decidió dejarlo todo y ahora viaja por el mundo buscando experiencias y haciendo negocios. Foto: Cortesía

    Para financiar sus viajes Montalvo cuenta que lo vendió todo en Ecuador: casa, auto, muebles, etc. Con esos recursos también continuó su formación y en el 2015, por ejemplo, estudió un diplomado de Design Thinking en Parsons-Mumbai. “Ahora tengo un doctorado viajando sola’. El viajar lo comparo con cualquier posición gerencial; es necesario planificar, presupuestar, tomar decisiones, negociar, ser flexible para cambios inesperados, en ciertos casos liderar y especialmente mantener una mente y corazón abiertos”.

    Ramiro Moncayo fue director de Recursos Humanos de Nestlé y recuerda a Montalvo. Él cuenta que esta quiteña se incorporó al departamento de informática de la compañía y que siempre quiso destacarse. “No le gustaba estar en un solo sitio y gracias a sus estudios posteriores en marketing, pasó al área comercial”.

    Montalvo con sus compañeros de la PUCE. Foto: Líderes
    Montalvo con sus compañeros de la PUCE. Foto: Líderes

    Para Moncayo, una de las cualidades de Montalvo es motivar a las demás personas. Una de las últimas veces que se vieron en persona fue hace un año y medio cuando la ecuatoriana estuvo una temporada en Ecuador. “Me pidió salir con mi grupo de ‘trekking’ y subimos a montañas como el Corazón, Rumiñahui y los Illinizas Norte. Se desenvolvió muy bien porque siempre fue deportista”.

    Nelson Peñarreta fue su compañero en el MBA del Tec de Monterrey. Él la describe como una persona brillante y creativa, siempre con ideas innovadoras y muy llamativas. “Lo que está haciendo hoy en día es impresionante. La capacidad que Ivette tiene para mirar la culturas y entenderlas es espectacular”.

    Al mirar su trayectoria, Montalvo se muestra satisfecha. “Tengo lo mejor de la empresa privada y del emprendimiento. Las multinacionales me formaron de tal manera que te llevas por planes, fechas límites y otras variables que permiten cumplir objetivos. De los emprendimientos que tuve y tengo también aprendí”.

    Los planes futuros son claros: “Quiero viajar lo que más pueda y Asia es mi siguiente meta. La idea es generar productos que comuniquen experiencias de viaje”.

    Un espacio para compartir travesías

    A Ivette Montalvo siempre le llamaron la atención los colores y las texturas. Ese gusto le impulso a tener su tercer emprendimiento, al que hoy en día le dedica todo su tiempo. Es la marca Ewet.

    “El objetivo es comunicar tanto mis orígenes, como mis experiencias de viaje, esto a través de accesorios principalmente para mujeres y a futuro elementos de decoración de hogares”. Montalvo explica que la idea fue creciendo y alimentándose durante los años de exploración por distintos continente. “Cada país tiene algo único y especial que ofrecer”.

    Con Ewet Montalvo conserva intacto su espíritu emprendedor. La colección Orígenes está compuesta de pañuelos de seda producidos en India; tanto de satín, como crepe. Los diseños están inspirados en iconografías precolombinas y están a la venta en tiendas como Olga Fisch Folklore, Plaza Naya y el Patio Andaluz. “Actualmente estoy en negociaciones para entrar en tiendas exclusivas en Mumbai”, añade esta ecuatoriana.

    Montalvo también dedica su tiempo al blog ewetjourney.com. La idea es promocionar productos nacionales insignia, como el sombrero de paja toquilla “primero porque es fácil llevarlo en mochila y segundo porque hay una necesidad de contar al mundo que es un producto ecuatoriano”.

    Los recorridos por distintas geografías no se detienen. La semana pasada estuvo en una isla, alejada de la vida moderna, casi incomunicada, pero aprendiendo y conociendo.

    “Un día en viaje cada país es diferente, no estás en una rutina. Salgo a las ocho o nueve de la mañana y dedico el día entero a conocer gente, buscar artesanías, descubrir el lugar”, cuenta Montalvo con un tono marcado por la alegría y la curiosidad.

