Etiqueta: vino

  • La inversión en vino crece durante épocas de crisis

    El Mercurio de Chile / GDA

    Hoy, más que nunca, parece ser cierto ese viejo refrán que dice que no todo lo que brilla es oro. En vista de la alta rentabilidad que alcanzan con los años, cada vez son más los inversionistas que han sumado a su cartera autos, obras de arte e incluso islas. Pero el abanico no termina ahí, ya que el vino ha comenzado a mostrar sus credenciales como un actor cada vez más relevante.

    De hecho, el año pasado, tanto Christie’s como Sotheby’s alcanzaron récords históricos para remates de vinos, al recaudar al año USD 90 millones y 85 millones, respectivamente.

    De acuerdo a Tim Triptree, experto en vinos de Christie’s citado por el diario español El País, los retornos de este tipo de inversiones “pueden ser muy interesantes”, aunque reconoce que es necesario elegir bien y “pagar el precio correcto”.

    A su favor tiene el hecho de que 12 botellas de Petrus 1982 que en el 2001 se compraron por USD 23 000, fueron vendidas 10 años después en 59 000.

    La historia se repitió con una docena de botellas de Château Lafite Rothschild de 1982, que en 2001 costaron USD 5 000 y que el año pasado alcanzaron 48 000.

    “Durante los últimos 30 años, Burdeos ha sido una buena inversión, pero todo reside en comprar y vender en el momento adecuado. El valor del vino lo determina el mercado”, ha comentado Stephen Mould, jefe del departamento de vino en Europa de Sotheby’s, quien recomienda invertir en blue chips -nombre que reciben los vinos superiores difíciles de encontrar-, ya que aumentan su valor con el paso de los años.

    Según los expertos, tal como ocurre con las obras de arte, el incremento en el precio de los vinos se debe a la alta demanda desde China, que en los últimos años se ha convertido en el quinto mayor consumidor del mundo.

    El aumento en los precios de los vinos se debe en parte al interés que están generando en China.

    Durante los primeros meses del año (enero-junio), los envíos de vino embotellado partieron con bajas tanto en volumen como en valor. Pero tal como lo pronosticó la industria, en este segundo semestre habría una recuperación.

    Por lo menos así lo muestran las cifras que han ido entregando Vinos de Chile en los últimos meses. En el período enero-julio, el envío de vinos acumula un incremento de 1,96 y 2,73% en volumen y valor, respectivamente, totalizando USD 983 millones. Mientras que solo durante julio el alza en valor es de 10% y en volumen alcanza un 7,6%.

    En medio de esta variación del mercado chileno, la firma Viña Palo Alto del Valle del Maule, la región vitivinícola más grande, presentó su portafolio de vinos de la categoría Reserva y Superiores, el que fue ampliado debido al éxito que ha tenido en el extranjero.

    Dinamarca, Alemania, Holanda y Reino Unido son los países donde más vende esta viña, siendo su tasa de crecimiento a nivel mundial, entre el 2011 y 2012, de alrededor de un 25%. Palo Alto está presente en 37 países: 12 de Europa y África, 4 de Asia, 19 de Latinoamérica y El Caribe, y en Estados Unidos y Canadá.

    “Nuestro objetivo es ser un actor relevante en el mercado local, que en este momento ocupa el sexto lugar en importancia de ventas”, señala el gerente de marketing Felipe Rossel.

  • De playas para finos paladares de vino

    Flor Layedra / Redacción Guayaquil

    En una pequeña comuna de Playas, San Miguel del Morro, (Guayas) donde su tierra es caliza, se produce uva para vino, desde el 2004. La empresa vinícola Dos Hemisferios elabora cuatro marcas nacionales de vinos: Paradoja, Bruma, Enigma, Del Morro y Travesía.

    Para el argentino Pablo Taramelli, el secreto de su vino está en su viña Vitivinícola Del Morro. “La planta se adapta a todo tipo de suelo. Necesita que le den palo”. En 9 hectáreas se cultivan las variedades: Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot y Chardonnay, importadas de Argentina y Brasil. El primer año, la firma invirtió USD 15 000, por hectárea. En total, la hacienda es de 361 hectáreas.

    Cuando Bernard Fougeres probó el vino Paradoja 2006, desconocía su origen, “fue sin querer una cata ciega”. Le sorprendió su aroma y sabor, fue “el primer vino ecuatoriano digno de este nombre, después de tentativas valiosas más no convincentes de otros enólogos”. Fougeres fue miembro del jurado del VII Concurso Mundial de Vino Malbec al Mundo 2012, en Argentina, en noviembre pasado.

    Para que el vino sea de calidad –dice Taramelli- es necesario que el porcentaje de piel sea mayor al de la pulpa, porque da el color. Para lograr esto, las vallas deben ser pequeñas. Así concentra más azúcar, lo que será alcohol, vía fermentación. El vino tinto necesita 23 – 24°Bx (grados Brix), para tener un vino de 13 a 14 grados de alcohol; los blancos 22°Bx, para 12 grados.

