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  • Tres socias que apuestan a la cosmética

    Redacción Quito

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    El sueño de iniciar su propio negocio de dermocosmética se hizo realidad para tres amigas: Sofía Chiriboga, Ana María Egas y Helena Flor ahora son las propietarias de Asami, una tienda virtual que comercializa productos naturales de belleza y cuidado personal.

    En agosto de 2016, las emprendedoras empezaron a consolidar su empresa y buscaron opciones para incursionar en el segmento de belleza y salud, con productos naturales, indica Helena Flor.

    Este deseo coincidió con un viaje de Chiriboga a Chile, en donde tuvo la oportunidad de conocer el aceite de emú. Lo probó junto con sus amigas, ahora socias, y descubrió cambios positivos en su piel.

    Fue así que averiguaron si en Ecuador se comercializaba este tipo de aceite, pero no lo encontraron. En enero de 2017, empezaron a investigar opciones con la Asociación Americana de Importadores de Emú e iniciaron los trámites de importación desde una granja en Tennesse, EE.UU.

    Con todos los permisos aprobados, en septiembre de este año Asami presentó oficialmente su primer producto: Hifu, un aceite de emú, natural e hidratante.

    Entre sus beneficios destacan sus propiedades cicatrizantes y desinflamantes. No solo se lo recomienda para fines estéticos, aclara Egas, sino también para aliviar afecciones de la piel como irritaciones, acné, quemaduras e, incluso, es útil para tratar la pañalitis en los bebés.
    Chiriboga agrega que el producto tiene propiedades terapéuticas. Es ideal para aliviar dolores musculares o golpes, puesto que el aceite de emú contiene partículas pequeñas que son absorbidas por la piel, según informes de MedicalNewsToday.

    Con esta carta de presentación, las emprendedoras han tocado puertas para que el producto se comercialice en cadenas a nivel nacional y pueda llegar a más consumidores.

    Actualmente, Hifu se encuentra disponible en Tventas, en dos presentaciones: 15 mililitros y 50 mililitros a USD 16,90 y USD 34,90 respectivamente.

    Desde que iniciaron con el negocio, las tres socias han tenido que ser multifáceticas. En una pequeña planta que tienen en la localidad de Pifo, ellas son responsables de etiquetar y personalizar los envases de Hifu. De igual forma, antes de la alianza comercial para la venta del producto, se encargaban personalmente de la distribución.

    Aunque el lanzamiento es reciente, ya existen clientes satisfechas con el aceite, asegura Chiriboga. Una de ellas es Verónica Borja, amiga de una de las socias, que por su recomendación conoció el producto y decidió usarlo para fines estéticos. En una ocasión, cuenta Borja, usó el aceite para tratar unas quemaduras caseras en sus manos. Señala que desde la primera aplicación sintió su piel más tersa y añade que el incidente no le dejó cicatrices.

    Por su parte, Alexandra Ortiz, afirma que el aceite ha sido efectivo para su piel alérgica, al no tener químicos, perfumes, ni colorantes.

    Entre los proyectos de Asami está la elaboración de nuevos productos a partir del aceite de emú, como cremas hidratantes para el cuerpo, cara o contorno de ojos; champús y tratamientos para el cabello, principalmente, para combatir la alopecia, y bálsamos labiales.

    Sofía Chiriboga, Ana María Egas y Helena Flor son las fundadoras de este negocio de cosmética. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Sofía Chiriboga, Ana María Egas y Helena Flor son las fundadoras de este negocio de cosmética. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Tres mujeres indígenas dominan la cocina americana

    Redacción Sierra Centro

    María Esther Calapi, Rocío Gualsaquí y Rosa Flores pasaron de ser empleadas a dueñas de la Cafetería Serendipity, en Cotacachi, Imbabura. El establecimiento, que funciona en el centro de la ciudad, se especializa en platos internacionales, por lo que es un sitio de reunión de los extranjeros que residen en este cantón. La mayoría son jubilados.