    Ivette Montalvo, luego de culminar su MBA en el Tec de Monterrey. Foto: Cortesía
    Ivette Montalvo, luego de culminar su MBA en el Tec de Monterrey. Foto: Cortesía
  • Domina la materia tributaria y no deja de aprender

    Patricia González

    Redactora (I)

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    El ballet clásico era su pasión. Se entregó a esta disciplina desde los ocho años de edad. Las mañanas eran para la escuela y las tardes para la danza.

    Con 16 años, Cinthia Uzcátegui era bailarina profesional del Teatro Centro de Arte, de Guayaquil, su ciudad natal. Una vez graduada, ingresó al cuerpo de baile, del que formó parte durante seis años.

    Estudió en el colegio femenino Nuestra Madre de la Merced, al igual que sus tres hermanas. En el ámbito académico tenía facilidad para los números, así que decidió estudiar Economía, en la Escuela Superior Politécnica del Litoral.

    Sus años universitarios también los compartió con el ballet. Cinthia era muy competitiva, además era consciente de que la danza en el país, específicamente en el Puerto Principal, no estaba en los niveles que ella deseaba alcanzar.

    No quería emigrar de país ni de su ciudad. Por eso, cuando le tocó decidir entre ejercer su carrera o dedicarse por completo a la danza, se decantó por la economía.

    Con 23 años, ya graduada, ingresó al Servicio de Rentas Internas (SRI), como analista de reclamos tributarios. “En esos años (entró en el 2003) recién empezaba a haber una cultura tributaria, era un tema interesante y desconocido para mucha gente”, comenta.

    Cinthia Uzcátegui en un viaje familiar a Suiza (izq.) y junto a su hermana y sus dos sobrinos (der.).
    Cinthia Uzcátegui en un viaje familiar a Suiza (izq.) y junto a su hermana y sus dos sobrinos (der.). Foto: Archivo particular

    Elizabeth Veintimilla, quien trabajó con ella en la administración tributaria y se convirtió en su amiga, la describe como una persona responsable y ordenada en su trabajo y con mucha iniciativa. “Cuando se propone algo lo consigue. Es visionaria”.

    Para Gilma Méndez, otra ex compañera del SRI y amiga, su habilidad para trabajar en equipo le ha ayudado a crecer profesionalmente y, ahora, como empresaria. Actualmente, Cinthia es socia de la empresa de asesoría legal y tributaria Census Consultores.

    En un lapso de seis años, pasó por distintos cargos dentro de la institución pública, llegando a la posición de experta en Auditoría.

    En el 2009 hizo una pausa en lo laboral y se fue a España a cursar una maestría en Comercio Exterior, en la Universidad Carlos III de Madrid. No logró encontrar trabajo por la crisis que atravesaba el país europeo, pero sí ser la mejor en su clase. Gracias a ello, obtuvo un premio, de 5 000 euros, que le otorgó la Cámara de Comercio de Madrid.

    “La experiencia fue inolvidable, me hizo crecer mucho como persona. Nunca había vivido sola y es una cultura muy distinta, son más abiertos , pero también bastante alegres como nosotros. Académicamente, fue la mejor decisión”.

    Ese aprendizaje le abrió otras puertas al retornar al país. Una vez de vuelta, volvió a su cargo en el SRI, porque se había ido con licencia sin sueldo. Pero, al mes surgió una oportunidad en el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae), que decidió aprovechar. Por tres años, fue directora de Auditoría en Inspecciones, en la Dirección General de la Senae.

    Uzcátegui recibiendo un premio de la Cámara de Comercio de Madrid. Foto: Archivo particular
    Uzcátegui recibiendo un premio de la Cámara de Comercio de Madrid. Foto: Archivo particular

    “El mundo de los impuestos es apasionante y de mucho análisis”, dice Uzcátegui. Su paso por la Aduana, le permitió complementar la experiencia que ya tenía en tributación local, con el régimen internacional.