    Estos grados son obtenidos mediante manejo adecuado del riego. De 16 horas semanales, pasa a 12. Luego a 9 y al final a 6, donde se mantiene. Así la planta no crece y obtiene fácilmente los grados Brix. Este plan fue implementado desde este año, por consejo del enólogo argentino Abel Furlan.

    También depende de cuánto produce la vid. A menor volumen, mayor la calidad. Por esto, las plantas no deben dar más de 4 kilos. Si la planta produce mucho se la poda. Pero, para aumentar la calidad, disminuyeron a 2½.

    En los próximos cultivos, la distancia entre las plantas se acortará de 1,25 metros a 1,20, para sembrar más. Taramelli producirá 8 000 kilos de uva, por ciclo, con 4 000 plantas por hectáreas. Al año, en la viña se realiza dos cosechas, en junio-julio y en noviembre-diciembre.

    El proceso del vino al granel se realiza en Guayaquil, en la compañía Vitivinícola Del Morro. En la planta se muele y despalilla (sacar piel) la uva. El contenido va a los tanques de fermentación alcohólica. El producto final es almacenado, embotellado, distribuido y vendido por Dos Hemisferios.

    El restaurante Tinta Café, en Plaza Lagos Town Center, en el cantón Samborondón, se expende el vino. Ricardo Bock, gerente general, comenta que los comensales gusta del vino, ya que su uva es cultivada en el país. La marca Del Morro es el vino de la casa y tiene una etiqueta personalizada para Tinta Café. Al mes compra ocho cajas.

  • El vino de Yaruquí cosecha paladares en el país

    Redacción Quito

    «Mi padre tenía unas parras (planta de uva) en su casa. Era su hobbie», cuenta Jorge Durán, un ingeniero agrónomo, hoy encargado del viñedo ecuatoriano Chaupi Estancia Winery.

    Durán cuenta que en 1990, su padre, Ángel Durán, vendió las viñas a Dick Handall. Así surgió Chaupi Estancia Winery, en un terreno de seis hectáreas en Yaruquí, en el nororiente de Quito.

    «Para entonces construir un viñedo era algo poco común. No había viñedos, pero el clima favorecía esta actividad y teníamos solo dos estaciones: una lluviosa y otra soleada», cuenta Durán, administrador de este negocio.

    Handall comenzó a sembrar las parras con la cepa de uvas palomino, especiales para elaborar determinadas variedades de vino blanco. Este proceso, explica Durán, puede durar unos cuatro años, por lo que no fue sino hasta 1994 que pudieron obtener sus primeras barricas de vino. «No eran muy buenas y solo las tomábamos entre amigos y conocidos. Aún conservamos algunas botellas de esta época de experimentación», dice.

    La viticultura en el país, asegura el enólogo Christopher Gamboa, es un desafío por lo impredecible del clima; «sin embargo, en este viñedo han sabido adaptarse al clima de la capital».

    Este es uno de los detalles que ha obligado a Chaupi Estancia a mantener una constante experimentación para identificar las variedades que mejor se adaptan al suelo y clima ecuatorianos.

    Handall, quien vive en los Estados Unidos, es quien consigue en sus viajes las diferentes cepas o tipos de plantas de uva con las que se experimenta en este viñedo.

    Luego de 10 años de experimentación, el viñedo logró obtener un total de 30 diferentes variedades de parras en una superficie de tres hectáreas, estudiando su comportamiento y adaptación. Las que mejores resultados ofrecieron fueron las variedades de palomino y pinot noir que se cosechan un promedio de dos veces al año.

    En el 2000 se comenzó a comercializar el producto con una línea de vinos blancos y tintos, todos vinos secos: Palomino Fino, Meritage «Alyce», «Alyce» Gran Reserva, Pinor Noir y Chardonnay Viognier.

    La bodega, a pesar de ser pequeña, contiene todos los instrumentos necesarios para realizar el proceso de vinificación que se cumple en tanques de acero inoxidable, barricas de roble americano y francés. Las instalaciones incluyen un laboratorio donde se realizan los análisis químicos necesarios en la producción de vino. La mayoría de los instrumentos que se utilizan en Chaupi Estancia fueron importados de Italia.

    Adicionalmente se ofrecen tours guiados para todas las personas que quieran conocer Chaupi Estancia y degustar sus vinos. Esta actividad sumada a la venta de vinos permiten que este emprendimiento tenga una facturación anual de USD 35 000.

    En dos ocasiones Chaupi Estancia Winery ha ganado una mención de honor en el evento del «Decanter World Wine Awards» en Londres.

    Su distribución todavía es local, pues su producción es más artesanal y en cantidades que no superan las 5 000 botellas por año. Christian Sáenz, de La Mansión del Queso, en Quito, recomienda estos vinos por su sabor y por ser un producto nacional.