    Las tres mujeres, oriundas de la comunidad kichwa de La Calera, tomaron la posta en el negocio a Nancy Hanigan, su anterior propietaria, que retornó a Estados Unidos por asuntos familiares.

    Antes de marcharse, Hanigan vio a estas emprendedoras como las más idóneas para que se pongan al frente de Serendipity, que curiosamente en español significa casualidad, por lo que les vendió.

    La mujer les enseñó los secretos de la cocina, especialmente americana. También a cómo atender a los clientes, recuerda Calapi.

    Una de las cosas que llamó su atención es la preparación de las hamburguesas. La dama explica que los foráneos las prefieren acompañadas de champiñones, queso, lechuga, tomate y cebolla.

    También aprendieron sobre menúes más elaborados, como pastel de pollo, camarones al grill, tempura de camarones, entre otros. En la carta del establecimiento hay 12 platillos.

    La diferencia del idioma no ha sido un obstáculo. El menú, que está editado en español e inglés, y que fue ideado por Hanigan, facilita los pedidos de los comensales ‘gringos’, especialmente de los que recién llegan a vivir en el cantón. La mayoría de extranjeros no habla español.

    El local abre de 08:00 hasta 21:00. Por la mañana la espe­cialidad son los desayunos. El más tradicional es el americano: huevos, tocino, papas, jugo y tostadas. No lleva café.

    Uno de los segmentos especiales de este local es el de las bebidas y postres. Los nuevos vecinos de esta urbe prefieren vino para acompañar a sus comidas. Aunque también hay quienes se aficionan de jugos de frutas. Uno de los más populares es el ‘morning ginger’, que se hace a base de manzana, zanahoria y jengibre.

    A clientes fieles, como la esta­dou­nidense Barbara Rattenborg, en cambio, les atrae más los postres. Su preferido es el ‘creme brulee’, que es un flan de caramelo y que está aderezado con crema.

    “Los americanos aprecian bastante la comida de nuestro restaurante”, asegura Calapi.
    Por ello, también le han apostado a preparar platos de la gastronomía local, como las carnes coloradas, el hornado, la colada morada con tortillas de tiesto…

    Esa es una estrategia para atraer a los clientes, con una amplia variedad. Los platillos fuertes cuestan entre USD 5,25 hasta 7.

    Una de los atractivos es que los platillos son elaborados al instante y con productos frescos. Para la atención de la cafetería las socias laboran en varios turnos, que atiende durante el día.
    En un día las ventas pueden alcanzar los USD 250.

    Estos ingresos les permitieron cancelar el crédito que tramitaron para la compra del negocio. Cada accionista debió aportar USD 3 500.

    Por ahora no descartan los planes de ampliación de Serendipity, para mantenerse a flote.

    Restaurante Serendipity de María EstHer Calapi. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    Restaurante Serendipity de María EstHer Calapi. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • Tres claves para afrontar un recorte de personal

    Mayra Pacheco

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    Conocer que una institución pública o una empresa privada analiza un recorte de personal casi siempre genera preocupación entre sus trabajadores. Si alguna vez usted se encuentra en un caso similar, no permita que esta situación salga de su control.

    Para evitar que esta medida tenga un impacto negativo en su desempeño laboral o en sus relaciones personales considere al menos tres aspectos.

    Cuando un trabajador se entera de un posible recorte de personal, lo primero que debe hacer es buscar información oficial, sugiere Álvaro Jijón, responsable de Empleo y Capacitación de ConQuito. Él sugiere acudir al departamento de Talento Humano o a la Gerencia Administrativa para conocer, de una fuente fidedigna, el objetivo de la medida que pondrá en marcha la institución.

    Ante este tipo de anuncios, añade Jijón, lo menos recomendable es quedarse con dudas, empezar a especular o difundir rumores. En este tipo de circunstancias sus compañeros pueden plantear escenarios en función de sus experiencias. Por esto, la mejor decisión, aunque dude, es asumir este proceso con optimismo.

    No baje los brazos ni se desmotive. Los procesos de reestructuración de una empresa pueden servir como una oportunidad para que un colaborador demuestre sus capacidad y profesionalismo.