    Luego de 10 años, sintió que ya había cerrado su ciclo en el sector público, una época que considera marcó su vida y carrera. “Siempre tomé lo bueno que podía aprender en cada administración”.

    En 2013, ingresó a Cervecería Nacional como jefe de impuestos, una experiencia de tres años que recuerda como “retadora” por el alto nivel de excelencia.

    Con su formación de economista, siempre estuvo entre sus planes tener su propio negocio. Incluso, en un taller de coaching, que realizó a los 31 años, se planteó como una meta tener su propia consultora tributaria.

    La oportunidad surgió gracias a la oferta de asociación de un abogado y amigo, que conoció en Cervecería Nacional. En junio del 2016, nació Census Consultores, donde además de socia es vicepresidenta. La firma se especializa en brindar asesoría tributaria a otras compañías.

    Hoy, con 39 años, Cinthia no solo está al frente de su negocio. Además, continúa formándose. Cursa una maestría en Dirección de Empresas en el IDE Business School y, a distancia, la licenciatura en Derecho en la Universidad Técnica Particular de Loja. Como parte de su rutina, también entrena todas las mañanas en el gimnasio, antes de ir al trabajo.

    Para su amigo y compañero de maestría Christian Navarrete, el éxito de Cinthia yace en que ha buscado mantener un equilibrio entre el espacio personal y profesional. “Tiene un enfoque envidiable en sus objetivos”.

    Jorge Calderón, otro de sus amigos, destaca su alegría y sentido de solidaridad. “Siempre está presta a ayudar a los demás”.

    La socia y vicepresidenta de Census Consultores tiene experiencia en el sector público y la empresa privada. Hoy estudia su segunda maestría.
    La socia y vicepresidenta de Census Consultores tiene experiencia en el sector público y la empresa privada. Hoy estudia su segunda maestría. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Gloria Navas: ‘No hay límites, si se tiene disciplina para crecer’

    Diana Serrano

    Redactora (I)

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    Desde hace 27 años, Gloria Navas trabaja en la industria automotriz. Su ascenso lo logró por el paso de diferentes áreas estratégicas. Con esta experiencia y conocimiento pudo llegar a ocupar cargos jerárquicos.

    Antes de entrar a esta industria, tuvo la oportunidad de dirigir el departamento de importaciones y compras locales en una empresa farmacéutica, lo cual le permitió conocer la dinámica del comercio nacional e internacional.

    Su trayectoria profesional fue fundamental para ocupar el cargo de presidenta de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade) en dos ocasiones. En esta faceta, Navas alcanzó una visión más global del sector automotor y trabajó por las empresas afiliadas.

    Actualmente, tiene a su cargo el área de desarrollo y optimización de negocios de Automotores y Anexos S.A. y el reto de formar a nuevos profesionales, para que asuman posiciones de liderazgo.

    La mujer y la industria

    “Hay que prepararse profundamente para todos los retos que se presentan en el sector automotor. Característicamente está más enfocado a los perfiles de los hombres; sin embargo, con una adecuada preparación y sobre todo una voluntad férrea se pueden conocer los principales manejos de esta industria y evidenciar que sí es posible que una mujer pueda estar liderando un área o la dirección de una compañía automotriz.

    El sector automotor es muy dinámico por los cambios tecnológicos y por las tendencias del mercado que se transforman constantemente. Toda la información existe y hay que estar dispuestos a asumir esos retos como profesionales. Es importante la responsabilidad que se debe tener para dirigir a los equipos”.

    Liderazgo

    “Hace algunos años éramos pocas las mujeres que estábamos en el sector, pero gracias a la diversificación en los cargos y a la necesidad de contar con más creatividad e innovación el campo se ha ido abriendo para nosotras.

    Actualmente, en esta industria tenemos ingenieras de producción de calidad, personas encargadas de servicio técnico y gerentes generales.

    Es importante que desde nuestras posiciones, las mujeres le pongamos mucho coraje, fe y nos comprometamos.

    Tenemos una visión renovada en cuanto a lo que queremos lograr y eso ha permitido que cada vez más mujeres estén participando dentro del sector, incluso a escala internacional.