  • Italia manda en el ranking de los productores de vino

    El Mercurio de Chile Grupo de Diario América (GDA)

    Un aumento del 2% en la producción le permitió a Chile mantenerse como el sexto mayor productor de vino a escala mundial. De acuerdo con los resultados del ranking elaborado por la Organización Internacio­nal de la Viña y el Vino (OIV), el país produjo 12,8 millones de hectolitros durante el 2013. Dicha cantidad es superior en 300 000 hectolitros a los registrado el año previo (12,5 millones). Un dato es que Chile se posicionó por segundo año consecutivo en el sexto lugar.

    Este año, no obstante, hubo modificaciones importantes en el top ten. Es así como China -desplazado por Argentina de la quinta posición- retrocedió a la octava plaza, luego de que su producción cayera a 11,7 millones de hectolitros; el país trasandino produjo 14,9 millones (representó un alza del 27%).

    Italia se mantuvo a la cabeza mundial entre los productores, con 44,9 millones de hectolitros y un alza del 2%, aunque lo más llamativo del informe fue el segundo puesto que recayó este año en España. Este país adelantó a Francia, gracias a un fuerte incremento del 37% respecto del 2012, hasta 42,7 millones de hectolitros.

    El auge de España se relaciona con una vendimia récord (fueron 50,6 millones de hectolitros, si se suman al vino el jugo y el mosto), que tuvo como corolario la no vinificación de un volumen nunca alcanzado de 7,9 millones de hectolitros, frente a los 56 millones habitualmente, señaló la OIV.

    En Francia, en tanto, la producción registró un alza de 2%, a 42 millones. A mucha distancia del cuarto, con 22 millones (7%), se ubicó EE.UU.

    Tras Chile, Australia y China, quedaron Sudáfrica con casi 11 millones de hectolitros (4%); Alemania, con 8,3 millones (-8%); Portugal, con 6,7 millones (7%); Rumania, 4,3 millones (29%) y Grecia, 3,7 millones (19%).

    14,9 millones de hectolitros fue la producción argentina de vino el 2013.

  • Un endulzante negocio que le apuesta a la belleza y al vino

    Redacción Quito

    Si usted creía que la miel de abeja servía solo como un endulzante natural para elaborar caramelos, turrones, barras energéticas y granola, quizás es hora de que vea más allá.

    Hace 22 años, un apicultor ecuatoriano que vendía frascos de miel, informalmente, identificó una oportunidad en otro tipo de productos con base en el endulzante: cremas hidratantes, antimanchas, champú, vinos y colirios.

    Él es Guillermo Jaramillo, propietario de Apicultura Nacional (Apinal), quien detectó la necesidad de los quiteños por disponer de una alternativa de medicina natural. Al ser un experto en las propiedades de la miel de abeja, emprendió.

    Arrancó con la comercialización de propóleo, una mezcla resinosa que obtienen las abejas de los árboles y que tiene propiedades antisépticas, antivirales y antiinflamatorias.

    Luego fue incorporando otras líneas. Invirtió USD 18 000 para la compra de colmeneros, maquinaria, así como en el envasado de los productos.

    Jaramillo tuvo cuatro hijos que crecieron en medio de las abejas y de Apinal. Pero solo el último de ellos, Patricio, se interesó por el negocio familiar. Así, hace 10 años, este abogado decidió formar parte del negocio y dividirse las tareas con su padre. Patricio es el encargado de la comercialización de los productos; su padre es responsable de la producción.

    La elaboración del portafolio de productos no surgió de un día al otro. Antes del lanzamiento de cada uno se investigaba y se realizaban varias pruebas con distintos ingredientes, para crear estos productos 100% naturales.

    Y así nació el vino con base en la miel. Sí, ¡vino! ¿Cómo? Se macera la miel en barriles de roble, entre 15 y 18 meses. «El vino de miel de abeja resultante no contiene ningún químico ni alcohol. En el caso de las otras bebidas, lo que determina el nivel de alcohol es el tiempo de añejamiento en el roble», explica.

    Las cremas faciales e hidratantes y el champú son hechos 100% de miel y no tienen aromas ni colores artificiales.

    Eduardo Estévez, propietario de una tienda que comercializa productos naturales con base en la miel y el azúcar, en Guayaquil, es uno de los principales compradores de Apinal; esta relación de negocios empezó hace un año y medio.

    Estévez cuenta que al principio solo compraba el champú y el vino, pero por la calidad compró otros ítems. «Aunque los productos cuesten un poco más, la calidad lo vale y el cliente vuelve».

    El negocio.

    Los costos Las cremas faciales. Estos cuestan USD 12. El champú vale USD 4,5, los vinos USD 8, los colirios USD 5 y los jabones USD 2,5.

    La venta. Esta microempresa tiene su local en la calle Carvajal y García de León, en el norte de Quito.

    8 personas trabajan: 3 en comercializar y 5 en producir.