    María A., funcionaria pública, comenta que ante la incertidumbre que existe actualmente en el sector ha decidido buscar un nuevo empleo. Como ella no tiene un contrato fijo, teme que sea removida de su puesto. “Esas noticias llegan el 1, el 15 o a fin de mes”.

    Eddy Troya, especialista en temas laborales, aporta con más ideas. “Si ante el anuncio de un recorte sus empleadores notan que su rendimiento aporta a la organización podrían reconsiderar la posible salida”. Troya añade que, si por el contrario, un trabajador toma una mala actitud, difunde rumores y no cumple con sus objetivos, aunque no haya sido considerado inicialmente, podría ser el primero en salir de la empresa.

    Por esto debe haber un manejo acertado de las emociones. El trabajador debe aceptar el proceso que se está llevando a cabo en la empresa y establecer un plan de acción para actuar en cualquiera de los escenarios probables.

    Daniel Dávalos, gerente de la firma de talento humano Selecta, menciona que si un trabajador es ratificado debe tomar en cuenta que la organización estará atravesando por una nueva etapa. Y si es removido deberá evaluar sus fortalezas y debilidades para reinsertarse en el ámbito laboral o emprender un proyecto.

    Ante una inminente salida de la nómina, el segundo aspecto es estar informado y mantener una relación cordial con sus empleadores. En este tipo de circunstancias no cabe mostrar una actitud negativa ni tomar revanchas. En lugar de eso, Dávalos sugiere, negociar y contribuir a que la transición sea ordenada. Esto le permitirá buscar otras opciones y podrá dejar en orden los asuntos pendientes.

    Los compañeros del trabajo deben estar al tanto de su salida. Aproveche la relación que mantiene con ellos para activar una red de contactos. No se sienta avergonzado de estar desempleado. Al contrario, Jijón recomienda comunicar a sus allegados de que tiene disponibilidad inmediata para empezar un nuevo trabajo. “Ser desempleado es una condición que puede ser pasajera y rápida, mientras más positiva sea la actitud”, enfatiza Jijón.

    Finalmente, antes de salir de la empresa recuerde que no se va con las manos del todo vacías. La normativa vigente establece que ante un despido intempestivo, el empleador debe entregar una indemnización al excolaborador.

    Iván Nolivos, abogado laboralista, explica que el empleador debe pagar un salario por cada año de servicio, más bonificación. Mínimo tres años y máximo 25 años.

    El dinero que le entreguen puede servir para que el extrabajador pueda solventar sus gastos, mientras consigue un empleo nuevo.

    Recuerde que las empresas realizan recortes debido a incorporación de un nuevo accionista o por la situación económica.

    En este tipo de procesos, el trabajador debe buscar información de primera mano, mantener una actitud positiva y conocer sus derechos. Foto: Internet
    En este tipo de procesos, el trabajador debe buscar información de primera mano, mantener una actitud positiva y conocer sus derechos. Foto: Internet
  • Un endulzante que se produce en Ecuador

    Diana Viveros

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    La Sociedad Agrícola e Industrial San Carlos renueva su cartera de productos con el lanzamiento de Evia, un endulzante no calórico hecho a base de stevia.

    Según Augusto Ayala, gerente administrativo del Ingenio San Carlos, este nuevo producto es natural y tiene 0% de calorías. “El consumidor podrá combinar el uso de azúcar y stevia en su comida diaria, dándose un gusto cuando ellos quieran y sin remordimientos”, explicó.

    La stevia es una planta originaria de Sudamérica, que pertenece a la familia de los girasoles y sus hojas son naturalmente dulces. Según Ayala, muchos pueblos indígenas solían masticarlas por su sabor y las usaban para endulzar las bebidas de forma natural.

    El lanzamiento de Evia se realizó el 17 de julio de este año en las oficinas del ingenio azucarero, ubicadas en el cantón Marcelino Maridueña (Guayas). Allí se exhibieron las tres presentaciones de su nuevo producto: Evia tradicional, Evia más fibra y Evia más antioxidantes.