    En nuestra compañía Nissan hay mujeres dirigiendo la operación internacional, como la presidenta de la compañía en México, Mayra González. Ella es un claro ejemplo de que realmente las profesionales pueden llegar a cargos muy importantes.

    Yo fui presidenta de la Aeade y la primera mujer en un directorio, dominado por hombres.
    El rol de la mujer ha ido cada vez ganando más terreno. La conclusión es que no hay límite si definitivamente uno puede tener la suficiente disciplina para crecer y si tiene una visión clara”.

    Desafíos

    “El pilar fundamental para que las mujeres alcancen altos cargos directivos es la educación y también la experiencia, asumiendo retos y oportunidades que se presentan en el mundo laboral.

    Con la tecnología se necesita una preparación constante debido a que las líneas de producto, la competencia, el cliente y otros factores son más exigentes”.

    Conciliación

    “Tengo dos hijas. La responsabilidad de ser madre y esposa es un rol importante que también hay que cumplir .

    Es importante la planificación, organización y el apoyo de la familia y el esposo, pues nosotras por la misma sociedad tenemos que cumplir con más responsabilidades en el hogar que el hombre.

    No por ser profesional se puede olvidar de las responsabilidades de la casa. Es bueno hablar de un equilibrio entre estas dos facetas para que funcionen de la mejor manera”.

    Desarrollo

    “La mujer juega un rol bastante protagónico en cuanto a la calidad de vida de las familias.
    Es por eso que contribuimos de manera importante en la generación de ingresos económicos e, incluso, en la formación de las nuevas generaciones, al brindarles a nuestros hijos una mejor calidad de educación.

    Creo que somos un equipo, entre padres y madres, y el mensaje es que se debe trabajar por objetivos comunes”.

    Gloria Navas, la Directora de desarrollo y optimización de negocios de Automotores y Anexos  habla sobre el crecimiento de la mujer en esa industria. Foto: Líderes
    Gloria Navas, la Directora de desarrollo y optimización de negocios de Automotores y Anexos habla sobre el crecimiento de la mujer en esa industria. Foto: Líderes
  • De su mano, el mundo conoce el país

    Carolina Enriquez

    Redactora (I)

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    Si se tuviera que nombrar a las personas por sus acciones, Norma Cristina Bock sería la embajadora de Ecuador. A través de su gestión en la rama del turismo ha logrado que el país se convierta en un destino para descanso y reuniones.

    A esta quiteña, de madre ecuatoriana y padre alemán, los diferentes países y culturas siempre le parecieron atractivos. La arqueología y la antropología, sin embargo, son todavía su pasión.

    Comenta todo esto mientras muestra los más de 30 000 tomos de la biblioteca que conformó su abuelo, de quien heredó su gusto por la lectura. Los libros ocupan tres áreas de la casa familiar, en la que Bock reside desde su niñez.

    Esta propiedad es una especie de oasis en el caótico inicio de la Panamericana Norte, metros antes de llegar a Calderón. Su ubicación marcó la infancia de la empresaria y sus dos hermanos; crecieron rodeados por el campo, los libros y tuvieron que acostumbrarse a recorrer largas distancias para llegar al colegio Alemán, en el que estudiaban.

    La educación en dicha institución le permitió, al terminar el bachillerato en 1995, acceder al sistema de formación dual alemán. Logró el título de tecnóloga trilingüe en comercio internacional.

    “Me encantó porque se estudiaba dos días y se trabajaba tres (laboró en lo que ahora es la farmacéutica Novartis). Entendí que es lo que quería hacer después. Apunté a negocios internacionales y marketing en la Universidad San Francisco de Quito”, relata.

    En 1998 comenzó sus estudios de pregrado. Durante esa época tuvo la oportunidad de realizar un intercambio en la Universidad de Tubinga (Eberhard Karls Universität Tübingen) en Alemania. Aunque por su relación familiar conocía ampliamente la cultura de ese país, en esos años le impactaron la disciplina y el orden. Eso lo trasladó a su vida profesional.

