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  • El producto se vende desde los ojos del cliente

    Redacción Quito

    La visión del cliente mientras realiza compras, paga la cuenta en un restaurante, carga gasolina en su vehículo y compra entradas para el cine es lo que muestra el comercial para televisión de la tarjeta de crédito Discover, de Diners Club del Ecuador.

    El recurso utilizado se llama, en lenguaje cinematográfico, cámara subjetiva. Permite que el espectador observe a través de los ojos del protagonista, en este caso, del anuncio comercial.

    El ‘spot’ dura 33 segundos. En ese tiempo se resaltan algunas de las transacciones que el usuario de la tarjeta puede realizar. Jorge García, gerente de Marketing de Diners Club del Ecuador, explica que el grupo objetivo de la tarjeta son jóvenes entre 25 a 35 años, “profesionales que inician su actividad económica”.

    Por esta razón, los creativos del anuncio decidieron utilizar la cámara subjetiva. García señala que este tipo de imágenes son “sumamente interesantes, porque la generación a la que se dirige el anuncio creció con juegos de video que utilizan, por lo general, este enfoque”.

    Carlos Pachano, gerente de Delta Comunicaciones, agencia encargada de la publicidad de Diners Club, indica que con la cámara subjetiva el personaje, o el jugador, se involucra en las acciones que ocurren. “La historia se cuenta en primera persona, no te lo cuenta alguien, no es la historia de un tercero”.

    El gerente de Delta Comunicaciones sostiene que este comercial es distinto a otros que promocionan tarjetas de crédito, debido a que no tiene “escenas cliché como las niñas guapas comprando carteras, o los chicos guapos de viaje”.

    Delta Comunicaciones maneja la publicidad de Diners Club desde hace 45 años. Por esta razón, el costo de este comercial consta en un presupuesto que lo establecen para cada año. Sin embargo, Jibaja señala que una producción de similares características puede llegar a costar entre USD 60 000 y 80 000.

    El ‘spot’ fue filmado en un solo día por Vértigo Films en locaciones de centros comerciales del norte de Quito. La dirección estuvo a cargo de Andrés Gonzáles; en la dirección de arte colaboró el argentino Nacho Lagos. Un equipo de 40 personas entre actores, camarógrafos, editores y asistentes, participó en la producción. Otro detalle: el anuncio se filmó en formato HD con una cámara Canon 5D, con óptica de cine.

    El anuncio está pautado en cuatro canales de la televisión nacional y en cinco de televisión pagada, con preferencia en horarios de la tarde y noche.

  • El anunciante vende y da vida a las paradas

    Redacción Quito

    En Quito, cada día unas 395 000 personas circulan por los corredores de la ecovía, el trolebús y el metrobús Q. Las estaciones con más pasajeros son la Terminal Sur, en Quitumbe, (con 25 402 usuarios por día) y el Playón de La Marín, en el centro de Quito con 19 785.

    Ellos constituyen un ‘target’ para las empresas y sus marcas. Por eso las agencias de publicidad y sus clientes apuntan a este mercado desde hace aproximadamente dos años, con anuncios en distintos formatos en las paradas de la ecovía, el trolebús y el metrobús Q.

    Un ejemplo es Directv. Gabriela Torres, encargada de marketing de esta empresa de televisión pagada, cuenta que trabajan con la agencia Letrasigma en la colocación de anuncios adhesivos en la estación Norte del Trolebús donde publicitan sus servicios en 16 columnas de la estación. La empresa paga cada mes USD 120 por columna utilizada para promociones.

    En el caso de Cuota Fácil, su publicidad consiste en adhesivos en las paradas de las tres rutas de transporte municipal. Esta firma que ofrece servicio de crédito trabaja directamente con la Empresa de Transporte de Pasajeros del Municipio de Quito, sin la intervención de una agencia. Paga USD 250 al mes para colocar adhesivos en los vidrios de las paradas; esto lo hace desde hace tres años.

    Eduardo Sierra, coordinador de publicidad de Metrobús Q, explica que el costo por metro cuadrado en las paradas de la ecovía, el trolebús y el metrobús Q varía entre USD 21 a USD 37. Depende del tiempo de uso del espacio y de la empresa que rente el espacio de las paradas.

    Para eventos culturales del Municipio de Quito o anuncios de instituciones públicas el arrendamiento es gratuito. A su vez, el costo depende si la publicidad tienen un enfoque social o comercial.

    La mayor cantidad de publicidad se encuentra en las paradas más visitadas como las mencionadas anteriormente. En cambio, en estaciones como La Colina (que registra 805 usuarios diarios) no hay anuncios promocionales.