    En el caso de Evia tradicional es un endulzante natural elaborado 100% con stevia y no aporta calorías a la dieta del consumidor. La segunda presentación está compuesta por stevia y fibra, ingrediente que ayuda a regular y normalizar los procesos digestivos del cuerpo.

    En el caso de la tercera presentación, está compuesta además de la stevia por antioxidantes propios del té verde, que protegen las células del organismo.

    Evia se suma a otros productos del portafolio que tiene el Ingenio San Carlos, como: azúcar blanca granulada, azúcar cruda granulada o morena, azúcar impalpable y panela granulada.
    El Gerente Administrativo del Ingenio San Carlos, explica que el azúcar blanco es casi 100% sacarosa o sucrosa, por esta razón aporta alrededor de cuatro calorías por gramo.

    El azúcar cruda o llamada azúcar morena contiene además de sacarosa, sales minerales como potasio, calcio y hierro, aunque en pocas cantidades.

    La panela contiene, además de sacarosa, vitaminas del grupo B y minerales, que producen un rápido aporte de energía al consumidor, tras un esfuerzo agotador.

    Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura , mundialmente conocida como FAO y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomiendan consumir entre un 55 y un 60% de hidratos de carbono, entre el 30 y el 35% de grasas y entre un 10 y un 15% de proteínas.

    Esto, según Ayala, forma parte de una dieta equilibrada y cumple con las necesidades que el organismo requiere.

    “La elección de uno u otro tipo de azúcar para el consumo depende del gusto personal y no tanto de las propiedades nutritivas”, mencionó.

    La empresa hizo el lanzamiento de su nuevo producto, el pasado 17 de julio, en sus oficinas, en el cantón Marcelino Maridueña. Fotos: cortesía Ingenio San Carlosa
    La empresa hizo el lanzamiento de su nuevo producto, el pasado 17 de julio, en sus oficinas, en el cantón Marcelino Maridueña. Fotos: cortesía Ingenio San Carlosa
  • Tres experiencias extranjeras para reducir la huella de carbono

    Redacción Quito

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    Con tres ponentes internacionales, se trató sobre la importancia de involucrar al sector privado en temas de responsabilidad y sostenibilidad para la gestación de un nuevo paradigma de desarrollo. Esto implica lograr una economía con bajas emisiones de carbono.

    En el foro Quito Sostenible: un compromiso por su huella de carbono, organizado por el Municipio capitalino, se habló sobre la plataforma 7C que funciona en Perú, donde las empresas pueden compartir sus iniciativas de responsabilidad social y sostenibilidad. El objetivo es que sus prácticas puedan ser replicadas y así sumar esfuerzos para disminuir los impactos ambientales generados por las empresas.

    Esta plataforma es, además, una herramienta para la generación de políticas públicas mediante los indicadores obtenidos de los datos que se generan.

    Inés Lockhart, de Argentina,
    presentó el tema de C40 Cities el mismo que trataba sobre el compromiso climático de las ciudades. C40 es un grupo de ciudades que trabajan con la finalidad de lograr mitigar el impacto ambiental tomando en cuenta cómo el cambio climático impacta en las sociedades y en la economía.

    Por su parte, María Camila Yépez desde Colombia, representando a CDP América Latina habló sobre cuestionarios para identificar los problemas de las empresas en los distintos niveles de la pirámide en términos de generación de residuos para mejorar procesos que permitan disminuir la contaminación y monitorear los riesgos con proveedores. Esta plataforma brinda recomendaciones sobre cómo disminuir la huella de carbono de las empresas.

    Municipio de Quito Experiencias de Perú, Argentina y Colombia se presentaron por el Día de la Responsabilidad Social. Foto: Referencial
    Municipio de Quito Experiencias de Perú, Argentina y Colombia se presentaron por el Día de la Responsabilidad Social. Foto: Referencial
  • Huawei lanzó tres portátiles de su línea ‘smart’

    Agencia EFE

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    La tecnológica china Huawei presentó tres portátiles para completar su gama de dispositivos inteligentes, con los que pretende atender, respectivamente, las necesidades de movilidad, versatilidad y uso gráfico intensivo.