    Hasta que ese momento llegue, sin embargo, siguió aprendiendo. Volvió al país y se graduó de la universidad en el 2001, luego ganó una beca para estudiar un MBA en la Politécnica de Cataluña (España), más una especialización en ocio, cultura y tiempo libre.

    Su estancia en la península Ibérica marcó lo que sería su carrera a partir de ese momento. “Elegí España porque es uno de los países que más turismo recibe. Quería aprender de esa industria porque se parecía mucho a mi carrera. Aprendí a entender el sector, el manejo de casinos, hoteles, tour operador, centro de convenciones y ciudades en sí”, explica.

    Cuando volvió al país, en 2003, era otra. Aunque al inicio trabajó en la firma de comercio exterior Schryver del Ecuador, la vida le tenía preparada otra cosa: vio un anuncio en la prensa en el que se buscaba coordinador para Europa en el extinto Fondo de Promoción Turística nacional. Aplicó y fue seleccionada para el cargo.

    Se apasionó totalmente por el tema. Organizó ferias turísticas para el país en Europa, trajo operadores y periodistas turísticos, apoyó a los coordinadores de otras áreas para promoción, etc.

    De esta época la recuerda el consultor turístico Patricio Velásquez. “No le ha importado trabajar hasta medianoche, teniendo que viajar al otro día, para sacar adelante un proyecto. Debo destacar el gran sentido que tiene de país. Pone pasión en lo que hace”.

    Bock, junto a él, también trabajó en Quito Turismo; allí estuvo en dos ocasiones. Asimismo, ella fue parte del Ministerio de Turismo, el Buró de Convenciones de Quito, participó como invitada de los municipios de Viena y Barcelona para aprender y conocer sus oficinas de congresos, entre otros.

    Esta empresaria quiteña es una especialista en MICE (Reuniones, incentivos, conferencias y exhibiciones por sus siglas en inglés). Sabe cómo captar eventos para la ciudad y el país; como directora MICE de Quito Turismo ‘ganó’ más de 65 reuniones hasta 2025 entre las que están Routs of America, Foro Mundial de la Bicicleta, Latincor y más.

    María Gloria Landázuri, quien conoce a la empresaria desde la época en que laboraba en el sector público, destaca su profesionalismo. “He trabajado con ella varias veces y lo que más resalto es su amplio conocimiento en el tema MICE. Ella es la persona que más sabe sobre este tema en Ecuador. Creo que puede hacer mucho por el país. Es la ‘senséi’ en la atracción de congresos”, dice esta productora audiovisual.

    Hoy Bock trabaja de manera independiente, asesorando a gremios o academia a traer eventos.

    Norma Bock en la biblioteca de más de  30 000 tomos que heredó su abuelo a la familia. Le gusta hacer ‘trekking’ de montaña. Abajo, con diseñadores de reuniones durante  una capacitación.
    Norma Bock en la biblioteca de más de 30 000 tomos que heredó su abuelo a la familia. Le gusta hacer ‘trekking’ de montaña. Abajo, con diseñadores de reuniones durante una capacitación. Foto: Julio Estrella / Líderes
  • Alexandra Pérez: ‘Las mujeres trabajan por sociedades que sean más desarrolladas’

    Diana Serrano

    (I)

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    Alexandra Pérez es consultora en temas de desarrollo y políticas públicas. También es madre de un joven de 25 años, que reside en Estados Unidos.

    Hace dos años, Pérez terminó una larga etapa que construyó en el sector público, en entidades como el Municipio de Quito o el Consejo Nacional de Modernización del Estado (Conam).

    En su trayectoria profesional destaca su labor como consultora del Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Cooperación Técnica Alemana GTZ–Promode, Iniciativa Yasuní TT y otros.

    Pérez contribuyó fuera del país en programas ambientales y de sostenibilidad en Nicaragua, a través de la fundación Futuro Latinoamericana.

    Desde 1998 esta mujer es representante de IE Business School en Ecuador. Para la consultora, esta actividad es una ‘responsabilidad de vida’, para que jóvenes ecuatorianos tengan la oportunidad de cursar estudios en el exterior.