    La agencia de publicidad Aktivar ofrece a sus clientes la posibilidad de colocar su marca en las paradas de los servicios mencionados. Luis Viteri, propietario de la agencia, indica que por el número de ordenanzas municipales es muy difícil colocar publicidad en vallas o lugares públicos. “Por eso, la idea de trabajar en conjunto con el Municipio de Quito fue la solución a las restricciones urbanas”.

    Aktivar cobra a sus clientes USD 9 000 anuales por colocar publicidad en las paradas. Los tipos de plataformas publicitarias van desde dispensadores de productos como gomas de mascar o chocolates, anuncios en los vidrios de las paradas, monitores con publicidad, entre otros.

    Según Viteri, la demanda se ha duplicado en los últimos años. “Estamos copados de empresas que buscan este tipo específico de publicidad”.

    Empresas como Banco Pichincha, Coca-Cola, Confiteca, La Universal, Kraft Foods y Directv también se promocionan en las paradas.

    Estas trabajan, por lo general, con las agencias de la siguiente manera: la dirección de marketing entrega el logo a la agencia y esta se encarga de coordinar los costos del espacio público con la Empresa Metropolitana de Transporte de Pasajeros de Quito.

    En el caso de los dispensadores, las agencias compran el producto a la empresa y luego lo colocan en el dispensador para así obtener un beneficio.

    Esto es parte de una tendencia. La compañía de análisis de mercados ‘Nielsen’, en un estudio internacional realizado en el 2011, demostró que las agencias de publicidad deben utilizar una mayor cantidad de plataformas en comparación a lo que se hacía hace algunos años.

    Datos adicionales

    • El tiempo. Desde hace dos años se ha colocado publicidad en las paradas de transporte público.
    • Los anuncios. Hay publicidad externa en las paradas de transporte municipal, excepto en las de metrobús Q.
    • Los costos. Varían dependiendo del tiempo, espacio y entidad que desee rentar el espacio publicitario de las paradas de buses.

  • Un taller enseña cómo se hace la joya y… la vende

    Redacción Cuenca

    Tres factores han contribuido a una reducción en la venta de joyas artesanales en Cuenca. El primero es el aumento en el precio de los metales (oro, plata y cobre) que se da desde el 2004.

    El segundo, y consecuencia de ese incremento de precio, es la importación desde Brasil, China, Perú y Panamá de joyas en oro golfi y metales no puros. El tercero es la acogida de la bisutería que se comercializa vía catálogo y se paga a plazos. Ante este cambio en el mercado, Fausto Ordóñez, quien es joyero desde 1985, cambió su estrategia para incrementar las ventas en su taller en Cuenca (centro).

    El año pasado invirtió unosUSD 8 000 y amplió su taller. Instaló vitrinas para exhibir sopletes, balanzas, entre otros instrumentos que usaban los joyeros a inicios del siglo pasado. También exhibe 50 piezas elaboradas por artistas cuencanos, y donadas a Ordóñez, para que mostrara el talento orfebre del artesano azuayo.

    El recorrido por la casa museo, que tiene un área de 150 m², dura unos 20 minutos y allí Ordóñez explica la evolución de ese oficio, desde 1800 hasta hoy. Además, enseña cómo se elabora una pieza.

    Una de las visitantes, Cristina Sandoval, tras conocer en vivo cómo se elabora una joya se animó a comprar una pieza trabajada por este cuencano.

    La reacción de Sandoval es precisamente lo que busca Ordóñez. Por eso ni la entrada, ni el recorrido por la casa museo tiene un costo. Su objetivo es que el visitante entienda el proceso de elaboración y, si se anima, compre alguna pieza.

    Esta estrategia le ha significado cambiar su público objetivo desde el 2010. En ese año vendía sus productos a unos 10 extranjeros al mes y ahora suman 60. “Esto se debe al museo”, enfatiza Ordóñez.

    Al finalizar el recorrido por esta suerte de galería, un libro para firmas reposa en una mesa en madera caoba. Allí constan mensajes de coreanos, estadounidenses, brasileños, argentinos, chilenos… Concuerdan en que la experiencia de conocer la labor detrás de una joya es gratificante.

    Ana Martínez visitó este lugar la semana pasada y conoció por primera vez cómo se elabora una joya. Por eso no dudó en llevarse una pieza aChile, tras resaltar los materiales que utiliza este orfebre.

    Los trabajos

    El proceso. La elaboración de una joya toma hasta 24 horas. Ordóñez realiza los pasos más importantes para enseñar a los visitantes.
    Su inventario. Entre piezas e instrumentos tiene más de 500 artículos, para graficar la historia de la joyería en la capital azuaya.