    El consejero delegado de Huawei, Richard Yu, presentó en Berlín estos tres nuevos ordenadores con los que la empresa aspira a completar su oferta en el ámbito de la tecnología de consumo, del reloj inteligente al portátil, pasando por los “smartphones” y las tabletas.

    El Matebook X es un portátil compacto y totalmente metálico, algo menor que un folio y con apenas 12,5 milímetros de grosor, pero con una pantalla de 13 pulgadas, gracias a los menores márgenes del mercado, y algo más de un kilo.

    El Matebook E, por su parte, es un portátil con delgada pantalla (6,9 milímetros) táctil y escindible, de tal forma que se puede usar por separado como tableta e incorpora un lápiz digital.

    Por último, el Matebook D es un portátil pensado para el entretenimiento que ofrece una pantalla de 15,6 pulgadas y una tarjeta gráfica para el uso de videojuegos y películas.
    Entre las características comunes a los tres portátiles destaca que incorporan procesadores Intel i5 o i7, pantallas 2K de alta definición, el Windows 10 Home como sistema operativo y el botón de arranque que reconoce la huella dactilar.

    Además, Huawei sustituyó los ventiladores para disipar el calor por un gel, lo que permite un diseño compacto y silencioso.

    La Matebook X está pensada en las necesidades de los ejecutivos. Es delgada y elegante.
    La Matebook X está pensada en las necesidades de los ejecutivos. Es delgada y elegante.
  • Tres mentes creativas dan identidad a las empresas

    Sebastián Angulo

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    Llamas, osos de anteojos, cojines de colores… son parte del ambiente de las oficinas de Blu! Lab, un estudio creativo ubicado en Cumbayá (nororiente de Quito).

    No se trata solamente de una agencia de publicidad. Blu! Lab realiza trabajos que van desde el diseño industrial, pasando por el ‘branding’ (identidad y marca), hasta el diseño de empaques para diversos productos (packaging).

    Este negocio inició sus operaciones en el 2013 y, en principio, se dedicaba a la decoración de habitaciones para niños.

    Diana Zambrano y Emilia Wright arrancaron con el negocio luego de que regresaran de sus estudios de diseño gráfico, en Barcelona (España). Las dos amigas iniciaron su emprendimiento y arrancaron con la fabricación de vinilo decorativo: un plástico adhesivo para adornar interiores.

    Al empezar, invirtieron USD 3 000 para comprar un ‘plotter’ especializado en vinilo: una máquina para cortar este material en la forma que deseen las diseñadoras. Gracias a la buena aceptación que tuvo el diseño de habitaciones infantiles los clientes comenzaron a pedir otro tipo de servicios.

    En ese entonces también se incorporó Marisol Rosero al equipo; en el 2014, finalmente, el negocio tomó el nombre de Blu! Lab.

    Gracias a las buenas referencias, el estudio también comenzó a elaborar logotipos para empresas.

    Uno de los primeros contratos importantes fue con Novopan del Ecuador, firma que se dedica a la fabricación de tableros, aglomerados y laminados. En esta firma, Blu! Lab elaboró la parte gráfica, como catálogos para comunicación interna y externa.

    César Álvarez, vicepresidente de Ventas y Mercadeo de Novopan, asegura que Blu! Lab ha realizado trabajos en diferentes áreas desde hace tres años. Álvarez destaca la creatividad y puntualidad en la entrega de sus trabajos. “Nos ha ido muy bien. Siempre la calidad del trabajo es muy buena”.

    La fabricación de pósteres, lienzos, afiches y objetos decorativos como lámparas y platos base en las cadenas de Corporación Favorita también ayudaron a consolidar el estudio.
    Otra de las líneas de negocio de la firma es el diseño industrial. En el 2014 comenzaron a desarrollar esta área cuando elaboraron lámparas para el restaurante Osaka de Quito, especializado en comida japonesa y peruana.

    Además, en ese mismo año trabajaron en la decoración del restaurante de comida mexicana Chipote Chillón (norte de Quito), en el que manufacturaron piñatas, lámparas, entre otros artículos.