    La formación

    “Tuve la oportunidad de hacer mis estudios universitarios fuera del país. Creo que eso me permitió tener una perspectiva global del desarrollo personal y profesional. Pude conocer gente de otras culturas y desarrollé mi carrera en inglés.

    Me gradué muy joven, a los 20 años, y para mí siempre fue muy importante el volver al Ecuador para poder contribuir en el desarrollo del país”.

    La experiencia

    “Arranqué mi carrera en la función pública. Tuve dos oportunidades extremadamente distintas. La primera era vincularme para ejercer psicología educativa en un colegio privado y la segunda, trabajar en el Ministerio de Educación, ya que tenía formación en educación especial.

    Con esta oportunidad podía dejar una huella y contribuir a ese tipo de educación, porque en ese entonces no habían profesionales con esa formación.

    Logramos hacer la primera Ley de discapacidad. Después de muy poco tiempo tuve la oportunidad de estar como directora nacional encargada de educación especial.

    Para mí fue muy importante vincularme con toda la gente del Ministerio, para ganar experiencia. Hicimos un buen equipo de trabajo”.

    Los proyectos

    “Acabo de terminar una primera fase con el grupo de liderazgo climático, conocido como el C40, en el tema de transporte sostenible. Puedo aportar con la experiencia que logré tener al frente de la Empresa de Transporte de Pasajeros del Municipio de Quito, para pensar, a futuro, en la aplicación de este modelo de transporte sostenible en la ciudad.

    Desde el tema personal y profesional considero que toda mi vivencia de concertación, trabajo en equipo, empatía y otros factores, va a permitir que, en un futuro cercano, Quito pueda tener alternativas reales para hacer un cambio dentro de la matriz de transporte”.

    Familia

    “Tengo un hijo. Mi relación siempre ha sido muy cercana con él. Somos los mejores amigos.
    Pienso que la maternidad o paternidad siempre es un proceso complejo que implica responsabilidad. Uno tiene que organizar el tiempo y ponerse prioridades. Es un tema que las personas estamos capacitadas para asumir.

    El ser madre me permitió entender la vida de otra forma y comprender que mi rol en la vida es generar, en la medida de lo posible, un mejor mundo para mi hijo. Aprendí que uno siempre puede generar impacto”.

    Los retos

    “Más allá de ser mujer u hombre, los seres humanos debemos tener la fortaleza de enfrentar retos. Ya no estamos hablando de la discriminación de la cual fuimos sujetas las mujeres, en función de no tener las mismas oportunidades que los hombres, como sucedía años atrás.

    Considero que, hoy por hoy, estamos liderando ámbitos como el político, empresarial, entre otros. Las mujeres tenemos responsabilidades, que si uno las asume con la capacidad y entereza, se las puede afrontar fácilmente. Alrededor de 30% de cargos directivos es ocupados por mujeres”.

    La toma de decisiones

    “La participación de la mujer en los procesos de construcción colectiva siempre ha sido muy activa, porque tiene una visión de futuro sobre el bienestar de sus hijos y buscan alcanzar sociedades más desarrolladas. Entendernos como personas permitirá un crecimiento social”.

    La representante del IE Business School habla sobre los retos de las mujeres, la experiencia que acumulan y la toma de decisiones
    Alexandra Pérez, la representante del IE Business School, habla sobre los retos de las mujeres, la experiencia que acumulan y la toma de decisiones. Foto: Diego Pérez
  • La trayectoria no basta para tener liderazgo

    Diana Serrano

    Redactora (I)

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    Ser un buen profesional no es siempre una garantía que, tras un ascenso, esa persona pueda llegar a ser un buen líder.

    El estudio ‘El estado del mánager’, publicado en 2017 por la consultora estadounidense Gallup, señala que solo el 18% de los directivos actuales tiene talento para el rol que desempeñan, mientras que el 82% no lo tiene y se siente “miserable”.

    El informe profundiza en las características que debe tener un buen líder. Además analiza la relación entre el talento, el nivel de compromiso y algunos resultados vitales de negocio, como la rentabilidad y la productividad.

    Según la investigación, los grandes líderes poseen una “rara combinación” de cinco talentos: motivan a sus empleados, tienen capacidad de superar obstáculos, propician una cultura de rendición de cuentas, construyen relaciones de confianza y toman decisiones informadas e imparciales por el bien del equipo de trabajo.

    Como resultado se obtuvo que esta combinación de cualidades solo existe en uno de cada 10 líderes y apenas dos tienen alguna de esas características y “pueden llegar a ser gerentes exitosos con el entrenamiento adecuado”.

    Es importante que los líderes, cambien su visión cuando asumen un nuevo cargo. “Hay que dejar de mirar como una parte del todo y tener una visión panorámica”, sugiere José Luis Naranjo, socio de la consultora en recursos humanos Newlead Ecuador.

    Hay habilidades gerenciales que todo director, incluso los de mando medio, debería dominar. “Se produce una brecha cuando el líder que se tiene no cumple con los parámetros y objetivos del líder que desea la organización”, afirma Naranjo.

    Lo que sucede en estos casos es que las cualidades que se necesitan para manejar a un grupo de personas a menudo son muy diferentes a cuando el profesional solo tiene que responder por su trabajo, dice la escritora estadounidense y creadora de la columna de consejos laborales ‘Pregúntale a un gerente’, Alison Green.

    La experta considera que muchos profesionales son promovidos a puestos de jefe porque son buenos en otras actividades, pero no tienen habilidades de manejo de equipos de trabajo y liderazgo.

    Cuando no existe un buen jefe frente al grupo, los colaboradores se sienten desmotivados, poco comprometidos y tienen bajo desempeño laboral.

    La investigación de Gallup demuestra que los directivos son responsables de hasta el 70% de la diferencia entre las puntuaciones de compromiso de los empleados. Si hay una actitud indiferente de los colaboradores se pone en riesgo algunos factores económicos vitales de la empresa como el crecimiento y la innovación.

    Las empresas utilizan nociones de sucesión obsoletas para colocar a las personas en estos roles.

    En algunos casos, las decisiones de contratación y promoción se basan en la experiencia pasada, el tiempo en el que los profesionales laboran en la empresa o les dan el trabajo del gerente como una “recompensa” por su desempeño en un rol completamente separado, afirma el estudio.

    Las organizaciones muchas veces dejan de lado el talento y, cuando lo hacen gastan tiempo y energía innecesarios tratando de encajar al jefe en un puesto para el que no es apto.

    Esta es una estrategia defectuosa con graves consecuencias para el compromiso de una organización, el rendimiento financiero y la sostenibilidad a largo plazo.

    Gallup estima que estos gerentes, por ejemplo, cuestan a la economía de los EE.UU. al menos USD 319 000 millones al año.

    Para contratar y desarrollar buenos líderes, las empresas deben crear una estrategia de capital humano basada en el talento.

    “Este elemento es el predictor más fuerte de desempeño en cualquier rol”, señala el estudio.

    Naranjo recomienda también trabajar en programas de identificación de altos potenciales. “Es una estrategia contingente, mediante la cual se capacita a las personas en habilidades gerenciales, antes de ser promovidas”, con lo cual se garantiza que cumplan con el perfil de líder.

    Si hay jefes que no han pasado por procesos de capacitación, nunca es tarde para hacerlo.
    Las empresas deben destinar recursos para capacitar a las personas para que aprendan una habilidad nueva y complicada, sobre todo para dirigir a un equipo de personas.

    Se debe tener en cuenta que el proceso de formación es a largo plazo y está sujeto a las innovaciones del mercado laboral.

    Imagen referencial. El 18% de los directivos tiene talento para el rol que desempeñan, según Gallup. Las firmas deben cambiar su modelo de selección de líderes. Foto: Pixabay
    Imagen referencial. El 18% de los directivos tiene talento para el rol que desempeñan, según Gallup. Las firmas deben cambiar su modelo de selección de líderes. Foto: Pixabay