    Desde su creación la empresa ha trabajado para 150 firmas del país. Además ha colaborado en el desarrollo de marcas para pequeños negocios que están empezando.
    Otro de los proyectos que ha emprendido Blu! Lab -junto a otros emprendedores- es La Tejedora Distrito Creativo, en Cumbayá, que aglutina negocios de arte, yoga, meditación, relajación entretenimiento, estilo de vida, diseño arquitectónico y de modas, música, deportes, gastronomía y cerveza artesanal.

    La Tejedora está conformada por un área -donde anteriormente operaban dos antiguas fábricas textiles- que se está adecuando para convertirse en el primer distrito creativo del Ecuador.

    Blu! Lab trabajó en el ‘branding’ de Amha Design, una firma guayaquileña que se especializa en arquitectura de interiores. Ana María Hanse, arquitecta de interiores, señala que trabajaron en la personalidad de la marca, definición de colores y elaboraron el manual en el que se establecen cómo se deben trabajar las piezas gráficas de la empresa.

    Emilia Wright, Marisol Rosero  y Diana Zambrano son las socias de Blu!Lab, un estudio de diseño industrial, ‘branding’ y ‘packaging’. Su centro de operaciones está en Cumbayá. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
    Emilia Wright, Marisol Rosero y Diana Zambrano son las socias de Blu!Lab, un estudio de diseño industrial, ‘branding’ y ‘packaging’. Su centro de operaciones está en Cumbayá. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
  • Abrir al menos tres locales cada año es el plan de expansión

    Redacción Quito

    La meta es clara y ambiciosa. Panificadora Ambato, una empresa que nació en 1978, ejecuta al pie de la letra un plan de expansión que implica abrir entre tres y cinco locales por año, así como modernizar la marca y ofrecer nuevos servicios y productos a los clientes.

    Esta estrategia de la firma se cumple paso a paso. El año pasado se abrieron cuatro y en lo que va del 2017 ya se abrió uno, con el que suma 41, y espera inaugurar un segundo, en el Centro Histórico de Quito. Patricio Anda, el gerente de Panificadora Ambato, ofrece estos y otros detalles desde su oficina ubicada en la avenida América, en el norte de la capital ecuatoriana.

    La oficina está en el tercer piso de un edificio que cobija a una de las dos plantas que tiene la empresa. Allí se elabora pan, mientras que en la planta ubicada en el sector de El Inca, también en el norte, se elaboran y hornean pasteles.

    Estas dos líneas constituyen la esencia de esta empresa que suma 300 empleados repartidos en tareas de producción, venta y administración.

    Al hablar de la producción, Anda indica que cada día se despachan cerca de 17 000 panes. Además asegura que cerca del 65% de la producción corresponde a la línea de panadería; el 35% restante está en la pastelería.

    Uno de los puntos claves de este negocio es la logística. La producción se cumple durante las 24 horas del día en turnos; para recoger y repartir los panes y pasteles de las dos plantas Panificadora Ambato cuenta con una flota de siete camiones que permiten distribuir los productos en los locales que están en Quito, Tumbaco y Los Chillos. En total se hacen cinco despachos diarios. “Para nosotros es vital mantener los estándares de calidad de la marca, bajo nuestro control. Así garantizamos la calidad de los productos”, explica Anda en su oficina.

    La ubicación de los locales es clave. Para esto Anda y su equipo analizan ubicaciones en la ciudad para instalar un nuevo local, en el cual se invierte una suma que Anda prefiere mantener en reserva. “Siempre tratamos de ver las oportunidades en el mercado”.

    La marca panificadora Ambato atraviesa, desde hace un año y medio, una renovación. “Estamos casi 40 años en el mercado y sentimos la necesidad de innovar. Por eso refrescamos empaques, incluimos nuevos productos, redecoramos locales para ofrecer una mejor experiencia al cliente”.

    En esta cadena del sector panificador reconocen que la situación económica del país ha influido en el negocio. Anda indica que se ha dado una contracción en el mercado “y eso nos afectó como empresa, por más que tengamos un producto de primera necesidad”.
    En el caso de Panificadora Ambato, el año pasado las ventas cayeron un 15%, en relación con el 2015. Esta situación activó los planes y las estrategias.

    Una de las acciones arrancó hace ocho meses con la campaña ‘Imprecionantes’, en la que se juega con las palabras impresionantes y precio. Esta campaña consistió en lanzar al mercado 10 productos enfocados en el tema de valor, que para Anda significa “producto, calidad y precio”. Bajo este plan la firma ofrece, por ejemplo, panes desde USD 0,09.

    El mercado reaccionó bien, asegura este ejecutivo. “Hemos logrado recuperar las ventas en un 20% en el primer trimestre de este año en comparación con el mismo período del 2016”.

    A lo anterior se suma la estrategia de ofrecer a los clientes de la cadena una gama de nuevos productos, entre los que se incluyen desayunos, jugos de frutas, batidos, entre otros. El objetivo es diversificar el portafolio para satisfacer el mercado quiteño.

    Patricio Anda es el gerente general de Panificadora Ambato, firma con 41 locales en Quito. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
    Patricio Anda es el gerente general de Panificadora Ambato, firma con 41 locales en Quito. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
  • Mama Murucuna produce tres harinas

    José Luis Rosales

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    Galletas, quimbolitos, tortillas y snacks de amaranto son parte de las innovaciones culinarias para incentivar el consumo de los productos andinos.

    El cultivo y procesamiento del amaranto, en sus variedades blanco y negro (ataco), y quinua son el motor de la Asociación de productores agrícolas orgánicos de Cotacachi Mama Murucuna (Granos Madres, en español), creada en el 2010.

    Los 15 campesinos que integran esta organización, que pertenecen a las comunas kichwas de Chilcapamba, Imantag, Azama y Morochos impulsan la reintroducción y cultivo de estos alimentos tradicionales, asegura su líder José Alberto Sánchez.

    Él recuerda que la organización no gubernamental Oxfam, de Italia, en el 2008, emprendió un programa para recuperar la producción de las tres variedades de granos, que casi desaparecen de las parcelas y mesas de las familias kichwas de la zona.

    Así campesinos como Silvia Cachimuel, socia y administradora encargada de Mama Murucuna, fueron conociendo los secretos para el cultivo. La campesina tiene 21 años, es bachiller técnico en agropecuaria y está a gusto en el trabajo de la organización.
    Al momento de la siembra del amaranto blanco la tierra debe tener buena humedad para la germinación y la formación de flores y frutos. En este cantón imbabureño se puede cultivar todo el año.

    La asistencia también apuntó a tecnificar los procesos de siembra y cosecha. La organización posee una máquina sembradora, de fabricación nacional, y dos trilladoras de procedencia brasileña.

    La primera ayudó a simplificar el trabajo de las mujeres, las encargadas de esparcir las semillas, comenta Cristian Paz, extécnico del Programa de Desarrollo Territorial Rural Oxfam Italia.

    Mientras que las trilladoras se usan para separar el grano de la hojarasca de amaranto, quinua, chocho, fréjol, arveja, lenteja, cebada y trigo. Pueden procesar 60 quintales por día, cada una. El gremio también posee una máquina escalificadora para obtener la quinua. En todos los equipos Oxfam invirtió alrededor de USD 35 000.

    A la par, se capacitó a los agricultores en la producción de semillas. Paz explica que con los miembros de los poblados se integró un comité de investigación agrícola, que se encargó de producir semillas de quinua, amaranto y ataco. Luego, las distribuyeron para que los productores de la zona las siembren en sus fincas.

    La labor del programa también incluyó el apoyo en búsqueda de mercado para comercializar los granos, la participación en ferias y el intercambio de conocimientos con otros campesinos.

    Una de la últimas implementaciones es la obtención de harinas de amaranto, ataco y quinua. El proyecto Más Mujeres, de Care Ecuador, apoyó con la adquisición de un molino. Eso les permite comercializar los diferentes glútenes en presentaciones de 500 gramos. Las ferias son sus vitrinas.

    Los agricultores como José Alberto Sánchez recuperan en las chacras los cultivos como ataco  o sangorache. Foto:  Francisco Espinosa para LÍDERES
    Los agricultores como José Alberto Sánchez recuperan en las chacras los cultivos como ataco o sangorache. Foto: Francisco Espinosa para LÍDERES
  • Tres generaciones le dieron sabor y tradición al queso

    Sebastián Angulo

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    Solo queso y nada más que queso. Este negocio durante 30 años se ha especializado en la elaboración de este producto lácteo. No leche, no yogur. Solo queso.

    En el sabor de La Holandesa se concentra el trabajo de tres generaciones: la tradición del abuelo Benigno Escudero, el espíritu emprendedor de los padres Enrique Escudero y Catharina Janssen y la innovación de los hijos Álex y Diego Escudero, quienes ahora están al frente de este negocio familiar.

    En los dos últimos años esta empresa no ha dejado de crecer -pese a la contracción de la economía nacional- y al concluir el 2017 prevé que sus ventas se incrementen cerca del 25% del año pasado.

    Esos resultados se cimentaron desde 1986. En ese año, el matrimonio Escudero Janssen, luego de culminar su ingeniería de alimentos en Brasil, regresó al país y buscó industrializar San Enrique: la marca de quesos que Benigno Escudero fundó hace 55 años.

    Para iniciar, la pareja montó una pequeña planta en un terreno de su propiedad en Puembo (al nororiente de Quito), que hasta ahora se mantiene en ese lugar.

    Desde el inicio, La Holandesa -que lleva su nombre debido a que Janssen tiene ascendencia de ese país europeo- colocó sus productos en perchas de cadenas de supermercados como Corporación Favorita.

    En sus tres décadas, el negocio ha consolidado su portafolio en tres tipos de quesos: frescos, mozarelas y semimaduros.

    En la medida en que cadenas de restaurantes se fueron sumando a su portafolio de clientes, como Pizza Hut hace más de 20 años, el negocio ha buscado especializarse más en ciertos tipos de quesos y ha llegado a producir con las especificaciones requeridas para cada marca o franquicia.

    Hace 15 años, Diego Escudero (37 años), la tercera generación, se sumó al equipo de La Holandesa al culminar sus estudios de ingeniería industrial en Georgia Tech (EE.UU.). Luego se sumó su hermano Álex (34 años) que estudió la misma carrera, también en esa casa de estudios.

    En la última década, la nueva generación ha buscado tecnificar y estandarizar procesos. Para ello han invertido alrededor de USD 10 millones en la adquisición de equipos, por lo que actualmente el 90% de su línea de producción es automatizada.

    Ahora, su portafolio de clientes suma más de 50 firmas, entre supermercados y restaurantes como Papa Johns, El Español, Fridays, Café de Tere, KFC y más.
    Los hermanos Escudero cuidan cada detalle en su planta y sus procesos son inspeccionados por las multinacionales a las que venden sus productos. Además, son muy cuidadosos con los insumos.

    Patricio Núñez, administrador de la Hacienda San Carlos, proveedora de leche de La Holandesa desde hace cinco años, sostiene que la empresa les pide una leche de excelente calidad con un conteo bacteriano reducido. “Es una empresa seria, cumplen lo que prometen en cuanto a pagos”.

    Fernando Montenegro, gerente general de Pizza Hut Ecuador, cuenta que La Holandesa es su proveedor desde hace más de 25 años. El aspecto que más destaca de sus quesos es “la consistencia”, es decir, que siempre es el mismo producto. Además, sostiene que anualmente realizan una estricta inspección a su planta. “Sus calificaciones son una de las más altas de la región”, añade.

    Álex Escudero, gerente comercial, y Diego Escudero, gerente general, en las instalaciones de la planta. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Álex Escudero, gerente comercial, y Diego Escudero, gerente general, en las instalaciones de la planta. Foto: Vicente Costales / LÍDERES